Latest Posts:

31 de diciembre de 2008

Un 2008 "catastrófico"

Niño afectado por el ciclón Nargis
El ciclón Nargis provocó la muerte de unas 130.000 personas en Birmania. Conocer Ciencia informó sobre este drama: Link

El año que despedimos este miércoles ha sido uno de los más devastadores en cuanto a desastres naturales se refiere, según informó una de las principales aseguradoras mundiales.

La compañía Munich Re asegura en su informe anual que el impacto de las catástrofes naturales en 2008 ha sido mayor que en 2007 por la dimensión de las pérdidas humanas y económicas.

Según la aseguradora, el cambio climático está destrás del poder destructivo de los huracanes e inundaciones que han afectado a nuestro planeta en 2008.

Aunque en los últimos doce meses se produjeron menos fenómenos meteorológicos extremos que el año anterior, el impacto de éstos fue mayor.

En 2008 más de 220.000 personas han muerto a consecuencia de fenómenos como ciclones, terremotos e inundaciones, el mayor número desde 2004, cuando ocurrió el Tsunami que asoló el sureste asiático.

Las pérdidas globales ascendieron a US$200.000 millones, de los que US$45.000 no estaban asegurados, un 50% más que en 2007.

Ello hace de 2008 el tercer año más costosos registrado hasta el momento tras 1995, cuando un terremoto asoló la ciudad japonesa de Kobe, y 2005, cuando el huracán Katrina azotó el sur y centro Estados Unidos.


Cambio climático

"El cambio climático ya se ha iniciado y es probable que esté contribuyendo a que ocurran con más frecuencia fenómenos meteorológicos extremos que provocan desastres naturales", dijo Torsen Jeworrek, de Munich Re.

En 2008 Asia fue el continente más afectado por las catástrofes naturales.

En Birmania el ciclón Nargis provocó la muerte de unas 130.000 personas, mientras que el terremoto que asoló la provincia china de Sichuan en mayo dejó un balance de 70.000 víctimas mortales y millones de personas sin hogar.

Según la aseguradora Munich Re, las pérdidas de US$85.000 millones lo convierten en el segundo terremoto más caro de la historia después del de Kobe.

Aunque estos dos fenómenos causaron el mayor número de pérdidas humanas, las pérdidas económicas para las aseguradoras no fueron elevadas, ya que pocos de los bienes estaban asegurados.

El evento más caro de 2008 fue el huracán Ike, que causó US$30.000 millones en pérdidas. Se trató de uno de los cinco mayores huracanes del año en el Atlántico Norte.

Según el colaborador de BBC Mundo en Cuba Fernando Ravsberg, las autoridades de la isla señalaron que los daños ocasionados por Ike y por los huracanes Gustav y Paloma, superaron los US$9.000 millones, teniendo en cuenta el impacto en las viviendas, las obras sociales, la agricultura y el sistema eléctrico.


Año caluroso

En 2008, alrededor de 1.700 tornados atravesaron EE.UU. causando pérdidas por valor de miles de millones de dólares, igual que las lluvias en Europa causadas por sistemas de baja presión.

Según Munich Re, que cita cifras de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2008 fue el 10º año más caluroso desde que empezaron las mediciones, y destaca que los diez años más calurosos registrados han tenido lugar en los últimos 12 años.

"Es pura lógica: cuando las temperaturas aumentan hay más evaporación y la atmosfera tiene mayor capacidad para absorber vapor de agua, por lo que su contenido de energía es mayor", señala el profesor Peter Hoppe, jefe de investigación de Munich Re.

La periodista de la BBC Jane Barrie señala que la aseguradora recomienda que las naciones adopten "reglas efectivas y vinculantes para reducir las emisiones de CO2" y así combatir el cambio climático.

"Si no lo hacemos a tiempo, será muy costoso para las futuras generaciones", señaló Torsen Jeworrek.

Fuentes:

BBC en español

El País - España

Las vueltas que da la Tierra (un año con un día y un segundo de más)

29 de diciembre de 2008.- 2008 ha sido año bisiesto. Desde la época de Julio César, cada cuatro años se doblaba el sexto día previo a las calendas de marzo (bis sextus, el sexto repetido se le llamó) para dar cuenta de que una revolución terrestre alrededor del Sol no es un número exacto de rotaciones terrestres. Es decir, que el año dura un número no exacto de días. La reforma gregoriana vino a corregir un problema de mayor exactitud, quitando tres años bisiestos cada 400 años. La historia de los calendarios es apasionante, porque no solemos darnos cuenta de que la astronomía está detrás de esas aparentemente extrañas normas.
Lo mismo nos pasa con la medida de las horas. Cuando se intentaron ordenar e internacionalizar los sistemas de medida con el sistema métrico decimal (una verdadera revolución que tuvo que nacer con la Revolución Francesa) la unidad de tiempo fue el segundo, definido a partir de la duración del día terrestre, es decir, de su rotación: 1 segundo es 1/86400 del día. O bien: en un día hay 86.400 segundos.
La coordinación de la medida del tiempo, de la hora, fue más complicada y tuvo que esperar a 1912, cuando se estableció, en el Observatorio de París la Oficina Internacional de la Hora (BIH), encargada de establecer una medida común para tomar tiempos que pudieran coordinarse. Se mantuvo esa duración del segundo y se estableció el Tiempo Universal que se medía desde 1884 en el Observatorio de Greenwich, como la base para todo el mundo. Correspondía además con la hora solar media de Londres, lo que permitía mantener la costumbre de los relojes de Sol.

La coordinación de las medidas de tiempo se hacía en París, a partir de observaciones astronómicas y cálculos que permitían una gran precisión. Pero a mediados de los 50 se inventaron los relojes atómicos: sistemas en los que la oscilación de un átomo (habitualmente Cesio) marca la frecuencia que, multiplicada miles de millones de veces, permite contar segundos. La definición en el Sistema Internacional del segundo cambió porque esa medida resultaba muy precisa y se podía reproducir rápidamente, sin tener que esperar a las observaciones astronómicas y los cálculos posteriores.
Pero se comprobó así, con la mayor precisión del Tiempo Atómico, que la rotación de la Tierra era un proceso demasiado variable como para mantener una buena cuenta del tiempo. Debido a los movimientos de la corteza tras la glaciación y, sobre todo, debido al frenado que producen las mareas lunares en nuestro planeta, el día se hace poco a poco más largo. En promedio, en el último siglo ese aumento ha sido de 1,7 milisegundos (por día).
Es una cantidad nimia, pero suficiente para que ese tiempo de los relojes atómicos difiera del tiempo derivado de la medición de la rotación terrestre, en una cantidad que puede llegar a 2 segundos algunos años... Por eso, desde 1972 en el TUC, el tiempo universal coordinado que es un consenso proporcionado por relojes que los responsables de la medida de la hora, actualmente el IERS (Servicio de Sistemas de Referencia y de la Rotación Terrestre, un organismo dependiente de la Unión Astronómica Internacional y la Unión Internacional de Gerodesia y Geofísica se introduce de vez en cuando un segundo de más, una discontinuidad en la hora oficial que permite que los relojes atómicos (continuos, base del sistemas) mantengan una cuenta que siga siendo parecida a la de siempre, la que antes daban los relojes solares y luego los relojes puestos en hora por los observatorios astronómicos.
En los últimos años no ha sido preciso introducir muchos de estos segundos intercalares, no porque la Luna nos frene menos, sino por otros movimientos y cambios en la rotación de la Tierra, complejos de modelizar, pero que se miden cada vez con mayor precisión gracias a los satélites, que han evitado que esa rotación se frene al ritmo habitual. Fue en 2005 la última vez que se introdujo un segundo extra entre el final del segundo 23:59:59 del día 31 de diciembre y el 00:00:00 del 1 de enero.
Para quienes quieren ver en todo posibles catástrofes, teniendo en cuenta que en los últimos 20 años se han introducido 11 segundos de estos y ni se cayeron los ordenadores, ni hubo accidentes aéreos, ni tampoco los cacos pudieron emplear el segundo del ajuste para robar los principales bancos internacionales, lo cierto es que podemos estar razonablemente tranquilos. Eso sí, podemos también entender que la Unión Internacional de Telecomunicaciones haya recomendado que sería más sencillo mantener el tiempo oficial como un tiempo atómico sin correcciones ni saltos discontinuos. Eso llevaría a corregir algo los trabajos astronómicos y, para mantener una relación más cercana con las mediciones clásicas del tiempo (eso de que al mediodía el Sol quede al Sur... aunque con los cambios de hora de por aquí y el tiempo central europeo eso no pase nunca en España) sería conveniente introducir no un segundo de vez en cuando, sino ya puestos 3.600 de golpe: una hora intercalar cada tres siglos, aproximadamente.
Fuente:
El Mundo - Blog Cosmos

22 de diciembre de 2008

La Estrella de Belén: Nueve Hipótesis

La Estrella de Belén: Nueve Hipótesis

Nos despedimos del 2008, ante todo quiero agradecer a todos por sus preferencias ya que seguimos en el Top 10 de PerúBlogs, en la categoría de ciencias. Esto nos motiva seguir en nuestra tarea de difundir la ciencia a través de Internet y en la televisión local de Barranca, canal 23 de EconoCable Plus.


