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13 de agosto de 2022

Crean un parche que convierte el sudor en electricidad ilimitada

El dispositivo podría suministrar energía constante a una amplia variedad de aparatos electrónicos alimentándose de la transpiración humana.


Investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst han diseñado un biofilm que recolecta la energía de la evaporación, concretamente de sudor, y la convierta en electricidad.

Este biofilm —un parche que se adhiere a la piel—, que se anunció en Nature Communications, tiene el potencial de revolucionar el mundo de la electrónica portátil, alimentando todo, desde sensores médicos personales hasta dispositivos electrónicos.

“Esta es una tecnología muy emocionante”, dice Xiaomeng Liu, estudiante graduado en Ingeniería Eléctrica e Informática en la Facultad de Ingeniería de UMass Amherst y autor principal del artículo. “Es energía verde real y, a diferencia de otras fuentes llamadas de ‘energía verde’, su producción es totalmente verde”.

¿Cómo funciona?

Este biofilm, una lámina delgada de células bacterianas del grosor de una hoja de papel, es producido naturalmente por una versión modificada de la bacteria Geobacter sulfurreducens.

Se sabe que G. sulfurreducens produce electricidad y se ha utilizado anteriormente en “baterías microbianas” para alimentar dispositivos eléctricos. Pero tales baterías requieren que dicha bacteria se cuide adecuadamente y se alimente con una dieta constante.

Por el contrario, esta nueva biofilm, que puede proporcionar tanta energía como una batería de tamaño similar, funciona continuamente porque la bacteria G. Sulfurreducens está muerta y, debido a eso, no necesita ser alimentada.

“Es mucho más eficiente”, dice en un comunicado Derek Lovley, profesor distinguido de Microbiología en UMass Amherst y uno de los autores principales del artículo. “Hemos simplificado el proceso de generación de electricidad al reducir radicalmente la cantidad de procesamiento necesario. Cultivamos de manera sostenible las células en una biopelícula y luego usamos esa aglomeración de células. Esto reduce las entradas de energía, simplifica todo y amplía las aplicaciones potenciales”.

Una matriz de bioparches alimenta una pequeña pantalla LCD.

El secreto detrás de esta nueva biopelícula es que genera energía a partir de la humedad de la piel. Aunque todos los días leemos historias sobre la energía solar, al menos el 50% de ella que llega a la Tierra se destina a la evaporación del agua.

“Esta es una enorme fuente de energía sin explotar”, dice Jun Yao, profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en UMass, y el otro autor principal del manuscrito. Dado que la superficie de nuestra piel está constantemente humedecida con sudor, la biopelícula puede “enchufarse” y convertir la energía atrapada en la evaporación en energía suficiente para alimentar pequeños dispositivos.

“El factor limitante de la electrónica portátil —dice Yao—, siempre ha sido la fuente de alimentación. Las baterías se agotan y deben cambiarse o cargarse. También son voluminosos, pesados e incómodos”. Pero un biofilm transparente, pequeño, delgado y flexible que produce un suministro continuo y constante de electricidad y que se puede usar, como una tirita, como un parche aplicado directamente sobre la piel, resuelve todos estos problemas.

Lo que hace que todo esto funcione es que G. sulfurreducens crece en colonias que parecen esteras delgadas, y cada uno de los microbios individuales se conecta con sus vecinos a través de una serie de nanocables naturales. Luego, el equipo recolecta estos tapetes y usa un láser para grabar pequeños circuitos en las películas. Una vez que se graban las películas, se intercalan entre los electrodos y finalmente se sellan en un polímero suave, pegajoso y transpirable que se puede aplicar directamente sobre la piel. Cuando esta pequeña batería se “enchufa” aplicándola a su cuerpo, puede alimentar dispositivos pequeños.

“Nuestro próximo paso es aumentar el tamaño de nuestros parches para alimentar dispositivos electrónicos más sofisticados que se pueden llevar en la piel”, refiere Yao; y Liu señala que uno de los objetivos es alimentar sistemas electrónicos completos, en lugar de dispositivos individuales.

Fuente:

La República (Perú)

16 de abril de 2022

Aprender a programar: ¿debe ser un curso obligatorio?

Code es una organización norteamericana que busca todos los estudiantes del planeta aprendan a programar. 

58 millones en todo el mundo ya usan sus cursos digitales y gratuitos



¿Cómo nació esta idea?

El día que murió Steve Jobs (5 de octubre de 2011), un emigrante iraní en EE.UU. llamado Hadi Partovi tuvo una visión. "Sentí que necesitaba hacer algo, contribuir a que todos tengan las mismas oportunidades en un mundo donde los conocimientos digitales son cada vez más decisivos".

De esa visión nació Code.org», recuerda. Partovi (Teherán, 49 años) tardará dos años en darle forma a su idea: una organización sin ánimo de lucro, nacida en 2013, cuya misión es formar a docentes y promover políticas públicas para que la programación se introduzca en el currículo educativo como un curso más

¿Quién es Hadi Partovi?

Partovi era un niño cuando huyó, junto con su familia, del régimen del ayatolá Jomeini. Sus padres son científicos y miembros destacados de la diáspora persa. 

Estudió Ciencias de la Computación en Harvard, fundó una empresa de reconocimiento de voz que luego vendió a Microsoft por 800 millones de dólares.

Desde entonces se dedica a las inversiones (Facebook, Airbnb) y a la filantropía. Su hermano gemelo Ali (y cofundador de Code.org) fue uno de los primeros en invertir en Dropbox y su primo Dara Khosrowshahi es director ejecutivo de Uber.

Hadi Partovi tienen una agenda con mejores contactos en Silicon Valley: Bill Gates, Mark Zuckerberg o Jack Dorsey responden. Y también tienen línea directa con la Casa Blanca, Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton han participado en sus llamados para colaborar con la causa.

¿Y cuál es la causa? 

"En nuestro mundo impulsado por la tecnología, la informática se ha vuelto tan esencial para los estudiantes como la lectura, la escritura y las matemáticas", explica Partovi.

