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21 de marzo de 2022

21 de marzo: Día Mundial de los Bosques

Acciones de todos los días

Bebes un vaso de agua gracias a los bosques.

Escribes en tu cuaderno o haces un dibujo en una hoja de papel gracias a los bosques.

Tomas un medicamento que te ayuda a bajar la fiebre gracias a los bosques.

Puedes construir una casa gracias a los bosques.

Existen numerosas acciones a través de las cuales nos relacionamos con los bosques, aunque muchas veces no tenemos conciencia de ello.

Los bosques, además, contribuyen a combatir el cambio climático.

Los bosques también ejercen un papel fundamental en la erradicación de la pobreza y el logro de metas de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).





Pero...

Pero a pesar de los increíbles beneficios ecológicos, económicos y sociales que nos brindan los bosques, la deforestación continúa a un ritmo sin precedentes.

Con el fin de tomar conciencia sobre este problema, el tema para el año 2022 del Día Internacional es: Bosques: consumo y producción sostenibles

El lema supone un llamado a elegir madera sostenible para las personas y el planeta.

No olvidemos que la madera ayuda a día de hoy a proveer alimentos y agua libres de bacterias en muchas cocinas, construir infinidad de muebles y utensilios, reemplazar materiales tan dañinos como el plástico, tejer nuevas fibras para nuestra ropa y, a través de la tecnología, formar parte del ámbito de la medicina o la carrera espacial.

De ahí que resulte vital consumir y producir maderas de una manera más amigable con el medio ambiente por el planeta y sus habitantes. Especialmente teniendo en cuenta que se trata de un recurso fácilmente renovable si realizamos una gestión sostenible de los bosques.


Perú: país de bosques

Perú, país de bosques: Casi el 60% del territorio nacional está cubierto de bosques. La extensión total de nuestros bosques, al año 2019, es de 82,543,385 ha, que incluyen tanto los bosques amazónicos (94,2 %), secos (4,7 %) y andinos (1,1 %).

En el ranking mundial: Segundo país con bosques amazónicos en el mundo, cuarto en bosques tropicales y noveno en extensión de bosques en general.

Pérdida de bosques: Del 2001 al 2019, el Perú perdió un total de 2 433 314 ha de bosques amazónicos, un promedio de 128 069 h deforestadas al año.

Bosques y calentamiento global: En el Perú, la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero es la pérdida de bosques (51 %). Esto significa que cuando un bosque desaparece, el carbono que tenía retenido en su interior (tallos, hojas, suelo) es liberado a la atmósfera como dióxido de carbono (gas) lo que contribuye a retener mayor calor solar e incrementar la temperatura del planeta.

Servicios ecosistémicos: Los bosques son más que solo árboles. Regulan el clima, además de brindar alimentos, medicinas y materias primas. Son fuente de desarrollo.

Bosques y nuestra gente: Los bosques amazónicos son hábitat de más de 50 pueblos originarios, cuyas tradiciones y costumbres enriquecen la cultura nacional y mundial.

País megadiverso: El Perú es uno de los 17 países más megadiversos en el mundo. La mayor parte de nuestra biodiversidad se encuentra en nuestros bosques.

La deforestación

En este video te explico la delicada situación de los bosques



Con información de Naciones Unidas

Con información de bosques.gob.pe

Con información de Agencia Andina

30 de noviembre de 2019

Incendios en el Amazonas: gran parte de la Amazonía puede transformarse en sabana

¿Qué sucede cuando un organismo vivo, en este caso el mayor bosque tropical del planeta, es sometido a presiones nunca antes vistas?


Los recientes incendio que sucedieron en la Amazonía se suman a un incremento marcado en la desforestación.

Y si la destrucción de bosque sobrepasa cierto límite, la selva amazónica podría cambiar de forma abrupta.

Eso es lo que sostiene el científico brasileño Carlos Nobre, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, quien trabajó durante 35 años en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

Nobre advirtió que si se llega a un determinado nivel de desforestación, la Amazonía puede alcanzar un punto de transformación sin retorno, un fenómeno llamado tipping point en inglés.

El experto brasileño publicó su advertencia el año pasado, junto al científico estadounidense Thomas Lovejoy, en un artículo en la revista Science Advances.

"Nuestros cálculos muestran que si desaparece entre un 20 y 25% del bosque amazónico, aumentará la duración de la estación seca y la temperatura, y eso puede llevar a que el bosque tropical dé lugar a una vegetación diferente, de sabana", le señaló a BBC Mundo Nobre.

En las últimas décadas, la desforestación ya alcanzó según el experto entre el 15 y el 17% de la Amazonía.

"Un tipping point es un cambio abrupto, una transformación abrupta en un sistema que va para otro estado completamente diferente", le explicó Nobre a BBC Mundo.

Si la desforestación continúa aumentando al ritmo actual, Nobre estima que podría llegarse al punto de no retorno en un período de "entre 15 y 30 años".

Con información de: BBC Mundo


26 de marzo de 2019

Indígenas peruanos lanzan portal web para alertar de amenazas en sus tierras

Plataforma genera alertas ante amenazas como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 


La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la mayor federación de indígenas amazónicos del país, lanzó una plataforma web de alertas tempranas ante amenazas en sus territorios como la contaminación, el narcotráfico y la tala y minería ilegal. 