Para despedir este año les dejo este Power Point que Conocer Ciencia ha creado para un programa especial de Navidad, trata sobre la estrella de Belén, aquella mítica estrella que señalara el lugar de nacimiento del Mesías. Y el astro que guió a los reyes magos. Isaac Asimov nos explica, a través de nueve hipótesis, este hecho relacionado, obviamente, con la astronomía.

Es un libro interesante que se puede descargar desde
aquí.bdigital.binal.ac.pa/.../ASIMOV.../I.%20A.%20-LA%20ESTRELLA%20... Y esta es la presentación, para el programa de Navidad:




Personalmente agregaría una décima hipótesis, me parece raro que se le haya escapado a Isaac Asimov: la hipótesis de que la estrella de Belén era en realidad un OVNI (objeto volador no identificado). Bien, naturalmente no sostengo esta hipótesis, pero se debió de incluir, tal vez en una futura edición lo haga.

Aprovechen los feriados para reunirse con la familia y/o generar, o retroalimentar, nuevas proyecciones para el corto, mediano y largo plazo. Y no se olviden de generar un espacio especial para la conservación del medio ambiente y el servicio social (o ayuda al prójimo). Es vital.

Hasta el 2009:

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria

21 de diciembre de 2008

Los diez avances científicos del año


Recopilación de Andrea Naranjo, de diversas fuentes: Barrapunto Por la boca muere el pez y Time. Tenía que publicarlo en este blog. Amantes de la Ciencia ¡disfrútenlo!


Top Ten de Science

1. Reprogramación celular

2. Planetas extrasolares o Exoplanetas

3. El libro gordo del gen cancerígeno

4. Nuevos superconductores a altas temperaturas

5. Atención: proteínas trabajando

6. Quemar agua

7. El vídeo embrionario

8. Grasas buenas, malas y de colores

9. La predicción de la masa del protón

10. Secuenciación de genoma en oferta: más rápida y más barata



Top Ten Time

1. El Gran Colisionador de Hadrones - Large Hadron Collider

Conocer Ciencia dedicó varios artículos: LHC 1 - LHC 2 - LHC 3

2. El polo Norte… de Marte

3. Genoma articial

4. China al Espacio

5. El caso de los gorilas en el Congo

6. Los explanetas (y sus primeras imágenes)

7. El poder de la invisibilidad en Berkeley

8. La reconstrucción del 80% del genoma del mamut

9. La alfabetización científica de la población en Estados Unidos ¿Hacia dónde va? Universidad de Michigan

10. La primera familia (Descubrimiento comentado ya en La revolución naturalista en El mito de la familia



Fuentes:

Luna Antágonica de Andrea Naranjo

Diario El Mundo - Ciencia

ABC - España

Time Top 1O

Por la boca muere el pez

15 de diciembre de 2008

Arqueología: Descubren una ciudadela Wari en Lambayeque

Arqueología:

Descubren una ciudadela Wari en Lambayeque (Perú)



Chiclayo, dic. 14 (ANDINA).- Una ciudadela de la cultura Wari, que se constituiría en un "eslabón perdido" del desarrollo cultural del departamento de Lambayeque (Perú), donde se erigen grandes fortificaciones de piedra de carácter militar y religioso, fue descubierto en el Complejo Arqueológico de Cerro Pátapo, ubicado a 22 kilómetros de esta ciudad.

Estos importantes hallazgos fueron descubiertos tras los trabajos de mantenimiento que está realizando la Unidad Ejecutora Naylamp:111- Lambayeque en la zona.




Cesar Soriano Ríos, arqueólogo de la Unidad Ejecutora Naylamp, refirió que en ese lugar se desarrolló un estado aristocrático que administraba todo el valle, cuya presencia militar fue imponente.

En este lugar se puede evidenciar celdas y lugares de sacrificios humanos, cuyos restos eran lanzados al precipicio.

Soriano Ríos indicó que en la etapa de introspección se ha observado osamentas en las partes bajas de la zona, que eran de las posibles víctimas lanzadas al abismo.

Agregó, que éstas fortificaciones son de gran importancia para conocer el eslabón del desarrollo cultural luego de la extinción de la cultura Moche, en los años 700 d.C., donde se habría desarrollado la presencia de la cultura Wari en esta zona en los años 700 a 1200 d.C.



“Es la primera vez que se determina la presencia de esta cultura que se expandió desde el sur de nuestro país”, acotó.

Por su parte, Celso Sialer Távara, director de la Unidad Ejecutora Naylamp- Lambayeque, señaló que en las labores de mantenimiento y prevención se han invertido 40 mil nuevos soles, ante las denuncias de huaqueo y destrucción de este importante patrimonio arqueológico.

“Se contrató a 43 obreros de la zona de Pátapo y Pósope Alto y luego de concluidos estos trabajos quedará un vigilante en la zona con el fin de cuidar este importante legado cultural, hasta que se inicie la etapa de investigación arqueológica”, concluyó.

Fuentes:

Agencia Andina - Perú


Terra - España


La República - Perú


El Comercio - Perú (incluye video)

Arqueología: Hallan una ciudadela preinca en el corazón de la Amazonia peruana

Arqueología:

Hallan una ciudadela preinca en el corazón de la Amazonía (Perú)


Un grupo de escolares ha descubierto al norte del país una ciudadela que podría pertenecer a la civilización Chachapoyas, que tuvo su época de esplendor hace mil años. Ésta se desarrolló en la provincia de Utcubamba, departamento de Amazonas (Perú), donde se ubican, además de los restos encontrados, la fortaleza de Kuélap, un importante sitio arqueológico peruano de esta cultura.

Con este hallazgo, se confirman los rumores que hablaban de la existencia de restos preincas escondidos en la selva.

El lugar está situado a unos 800 kilómetros al noreste de Lima, en un cerro de una altitud de unos 2.200 metros, con abundante flora y fauna, y al borde de una catarata de 500 metros. Entre los restos, semiocultos por la maleza, se han encontrado algunas fortificaciones, viviendas circulares de piedra en una extensión de unas cinco hectáreas, en las que había bateas de piedra que se presume se utilizaron para moler semillas o plantas silvestres.

La construcción llega hasta un abismo, utilizado, supuestamente, por los antiguos habitantes como mirador y para divisar a sus posibles enemigos.

En la zona también se han hallado pinturas rupestres, hecho que permiten apuntar a que se trata de una civilización preinca, y dos cavernas con restos de cerámica, actualmente protegidas por rondas campesinas del lugar para evitar su saqueo y desaparición.

Se espera que expertos del Instituto Nacional de Cultura peruano viajen a Utcubamba para establecer más detalles y confirmar la época de que puede datar la construcción. Agentes municipales han solicitado al gobierno regional de Amazonas la creación de un circuito turístico en el lugar, ya que también alberga la catarata Lejía con 672 metros de altura.

Fuentes:

AFP Noticias

Diario La Primera - Perú

HostelTut

Libros: Eutanasia

Libros:

Eutanasia


Con auditorios a favor y en contra de la eutanasia, el cierre de la vida, ese instante en el que la muerte acecha ha sido (y es actualmente), materia de arduas discusiones en la sociedad. Para conocer una mirada médica y ética sobre el asunto, Futuro, que no teme en lo más mínimo a las controversias, presenta Ayudar a morir (Katz Editores).

