En noviembre de 1895, el físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen descubrió un "rayo misterioso" que tenía el poder de producir una imagen después de atravesar carne, ropa, madera o metal, y al que bautizó con la incógnita "X". Desde entonces las aplicaciones de los rayos X se han multiplicado. Además de crecer su interés para el diagnóstico médico, esta tecnología se emplea para controlar de seguridad en los aeropuertos, estudiar la calidad del jamón de bellota o encontrar la “materia perdida del universo”. E incluso hay quien ha encontrado el modo de usar rayos X con fines artísticos.
Desnudos con ropa. En el aeropuerto de Manchester, en Inglaterra, se ha puesto en marcha un escáner de rayos X para el control de pasajeros que permite detectar armas, drogas o explosivos de un solo vistazo. El objetivo es mejorar los sistemas de seguridad en los aeropuertos. El dispositivo no está exento de polémica, ya que su uso podría entenderse como una violación del derecho a la intimidad.
Genética en acción. Utilizando cristalografía de rayos X, científicos de la Universidad de Pensilvania (EE UU) obtuvieron hace unos meses la primera imagen de los procesos genéticos que ocurren dentro de cada célula del organismo.
Telescopios de rayos X. Usando dos telescopios de rayos X, el Observatorio Chandra (NASA) y el XMM-Newton (ESA), un equipo de astrónomos ha conseguido encontrar una enorme reserva de gas intergaláctico situada a unos 400 millones de años luz de la Tierra, en la que podría encontrarse la “materia perdida” del Universo que los científicos llevan años buscando.
De pata negra. La tomografía computarizada (TC), habitualmente denominada escáner, es un procedimiento de diagnóstico médico que utiliza la tecnología de rayos X asistida por un ordenador para crear múltiples imágenes transversales del cuerpo, a modo de “lonchas”, que juntas proporcionan una completa imagen en 3D. Al margen de su interés médico, esta tecnología se utiliza también para visualizar el proceso del salado de una pieza de jamón, así como para analizar su proporción de carne y grasa.
Cuidando el medio ambiente. Espectroscopía de rayos X es lo que han empleado ingenieros y químicos de la Universidad de Delaware, en Estados Unidos, para desarrollar una técnica que mide en sólo unos cuantos milisegundos la contaminación en el suelo y el agua.
Ponte el casco. La Real Fuerza Aérea británica ha desarrollado un sofisticado casco que incorpora rayos X y permite a sus pilotos ver a través de las paredes del avión. El dispositivo incorpora además un dispositivo antirruido y asiste al piloto en la navegación.
Fósiles en ámbar. En las instalaciones del sincrotrón europeo en Grenoble (Francia), los paleontólogos están usando los rayos X emitidos por el acelerador de partículas para estudiar piezas de ámbar procedentes de yacimientos españoles con insectos y arácnidos atrapados en su interior desde hace más de 100 millones de años. La técnica les permite ver analizar el contenido de sus tractos digestivos y saber qué comieron antes de quedar atrapados, estudiar cómo eran sus cerebros y saber si volaban sin dañar el fósil.
Arquímedes recuperado. En 2006, investigadores de la Universidad de Stanford utilizaron una técnica denominada "fluorescencia de rayos X" (XRF por sus siglas en inglés) para sacar a la luz una serie de textos escritos por el físico y matemático griego Arquímedes, una de las mentes más brillantes de la antigüedad, que habían permanecido ocultos debajo de una serie de imágenes y textos durante siglos.
Cinta adhesiva "X". En 2008, en el Laboratorio de Acústica y bajas Temperaturas del departamento de Física de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Juan Valentín Escobar y sus colegas descubrieron que cuando un rollo de cinta adhesiva de los que manejamos a diario es despegado en vacío, la cantidad de rayos X que se producen en 10 segundos es suficiente como para obtener la radiografía de un dedo humano. El hallazgo podría conducir a un método más económico para producir rayos X.
Fuente:
Muy Interesante