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7 de julio de 2011

Leche materna t leche artificial


La leche materna es el mejor alimento para los niños, de la misma forma que la leche de vaca es la mejor para los terneros. Todos los mamíferos producen leche que es perfecta para sus crías. En esta entrevista con la Dra. Gro Nylander, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Rikshospitalet de Oslo, Noruega, descubrirás más cosas sobre la lactancia. Gro Nylander ha escrito el libro ”Maternidad y lactancia ”, publicado por Ediciones Granica. En este libro ofrece información y consejos a los nuevos padres, de manera exhaustiva y de fácil comprensión.

- ¿Por qué es mejor la leche materna?

- La leche materna contiene de manera precisa todo lo que el niño necesita para su desarrollo y crecimiento natural. Siempre está fresca, ya que se toma directa de fábrica. La leche materna es fácil de digerir, y se sirve limpia y a la temperatura adecuada. De esta manera se evitan los intermediarios que encarecen el producto final y el riesgo de contaminación por falta de higiene. Además, el momento de la comida es cálido y agradable y transmite seguridad al pequeño.

Otra ventaja es que los niños de pecho no necesitan agua, incluso durante días calurosos de verano o cuando tienen fiebre. Estudios hechos en los trópicos muestran que incluso durante intensas olas de calor, los niños están bien hidratados cuando se les da el pecho siempre que lo piden. Por lo tanto no es conveniente estropear el delicado equilibrio del intestino del niño dándole agua u otra bebida mientras no sea absolutamente necesario.

Lípidos favorables para el ser humano

Gro Nylander tiene como referencia una larga serie de estudios científicos cuando explica con detalle los componentes de la leche materna y por qué son tan importantes para el crecimiento, desarrollo y salud del niño. En primer lugar, está la grasa.

La grasa es una parte importante de la leche materna y aporta por término medio la mitad de las calorías. Esta grasa favorable para el ser humano está repartida en minúsculas gotitas de manera que el bebé pueda aprovecharla por completo. La grasa es importante para, por ejemplo, el desarrollo del cerebro. Cuando el niño nace el cerebro todavía no está completamente desarrollado. La creación de tejido cerebral precisa de mucha cantidad de grasa, el mejor material para construir este tejido es la grasa de la leche materna.

La grasa de la leche materna también es necesaria para el desarrollo de la vista. Por si fuera poco, la grasa de la leche materna favorece un crecimiento adecuado. Existen estudios que muestran que los niños de bajo peso al nacer, que por alguna razón han pasado hambre mientras estaban en el útero de su madre, engordan más rápido con la leche materna que con cualquier otro alimento.

A algunos les sorprende que la leche materna contenga tanta grasa, ya que su aspecto es parecido al de la leche de vaca desnatada. La explicación es que la composición de la leche materna cambia constantemente, de acuerdo a las necesidades del niño. La cantidad de grasa varía a lo largo del día y también a lo largo de cada toma. En general, la cantidad de grasa aumenta hacia el final de la tetada, cuando el niño ha saciado su sed y puede llenarse con unas cuantas calorías. A menudo también aumenta la cantidad de grasa a medida que transcurre el día. La grasa libera sustancias que hacen que el niño se sienta somnoliento cuando se acerca la hora de acostarse.

Hidratos de carbono y proteínas

Es un pequeño shock para el bebé llegar al mundo después de haber estado en el vientre de su madre, donde recibía alimento continuamente, día y noche. Ahora pasan horas entre toma y toma. Cuando por fin la comida está servida, el pequeño puede sentirse incómodo por el hambre y la bajada de azúcar en la sangre. En esos momentos es bueno saber que la leche que sale del pecho al principio de la tetada tiene abundancia de azúcar (lactosa). Esta leche le da al niño fuerzas para seguir mamando y hacerse con todos los otros beneficios que la leche materna le ofrece.

-¿A qué está bien pensado?, comenta la obstetra.

