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16 de enero de 2019

Semilla de algodón que brotó en la luna murió por bajas temperaturas

Luego que la sonda Chang'e 4 ingresara a la denominada 'noche lunar' alcanzó los -170 grados lo que generó que la planta no soportara la temperatura.


Las expectativas fueron grandes luego que en el primer "mini experimento" de biosfera que permitió que una semilla de algodón brote en la Luna por primera vez luego que la sonda Chang'e 4 la plantara. Sin embargo, esto se vio interrumpido luego que esta planta muriera.

Según The Guardian, la planta estuvo bajo la luz del sol en la superficie de la luna, pero al llegar la denominada "noche lunar", esta se extinguió luego de llegar a una temperatura de -170C°.

Según explicó el encargado del diseño del experimento, el profesor Xie Gengxin, de la Universidad de Chongqing, quien diseñó el experimento, dijo que se había anticipado su corta vida útil. "La vida en el recipiente no sobreviviría a la noche lunar", declaró.

De acuerdo al experto, la sonda Chang'e-4, que llevaba la cápsula con la semilla de algodón, con la temperatura alcanzada entró con estas temperaturas a un "modo de suspensión".

"No teníamos tal experiencia antes. Y no pudimos simular el entorno lunar, como la microgravedad y la radiación cósmica, en la Tierra ", dijo Xie.

Cabe indicar que el experimento no solo contaba con la semilla de algodón, sino también semillas de papa, levadura, entre otros, sin embargo, ninguna de ellas brotó ni mostró signos de un intento de crecimiento.


Como se recuerda, hace dos días se hizo conocida la imagen que mostraba al interior de la cápsula Chang'e 4 el brote de algodón que había crecido con éxito al interior de un recipiente que mantendría la temperatura entre 1 y 30 grados, permitiendo la entrada de luz natural y el suministro de agua y nutrientes para las plantas., esto luego de su alunizaje el pasado 3 de enero.

Pese a que no consiguió sobrevivir, que esta planta haya crecido la ha convertido en una proeza para los Chinos quienes vieron como esta germinó en su intento de realizar un análisis al territorio lunar.

27 de noviembre de 2018

Así se ve el paisaje de Marte desde la sonda que envió la NASA

Insight envió la segunda imagen desde su llegada al planeta rojo, en la que se ve el desierto marciano. Esta es la foto:


"Aquí hay una belleza tranquila. Estoy ansioso de explorar mi nuevo hogar", dice el tuit publicado por la cuenta oficial de la sonda InSight de la NASA, en la que se ve la primera imagen que tomó el equipo mientras recorría el suelo marciano.

Se trata, en realidad, de la segunda imagen que envió la misión, ya que minutos después de su llegada al planeta rojo transmitió una foto tomada desde el aire antes de amartizar. Fue la forma de confirmar que había llegado bien y que sus equipos funcionaban correctamente.

En esta segunda foto, tomada con la cámara que lleva la sonda en su brazo robótico, se logra ver con nitidez el desértico paisaje del planeta rojo. 

Junto con estas dos imágenes, InSight envió señales a la Tierra indicando que sus paneles solares están abiertos y recogiendo luz solar en la superficie marciana. El despliegue de la matriz solar garantiza que la nave pueda recargar sus baterías cada día, informó la NASA en su sitio oficial. 

Para este martes, está previsto que la sonda realice "operaciones de superficie" y comience con "la fase de implementación del instrumento".

Los paneles solares gemelos de InSight tienen 2,2 metros de ancho. Marte tiene una luz solar más débil que la Tierra porque está mucho más lejos del Sol. "Pero el módulo de aterrizaje no necesita mucho para operar: los paneles proporcionan de 600 a 700 vatios en un día claro, suficiente para alimentar una licuadora doméstica y mucho para mantener a sus instrumentos dirigiendo la ciencia en el Planeta Rojo", indicó la agencia espacial estadounidense. Puede operar incluso si los paneles son cubiertos por el polvo de la superficie marciana.

¿Qué hará la sonda en el planeta rojo?


En los próximos días, el equipo de la misión desarmará el brazo robótico de InSight y usará la cámara adjunta para tomar fotos del suelo para que los ingenieros puedan decidir dónde colocar los instrumentos científicos de la nave espacial. La NASA estimó que Pasarán de dos a tres meses antes de que esos instrumentos se implementen por completo y envíen datos.

Tras siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio, la sonda estadounidense InSight "amartizó" el lunes por la tarde.

Cada etapa exitosa de esta milimétrica y arriesgada operación despierta la algarabía en el centro de control del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.

La primera foto que tomó la sonda InSight anunciando su llegada a Marte

Fuente: El Clarín (Argentina)

25 de septiembre de 2013

La idea matemática que hizo volar al Voyager



Michael Minovitch

Michael Minovitch solucionó el "problema de los tres cuerpos" en 1961, e impulsó la misión del Voyager.

La sonda espacial Voyager ha cautivado al mundo con su proeza en los confines del Sistema Solar, pero su lanzamiento en 1977 sólo fue posible gracias a las ideas matemáticas y la persistencia de un estudiante de doctorado que descubrió cómo catapultar sondas al espacio.

En 1942, por primera vez en la historia un objeto creado por el hombre cruzó la invisible línea de Karman, que marca el borde del espacio. Sólo 70 años después, otra nave espacial viaja hasta la última frontera del Sistema Solar.

La sonda Voyager 1, 35 años después de haber despegado, está a 18.400 millones de kilómetros de la Tierra y a punto de cruzar el límite que marca el alcance de la influencia del sol, donde el viento solar se encuentra con el espacio interestelar.
Así contado parece fácil, pero la puerta al más allá del Sistema Solar permaneció cerrada durante los primeros 20 años de la carrera espacial.

