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13 de septiembre de 2017

Descubren hasta 11 dimensiones en el cerebro

Blue Brain Project descubre un universo de estructuras y espacios multidimensionales dentro de nuestro cerebro.


¿Todo un universo multidimensional dentro de nuestro propio cerebro? Cada vez hay más personas que son capaces de escuchar colores, saborear palabras o ver sonidos. Es lo que conocemos como sinestesia, una condición neurológica no patológica que permite entender el mundo en cuatro dimensiones. Ahora, un nuevo trabajo llevado a cabo por científicos del Blue Brain Project (Suiza) ha descubierto estructuras en el cerebro con hasta once dimensiones. Seguimos desentrañando los secretos arquitectónicos más profundos de nuestro órgano pensante.

Concretamente, utilizando la
topología algebraica de una forma que nunca se ha utilizado antes en neurociencia, los investigadores han descubierto un universo de estructuras y espacios geométricos multidimensionales dentro de las redes del cerebro.

La investigación, publicada en la revista Frontiers in Computational Neuroscience, muestra que estas estructuras surgen cuando un grupo de neuronas forma una unión o grupo: cada neurona se conecta a otra neurona del grupo de una manera muy específica que genera un objeto geométrico muy preciso. Cuantas más neuronas haya en esa cuadrilla neuronal, mayor es la dimensión del objeto geométrico.

"
Encontramos un mundo que nunca habíamos imaginado. Hay decenas de millones de estos objetos incluso en una pequeña partícula del cerebro, Hasta siete dimensiones, y en algunas redes incluso encontramos estructuras de hasta once dimensiones", explica Henry Markram, líder del trabajo.

El artículo completo en: Muy Interesante

La Señora de Cao y el papel femenino en la sociedad peruana ancestral

Los hallazgos de las señoras de Cao y de Chornancap, a los que se suman las reflexiones de Maritza Villavicencio en su nuevo libro, exigen que revisemos el verdadero papel femenino en nuestras sociedades ancestrales. Y de paso, en la actualidad.


Durante mucho tiempo, la historiadora y fitomántica Maritza Villavicencio se anduvo cuestionando sobre el porvenir de las mujeres. “En el mundo –dice ella– se advierte la soterrada eliminación del sexo femenino”. Se refiere a lo que ocurre, por ejemplo, en el continente asiático, en el que el número de mujeres se reduce por millones (114 millones en el 2014) a causa del feticidio femenino –“La vida de las mujeres es tan dura en la India, Pakistán y China, y desventajosa económicamente para las familias que el aborto masivo de futuras niñas es una alternativa”–; o en Occidente, donde el modelo femenino de extrema delgadez impuesto por la moda y la industria del cine ha originado la pandemia de la anorexia. “Estos desórdenes alimenticios –advierte Maritza– atacan al 3% de la población mundial adolescente, siendo el 90% del sexo femenino”.

En el Perú, según ella, ocurre todo lo contrario. “Aquí las mujeres apuestan por la vida y la maternidad, y yo creo que el sustento de esta apuesta está enraizado en la memoria de las culturas milenarias del antiguo Perú. ¿La clave? La capacidad reproductiva y nutricia del cuerpo femenino fue sacralizada, el panteón religioso andino costeño y amazónico estuvo –está– poblado de diosas y, en consecuencia, con esa cosmovisión las mujeres estuvieron empoderadas en sus sociedades”.
Por eso, ella inició una investigación que finalmente ha quedado plasmada en el libro “Mujer, poder y alimentación en el antiguo Perú”.

—¿Qué es lo que la historia ha escondido sobre el papel que cumplieron nuestras antepasadas?
La historiografía y la enseñanza de la historia en las escuelas, así como su omisión en las universidades, han desvirtuado y ocultado el rol que realmente cumplieron las mujeres en el antiguo Perú. Lo poco que se ha escrito y enseñado sobre nuestras antepasadas son falsedades y falacias. Claro que hay excepciones como los caminos que abrieron la arqueóloga Rebeca Carrión Cachot y la historiadora María Rostworowski, pero la historia de las mujeres tal cual fuimos, tal cual fueron nuestras pasadas sociedades, aún está por escribirse.