Se trata de un "Geoservidor" para que las cientos de comunidades desperdigadas por los distintos ríos de la Amazonía peruana reporten en tiempo real cualquier eventualidad en la que deban intervenir las autoridades estatales.

También facilitará la comunicación entre comunidades, sus organizaciones y las instituciones públicas y privadas, en el marco de gestión y conservación de los bosques y territorios comunales que las comunidades indígenas realizan como vigilantes de los bosques. 
 
La plataforma es compatible con otros sistemas públicos de alertas tempranas gestionados por instituciones públicas como el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Agricultura y Riego, el Ministerio de Energía y Minas y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
El presidente de la Aidesep, Lizardo Cauper, indicó en una conferencia que el Geoservidor "será una herramienta muy importante para visibilizar todo lo que ocurre en las comunidades". 
 
"También para poner en acción y en alerta a las instituciones competentes y así articular un trabajo conjunto entre los pueblos indígenas y el Estado peruano", apuntó. 

Por su parte, la líder indígena asháninka Ruth Buendía abogó por incentivar la participación de las mujeres en la toma de decisiones competentes a los asuntos nativos. 

Asimismo, el viceministro de Ambiente, Gabriel Quijandría, reconoció que el Estado peruano mantiene una "deuda histórica con las organizaciones indígenas". 
 
"Tengan toda la seguridad de que vamos a estar ahí y de que la política de puertas abiertas y de diálogo, cooperación y trabajo conjunto se mantiene. Incluso la vamos a impulsar aún más", agregó Quijandría. 

La Aidesep abarca a más de 650,000 indígenas amazónicos repartidos en 1,809 comunidades y pertenecientes a 64 pueblos nativos diferentes que hablan idiomas agrupados en 19 familias lingüísticas. 

Fuente: Gestión (Perú)
 

26 de noviembre de 2018

Brasil rompe récord en deforestación y pierde tantos árboles como cinco veces la Ciudad de México

Imágenes satelitales de 12 meses hasta el final de julio de 2018 mostraron que se talaron 7.900 kilómetros cuadrados de bosque en el Amazonas.


Brasil ha perdido 7.900 kilómetros cuadrados de la selva amazónica entre agosto de 2017 hasta julio de 2018, un registro equivalente a cinco veces más que la superficie de la Ciudad de México (1,495 km²), y la más alta registrada en una década.

Según las autoridades del país sudamericano, esta pérdida se asocia a la tala ilegal indiscriminada. 

El total supone un aumento del 13,7 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

La deforestación es un factor clave detrás del calentamiento global, ya que equivale a alrededor de un 15 por ciento de las emisiones anuales de gases que atrapan el calor, o lo mismo que el sector del transporte.

Un informe del gobierno de Estados Unidos halló que el cambio climático le costará a la economía del país cientos de miles de millones de dólares para fines de siglo.

El ministro de medio ambiente de Brasil, Edson Duarte, dijo en un comunicado que la tala ilegal es el factor principal detrás del aumento de la deforestación e hizo un llamado al gobierno para aumentar su vigilancia policial de la selva.

El Observatorio del Clima de Brasil, una red de organizaciones no gubernamentales, dijo en otro comunicado que el aumento no fue una sorpresa. Además de la tala ilegal, sostuvo que el creciente sector de materias primas de Brasil está contribuyendo a la destrucción de los bosques porque los agricultores intentaban expandirse.

Marcio Astrini, de la oficina de Greenpeace en Brasil, dijo que el gobierno no había hecho lo suficiente para combatir la deforestación y que los recientes cambios de políticas, como la reducción de áreas bajo protección federal, contribuyeron.

Tomado de: El Comercio (Perú)

 

18 de noviembre de 2018

El nuevo líder de Brasil amenaza la Amazonía; una tribu se prepara para pelear

En zonas ya afectadas por la deforestación y la minería ilegal, tribus como la munduruku no planean quedarse de brazos cruzados ante las declaraciones de Jair Bolsonaro, quien promete aprovechar la "riqueza" debajo de tierras indígenas protegidas.


The New York Times se adentró a la Amazonía brasileña y se hospedó con una tribu del Territorio Indígena Munduruku para ver de cerca sus luchas contra la deforestación.
Así se decidió: los mineros tenían que irse.

Sus excavadoras y dragas y mangueras de alta presión estaban destruyendo kilómetros de tierra a lo largo del río, contaminando el agua, envenenando a los pescados; eran, en general, una amenaza al estilo de vida de quienes habían habitado en la zona amazónica desde hace miles de años.
Así que una mañana de marzo los líderes de la tribu munduruku juntaron sus arcos y flechas, guardaron algo de comida en bolsas de plástico y se subieron a cuatro barcos para ir a expulsar a los mineros.

“Así se decidió”, dijo Maria Leusa Kabá, una de las mujeres de la tribu que fue parte del grupo.
Y así comenzó la confrontación.

Esta fue apenas una pequeña lucha entre las batallas enormes y existenciales que libran las comunidades indígenas en todo Brasil: no solo se trata de su supervivencia, sino de qué sucederá con toda la Amazonía y con su papel clave en el combate contra el cambio climático.

En los últimos años, el gobierno brasileño ha reducido considerablemente los fondos destinados a comunidades indígenas y varios legisladores han impulsado cambios regulatorios para que varias industrias puedan acceder a zonas amazónicas protegidas en la Constitución.

