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5 de agosto de 2018

¿Todos pisamos igual al correr?

No. Los biomecánicos (y los fabricantes de calzado) distinguen tres tipos de “pisadores” en carrera: 


Supinador. Es el que apoya sobre todo la parte externa de la planta. Tienen la bóveda de la planta pronunciada, y el tobillo algo salido. Hay un 10% de corredores de este tipo. 

Neutro. Corre del modo más equilibrado. Su pisada comienza como la del supinador, pero se corrige hacia adentro (pronador) por la zona del mediopié, y termina despegando el antepié (zona de los dedos) por el centro. Hay un 40% de personas que pisan así. 

Pronador. Al revés que el supinador, apoya más sobre la zona interna del talón y la planta.

Puedes descubri que clase de "pisador" eres observando las huelass de tus pies mojados en el suelo o en la arena.

Otra manera de averiguar tu tipo de pisada es observando como se desgastan tus zapatillas por la parte del talón. Veamos:

Entendiendo la pronación


Definimos la pronación como el movimiento que hace el pie justo después que éste aterrice en el suelo. Este momento, contacto inicial, es parte de la fase de apoyo del ciclo de pisada. Sin la pronación, el impacto de cada zancada sería transmitido a la parte superior de las piernas y afectaría la mecánica normal de las extremidades inferiores. La pronación actúa de amortiguador de impactos.

Las zapatillas de running son diseñadas específicamente para diferentes tipos de pisada. La mejor forma de averiguar cómo es tu pisada es consultar a un experto, quien realizará un análisis de pisada. El desgaste de la suela da una idea de tu tipo de pisada que puede ser:

Neutra: El desgaste de la suela de tus zapatillas tiene forma de S, desde el exterior del talón (lateral) hasta el dedo gordo del pie.


 
Supinadora: Se da cuando el pie no prona mucho. El exterior del lateral golpea el suelo con un ángulo mayor, y se da una pequeña pronación resultando en una gran transmisión del impacto a través del tren inferior. Los supinadores usualmente desgastan las zapatillas en la zona exterior del talón, y la parte superior puede estar desplazada, e incluso deformada, hacia el lateral exterior.



-Sobrepronadora: Más conocida simplemente como pronación, es cuando el pie rota en mayor medida, o cuando no debería hacerlo, por ejemplo al final de la fase de apoyo. Las zapatillas de running de un 'pronador' muestran un desgaste extra en todo el talón y en la cara interior de la puntera, especialmente a la altura del dedo gordo del pie.


Hasta la próxima

Prof. Leonardo Sánchez Coello

Fuentes:

QUO y Running (en español)

5 de noviembre de 2014

Cómo escoger las mejores zapatillas para correr

Puede ser una experiencia agobiante, pero elegir los zapatos adecuados para correr es un proceso por el que las personas deben pasar para obtener el máximo beneficio de soltar las piernas.

La gran variedad de opciones y de tipos de calzado que se encuentran en las tiendas genera muchas dudas entre los consumidores que tienden a tomar la decisión en base al precio y el diseño.

Sin embargo, estas dos variables son las últimas que deben entrar en la ecuación.

Lea: ¿Cuándo es mejor hacer ejercicio? ¿Mañana o tarde?

El primer paso luego de tomar la decisión de salir a correr es ir a una tienda especializada donde se podrá encontrar los diferentes tipos de calzado y personal entrenado para establecer el tipo de zapato que más se adapta a las necesidades de una persona.

Tipo de pisada

Una de las primeras cosas a determinar es el modo de andar de la persona, el tipo de pie y su pisada.



César Fernández, director general de Deerfoot en España, empresa encargada en la distribución y venta de calzado especializado para deportistas, explicó que hay tres categorías de pisada que engloban a las personas.

"Está la pisada neutra que distribuye el contacto de manera equitativa sobre toda la planta del pie, el pronador que apoya con la parte interior del pie y supinador que se apoya con el borde exterior del pie".

Para Fernández la mayoría de las personas se ubican en las categorías neutra y pronador, mientras que "sólo el 3% o 4% tienen una pisada supinadora".