El problema de los tres cuerpos

Computadora IBM

Minovitch utilizó la computadora más potente del momento. 

Desde 1957, cuando el Sputnik 1 se convirtió en la primera obra de ingeniería que pudo orbitar sobre la Tierra, la ciencia comenzó a mirar cada vez más allá en el cosmos.

Se enviaron naves a la Luna, a Venus y a Marte. Pero un factor crucial impedía alcanzar distancias más lejanas.

Para viajar a los planetas exteriores hace falta escapar de la fuerza gravitacional que ejerce el Sol, y para eso es necesaria una nave espacial muy grande.

El viaje hasta Neptuno, por ejemplo, a 2.500 millones de kilómetros, podría llevar fácilmente 30 o 40 años debido a esa fuerza.

En su momento, la Nasa no podía asegurar la vida útil de una sonda por más tiempo que unos meses, así que los planetas lejanos no estaban dentro de las posibilidades.

Hasta que un joven de 25 años llamado Michael Minovitch, entusiasmado por la nueva computadora IBM 7090, la más rápida en 1961, resolvió el problema más difícil de la ciencia mecánica celeste: el de "los tres cuerpos".

Se refiere al Sol, un planeta y un tercer objeto que puede ser un asteroide o un cometa viajando por el espacio con sus respectivas fuerzas de gravedad actuando entre ellos. La solución establece con exactitud cómo afectan la gravedad del Sol y la del planeta a la trayectoria del tercer objeto.

Sin amilanarse por el hecho de que las mentes más brillantes de la historia -la de Isaac Newton entre ellas- no lograron resolver esta incógnita, Minovitch se concentró en despejarla. Su intención era usar la computadora para buscar la solución a través de un método de repetición.

Verano de 1961

Planeta lejano

Los cálculos de Minovitch permitieron la exploración de los planetas del Sistema Solar más lejanos.

En su tiempo libre, mientras estudiaba un doctorado en el verano de 1961, se puso a programar series de ecuaciones para aplicar al problema.

Minovitch llenó su modelo con datos de las órbitas planetarias, y durante una pasantía en el laboratorio de propulsión de la Nasa (Jet Propulsion Lab) obtuvo información más exacta sobre las posiciones de los planetas.

El joven estudiante demostró así que si una nave pasa cerca de un planeta que orbita alrededor del Sol puede apropiarse de parte de la velocidad orbital de ese astro y acelerar en dirección opuesta al Sol sin utilizar el combustible de propulsión de la nave.

Sin financiamiento para continuar con sus pruebas en la computadora, y en un intento por convencer a la Nasa de la importancia de su descubrimiento, dibujó a mano cientos de trayectorias de misiones teóricas al espacio exterior. Entre ellas había una ruta de vuelo específica que se convirtió en la trayectoria de las sondas Voyager.

Pero en 1962 el Jet Propulsion Lab estaba ocupado con el Proyecto Apolo, y nadie hizo mucho caso al hallazgo de Minovitch.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

13 de septiembre de 2013

La nave Voyager abandona el Sistema Solar

Nave Voyager

La veterana nave de la NASA está a casi 19.000 millones de kilómetros de casa.

La nave espacial Voyager se convirtió este jueves en el primer objeto hecho por el ser humano en abandonar el Sistema Solar.

Los científicos de la agencia espacial estadounidense NASA dicen que los instrumentos de la sonda indican que ésta se ha movido más allá de la burbuja de gas caliente que emite nuestro Sol y que está viajando en el espacio entre las estrellas, tras haber dejado atrás los planetas más alejados del Sistema Solar.
Lanzada en 1977, la Voyager fue inicialmente puesta en órbita para estudiar esos planetas lejanos, pero posteriormente continuó avanzando en su misión.

En la actualidad, la veterana nave de la NASA está a casi 19.000 millones de kilómetros de casa.

La distancia es tan grande que se necesitan 17 horas para que una señal de radio enviada desde la nave llegue a los receptores en la Tierra.

Fuente:

BBC Ciencia

26 de agosto de 2013

Los depósitos de Marte podrían cubrir de agua todo el planeta


Corte de las tierras del sur de Marte. | ESA

Marte oculta secretos que no podemos ver a simple vista, pero el radar de la sonda europea 'Mars Express' nos permite estudiar lo que esconde a varios kilómetros bajo su superficie.

El radar de 'Mars Express' emite pulsos de baja frecuencia hacia el planeta, y analiza el eco producido cuando rebotan contra cualquier tipo de superficie. Si bien la mayoría de los pulsos se reflejan contra la superficie del planeta, algunos logran penetrar en el subsuelo hasta que se encuentran con las superficies que separan las capas de distintos materiales, como rocas, agua o hielo.

Al analizar la intensidad y la fase de los ecos que regresan al instrumento, 'Mars Express' es capaz de determinar a qué profundidad se encuentran las distintas capas del subsuelo.

Esta imagen radar muestra un corte de 5.580 kilómetros de longitud a través de las tierras altas del sur de Marte, y fue creada poco después de que el instrumento 'MARSIS' (Radar Avanzado para la Investigación de la Ionosfera y del Subsuelo de Marte) entrase en servicio en el año 2005.

En la parte derecha destaca la inmensa 'Hellas Planitia'. Esta cuenca de 7 kilómetros de profundidad y 2.300 km de diámetro es uno de los mayores cráteres de impacto del Sistema Solar.

El pico brillante a la izquierda del centro de la imagen es el polo sur de Marte, y es aquí donde el radar demuestra todo su potencial, desvelando varias capas de polvo y hielo ocultas bajo el casquete de agua y dióxido de carbono congelados.

Estas formaciones, conocidas como los Depósitos Estratificados del Polo Sur, se extienden hasta una profundidad de 4 kilómetros. Se piensa que son el resultado de los distintos ciclos de cambio climático que sufrió Marte, que provocaron variaciones en la sedimentación del polvo y del hielo.

