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13 de enero de 2011

Cinco analogías históricas entre la sífilis y el SIDA

La historia del SIDA y su tratamiento, así como la aparición de personas que afirman que la causa de esta enfermedad no un virus, recuerdan la situación de la sífilis a principios del siglo XX. Para mostrar esa analogía tomemos nuestra máquina del tiempo virtual y retrocedamos a principios del siglo XX, época en la que los microbiólogos tenían pocas herramientas para combatir las infecciones.

1. Las causas de la sífilis y del SIDA
. La sífilis es una enfermedad producida por una bacteria del grupo de las espiroquetas denominada Treponema pallidum, mientras que el SIDA está producido por un retrovirus denominado VIH. En la actualidad algunas personas opinan que el SIDA no está producido por el VIH; pero a principios del siglo XX también había científicos que se oponían a una causa infecciosa para la sífilis. La sífilis tiene como principal mecanismo de transmisión la vía sexual, aunque también se puede producir contagio desde úlceras de la piel infectadas, de madre a hijo o por vía sanguínea. La bacteria que produce la enfermedad es muy difícil de cultivar “in vitro”, y por ello no se consiguió su aislamiento hasta la primera década del siglo XX. Sin embargo no todos aceptaron esa explicación, algunos apuntaban a déficit del sistema inmune provocado por las migraciones, o a la urbanización como causa de la enfermedad. Los llamados “higienistas”, que mostraban una clara oposición a las tesis de Pasteur y Koch no aceptaron las conclusiones de los microbiólogos, que habían observado bajo el microscopio a la bacteria. En cierto modo recuerdan a los negacionistas del virus VIH, que niegan de su existencia, pese a que éste sea uno de los organismos más estudiados y analizados por la ciencia.

2. El estigma de la sífilis y el SIDA han jugado en contra del combate de ambas enfermedades. El puritanismo campante en muchas sociedades, que mantienen valores morales anclados en posiciones anticuadas, han generado un ambiente en el que se han ligado esas enfermedades con el pecado, convirtiendo a sus afectados en apestados y señalados por la justicia divina. Esto ha ayudado muy poco a entender ambas enfermedades y a apoyar a los que la sufren. Si a esto unimos que tanto la sífilis como el SIDA son dos enfermedades que se dan con frecuencia en grupos de homosexuales que mantienen un elevado número de parejas, entonces tenemos los componentes perfectos para generar un peligroso “cocktail” de prejuicios.

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La ciencia y sus demonios
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