Ahora Brasil eligió a Jair Bolsonaro como presidente, figura de utlraderecha que promueve la eliminación de las tierras indígenas protegidas. Ha prometido reducir la vigilancia de leyes ambientales, a las que califica de obstáculo al crecimiento económico, y ha dejado muy claras sus intenciones para la Amazonía.

“Donde hay tierra indígena”, dijo en 2017, “hay riqueza debajo”.

Lea el artículo completo en: The New York Times en español

22 de septiembre de 2018

Amazonía peruana pierde 23,000 hectáreas de bosques en el primer semestre

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín.


La Amazonía peruana perdió más de 23,000 hectáreas de bosques durante el primer semestre del año, informó el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático del Ministerio del Ambiente de Perú

El 71% de la deforestación de bosques registrada en entre enero y junio se dio en cuatro regiones selváticas del país, que son Loreto, Madre de Dios, Ucayali y San Martín. 

Loreto, el departamento más grande de Perú, sufrió la pérdida de cerca de 5,500 hectáreas de bosques, seguida de Madre de Dios, con 4,300 hectáreas; Ucayali, con unas 3,700 hectáreas; y San Martín, con unas 3,000 hectáreas. 

En Madre de Dios, departamento fronterizo con Bolivia y Brasil, las actividades de mineros ilegales de oro en sus ríos provocaron la deforestación de 1,700 hectáreas en el primer semestre del 2018, según advirtió en julio el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP). 

La provincia más afectada es Tambopata, en Madre de Dios, donde en los primeros seis meses del año se deforestaron más de 2,700 hectáreas, por delante de las 1,500 hectáreas de Coronel Portillo, en Ucayali; y las 1,400 hectáreas de Mariscal Ramón Castilla, en Loreto. 

A nivel de distritos, la mayor superficie deforestada está en Inambari, perteneciente a Tambopata (Madre de Dios), con más de 2,000 hectáreas, seguido de Teniente Manuel Clavero, en la provincia de Putumayo (Loreto), con 770 hectáreas; y Madre de Dios, donde se encuentra la capital de la homónima región, con 703 hectáreas. 

La principal causa de la deforestación de la Amazonía peruana es la agricultura migratoria y la ganadería, que arrasa grandes áreas de selva para implantar cultivos a gran escala como la palma aceitera, altamente degradante para la calidad del suelo. 

Sin embargo, la tala ilegal y la minería ilegal también importantes amenazas para los bosques peruanos, especialmente la actividad de los mineros, ya que usan metales pesados como el mercurio que vierten a sus ríos, lo que contamina las aguas de las que viven multitud de comunidades indígenas.


Fuentes:

Gestión (Perú)

La República (Perú)

30 de noviembre de 2014

Perú: 57 activistas asesinados desde el 2002 (según NYT)

El 27 de noviembre de 2014, a cuatro días del incio de la COP, The New York Times, el diario más importante del mundo, publicó un editorial dedicado exclusivamente al problema de la tala ilegal en el Perú. Bajo el título de “Lucha por los derechos de la tierra” el diario le dice al Perú que sus esfuerzos para enfrentarse al tráfico de madera y a la tala ilegal, no han sido suficientes. De entrada le da una recomendación para evitar que más muertes como las de Edwin Chota sigan ocurriendo sin que el Estado haga algo.
Perú tiene que hacer mucho más para proteger a sus ciudadanos más vulnerables, ayudándolos a obtener títulos de propiedad y regulando de cerca la industria maderera. Siguiendo estos dos pasos básicos avanzaría mucho en la meta del gobierno de colocarse a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático. Así también preservaría la vida de las comunidades que han sobrevivido de la tierra por cientos de años.

57 activistas asesinados desde el 2002

Luego, el editorial se centra en la terrible cifra presentada por Foreign Policy, que daba cuenta de que Perú era uno de los países con mayores cifras de activistas asesinados.
“Desde el 2002, de acuerdo con el informe, al menos 56 activistas peruanos han sido asesinados bajo extrañas circunstancias. “

La muerte de Edwin Chota y la falta de consulta

En un ejercicio de memoria, The New York Times recuerda que también en el 2002, el gobierno peruano premió a las compañías dándoles el derecho de talar árboles. Las concesiones no tomaron en cuenta el estilo de vida de los cientos de indígenas que vívian en las comunidades afectadas y que jamás fueron consultados.  Luego, expone el doloroso caso de Edwin Chota y la inacción del Estado.
Hace más de una década y en un esfuerzo por proteger a su comunidad,  Edwin Chota pidió que el Estado les otorgue un título de propiedad. El pedido nunca fue respondido. Después de que Edwin Chota fuera amenazado, acudió a la policía y les entregó documentación acerca de la tala ilegal en su área. El gobierno no tomó ninguna medida  importante.
Foto: The New York Times
Foto: The New York Times
El editorial del diario cierra con una sentencia acerca de la falta de respuesta del Estado en el tema de las muertes de los activistas asháninkas.
Poco después de los asesinatos, los funcionarios del gobierno se comprometieron a otorgar un título de propiedad a la comunidad . Esos son pasos positivos, pero llegan terriblemente tarde y cientos de comunidades indígenas aún carecen de derechos legales sobre sus tierras.
Si Perú quiere cambiar el concepto que ahora se tiene sobre el país, tendrá que dar muestras de un cambio en cuanto a protección de comunidades indígenas y regulación de la tala ilegal. Si quieres leer el editorial completo, dale aquí 
Tomado de:

UTERO

 

21 de septiembre de 2014

Las muertes en la Amazonia delatan la dimensión de la tala ilegal en Perú

El país pierde 250 millones de dólares anuales por la extracción forestal, según Interpol 

El pasado 1 de septiembre cuatro ciudadanos de la etnia asháninca fueron asesinados en la frontera de la selva amazónica entre Perú con Brasil. Uno de ellos había sido amenazado el año pasado por denunciar, con pruebas, la tala ilegal de madera en su comunidad, ubicada en el departamento de Ucayali, en la zona oriental de Perú. Una batalla que se prolonga desde hace años. El Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), la entidad que supervisa la extracción en el 32% del área total de bosques amazónicos, estima que entre 2009 y 2013 la extracción ilegal ascendió a más de 31 millones de dólares. La Interpol, sin embargo, indica que el país pierde unos 250 millones anuales por ese delito; es decir, 1.5 veces de lo que obtiene la industria legal.

“No se ha conocido responsables, no hubo interés del Estado en hacer una investigación”, indica Ruth Buendía, presidenta de la principal organización de la etnia asháninca, refiriéndose al asesinato en 2013 del jefe nativo Mauro Pío, amenazado por madereros ilegales en la selva central peruana. La comunidad de Pío, Nuevo Amanecer Hawai, estaba superpuesta a una concesión forestal de la empresa Balarín que el Gobierno suspendió después del asesinato del líder. En 2012, un informe de Environmental Investigation Agency (EIA) demostró que el sistema de concesiones en Perú es corrupto y opera con información falsa, incluso cuando se trata de la exportación a EE UU de especies protegidas internacionalmente, como el cedro y la caoba.

Saweto, la comunidad de Edwin Chota, uno de los activistas asesinados a principios de septiembre, enfrenta un problema similar. Chota solicitó al Estado la titulación y demarcación de su comunidad nativa, que fue inscrita y reconocida oficialmente en 2003. Sin embargo, un año antes, el Estado había otorgado a unos privados una concesión forestal por 40 años. “El problema es que una entidad da los títulos y otra da las concesiones; para una, la comunidad existe y para la otra, no”, asegura la viceministra de Interculturalidad, Patricia Balbuena. “Estamos pagando las consecuencias del desorden de la transferencia de competencias a los Gobiernos regionales”, añade desde Pucallpa, donde coordina la recogida de los restos desmembrados de Chota y de los otros tres asesinados.

Mario Osorio, especialista ambiental en Oxapampa de la ONG Instituto del Bien Común (IBC), que asesora legalmente a comunidades amazónicas, cuenta que desde el Gobierno de Alan García (2006-2011) “ha habido muchos cambios en el procedimiento de titulación y muchos vacíos”. La decisión de titular o no a una comunidad corresponde a las direcciones regionales agrarias, quienes suelen alegar la falta de presupuesto para viajar a hacer la demarcación.

Según el Colectivo Territorios Seguros, que agrupa a 26 instituciones de la sociedad civil, unos 18 millones de hectáreas de comunidades en la Amazonía peruana no están tituladas. “La tala ilegal necesita insertarse y lavarse. Corrompe la institución: no son solo mafias de madera sino también otros poderes ilegales que han entrado a dominar ante la ausencia del Estado. Es trágico porque Edwin Chota fue asesinado por tener un rol muy activo contra estas mafias”, asegura a EL PAÍS Julia María Urrunaga, de EIA.

La investigadora peruana cuestiona, también, la futura concesión gubernamental de cinco millones de hectáreas más: “Con este sistema, que ha demostrado ser un fracaso, entregan más tierra sin controlarla, es más volumen para lavar la madera”. “En la exportación, Aduanas no tiene capacidad de saber si se trata de la especie que la empresa dice: si no declaran que es caoba o cedro, nadie va a mirar”, añade Urrunaga. Un documento de la Superintendencia Tributaria citado en el Informe de Osinfor de 2014 alerta que no hay “normatividad que exija descripciones mínimas en la declaración aduanera de exportación de madera”.

Laura Martín, de la ONG Sustain Labour, con sede en Madrid, conoció a Chota semanas antes de su muerte. “Contó su caso ante muchas instituciones y mostró los documentos que gestionó. Aportó pruebas de un delito, lo cual es mandato de la administración estatal: se lo puso en bandeja pero hubo dejación”. El 25 de abril, Chota reiteró a la Fiscalía provincial su denuncia, pues la tala ilegal se había intensificado en el Alto Tamaya, donde se ubica su comunidad, pero tampoco tuvo respuesta.
“Quien denuncia tiene que proveer la logística necesaria para hacer las investigaciones", precisa Max Silva, asesor de la Organización Regional Aidesep en Ucayali (ORAU), la central principal de organizaciones indígenas de la selva peruana.

Osinfor asegura que en áreas bajo permisos forestales otorgados a comunidades nativas —operados por terceros— encuentran información falsa en los documentos de gestión de la madera.

Las mafias han encontrado una nueva forma de operar: obtienen autorización de los Gobiernos regionales para sacar madera que sea producto de arrastre de río. Osinfor no tiene competencia para fiscalizar ese rubro, pero describe que para las maderas que por sus características no pueden flotar hay “una utilización indebida de esta modalidad”, para la cual no hay límite de autorizaciones. El volumen de extracción por arrastre de río se incrementa cada año.