Gracias al radar de 'Mars Express', los científicos han calculado que estos depósitos estratificados contienen suficiente agua como para cubrir todo el planeta con una capa líquida de 11 metros de profundidad.

Fuente:

El Mundo Ciencia

10 de enero de 2013

La sonda WMAP determina cómo nació el Universo


La sonda WMAP de la NASA ha dado una explicación de cómo nació el Universo. Según el equipo científico, se ha determinado con gran precisión la edad Universo, la densidad de los átomos, la época donde las primeras estrellas comenzaron a brillar y la densidad del resto de materia no atómica.

WMAP

La sonda, lanzada por la NASA en el 2001 y retirada hace dos años, ha dado sus primeras conclusiones finales. Al parecer, con un grado de precisión sobre algunos aspectos del Universo cerca de 68.000 más precisos que cualquier modelo anterior.

El trabajo principal de la sonda ha sido el de tomar una "radiografía" completa del cosmos observando el resplandor del Universo caliente y llegando a un momento en el que tan sólo tenía 375.000 años de edad (actualmente contaría con 13.700 millones de años).

El resultado final es una imagen del universo en sus comienzos, una aproximación que permite con un alto grado de precisión explicar lo que aconteció en el pasado. De entre las conclusiones, los investigadores hablan de datos que vienen a refrendar la teoría del Big Bang o la teoría de la "inflación", aquella que predica que el Universo tuvo un período dramático inicial de expansión llegando a un crecimiento de más de un billón de billones de veces en menos de un billón de una billonésima parte de segundo. De estas expansiones nacerían las galaxias en el tiempo.

Por último, los investigadores han destacado que WMAP ha dado la posibilidad de ajustar la fecha en la que comenzaron a brillar las primeras estrellas, una época que se remontaría a 400 millones de años de vida del Universo.

Fuente:

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22 de marzo de 2012

La NASA descubre indicios de agua helada en Mercurio

Especial: Día del Agua
Imagen de la sonda Messenger de cráteres de Mercurio donde podría existira agua helada. | NASA

Imagen de la sonda Messenger de cráteres de Mercurio donde podría existira agua helada. | NASA

La sonda Messenger de la NASA ha descubierto indicios de la existencia de agua helada en los polos de Mercurio. El hallazgo es sorprendente, ya que las temperaturas en la superficie del planeta más cercano al Sol pueden superar los 400 grados. Sin embargo, algunos cráteres en los polos de Mercurio se encuentran en sombra de manera permanente, y este factor les convierte en lo que los científicos denominan 'trampas de frío'.

Anteriores investigaciones habían detectado algunas zonas cerca de los polos que provocaban reflejos al analizarse con un radar, una característica típica del hielo. Ahora, la cartografía realizada por la sonda Messenger ha comprobado que esas zonas que causan reflejos de radar están precisamente en las mismas regiones oscuras que se encuentran permanentemente en sombra.

Messenger es sólo la segunda sonda, tras las Mariner 10 en los años 70, que han visitado el planeta más cercano a nuestra estrella. Hasta la llegada de esta misión, existían amplias zonas de Mercurio que jamás se habían analizado.

Las zonas que provocan reflejos de radar ya habían sido detectadas por telescopios en tierra en los años 90, pero hasta ahora los científicos no habían podido precisar el lugar exacto donde se encuentran. Sin embargo, gracias a las nuevas imágenes enviadas por la Messenger, han comprobado que coinciden con las regiones polares de sombra permanente.

"Nuestros resultados apoyan la hipótesis de la presencia de agua helada", explica la doctora Nancy Chabot, coautora del estudio que publica la revista 'Science', en declaraciones a la BBC. Pero esta experta de la Universidad de Johns Hopkins enfatiza que esto no constituye una prueba, sino tan solo un indicio de la existencia de hielo en Mercurio.

Geología sorprendente

Además, la misión Messenger también ha desvelado que Mercurio parece ser menos montañoso que Marte y la Luna y las entrañas del planeta más cercano al Sol, con reservas profundas de sulfuro de hierro, son muy diferentes de las de los otros de nuestro sistema.

La sonda de 485 kilogramos fue lanzada al espacio por un cohete delta II en agosto de 2004, y después de tres pasajes por las proximidades del planeta más cercano al Sol, el 18 de marzo de 2011 se colocó en una órbita altamente elíptica que va de 200 kilómetros hasta 15.000 kilómetros de la superficie de Mercurio.

Los técnicos de la agencia espacial estadounidense NASA eligieron esa órbita para proteger la sonda del calor que irradia la superficie de Mercurio. Solo una pequeña parte de la órbita transcurre con el artefacto sujeto al calor del lado más caliente del planeta.

Uno de los instrumentos que lleva la cápsula robótica es un altímetro de láser que ha estado haciendo un estudio del relieve de la superficie en el hemisferio norte de Mercurio, donde se ha encontrado que el número de elevaciones es considerablemente menor que en la Luna o Marte.

Para su sorpresa, los científicos también detectaron una gran densidad de masa en los mantos superiores de Mercurio, aunque es baja la presencia de hierro en las rocas de la superficie.

"Por lo tanto, debe existir una reserva profunda de material de alta densidad que explique la gran densidad del manto sólido y el momento de inercia", explican los autores del trabajo, concluyendo que la composición más probable de esa reserva sea el sulfuro de hierro, algo que no se ha observado en ningún otro planeta.

Fuente:

El Mundo Ciencia


15 de marzo de 2012

Rusia dice adiós a la exploración del Sistema Solar

Se veía venir, pero aún así las consecuencias del fiasco de la sonda Fobos-Grunt van a ser realmente demoledoras para el futuro de Rusia como potencia espacial. Los rumores apuntan a que en la próxima actualización del Programa Espacial Federal de la agencia espacial rusa Roscomos para el periodo 2006-2015 se van a eliminar hasta 16 proyectos, incluidas las sondas espaciales para la exploración del Sistema Solar.

