Lunes, 21 de junio de 2010
Experimentos
Limpieza ¡con materiales insospechados!
¿Se pueden limpiar los cubiertos de plata de manera artesana? Sobre esto hay gran cantidad de remedios, la mayoría inútiles. Pero hay dos modos eficaces para hacerlo.
El primero consiste en utilizar agua oxigenada. La plata ennegrece porque se ha oxidado y combinado con el azufre: este elemento, abundante en los huevos, se une a la plata formando un compuesto insoluble, el sulfuro de plata. El agua oxigenada convierte el sulfuro en sulfato de plata, que sí es soluble. Claro que como esta limpieza arrastra parte de ella, sólo podemos usarlo con cubertería de plata maciza. Es decir, la buena.
Si tenemos cubiertos chapados podemos utilizar otro método, basado en el mismo principio que hace funcionar las pilas. Para ello forramos el balde con papel de aluminio, colocando la superficie mate hacia abajo. Añadimos agua caliente y una cucharada sopera de sal y ahí sumergimos los cubiertos ennegrecidos. Acabamos de construir una pila compuesta por una solución conductora (pues la sal hace al agua conductora de la electricidad), el aluminio y la plata. En este entorno se produce la siguiente reacción electroquímica: el aluminio pierde electrones, que son captados por el sulfuro de plata de la superficie de los cubiertos. Este proceso regenera la plata metálica mientras que el azufre pasa a la solución y migra al papel de aluminio para formar sulfuro de aluminio. Por cierto, cuanto más caliente esté el agua, más rápidamente conseguiremos limpiarla.
Del mismo modo, con las castañas de indias (¡ojo! de indias) se puede fabricar un excelente jabón para lavar, porque estos frutos poseen saponinas (del latín sapo, jabón). Está claro el porqué de su nombre. Pero no sólo las castañas las poseen: también el árbol Quillaja saponaria o Quillay, común en Sudamérica, o la Saponaria officianis (jabonaria), una planta que crece en los taludes y riberas de Europa central.
Fuente:
Muy Interesante