En la leche se encuentran muchos tipos de hidratos de carbono. La lactosa contribuye a que el calcio se absorba fácilmente. Otros azúcares hacen que una bacteria beneficiosa (Lactobacilus bifidus) florezca en el intestino del niño, facilitando la digestión. Esta bacteria es la razón por la que la caca de los niños de pecho no tiene un olor desagradable.

La cantidad de proteínas de la leche materna es precisamente la adecuada para los niños de pecho nacidos a término. Los prematuros necesitan más proteínas, pero, afortunadamente, la naturaleza ya se encarga de ello: las madres de prematuros producen leche que contiene más proteínas. Por ello es muy importante que los bebés prematuros reciban la leche de su propia madre lo antes posible.

La leche de vaca contiene demasiadas proteínas para los pequeños bebés humanos. Por esta razón en el pasado se diluía la leche de vaca con mucha agua para dársela a los bebés antes de que apareciera en el mercado la leche artificial industrial. El problema era que entonces la leche contenía demasiado poco azúcar, así que había que añadirle más.

Minerales, oligoelementos y vitaminas

En la leche de todos los mamíferos hay poco hierro. Pero el poco hierro que se encuentra en la leche materna está especialmente preparado para ser absorbido por un cuerpecito humano y su cantidad es la suficiente para los niños nacidos a término. De hecho, dar el pecho de manera exclusiva es la mejor protección para que el niño no sufra de anemia durante los primeros seis meses de vida. La mayoría de los niños prematuros deben recibir suplemento de hierro durante un tiempo porque todavía no habían almacenado una reserva de hierro en su cuerpo.

La leche materna también contiene muchos otros minerales y oligoelementos en la medida exacta y adecuada. Es el caso de, por ejemplo, el zinc, que es bueno para la piel, contrarresta el eccema y hace que las heridas se curen más rápidamente.

En general, la leche materna contiene todas las vitaminas que el niño necesita durante los primeros seis meses de vida. La única excepción es la vitamina D, que es necesaria para que el esqueleto obtenga calcio. La luz del sol es la encargada de que el cuerpo reciba vitamina D. Los habitantes de países muy al norte que no ven el sol en largos períodos deben tomar vitamina D.

- Un buen consejo de salud es que el niño pase tiempo al aire libre, aunque intentando evitar el sol directo. Algunas madres de piel obscura que están muy poco expuestas al sol por motivos religiosos o culturales deberían tomar suplementos de vitamina D, especialmente durante el embarazo y la lactancia.

La leche materna es medicina

Asbjørn Langslet, catedrático de pediatría, suele decir: ”mientras le des pecho a tu hijo, recibe una pequeña vacuna diaria”. Gro Nylander complementa esta información nombrando algunas enfermedades contra las que la leche materna puede proteger.

- Algunas investigaciones han demostrado que la leche materna ayuda activamente al bebé a evitar enfermedades. Por ejemplo, la leche materna, y especialmente el calostro, contienen importantes anticuerpos que protegen las mucosas contra diversas infecciones. Es un hecho comprobado que la leche materna funciona como una especie de guardaespaldas para el niño, pues contiene muchos glóbulos blancos, conocidos como “la policía del cuerpo”. Los glóbulos blancos se comen a los microorganismos dañinos y hacen que otras células pongan en marcha sus mecanismos de defensa. También está demostrado que los niños de pecho están menos expuestos a padecer diarrea y otras enfermedades del sistema digestivo. También se reduce el riesgo de sufrir dolencias de las vías respiratorias, tales como resfriados, bronquitis, neumonía y otitis. Y lo mismo en cuanto a infecciones urinarias, eccema y alergia, diabetes juvenil y, en la edad adulta enfermedades del aparato digestivo. Pero recuerda que aunque el riesgo se reduzca, esto no quiere decir que el niño no pueda ponerse enfermo. A veces la gente se ahoga aun llevando chaleco salvavidas, constata la Dra. Nylander.

