Lejos de naves espaciales o monopatines voladores, los proyectos de ciencia ficción que los ingenieros están desarrollando en la actualidad tienen más que ver con la supervivencia en nuestro planeta. Un planeta amenazado por el cambio climático y el consiguiente aumento del nivel del mar.
Proyectos como la ecópolis flotante llamada Lilypad, que está en manos del arquitecto belga Vincent Callebaut.
Lilypad tendrá un aspecto agradable y en sintonía con la naturaleza, una forma de loto gigante, y podrá albergar a cientos de miles de ciudadanos que se hayan visto obligados a abandonar zonas inundadas por la crecida del mar, como las islas Kiribati y las Maldivas, que serán las primeras en sucumbir.
A juicio de Callebaut, las inversiones en frenar el mar, como los diques de los Países Bajos, son estériles, temporales parches para un fenómeno que tarde o temprano será imparable. Lilypad pretende ser una solución a largo plazo.
Aunque todavía no se ha estimado su coste y los detalles técnicos brillan por su ausencia (parece que a Callebaut sólo le importa el aspecto estético del proyecto), se sabe que el prototipo contará con tres cadenas montañosas y un área de paredes de vidrio bajo el agua en forma de tazón para ser empleado para instalaciones comerciales y recreativas. Además, usando diversas formas de energías renovables, recogiendo el agua de lluvia en un lago central y gracias a su piel de dióxido de titanio, que podría absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, Lilypad será autosustentable.
Los que se oponen a esta clase de proyecto arguyen que finalmente estas construcciones serán reductos flotantes para una elite social de un mundo cada vez más contaminado. Como si se mudaran a una estación espacial, fuera de los confines del mundo.
Personalmente, dudo de la eficacia de esta clase de medidas. Porque, tarde o temprano, las estaciones espaciales, así como las islas, artificiales o no, siempre acaban siendo claustrofóbicas y profundamente aburridas.
Sitio Oficial | Vicent Callebaut
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