El 11 de Mayo de 2011 ha comenzado con varios periódicos haciéndose eco de una predicción hecha hace varias décadas por Raffaele Bendandi, según la cuál hoy Roma debería haber sido destruida por completo por un terremoto de una magnitud. Se acaba el día y el terremoto no ha tenido lugar, y seguramente no lo tendrá.
I: Terremoto de San Francisco (1906)
Hoy para mofarme un poco de Bendandi he escrito esto, con la mala suerte de hacerlo justo en el momento en el que tenía lugar el segundo terremoto en Lorca. A causa de eso he tenido que aguantar como alguno me ha llamado gafe (¿?), y lo peor de todo, tener que ver luego como algunos medios (y muchas personas) decían que Bendandi había acertado en fecha, aunque se había equivocado por unos pocos kilómetros.
Pues bueno, en primer lugar hay que tener en cuenta que terremotos de magnitud 5.1 (y mayor) hay muchos en el mundo todas las semanas, una media de unos 28 que superan la magnitud 5 en todo el planeta, según las observaciones llevadas acabo desde 1900. Prácticamente todas las semanas un terremoto de magnitud mayor que 5 tiene lugar en Europa, y de hecho esta misma semana un terremoto de magnitud 5.1 ya había tenido lugar entre Grecia y Turquía.
Sabiendo esto, ¿qué sentido tiene creer que la predicción de un terremoto totalmente destructivo en Roma sí que ha tenido lugar, pero en Lorca y sin ser tan destructivo? Ninguna. Y para mostraros un poco más, os voy a hablar del hombre que predijo este suceso que no ha acontecido: Raffaele Bendanti.
II: Raffaele Bendandi
Raffaele Bendandi fue un italiano nacido en 1893 que desde que era pequeño se vio atraído por la astronomía, la astrología y los terremotos, sobre todo a raíz del gran terremoto de Messina el 28 de diciembre de 1908, que alcanzó la estremecedora cifra de casi 100.000 muertos. Fue en ese momento cuando se volcó completamente al estudio de terremotos en el pasado para intentar predecir los futuros terremotos.
Bendandi tenía una teoría particular sobre por qué sucedían los terremotos. Creía que se ocasionaban a causa de los movimientos de las placas tectónicas (algo que es cierto), pero teorizaba sobre el hecho de que estas placas se movían a causa de una combinación del movimiento de los planetas, de la luna y del sol, lo que les hacían perfectamente predecible el momento en el que las placas chocarían causando un terremoto.
Siguiendo su particular teoría y modo de predicción, algo que nunca confesó de forma detallada, llegó a realizar más de 300 predicciones de terremotos, más de la mitad de las cuales tendrían que acontecer en la zona Mediterránea. Sus predicciones habrían pasado sin pena ni gloria, de no ser porque acertó en dos de ellas en la zona de Italia. La primera aconteció el 13 de Enero de 1915 en Avezzano, pero en esa ocasión la única prueba de su predicción era su cuaderno particular de notas.
La segunda prediccion, fue la que le hizo saltar a la fama. El 23 de diciembre de 1923, registró ante notario que el 2 de enero del año siguiente un terremoto tendría lugar en la región de Marche. En efecto, el terremoto sucedió, pero de una magnitud mínima y dos días más tarde de lo que había predicho Bendandi. Aún así, el periódico Il Corriere della Sera anunció el éxito en su predicción a bombo y platillo.
III: Mapa de placas tectónicas
Pero pese a estos dos aciertos (aunque únicamente deberíamos hablar de medio), Bendandi no consiguió ningún acierto más. Las mejores aproximaciones no mejoraban los varios centenares de kilómetros de proximidad, y nunca acertaba en las fechas. El gobierno de Mussolinni, preocupado por los alarmismos innecesarios que sus predicciones provocaban, censuró por completo su trabajo, perdiéndose la mayor parte de sus predicciones.
Bendandi murió el 3 de noviembre de 1979, y en su casa se encontraron algunas predicciones, de las cuales ha trascendido hasta nuestros días la de la completa destrucción de Roma el 11 de mayo de 2011. Ahora, ¿qué credibilidad debería tener esto? Ninguna. Bendandi nunca llegó a explicar de un modo científico cómo había predicho esas fechas y lugares, por lo cuál no debería de tenerse en cuenta, menos aún cuando su porcentaje de acierto en vida fue irrisorio.
Yendo un poco más allá, ¿se pueden precedir los terremotos en la actualidad? Hoy mismo lo dejaba muy claro Ramón Aragón Rueda, responsable de la delegación del Instituto Geológico y Minero de España en Murcia, en una entrevista al periódico El Páis:
No hay una predicción temporal. Hay predicciones espaciales: se puede saber qué áreas son más propensas a sufrir un terremoto. Pero la predicción temporal no se puede hacer en ninguna parte del mundo. Ni siquiera de manera aproximada.
Eso no quiere decir que científicos e instituciones no intenten encontrar la forma de hacerlo, ya que sería un grandioso avance a la hora de evitar grandes catástrofes como las acontecidas en Haití el año pasado, o más recientemente en Japón. Pero el hecho de que se esté intentando, no significa que se estén consiguiendo grandes avances.
Quizá uno de los intentos de prevención de terremotos más interesante tuvo lugar en Parkfield, una pequeño pueblo de California. La USGS (United States Geologic Survey, Servicio Geológico de los Estados Unidos) se había percatado de que la primera parte del siglo XX habían ocurrido terremotos de magnitud 6 con una periodicidad de entre 20 y 25 años en este pueblo, habiendo sido el último en 1966.
IV: Mapa de terremotos de la USGS (25/4/2007)
Por ello predijo que un nuevo terremoto tendría lugar en Parkfield en la segunda mitad de la década de los 80. Para tener buenas mediciones de las condiciones justo antes del terremoto, estableció un centro de estudio en el pueblo, y espero a que el terremoto llegase. Pasó la década de los 80, y la década de los 90… y el terremoto no tuvo lugar. Finalmente, en el 2004 el terremoto sucedió, 38 años después del anterior rompiendo totalmente la periodicidad.
Lo peor fue que, estudiando los datos de los momentos anteriores al terremoto no encontraron nada que hubiera permitido predecir el terremoto, los niveles de temperatura del agua eran normales, las señales electromagnéticas también, ningún factor arrojó algo de luz sobre el asunto. Por lo que, si existe un modo de predecir los terremotos, está claro que no es fácil. Aún así, se sigue buscando y puede que algunos estén encontrando el camino.
Dicho todo esto, sólo deciros que lamento profundamente el terremoto de Lorca, pero os pido que no demos validez ni publicitemos este tipo de predicciones sin ningún tipo de rigor, ya que lo único que conseguimos con ello es tener miedos infundados y supersticiones innecesarias.