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7 de octubre de 2007

Se entregaron los Anti-Nobel.

Un equipo prueba que los roedores distinguen frases de holandés y japonés
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La Bomba Gay y un estudio sobre arrugas en la cama también fueron galardonados.
 Dan Meyer, ganador por un estudio sobre cómo tragarse un sable. Foto:  AFP / STAN HONDA
Dan Meyer, ganador por un estudio sobre cómo tragarse un sable. Foto: AFP /
¿Pueden las ratas de laboratorio distinguir entre la lengua japonesa y la holandesa? Sin dudas, al igual que los humanos y los simios. ¿Y si se nos ocurre pronunciar las frases al revés? Entonces no: se hacen un lío, como los simios y los bebés. Las dos respuestas son el resultado de una sorprendente investigación, fruto de años de trabajo, que le ha valido a un equipo de psicólogos de la Universitat de Barcelona (UB) obtener uno de los disparatados premios Ig-Nobel, versión gamberra y bromista de los auténticos Nobel. Sus autores, agradecidos por el honor, se lo tomaron con simpatía: "Cuando lo publicamos por primera vez, hace dos años, nos sacaron hasta en Nature y la CNN", explica el profesor Josep Trobalón. Los Ig-Nobel se entregaron la noche del jueves en la Universidad de Harvard (EEUU) en el transcurso de una ceremonia que demostró que los científicos, o al menos algunos, incluidos varios Nobel, tienen mucho humor y poca vergüenza.

Entre los premiados destacó especialmente el proyecto de Bomba Gay, un costoso armamento fallido que pretendía provocar la homosexualidad en las filas enemigas, así como un estudio sobre el jet lag en los hámsters, otro sobre los riesgos potenciales de introducirse espadas por la garganta y un cuarto sobre cómo se arrugan las sábanas. En total, 10 modalidades con nutrida representación extranjera. Las investigaciones, que sin excepción fueron publicadas en revistas científicas de prestigio, llenarán ahora un número especial de la revista satírica Annals of Improbable Research.

APTITUDES UNIVERSALES
Trobalón, junto a Juan Manuel Toro y Núria Sebastián-Gallés, investigadores del Grupo de Investigación en Neurociencia Cognitiva, del Parc Científic de la UB, tenían unos objetivos mucho más trascendentes que ganar un Ig-Nobel. Por supuesto. "Queríamos comprobar --dice Trobalón-- si la capacidad para distinguir el ritmo y la entonación, ya detectada en primates, era común a otros animales". Y el resultado indica que es un mecanismo más universal de lo que se creía. Los investigadores lograron discernir si las ratas distinguían entre las dos lenguas mediante un sistema de palancas: "Cuando escuchaban holandés y las accionaban, obtenían un premio de comida. Si era en japonés, no lograban nada".

Las ratas demostraron que no son nada estúpidas. En un principio, las frases que escuchaban eran siempre las mismas, por lo que podría pensarse que se las sabían de memoria, pero lo más curioso fue que, con el tiempo, los roedores aprendieron a distinguir de qué lengua se trataba incluso en frases que nunca habían oído. "Reconocían la entonación", resume el profesor de la UB.

El Ig-Nobel de la paz se lo llevó el Laboratorio de la Fuerza Aérea Patterson Wright, en Dayton (EEUU), que en 1994 sopesó fabricar la conocida como Bomba Gay, aunque lógicamente nunca tuvo ese nombre. Se trataba de una sustancia química, básicamente un gas de efecto afrodisiaco, que tenía por objetivo que los soldados del Ejército rival pensaran más en los atributos físicos de sus camaradas antes que en la lucha o, si se prefiere "para minar la disciplina de las unidades enemigas". El laboratorio de Dayton llegó a solicitar 7,5 millones de dólares para el proyecto. La bomba parece una inocentada, pero en su momento fue recogida profusamente por los más sesudos rotativos norteamericanos (el programa fue descubierto en diciembre de 2004 por Sunshine Project, una asociación de lucha contra las armas biológicas). Los organizadores de los Ig-Nobel lo intentaron, pero nadie de Dayton fue a recoger el galardón.

NO ES BUENO, NO
Mucho más absurdo y festivo fue el galardón Ig-Nobel en su modalidad de medicina. Lo ganaron el británico Brian Witcombe y el estadounidense Dan Meyer por un análisis de los efectos secundarios de introducirse espadas por la garganta y la conclusión de que esta práctica ocasiona irritaciones. Como prueba presentaron el caso de un hombre que se hizo daño en el esófago y al que se le inflamó la membrana protectora de los pulmones "cuando le distrajo un papagayo que tenía en el hombro y que se estaba portando mal".

El matemático Lakshminarayanan Mahadevan (Universidad de Harvard) y el físico Enrique Cerda Villablanca (Universidad de Santiago de Chile) fueron reconocidos por un sugerente estudio sobre cómo se arrugan las sábanas dependiendo de la tensión a las que son sometidas, un problema muy cotidiano. Técnicamente no fue un único estudio, sino varios realizados durante los últimos años ¡y que fueron publicados en Nature, Physical Review Letters y Proceedings of the National Academy of Sciences! En la categoría de economía, finalmente, ganó el taiwanés Kuo Cheng Hsieh, que patentó un dispositivo que lanza una red para capturar a atracadores de bancos. Estaba inspirado en Spiderman, como reconoció el propio Cheng Hsieh.

Fuentes:

El Periódico

Science (en inglés)

Terra España

Milenio.com

Y, finalmente les dejo el link oficial de los Anti-Nóbel:

ignobel.com
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