Aclaremos: el propósito de Code.org no es exactamente que todos los niños aprendan a programar, sino que todos los colegios enseñen informática. La razón no es convertirlos en programadores el día de mañana o encaminarlos hacia empleos tecnológicos bien remunerados, aunque a nadie le cae mal un dinero de más.

"La informática es hoy tan importante como la biología. Es necesario comprender la fotosíntesis, pero también qué son los algoritmos. Porque están en todas partes e impactan en nuestra vida diaria. Necesitamos programadores, sí, pero también abogados, médicos y políticos que sepan de la importancia de la programación. No se trata de preparar a los niños para el trabajo, sino de prepararlos para la vida", resume Partovi.

Aliados estratégicos

La plataforma de Code.org ofrece lecciones on-line para niños de 4 a 18 años. 

El acceso a los contenidos es gratuito desde cualquier parte del punto. Están traducidos a sesenta idiomas. 

Los tutoriales se pueden ver en YouTube y en ellos es habitual ver a los magnates de los gigantes tecnológicos impartiendo clases.

La plataforma se ha aliado con Disney, Star Wars, Minecraft o la NBA para hacer sus contenidos más atractivos. 

Cuatro de cada diez estudiantes norteamericanos tienen una cuenta abierta en Code.org y 58 millones en todo el mundo, además de dos millones de profesores.

Pero solo es la punta del iceberg. La organización se ha marcado como primer objetivo que todas las escuelas públicas de Estados Unidos impartan programación. De momento, lo ha conseguido en varias decenas de estados. También están ingresando a Europa.

Pero...

The New York Times se preguntaba en 2017 si Silicon Valley estaba utilizando su poder de persuasión para que las escuelas públicas sirvan a los intereses de las corporaciones. Y apuntaba a que existe un déficit de ingenieros informáticos y que las compañías estadounidenses se ven obligadas a reclutarlos en el extranjero.


¿Un Plan Marshall Digital?

Ese déficit de perfiles tecnológicos también afecta a Europa, donde hay unos 900.000 empleos relacionados con la digitalización (200.000 en España) que a las empresas les resulta muy complicado cubrir. 

Los intereses de las empresas norteamericanas tampoco coinciden siempre con los de los países europeos. 

¿Estamos ante una especie de 'plan Marshall' de la digitalización?, se preguntan los más recelosos. ¿Aprovechará Silicon Valley para pescar en el vivero del talento europeo y, de paso, exportar su ideario?

Es el tipo de cuestiones al que ha tenido que responder Fran García del Pozo, responsable de Code.org para Europa, África y Oriente Medio, con un equipo cien por cien español. 

«Me costó cinco años conseguir traer Code.org a España. Fue muy difícil. Desde luego, la pandemia ha sido un tsunami. Ha acelerado la digitalización y ha convencido a muchos escépticos que pensaban que se tardaría muchos años en transformar la educación y el trabajo. Pero también ha mostrado que existe una brecha digital importante. Muchas familias carecen de conectividad y dispositivos suficientes. Y eso es injusto», afirma.

Este exejecutivo de Telefónica conoció a Hadi Partovi a través del educador y matemático Salman Khan. García del Pozo cree que estamos ante un fenómeno imparable.

Programación: tan importante como el inglés

«La programación forma parte del currículo educativo desde edades tempranas en Estados Unidos, Singapur o Australia. 

Y China aprobó en 2016 un plan para que todos los niños aprendan a programar desde los seis años y estudien robótica a partir de los once. 

Es una ventaja competitiva para acceder al mercado laboral como en su día lo fue para nosotros aprender inglés. Pero no se trata de que todos seamos programadores, sino de que todos entendamos la programación», matiza.

El inglés es la lengua franca que nos permite entendernos con el resto de seres humanos, ¿Qué utilidad puede tener aprender código a alguien que no se vaya a dedicar a la tecnología? García del Pozo responde.

"Las máquinas –explica—dominan parte de nuestra vida cotidiana. Es importante conocer su lenguaje para que la tecnología esté al servicio de las personas y no al revés. Si dominamos el pensamiento computacional, que este año (2021) se ha empezado a medir por primera vez en el informe PISA, desarrollamos la lógica, la creatividad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Y estas habilidades las podrán usar los estudiantes a lo largo de sus vidas. Por lo tanto, los intereses de los alumnos siempre estarán un escalón por encima de los de la industria".

Y añade: «Tenemos que concienciarnos de que estamos ante un nuevo Renacimiento. Lo digital trae de la mano una nueva civilización. Y esto nos da la oportunidad de elegir: ¿queremos ser un país que crea tecnología o que solo la consume; una sociedad que programa o que es programada?».

Con información de: XL Semanal (El País)  


10 de abril de 2022

La verdad sobre las pruebas PISA

 Es probable que todos hemos escuchado en alguna oportunidad hablar sobre las pruebas PISA.

¿Qué significa PISA? 

El informe del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, cienbcia y lectura.

Pero...

El informe PISA de ser una herramienta para diagnosticar debilidades y fortalezas de los sistemas educativos se convirtió en una liga de países.

Pero detrás de todo esto se encuentra un negocio millonario.


Un gran negocio

La obsesión por los exámenes educativos es una tendencia contemporánea..

La editorial británica Pearson, dueña de Financial Times y de The Economist, vio una gran oportunidad de negocio en ello. Debido a esto, Pearson logró el contrato para los exámenes PISA 2015, así como la exclusividad de la plataforma digital que los sustentará. 

Pearson utiliza PISA y otras pruebas similares como caballito de batalla para manejar los hilos de la educación mundial.

Pearson redacta los exámenes, los corrige y provee herramientas informáticas a los Ministerios de Educación para analizar el rendimiento, casi en tiempo real, como si fuera la Bolsa de Valores, donde los que cotizan no son empresas, sino colegios y, en último término, nuestros hijos.

¿Y esto es bueno o es malo?

Para Pearson todo esto es bueno, ellos manifiestan que su objetivo es revolucionar el concepto de educación en el mundo, personalizarla y reducir costos. 

Pero es malo porque las escuelas van a pasar más tiempo examinado que enseñando.