—¿Por qué hemos tenido que esperar tanto para saber lo que pasó?
La influencia de teorías occidentales, la proyección del presente con inequidad de género, con mujeres secundarizadas y sin poder, se proyecta sin más al pasado y condiciona la mirada de académicos y científicos. Por ejemplo, en la huaca Huallamarca de San Isidro, Lima, desde la década del 50 del siglo XX se han encontrado tumbas y fardos de mujeres. ¿Quién lo sabe? ¿Quién estudia las más de 150 momias encontradas? Y, ojo, no se trata de añadir mujeres a la historia hecha, sino de reformular completamente el conocimiento de nuestra totalidad cultural.

—¿Qué debemos aprender de nuestras antepasadas?
Rescato cuatro aspectos. Uno: ellas delimitaron bastante bien las actividades que les conferían posicionamiento y poder: la reproducción, la taumaturgia, la textilería estatal y la alimentación ritual. Dos: tuvieron estructuras organizadas y jerarquizadas de manera exclusivamente femeninas. Tres: las waris e incas asumieron la administración y el gobierno local y regional. Cuatro: los fueros femeninos y masculinos tanto en el poder central como regional estuvieron claramente delimitados.

El artículo completo en: El Comercio (Perú)

5 de septiembre de 2017

Amador Menéndez: “El MIT trabaja con escenarios de hasta un 80% de desempleo mundial”

Amador Menéndez, investigador y divulgador científico analiza en ‘Historia del futuro. Tecnologías que cambiarán nuestras vidas’ las claves de la revolución tecnológica y los retos venideros para la humanidad.

Amador Menéndez (San Pedro de Nora, Asturias; 1969) no entendería su vida sin la ciencia y la tecnología. Doctor en química, colabora con el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) y ahora es investigador en el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias, divulgador científico y amante de la energía solar como motor de la sostenibilidad de la Tierra. A todo esto se le suman sus dotes como escritor, con las que ganó el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2017 por el libro Historia del futuro. Tecnologías que cambiarán nuestras vidas. Menéndez es un entusiasta de lo disruptivo. De todo aquello que pueda transformar la sociedad tal y como la conocemos hoy en día. Hilvana un argumento tras otro, siempre tratando de que quien le escucha comprenda que no habla de ciencia ficción. “Hace ocho años mis amigos me miraban raro cuando les hablaba del coche autónomo… y fíjate ahora. Vivimos un siglo en el que el tiempo es exponencial y todo va a una velocidad de vértigo”, explica en esta entrevista telefónica.


¿Qué es lo más disruptivo que conoce?
De lo más disruptivo en tecnología es la biónica. Antiguamente, al amputar o perder un miembro se ponía una prótesis rígida, generalmente de cerámica. Ahora, puedes poner prótesis controladas con tu cerebro. Lo que era un sueño de ciencia ficción es una realidad.

¿Y cómo funcionan?
Al mover el brazo o la pierna, las órdenes viajan del cerebro a la prótesis. Se unen las extremidades con cables y por ahí viaja la información. Hugh Herr, un científico que perdió las piernas en la montaña, se las diseñó él mismo y fue el primero. Son inteligentes. Tienen hasta un mecanismo hidráulico para corregir la pisada cuando detectan irregularidades en el suelo. El salto es que hay directamente una comunicación entre el hombre y la máquina.

¿Cree que la inteligencia artificial va a sobrepasar al ser humano?
Hay escenarios futuristas, como Matrix o Terminator, en los que se nos muestra a un robot inteligente capaz de diseñar otras máquinas más inteligentes que al final digan que para qué quieren al ser humano. Incluso gurús como Stephen Hawking o Elon Musk lo defienden. Yo creo que esto no llegará.

Deep Blue ganó a Gary Kasparov…
Eso es cierto, pero ya hablamos de una inteligencia artificial estrecha. Una dedicada a un dominio específico como el de jugar al ajedrez. El coche autónomo de Google es lo mismo: solo sabe conducir. El sueño de la tecnología es crear una inteligencia artificial general, en la que un robot emule y supere al ser humano en cualquier actividad intelectual. De esto, sinceramente, estamos muy lejos. Habrá avances en la reducida, pero no tanto en la otra.