Entre las víctimas se encuentran las sondas Mars-Net, Merkuriy-P y Venera-D. Estaba previsto que Mars-Net fuese lanzada en 2016 con el fin de desplegar una red de cuatro estaciones sobre la superficie marciana, mientras que Merkuriy-P debía despegar en 2019 para convertirse en la primera sonda que aterrizase en Mercurio. Por su parte, Venera-D habría partido en 2018 hacia Venus. Estas tres sondas espaciales son proyectos de la empresa NPO Lávochkin que emplean la misma tecnología desarrollada para la Fobos-Grunt y, junto con la malograda sonda marciana, debían convertirse en las primeras naves planetarias rusas diseñadas después de la caída de la Unión Soviética.

Mars-Net (NPO Lavochkin).

Merkuriy-P (NPO Lavochkin).

Venera-D (NPO Lavochkin).

Lo único positivo es que, al menos, los proyectos de sondas lunares Luna-Glob y Luna-Resurs siguen adelante. Resulta obvio que la crisis económica y la poca credibilidad de NPO Lávochkin después del fracaso de Fobos-Grunt están detrás de esta decisión. Por otro lado, sería injusto echarle toda la culpa a NPO Lávochkin. Al fin y al cabo, el año pasado demostró que es capaz de construir con éxito una nave científica compleja como el radiotelescopio espacial Spektr-R o el satélite meteorológico Elektro-L. De todas formas, la realidad es que estas sondas eran a día de hoy simples 'naves de power point' y no contaban con ningún apoyo económico tangible. No obstante, el continuo aumento del presupuesto espacial ruso de los últimos años hacía albergar ciertas esperanzas de que pudieran convertirse en realidad. Además, y a pesar de que fuesen proyectos muy ambiciosos, creo que una agencia espacial necesita de este tipo de retos si quiere seguir avanzando. Con financiación o sin ella, estos proyectos eran los únicos que tenía Rusia para explorar el Sistema Solar mediante sondas automáticas. Sin ellos, Roscosmos podrá darse con un canto en el pecho si logra llegar a la Luna.

Aunque se trate de una decisión reversible, no debemos olvidar que para diseñar una sonda espacial hacen falta muchos años de arduo trabajo. La cancelación de estas sondas bien podría ser el adiós definitivo de Rusia a la exploración no tripulada del Sistema Solar (con la salvedad de la Luna). Si además tenemos en cuenta que en la NASA tampoco están para tirar cohetes -literalmente-, pues la verdad es que la próxima década promete ser bastante deprimente. En fin, ajo y agua, como diría el filósofo.

Fuente:
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Eureka Blog

5 de marzo de 2012

Encuentran Oxígeno en un satélite de Saturno


La sonda Cassini de la NASA ha captado iones de oxígeno molecular alrededor de Dione, una luna helada de Saturno, lo que confirma la presencia de una atmósfera muy tenue.

Los iones de oxígeno son muy escasos (uno por cada 11 centímetros cúbicos), mostrando que Dione tiene una atmósfera neutra extremadamente delgada.

La detección de esta atmósfera tenue, conocida como exosfera, se describe en un reciente número de la revista Geophysical Research Letters.

Ahora sabemos que Dione, al igual que los anillos de Saturno y su luna Rhea, es una fuente de moléculas de oxígeno

Indicó Robert Tokar, un miembro de la misión Cassini en el Laboratorio Nacional de Los Álamos.

Varios cuerpos sólidos del sistema solar, incluyendo la Tierra, Venus, Marte, Saturno, la luna, etc, tienen atmósferas. Sin embargo, tienden a ser más densas que lo que se ha encontrado alrededor de Dione.

Los científicos de Cassini detectaron una exosfera alrededor de la luna Rhea de Saturno en 2010, muy similar a Dione. La densidad de oxígeno en la superficie de Dione y Rea es de alrededor de 5 billones de veces menos densa que la atmósfera de la Tierra.

Los científicos no creían que Dione, por su pequeño tamaño, pudiera tener una atmósfera. El nuevo descubrimiento convierte este pequeño satélite en un objeto de estudio mucho más que interesante.

La sonda Cassini, lanzada en 1997, es una misión en la que participan la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana cuyo objetivo es estudiar los cambios climáticos en Saturno y en sus lunas.

Vía | NASA

Tomado de:

Xakata Ciencia

9 de diciembre de 2011

La sonda 'Opportunity' descubre sedimentos de agua en Marte

Seimendos fluviales encontrados en Marte por 'Opportunity'. |NASA

Seimendos fluviales encontrados en Marte por 'Opportunity'. |NASA

Cada vez son más las pistas que hablan de un pasado marciano mucho más húmedo de lo que hoy se aprecia en la mayor parte de su superficie. Misiones espaciales anteriores ya detectaron erosiones en el terreno que debían haber sido hechas por grandes cursos fluviales, algo que ahora confirma el Mars Rover Opportunity, de la NASA, que ha encontrado sedimentos depositados por esos ríos del pasado.

La sonda ha detectado venas brillantes de un mineral que parece yeso. "Estas formaciones nos dicen que el agua atravesó la roca por fracturas subterráneas", señala Steve Squyres, el investigador principal de 'Opportunity', de la Universidad de Cornell.

Según Squyres, "este material procede de un depósito químico bastante puro que formó algo más a la derecha de donde se ve ahora y ese cambio de lugar es algo que no se puede confirmar en otros yesos relacionados con el agua que se han encontrado en Marte". "Es algo común en la Tierra, pero en Marte es el tipo de cosa que a los geólogos nos hace saltar de la silla", apunta.