Según Donald Gutstein, académico canadiense, "Pearson consigue el grueso de sus ingresos en textos digitales, herramientas de enseñanza virtual, exámenes on-line... y sigue una serie de estrategias para crecer aprovechando la transición de lo físico a lo digital. Es un plan ambicioso para comercializar sus productos y servicios. Si tienen éxito, convertirán a los estudiantes en simples clientes".

¿Cómo llegamos hasta este punto?

Primero, un poco de historia.

La primera edición de PISA fue en el año 2000, posee un carácter trianual.

En la última prueba PISA, aplicada en el 2018, participaron más de 600 000 estudiantes, de 15 años, de 79 países, entre ellos Perú.

PISA a desbancado a otras pruebas internacionales como TIMMS o PERL.

PISA genera un informe muy detallado, con múltiples análisis. Lo de comparar a los países participantes era una estadística más. Pero la responsabilidad de crear una liga es del periodismo que le encanta hacer competencias de todo tipo para generar ostentosos titulares: "Perú fracasa otra vez", "Finlandia se cae en la tabla", "Los asiáticos golean"...

Y también es culpa de los políticos, que sacan pecho si las cosas van bien (cuando en realidad el mérito es de la gestión anterior), o justifican una reforma educativa a su gusto si las cosas van mal. Pero, ¿podemos confiar en PISA?

¿Los datos de PISA son confiables?

¿Sabía usted que no son las mismas preguntas para todos los países? ¿Y que ni siquiera tienen el mismo nivel de dificultad? No solo eso, en ediciones anteriores hubo pruebas que algunos países se saltaron, como las de comprensión lectora. Y lo que hizo PISA fue realizar una estimación, una proyección de lo que podían haber puntuado esos alumnos, como hacen a veces las compañías eléctricas con los recibos de luz, que nos cobran por lo que suponen que podemos haber gastado y no por el consumo real.

Además, las diferencias económica (a mayor nivel adquisitivo, mejor nota), sociales (a mayor emigración, peor nota) influyen. Pero también las diferencias de mentalidad de los niños en la gestión del tiempo. Son exámenes contra reloj. Los nórdicos y centroeuropeos dan un vistazo general, contestan primero a lo que saben y no tienen apreturas; los mediterráneos van pregunta a pregunta y luego no les da tiempo.

¿Cómo homogenizar todo este revoltijo de datos para realizar el ranking mundial? PISA emplea un complejo sistema matemático llamado método de evaluación de Rasch, método muy discutido por algunos matemáticos, que consideran que contiene errores. Además, un estadístico danés, Svend Kreiner, de la Univesidad de Copenhague y discípulo de George Rasch, ya advirtió que encima PISA no lo está aplicando bien, básicamente porque no se deberían equiparar los resultados si las preguntas no tienen el mismo grado de dificultad.


PISA se defiende

Los responsables de PISA han recibido acusaciones de oscurantismo en el tratamiento de los datos. Se defendieron con un informe de 419 páginas. Andreas Schleicher, director de PISA, reconoció que podían existir discrepancias en la clasificación, dependiendo de cómo se analizan los datos. Pero es que las diferencias pueden ser tremendas, como demostró Kreiner; cambiando algunos parámetros, por ejemplo, Canadá ocuparía el segundo puesto o el 22; Japón el octavo o el 40; y el Reino Unido, cualquiera entre el 14 y el 30.

A las críticas sobre la fiabilidad de PISA, muy fuertes en Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Australia y otros países, hay que sumar ahora las suspicacias: ¿Quién se beneficia de esta competencia entre países? ¿Por qué los asiáticos arrasan? ¿Es mejor su modelo basado en la repetición, la memorización y la obediencia, cuando muchos surcoreanos, que son los mejores del mundo, luego se estrellan cuando van a una universidad estadounidense? Además, hay muchas dudas sobre el juego limpio de China-Shangái. ¿Hacen tranpa? ¿Estamos ante una adulteración de la competición, como pasaba en el deporte con la antigua RDA?

La obsesión se vuelve negocio

En este río revuelto, uno ha sido el más vivo: Pearson.

Y todo gracias una estrategia que diseño su antiguo CEO, Marjorie Scardino. Y que sigue el actual, John Fallon. Hagamos las preguntas. Diseñemos las plataformas digitales para hacer los exámenes. Redactemos los textos para que los niños estudien y saquen buenas notas en esos exámenes. Convenzamos a los políticos para que nos los compren. Pearson dispone de think tanks y expertos a sueldo. Al fin y al cabo, es la mayor editorial educativa del mundo.

Y el catálogo de nuevos productos puede ser inagotable. ¿Por qué no ponemos al alcance del público los test que hacen los países punteros? Imaginen el prestigio que tendría un colegio si pudiera decir: somos mejores en matemáticas que los coreanos... Dicho y hecho: ya empiezan a probarlo en los EE.UU. ¿Y por qué limitarse a estudiantes de quince años? Por qué no sacar pruebas para que los adultos puedan compararse con sus hijos...

La casa matriz de Pearson está en Londres, pero la experiencia en los EE.UU. Pearson consiguió en el 2011 un contrato por cinco años para los exámenes oficiales de las escuelas públicas de Nueva York por 32 millones de dólares. Y se dio una protesta insólita en dicha ciudad: padres de familia, maestros y estudiantes de decenas de centros se quejaban de la cantidad de exámenes, que algunos califican de epidemia. Niños de primaria sometidos a pruebas de tres horas. Muchos se preguntan por qué una empresa privada y con ánimos de lucro tiene tanta influencia en el sector público.

Pearson logró el contrato para las pruebas PISA 2025 a un precio relativamente módico, sólo 1.3. millones de euros. 

PISA pretende también medir las destrezas digitales pues representan el futuro de los niños.

El Big Data hace su ingreso en el sector educación

El negocio puede ser redondo, va en la línea de la plataforma digital de Bloomberg, pero aplicado a la educación. Datos continuos que fluyen. Escuelas que suben y escuelas que bajan. Países que cotizan en rojo y en verde. No olvidemos que la galaxia Pearson es uno de los grupos mediáticos más influyentes. En un arranque de sinceridad The Economist señala que la industria de los exámenes internacionales está creciendo, aunque sacra conclusiones de ellos es más difícil.

