Martes, 29 de septiembre de 2009
¿Cuál es el secreto de Armenia y sus campeones de ajedrez?
Pero antes conzcamos algunos datos de Armenia
La República de Armenia, es un país europeo/asiático, sin salida al mar, ubicado en el Cáucaso meridional. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán e Irán, y al sur con el
enclave azerí de Najicheván.
Armenia es una ex república soviética que hunde sus raíces en una de las más antiguas civilizaciones del mundo. Dotada de un rico patrimonio cultural, se destacó como la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial en los primeros años del siglo IV. Aunque Armenia es un estado constitucional secular, la fe cristiana desempeña un papel importante en su historia y en la identidad del pueblo armenio.
Cultural, histórica y políticamente, Armenia se considera parte de Europa. Sin embargo, su localización en el Cáucaso meridional la sitúa en la frontera arbitraria entre Europa y Asia: se trataría pues de una nación transcontinental. Estas clasificaciones son arbitrarias, pues no hay diferencia geográfica fácilmente definible entre Asia y Europa.
La nota llega vía la BBC:
Con tres millones de habitantes, Armenia ha ganado los dos últimos campeonatos mundiales de ajedrez masculino, superando a rivales como Rusia, China y Estados Unidos. ¿Cuál es el secreto?
No hablo una palabra de armenio, y el primer hombre que conocí en Armenia tampoco hablaba una palabra en inglés.
Era el taxista que me recogió en el aeropuerto.
"David", le dije, señalándome a mí mismo. "Tigran", dijo él, estrechándome la mano. "Tigran Petrosian".
Parece una extraña coincidencia. En 1963, Tigran Petrosian derrotó a Mijail Botvinnik y ganó el título mundial de ajedrez.
Para los occidentales era un soviético derrotando a otro. Los soviéticos utilizaron el ajedrez para mostrar la superioridad del comunismo sobre el capitalismo y montaron una eficiente fábrica de ajedrecistas que producía prodigios como si fueran salchichas.
Pero los armenios no tenían esa percepción. Para ellos, Petrosian era, por sobre todas las cosas, un armenio.
Obsesión natural
Decenas de miles de personas se reunieron en la Plaza de la Ópera de la capital, Ereván, para ver las movidas -transmitidas desde Moscú- reproducidas en tableros gigantes.
El resultado desató una ola de fervor patriótico. Ese mismo año John F. Kennedy fue asesinado.
"En Estados Unidos todos recuerdan dónde estaban cuando mataron a Kennedy", me dice un hombre. "Aquí en Armenia, todas las personas de cierta edad se acuerdan del momento exacto en que Petrosian ganó el título mundial".
Desde aquel momento, el ajedrez se convirtió en una obsesión natural.
Mi chofer no fue el único Tigran que conocí.
Tigran es un antiguo nombre armenio. Tigran el Grande construyó un gran imperio aquí en la época romana.
Pero desde las conquistas ajedrecísticas de Tigran Petrosian, los hombres con ese nombre se multiplican.
Tigran Xmalian es un director de una película que utiliza el ajedrez para relatar la historia moderna de Armenia. Es un relato trágico.
Un hecho clave de esa historia ocurrió durante la Primera Guerra Mundial. Cerca de un millón de personas -algunos dicen que más, otros que menos- fueron masacradas o murieron de cansancio mientras eran deportadas forzosamente por los turcos otomanos.
Desde fines de la década de 1980, Armenia ha vivido un terremoto catastrófico, una guerra con Azerbaiyán y un colapso económico. Según Tigran Xmalian, el ajedrez ofrece esperanza, la oportunidad de salvarse. Es que en el ajedrez -dice- todos los peones pueden convertirse en reinas.
Más tarde conocí al presidente de la Federación Armenia de Ajedrez. Me llevó meses concertar esa entrevista.
Puede sonar extraño, hasta que uno se da cuenta de que en su tiempo libre ese hombre es el presidente del país.
Su gabinete está compuesto por dos Tigrans: el primer ministro y el ministro de Finanzas.
El Estado ofrece entrenamiento gratuito para los jugadores más prometedores y garantiza un salario equivalente al sueldo promedio para todo armenio que alcance el título de gran maestro.
El presidente planea incorporar el ajedrez a los programas escolares.
"No queremos que el mundo conozca a Armenia sólo por el terremoto y el genocidio", me dice el presidente, Serge Sarkisian. "Preferimos que el país sea famoso por el ajedrez".
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BBC Ciencia