"Internet es como una kriptonita política"
Rob Malda el fundador del sitio de noticias sociales más popular de la red (Slashdot) señala que lo peor que un político puede hacer en la red es intentar controlar lo incontrolable.
PABLO FERNÁNDEZ - Madrid - 28/05/2007 -
Han pasado ya diez años desde que Rob Malda, que ahora supera la treintena, fundo Slashdot (http://slashdot.org), icono de la Red, fuente de información y centro de debate para todos los temas relacionados con la tecnología. Los usuarios del sitio envían a un grupo de editores las informaciones que consideran interesantes y las más destacadas se publican en el sitio. La comunidad discute luego los temas a través de los comentarios hasta la saciedad.
Durante su visita a Bilbao con motivo de la celebración, la semana pasada, del encuentro Blogak 2.0, Malda explica que es un auténtico apasionado de los gadgets (en su bolsa hay una Gameboy, portátil, teléfono móvil, cámara digital, MP3?) y que ya está deseando hacerse con un iPhone. Se declara escéptico sobre las supuestas novedades de la actual generación de sitios web, que como Slashdot hace desde 1997 ofrecen vías de participación a los internautas y constituyen redes sociales y sostiene que los políticos no han aprendido aún a comportarse en la Red como deberían.
P. Comunidades, blogs y participación de los internautas son elementos claves de la Web 2.0. Todos ellos están presentes en Slashdot desde que nació hace diez años. ¿Qué ha cambiado entonces, qué es nuevo en el momento que Internet vive actualmente?
R. Eso es lo que normalmente digo yo sobre la Web 2.0, que es más 1.5 que otra cosa. Lo que ha cambiado es que las cosas que deseábamos a mediados y finales de los noventa se están haciendo realidad ahora. Entonces muchas nuevas empresas se constituyeron asumiendo erróneamente que todo el mundo tendría una conexión a Internet de alta velocidad, pero eso ha llevado unos años. El éxito de YouTube es posible gracias a las infraestructuras que se construyeron en aquellos años. Las ideas del pasado eran correctas, pero es ahora cuando es viable llevarlas a cabo. No creo que muchas de las cosas que la gente llama Web 2.0 sean realmente nuevas, pero si lo es que ahora sean proyectos realizables. Puede que ni siquiera estemos en la versión 1.5, puede que sea la 1.0 y en los noventa simplemente estuviéramos en pruebas, en fase de Beta. Pero eso no vende libros, y la Web 2.0 sí, será la palabra de moda durante unos años.
P. ¿Cree entonces que vivimos una segunda burbuja de Internet? ¿Es el crecimiento actual un espejismo?
R. Desde mi punto de vista la Web 2.0 no es tan grande como la gente piensa. Pero estamos en un punto más razonable que en la primera burbuja, el momento actual es consecuencia del estallido de aquella burbuja, más que una repetición. No veo los excesos del pasado, y aunque seguro veremos a mucha compañías quedarse en el camino ?le pasa a la mayoría de ellas- creo que no se repetirá lo sucedido hace unos años.
P. ¿Qué tecnologías y aspectos potenciarán el desarrollo en el futuro de la Red?
R. Ojala lo supiera. Creo que todavía tenemos que encontrar la forma de resolver algunos problemas. Un ejemplo son las redes sociales, que pueden ser corrompidas de muchas formas. No creo que realmente hayamos llegado a un punto en el que sepamos con claridad cuando debemos fiarnos de una red social o no, qué herramientas son mejores para construirlas. Netflix tiene un sistema de recomendación de películas basado en la opinión de tus conocidos, mientras que las valoraciones de Amazon parten de todo el colectivo de sus usuarios. Pero fuera de ambos, en Internet hay aún más opiniones, ¿por qué no pensar en un sistema que lo tenga todo en cuenta? En mi opinión hay en la actualidad un montón de contenidos en la Red que se están desaprovechando, y necesitamos llegar a un punto en el que las cosas que merecen la pena se aprovechan. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el ancho de banda, el almacenamiento de datos y el hardware son cada vez más baratos, y que cada uno de esos elementos cambia el panorama, cambia lo que somos capaces de hacer con los datos, con la información, y cambia Internet.
P. Las noticias y comentarios de Slashdot tratan a menudo el tema del software libre, ¿cómo piensa que evolucionará éste en los próximos años?
R. Creo que en los últimos años se ha resuelto buena parte de los problemas que dificultaban el uso masivo de Linux en el escritorio, ahora puedes darle un CD de Ubuntu a tu madre y será capaz de instalarlo tan fácilmente como podría hacerlo con Windows, y lo que puedes hacer con uno podrás hacerlo también con el otro. Actualmente, lo que me parece más interesante respecto al futuro es la batalla de los formatos y protocolos web. El mundo del código abierto debe definir sus formatos para el vídeo, la imagen y el sonido, protocolos abiertos por los que se comunican dos sitios web, formatos de archivo de texto. Estándares abiertos con los que los que todos podamos jugar, Microsoft no puede controlar el mercado de la ofimática porque posean ciertos formatos de archivo. En el campo del multimedia la situación es ahora muy incómoda, ver un archivo de audio o vídeo en diferentes dispositivos (tu iPod, tu televisión, tu ordenador?) es cada vez más difícil, y a veces tienes que pagar tres copias del mismo contenido. El software libre tiene que trabajar en ello si queremos mantener el control en el futuro sobre lo que podemos o no podemos hacer con los contenidos por los que has pagado, pues si no lo hace la industria será capaz de condicionar lo que puedes hacer con ellos y cobrarte más y más dinero por cada uso.