Para Diane Ravitch, de la Universidad de Nueva York, estamos ante "la irrupción del big data en las escuelas". ¿Es una manera de ayudar a estudiantes y profesores? Puede, "pero también es una fórmula empresarial para desarrollar apps, vender datos de estudiantes y hacer dinero", denuncia. 

El capital riesgo ya se ha fijado en este mercado y está entrando a manos llenas en compañías digitales de creación y evaluación de exámenes, como Renaissance Learning Inc,, con participación de Google Capital y donde la firma especulativa Hellman and Friedman inyectó 1 100 millones de dólares solo en el 2013. 

PISA son exámenes donde todo está tabulado.

Los cuestionarios son tipo test.

No hay lugar para salirse del guión.

¿Dónde queda la creatividad?

¿Dónde queda la imaginación?

Según Ravitch "estamos perdiendo la habilidad de pensar diferente y premiando el conformismo". 


Con información de XL Semanal


4 de abril de 2022

PISA: Estonia es la nueva Finlandia

El pequeño país báltico ha logrado los mejores resultados académicos de Europa, según el último informe PISA. ¿Cuál es el secreto? Innovación, robótica, realidad aumentada... 

Conozcamos el revolucionario sistema educativo de los estonios desde sus propias aulas.


Cuando llegó la pandemia y el confinamiento, las escuelas no tuvieron grandes dificultades, todas las clases estaban disponibles en la Red. De hecho, los alumnos ya estaban acostumbrados a trabajar desde sus hogares durante las llamadas 'jornadas digitales'. 

La tecnología es algo omnipresente en las escuelas de Estonia, en sus pasillos descansan los robots junto a las bicicletas. La dirección ha decidido que las aptitudes digitales formen parte integral del plan de estudios. En los primeros cursos, por ejemplo, los niños aprenden matemáticas y ortografía programando robots que se desplazan de una letra o de una cifra a otra. 

Se trata de ser imaginativos si quieren atrapar la atención de unos alumnos habituados a los videojuegos y los móviles. «En las clases de Geografía, a la hora de explicar las diferencias en el clima, los alumnos usan las gafas de realidad virtual para trasladarse a Alaska o a Nigeria. En las de Historia, al tratar sobre el antiguo Egipto, pasean con ellas por el interior de una pirámide» sentencia una docente.

Además, se debe tener presente que la tecnología no es más que un medio para llegar a un fin. «Lo fundamental es lo que viene después. La experiencia de realidad virtual solo dura unos minutos; luego, los niños tienen que hacer otras cosas. Por ejemplo, un ejercicio consistía en visitar Suecia e Islandia. Los alumnos tenían que redactar unos folletos y argumentar la conveniencia de viajar allí. Lo primero es más vistoso, claro, pero los niños ya saben que solo es un primer paso en el aprendizaje». El objetivo es lograr que los alumnos tomen parte activa en su educación. «En las clases de Química hacen experimentos con realidad virtual. Mezclan líquidos y, si se produce una explosión, es tan real que hasta dan un respingo. En Biología, una aplicación permite ensamblar huesos y construir un cuerpo humano».


Los maestros monitorizan lo que cada alumno está viendo en el mundo virtual. La experiencia es tan impactante que solo los mayores de 11 años tienen acceso a las gafas con cascos, con el permiso explícito de los padres. «Porque no es ninguna tontería». El siguiente proyecto consiste en que los alumnos creen sus propios mundos de realidad virtual. «Contamos con una cámara de 360 grados para que graben sus propios vídeos». Siempre están buscando nuevas ideas para estimular al alumnado.

Según el informe PISA, Estonia tiene el mejor sistema educativo de Europa

Este diminuto estado exsoviético supera a Francia, Alemania, España, Finlandia y Reino Unido. Y también a Estados Unidos, Japón y Corea. A pesar del gasto relativamente bajo en educación, el país es de los primeros del mundo en las tres áreas de referencia con las que se elabora este informe. 

Sus escuelas también son las más igualitarias. En Estonia, la procedencia socioeconómica influye menos que en cualquier otro país, según la OCDE. Y los alumnos parecen más felices. Un estudio de la Gregson Family Foundation indica que Estonia es uno de los cinco únicos países cuyos alumnos logran excelentes resultados y, a la vez, están muy contentos con sus vidas.

Más información en ABC (España) e Infobae

29 de marzo de 2022

Conrad Wolfram: “El 80% de lo que se aprende en el curso de matemáticas no sirve para nada”

Tenemos un problema con las matemáticas. 

Nadie está contento.

Los estudiantes creen que es un curso difícil y sin interés

Los maestros están frustrados con los resultados de sus alumnos.

Los gobiernos saben que son determinantes para la economía pero no saben cómo actualizar los programas académicos. 


 

"Cada vez vivimos en un mundo más matemático y sin embargo la educación está estancada", opina Conrad Wolfram, físico y matemático por la Universidad de Cambridge y fundador de Computer Based Math, una compañía centrada en rediseñar la asignatura de matemáticas que en 2015 lanzó su programa piloto en colaboración con el Gobierno de Estonia.

Wolfram es muy conocido por su charla TED Cómo enseñar a los niños matemáticas del mundo real, en la que analiza los motivos por los que los estudiantes han perdido el interés en la asignatura que está detrás de las "creaciones más emocionantes de la humanidad", desde los cohetes hasta los mercados de valores.

  

Demasiadas horas de clase invertidas en aprender a calcular grandes divisiones y ecuaciones a mano. Ese es el gran fallo, según Wolfram, que apuesta por introducir la computación en las clases... ¡que las máquinas se encarguen del cálculo!

Pregunta. Si los niños no aprenden a calcular a mano y hacen las operaciones con la computadora, ¿cómo van a entender lo que están haciendo?

Respuesta. Antes de las computadoras las matemáticas no eran muy útiles para el día a día, para la vida en general. Para cualquier campo en el que se usen muchos datos, como la física, la biología o la salud, la computación ha elevado las matemáticas a un nuevo nivel.