Una fuente estatal que solicita anonimato incide en que la mayor parte de la madera valiosa en Perú ya fue extraída y para obtenerla “hay que ir cada vez más lejos, los costos ya no cubren la ganancia, por eso los circuitos ilegales de la madera son usados también por el narcotráfico”.
 
Fuente:
 

22 de marzo de 2012

Las mafias controlan el negocio multimillonario de la tala ilegal de bosques

Niño mirando un campo desforestado foto gentileza Banco Mundial

En algunos países cerca del 90% de la madera exportada es talada ilegalmente, de acuerdo al informe. Foto gentileza Banco Mundial

La tala ilegal genera entre US$ 10.000 y US$15.000 millones a nivel global, según un informe del Banco Mundial.

"La mayoría de las operaciones de deforestación de este tipo son realizadas por bandas de crimen organizado y las ganancias muchas veces acaban en los bolsillos de funcionarios corruptos", asegura el documento titulado "Justicia para los bosques", "Justice for forests".

La lista de países afectados incluye a Indonesia, Madagascar y varias naciones en África y América Latina.

El informe cita estimaciones según las cuales un gran porcentaje de la madera exportada por algunos países es talada en forma ilegal. El porcentaje es nada menos que de 80% en el caso de Perú y Bolivia y 70% en el caso de Ecuador, según el documento.

El Banco destaca que algunos países están logrando combatir la tala ilegal penalizando a los responsables a través de la justicia criminal y urge a otras naciones a hacer lo mismo.

"La mayoría de las operaciones de deforestación de este tipo son realizadas por bandas de crimen organizado y las ganancias muchas veces acaban en los bolsillos de funcionarios corruptos"

Informe del Banco Mundial

También señala que las donaciones internacionales deben incluir fondos para fortalecer tanto los sistemas judiciales como los departamentos encargados de monitorear la desforestación.

"Cuando se trata de tala ilegal, debemos combatir al crimen organizado de la misma forma que perseguimos a los narcotraficantes", dijo Jean Pesme, gerente de la unidad sobre integridad en mercados financieros del Banco Mundial.

El informe señala que cada dos segundos se pierde un área de bosque equivalente a una cancha de fútbol en algún lugar del mundo debido a la tala ilegal.

Impunidad

El informe encuentra varios paralelos entre la comercialización de la madera talada ilegalmente y las drogas.

"Pero actualmente, la mayoría de los crímenes de tala ilegal no se detectan ni reportan o son ignorados".

"Las investigaciones sobre talas ilegales, en las pocas ocasiones en que tienen lugar, suelen ser poco profesionales y no conducen a resultados concretos", agrega el documento.

"Los casos que llegan ante la justicia tienden a ser los menores y se procesa sólo a personas que acaban cometiendo actos criminales a debido a la pobreza".

La tala ilegal puede darse en situaciones muy diversas, desde el corte de algunas ramas para leña a manos de los habitantes de una aldea, hasta los equipos altamente mecanizados de las organizaciones criminales.

Demanda china

Algunos países como Indonesia y Papua Nueva Guinea han comenzado recientemente a procesar criminales de peso.

Tronco derribado

Cada dos segundos se tala ilegalmente un área de bosque equivalente a una cancha de fútbol, según el Banco Mundial.

Pero los consumidores y gobiernos en los países occidentales también pueden jugar un papel clave en combatir la tala ilegal, según el informe.

En Estados Unidos, por ejemplo, se aprobó hace tres años la legislación conocida como Lacey Act. Las compañías que operan en territorio estadounidense deben probar ahora que la madera que utilizan o importan proviene de fuentes legales.

Varias empresas están siendo investigadas actualmente, entre ellas Gibson, una de las compañías fabricantes de guitarras más reconocidas mundialmente.

En la Unión Europea se aprobó una ley similar, por lo que un número creciente de empresas compra ahora madera obtenida en forma sostenible.

Un informe del centro de estudios Chatham House de Londres concluyó en 2010 que las nuevas medidas habían reducido la tala ilegal en cerca de 25% en los ocho años previos.

El mismo documento urgió al gobierno japonés, uno de los principales importadores de madera, a aprobar leyes similares.

El caso de China también es uno de los más destacados por las organizaciones que combaten la tala ilegal. Con el aumento del poder adquisitivo de un sector de la población china también se ha disparado la demanda de maderas finas.

La Agencia de Investigaciones Ambientales de EE.UU. descubrió hace dos años que camas fabricadas con madera talada ilegalmente en bosques de Madagascar se estaban vendiendo en Pekín en un millón de dólares la pieza.

Fuente:

BBC Ciencia

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21 de marzo de 2012

Banco Mundial: Tala ilegal genera hasta US$ 15,000 millones

Un informe presentado por el Banco Mundial (BM) afirma que la tala ilegal de árboles genera entre US$ 10.000 y 15.000 millones al año en todo el mundo.

Según el BM, el problema es mayor en los bosques del Sureste de Asia, en África Occidental y en América del Sur, donde operan bandas organizadas que corrompen a los mismos funcionarios que deberían controlar esas operaciones ilegales.

El corresponsal de medio ambiente de la BBC, Richard Black, asegura que el daño ecológico de los taladores no se mide sólo en términos económicos sino humanos, por las comunidades locales que se ven afectadas, y el impacto en la vida salvaje de los bosques.

