Jueves, 15 de julio de 2010
El Pensamiento Mágico
Cuando era adolescente, me encontré en la biblioteca con un libro de maldiciones, conjuros y pociones mágicas. Como estaba en la fase de leer literatura fantástica, no pude resistirme a echar un vistazo. Estaba lleno de recetas y rituales para todo tipo de propósitos. La mayor parte de ellos eran hechizos de amor. Realmente no le di un gran uso por aquel entonces. El que mejor recuerdo era uno contra las migrañas. La cura era presionar un hueco crudo contra tu frente y murmurar unas palabras mágicas que harían que el dolor pasara al huevo. El dolor se pasaría luego a quien fuese el desafortunado que se comiera el huevo.
Estaba fascinada por la cantidad de detalles que se prestaban sobre estos procedimientos mágicos, como a qué hora del día y en qué fase de la luna se supone que hay que cortas las hierbas, y me gustaba imaginarme cómo sería el mundo si realmente funcionasen estos conjuros. No probé ninguno de ellos. Mi razonamiento fue que si realmente funcionaban, nadie de este planeta sufriría por tener el corazón roto o dolor de cabeza. Hoy, probablemente daría una razón distinta. Los que ofrecen una cura milagrosa son los que deberían aparecer con la documentación científica para la eficacia del tratamiento. Huelga decir, que el libro de conjuros no se paraba a tratar con las evidencias de que los rituales tuviesen algún tipo de efecto.
Estaba pensando en el pequeño libro de conjuros recientemente cuando, por coincidencia, me crucé con un sitio web en el que venían hechizos. Está claro, Internet está repleto de tonterías, pero por alguna razón ésta me hizo pensar. No es sólo que el sitio ofreciese “hechizos de amor, amuletos mágicos, etc.”, querían dinero real por ellos. “Pongo a tu disposición hechizos mágicos, encantamientos, genios, talismanes y amuletos como GURÚ de renombre mundial y no como un aficionado en este campo”. Atento a las mayúsculas. El “conjuro para el retorno de un amante” parece que está particularmente extendido. Por lo que a mi concierne, el retorno súbito de uno de mis amantes pasados probablemente terminaría en pesadilla. Por lo que, tal vez, prefieras echar mano de un genio:
“La Conjuración o Invocación de genios es ahora posible siguiendo con precisión el conjuro de invocación de genios y ciertos poderosos rituales de invocación preparados por mi [...] Algunos ejemplos de las cosas que estos poderosos genios pueden hacer por ti [...] Si deseas viajar a otro país, no necesitas documentos o un avión. Simplemente ordenaselo a tu genio y él cogerá tus manos y en una fracción de minuto estarás en la tierra de tus sueños”.
¿Tal vez simplemente vende pastillas para dormir? Pero no, el genio también puede “darte los números de la lotería, bingo etc.” Lo que me hace pensar por qué el GURÚ no ha ganado aún la lotería.
Vale, lo admito, no llegué a ese sitio web accidentalmente. Leí un foro en el que una mujer insistía en que un conjuro que había comprado recientemente por sólo 200 dólares le había ayudado (con un problema de salud). No era un anuncio (no había enlaces ni nombres adjuntos). En realidad, en un principio no sabía de qué estaba hablando. Después supe que había gastado 200 dólares en que alguien le enviase un correo con algunas “palabras mágicas” probablemente generadas aleatoriamente. No pude más que quedar asombrada. Me generó dos preguntas: Primero, ¿por qué la gente gasta dinero en basura totalmente inútil? Segundo, ¿no dice la teoría económica estándar que el valor de un producto refleja toda la información sobre el mismo? Entonces, ¿por qué el milagro del mercado libre no pone un precio exacto de cero a los inútiles conjuros? (Para ser justa, probablemente tienen un ligero valor de entretenimiento y un efecto psicológico. Pero eso es como decir que te gastarías 200 dólares en un iPod, y que si no funciona el dinero aún estuvo bien gastado porque te sientes mejor ayudando a la economía).
Bien, pero... ¿cuál es la definición de pensamiento mágico?
Ciencia Kanija