Los problemas reales del siglo XXI solo se pueden resolver empleando computadoras y por eso deben entrar en el sistema educativo como parte fundamental de la asignatura de matemáticas. 

Tener a los niños en las aulas calculando a mano ecuaciones de segundo grado ya no tiene sentido; hay que enseñarles a interpretar los datos y a sacar utilidad de las matemáticas. 

Enseñarles el funcionamiento básico está bien, pero complicarlo hasta la extenuación es una estrategia errónea que les aleja para toda la vida. Suelo poner el ejemplo la acción de conducir un auto; no hace falta entender el funcionamiento de los motores para manejar un automóvil.

P. Algunos expertos sostienen que el cálculo ayuda a aprender el sentido de los números y es una buena herramienta para entrenarse en la toma de decisiones.

R. ¿Cuándo fue la última vez que multiplicaste 3/17 por 2/15? Probablemente lo aprendiste en la escuela pero nunca lo has vuelto a utilizar. 

Muchos expertos dirán que multiplicando fracciones estás aprendiendo, pero no estás aprendiendo solo estás recordando un proceso

Realmente no estás entendiendo para qué lo haces ni para qué sirve. 

Un ejemplo muy simple: en la ecuación x+2=4 te enseñaron que si pasas el dos a la derecha cambia de signo y se convierte en menos 2. Ahí tampoco entiendes qué estás haciendo

Las matemáticas tradicionales ya no tienen sentido y probablemente el 80% del contenido del curso de matemáticas ya no es útil y nunca lo usarás fuera del aula. 

P. Podrían decirle que dejarle el cálculo a la computadora en edad de aprender es cosa de vagos.

R. Intentar saber cómo usar la computación no supone menos trabajo para el cerebro. Todo lo contrario. Los problemas a resolver son mucho más complejos y ahí es donde hay que entrenar a los niños. 

La programación es lo que equivaldría hoy al cálculo a mano, saber decirle a la computadora con códigos y números lo que tiene que hacer de forma muy precisa. Matemáticas, programación y pensamiento computacional deben ser la misma asignatura. 


 

P. ¿Podría poner un ejemplo de esas situaciones de la vida real de las que habla?

R. Si te muestro los datos de dos páginas web y te pregunto cuál está funcionando mejor la primera pregunta que debes hacerte es qué significa mejor

Puede ser el tiempo que los usuarios pasan en cada una de ellas o las veces que hacen clic en alguna de las pestañas... En el mundo real puedes usar el machine learning o el análisis estadístico para medir y analizar resultados. Elegir qué opción funciona mejor en cada caso es complicado y ese tipo de conocimientos no se enseñan en la escuela

Las matemáticas son mucho más que el cálculo, aunque es comprensible que durante cientos de años se le haya dado tanta importancia, pues solo había una forma de hacerlo; a mano. Las matemáticas se han liberado del cálculo, pero esa liberación todavía no ha llegado a la educación. 

P. Su empresa ha reinventado la asignatura de matemáticas para introducir la computación y ha introducido nuevas habilidades a evaluar como la comunicación matemática. ¿Cómo consiguió convencer al Gobierno de Estonia para implantarla en los colegios públicos?

R. Con 1,3 millones de habitantes, Estonia se considera el país más digital de Europa. Sus ciudadanos pueden votar, pagar impuestos, comprobar archivos médicos o registrar una empresa desde su ordenador de casa en pocos minutos. De hecho, Estonia es considerada la primera nación digital del mundo.
 
En el último informe PISA (2016) superó a los finlandeses en ciencias y matemáticas. Estonia es el nuevo referente en Europa en innovación educativa. 
 
Hace tres años conocí a su Ministro de Educación, que es físico, y dos años después lanzamos el primer proyecto piloto, que se está usando en el 10% de los colegios públicos del país. Hemos centrado la asignatura, para estudiantes de Secundaria, en probabilidad y estadística y hemos cambiado el sistema de evaluación. Los alumnos aprenden a resolver cuestiones reales como por ejemplo ¿son las chicas mejores en matemáticas? o ¿mi estatura está en la media?. Ahora estamos en conversaciones con Irlanda y Australia.
 
El impedimento fundamental para la innovación en los colegios es la certificación, llegar a los estándares de conocimiento prefijados para después poder acceder a la universidad. Hay un hecho llamativo y es que hemos detectado que los países que ocupan mejores posiciones en PISA son los que están más abiertos al cambio y otros, como España, que lleva 15 años estancada con la misma puntuación, son más reacios.
 

 

P. La charla TED de 2010, ¿marcó un antes y un después en su carrera?

R. He trabajado durante más de 30 años con mi hermano en nuestra empresa de software Wolfram Research, con sede en Illinois, EE.UU., y suma unos 500 empleados. 

El mismo año de la charla TED monté un pequeño departamento en Oxford, con unas 30 personas, dedicado exclusivamente a repensar la asignatura de matemáticas. Nuestro lema es rediseñar las matemáticas reconociendo que existen los ordenadores

La idea se me ocurrió a partir del servicio que ofrecíamos para Apple, concretamente para Siri, su sistema de búsqueda por reconocimiento de voz. Si le preguntas por cualquier operación matemática compleja, en segundos te remite a nosotros. Ahí me planteé por qué obligamos a los estudiantes a dedicar tantos años de su vida a aprender lo que un teléfono resuelve en segundos.

P. ¿Cree que los gobiernos escucharían más la reforma que propone si fuese de la mano de una gran universidad como Cambridge?

R. En este momento Cambridge, Oxford, Harvard o el MIT son organizaciones comerciales y buscan el beneficio tanto como las empresas. Los gobiernos necesitan reflexionar sobre ello o no restar credibilidad a una iniciativa porque no ha surgido de una universidad. Lo que les frena es la falta de evidencias y creen que no hacer nada es menos arriesgado que probar nuevos métodos. 

El sistema educativo está fallando cada año más a los estudiantes y eso explica porqué no hay suficientes perfiles STEM. Los jóvenes tienen que encontrarles una utilidad: tener las habilidades para diferenciar una buena hipoteca o el suficiente escepticismo para cuestionar las estadísticas que ofrece el Gobierno. La desmotivación es uno de los grandes desastres de las matemáticas. 

