Perú es uno de los diez países megadiversos del mundo, con 84 de 104
zonas de vida; el segundo país de América Latina con mayor extensión de
bosques tropicales y, además, cuenta con el 71% de los glaciares
tropicales del globo –3.444 glaciares que se derriten–. Son datos del
Ministerio de Ambiente peruano. Pero, según expertos e investigadores, e
l
avance de la minería y la tala ilegal, los cultivos ilícitos de coca y
la falta de planificación en los proyectos de infraestructura ponen en
riesgo los recursos hoy y del futuro. A ello se suman, indica el biólogo
Ernesto Ráez,
los efectos del calentamiento global y la pérdida de la capacidad del
mar y los bosques amazónicos de absorber gases de efecto invernadero.
Ráez sostiene que, además de los glaciares, hay otros ecosistemas
igualmente afectados que empiezan a generar emisiones y contaminan:
cuando por falta de lluvias se secan los bofedales, tierras que
almacenan gran cantidad de agua y material orgánico, liberan carbono. “Y
en la Amazonía estamos perdiendo la capacidad de absorber carbono: ello
puede convertirse en un proceso de sabanización progresiva”, afirma el
experto en conservación tropical y desarrollo, citando una investigación
publicada en la revista Nature en marzo de este año.
Según el biólogo, “antes las sequías (que empezaron en 2005), los
bosques amazónicos eran muy húmedos y, si había incendios, el efecto
biocida era menor. Ahora los fuegos son más intensos, se extienden sobre
materia seca, pasan al suelo y matan la vida de las raíces y la
diversidad biológica silvestre”, explica.
Detener la minería ilegal
Ráez también indica que el Estado no ha logrado detener en la selva
peruana el avance de la minería ilegal aluvial en áreas naturales
protegidas y en reservas comunales, la extracción ilícita de madera y
los nuevos cultivos de coca. “Incluso, los mineros ilegales han captado
al poder político en el Congreso y en algunos gobiernos regionales”,
alerta.
En 2010,
el reconocido ingeniero forestal y agrónomo Marc Dourojeanni,
alertó de que las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y territorios
indígenas suman casi el 25% de la selva peruana, pero solo un 10% de
ella está protegida legalmente. Las comunidades nativas tienen problemas
para obtener el documento estatal que certifica que la tierra es de
ellos. Ráez critica que uno de los requisitos es un estudio de capacidad
de uso mayor de la tierra, bastante caro, y que debe emitir el
Ministerio de Agricultura. “Las reglas del juego están en contra de la
titulación”, añade.
La investigación de Dourojeanni indica que en 2041, cuando concluyan
todos o parte de los 26 proyectos de hidroeléctricas, carreteras e
hidrovías previstos en la Amazonía, el área afectada por degradación
forestal será del 56% de la selva (43,6 millones de hectáreas), en un
escenario optimista, o del 91% en el marco pesimista (70,3 millones de
hectáreas). Por otro lado, el estudio La economía del cambio climático
en Perú, elaborado por la
CEPAL,
observa “una ligera reducción del agua disponible en la mayor parte del
país, especialmente en la costa y la sierra”, y proyecta los mayores
aumentos de los valores anuales de lluvias en la sierra norte (hasta en
un 98% en junio entre los años 2070 y 2099) y en el altiplano los
mayores descensos (32% en el mes de agosto para el período 2070 a
2099).
¿Qué podría contener este futuro amenazante? En un artículo de
opinión del psicoanalista peruano Max Hernández destaca que “las
ansiedades provocadas por la globalización han llevado a las minorías
étnicas a buscar sus raíces y asociarse en grupos que pretenden ser
reconocidos. A la vez, en las nuevas generaciones hay una gradual toma
de conciencia de la importancia del cambio climático y la biodiversidad,
así como un mayor reconocimiento de la condición multicultural de la
sociedad”. Ellos podrían cobrar un papel mayor contra estas amenazas al
medio ambiente.
Manuel Pulgar-Vidal
El presidente de la Cumbre de Cambio Climático, COP20, y ministro
del Ambiente de Perú, Manuel Pulgar-Vidal anuncia que en 2030 su país
debe reducir al 50% el número de afectados por desastres naturales
asociados al cambio climático y disminuir a la mitad la pérdida del PBI a
causa de un fenómeno El Niño grave.
Pregunta. ¿Con qué afronta el país los daños del cambio climático en el medio ambiente?
Respuesta. Perú está mejor preparado para afrontar
las consecuencias. Está cumpliendo obligaciones derivadas de
compromisos climáticos globales. Tenemos una estrategia de cambio
climático a punto de ser promulgada y está activa la Comisión Nacional
sobre Cambio Climático. Hemos mejorado los estudios de vulnerabilidad en
el altiplano, en glaciares, por el fenómeno El Niño en la costa norte,
en tierras secas en la sierra sur y sobre la Amazonía. Esto permite
identificar la vulnerabilidad por condiciones naturales y cómo afecta el
cambio climático a las actividades económicas basadas en recursos como
agua, glaciares y bosques.
P. ¿Y además de los estudios?
R.También se establecen prácticas de adaptación a
las condiciones del cambio climático, en coordinación con los gobiernos
regionales y locales, por ejemplo, biohuertos, manejo de camélidos
sudamericanos, búsqueda de mercados para productos nativos. Los
proyectos de adaptación en glaciares se han materializado con la
creación del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y
Ecosistemas de Montaña. En cuanto a mitigación de los efectos, el
compromiso ante la Convención de Cambio Climático establece para 2030
una reducción del 31% en emisiones de gases de efecto invernadero y
tenemos un proyecto para, de aquí a 2017, elevar al 50% la capacidad de
tratar los residuos domésticos en rellenos sanitarios. En 2021 podríamos
llegar al 100%.
P. ¿Qué fondos aportará Noruega para proteger los bosques?
R. Son 300 millones de dólares. Antes de la COP21
se esperan los primeros desembolsos, cuando Perú cumpla estableciendo
mecanismos de transparencia para canalizar los recursos y mejorar las
políticas del sector. Es un fondo para bosques y para completar lo que
el Estado destina a las condiciones de titulación (documentos de
propiedad y de posesión preexistente) en tierra indígena. Concluye en
2017.
P. ¿Estos compromisos obligarán los próximos Gobiernos?
R. Las consecuencias (del cambio climático) son
evidentes. París (la COP21) va a dejar mandatos globales que cumplir y a
quien no esté en el debate de los objetivos de desarrollo sostenible,
la economía lo va a sacar.
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