¿La robótica favorecerá el aumento del desempleo?
Creo que sí. En el MIT llegamos a trabajar con escenarios en los que valorábamos un 80% de desempleo mundial. El ser humano tendrá que desempeñar profesiones muy creativas. Al final, todo lo que sea un algoritmo, puede desempeñarlo una máquina. La creatividad es algo intrínseco al ser humano y eso los robots no lo tienen.

¿Y no se puede revertir ese escenario del 80% de parados?
Es una cuestión principalmente económica y política. Lo ideal sería disponer de una renta básica universal. Ante esta situación, parece que habrá poca gente trabajando y el resto tendrá que ganarse la vida aunque sea con un subsidio. La duda es de dónde se podrá sacar todo ese dinero para pagar la ayuda. Hemos vivido transiciones en la humanidad, como con la era industrial. Las máquinas nos desplazaron hacia lo intelectual y no tanto lo manual. En la cadena de valores ganamos. Si este cambio ahora es intelectual, como por ejemplo a la hora de conducir un coche, ¿hacia dónde nos podremos desplazar?

Trabaja en la creación de nanomateriales y dispositivos para mejorar la eficiencia de la energía solar. ¿Se desaprovecha el potencial que tiene?
El sol es una de las energías renovables más prometedoras. Con una hora de sol se podría abastecer a toda la humanidad durante un año si fuéramos capaces de captar toda la energía, sin dejar escapar un rayo. Hoy en día, solo representa el 1% del consumo energético mundial.

El artículo completo en: El País (España)

España: Los niños quieren ser futbolistas y profesores, pero también ‘youtubers’

Las profesiones relacionadas con las redes sociales empiezan a calar en las preferencias laborales de los más jóvenes, según una encuesta de Adecco.

Los niños quieren seguir siendo de mayores futbolistas y policías, y las niñas profesoras o doctoras, pero por primera vez también muchos aspiran a ser youtubers o influencers, lo que prueba que el uso de las redes sociales está calando rápidamente entre la población más joven. Así lo atestigua la XIII Encuesta ¿Qué quieres ser de mayor?, elaborada por Adecco, realizada a casi 2.000 niños y niñas españoles de entre 4 y 16 años.

El TR4INER es uno de los youtubers más famosos en Perú, ¿nuestros niños querrán ser como él?

Como en anteriores encuestas, los niños quieren ser mayoritariamente futbolistas (un 18,2% del total), profesión que vuelva a recuperar el liderazgo perdido el año pasado en favor de los policías, que se quedan como segunda opción laboral en esta edición (15,3%). También repite en tercer lugar la profesión de maestro (6,4%). Pero la principal novedad de este año es la irrupción de los youtubers (5,1%) como cuarta preferencia de futuro para los más jóvenes, escalando cinco puestos respecto a la anterior edición. Le siguen las profesiones de bombero (4,2%), informático (3,8%), ingeniero (3,8%), veterinario (3,4%), médico (2,5%) y actor (2,1%).

Las preferencias de las niñas permanecen más estables. Repiten las profesoras como la mejor opción, con una de cada cinco niñas encuestadas. A continuación, quieren ser doctoras (11,3%), veterinarias (6,6%), peluqueras (4,7%) y cantantes (3,9%). Otras profesiones que atraen a las niñas españolas son las de actriz (3,1%), enfermera (2,7%), policía (2,7%), fotógrafa (2,3%) y diseñadora de moda (2%).

La mayor coincidencia entre géneros está en su rechazo a ser políticos: al 30,3% de las niñas y el 27,9% de los niños no desea ser de mayor un representante público. Además, el 12,7% de los jóvenes cree que los políticos españoles deberían luchar contra la corrupción como medida más urgente a realizar, generar empleo (9,1%) es lo segundo más votado, seguido de ofrecer mejores servicios e infraestructuras (6,8%) y bajar los impuestos (6,4%).

La encuesta también destaca que a pesar de que los dos progenitores trabajen, para más de la mitad de los niños encuestados las responsabilidades domésticas y familiares siguen siendo un trabajo exclusivo de las mujeres, mientras que un 44,3% afirma que éstas se reparten por igual entre los dos progenitores, y un 3,1% dice que es tarea de los hombres.

El artículo completo en:

El País (España)
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