La vena mineral mide menos de dos centímetros de ancho por unos 50 centímetros de larga y resalta sobre las rocas que hay alrededor. Tanto esta vena más cercana a la sonda como otras detectadas se encuentran en el borde del bautizado como Endeavour Crater, en una llanura de 33 kilómetros que ha explorado durante los últimos 90 meses.

Huellas del yeso marciano

El noviembre, los investigadores utilizaron un espectrómetro de rayos X y la cámara panorámica del 'Opportunity' para estudiar al detalle este rastro fluvial, llamado 'Homestake'. Estos instrumentos permitieron detectar sulfato de calcio puro, cuya estructura se hace cristalina con el agua. El yeso es un sulfato de calcio hidratado.

Otras observaciones previas, realizadas desde la órbita marciana, ya habían detectado yeso en Marte. Incluso hay un campo de dunas de yeso en el norte del planeta que se ha comparado con el Monumento Nacional White Sands, en Nuevo México. "Aún es un misterio de dónde viene ese yeso del norte. En 'Homestake', vemos a la derecha el lugar donde se formó, así que es importante comprobar si hay depósitos similares en otras regiones del planeta", comenta Benton Clark, del mismo equipo que Squyres.

'Opportunity' también ha detectado que la roca donde está la vena está integrada por minerales como el sulfato de magnesio, hierro y calcio con huellas de que estuvieron mojados durante miles de millones de años.

'Opportunity' y su gemelo 'Spirit' terminaron su misión principal en abril de 2004, tras pasar tres meses en la superficie del Planeta Rojo, pero ambos rovers siguieron enviando datos a la Tierra. 'Spirit' cortó su comunicación con nuestro planeta en 2010, pero la otra sonda de la NASA continúa explorando y se dirige ahora hacia una zona del cráter Endeavour llamada 'Cape York' para resguardar sus paneles solares en un ángulo propicio durante el gélido invierno marciano.

Fuente:

El Mundo Ciencia

1 de diciembre de 2011

Por qué el Curiosity no encontrará vida


Cráter Gale, destino de Curiosity


Cualquier persona mínimamente interesada en la ciencia sabe que el pasado sábado despegó rumbo a Marte el rover Curiosity como parte de la misión Mars Science Laboratory (MSL) de la NASA. Algunos medios (ejemplos, aquí y aquí) y, en buena medida, el imaginario popular, afirman que el objetivo de MSL es encontrar “vida” o “rastros de vida”. Pero esto no es así. Por ello vamos a presentar muy sucintamente no sólo cuales son los objetivos científicos de MSL sino también el contexto en el que se han fijado estos objetivos. De esta forma sabremos qué resultados esperar de MSL y no nos llevaremos decepciones innecesarias.

Objetivos científicos de MSL

En general, la MSL estudiará si el cráter Gale presenta signos de ambientes habitables actualmente o en el pasado. Este estudio será parte de un examen más amplio de los procesos pasados y actuales en la atmósfera y superficie marcianas. Para llevarlo a cabo se realizarán mediciones instrumentales soportadas por la capacidad de recoger muestras, suministrar energía y comunicaciones y la movilidad del rover Curiosity. Es decir, no buscará “vida”, sino las condiciones que, según las hipótesis consideradas, serían favorables para la vida.

Esta misión general se articula en cuatro objetivos científicos para MSL (entre comillas nuestra traducción de los objetivos oficiales marcados por la NASA):

a) “Evaluar el potencial biológico de al menos una ambiente objetivo mediante la determinación de la naturaleza y el inventario de compuestos de carbono, buscando específicamente los relacionados con la vida (según la hipótesis terráquea de que la vida se basa en carbono) e identificando las características que podrían registrar las acciones de los procesos biológicamente relevantes”. Es decir, se va a detectar y cuantificar cualquier molécula orgánica, sobre todo las complejas y las que podrían ser consecuencia de procesos metabólicos, como el metano.

b) “Caracterizar la geología del terreno del rover en todas las escalas espaciales apropiadas investigando la composición mineralógica, química e isotópica de la superficie y cercana a la superficie e interpretar los procesos que han formado las rocas y los suelos”. Esto es, análisis químico inorgánico exhaustivo.

c) “Investigar los procesos planetarios de relevancia para la habitabilidad pasada (incluyendo el papel del agua) mediante la evaluación de la evolución atmosférica a largo plazo y la determinación del estado actual, distribución y ciclos del agua y el dióxido de carbono”. Muy llamativamente no se menciona el metano.

d) “Caracterizar el espectro completo de la radiación en superficie, incluyendo la radiación cósmica galáctica, los sucesos de protones solares y los neutrones secundarios”

Si nos damos cuenta a) y b) se resumen en análisis químico cualitativo y cuantitativo completo del suelo y la atmósfera en, al menos, el lugar de amartizaje; d) es lo mismo pero de la radiación. Finalmente c) es registrar los datos de una estación meteorológica. No existe pues ningún experimento directamente biológico destinado a detectar vida. Como decíamos más arriba sólo se va a investigar si Marte fue habitable (según ciertas hipótesis) o lo es hoy día. Si hay microbios en el lugar de aterrizaje Curiosity no los detectará.

Pero, ¿por qué estos objetivos y no otros?¿Por qué no se incluye ningún experimento directamente diseñado para detectar vida? La respuesta corta es por la historia de la exploración de Marte y porque la NASA no se puede permitir crear falsas expectativas.

Sigue al agua

La hipótesis de que en Marte hay o hubo vida viene de lejos. Una idea es que como Marte es más pequeño que la Tierra se enfrió antes y, probablemente, habría podido tener un ambiente compatible con la vida mucho antes. Por tanto, cabe la posibilidad de que la vida empezase allí y que los impactos de asteroides arrancasen trozos de marte que contenían microbios que terminaron llegando a la Tierra en forma de meteoritos, sembrando la vida. En otras palabras, descenderíamos de marcianos.