- Hay quien usa la leche materna para la nariz tapada. Poner un par de gotas en el orificio nasal puede ser beneficioso, debido a que los anticuerpos de la leche materna son especialmente importantes para las mucosas. También hay quien unta leche materna en la piel con eccema, pero no se ha probado que esto tenga algún efecto.

Continuación natural

Después del embarazo y el parto, la lactancia es la continuación natural y apropiada. Lo correcto es que el recién nacido mame de su mamá, y ello le transmite sin duda sensaciones agradables. No hay que olvidar que está acostumbrado a una vida protegida en su vientre y ha pasado por el enorme e intenso esfuerzo que es venir al mundo a través del estrecho canal del parto. De manera natural, el recién nacido busca el pecho de su madre donde encuentra buen alimento y cálido consuelo en un mundo que es tan diferente del que abandonó, dentro de su mamá.

También es natural que Mamá esté agotada y llena de dudas al llegar a casa de la clínica con su pequeñín indefenso. Papá quiere ayudar, pero tal vez se sienta un poco frustrado y fuera de lugar. Por suerte, hay mucho que Papá puede hacer aunque no pueda dar el pecho.
Ambos padres pueden resolver sus dudas en el libro ”Maternidad y lactancia”. Gracias a él pueden sentirse tranquilos al recibir orientación y buenos consejos acerca de todas las cuestiones que tengan que ver con el pequeño, también sobre lactancia y alimentación artificial. La autora es experta en lactancia, y mamá de 3 hijos ya mayores. En su trabajo como médico obstetra y también como miembro activo de la Asociación de Ayuda a la Lactancia noruega desde sus comienzos a finales de los años 60, ha obtenido amplia y sólida experiencia acerca de los muchos problemas y retos con que se encuentran los nuevos padres.

¿Y la salud de la madre?

”Esto no puede ser sano” piensa quizá la madre que da pecho mientras con esfuerzo intenta sobrellevar el día a día durante el puerperio. Muchas mujeres que acaban de convertirse en madres sufren por el cansancio agotador, las molestias físicas y las noches sin dormir. El consuelo que la doctora Nylander les ofrece es que la situación mejora después de un tiempo, y que de hecho la lactancia es buena para la salud de la madre.

Mucha culpa del cansancio la tienen las “brumas de la lactancia”, una somnolencia que aparece debido a las hormonas que se producen mientras se da el pecho, y que hacen que la madre tenga que relajarse cuando puede. Es la manera que la naturaleza tiene de hacer que la madre se concentre en el pequeño y que todo lo demás pase a un segundo plano.

- Tranquila, las brumas de la lactancia son pasajeras. Los investigadores han demostrado que después de unos meses, las madres espabilan y se vuelven muy rápidas y atentas, siempre alerta. Esto ocurre más o menos cuando el niño empieza a moverse y avanzar y necesita que lo vigilen de una forma diferente a cuando era un recién nacido. Durante el puerperio aprovecha para tomar muchos momentos de descanso. “Duerme cuando puedas”, alienta la experta en lactancia. La doctora nos recuerda que tan pronto como la lactancia esté bien establecida, dar el pecho funciona como un acto relajante y tranquilizador. Se ha descubierto que la hormona que se produce al dar de mamar, la oxiticina, funciona como tranquilizante, baja la tensión arterial, disminuye la agresividad y la angustia, y refuerza el sistema inmunitario. Las mujeres que dan el pecho están menos estresadas y enferman con menos frecuencia que las que no dan el pecho.

Gro Nylander constata que es fácil darse cuenta de la influencia positiva que la lactancia tiene para el cuerpo durante la época inmediatamente posterior al parto. - Muchas mujeres sienten como el útero se contrae cada vez que dan de mamar.