Por Iona Heath
LA NEGACION CONTEMPORANEA DE LA MUERTE IMPONE AGOBIOS ADICIONALES TANTO A MEDICOS COMO A PACIENTES.
“Triunfo de la muerte”, Brueghel (Landesmuseum Joanneum)

“La sociedad, el arte, la cultura, toda la civilización humana no es sino evasión, un gran autoengaño colectivo cuya intención es hacernos olvidar que incesantemente caemos por el aire, que a cada instante estamos más cerca de la muerte.”
Sven Lindqvist, Exterminate All The Brutes

INTRODUCCION: UNA HISTORIA

Por John Berger

F. tenía 95 años y, si bien caminaba tan encorvado como una navaja a medio abrir, se preparaba las comidas, leía el periódico y seguía lo que sucedía en Medio Oriente. Desde la muerte de su esposa, ninguna mujer había vivido en la granja. Sus hijos, que sí lo hacían, habían aumentado el número de vacas lecheras de tres (cuando iban a la escuela) hasta las más de cien actuales. A medida que F envejecía, sus hijos, que creían en el trabajo, lo aceptaron tal como era y no trataron de cambiarlo. Era un hombre que pensaba, rezaba y no trabajaba mucho. Era anarquista por temperamento. Respetuoso y obstinado al mismo tiempo.

Hace poco los hijos reconstruyeron toda la casa, pero dejaron intacta su habitación, ubicada junto a la cocina, para que pudiera seguir dando exactamente los mismos pasos, seguir con su rutina de cortar verduras para la sopa, rezar, encender la pipa y tratar de contestar sus propias preguntas. F. murió hace dos martes. Por la tarde, apenas antes de la hora de ordeñe, los hijos lo hallaron en el suelo junto a su cama. Le costaba respirar. Telefonearon a todos los lugares posibles. Sólo los bomberos locales contestaron.

Alrededor de las diez de la noche los bomberos trasladaron a F. al hospital de la ciudad más cercana, donde murió a las cinco de la mañana. Retirado con precipitación de su casa, pasó las últimas horas de su larga vida con escasa atención médica. En tales circunstancias, de las que ninguno de los involucrados tuvo la culpa, murió separado arbitrariamente de toda la experiencia humana, aprendida en el transcurso de siglos, relacionada con la tarea de estar con -y acompañar- a los moribundos.

En su juventud había pocos médicos en esta región alpina, y las personas estaban acostumbradas a manejar la enfermedad (y la muerte) entre ellas. Para el momento en que nacieron los hijos había un servicio médico nacional: los médicos recibían llamados en plena noche y acudían a las casas; los hospitales se ampliaron. Poco a poco la población empezó a depender de un consultorio médico profesional y a tomar pocas decisiones por sí misma. Hace diez años, con la privatización y la desregulación, las cosas volvieron a cambiar. En la actualidad, la atención médica en un caso de emergencia quedó reducida a un servicio de transporte compulsivo. F. no murió en lugar alguno.

CAPITULO I: LA NEGACION DE LA MUERTE

Hace unos años, una de mis pacientes fue hospitalizada cuando perdió el conocimiento. El director de la institución geriátrica en la que vivía pidió una ambulancia. La mujer, una viuda de 80 y tantos años, estaba muy débil. En ese momento la preocupación por la discriminación a los ancianos estaba en su apogeo y, tal vez como consecuencia de ello, la paciente fue internada en una unidad coronaria donde se le brindó la mejor atención posible.

La mujer se recuperó y, dado que parecía encontrarse bien, se la dio de alta una semana después. Cuando la visité me dijo que estaba muy agradecida por cómo la habían atendido, pero manifestó su profundo disgusto por un tratamiento que consideraba completamente inapropiado. Me explicó que tanto su esposo como casi todos sus amigos y conocidos ya habían muerto, que su fragilidad física le impedía hacer prácticamente todas las cosas que le gustaban y que no tenía deseos de seguir viviendo.

Nadie le había preguntado nada al respecto ni se había tratado de determinar si el tratamiento -eficaz y por lo tanto recomendado- resultaba apropiado en su caso específico. Murió tres semanas después, mientras dormía. El elevado costo del tratamiento anterior había resultado inútil, perturbador y antieconómico. Como médico generalista, soy consciente de que no hago lo mejor para muchos de mis pacientes, sobre todo en el caso de los que agonizan. ¿Por qué son tan pocos los pacientes que tienen lo que se calificaría como una buena muerte? ¿Qué es una buena muerte? ¿Qué forma de morir queremos para nosotros y para nuestros seres queridos?

Hablando con amigos y colegas, compruebo que muchos pueden describir su participación en una muerte especial, aquella en la que el moribundo parece poder controlar y orquestar el proceso y morir con tal dignidad y calma que todos los que lo rodean, entre ellos el médico, se sienten privilegiados por la vivencia de esa situación y, en cierta forma extraña, enriquecidos por ella. Sin embargo, es sorprendente qué poco comunes son esas muertes. Muchos más son objeto de manoseo y falta de respeto, y quedan sumidos en el pánico, el sufrimiento o ambas cosas, circunstancias que llevan a que quienes permanecen entre los vivos, incluido el médico, abriguen sentimientos de rabia, culpa y tristeza.

CUANDO LA MUERTE SE HACE FAMILIAR

En Un hombre afortunado, John Berger destacó el importante papel que desempeña el médico generalista en relación con la muerte: “El médico es el familiar de la muerte. Cuando llamamos a un médico, le pedimos que nos cure y que alivie nuestro sufrimiento, pero si no puede curarnos también le pedimos que sea testigo de nuestra muerte. El valor del testigo es que ya vio morir a muchos otros [...]. Es el intermediario viviente entre nosotros y los innumerables muertos. Está con nosotros y estuvo con ellos, y el consuelo difícil pero real que los muertos ofrecen por su intermedio es el de la fraternidad”.

En los últimos cien años, sin embargo, el éxito espectacular de la medicina científica permitió que los médicos abandonaran ese papel tradicional de “compañeros de la muerte”. Poco a poco, el desafío tecnológico de prolongar la vida fue adquiriendo prioridad sobre la calidad de vida. Como consecuencia de procesos peligrosos e insidiosos, perdimos de vista en qué grado la forma en que vivimos tiene más importancia que cuándo morimos. De manera perversa, eso se hace más evidente en la atención de los moribundos.

La soberbia de la medicina científica alimenta cada vez más expectativas de salud perfecta y de longevidad. Periodistas y políticos, y sobre todo la industria farmacéutica, aprovechan esos procesos con entusiasmo. En buena medida, el objetivo de la atención médica y el límite respecto del cual se la evalúa pasó a ser la simple prolongación de la vida. Hablamos constantemente de muertes evitables, como si la muerte pudiera prevenirse en lugar de posponerse. Nos imponemos actividades y limitaciones que, suponemos, permitirán que vivamos más tiempo, y al parecer nunca se piensa en lo oportunas que son muchas muertes.

Los lineamientos de la atención médica parecen cada vez más producto de protocolos empíricos cuya naturaleza hace que se considere a los pacientes como unidades estandarizadas de enfermedad. Esos protocolos no tienen manera de dar cabida al relato de cada individuo, a los valores, las aspiraciones y las prioridades de cada persona diferente y a las formas en que los mismos van cambiando con el tiempo. El resultado es que una intervención empírica racional de eficacia comprobada puede terminar por ser inapropiada, antieconómica e inútil.

EL COSTO DE MIRAR PARA OTRO LADO

Las sociedades occidentales coinciden en lo que Philip Larkin calificó como “el costoso apartar la vista de la muerte”. El costo es monetario, pero también tiene un profundo efecto en la experiencia de la vida y de la muerte. A pesar de las onerosas pretensiones de la medicina, la muerte sigue siendo el final inevitable de la vida, y a menudo es impredecible, arbitraria e injusta, si bien cada vez más se la considera un simple fracaso de la medicina y de los médicos. La medicina no puede prometer el alivio de todo el dolor y el malestar corporal, pero cada vez los toleramos menos y nos mostramos más convencidos de que tenemos derecho a una salud perfecta.

El constante énfasis en los factores de riesgo de enfermedad ocasionados por el estilo de vida genera un clima de responsabilización de la víctima, que agrega un sentimiento de culpa a la angustia y el terror que sufren aquellos que, azarosamente, padecen una enfermedad grave. Susan Sontag destaca que en las películas de Ingmar Bergman la justicia –la idea de que los personajes tienen lo que se “merecen”– está rigurosamente excluida. Eso puede explicar el carácter sombrío de algunas de sus películas, pero también destaca su fuerza y su autenticidad.

