Sergio Correa BBC, enviado especial a Heiligendamm |
"Crecimiento y Responsabilidad" es el un poco ambiguo lema elegido por la presidencia alemana de este G8, pero resume la expansión y entrelazamientos de las economías mundiales y los peligros de su falta de coordinación.
La agenda a discutirse en la reunión de los países más poderosos del planeta tratará amplio rango de temas donde se incluyen aspectos ambientales, económicos, de asistencia social, comercial e incluso lo geopolítico.
Y aunque se puede definir como una cumbre ambiciosa respecto a las metas que se pretenden lograr, habrá que ver si los países del G8 están dispuestos a ceder posiciones y sacrificar intereses personales para llegar a acuerdos.
Control climático
El gobierno alemán propone un objetivo claro: limitar a 2°c el calentamiento del planeta hasta fines del siglo y reducir en un 50% la emisión de CO2 para el año 2050, aumentando en un 20% las energías alternativas para el año 2020.
Estados Unidos es el principal oponente a esta propuesta, que considera afectaría a su crecimiento económico, pero se espera que flexibilice su posición.
Países en desarrollo como China, que el próximo año se convertirá en el primer emisor mundial de CO2, y la India, argumentan que eso obstaculizaría sus avances económicos y quieren presentar alternativas.
Los resultados deberían acoplarse al acuerdo de Kyoto, que vence en 2012.
Ayuda a África
Centro de muchas cumbres y de otras tantas frustraciones, África estará otra vez como tema central.
Aunque en la cumbre del G8 de 2005 se aprobó duplicar la ayuda a África, el objetivo no se ha cumplido.
Alemania quiere que se aumente la ayuda a unos US$6.000 millones anuales hasta el año 2010; hasta ahora sólo se llega a US$2.300 millones.
Se propone un control de los destinos de los fondos, para evitar la corrupción, además de planes especiales para el control del SIDA, la malaria y la tuberculosis.
Control de fondos especulativos
Los llamados "Hedge Funds", bautizados por sus detractores como "fondos buitres", son fondos de inversión altamente especulativos sin los controles y obligaciones de las inversiones tradicionales, que movieron el año pasado cerca de US$1,5 billones.
Muchos expertos han alertado sobre su peligro para la estabilidad financiera mundial y han condenado su compra de la deuda externa de países pobres que luego demandan con ganancias multimillonarias.
Según afirmó a la BBC Jürgen Kaiser, consultor de la ONU para temas de la deuda, podrían llegar a US$4.000 millones las demandas de esos fondos a países en desarrollo, entre ellos Nicaragua, Bolivia, Haití y Honduras.
Kaiser comentó a la BBC que uno de esos fondos, Elliott Associates, compró deuda de Perú por US$11 millones y obligó, frente a tribunales británicos, a que el gobierno peruano les pagara US$58 millones en el año 2000.
En este G8 se discutirá la posibilidad de regularlos; EE.UU. y Reino Unido, de donde proceden la gran mayoría de ellos, se oponen.
Regular desequilibrios
EE.UU. posee actualmente un déficit en su balanza comercial que alcanza los US$600 mil millones.
Según los expertos, este tipo de desequilibrios y un despliegue descontrolado de las enormes reservas de los países asiáticos podrían llevar a una seria crisis económica internacional.
EE.UU. se ha negado hasta ahora de discutir el tema.
Propiedad Intelectual
El 85% de las patentes internacionales están en manos de los países miembros del G8, que esperan controlarlas también en países como China e India.
Sus detractores opinan que incluir al lado de copias "piratas" de software, películas y música, a productos como los medicamentos genéricos tendrían graves efectos en los países en desarrollo.
Inclusión de países "en vías de desarrollo"
México, Brasil, India, Sudáfrica y China se avistan como las próximas potencias en el escenario mundial.
Este G8 quiere impulsar su vinculación con las superpotencias bajo el nombre de "Proceso de Heiligendamm", aunque se descarta la inclusión de alguno de ellos en el Grupo de los 8.