Con información de El País (España)

13 de diciembre de 2020

Ocho de cada diez turistas extranjeros que llegan al Perú hacen rutas de ecoturismo

Eel 87% de los viajeros, no provenientes de Latinoamérica, realiza actividades vinculadas con la naturaleza.

 
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en el 2012 la histórica resolución de considerar el ecoturismo como “un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible”, en esa medida, se fomenta a promoverlo a través de políticas públicas, reconociendo su potencial positivo en la educación, la creación de empleos, generación de ingresos y la lucha contra la pobreza, al tiempo que fomenta la conservación y el uso sostenible de los espacios naturales.

Ostelea, Escuela de Management en Turismo, realizó un estudio sobre el ecoturismo en Perú, donde se destaca que es un destino clave para este tipo de turismo debido a que es uno de los países considerado con más biodiversidad del mundo. De acuerdo con National Geographic, el país ocupa el segundo lugar del mundo con mayor biodiversidad, solo superado por Madagascar. 

“Es interesante ver el perfil del turista que realiza actividades de naturaleza, suele tener un promedio de 37 años, residente de Latinoamérica, es hombre, soltero y con estudios universitarios. Su estancia media suele ser de 13 noches y el gasto total, sin tener en cuenta el rubro de transporte para su traslado al país, es de 1,429 dólares, estas son cifras oficiales de PROMPERÚ”, informó Pablo Díaz, Docente de Ostelea y realizador del informe. 

Más información en: El Comercio (Perú)

Lea también: 5 destinos para hacer ecoturismo en el Perú

12 de marzo de 2020

Por qué hay que prohibir que nos manipulen el cerebro antes de que sea posible

El científico Rafael Yuste, impulsor de la mayor iniciativa para conocer el cerebro, reclama a los Gobiernos la creación de nuevas leyes frente a los riesgos de la neurotecnología.


“Tenemos una responsabilidad histórica. Estamos en un momento en que podemos decidir qué tipo de humanidad queremos”. Son palabras mayúsculas, tanto como el reto que se plantea Rafael Yuste. A este neurocientífico español, catedrático de la Universidad de Columbia (EE UU), le susurran en la conciencia los fantasmas de otros grandes científicos de la historia que abrieron la caja de Pandora. Él, que ha impulsado la iniciativa Brain, la mayor apuesta por descubrir los secretos del cerebro, no elude su responsabilidad: “Lo llevo como un deber”. Yuste sabe bien lo que su campo, la neurotecnología, ya es capaz de ver y hacer en nuestras mentes. Y teme que se nos vaya de las manos si no se regula. Por eso reclama a los Gobiernos de todo el mundo que creen y protejan unos derechos de nuevo cuño: los neuroderechos. Chile quiere ser el primer país que los recoja en su carta magna y ya se está negociando para que este espíritu se incluya en la estrategia del Gobierno español para la inteligencia artificial.

El año pasado, Yuste consiguió manipular el comportamiento de unos ratones. Y lo hizo interviniendo en los pequeños cerebros de estos roedores, amaestrados para sorber zumo cuando ven unas rayas verticales en una pantalla. Yuste y su equipo habían apuntado las neuronas concretas que se disparaban en ese momento y las estimularon directamente cuando en la pantalla no se veían las barras. Pero los ratones sorbieron zumo como si las hubieran visto. “Aquí en Columbia un colega mío ha desarrollado una prótesis visual inalámbrica para invidentes con un millón de electrodos, que permite conectar a una persona a la red. Pero también se puede usar para crear soldados con supercapacidades”, advierte Yuste. Ese aparato, financiado por Darpa (la agencia de investigación del Ejército de EE UU), podría estimular hasta 100.000 neuronas, aportando destrezas sobrehumanas.

Cuando Yuste comenzó hace dos años a trabajar en la iniciativa de los neuroderechos era casi un planteamiento abstracto, de ciencia ficción. "Pero ha aumentado la urgencia de la situación, hay problemas bastante serios que se nos vienen de frente; las compañías tecnológicas se están metiendo en esto de cabeza porque piensan, de manera acertada, que el nuevo iPhone va a ser una interfaz cerebro-computadora no invasiva", advierte Yuste. El hombre que impulsó un proyecto en EE UU de 6.000 millones de dólares para investigar el cerebro enumera con preocupación los movimientos de los últimos meses. Facebook ha invertido mil millones de dólares en una compañía que comunica el cerebro con los ordenadores. Y Microsoft otros mil millones en la iniciativa de inteligencia artificial de Elon Musk, que invierte 100 millones en Neuralink, una compañía que implantará finísimos hilos en el cerebro de sus usuarios para aumentar sus competencias. Y a Yuste le consta que Google está haciendo esfuerzos parecidos que no son públicos. Ha llegado la era del neurocapitalismo.

“Estas grandes tecnológicas se están poniendo nerviosas para no quedarse atrás con el nuevo iPhone cerebral. Tenemos que acudir directamente a la sociedad y a quienes hacen las leyes para evitar abusos", afirma. La tecnología impulsada por Musk pretende ayudar a pacientes con parálisis o extremidades amputadas a controlar su expresión y movimiento o a ver y oír solo con el cerebro. Pero no oculta que el objetivo final es el de conectarnos directamente con las máquinas para mejorarnos con inteligencia artificial. La iniciativa de Facebook es similar: una empresa con el historial de respeto por la privacidad como la de Zuckerberg, accediendo a los pensamientos de sus usuarios.



27 de febrero de 2020

Entrevista con Alex Beard: "Ser maestro debe ser el trabajo más importante del siglo XXI"

Alex Beard (Reino Unido) era maestro en una escuela en el sur de Londres hasta que, después de un tiempo de sentirse estancado en su oficio como profesor, decidió partir en búsqueda de nuevas alternativas.


¿Cuáles son los peores errores que se están cometiendo en educación estos días?

Creo que el mayor error, que estamos cometiendo actualmente, es: las escuelas se quedaron en el pasado y, bajo estos métodos caducos, nos pasamos 12 años dentro de las aulas, por lo que es muy difícil cambiar nuestras ideas sobre cómo debe ser la escuela.