El reporte del BM indica que países como Papua Nueva Guinea o Indonesia están endureciendo sus controles y pide al resto de la comunidad internacional que siga el ejemplo.

Fuente:

BBC Ciencia

10 de enero de 2012

Deforestación amazónica, una historia de destrucción con final feliz

Camión con troncos

Durante años, la historia de la Amazonía ha sido una de destrucción. Una batalla sin éxito para proteger al bosque tropical más grande del mundo, clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, esta afirmación a la que estamos tan acostumbrados, ya no representa con veracidad la situación que atraviesa en la actualidad este inmenso manto verde.

En el extremo sur de la Amazonía, un equipo especial de la Agencia Medioambiental -conformado por hombres y mujeres- conversa relajadamente bajo la sombra de un árbol de mango. Su apariencia dista mucho de la de un grupo de burócratas vestidos con trajes arrugados.

En Brasil, los agentes medioambientales visten ropas militares. Y en vez de documentos y carpetas, llevan armas.

Estos oficiales -como muy pronto iba a descubrir- son soldados en la línea de fuego de lo que Brasil considera una guerra para proteger la Amazonía.

El equipo me invitó a participar en uno de sus operativos de rutina. El objetivo era atrapar a una banda ilegal de leñadores que habían descubierto en el bosque, gracias a la tecnología satelital.

Frente a un mapa colocado en la pared, tres comandantes discutían la logística de la misión, como si se tratase de un operativo militar.

Amazonía

Pese a la tala ilegal, cerca del 80% de la Amazonía está intacta.

"¿Es probable que los leñadores vayan armados?", pregunté.

"No te preocupes", me dijo el comandante en jefe, Evandro Selva. "Es muy probable que sólo lleven rifles de caza", agregó.

"¿Sólo rifles de caza?", respondí irónico poniendo énfasis en sólo.

Momentos después estábamos en una camioneta y, antes de que tuviese tiempo de acomodarme, Evandro me sacó de allí para que nos subiésemos a un helicóptero.

Operativo en marcha

Después de volar durante una hora, Evandro me informó que estábamos acercándonos a nuestro objetivo. Tras recorrer una zona de bosque aparentemente intacta, un gran claro se abrió ante nuestros ojos.

Incluso yo pude darme cuenta de que los árboles habían sido talados recientemente. Algunos todavía quedaban en pie -altos y frágiles- pero el suelo se veía cubierto de hojas y ramas. Desde el aire podía ver las heridas abiertas en la tierra roja, por donde las máquinas habían devorado el paisaje.

Amzonía

Por mis audífonos podía escuchar emocionados gritos en portugués. Uno de los oficiales señaló hacia abajo: allí había un camión cargado con troncos y frente a éste un tractor. Al lado, dos o quizá tres hombres mirando hacia el helicóptero.

Bajamos de inmediato, creando una tormenta de polvo y hojas secas.

La camioneta y el tractor seguían allí, pero lo hombres habían desaparecido.

"Ya volverán", me dijo Evandro con seguridad. "Nos esconderemos por aquí para esperarlos".

Los tres agentes se agazaparon entre los troncos y las ramas, con las pistolas en sus manos. El camarógrafo y yo nos escondimos también. Mientras, el helicóptero partió generando otra vez un revuelo de hojas y tierra roja.

Después todo quedó en silencio. Los cinco nos quedamos callados y en cuclillas bajo los rayos del sol, envueltos en una nube de pequeñas abejas.

"¿Cómo una operación como ésta puede acabar con la tala ilegal?", pensé para mis adentros.

En cifras

Entre 1996 y 2005, se perdieron cerca de 19.500 kilómetros cuadrados de selva por año. En 2004 se llegó un máximo histórico, cuando se perdieron más de 27.000 kilómetros cuadrados.

Luego, ese mismo año, Brasil le declaró la guerra a la deforestación y prometió reducir sus índices en 80% para 2020.

Siete años más tarde, esa meta casi fue alcanzada. Las cifras más recientes, publicadas hace algunas semanas, muestran que 2011 tuvo los niveles más bajos de deforestación desde que se empezó a llevar un registro, hace tres décadas.

Sólo se talaron poco más de 6.200 kilómetros cuadrados. Eso es un 78% por menos que en 2004. Es verdad que son muchos árboles, pero también representa un progreso considerable.

Por supuesto, el gobierno brasileño no es el único que se lleva el crédito. Durante mi viaje por la región, me topé con una serie de personajes que están cumpliendo un papel importante, como John Carter, un exsoldado estadounidense convertido en ganadero que trabaja para mejorar el manejo de tierras en la Amazonía, o los indígenas amazónicos que trabajan para una empresa que combate los incendios forestales.

Esperanza

Operativo en la Amazonía

El operativo concluyó con cinco arrestos.

Pero, como les venía contando, nos quedamos en esa incómoda posición durante casi media hora hasta que aparecieron los culpables.

"¡Deténganse!", les gritaron los comandantes. Los agentes lograron arrestar a cinco hombres e incautaron tres camiones y dos tractores. Me daba miedo enfrentarme a estos hombres, pero todos tenían un aspecto patético, con sus ropas desgastadas y sus cigarrillos para armar.

Regresé del operativo inundado de una sensación de esperanza.

