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29 de octubre de 2009

El Ares 1-X despega

Jueves, 29 de octubre de 2009

1, 2, 3... El Ares X-1 despega

En un vuelo tan corto como espectacular, el cohete experimental Ares 1-X dejó la plataforma 39-B del Centro Espacial Kennedy a las 11.30 hora local (15.30 GMT) de hoy, miércoles, para trazar un arco en el cielo a 45 kilómetros de altura y caer desmembrado al mar un par de segundos más tarde. Es la primera vez en más de un cuarto de siglo (desde que fuera lanzado el último de los venerables Saturno V del Programa Apollo) que un cohete de 100 metros de altura es lanzado por la NASA.




El Ares 1-X es un prototipo de tamaño y forma exactas al Ares I, hecho a partir de materiales derivados del transbordador espacial, específicamente los cohetes propulsores de combustible sólido. Su misión principal, en caso de recibir la luz verde, sería transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional y, más adelante, a la Luna. La misión del 1-X, no obstante, es mucho más mundana, ya que ni siquiera pretendía salir de la atmósfera terrestre.

“Esperamos aprender mucho acerca de este vehículo”, dice Robert Ess, director del Ares 1-X. “Dos minutos pueden no parecer gran cosa, pero es mucho. Nos va a llevar años estudiar todo lo que vamos a aprender de este vuelo. Y desentrañar algunos mitos. Hay personas, por ejemplo, que dicen que los cohetes tienen el problema del “pogo”, es decir, las vibraciones pronunciadas. Eso no es un problema; es una característica de estos motores. Algo que se puede arreglar y que es parte íntegra de la forma del cohete. Por eso instalamos muchos sensores en esos lugares clave”.

Tras abandonar la plataforma, el cohete blanco, cargado con más de 700 sensores mecánicos, eléctricos y térmicos, giró 90 grados para ubicarse en dirección este buscando una órbita de 28.5 grados de inclinación y acelerando a 4.76 veces la velocidad del sonido. A una altura de casi 40 kilómetros, la primera etapa se separó y amarizó suavemente gracias a sus paracaídas, para luego ser recuperada por un barco. Como la segunda etapa era un simulador, no tenía motor que continuara acelerando la nave, por lo que ésta, en lugar de entrar en órbita, siguió una trayectoria balística descontrolada hasta alcanzar los 45 kilómetros de altura. Y, como tampoco poseía paracaídas, se estrelló en el océano a casi 250 kilómetros del Centro Espacial Kennedy. No hubo separación entre la segunda etapa y el simulador de la cápsula Orión, ni se expulsó la torre de escape durante el vuelo como sí sucedería con Ares I.

Durante el vuelo, parte de los datos de los sensores iban siendo transmitidos en tiempo real a las consolas en el centro de lanzamiento mientras que otra parte se almacenó en la aviónica instalada en la quinta etapa simulada, que será recuperada del océano tras la prueba.

Estos son los principales objetivos de esta misión Ares 1-X:

Evaluar los sistemas de control de rotación del cohete durante el ascenso: probablemente el elemento más significativo. Debido a su forma, el Ares I tenderá a rotar sobre su propio eje durante el ascenso a órbita. La anulación de este efecto estará a cargo de dos pares de motores ubicados en la base del simulador de la segunda etapa; el vuelo de prueba analizará su comportamiento y ayudará en el desarrollo de un sistema efectivo para mitigar este problema.

Evaluar el comportamiento del cohete ante las cargas aerodinámicas del vuelo: se podría decir que Ares I-X es la maqueta de túnel de viento más grande que se haya construido, ya que la información del comportamiento aerodinámico permitirá un diseño final mejor adaptado a las condiciones que deberá soportar, haciendo al Ares I más eficiente y seguro. Ares I posee una envergadura nunca antes vista debido a su gran altura (97 metros) y reducido diámetro (5,5 metros).

Ayudar en el desarrollo de procedimientos para el lanzamiento en la sala de control de lanzamiento: el perfil de la cuenta regresiva se tomó de los cohetes Atlas V. Realizar una prueba con tanta antelación relativa al inicio de su vida operacional facilitará a los controladores de lanzamiento el desarrollo de procedimientos de lanzamiento, advirtiendo potenciales problemas.

Entrenar en la manipulación del cohete: en el Edificio de Ensamblado de Vehículos se practicó el armado del vehículo, y su el traslado al sitio de lanzamiento fue un desafío debido a su volumen, al igual que el procesamiento en la plataforma. Todo esto contribuirá al desarrollo de puntos de acceso, técnicas de manipulación y medidas de seguridad.

Probar la separación en vuelo entre la primera y la segunda etapa: los motores de separación funcionan de forma diferente a los usados en el transbordador. Se evaluará el efecto de la separación sobre la base de la segunda etapa, donde irá el motor J2X en el Ares I, para asegurar que no se lo dañe con el escape de los motores de separación.

Probar el reingreso de la primera etapa tras la separación, junto al funcionamiento de los nuevos paracaídas: la nueva primera etapa pesará más y viajará más rápido que cuando viaja en el transbordador por lo que hay que probar su reingreso y el actuar de los nuevos paracaídas.

Entrenar en la recuperación de la primera etapa después de amarizar: algo que siempre se realizó en los lanzamientos de transbordadores, esta vez con la particularidad de ser un cohete de 5 secciones en vez de 4.

Ángela Posada-Swafford desde Cabo Kennedy
Sergio Taleisnik / www.programaespacial.com


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Muy Interesante
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