La recomendación es que para los pronadores, donde entra la mayoría de las mujeres ya que poseen caderas más anchas, se utilice un calzado con una suela un poco más rígida, como el que se sugiere para las personas con más peso corporal.



El artículo completo enn:

BBC Ciencia

12 de diciembre de 2012

5 prendas de vestir que dañan la salud...



En el siglo XVIII se puso de moda entre las mujeres de clase alta europea el corsé, un corpiño que se ajustaba con unas cintas al tronco de la usuaria, con intención de estilizar la figura. La cintura de avispa se lograba, sí, pero a qué precio: muchas mujeres se desmayaban por la falta de aire porque el corsé comprimía su caja torácica, deformando las costillas. El corsé siguió usándose hasta los albores del siglo XX, desfilando por el estrecho linde entre la prenda de vestir y el instrumento de tortura, momento en el que entraron en nuestros vestidores los zapatos de tacón de aguja, los pantalones pitillo y otras prendas que garantizan un pasaporte al ambulatorio.

Los zapatos de tacón

El zapato de tacón lo puso de moda Luis XIV, a.k.a. “el Rey Sol”, que los utilizaba para disimular su corta estatura (igual que haría Sarkorzy tres siglos después). En los años 50 del siglo pasado se popularizó el uso del tacón de aguja, versión fetichista de la costumbre china de vendar los pies a las mujeres. El uso del zapato de tacón desplaza el peso del cuerpo del talón a los dedos de los pies, provocando el desgaste del cartílago de las rodillas y de los huesos del pie, deformando los dedos y provocando lumbalgia en la espalda. Un dato a colación: las mujeres tienen cuatro veces más problemas de salud en los pies que los hombres.




Pantalones ajustados

Puede que los hermanos heavies de la Gran Vía de Madrid sean los últimos usuarios de pantalones marca-venas del Estado español, pero durante los 70 y los 80 los elásticos, pitillo y, en general, marcapaquetes formaban parte del fondo de armario de cualquier urbanita suburbial y rebelde que se preciara. Puede que esa proliferación esté directamente relacionada con la caída de la natalidad que asola occidente de 30 años a esta parte, porque el uso prolongado del pantalón ceñido comprime el nervio femoral, pudiendo causar impotencia y esterilidad, según el doctor Octavio Bessa, que acuñó el “síndrome de los pantalones ajustados”.



Imagen de Jutlancer (CC, Flickr).

Corbata

La pervivencia de la corbata entre de los adminículos del vestir masculino es un enigma escondido dentro de un misterio: ¿Hay algo más absurdo que un trapo colgante que no abriga y oprime el cuello? Pues en muchos entornos sigue resultando una osadía presentarse sin corbata. Según un estudio del British Journal or Ophtalmology usar corbatas demasiado ajustadas eleva la presión intraocular, lo que puede devenir en glaucoma y, en el peor de los casos, causar ceguera. Por si fuera poco, añade CNN, al ser una prenda que no visita mucho la lavadora es posible que sea un foco de bacterias y, por tanto provoque infecciones.



Tangas

La eclosión del tanga en el cajón de las prendas íntimas femeninas fue tan repentino que Carefree no le quedó otra que seguir la estela de Evax y lanzar una línea de compresas de nombre singularmente desafortunado: Carefree Tanga. El tanga -advierten los expertos- resulta un excepcional puente para que las bacterias viajen desde la puerta trasera a la delantera, causando infecciones. Si no quieres volver a las braguitas de toda la vida, 9 de cada 10 ginecólogos recomiendan usar tangas de algodón, más transpirables que los de nylon o seda.



Imagen de mAicLo (CC, Flickr).

Piercings

Al mismo tiempo que el tanga se convertía en un estándar de la lencería femenina, proliferaban los tatúes y los piercings pero ¡ojo! Se estima que un 20% de las perforaciones desarrollan una infección bacteriana, según un estudio de la Universidad de Northwestern. Además, una mala elección del establecimiento en el que te hagas el piercing puede causar problemas más graves, incluyendo el contagio del tétanos hepatitis B y C o incluso el VIH, así como reacciones alérgicas.

Con información de Weird Universe, Corses Historia, El Mundo, CNN y Greatist.com.