Todos tratamos de darle sentido a la vida mediante la construcción de un relato coherente fundado en relaciones de causa y efecto. Nos decimos, y les decimos a los demás, que algo sucedió porque hicimos esto o porque se nos hizo aquello, pero el vínculo entre causa y efecto suele ser mucho más tenue de lo que nos gusta pensar. La actual ola de afirmaciones exageradas sobre el poder de la medicina preventiva forma parte del mismo fenómeno. Queremos creer que si nos comportamos bien, si comemos los alimentos adecuados y con moderación, si hacemos ejercicio de manera habitual, etc., se nos recompensará con una vida larga y saludable. Sin embargo, como nos muestra Ingmar Bergman, no necesariamente es así. Arthur Kleinman señala: “El cáncer es un recordatorio perturbador del núcleo inexorable de azar, incertidumbre e injusticia –todos ellos cuestiones de valor– de la condición humana. La negación contemporánea de la muerte impone agobios adicionales tanto a médicos como a pacientes”.

MORIR CON DIGNIDAD

Cuando sienten que se los responsabiliza de toda muerte, la culpa y la incomodidad impulsan a los médicos a luchar cada vez más por la prolongación de la vida, a menudo en detrimento de su calidad. Un estudio sobre la atención a pacientes con cáncer o demencia en estado avanzado, que agonizaban en un hospital de agudos de los Estados Unidos, reveló que se había intentado una resucitación cardiopulmonar en el 24 % de ambos grupos y que el 55 % de las personas que padecían demencia senil murieron con los tubos de alimentación forzada todavía puestos. La consecuencia es que “en los Estados Unidos hoy es casi imposible morir con dignidad a menos que se trate de una persona pobre”.

Uno de los encuentros más desafortunados de la medicina moderna es el de un anciano débil e indefenso, que se acerca al final de su vida, con un médico joven y dinámico que comienza su carrera. En un estudio llevado a cabo por S. A. Murray, éste y sus colegas utilizaron técnicas de investigación cualitativa para comparar la experiencia de la muerte en países ricos y pobres. Descubrieron que mientras los pacientes de Kenia manifiestan el deseo de morir para verse libres del dolor, los pacientes escoceses afirman que quieren morir debido a los efectos colaterales del tratamiento médico. Eso parece una condena terrible a la atención médica moderna.

Christopher Ricks describió a Samuel Beckett como el gran escritor de una época que ha creado nuevas posibilidades e imposibilidades, incluso en lo que respecta a la muerte, una época que ha prolongado la longevidad hasta hacer de aquélla tanto una pesadilla como una bendición.

Por lo que parece, la gente común toma cada vez mayor conciencia de la pesadilla, sobre todo cuando envejece. Y manifiesta esa conciencia a través de la adopción entusiasta de instrucciones por adelantado en materia de autodeterminación y testamentos vitales, mediante los cuales manifiesta su voluntad anticipada para el caso de carecer de facultades en el momento de decidir acerca de su tratamiento médico.

He afirmado que en la sociedad contemporánea la soberbia y la ambición de la ciencia biomédica son las principales responsables de la negación peligrosa y nociva de la muerte. Sin embargo, cuando visité el nuevo edificio de Daniel Libeskind para el Museo Judío de Berlín y estuve en la oscuridad helada de la Torre del Holocausto, comencé a preguntarme si la atrocidad genocida de tanta muerte en el siglo que acaba de finalizar no ha sido, por lo menos en parte, responsable de nuestra aversión, si las causas de nuestro rechazo no serían tanto culturales como científicas.

Fuente:

Página 12

Libros: El breve lapso entre el huevo y la gallina

Libros:

El breve lapso entre el huevo y la gallina:
Historias y
reflexiones sobre la ciencia


Mariano Sigman

Buenos Aires: Ediciones Le Monde Diplomatique, 2004. 124 págs.



Con intempestiva belicosidad, este libro de divulgación propone un recorrido por las novedades en ciencia. Sobre todo en neurociencias, pero más, mucho más, por aquellos interrogantes imperecederos. Para eso, su autor no rehuyó la anécdota ni la impresión particularísima, y sobrevoló lo sentencioso para revisar tópicos y prejuicios. Un panorama es sin embargo su mayor enemigo: el dominado por especialistas en contar historias que nada significan.El breve lapso entre el huevo y la gallina es casi un pedido de oxígeno, de espacio, de libertad. En sus páginas conviven la teoría del Big-Bang y las leyes de Murphy, los cocineros y los matemáticos, Niels Bohr y Werner Heisenberg, el té verde y las uvas, Charles Darwin y el genoma, los elefantes y las moscas, los ajíes y el esperma. Todo está contado por Mariano Sigman de modo periodístico, con frases precisas que logran imponer una mirada general allí donde había antes un fenómeno aislado, circunstancial. Seis capítulos organizan este material que, por momentos, parece amenazar en su profusión con desbarrancarse hacia el caos. De manera esquemática diremos que el primero reflexiona en torno al concepto de evolución; el segundo cuestiona, mayormente, la idea de que lo simple (o lo natural) es mejor que lo complejo. El tercero reúne impresiones de curiosas, y reveladoras, investigaciones realizadas sobre animales y seres humanos. El cuarto es del todo cosmológico, y en el quinto y sexto alternan la literatura con ciertos hitos científicos. Físico, doctor en neurociencias, investigador, Mariano Sigman reincide en el universal Jorge Luis Borges para dar comienzo a algunos de los casi cuarenta textos que conforman el volumen. Y al entusiasmado prólogo de Adrián Paenza le siguen dibujos y textos insólitos que abren y cierran los capítulos, destinados, suponemos, a insistir en que el terreno científico fue siempre un reino del juego y la imaginación.

Sergio Di Nucci

Fuente:

Página 12

Anexo:

Indice del Contenido

PRÓLOGO
¿Es que acaso se mueve el sol?

Necesaria reflexión sobre el tiempo y la gente

1. VIDA, EVOLUCIÓN Y MUERTE
HISTORIAS DE LA FAMILIA
El origen
¿La familia nace o se hace?
La primera cruzada Rocas y saltamontes
Tediosa eternidad

2. CIENCIA COTIDIANA
LAS AVENTURAS DEL NIÑO COCO
Vino el niño Coco
Coco te ve verde
Saberes de gourmet
Niños al unísono
Las puertas de Coco
Niños en fuga

3. COSTUMBRES ANÍMALES
LAS ANÉCDOTAS DE LAS CHANCHAS
Juvenilia Cumbia, son y ballenato
Ningunos burros Ménage á trois
Encuentro subliminal

4. ALLÁ A LO LEJOS
TRAVESÍAS DE UN PUERCONAUTA
Los primeros puerconautas
Puerconautas asimétricos
Explosiones en la vía del puerconauta
Puerconautas de pesca
Reencuentro con la vida

5. HISTORIAS Y REFLEXIONES
RELATOS DE ELEFANTES
Elefantes nobles
A los trompazos
Paso de elefante
Noche de ilusiones
Remontando el Nilo
El rey de la selva
Alfileres de marfil
Acuerdo chino
Los mosquitos de Hammett

6. EL FUTURO EN MENTE
LOS SUEÑOS DE NEURO
Sueños de diván
Rayos y truenos
Proyecten sobre Neuro
Emocionen a Neuro
En la frontera del milenio (octubre de 1999)
En la frontera del milenio (octubre de 2000)
Riken: un cuento japonés Natal: un sueño brasileño

13 de diciembre de 2008

Canadá: Un científico creó robot que sería una "novia perfecta"

Especial: Robots

Canadá: Un científico creó robot que sería una "novia perfecta"


Un joven programador japonés diseñó a Aiko, una robot de bella figura capaz de hablar distintos idiomas (puede decir hasta trece mil frases), y responder con dulzura al contacto físico. Además puede trabajar todo el día sin descanso, llevar las finanzas del hogar y realizar complejas operaciones matemáticas.

Le Trung, un científico japonés radicado en Canadá y creador del proyecto, lleva dos años trabajando en "Aiko" su creación más importante. Hasta ahora le costó 14 mil libras (cerca 21 mil dólares) y un ataque cardíaco.


Aparenta tener unos 33 años de edad, bien vividos.

Le Trung no se anduvo con rodeos. En lugar de buscarse una novia, o quizás luego de buscar una y no encontrarla, tomo su caja de herramientas, un buen puñado de componentes electrónicos y un álbum de fotos de una ex novia vietnamita de su juventud, y construyó Aiko. Aiko, digámoslo sin rodeos, es un robot mujer, con una función absolutamente clave para Trung: la de compañera sexual.