Es verdad de que el hecho de que exista una explotación maderera ilegal a tan sólo una hora en helicóptero de una importante ciudad brasileña demuestra que el bosque aún es vulnerable.

Pero, aunque suene un poco increíble, sí parece que la batalla por frenar la destrucción de la Amazonía se está ganando.

Y, lo que es más importante, está sucediendo antes de que sea demasiado tarde, porque lo que la mayor parte de la gente no se da cuenta, es cuánto de este bosque está aún en pie. Las imágenes satelitales demuestran que el 80% de la Amazonía todavía está intacta.

Una reflexión inspiradora para empezar el nuevo año, pensé mientras volvíamos a la oficina, atravesando un camino sinuoso en medio de los imponentes árboles.

Fuente:

BBC Ciencia

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10 de marzo de 2010

Elefantes 'desempleados' se convierten en artistas


Miércoles, 10 de marzo de 2010

Elefantes 'desempleados' se convierten en artistas


Un elefante pinta un lienzo con ayuda de su cuidador. | Efe

Un elefante pinta un lienzo con ayuda de su cuidador. | Efe

  • En 1989 el Gobierno de Tailandia prohibió la tala de árboles
  • Miles de paquidermos que trabajaban en plantaciones se quedaron en paro
  • Ahora pintan lienzos, cuadernos y libretas en espectáculos para turistas
  • Son elaborados a partir de heces de elefante recicladas
  • Algunos han sido subastados en Christie's y han alcanzado los 14.000 euros
  • En Lampang también tocan instrumentos musicales en una orquesta

Cientos de elefantes, antes imprescindibles en las plantaciones, han tenido que ser reconvertidos y ahora pintan lienzos en espectáculos para turistas en Tailandia, alguno de los cuales ha llegado a ser subastado por la prestigiosa casa Christie's.

En 1989, miles de paquidermos se quedaron en el paro tras prohibirse la tala de árboles en Tailandia, por lo que las autoridades se vieron obligados a buscarles una ocupación alternativa, y pensaron en el mundo del espectáculo y el arte.

Las representaciones varían según los organizadores, pero suelen incluir composiciones coreográficas, pintura, música y partidos de fútbol.

Los elefantes carecen de la creatividad y la capacidad de abstracción de los primates, otros renombrados artistas en el mundo animal, por lo que precisan la ayuda del 'mahout' (cuidador). "No se trata de que los elefantes sean capaces de pintar, si no que los mahout dirigen sus trompas", explicó Efe Vicky, relaciones públicas del Instituto Nacional de Elefantes de Lampang, en el norte de Tailandia.

Los turistas se quedan boquiabiertos cuando los ven blandir pinceles con sus largas trompas y dibujar plantas y autorretratos.

"Estoy seguro de que los elefantes pintaban los cuadros sin ayuda, yo he comprado el cuadro de uno que salió en la CNN", exclamó un turista sudafricano.

El Centro de Conservación de Elefantes de Lampang creó su excepcional academia de arte para paquidermos en 1998, cuando comprobó el éxito de los originales artistas.

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El Mundo Ciencia

21 de enero de 2010

La fiebre del oro hace estragos en la Amazonía de Perú



Viernes, 22 de enero de 2010

La fiebre del oro hace estragos en la Amazonía de Perú

Ze Everaldo Vicentello (zeze2311) nos entrega una dramática visión del pueblo de Huepetuhe, en Madre de Dios, Perù. Un poblado que vive la fiebre del oro. Video tomado del diario El Comercio (Perú).




Vista de una explanada poblada de árboles muertos

HUAYPETUE, Perú — Cráteres cavados por el hombre, ríos contaminados por mercurio, cerros de tierra removida donde antes había bosques, árboles sepultados por corrimientos: el ecosistema de Madre de Dios, una región de la amazonía peruana, está siendo destruido por la fiebre del oro.

El panorama es el de un gran desierto surgido en medio de la jungla al sudeste (fronteriza con Brasil y Bolivia) donde la minería informal extrae anualmente 16 toneladas de oro a costa de la destrucción hasta ahora de 20.000 hectáreas de bosques tropicales, según cálculos oficiales.

Unos 30.000 trabajadores informales han establecido inmensos campamentos convertidos en ciudadelas precarias, levantadas sobre relaves en medio de charcos de agua rojiza donde ya no hay atisbos de fauna ni vegetación.

Esta porción de selva destruida amenaza zonas de reserva natural y parques nacionales que han caracterizado a Madre de Dios, un departamento pobre a unos 1.400 kilómetros de Lima donde la minería artesanal crece sin control.

Un minero ilegal limpia la tierra en busca de oro.

"Estamos matando la selva, no se puede sembrar nada acá ahora", dice a AFP Paulino Chávez, un minero ilegal que, confiesa, recibe de paga 25 soles diarios (ocho dólares).

"Sé que me pagan una miseria, pero no hay otras opciones", añade Paulino, quien trabaja con sus siete hijos (la mayoría menores de edad), desde que amanece hasta que anochece, todos escarbando en el fango en un poblado nacido casi espontáneamente llamado Delta 1.

Uno de sus compañeros de faena, Marcelino Bombilla, quien recibe la misma paga, afirma que "algo es algo, peor es nada". "En la ciudad no hay trabajo y no queremos ser 'pirañas' (ladrones); mucha gente trabaja aquí conscientemente y el gobierno debería apoyar y tratar de formalizar este problema que tiene muchos años", agrega Bombilla.