El segundo reto que afronta la educación de hoy es que no sabe con claridad en qué debe enfocarse, en qué debe centrarse teniendo en cuenta el futuro. Cuando me veo de nuevo en un aula de clases, me veo como un profesor que entrena a los niños para que superen un examen.

Para que saquen una nota aceptable, que es lo que necesitan, si hablamos en términos prácticos, para pasar de grado en el colegio.

Y eso no tiene nada que ver con formar profesionales del futuro…

Exactamente, los estamos entrenando para empleos y oficios que en el futuro van a poder hacer los robots. Me queda claro que no los estoy preparando para nada de lo que viene. Y el error que estamos cometiendo es que ponemos mucha de esa culpa en los maestros.

Lo que creo que debemos hacer es convertir al maestro o maestra en una de las personas más importantes de la sociedad. Porque al final son ellos los que van a moldear nuestra creatividad, nuestra cohesión social, los que van a sentar las bases que lleven a crear una economía fuerte y sostenible.

Debemos esforzarnos por darles autonomía y fortalecer su profesionalismo, en vez de culparlos porque las generaciones más jóvenes no dan la talla.

En ese sentido, ¿qué habilidades deben enseñar los maestros en las aulas para afrontar el futuro?

Creo que los niños requieren tres cosas.

La primera es aprender a pensar, pero de una manera acorde a los retos del futuro. Deben pensar de forma crítica sobre el mundo, sobre el rol que quieren ejercer a partir de un conocimiento profundo de ellos mismos.

Lo segundo es aprender a actuar, pero especialmente cómo ser unas personas creativas. Ahora estamos afrontando retos inmensos en cuestiones ambientales, el aumento de la desigualdad, un escenario donde los trabajos actuales serán reemplazados por máquinas… Así que allí vamos a necesitar que los niños desarrollen a fondo su creatividad. Y eso significa que los niños no solo deben aprender a ser creativos, sino también a trabajar, con la ayuda de las nuevas tecnologías, en conjunto con otras personas.

Y lo tercero, aplicar esa creatividad en la resolución de problemas que afronta el mundo moderno. Para cuidarse a ellos mismos y a las personas que los rodean.

Mientras la sociedad se polariza cada vez más, los estudiantes necesitan desarrollar su inteligencia emocional (a modo de una competencia transversal) para ser capaces de conectar y sentir empatía con otras personas, ya sean de su comunidad o a nivel global.

Pero sobre todo que aprendan a comprender su propio desarrollo emocional, para que sean capaces de manejar su bienestar en un mundo en el que cada día es más difícil vivir.

Hay un tema que está presente en su libro "Nuevas formas de aprender", el papel de la educación en ayudar a buscar "el sentido en las cosas que estamos haciendo".

Y una de las cosas que los científicos cognitivos han encontrado es que hay una jerarquía en nuestras experiencias cuyos resultados nos llevan a aprender. Si insistimos en repetir y memorizar, entonces vas a retener una cierta cantidad de conocimiento y vas a aprender en alguna medida.

Pero, pero si las cosas que estás aprendiendo te causan una reacción emocional - o sea, te hacen sentir entusiasmado, triste, confundido, te estremecen y así- es posible que retengas más conocimiento que a través de la memorización.

Lo más importante de eso es que tanto los investigadores como los psicólogos han llegado a la misma conclusión: que si ese aprendizaje tiene un sentido para los estudiantes, es entonces cuando realmente ocurre. 

¿Y qué significa que el aprendizaje tenga sentido?

Por lo tanto, es posible que te interese el cambio climático, que te importe la creciente desigualdad dentro de la sociedad y si puedes aplicar el aprendizaje que se está llevando a cabo en el aula a intentar resolver problemas relacionados con esos temas que a ti te importan, entonces encontrarás significado en el aprendizaje y en la aplicación de ese aprendizaje.

El libro habla de la conexión entre el aprendizaje, la tecnología y la inteligencia artificial ¿es posible que el ser profesor pueda ser considerado una profesión obsoleta en el futuro?

Veía cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y el surgimiento del big data estaban tomándolo todo alrededor y, de un momento a otro, mi principal interés fue saber cómo esas nuevas tecnologías, entre las que se cuenta la inteligencia artificial, se aplicaban en el campo de la docencia. Si realmente las nuevas tecnologías podían transformar el modo en que aprendemos.

Por eso, si la premisa era que los robots nos iban a quitar nuestro trabajo, mi primer destino fue Silicon Valley. Y allí vi por primera vez a un robot profesor. Y no era un androide que estaba de frente a un salón de clases: era, en cambio, un software de inteligencia artificial dentro de un ambiente de aprendizaje por internet.

¿Cómo funcionaba eso? 

Ellos tenían un laboratorio de enseñanza donde había un profesor y unos diez niños de 5 años, cada uno frente a un computador, con audífonos. Todos los niños estaban callados, concentrados en su computadora, donde había programas diseñados para ayudarles con su aprendizaje de lengua o con la solución de problemas matemáticos.

Lo interesante allí era que mientras el programa ayudaba a los estudiantes, a la vez "aprendía" con los datos que obtenía en cada sesión cuáles eran las debilidades y fortalezas de esos niños y automáticamente adaptaba esa experiencia para la siguiente sesión.

Así que al final se ofrecía un trabajo casi personalizado de aprendizaje, a la vez que estos datos se pasaban a los profesores, que contaban así con más información sobre cada uno de sus estudiantes.
Este es un ejemplo de lo que ha ocurrido: la inteligencia artificial no ha sobrepasado a los maestros, sino que se ha convertido en una herramienta útil, en un complemento muy necesario.

Otro ejemplo: en 2013, un estudio de la Oxford Martin School reveló que había 700 profesiones que podrían ser reemplazadas por robots en el futuro, pero ninguno de los trabajos relacionados con la docencia -o sea, maestro de primaria, preescolar, profesor bachillerato e incluso universitario- iban camino a desaparecer. Y es verdad. Y eso ocurre porque enseñar es el proceso humano definitivo.