Aiko es, al menos para su trasnochado inventor, "la mujer perfecta". El fembot mide 1.52 centímetros de alto, tiene 82 centímetros de busto (podría haber sido un busto más generoso, ¿no creen?), 57 centímetros de cintura y 84 centímetros de cadera. Dicen los que saben que aparenta tener unos 33 años de edad, y lo mas retorcido de todo, es que su cara y aspecto general está calcado del de una ex novia del rompecorazones (robóticos) Le Trung que, como él, nació en Vietnam.

El software que da ¿vida? a Aiko demoró apenas 45 días en estar listo. Aquí tenemos que, forzosamente, preguntarnos si tan corto plazo obedece a que el canadiense es un genio programando, o bien a que solo le enseño a decir “oh, yes” y “oh, my God!” con voz de actriz porno. Sea como fuese, Trung se tomó otros dos años para que su invento reconozca la escritura, distinga los colores, detecte la presión en algunos lugares de su estructura (sí, claro, algo indispensable para un robot sexual que se considere superior a una muñeca hinchable) y haga algunas morisquetas con su rostro mientras dice “te quiero”.

Parece que incluso cuida el perro

El cacharro ya fue presentado en sociedad. Efectivamente, el mes pasado Le Trung cogió a Aiko y la llevó al "HobbyShow” de Toronto, una especie de súper feria de ciencias. Solo podemos imaginarnos las caras de los demás participantes cuando el inventor saco a la robot de la maleta. Se supo que para mantener las apariencias mientras estaba fuera de casa, y ante el manoseo indebido de su cuerpo, Aiko reaccionaba defendiéndose, tal como lo haría cualquier muchacha vietnamita de treinta y tres años cuyo novio inventa fembots en los ratos libres.

Según Le Trung "la experiencia de interactuar con la robot es única, ya que nadie esperaría una calidad de respuesta tan natural de una androide". Casi casi, dan ganas de tener una. De hecho, y a pesar de que el chisme cuesta alrededor de los 15 mil euros (unos 60 mil nuevos soles), puede que hasta sea más económico que una novia de carne, grasa y hueso, ya que a la hora de la separación no intentará quedarse con el piso o el coche. Además, entiende ordenes en inglés y japonés, algo que posiblemente nuestra novia no hace ni hará nunca (lo de “obedecer”, digo.)

¡Aiko usa peluca!

A la hora de intentar vender su invento, Le Trung sostiene que Aiko puede servir muy bien como compañía para personas mayores (se acabo aquello de ir de put@s con el abuelito) o niñera para los más pequeños. Pero si eres un adulto, la puedes pedir especialmente configurada para que responda a tus particulares preferencias sexuales, e incluso, puede "fingir un orgasmo”. Lo que se dice, ¡una robot totalmente realista!

No tenemos idea si se comercializarán alguna vez en España o en Perú, o si la dejaran pasar por la aduana cuando la compremos en eBay. Por lo pronto, ya podemos imaginar cuál fue la respuesta de Le Trung cuando le preguntaron “¿Tendrías sexo con un robot?"

Además...

La mujer robótica le lee los diarios a su "marido" y le da indicaciones cuando él maneja con rumbo incierto. Aiko no come, no duerme, no se queja y no tiene mamá, destaca un feliz Trung.

Sobre cómo la sociedad tomara esta particular relación, Trung dijo al Daily Mail que "las personas tienen reacciones distintas cuando conocen a Aiko. Algunos la aman, otros la odian. Algunas personas se enojan y me acusan de jugar a ser Dios", finalizó.

Fuentes:

Terra - España

NeoTeo.com

Proyecto Aiko - Web Oficial

Japón: Repliee R-1: Un robot que no teme al valle inexplicable

Especial: Robots

Japón: Repliee R-1: Un robot que no teme al valle inexplicable


Repliee R-1No todos los robots en la CEATEC son lindos chiches amigables, también hay ginoides como el Repliee R-1, un robot de la Universidad de Osaka que pese a tener varios años fue presentado en la mentada feria para exhibir los últimos avances en imitación de gestos, ya que este robot imita la apariencia de una niña de 5 años de edad y para ello utiliza una serie de 50 sensores inteligentes y una infinidad de pequeños motores con el fin de imitar los movimientos de una niña real.

Los posibles usos de estos ginoides son varios: ayudantes para personas de edad o discapacitadas, vendedoras de tiendas, guías turísticos, etc. Pero el problema que muchos vemos es que el departamento de robótica de la Universidad de Osaka está rozando el “abismo” al valle inexplicable, un principio de la robótica que describe las respuestas negativas de los humanos a robots que aparentan serlo. Lo triste es que el R-1 genera mucho más rechazo que sus predecesores como la Repliee Q-2.

Con esto podemos ver cómo ha avanzado la robótica, pero a la vez confirmamos el principio del valle inexplicable que describiera Mori hace cerca de 40 años, y nos preguntamos cuándo tendremos persocons. Después del salto, un video de la Repliee R-1 en acción.

Link: Repliee R-1 Robot Is All Creepy (Übergizmo)



Fuente:

Fayer Wayer

España: Científicos de Barcelona diseñan un robot que realiza tareas de mayordomo

Especial: Robots

España: Científicos de Barcelona diseñan un robot que realiza tareas de mayordomo
  1. Se llama 'Reem-B', reconoce las caras humanas y responde a la voz de su interlocutor
  2. El prototipo es la estrella de las terceras Jornadas de Robótica que se celebran en BCN





Soñar hoy con un día a día controlado por robots no es nada descabellado. De hecho, las terceras Jornadas de Robótica de Barcelona, que se celebran hasta mañana en el Museu d'Art Contemporani (Macba), demuestran que ese sueño ya es una realidad, aunque, eso sí, algo costosa.


El concejal de Promoción Económica del ayuntamiento barcelonés presentó ayer la principal atracción de la cita, el
Reem-B, un androide construido por la empresa de los Emiratos Árabes Pal Robotics y un equipo de ingenieros catalanes. El robot goza de ciertas cualidades únicas en el mundo que lo convierten en un producto de primera línea y sitúan a la robótica catalana en la vanguardia mundial de esta industria.



Mide cerca de un metro y medio, pesa 40 kilos y consta de 41 motores que le permiten caminar, subir escaleras, coger objetos, transportarlos y sentarse. Es el primer androide bípedo capaz de orientarse en un ambiente tras su reconocimiento, de sostener cargas de hasta 12 kilos y de funcionar durante sus dos horas de autonomía. Aunque, tal y como declaró Davide Faconti, director de Pal Robotics, "el objetivo es que llegue a trabajar todo un día". "Buscamos otro tipo de robot más sencillo pero más próximo a las personas, es decir, de mayor utilidad", prosiguió.

El androide tiene un predecesor también catalán, el Reem-A, diseñado y construido en tan solo un año con un fin experimental que sirvió a la empresa para demostrar su potencial en un proyecto de tal envergadura. Pero, siguiendo la línea de ciertas máquinas ficticias, como el servicial Robby de Planeta Prohibido, por poner un ejemplo, el segundo prototipo vino al mundo con un propósito más humano. "Con el tiempo, hemos visto que los robots pueden ayudar a las personas u operar en lugares públicos, como en museos", explicó Faconti. Es por ello que el Reem-B puede reconocer caras y responder verbal y activamente a las órdenes que las personas le den.

MÁQUINAS DOMÉSTICAS

Las jornadas pretenden fomentar la vocación científicotecnica y acercar la robótica a la vida cotidiana. El Macba exhibe hasta mañana algunas máquinas como el mismo Reem-B, dos graciosos robots limpiadores --uno escoba y otro fregona-- y un controlador domótico de los sistemas energéticos del hogar --algo así como la versión benévola de HAL-9000, la computadora que coordinaba, a sus anchas, las funciones de la nave de 2001, Odisea en el espacio--. Charlas, talleres y una competición en el CosmoCaixa acabarán de mostrar la gran utilidad de la robótica en los quehaceres diarios y que la revolución --que no rebelión-- de las máquinas inteligentes es inminente.

Fuentes:

La Opinión de Zamora

ElPeriodico.com

Robots en imágenes - 2008

Especial: Robots

Robots en imágenes - 2008


/data/recursos/fotos/ROBOT4EFE12-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
BARCELONA, España.- Robot Reem-B. Es capaz de comunicarse y reconocer rostros de personas y realizar tareas compleja.


