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15 de agosto de 2007

La Oroya: donde la población vive con plomo en la sangre...

Todos los pobladores de La Oroya respiran plomo, comen plomo, beben plomo. No importa si trabajan o no en la Fundición de Cobre que desde 1922 funciona en esta ciudad. Todos ellos, sin distinción, tienen plomo en la sangre. Y Doe Run se burla del país pues no cumple NI CUYMPLIRÁ este 2007 con los estándares de claidad y respeto al medio ambiente. ¿Y Alan García? Inaugurando el bano chileno de Saga Falabella.



Amílcar Espinoza Guadalupe es uno de ellos. Aunque nació en San Pedro de Cajas, a los 17 años llegó a La Oroya, con el deseo de culminar sus estudios secundarios y en 1974 comenzó a trabajar en lo que entonces era Centromín Perú. Sin darse cuenta pasaron 25 años, y sin casi sentirlo también, su sangre se llenó de plomo.


“En mi último examen salió que tenía 26 (microgramos por decilitro) de plomo en la sangre. Antes tenía mucho más, pero se ha reducido por las recomendaciones que ha dado la nueva empresa”, señala, refiriéndose a Doe Run, que en octubre de 1977 compró la empresa.

Dice que ni él, ni su esposa, ni ninguno de sus cuatro hijos –que tenían plomo cuando vivían en la ciudad– han tenido algún problema físico o mental. “Es más, dos de mis hijos estudian ahora en el extranjero y les va muy bien”, dice orgulloso. Lamentablemente no a todos les va tan bien.

Efectos nocivos
“Todos aquellos que viven en La Oroya tienen algún nivel de plomo en la sangre. Eso no se puede negar, pero los más vulnerables son los niños menores de 6 años”, asegura el médico jefe del Convenio del Ministerio de Salud, Digesa y Doe Run, Jesús Díaz Matos.

Explicó que por un problema de presupuesto solo los niños pequeños fueron sometidos a una prueba de sangre. Los resultados son los siguientes: El 82% de los 788 niños examinados tienen entre 20 y 44.9 microgramos de plomo por decilitro de sangre; y el 8.4% tiene entre 45 y 69 microgramos, cuando el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud es de 10 microgramos.

“En cinco niños se halló más de 70 microgramos de plomo. Con esa cantidad se supone que deberían tener problemas de daños severos en el sistema nervioso, problemas de conducta, trastornos de comportamiento, hiperactividad y problemas auditivos”, refiere el doctor Matos.

Sin embargo, los médicos solo han podido descartar los problemas de adición. No se han realizado exámenes sobre los otros efectos por falta de presupuesto.

Indicó que, sin embargo, se ha notado que el 23% de los niños que viven en La Oroya Antigua, que es la zona más afectada, tienen un problema de crecimiento.

Acciones a favor
Funcionarios de Doe Run admitieron que los trabajos de fundición de concentrados de cobre y plata, así como de la refinería, emiten además de plomo, niveles de ácido sulfúrico, cadmio y arsénico por encima de los niveles permitidos, pero están implementando nueve proyectos del Programa de Adecuación de Manejo Ambiental (PAMA)para reducir la contaminación.

“Para el 2006 la emisión debe estar por debajo de los límites permitidos. Sólo quedará pendiente el caso del ácido sulfúrico, pues se necesita 100 millones de dólares para la nueva planta, que debe estar lista el 2010”, asegura el ingeniero Armado Egas, encargado de asuntos ambientales.

Mientras tanto, se han aplicado programas para mejorar la alimentación, limpieza e higiene personal, con lo que se ha logrado disminuir los niveles de plomo. La proyección es que en dos años se reduzcan al mínimo el plomo en aquellos que tienen menos de 45 microgramos. Nadie puede asegurar qué pasará con los más afectados.

Fuentes:

Perú Actual

Doe Run no cumple (ni cumplirá) con los estándares de claridad.
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