Fuente:

Cooking Ideas

20 de septiembre de 2012

Zapatos con GPS, lo ideal para no perderse cuando sales de una cantina

(C) Dominic Wilcox

(C) Dominic Wilcox

Cuando al artista Dominic Wilcox le encargaron diseñar un producto para promocionar el proyecto Global Footprint de Escocia, decidió crear un par de zapatos con un sistema integrado de GPS para ayudarle a sus usuarios a caminar de vuelta a sus casas a través de un sistema de luces que indica la dirección correcta y la distancia aún por recorrer.

Según Wilcox, la inspiración provino del Mago de Oz y los zapatos de rubí que usaba la protagonista. Por ésto, tras configurar la dirección donde uno quiere caminar mediante un cable USB y un computador, uno debe chocar los talones
y pedir un deseo para hacer funcionar los zapatos GPS ‘No hay lugar como el hogar‘, nombre con el que los bautizó Wilcox.

Lamentablemente el invento aún están en la etapa de diseño, por lo que sólo Wilcox posee un par de éstos útiles aparatos, los que además fueron diseñados por los zapateros de Northampton, una región del Reino Unido cuya tradición en la elaboración de calzado data desde el siglo XV.


Fuente:

6 de julio de 2012

Dime qué calzas y te diré quién eres (y lo que escondes)

Lo que dicen los zapatos

  • Botas altas: Antipatía
  • Tacón alto: Inestabilidad
  • Zapato de marca: Hombre
  • Zapato incómodo: Mujer
  • Zapato colorido: Tranquilidad
  • Zapato a la moda: Dinero
Fuente: Journal of Research in Personality
Zapatos

Algunos zapatos revelan, otros esconden, rasgos personales, dicen las diferentes teorías.

En la popular leyenda la Cenicienta, el príncipe azul pudo comprobar que la humilde barrendera subyugada por su madrastra y hermanastras era en realidad una princesa porque la zapatilla de cristal le calzó perfectamente.

Un estudio realizado en la Universidad de Kansas dice que se puede predecir con bastante precisión algunas de las características personales de alguien según los zapatos que porta, rasgos que nos ayudan a crear o no vínculos sociales. 

Sin embargo, una escritora especializada en imagen y desarrollo personal acaba de sacar un libro titulado “Cámbiate los zapatos” en el que sostiene que la gente también se puede esconder detrás del calzado e, inclusive, estar atrapada por los zapatos.

Imagen instantánea

Zapato y pie, radiografía

El zapato podría ser una radiografía de la personalidad, sostiene el estudio.

Nuestra imagen exterior general -compuesta por el vestido, corte de cabello, maquillaje, aseo, etc.- puede revelar aspectos de quiénes somos, pero los zapatos parecen dar indicaciones muy particulares y precisas.

Al menos eso es lo que buscaba Omri Gillath, profesor de psicología social de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, cuando inició una investigación para saber cómo las personas detectan similitudes entre ellas mismas.

"El estudio de los zapatos formaba apenas una parte de la investigación, aunque muy interesante", dijo el profesor Gillath. "Queríamos saber si se puede tomar un sólo elemento clave como los zapatos y lograr una especie de imagen instantánea que divulgue rasgos como edad, nivel social, grupo demográfico y personalidad".

El estudio se dividió en tres partes, explicó el psicólogo a BBC Mundo.

Primero pidieron a un número de personas que enviaran fotos de los zapatos que usaban más a menudo y que completaran dos formularios: uno con preguntas que miden personalidad y otro cuestionario de criterios demográficos.

Luego, un grupo de investigadores observaron las imágenes de los zapatos y los evaluaron según la lista de 14 criterios diferentes en los cuestionarios. Cosas como estilo, moda, costo, confección, función y otras.

Tercero, tomaron a un grupo diferente de personas para que estudiaran los zapatos sin que tuvieran información alguna sobre sus dueños o las respuestas que habían dado. También les dieron los mismos cuestionarios para que los llenaran, calificándolos o midiéndolos únicamente en base a los zapatos que vieron.

Tras comparar los resultados de los tres grupos, encontraron que la gente puede detectar características con un 45% de exactitud, particularmente en cosas como edad, sexo, e ingresos.

