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7 de septiembre de 2012

Las virtudes y defectos del trabajo remoto

Hace un par de días, me encontré con un artículo que publicó Scott Edinger en el blog de Harvard Business Review, acerca de por qué los trabajadores remotos son más comprometidos con su labor. Algunos de los puntos que enumera son:
  • La proximidad fomenta la complacencia: Según Edinger, que un jefe esté físicamente cerca de su empleado (sea a unos cuantos metros o en el mismo edificio), hace que la comunicación se de como algo por hecho, sin que existe una conexión real entre ambos.
  • La ausencia hace que la gente sea más difícil de contactar: Lejos de ser un obstáculo, resulta benéfico. Para Edinger, este esfuerzo obliga a los jefes a mantener una comunicación más constante para saber qué ocurre.
  • Los líderes de equipos virtuales usan mejor las herramientas: Al tener que usar diferentes recursos (correos, videoconferencias, mensajería instantánea, teléfono, etcétera), los líderes de equipo se hacen más eficientes.
  • El tiempo se aprovecha más: al ser más limitado el tiempo que están juntos, el líder de equipo tiende a ocupar mejor el tiempo que, paradójicamente, cuando los miembros se encuentran en el mismo espacio.


Bien, ¿qué tanto hay de cierto en esto? Desde mi experiencia, mucho. Comenzaré con un poco de mi historia: yo entré a trabajar a Hipertextual en julio de 2009, hace más de tres años. El equipo está repartido en diferentes países: España, México, Argentina, Venezuela, por nombrar algunos. Tuve que acostumbrarme a algunos cambios. Por ejemplo, que se rige por un huso horario diferente al mío y que prácticamente no hay oportunidad de conocer personalmente a tus colegas, salvo que hagas un viaje largo. Así, desperdigados por el planeta, teníamos que coordinarnos.

En un inicio fue sencillo. Escribía con otro blogger argentino, así que el único problema era ponernos de acuerdo entre los tres horarios que manejábamos (Madrid, Buenos Aires y Puebla). Si teníamos que compartir enlaces o coordinarnos sobre algún tema, usábamos una lista de correo. En 2010 ingresé a ALT1040 y a Vivir México. La dinámica se hizo diferente. En ALT1040 tenemos un flujo intenso de información y los tiempos de respuesta deben ser más rápidos. En Vivir México, había que comunicarse con otros tres más. Tuve la suerte de coordinar otro par de sitios, y en algún momento, estar como editor jefe de esta red. Pero, bueno, saltemos esos detalles. El punto es que, en estos tres años, aprendí muchas de las ventajas y desventajas del trabajo remoto. Estos son mis comentarios:
  • Sí hay una relación entre proximidad y complacencia… pero no es causal: En el trabajo remoto, la comunicación constante es un valor vital. No puedes darte el lujo de no estar al tanto de lo que ocurre. Me consta que es más sencillo consultar una duda o reportar un resultado si se cuentan con las herramientas adecuadas. Sin embargo, también hay displicencia en el trabajo remoto. Es más fácil que un empleado (o un jefe) “desaparezcan” porque apagaron el móvil, no tenían conexión a Internet o simplemente no tenían ganas de hacerle caso al trabajo. Es más una cuestión cultural.
  • La ausencia hace que te esfuerces más: Sí. En una oficina, basta con que te cambies de lugar para contactar a alguien. Aquí tienes que agotar los medios. Por ejemplo, yo puedo tener a un editor en un sitio colaborativo como Yammer, pero si no responde, hay otros mecanismos por dónde contactarlo: correo, Twitter, Skype o mensajería instantánea. El resultado, curiosamente, es priorizar mucho mejor. Como la comunicación es más difícil, eliges mejor los mensajes que envías. Nuevamente, también es un tema cultural: un jefe (o un empleado) poco atento al trabajo lo será dentro o fuera de una oficina.
  • Los líderes usan mejor las herramientas: La mayor ventaja del trabajo remoto, desde mi perspectiva. Hace unos meses, compartía por qué creo que el correo electrónico puede quedar obsoleto en las empresas. Es una de las lecciones del teletrabajo: aprendes a explotar mejor los recursos que tienes a la mano y a descubrir otros. A la larga, es una ventaja competitiva porque puedes implementar soluciones en otros ambientes. Va otra anécdota: yo aprendí a usar Dropbox gracias al trabajo remoto. Hace no mucho, el papá de un amigo me pidió que le configurara su nueva iPad, porque se iba de viaje y quería revisar los documentos que le mandaran por correo. Le conté que con Dropbox podía sincronizar todos los archivos de su empresa (los cuales están en una red interna) y mirarlos desde la tableta. La solución le cambió la forma de trabajar, pues ahora tiene la certeza de que puede supervisar el trabajo desde cualquier sitio.
  • El tiempo se aprovecha más: En las oficinas, uno de los grandes males es la proliferación de reuniones (en México, la denominamos ‘juntitis’). En el trabajo remoto son menos constantes, porque implica que todos se pongan de acuerdo en un mismo momento. Así, cuando ocurre una, se aprovecha más el tiempo. Es más común que una empresa de trabajo remoto implemente juntas de seguimiento cortas y puntuales que en una convencional. Lo que es cierto es que también son necesarias las reuniones físicas, sobre todo cuando hacer tormentas de ideas o necesitas discutir un tema por un buen rato. Como dicen, todo con medida.
En mi experiencia, el trabajo remoto puede ser muy exitoso si se saben abrir los canales de comunicación; y sobre todo, si existe compromiso de todas las partes. Sin embargo, mi mensaje principal es que las empresas no deben temer a no tener a todos sus elementos dentro de una oficina -algo muy común, pues se cree incorrectamente que trabajan menos-. El trabajo remoto es una excelente opción para que una compañía crezca sin estar limitada por la geografía y aprovechando el talento de otros sitios. Créanme, funciona. Si no, no estaría escribiendo hoy este texto.

Fuente:

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