/data/recursos/fotos/ROBOT3EFE12-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
BARCELONA, España.- Reem-B fue presentado este viernes 12 de diciembre en las jornadas de Robótica de Barcelona. Reem-B es el primer robot humanoide creado en Barcelona.


/data/recursos/fotos/ROBOT5DPA11-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
BONN, Alemania.- Un robot escribe citas famosas en la Casa de Historia, de Bonn, en la exposición sobre el lenguaje alemán.


/data/recursos/fotos/ROBOT10AP12-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
TOKIO, Japón.- El robot "Kakerukun" compite en la carrera de robots humanoides.


/data/recursos/fotos/ROBOT8AFP12-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
MOSCÚ, Rusia.- El presidente ruso, Dmitry Medvedev, (derecha) agita las manos con una robot en la exposición de la Convención de la Juventud de Innovación en Moscú.


/data/recursos/fotos/ROBOT9AP12-12-2008_612_405.jpg
Robots en acción
TOKIO, Japón.- El robot "Miyanoi" (centro) compite en la carrera de robots humanoides.


Fuente:

El Observador - México

Argentina: Los robots irrumpen en las escuelas de Buenos Aires

Especial: Robots

Argentina: Los robots irrumpen en las escuelas de Buenos Aires


La Universidad de La Plata impulsa un nuevo método de enseñanza que incorpora autómatas en las materias de programación de las escuelas medias.


El Laboratorio de Investigación de Nuevas Tecnologías Informáticas (LINTI) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), impulsó un nuevo método de enseñanza en computación, basado en la incorporación de robots autómatas en materias de programación en dos escuelas de nivel medio de Villa Elisa y San Andrés de Giles, que se encuentran en proceso de compra de los equipos.

[ 1 | 2 ]
1. Prueba con obstáculos 2. Robot
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Comisión de Investigaciones Científicas de Buenos Aires, está capacitando a los docentes de las instituciones para que puedan aplicar distintas pedagogías dentro del aula utilizando estas herramientas. Recién para comienzos del año lectivo 2009 planean implementarlo con los alumnos de entre 12 y 15 años.

Según la secretaria de Extensión de Informática, Claudia Banchoff, lo que se plantea es una dinámica alternativa más atractiva de aprender. “Programar implica, básicamente, lograr que una computadora responda a las órdenes que establece el programador. Para ello es necesario aprender a plantear algoritmos, es decir, establecer, a través del lenguaje informático, una secuencia de pasos lógicos que permitan llegar al resultado deseado”.

Además, explicó que “la idea es desarrollar un curso aplicable donde los chicos, siguiendo la lógica del lenguaje puedan dar órdenes a un robot y ver cómo esas disposiciones programadas se hacen realidad cuando el autómata se mueve y realiza las tareas encomendadas”.

Los robots tienen forma similar a la de un auto a control remoto y cuentan con un sistema de ruedas para desplazarse y girar. Llevan incorporada una cámara digital y sensores de luz, movimiento y distancias. Los estudiantes utilizarán el lenguaje informático Python, desarrollado con software libre, que permite un manejo más sencillo e intuitivo.

La facultad cuenta actualmente con tres de estas máquinas, cuyo costo es de 149 dólares cada una. Para adquirirlas, las escuelas bonaerenses recibirán un subsidio de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia. Los investigadores realizarán cursos para capacitar a los docentes, y se prevé que cada institución contará con dos equipos para el inicio del ciclo lectivo 2009.

“Es posible aprender a programar con y sin robots, pero hacerlo con ellos implica hacer uso de un elemento atractivo para que el alumno se interese en el tema”, sentenció Banchoff.


Fuentes:

Diario Hoy


Canal Ar

12 de diciembre de 2008

¿Cómo funciona el pensamiento? Video

Especial: Aprendizaje

Mariano Sigman: ¿Cómo funciona el pensamiento?


Conocer Ciencia descubrió este video fascinante, se trata de una entrevista a Mariano Sigman, físico de profesión y Doctor en neurociencias por vocación. Actualmente trabajaba como investigador en Ciencias Cognitivas en París. Mariano nos comenta sobre un tema fascinante: ¿Cómo funciona el pensamiento?


Presentamos un video con la entrevista a Mariano Sigman, el director del grupo de investigación en Neurociencia Integrativa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Un laboratorio que estudia cómo funciona el pensamiento.

Estos saberes, combinados con las nuevas tecnologías, permiten medir cada vez más puntos del cerebro y abren un panorama de posibles cambios de nuestra existencia.

Este grupo de investigación –ya presentado en la entrevista anterior– está integrado por profesionales con distintos perfiles.

Psicólogos, físicos, biólogos, matemáticos estudian cómo funciona el pensamiento desde la perspectiva neurocientífica. Intentan descifrar qué sucede en el cerebro cuando se sienten determinadas experiencias, cuáles son las relaciones entre la cognición, la memoria y en general las emociones, y su correlato fisiológico.

Como cualquier objeto de conocimiento, el cerebro también puede estudiarse a distintas escalas. La neurociencia integrativa es el estudio a gran escala del cerebro.

Los invitamos a ver este video para conocer algunas de las posibilidades que se plantean para nuestro futuro.

Mariano Sigman se licenció en Física en la Universidad de Buenos Aires, e inició una prolífica carrera por distintos lugares y ramas de la ciencia. Se doctoró en Neurociencias en Nueva York, y trabajó como investigador en Ciencias Cognitivas en París, además se ocupó de divulgación científica, como lo demuestra en su libro El breve lapso entre el huevo y la gallina. Hoy, y luego de todas sus experiencias en el extranjero, es profesor del Departamento de Física de la UBA e investigador del Conicet.


Cámara: Gerardo Brossy
Edición: Juan Novelletto
Realización: Verónica Castro


Fuente:

EDUCAR de Argentina

El cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo

Especial: Aprendizaje

Mariano Sigman: el cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo


El cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo, explica el neurólogo Mariano Sigman, miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, en esta entrevista. Fluye en ambos sentidos vía sensaciones, acciones y círculos que se generan en el ambiente, en el sujeto y en otros cerebros. La plasticidad cerebral es mucho mayor de lo que generalmente se piensa, si bien la comunidad neurocientífica, que estudia las sensaciones, las percepciones, el conocimiento y sus respectivas maquinarias, es sumamente conservadora. Para este investigador de la arquitectura de los pensamientos, las nuevas tecnologías pueden provocar profundas transformaciones en pilares fundamentales de nuestra existencia. De hecho, en cierta forma ya estamos cyborgizados, asegura.


Por Verónica Castro.

harunyahya.com

Mariano Sigman se licenció en Física en la Universidad de Buenos Aires e inició una prolífica carrera por distintos lugares y ramas de la ciencia. Se doctoró en Neurociencias en Nueva York, y en la actualidad es investigador en Ciencias Cognitivas en París. Además, este argentino de 32 años es un excelente divulgador científico, como lo demuestra en su libro El breve lapso entre el huevo y la gallina. En esta entrevista –entre ovejas con complejo de Edipo y un marciano que llega a la estratosfera– nos conduce en un viaje para entender algo del mundo del cerebro y la tarea de los científicos.


—Ud. se dedica a la neurociencia integrativa. ¿Podría contarnos de qué trata esta especialidad?

—La neurociencia es la ciencia que estudia el funcionamiento del cerebro. No es demasiado "chovinista" darle un nombre al estudio de un órgano –nadie se jactaría de estudiar higadociencia–, sino más bien el reflejo de una verdadera explosión de un campo. En el congreso de la sociedad estadounidense de neurociencias participan cerca de 30.000 personas cada año. Todas estudian el cerebro. Otra diferencia es la naturaleza recursiva de este estudio (estudiamos el órgano que nos permite estudiar) y el control del cerebro sobre el resto de los órganos, que hace que casi todo, aún la "higadociencia", sea de alguna manera neurociencia. De la misma manera que el estudio de la materia puede hacerse a distintas escalas (físicos estudiando partículas; químicos, moléculas; biólogos, células; físicos otra vez, materiales extensos; meteorólogos, tormentas, y físicos (están por todos lados), los planetas y el universo), el cerebro puede estudiarse a distintas escalas. La neurociencia integrativa es el estudio a gran escala del cerebro. La termodinámica de los estados cerebrales. Pero integrativo quiere decir muchas veces (y en mi caso también vale) no la integración en el espacio, sino la integración metodológica: de experimentos, modelos, computación, matemática. Siendo que los problemas a gran escala son difíciles incluso de postular, ambas versiones de neurociencia integrativa terminan pareciéndose.