Los hombres tienden a usar más zapatos de marca, las mujeres zapatos más incómodos, los más pudientes calzan a la moda.

Las botas y la ansiedad

Lo que más sorprendió, sin embargo, fue cómo se podían detectar rasgos de personalidad como amabilidad, inseguridad, ansiedad, aislamiento.

"Observamos una correlación entre las medidas que les dieron y sus personalidades", expresó el doctor Gillath. "Encontramos, por ejemplo, que los que usan zapatos de bota alta tienden a ser menos amables, menos simpáticos, inclinados a evadir relaciones íntimas".

Esa preocupación que pueden generar las relaciones íntimas -que la pareja lo va a abandonar a uno o no lo ama lo suficiente- es una ansiedad que un individuo no manifiesta externamente, afirma el académico. Es algo que usualmente surge en una sesión de preguntas y respuestas.

"En nuestro estudio la ansiedad se pudo detectar en los zapatos", aseguró. "Está correlacionado al color. Entre más coloridos son los zapatos, menos afectado se está por la ansiedad causada por las relaciones íntimas".

En ese mismo ámbito, el estudio también pudo establecer una conexión entre varios otros factores: las botas de montañismo generalmente pertenecen a personalidades testarudas y los tacones, entre más altos menos emocionalmente estable es la persona.

"Algunas observaciones tienen que ver con el sentido común y otras son más sorprendentes. Pero, en general, se puede mirar los zapatos de alguien y hacerse una idea de la personalidad", fue la conclusión de Omri Gillath.

De ejecutiva a aventurera

Kathy Andersen

Kathy Andersen dejó sus tacones por unas botas de escalar montañas.

Aunque los zapatos pueden dar una señal de nuestra personalidad, hay quienes creen que también sirven para ocultar la identidad interior del individuo, su "yo" verdadero.

Kathy Andersen, una autora y asesora de desarrollo personal y liderazgo, sostiene que los zapatos pueden reflejar dinero, estatus y la imagen que alguien le gustaría proyectar pero no su felicidad, satisfacción o propósito en la vida.

"Conocemos personas todos los días y tenemos la sensación de que no están mostrando todo lo que son, hay algo escondido debajo de la superficie", comentó Andersen a la BBC. "Pueden aparentar estar completos calzando sus zapatos brillantes. Pero lo que hay dentro del zapato es de lo que no nos damos cuenta".

Kathy relata haber estudiado finanzas, escalar la escalera corporativa, viajar por todo el mundo y tener un salario que rondaba en los cientos de miles de dólares.

Según ella, los zapatos que calzaba contaban esa historia al mundo, pero no contaban la historia de quién era en realidad.

"Cambié mis tacones de ejecutiva por botas de montañismo y me fui en una aventura hace unos 10 años, después de querer encontrar algo más", confesó. "Al cambiar mis zapatos me di cuenta que podíamos cambiar nuestra perspectiva de la vida, nuestros sueños y toda la manera de pensar en cómo que somos y lo que podemos alcanzar en la vida".

A raíz de esa transformación escribió un libro titulado "Cámbiate los zapatos" para estimular a otros a liberar su verdadero ser con un cambio de calzado.

Andersen sostiene que los zapatos frecuentemente nos atrapan en una rutina y el cambio puede ayudarnos a realizarnos como personas.

"Cambia tus zapatos para verte a ti mismo de manera diferente y métete en los zapatos de otro para ver el mundo desde otra perspectiva", aconseja.

El cambio, sin embargo, no tiene que ser en una sola dirección. La autora resalta que otras facetas de la personalidad se pueden despertar, al tiempo que se exploran otras experiencias.

"De los tacones pasé a las botas de montañismo pero también me pongo mis chancletas de vez en cuando", manifestó.

¿Qué análisis haría el estudio del profesor Omri Gillath de las botas de Kathy Andersen, entonces?

"Hay que fijarse en el contexto", comentó el psicólogo. "Las botas de montañismo las asociamos con la antipatía y la terquedad, pero si se está escalando una montaña tiene sentido usarlas. Si va a su matrimonio con las botas puestas, ahí ya hay otro mensaje".

Fuente:

BBC Ciencia
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