¿Y no hay riesgos en esas convivencias con los datos y la inteligencia artificial?

Aunque haya inteligencia artificial o robots, la educación depende de la interacción humana. Aprendemos de manera natural, pero nacemos para aprender en sociedad. Nosotros conocemos las cosas de otras personas. Y en el futuro, vamos ver muchos avances tecnológicos, pero van a ser incorporados y utilizados por los maestros.

El gran riesgo es que esa inteligencia artificial logre ser mejor que los peores maestros en algunas zonas del mundo. Y el riesgo existe porque la inteligencia artificial es barata. Y tal vez no sea la mejor educación que un maestro pueda dar, pero al menos va ser más barata. Y eso es un gran peligro.

Pero esa es mi versión pesimista del futuro. Yo creo que podemos evitarla si invertimos más en los maestros, en su formación, que dé como resultado profesores más expertos y mucho más capaces de manejar adecuadamente las herramientas tecnológicas.

Pero hablando de eso, varias veces has dicho que los profesores son bastante reacios a aceptar esas nuevas maneras de enseñar, ¿por qué ocurre esto y cómo se puede resolver?

Creo que, en primer lugar, la enseñanza va ser el trabajo más importante del siglo XXI.

Estamos viviendo una era en la que los recursos de la Tierra se están agotando, nos estamos quedando sin nada.

Y lo único que es ilimitado, el único recurso ilimitado que tenemos, es la inteligencia humana, el ingenio humano, nuestra capacidad para resolver problemas. Los maestros son los que cultivan ese potencial humano.

¿Cuál crees que son los principales desafíos que enfrenta la educación en América Latina?

El principal es el tema de la inequidad. Creo que el sistema educativo en América Latina es significativamente desigual en el mayor nivel con relación al de los niveles más bajos.

Hay unos colegios excelentes, pero la gran mayoría de ellos solo son accesibles para el sector pudiente de la sociedad. Y al mirar hacia el otro lado del espectro, tienes unas escuelas que realmente están luchando por sobrevivir. Esa desigualdad es mucho más evidente entre centros urbanos y zonas rurales.

El otro gran desafío creo que es el acceso a la educación misma para muchos niños. Ya ni hablar de educación de calidad: hay lugares donde los niños solo tienen acceso a cinco años de colegio, no más.

Y el tercer punto, creo que el más crítico, son los maestros. Que es el mayor desafío también alrededor del mundo. Hay que resolver los problemas de formación, pero no solo eso, sino de capacitación, de fomento de la vocación y de que no dejen el oficio por otros trabajos mejor pagos.

Muchas de las escuelas en América Latina tienen un cariz religioso o confesional, ¿eso no es un obstáculo para un proceso de aprendizaje óptimo?

Bueno, creo que hay dos elementos que son fundamentales en el trabajo que realiza la escuela hoy en día.

Por un lado, ayuda a los estudiantes a entender quiénes son como ciudadanos, como miembros de una comunidad. Y transmite los valores de esa comunidad.

Y por otro lado, está el objetivo de formar personas creativas y comprometidas con la sociedad y que deseen acceder a la mayor cantidad de conocimiento posible.

Los colegios religiosos, en la mayoría de los casos, hacen muy bien lo primero, pero el error en el que no pueden caer estos colegios es el de limitar la ejecución de proyectos educativos excitantes que ayuden a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar el siglo XXI.

La entrevista completa en: BBC Mundo




26 de febrero de 2020

Hyundai y Uber anuncian una alianza para crear un servicio de taxis aéreos

El vehículo aéreo diseñador por Hyndai ha sido bautizado como S-A1, será 100% eléctrico, podrá alcanzar los 290 kilómetros por hora y recorrer distancias de hasta 100 kilómetros (es decir, se especializará en trayectos cortos de menos de treinta minutos).


El fabricante automovilístico surcoreano Hyundai y la firma de viajes compartidos estadounidense Uber anunciaron un acuerdo para colaborar en la creación de un sistema de taxis aéreos, que permita a los pasajeros desplazarse de un punto a otro en un equivalente a los helicópteros actuales.

Con base en el acuerdo, Hyundai se encargará de la fabricación de los vehículos, mientras que Uber aportará la logística para que el servicio pueda operar, conectar a los conductores (o, en este caso, pilotos) con los pasajeros y gestionará la llegada y recogida de usuarios en los helipuertos.

El vehículo aéreo diseñador por Hyndai ha sido bautizado como S-A1, será 100% eléctrico, podrá alcanzar los 290 kilómetros por hora y recorrer distancias de hasta 100 kilómetros (es decir, se especializará en trayectos cortos de menos de treinta minutos).

Desde el pasado mes de julio, Uber ya opera un servicio de helicópteros que conecta la céntrica isla neoyorquina de Manhattan con uno de los aeropuertos que dan servicio a la ciudad, el John F. Kennedy, con un precio por carrera de entre US$ 200 y US$ 225.

Con información de: Gestión (Perú)

11 de febrero de 2020

Londres: Jaime Saavedra presentó los "nuevos pilares del sistema educativo"


Al otro lado del charco, en Londres, el exministro de Educación y actual director superior de las Prácticas Mundiales de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra, pinta la cancha en el Education World Forum con su presentación sobre los nuevos pilares del éxito del sistema educativo: estudiantes prestos al aprendizaje, profesores efectivos y valorados, aulas y ambientes que promueven el aprendizaje, clima escolar para una escuela segura e inclusiva y gestión escolar. En su presentación precisó que es necesario enfocarse en otras habilidades.

“¿Por qué enfocarse en la lectura? La lectura es un marcador. En los países donde se está leyendo, también están ocurriendo habilidades numéricas y socioemocionales. La lectura está altamente correlacionada con otras cosas que nos interesan”, expuso. Además, conversó con Rosseana Gooder de Swiss Cottage School, “escuela y centro de entrenamiento en Londres trabajando con jóvenes con distintos tipos de discapacidad, aplicando innovaciones que vio en el Perú en formación de habilidades para insertarse en el mundo laboral”.

Fuentes:

Caretas

The Pie News

The New Times 
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