Teorías como esta y otras por el estilo, así como las presuntas observaciones de canales, etc., dispararon la imaginación de científicos y literatos sobre la existencia de algo más que simple vida en Marte.

Pero cuando el Mariner 4, la primera sonda espacial que pasó cerca de Marte en 1965, mandó fotos de desiertos yermos sólo salpicados por rocas, los ánimos comenzaron a enfriarse. Posteriormente las Viking aterrizaron en la superficie del planeta y realizaron experimentos diseñados espacíficamente para la detección de vida, con resultados negativos. En 1976 a Marte se le daba ya por muerto y la enorme inversión en estas dos misiones Viking y las expectativas defraudadas crearon una enorme decepción en el público y en el gobierno de los Estados Unidos.

A partir de ese momento la NASA ya no jugó tanto con el concepto de vida en Marte y en vez de ello se embarcó en una campaña metódica de exploración de la historia geológica y el clima del planeta. Aunque Marte hoy día parezca seco y frío, lo que se dice muerto, señales geológicas como rieras, lechos lacustres secos y cañones gigantescos apuntan a un pasado en el que el agua corría por la superficie. El lema “sigue al agua” se convirtió en el principio rector de la exploración. Los dos últimos rovers de la NASA, Spirit y Opportunity, encontraron pruebas convincentes de que hubo ambientes habitables en el pasado de Marte. El objetivo de Curiosity es dar un paso más y buscar moléculas basadas en carbono, incluyendo metano, como posibles bases de una vida pasada. Suponiendo que ésta se basase en carbono, claro está.

Una actitud conservadora si se quiere, pero es que los datos disponibles no permiten arriesgar más. No cuando el presupuesto pende de un hilo y defraudar al contribuyente norteamericano puede significar la cancelación de programas completos.

Indicios no son pruebas

Imagenes orbitales recientes indicarían que el agua podría estar fluyendo ocasionalmente en la superficie de Marte. Nuevos hallazgos realizados en la Tierra acerca de cómo la vida puede florecer en ambientes aparentemente hostiles, como en la oscuridad de las aguas cercanas a las fumarolas volcánicas submarinas, ayudan a que los científicos sean más abiertos a la hora de considerar la posible pervivencia de la vida en Marte. Pero estos son indicios circunstanciales, no pruebas.

Las pruebas directas existen pero son, cuando menos, controvertidas. Así en 1996, un equipo de científicos de la NASA anunció que había encontrado microbios fosilizados en un meteorito marciano que había impactado en la Antártida. Esta conclusión fue discutida inmediatamente por otros grupos de investigadores y aún hoy se sigue discutiendo casi tanto como la presencia de metano en Marte. La irregularidad de la presencia de metano en el planeta podría ser un indicio de la existencia de agua líquida subterránea o vida, pero aún se discute si la detección es fiable.

Los éxitos de Spirit y Opportunity han permitido que Curiosity esté de viaje ahora mismo. Pero el reciente fracaso de Phobos-Grunt no ayuda precisamente a que los dos próximos lander, proyectos conjuntos NASA-ESA previstos inicialmente para 2016 y 2018, salgan adelante. De hecho, el gobierno Obama está seriamente considerando cancelarlos. La posibilidad de saber si existe vida en Marte puede que tenga que esperar todavía muchos años.

Más información:

· Una descripción completísima de la misión puede encontrarse en Curiosity, el robot marciano más complejo de la historia.

· Una presentación de los antecedentes sobre la presencia de metano en Marte está en ¿Hay o no hay metano en Marte?

Fuente:

Experientia Docet

21 de noviembre de 2011

La sonda Cassini documenta el desarrollo de una tormenta gigante en Saturno

Evolución de la tormenta desde diciembre de 2010 a agosto de 2011. | NASA

Evolución de la tormenta desde diciembre de 2010 a agosto de 2011. | NASA

  • Se trata de la mayor tormenta detectada por una nave interplanetaria
  • Se extendió en un área de 15.000 km. en la cara norte durante 200 días
  • La misión de Cassini, que iba a terminar en 2008, se prolongará hasta 2017

La sonda 'Cassini' captó desde su nacimiento y siguió la evolución de una tormenta gigante que se extendió en un área de 15.000 kilómetros en la cara norte de Saturno durante 200 días, cuyas imágenes difundió este viernes la NASA.

En las imágenes se puede observar una pequeña mancha que aparece el 5 de diciembre de 2010 y que se va haciendo grande hasta que se convierte en una gigantesca tempestad, que para finales de enero de 2011 da la vuelta a todo el planeta.

Se trata de la tormenta más grande detectada en las últimas dos décadas en Saturno y las más grande observada nunca desde una nave interplanetaria.

El mismo día que las cámaras de alta resolución de 'Cassini' capturaron las primeras imágenes de la tormenta, la radio de la sonda y el instrumento de ondas de plasma detectaron la actividad eléctrica de la tormenta, revelando que era una tormenta convectiva.

Duró días

Cassini detectó que la fase activa de la tormenta terminó a finales de junio, pero las nubes turbulentas que generó permanecen todavía en la atmósfera actual.

La tormenta, que tuvo un periodo de actividad de 200 días, batió récords y superó una tormenta anterior detectada en 1903, que permaneció durante 150 días.

"La tormenta de Saturno se parecía más a un volcán que a un sistema climático terrestre", señaló Andrew Ingersoll, miembro del equipo de imágenes de Cassini en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena.

La presión se acumula durante años

"La presión se acumula durante muchos años antes de la tormenta estalla. El misterio es que no hay rocas para resistir a la presión para retrasar la erupción durante tantos años", explicó en un comunicado difundido por la NASA.