La lactancia también te beneficia a largo plazo. Los pechos se mantienen sanos. Parece que el dejar que los órganos cumplan la función para la que fueron creados protege contra la enfermedad. Numerosos estudios muestran que el riesgo de padecer de cáncer de mama en la menopausia se reduce al haber dado el pecho. La lactancia también parece reducir algo el riesgo de sufrir cáncer de ovarios.

Para el resto de tu cuerpo es también positivo que des el pecho. Al contrario de lo que muchos creen, tu esqueleto se mantendrá fuerte y sano, sólo con que te preocupes de obtener suficiente calcio para sustituir el que das con la leche.

- La madre que da el pecho debe cuidar de que su alimentación sea equilibrada y de beber suficiente líquido que reemplace el que se gasta con la leche. Es importante tener claro que el cuerpo da prioridad a la producción de leche y para ello utiliza las sustancias nutritivas que tú recibes. Lo que queda después de ello es lo que tu propio cuerpo absorbe. Lo mismo ocurría cuando estabas embarazada, el niño se servía los nutrientes, y después tu cuerpo recibía el resto. Por eso es tan importante que cuides la alimentación durante el embarazo y durante el puerperio, dice la Dra. Nylander.

Leche artificial

Puede haber muchas razones para que un niño no reciba leche materna. El pequeño puede ser adoptado. O quizás la madre tuvo que dejar de dar el pecho debido a complicaciones o circunstancias de la vida que hicieron imposible la lactancia. También puede pasar que la madre esté enferma y deba tomar medicinas tan fuertes que el niño no las tolere. Las mujeres que se han operado los pechos para reducirlos a veces no consigue producir leche.

En Noruega el 98 o 99% de las madres da el pecho después del parto. A los tres meses, nueve de cada diez continúan dando el pecho a su hijo. Gro Nylander comenta que son poquísimas las mujeres noruegas que no quieren dar el pecho. Por regla general, siempre hay una razón importante por la que los bebés toman leche artificial. Desde luego, esos niños también crecen bien sin una gota de leche materna.

Para que los niños de biberón reciban la misma estimulación en el momento de la comida que los niños de pecho, es importante que los elementos que se dan por sí mismos durante la lactancia también estén presentes. Hablar al niño para que oiga las voces de sus padres. Que la madre o el padre abracen al niño y le mantengan pegado a su cuerpo con un brazo descubierto de modo que la carita se apoye contra el pecho desnudo del padre o madre, para que así sienta los latidos del corazón. Mientras come, el bebé debe sentir calor y los movimientos que hace un cuerpo grande al respirar, y ver una cara adulta cariñosa, recomienda Nylander.

- Las leches artificiales modernas están basadas en leche de vaca que ha sido tratada de manera especial y adaptada para que sea digerible y adecuada para el bebé humano. Con ellas, los niños que no toman pecho reciben la segunda opción posible. A esta leche se le añade hierro, minerales y vitaminas, y se le quitan gran parte de las proteínas, pues la leche de vaca tiene demasiadas. Ya que la grasa de la leche materna es tan beneficiosa para el desarrollo del cerebro y la vista del bebé, ahora las compañías que fabrican leche artificial trabajan en añadirle a ésta ácidos grasos omega-3 que se parezcan a los naturales que contiene la leche materna. No se conoce el efecto a largo plazo de estos añadidos artificiales.

La Dra. Nylander recalca que si tu bebé toma leche artificial, debes prepararla con cuidado. Debes seguir las instrucciones del envase al pie de la letra. Si pones demasiado polvo, la mezcla será demasiado fuerte para el pequeño estómago de tu hijo y demasiado concentrada para todo el organismo. No seas demasiado “generosa”. Por otro lado, si pones poco polvo, la mezcla será demasiado floja, con poco alimento.

Ventajas

Las desventajas de que el niño no reciba leche materna son evidentes: el niño se pierde los beneficios que proporcionan las características especiales de la leche materna, y la mujer se pierde las ventajas para sí misma que proporciona el hecho de dar el pecho.