En Delta 1, donde los mineros viven en la miseria, proliferan bares y prostíbulos, al igual que en la cercana Huaypetue, el campamento emblemático de la región que data de hace más de 30 años, ahora convertido en una sórdida ciudad de unos 20.000 habitantes.

Los mineros ilegales en Delta 1 se reparten en tareas como remover tierra con chorros de agua, utilización de dragas en un río cercano, tala de árboles a medida que se requiere de más terreno y el peligroso uso del mercurio, que se vende sin ningún control cerca de las zonas de extracción y es uno de los mayores contaminantes.

Por cada gramo de oro extraído se requieren dos o tres veces más de mercurio y los expertos estiman que al año se utilizan unas 60 toneladas de mercurio.

"Hay que alertar a los que compran oro que ese metal precioso se obtiene en base a destruir ecosistemas, de prostitución, de explotación, de esclavitud", dijo a AFP el ministro del Ambiente, Antonio Brack.

Perú es el sexto productor mundial de oro y Brack dice que casi una cuarta parte del mismo proviene de la minería ilegal, sobre todo de Madre de Dios.

Días atrás Brack admitió que ahí "se está generando el mayor desastre ecológico en la Amazonía jamás visto" y que el Gobierno trabaja para "detener el mal que se extiende como un cáncer por la selva" afectando áreas protegidas y tierras indígenas.

De un total de 1.546 derechos mineros otorgados en los últimos años, apenas 19 cuentan con licencias ambientales y estudios de impacto ambiental; el resto funcionan prácticamente como ilegales, según el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico.

ONGs ecologistas sostienen que tras la minería informal existen grandes empresas que alientan esta actividad ante el aumento del precio internacional del oro que a principios de diciembre estaba en un máximo histórico de 1.200 dólares la onza de oro en Hong Kong y Londres.

Ana Leyva, portavoz de la Red Muqui (que reúne a entidades defensoras del medio ambiente) se pregunta "¿cómo pueden los pobres mineros informales tener dinero para comprar grandes dragas y adquirir grandes cantidades de mercurio?".

"Hay grandes empresas que deben ser investigadas y que son las que fomentan esta minería ilegal", sostuvo.

Fuente:

AFP Noticias

7 de junio de 2008

Hallan tribus en el Amazonas

Hallan tribus en el Amazonas

Escapan del Perú hacia Brasil debido a que la tala indiscriminada de árboles está acabando con sus hogares.

Diez mil años después de la Revolución Neolítica son recolectores, no siembran, solo cazan y pescan pero conocen el fuego.





La Fundación Nacional del Indio de Brasil (Funai) advirtió que tribus indias que viven completamente aisladas en la selva amazónica están siendo “diezmadas” en la frontera con Perú y se refugian en Brasil.

Este organismo oficial y la organización Survival International divulgaron este jueves raras fotos de estas comunidades, que no distinguen fronteras, tomadas en el estado brasileño de Acre.

Las fotos aéreas fueron tomadas entre el 29 y el 30 de abril y el 1 y 2 de mayo, explicó el coordinador del Frente de Protección Etnoambiental de Funai, José Carlos dos Reis Meirelles.




Estas comunidades están en peligro por causa de la explotación de madera en Perú y “decidimos divulgar las fotos a ver si sucede alguna cosa, si se presiona al gobierno”, dijo el especialista, quien lleva décadas trabajando en esa zona del noreste de Brasil.

En el lado brasileño viven cuatro de estos pueblos que no tienen ningún tipo de contacto con el hombre blanco y permanecen completamente aislados, explicó.

“Es muy difícil calcular la población de indios aislados, pero son cuatro pueblos, tal vez de unas 500 personas cada uno”, dijo Meirelles en conversación telefónica desde Feijó, un municipio a 300 kilómetros de Río Branco, la capital de Acre.

En Feijó está el puesto más avanzado de Funai y desde allí hay que viajar siete días en bote hasta la tierra indígena, que queda en una reserva que fue decretada hace años sin llegar a establecer contacto con esos indígenas, explicó.

“El problema es en Perú, porque del lado nuestro es tierra indígena o reserva” natural, afirmó.

“En Perú están matando indios que viven aislados y por eso están pasando para acá. Ellos viven a ambos lados, ellos no saben donde queda la frontera”, argumentó.

Para Meirelles, esas comunidades “escogieron permanecer aisladas”.

En una de las fotos aéreas, en un claro de la selva es posible ver a dos guerreros pintados de rojo apuntando sus arcos y flechas en dirección a donde está la cámara de la avioneta.

“Son pueblos que no quieren relacionarse con nosotros”, dijo al refutar la idea de clasificar estas tribus de acuerdo a su “evolución” social.

Hablar de su grado de civilización “equivaldría a decir que nosotros somos avanzados y ellos idiotas”, argumentó.

“No sé como son ni quiero saber, porque partir del momento en que entren en contacto comenzarán a acabarse”, remató.

Funai calcula que en toda la Amazonia brasileña debe haber entre 20 y 40 tribus aisladas.

Fuentes:

El Economista

BBC en español

El País


Lea también:

Comisión peruana viajará a frontera con Brasil - El Comercio (Perú)

Identifican puntos de desplazamientos de nativos - Peru.com
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