Sus 26 k de memoria ROM permitían cosas tan curiosas como jugar a un pequeño juego de carreras de caballos integrado o -¡sorpresa!- programar en BASIC directamente activando ese modo desde el propio reloj. Todo un lujo de la técnica para la época. Y aunque estéticamente no sea especialmente bonito, lo cierto es que posee un encanto que a nosotros particularmente nos apasiona. Y es que, cuando en aquellos años lo más que la mayoría de nosotros podía tener es uno de aquellos relojes con calculadora ¿quién no soñaría con algo así?
|Vía TechBeach
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Think Future