- Pero la madre y el padre pueden consolarse con que también hay algunas ventajas con el biberón. Se puede ver cuánto ha tomado el niño, y así uno no se pregunta si es por hambre que el niño llora. Además la leche artificial es relativamente constante en su composición. No depende de lo que la madre coma y beba o las medicinas que tome, ni de qué hora del día es, comenta Nylander. - Que la madre y el padre puedan relevarse mutuamente con las comidas es también una ventaja. Aunque la madre se pierda los efectos saludables de la lactancia para sí misma, al menos también suele librarse de posibles problemas en los pechos como la inflamación o las grietas. Como contrapartida, la madre quizá lo pasó realmente mal al principio cuando quedó claro que su hijo no iba a poder ser un niño de pecho.

Alimentación mixta

Algunas madres dan a su hijo tanto leche materna como un suplemento de leche artificial. Esto puede ser agotador, pero también ofrece la posibilidad de beneficiarse de las ventajas de ambas.

- No empieces a usar biberón mientras haya esperanza de volver a amamantar al niño en exclusiva. Es mejor usar una tacita o vasito. Si ya no hay duda de que debéis continuar con el suplemento de leche artificial, debes dar primero el pecho y después biberón, recomienda Nylander.

Si estás dudosa de si debes empezar con biberón porque crees que quizás tengas poca leche, tiene un buen consejo para ti:

- Si tuvieras poca leche, a partir de los 4 meses de edad es posible dar pequeñas cantidades de alimentos sólidos, así que probablemente no necesitarás un suplemento de biberón. Y, de cualquier forma, a partir de los 6 meses es el momento de empezar con la alimentación complementaria. Yo sé que puede ser muy duro cuando el personal de salud y las asociaciones de apoyo a la lactancia continuamente resaltan las innumerables ventajas de la leche materna. Recuerdo la sorpresa y la tristeza cuando yo misma tuve que darme por vencida, mi hijo mayor tenía 6 semanas. Yo que había creído que esto de la lactancia era coser y cantar, algo que funcionaba por sí solo. Así germinó en mí la idea de que había que hacer algo para informar y ayudar a las mujeres para que no fracasaran con la lactancia.

Gro Nylander hizo algo. Se convirtió en consultora de lactancia y después de estudiar medicina se especializó en Ginecología y Obstetricia. A lo largo de muchos años se ha ocupado de estudiar y promover la lactancia y el contacto entre la madre y el recién nacido. Ha viajado por toda Noruega para difundir los conocimientos sobre lactancia y sobre la "Iniciativa Hospitales Amigos de los Niños" y las 10 reglas para conseguir una lactancia satisfactoria que hoy día son el standard en todos los paritorios del país.

- Es difícil llegar a todas las mujeres. A los que trabajamos en los paritorios y en las maternidades, así como a los pediatras, nos ocurre con frecuencia que no alcanza el tiempo para decir todo lo que nos gustaría explicar y compartir con la mujer que acaba de convertirse en madre. Esta es la razón por la que accedí a escribir un libro sobre el tema cuando la editorial me lo propuso. Escribirlo me llevó tres años, y estoy muy emocionada por la fantástica acogida que ha recibido.

En Noruega el libro ciertamente ha alcanzado de lleno al público, la autora recibe continuamente cartas de agradecimiento. El libro ha recibido críticas maravillosas. Uno de los principales periódicos noruegos considera este libro un “must”, algo que como madre no puedes perderte.

Entrevistada por: Eva Fosse Publicado: Helsenytt, 2000
Traducido del noruego por Maria Begoña Freijeiro Sabater, revisado por Carlos J. González Rodríguez, pediatra.
Febrero 2005.

Gro Nylander es autora de la obra Maternidad y lactancia

Tomado de:

Holistika

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