Casi inevitablemente, si alguien rompe un
espejo se le oye exclamar: ¡Siete años de mala suerte! Millones de
personas asocian las supersticiones de cualquier tipo con los espejos, y
muchas de ellas se deben a la creencia de que romperlos atraerá no sólo
mala suerte, sino una muerte en la familia durante el año siguiente.
Se toman extrañas precauciones para protegerse del demonio que se
supone acecha dentro de los espejos. Algunos padres los voltean hacia la
pared para evitar que sus hijos se vean en ellos antes de que cumplan
un año; creen que si lo hacen, podrían volverse tartamudos, no crecer
adecuadamente o morir en el lapso de un año. Muchas personas cubren los
espejos cuando alguien de la familia muere, pues creen que el espejo
atrapará el alma del fallecido impidiendo que llegue al cielo. Hay
quienes no soportan tener un espejo en la recámara o quienes lo tapan
con un paño antes de dormirse; temen que si su alma vaga durante la
noche, el espejo la atrape y eso le provoque la muerte.
Una superstición europea dice que verse en un espejo a la luz de la
vela es llamar a la desgracia. En todo el mundo, muchas personas
acostumbran cubrir los espejos durante una tormenta, pues creen que es
de mala suerte ver los relámpagos reflejados. Para ampararse en contra
de la mala suerte, algunas novias se quitan un zapato o un guante antes
de arreglarse la ropa frente aun espejo de cuerpo entero. De acuerdo con
ciertas creencias muy antiguas, es de mala suerte para una novia
probarse el vestido antes del día de la boda, así como verse
completamente ataviada con dicho traje.
Los antiguos egipcios y romanos tenían espejos hechos con metales muy
pulidos, pero lo más asombroso es que los poderes que se atribuyen a
los espejos comenzaron mucho antes de que se fabricara el primer espejo.
Las supersticiones con respecto a los espejos comenzaron cuando los
primeros hombres vieron sus reflejos en los estanques y creyeron que
eran espíritus o almas, o alguna parte esencial de ellos mismos, que
también podía ser dañada. Romper esa imagen equivalía a lastimar a su
otro yo.
Los espejos despertaron la vanidad, la cual fue vista como pecado. La
historia de Narciso, que se enamoró de la imagen que le devolvía un
estanque y se ahogó, en él, explica por qué algunos padres reprenden a
sus hijos por mirarse tanto en el espejo. Se dice que el mismo diablo
puede aparecerse para castigar a quienes así lo hagan.
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