—¿Qué es lo que más le interesa investigar, en qué ha estado trabajando en los últimos tiempos?

—Grosso modo yo trato de entender la arquitectura de los pensamientos. Descomponer un flujo de actividad de estados neuronales en estados estables y estudiar la transición de estos estados, a la manera en que lo hizo Freud en su momento, tratando de entender el lenguaje de los pensamientos, los que se superponen, los que se implican (y los mecanismos de superposición e implicación), pero un poco más fierrero. Creo que casi todos los que estamos en este asunto empezamos a trabajar en una metáfora, en una idea general sobre la cual nos da gusto circular. Después uno vive obsesionado por detalles menos importantes y cada tanto viene bien recordarse por qué uno se metió en esto.

—A nivel cerebral, ¿cuáles son las diferencias sustantivas con nuestros antepasados?

—Muchas y pocas. Hay viejos clichés que son ciertos, pero que no dejan de formar parte de mitos del pasado, o de argumentos simplistas que en otros escenarios nadie defendería. Tales como: la corteza cerebral humana está más desarrollada – la corteza cerebral participa de los procesos cognitivos más elevados (a diferencia de controlar la homeostasis que es papita para el loro), luego, es normal que seamos mucho más inteligentes que los canguros. Hace pocos días, un tal Asafa Powell corrió los 100 metros en 9.77 segundos y se convirtió en el hombre más rápido del planeta. ¡Una diferencia de 10 milisegundos! El punto es que en una obsesión por marcar récords se establecen diferencias que son ínfimas y que lo que denotan es un enorme empate. Con el cerebro pasa algo parecido. El punto tal vez más remarcable es cuánto nos parecemos a los ratones o a las ovejas con su complejo de Edipo. Dicho esto, hay un punto importante y es que los ratones y las ovejas no leen, ni hablan sueco, ni juegan al Go (lo cual probablemente no es mucho más difícil que hacer lo que hacen). Esto lo que muestra es la profunda capacidad de reciclaje (en la escala corta del aprendizaje en vida de cada uno, y en la más larga del aprendizaje cultural) del cerebro para adecuarse a distintas funciones.

Mariano Sigman: el cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo
  • Importante panorama de cambios

    "Fluir el cerebro de maneras alternativas, vía drogas nuevas, cables o lectores que puedan leer estados mentales mejor que nuestros propios músculos (como muchos cyborgs lo hacen), abre un panorama de cambios importantes. Esta posibilidad, la de puentear el músculo para fluir al espacio exterior, es para mí uno de los cambios más trascendentes. "

Mariano Sigman


Visualizar el código es entender el lenguaje



—Recientemente se dio a conocer un nuevo sistema de cálculo desarrollado por matemáticos suizos, que unido a la potencia de una súper computadora de IBM, llamada Cerebro Azul (un modelo en tres dimensiones del cerebro humano) permitirá que los científicos puedan observar el código eléctrico cerebral. ¿Qué significará poder observar el código cerebral? ¿Cuál es la diferencia entre esta tecnología y la resonancia magnética funcional, que era la única manera de ver el cerebro hasta ahora? ¿Cuáles son los futuros alcances que promete?

—Sobre Cerebro Azul deberían entrevistar a Guillermo Cecchi, mi compañero, que ahí anda metido. Visualizar el código es entender el lenguaje. Imaginen que llega un marciano a la estratosfera y ve que hay un montón de gente que hace cosas más o menos repetibles, que se maneja en vehículos parecidos y que emite sonidos más o menos coherentes. El tipo quiere entender qué somos y empieza a sacar conclusiones. Primero escribe que hay un montón de gente, de altura más o menos variable. Caracteriza nuestro día, nuestra noche, nuestra anatomía. El tipo en algún momento se da cuenta de que nos hablamos los unos a los otros (que emitimos mensajes auditivos con significado). Que frente a ciertos sonidos respondemos siempre (o seguido) de la misma manera. El tipo se da cuenta de que hay sonidos que se repiten. Si es astuto se dará cuenta de que hay palabras. Y si es más astuto entenderá el significado de cada palabra, y si es un marciano campeón se dará cuenta de que hay estructura: gramática y sintaxis, de que los verbos se conjugan, que existe el género, el plural, el sujeto, el predicado. Entonces habrá entendido el código. Nosotros tratamos de entender el lenguaje de las neuronas, o de grupos neuronales. Cuáles son las palabras, las frases, las unidades en las que se descomponen los estados neuronales y las reglas en este espacio de unidades. El campeón de la biología moderna (pese a su gran fracaso en este rubro) es Francis Crick, precisamente porque entendió el código de la genética. Y a partir de ahí el resto fue dar vuelta a la manivela. Dedicarse a escuchar cintas y reescribir la biblioteca de Babel. La neurobiología es de alguna manera el gran fracaso de la época y en parte por eso se ha vuelto una obsesión. A fuerza bruta se meten 10, 100 o 500 electrodos (como si nuestro supuesto marciano dejase colgar 500 micrófonos de finos hilos transparentes para multiplicar sus datos y escuchar así, no a una, sino a cientos de personas) o de manera análoga los resonadores magnéticos (utilizados para obtener imágenes de la actividad neuronal en todo el cerebro) se vuelven más potentes (yendo a campos magnéticos que hacen levitar a pequeños animales), como si la foto meteorológica de nuestro marciano mejorase notablemente de resolución hasta convertirse en el mapa de Google, un panóptico capaz de escuchar el cerebro entero al unísono a una resolución espeluznante. Y en el camino se caracterizan rasgos del lenguaje del cerebro y de cómo cambia a lo largo de su estructura. Como que los alemanes utilizan palabras más largas, que los suecos más fonemas, que los polacos más declinaciones o que París tiene una arquitectura uniformemente haussmaniana y que Buenos Aires le da la espalda al río. Así nuestro marciano será capaz de generar incluso Parises o Buenos Aires, y canciones que suenen al idioma que quiera, pero, tal vez, como decía Héctor Pena, no haya entendido una goma.


Cada uno de nosotros somos el resto del mundo


—¿Qué hay de las ya enormes posibilidades detrás de la cyborgización del ser humano normal? ¿Se trata de una sustitución o una verdadera transformación de la acotada inteligencia humana?

—En el fondo hay que hacer un esfuerzo para no caer del todo en el delirio. Para mantenerse en la buena senda. El cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo. Infiere. Por eso, aun cuando a veces no hay nada afuera, soñamos o imaginamos, o escuchamos nuestras propias voces aun cuando no seamos esquizofrénicos. Lo que quiero decir, sin que sea demasiado new age, es que de alguna manera estamos en un equilibrio, que es dinámico, con el resto del mundo. Equilibrio un poco particular porque nosotros (cada uno) también somos el resto del mundo. La noción de identidad es complicada y los ejemplos son clásicos y enseguida se vuelven cartesianos. Si trasplanto íntegramente mi cerebro al cuerpo de mi vecino, ¿quién soy? Por suerte, como siempre nos salva el Diego y el argumento cartesiano se estrella. Imagínenlo sin su cuerpo o sin su cerebro. En cualquiera de los dos casos, no es él. La cyborgización es parecida. De alguna manera ya estamos cyborgizados, de la misma forma que el control de la agricultura es una técnica ancestral de manipulación genética. Los organismos genéticamente modificados, o los clones, son exacerbaciones tecnológicas del mismo fenómeno. Usar asiduamente un martillo o un caballo es estar cyborgizado. De cualquier manera, los cambios de escala seguidos se vuelven cualitativos y este puede ser el caso. El cerebro fluye (en ambos sentidos) vía sensaciones, acciones y círculos que se generan en el camino con el ambiente, con él mismo, con el cuerpo, con martillos y con otros cerebros. Fluir el cerebro de maneras alternativas, vía drogas nuevas, cables o lectores que puedan leer estados mentales mejor que nuestros propios músculos (como muchos cyborgs lo hacen), abre un panorama de cambios importantes. Y dirán los mejores conservadores, los cautos: tal vez con razón, por lo tanto hay que estar atentos. Esta posibilidad, la de puentear el músculo para fluir al espacio exterior, es para mí uno de los cambios más trascendentes.

