Una mujer posa con carne de mono ahumada en un poblado de Sierra Leona / Chiels
Al descuartizarlos, sin embargo, la sangre de los monos se convirtió en una bomba biológica para la especie humana. Al entrar en contacto con la sangre de su carnicero, el virus de la inmunodeficiencia simia que infectaba a aquellos animales saltó de especie. Había nacido el VIH-2, un causante del sida que todavía hoy casi nadie conoce.
Más de 70 años después de aquel episodio, más de un millón de personas están infectadas por el VIH-2, la mayor parte de ellas en África occidental, en países como Senegal, Nigeria y Sierra Leona. El virus, mucho más difícil de contagiar que su hermano el VIH-1 (culpable de la pandemia mundial), se quedó donde nació, pero poco a poco escapa de sus fronteras.
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