P. Los sitios sociales de noticias, en los que es la comunidad de usuarios la que aporta la información, han proliferado mucho en los últimos meses. ¿Cree que funcionarán con todo tipo de temas, no sólo los tecnológicos? ¿Ve a sitios como Digg como competidores?
R. No hay razón por la que no deban funcionar. La cuestión es que existe una delgada línea que separa la sabiduría del grupo y la tiranía de las masas. Los sitios sociales están muy bien, pero en algunos casos pretender ser más transparentes de lo que realmente son. Podrías pensar que estar participando en una comunidad de funcionamiento democrático, pero realmente no es así porque hay poderes secretos moviendo los hilos. En Slashdot nosotros decidimos qué se publica, puede que a veces se me escape una buena historia, pero el lector sabe cómo funciona el sistema. Si no le gusta no nos lee y punto.
P. En su opinión, ¿qué influye más en el éxito de una página, su diseño, el sistema, sus contenidos?
R. La frase, el tópico, dice que "el contenido es el rey, pero tras el éxito de una página hay algo más. El éxito tiene que ver con la pasión que hay tras los contenidos. Cualquiera puede construir un buen sistema. Internet está lleno de sitios bien diseñados, dinámicos, bonitos, en los que se han gastado miles de dólares, pero están vacíos. También hay sitios que no son particularmente atractivos, que tienen contenidos, pero nadie los visita. Creo que la gente puede oler la mentira, pueden detectar el fraude, así que lo importante es que cuando haces una web creas en lo que estás haciendo y diciendo. Las comunidades de usuarios se crean en torno a un interés compartido, una pasión común, y en el centro de ella debe haber alguien instigándola y animándola. Si no compartes esa pasión no tendrás ninguna posibilidad.
P. ¿Cree que el uso de Internet que están haciendo los candidatos a optar a la presidencia de EE UU en las elecciones del año que viene es el adecuado?
R. No lo estoy siguiendo muy de cerca, pero en los últimos ha habido algunas historias interesantes sobre candidatos que han cometido errores, como no haber adquirido sus propios dominios de Internet. Creo que en las últimas elecciones se demostró que Internet es una herramienta viable para hacer dinero, pero creo que ahora nadie usa la red como una vía de comunicación, es más una nueva vía para glorificar al presidenciable. Si un candidato ofreciera a los ciudadanos la posibilidad de publicar sus opiniones sin censura, y fuera capaz de responder como un ser humano y no como un robot sin personalidad, Internet sería una herramienta muy poderosa. Pero no creo que vayamos a verlo en estas elecciones, aunque a lo mejor es pronto, estamos a 15 meses de votar.
P. Piense que tuviera que aconsejar a un político sobre cómo manejarse en la red, ¿qué es le recomendaría hacer y qué debería evitar?
R. Probablemente, lo peor que puedes hacer en Internet es intentar controlar cosas que no se pueden controlar: no persigas a las páginas web que dicen cosas que no te gustan, no intentes que la gente diga lo que tú quieres oír, deja que la gente diga lo que piensa. Yo le recomendaría situarse en el centro de la conversación y participar en ella como una persona real. No eres el rey, eres el tipo que quiere conseguir votos. Se uno de nosotros, no alguien que se sitúa por encima. El problema es que no puedes ser elegido si formas parte de la gente, porque se supone que debes ser especial si quieres destacar, por eso no creo que ningún candidato siga este camino. Internet es como una kriptonita política.
P. Recientemente muchos se ha publicado en muchos sitios sociales una clave que permite copiar o realizar copias de seguridad de los DVDs de nueva generación. Algunos decidieron eliminar esa información y recibieron reproches de sus usuarios. ¿Qué posición toma Slashdot en estos casos?
R. Creo que nunca hemos eliminado cosas como esa, en Slashdot esa clave sigue estando publicada, está por todas partes. Quitamos textos que tienen copyright, existe una gran diferencia entre cortar y pegar un capítulo entero de un libro y un simple número. Hace unos años nos pasó algo similar con un algoritmo de cifrado abierto que Microsoft tomó, cambió y republicó. Alguien lo publicó en Slashdot y Microsoft nos pidió que lo retirásemos del sitio. Les dijimos que no podíamos hacerlo, que eran ellos quienes habían tomado una tecnología libre y se la habían apropiado. Es algo que Disney hace a menudo, toma historias del dominio público y las hace propias: nadie puede hablar de Blancanieves porque es nuestra.
Fuentes:
El PaísEl Correo Digital