La sonda Cassini, que orbita Saturno, es un proyecto conjunto de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana (ASI).

'Cassini' fue lanzada al espacio en octubre de 1997 junto con la sonda Huygens de la ESA. La nave llegó a las inmediaciones de Saturno en 2004 para iniciar el estudio de Titán, la luna mayor del planeta.

Desde entonces los 12 instrumentos de 'Cassini' han estado transmitiendo información del sistema de Saturno durante casi seis años, pese a que se suponía que debía concluir su actividad a finales de 2008.

El año pasado, la NASA decidió prolongar su misión hasta 2017, lo que permitirá a los científicos estudiar los cambios climáticos en el planeta y en sus lunas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

14 de noviembre de 2011

Volando por los cielos de Titán

Todos estamos de acuerdo en que Titán es un mundo espectacular. Porque, ¿quién no querría navegar por sus mares de metano o explorar sus misteriosos campos de dunas? No es de extrañar que en los últimos años se hayan sugerido todo tipo de sondas para estudiar este satélite en profundidad, desde barcos a globos, pasando incluso por submarinos.

AVIATR, un avión que podría volar por los fríos cielos de Titán (Mike Malaska/NASA).

Pero una de las propuestas más sugerentes consiste en el empleo de un avión para el estudio de esta luna de Saturno. Aunque parezca descabellado y a pesar de las bajísimas temperaturas (unos -190º C), lo cierto es que Titán es el mundo del Sistema Solar más favorable para el vuelo de aparatos más pesados que el aire. Con una aceleración gravitatoria superficial de tan solo 1,35 m/s2 y una presión atmosférica 1,44 veces superior a la Terrrestre, hacer volar un avión en Titán es realmente fácil. En concreto, la energía cinética específica requerida para que un avión vuele en Titán es una 1/30 parte de la que necesitamos en la Tierra y una 1/1200 parte de la que usaríamos en Marte (!). Por este motivo, la NASA lleva tiempo estudiando la viabilidad de construir una sonda capaz de surcar los cielos titánicos denominada AVIATR (Aerial Vehicle for In situ and Airborne Titan Reconnaissance). Aunque hace un año ya hablamos de AVIATR en este blog, recientemente hemos podido conocer más detalles sobre la misión.

Configuración actual de AVIATR. Abajo, las superficies de control (NASA).

Proyecto de globo para el estudio de Titán. AVIATR promete ser más interesante (NASA).

El principal problema de AVIATR es justificar sus ventajas frente a las de un globo, un concepto que a priori parece mucho menos arriesgado. En este punto, los diseñadores de AVIATR afirman que un avión es capaz de aprovechar mejor la energía proveniente de los generadores de radioisótopos (RTGs). No olvidemos que una sonda en Titán no puede utilizar energía solar al estar tan lejos del Sol y tiene que depender de baterías o RTGs. Y si queremos que nuestra nave esté en funcionamiento durante un tiempo razonable, sólo nos queda la opción de los RTG. Las propuestas actuales de globos en Titán usan MMRGs para calentar el aire (principalmente compuesto por nitrógeno), pero AVIATR haría uso de ASRGs -básicamente un RTG con partes móviles y más eficiente- para mover una hélice, aprovechando así las escasas reservas de plutonio de las que dispone la NASA en la actualidad.

Además, un avión podría recorrer mayores distancia en menos tiempo, maximizando la superficie explorada durante el transcurso de la misión. A diferencia de un globo aerostático, AVIATR podría controlar su trayectoria y mantenerse siempre en el hemisferio diurno estudiando las formaciones geológicas titánicas. En caso de que surgiese algún problema, la sonda estaría diseñada para entrar en modo seguro de tal forma que mantuviese la antena de comunicaciones apuntando al Sol (o lo que es lo mismo, a la Tierra) y evitando que el vehículo se internase en la oscuridad de la noche (bloqueando las comunicaciones con la Tierra).

La alta densidad atmosférica de Titán permite que el avión tenga unas alas relativamente pequeñas, pero éstas tendrían que estar plegadas dentro de la cápsula de entrada atmosférica durante los siete años de viaje hasta Saturno. Con el fin de simplificar la construcción de la sonda, AVIATR emplearía un diseño basado en los aviones UAV sin tripulación empleados por los militares norteamericanos.

Cápsula de entrada atmosférica de AVIATR con la etapa de crucero (NASA).


AVIATR desciende dentro de su cápsula después de un viaje de siete años (Mike Marlaska/NASA).

Estructura interior de AVIATR. Destaca la antena en la parte frontal (NASA).

AVIATR incluiría varios instrumentos. Entre ellos destacan dos cámaras, una de alta resolución (HRI, High-Resolution Imager) para cartografiar el terreno sobrevolado por la aeronave y otra para estudiar el horizonte (HLI, Horizon-Looking Imager). HRI estaría inclinada 15º hacia delante, trabajaría en las longitudes de onda de 1,97-2,09 micras (transparentes al metano) y alcanzaría una resolución de 0,5 metros/píxel a una altura de 3,5 kilómetros o de 2 metros/píxel a 15 kilómetros). Por su parte, HLI promete obtener vistas impresionantes del horizonte de Titán y, de paso, estudiar en detalle las nubes y los aerosoles de la atmósfera. Trabajaría en el rango de 4,87-5,15 micras con una resolución de 15-34 metros/píxel. A estos instrumentos habría que añadir un espectrómetro en el infrarrojo cercano (NIS, 1.5-5,4 micras) con más de 400 canales y una resolución espacial de 3,5-34 metros/píxel dependiendo de la altura.

