En los últimos tiempos, no pasa una semana sin que la enésima imagen del voluptuoso trasero de Kim Kardasian se convierta en un fenómeno viral en las webs de todo el mundo. ¿Por qué fascina tanto? ¿Cuáles son las raíces de semejante obsesión planetaria?
Con los culos y las tetas, nos pasa un poco como cuando preguntas quién ve La 2. La gente dice lo que cree que debería ser y no lo que realmente es. Unos estudios antropológicos con culturas de todo el mundo, realizados hace más de una década, revelaron que a la mayoría de los hombres nos gustan las mujeres gorditas, con muchas curvas y senos grandes. Todo lo contrario del ideal televisivo o de Hollywood.
Existen universales compartidos por personas del mundo que son contradictorios con los que nos presentan las grandes casas de moda en las pasarelas: mujeres con poco pecho y muy delgadas. Un físico que, en principio, es menos eficaz para procrear. Así que, aunque sea sólo por una vez, vamos a a ser sinceros y arrojemos un poco de luz científica en este tema: ¿por qué a los hombres nos gustan que estas partes del cuerpo sean grandes?
La hipótesis tradicional, desde la biología evolutiva, siempre especuló sobre la idea de que una mujer con caderas anchas es más fértil y además tendrá partos más sencillos. De esta manera se incrementan las posibilidades de supervivencia de la progenie. La misma lógica siguen el tamaño de los senos y la consecuente capacidad de producir alimento para el bebé. Desde la primatología se añade un elemento mas: los culos grandes recuerdan al hinchazón del trasero que experimentan algunas hembras de primate cuando están celo. Del mismo modo, los labios carnososo pintados de rojo recuerdan ese estado.
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