Mariano Sigman: el cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo

—Estamos hablando de un sistema cooperativo hombre- máquina, o un hombre con dos cerebros ( uno humano y el otro artificial). ¿Cómo cree que este fenómeno transformará los conceptos de enseñanza y de aprendizaje en las próximas generaciones?

—Quién sabe. La vieja pregunta del Dormilón, o de Matrix , o de tantos otros que la volcaron antes sigue abierta y es una pregunta de fondo, me parece, para la filosofía y la política. Si todos vivimos dopados en un estado de permanente felicidad, pero sólo aparente, porque en el fondo un ciudadano externo a este mundo que no ha tomado la pastilla ve que nuestros cuerpos viven vidas miserables. ¿Estamos de acuerdo? Yo creo, como dije antes, que el cerebro tiene una plasticidad mucho más grande de la que se cree, y de la misma manera que hemos logrado llegar a un punto del cual muchos chovinistas se enorgullecen, como el lenguaje, Bach, los impresionistas y Fontanarrosa, creo que las nuevas tecnologías pueden establecer transformaciones enormes en pilares muy fundamentales de nuestra existencia. La estabilidad tiene un valor que para casi todo el mundo es agradable. Casi todos los jaques a la realidad (los delirios de la infancia, los sueños, las drogas alucinógenas, la esquizofrenia) tienen un factor común que son los malos viajes: la posibilidad no despreciable de caer del lado de la angustia. Generar un marco de coherencia, donde los objetos no dejan de ser rígidos, donde nada se mueve aunque la retina se esté moviendo todo el tiempo, donde los cuadrados son cuadrados aunque nunca sus lados sean iguales, es una especie de defensa. Con las nuevas tecnologías, como ya pasó con las drogas, sucederá probablemente algo parecido. Se convertirá a la vez en un objeto preciado, en un tabú, en un instrumento de poder.


Equilibrio de fuerzas


—Y si efectivamente afectaran la identidad del ser humano, ¿cuáles serían las probables consecuencias para los seres humanos de sobrevivir con una forma de vida más inteligente y/ o más compleja?

—Sin duda que afectarán la identidad, como la afectan transformaciones mucho menores, como por ejemplo el cambio de idioma. Las probables consecuencias son todas. Los científicos que intentan encontrar vida extraterrestre inteligente tienen un estimativo que es completamente especulativo. Pero el punto importante es que intervienen distintos factores, la probabilidad de que haya un planeta, de que este tenga temperatura adecuada, de que se desarrolle la vida, etc. El último es que la civilización inteligente no se destruya a sí misma. Todo esto no es nuevo y no será la neurociencia quien decida el juego. Sin embargo, hay preguntas pertinentes. Un grupo grande de investigadores se dedican a estudiar la conciencia. Asumamos, en el mejor (o peor) de los casos que les va bien. Que encuentran un sustrato material que es una base causal de los estados conscientes. ¿Qué hacemos? Asumamos que en unos años se generan pistolas magnéticas capaces de inducir corrientes donde se les dé la gana y por lo tanto de generar o destruir los estados que vuelven conscientes. Entonces, algún loco ambicioso podrá lanzarnos pistoletazos anticonciencia a todo el mundo, volvernos zombies y tener al universo hipnotizado. Cierto. El único argumento en defensa de este posible escenario catastrófico (sin dejar de lado el fatalismo) es que ya estamos del otro lado. Que si el lado oscuro enloquece del todo y no se contenta con destruir algunos puntos precisos del planeta sino el planeta entero, ya cuenta en sus manos con un arsenal adecuado y que la pistola magnética que alterara los estados conscientes no cambiará demasiado la capacidad de barbarie. Los físicos de principios del siglo pasado estuvieron muy atentitos a estos factores de escala y se dieron cuenta de que una bomba un poco más y un poco más y un poco más potente alcanzaba un punto en el que se volvía inmanejable. Y a conciencia, en un ejemplo casi único en la historia, buscaron una solución para este problema que fue una especie de preludio de la guerra fría. Equilibrar las fuerzas bajo la confianza de que ningún grupo demasiado grande es enteramente suicida. Los neurobiólogos más de avanzada no deberían ser completamente ingenuos en estos menesteres. En fin, me fui lejísimos, volvamos al cerebro.

Mariano Sigman: el cerebro genera todo el tiempo un modelo del mundo

—Ud. afirma que la llamada década del cerebro ha sido más prolífica en datos y avances tecnológicos que en ideas. ¿Cuáles han sido los avances más significativos y, dentro de las pocas ideas, cuáles las más visionarias?


—Es que justamente, no las hay. Es como si me preguntan cuál fue la mejor lluvia de una temporada de sequías. Hay conceptos importantes que se han ido trillando lentamente. Uno es de la extrema plasticidad del cerebro. Encontrar la plasticidad material, la regeneración neuronal, después de romper el mito falso de que el cerebro no renueva su sustrato (las neuronas) a partir de la adultez. Mostrar que esto tiene una relevancia cognitiva. Al mismo tiempo, y por las mismas vías, la plasticidad de la identidad, la capacidad de una neurona (o incluso de células que no son neuronas) de volver a incorporarse a un ambiente extraño y comenzar un nuevo ciclo. Y la plasticidad a gran escala, de cortezas auditivas que se vuelven visuales si son correctamente estimuladas o viceversa. En fin, la moldeabilidad del cerebro a todas sus escalas, si se cuenta con las recetas adecuadas.


Un paseo por la ciencia


—Si tuviera que hacer un mapa mundial del patrón de desarrollo científico de los últimos años, ¿cómo sería?. Y específicamente en neurociencias ¿cuál es el país más avanzado? ¿Existe una coherencia interna dentro de las neurociencias a nivel mundial?

—Seguramente se parece al mapa de la energía eléctrica consumida, que a su vez se parece a todos los mapas que se correlacionan con el desarrollo. Es decir, Estados Unidos es por lejos el país más avanzado. En cuanto a la coherencia yo diría que más bien hay demasiada, en parte por lo que pasa en todos los otros rubros: que hay que estar adecuado a las normas. La comunidad neurocientífica, que estudia las sensaciones, las percepciones, el conocimiento y sus respectivas maquinarias es sumamente conservadora.


—Ud., además de científico, es un excelente divulgador científico, como lo demuestra en su libro "El breve lapso entre el huevo y la gallina" con historias interesantísimas. Divulgar la ciencia requiere intentar explicar la complejidad de los conocimientos científicos en lenguaje cotidiano, para el que no sabe. Y Ud. mismo afirma –haciendo referencia a la trayectoria de Isaac Asimov que la manera de contar la ciencia admite infinitas categorías, que en el fondo es una cuestión de gustos. ¿Cuál elige Ud.?

—Sí, los caminos que se pueden elegir son infinitos... Yo he elegido hasta ahora, o tratado de elegir en la medida de lo posible, el de la crónica. El del paseo. La ciencia para mí tiene que ver con un aspecto muy fundamental de la curiosidad, de abrir puertas a escalas extrañas, de mezclar líquidos para que salgan humos, de observar hormigas, estrellas. Yo trato de contar crónicas de estas aventuras como manera de divulgar la ciencia.


—¿Qué libros de divulgación científica y sitios de internet recomendaría para conocer más del mundo que nos rodea?

—En casa de herrero, cuchillo de palo. Yo casi no leo libros de divulgación. Hace un buen tiempo, antes de entrar a la facultad, los grandes clásicos de la divulgación de la colección gris de Tusquets (Metatemas) fueron para mí muy motivantes. Creo que es hora de renovarlos y generar un espacio de divulgación menos vetusto. Diego Golombek, con su colección “Ciencia que ladra…” está haciendo un muy buen esfuerzo por hacer una divulgación fresca. Eduardo Martínez tiene un sitio, tendencias21, que está haciendo con mucho esfuerzo propio y con mucha generosidad. Creo que puede ser un espacio interesante para que se vuelque y se aprovechen sectores del pensamiento crítico de la ciencia del mundo hispano.



Esta entrevista se publicó originalmente en Educar, el portal educativo del Estado argentino. Se reproduce con autorización.



Otros artículos de Mariano Sigman publicados en Tendencias21:

Japón proyecta cerebros artificiales y curar todas las enfermedades mentales en los próximos 20 años

La manera de contar la ciencia admite infinitas categorías

Manejar máquinas con el pensamiento, inquietante desarrollo de las neurociencias

Acceda al artículo original en:

Tendencias 21
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0