AVIATR volaría a una altura de crucero de unos 15 kilómetros, aunque realizaría descensos en espiral hasta los 3 kilómetros para analizar determinadas zonas con mayor resolución. Al terminar la misión, se intentaría atravesar alguna nube de metano para estudiar sus propiedades (¿se imaginan las vistas?) y, finalmente, se haría entrar el vehículo en pérdida para forzarlo a "aterrizar" con una velocidad vertical de pocos metros por segundo. En el caso de que la aeronave sobreviviese al impacto, dejaría de funcionar poco después por culpa de la ausencia de refrigeración por aire.

De salir adelante, la primera aeronave titánica despegaría en febrero de 2017 y llegaría al Saturno después de sobrevolar la Tierra en 2020 y pasar por Júpiter en 2021 para recibir asistencia grvitatoria. Entraría en la atmósfera de Titán el 22 de octubre de 2024 y funcionaría durante un año aproximadamente. AVIATR promete convertirse en el primer avión que surcará los cielos de otro mundo y todo por un coste estimado de 715 millones de dólares (aunque probablemente el precio final será mucho mayor).

Trayectoria y fechas de AVIATR (NASA).

Es casi imposible que AVIATR sea aprobada a tiempo para que pueda despegar en 2017. Pero tranquilos, porque los fanáticos de Titán tenemos las esperanzas puestas en la sonda TiME (Titan Mare Explorer), candidata a la próxima misión Discovery de la NASA. Si finalmente es seleccionada, TiME sería el primer barco que navegase en otro mundo.

Siempre nos quedará TiME para navegar por los mares de metano de Titán (NASA).


AVIATR sobrevolando los mares de Titán (Mike Marlaska/NASA).



Fuente:

Eureka

8 de septiembre de 2011

¿Hay un extraño líquido en el interior de Júpiter?

Especial: Astronomía

Noticia viejita pero calientita...

Agosto 27, 2011: El pasado 5 de agosto, despegó la sonda espacial Juno para comenzar un viaje de 5 años hacia un mundo extraño: el planeta Júpiter.

Freaky Fluid (juno, 200px)

El lanzamiento de la sonda Juno tuvo lugar el 5 de agosto de 2011, en el Centro Espacial Kennedy (Kennedy Space Center o KSC, por su sigla en idioma inglés). Créditos: R.S. Wright Jr.

Júpiter tiene una larga lista de rarezas. Para empezar, es enorme, contiene el 70% del material planetario de nuestro sistema solar; aun así, no es como el mundo rocoso que yace debajo de nuestros pies. Júpiter es tan gaseoso, que se parece más a una estrella. La atmósfera de Júpiter fabrica huracanes, los cuales son el doble de ancho que la Tierra misma, monstruos que generan vientos de casi 644 kilómetros por hora (400 millas por hora), y rayos que son 100 veces más brillantes que los rayos terrestres. El planeta gigante también emite un tipo de radiación que resulta letal para los seres humanos sin protección.

De cualquier forma, la característica más extraña de Júpiter puede ser una "sopa" en sus profundidades, compuesta de un líquido exótico que ocupa 40.233 km (25.000 millas), y que se agita en su interior, denominado: hidrógeno líquido metálico.

“Aquí en la Tierra, el hidrógeno es un gas transparente e incoloro”, dice Scott Bolton, quien es el investigador principal de la misión Juno. “Pero en el centro de Júpiter, el hidrógeno se convierte en algo extraño”.

Júpiter está compuesto de un 90% de hidrógeno1, un 10% de helio y una pizca de los otros elementos. En las capas de gas más externas de este gigante, el hidrógeno es un gas al igual que en la Tierra. Pero a medida que se va más profundo, una presión atmosférica intensa gradualmente convierte el gas en un líquido denso2. Finalmente, la presión se torna tan grande que "exprime" los electrones hacia afuera de los átomos de hidrógeno y el líquido se vuelve conductor, como el metal.

¿Cómo es este líquido?

“El hidrógeno líquido metálico tiene baja viscosidad, como el agua, y es un buen conductor eléctrico y térmico”, dice David Stevenson, de Caltech, quien es experto en formación, evolución y estructura planetaria. “Como si fuera un espejo, refleja la luz; de modo que, si usted estuviera inmerso en él (ojalá que nunca lo esté), no podría ver nada”.

Freaky Fluid (splash 558px)

¿Qué hay en el interior de Júpiter? Haga clic en la imagen para ver un video ScienceCast sobre los misterios que se ocultan en el interior de Júpiter (en idioma inglés).

Aquí en la Tierra, se ha fabricado hidrógeno líquido metálico en experimentos llevados a cabo con ondas de choque pero, como dicho hidrógeno no se mantiene en esa forma, sólo se ha producido en pequeñas cantidades durante períodos muy cortos. Si los investigadores están en lo correcto, el núcleo de Júpiter puede estar repleto de océanos de este líquido.

Hay tanto hidrógeno líquido metálico en el interior de Júpiter que transforma al planeta en un enorme generador. “Una capa profunda de hidrógeno líquido metálico y la rápida rotación de Júpiter (aproximadamente 10 horas) crean un campo magnético de 724.200 millones de kilómetros (450 millones de millas) de largo; el más grande en el sistema solar”, comenta Bolton. La magnetósfera de Júpiter puede producir hasta 10 millones de amperes de corriente eléctrica, con auroras que encienden los polos de Júpiter de una manera más brillante que cualquier otro planeta.

A pesar de que los científicos están muy seguros de que el hidrógeno líquido metálico existe en el interior de Júpiter, no saben exactamente cómo está estructurado el interior de este planeta gigante. Por ejemplo, ¿dónde es que el hidrógeno se transforma en conductor? ¿Tiene Júpiter en su interior un núcleo de elementos pesados?

La misión Juno servirá para responder todas estas preguntas clave.

Freaky Fluid (signup)

“Al confeccionar mapas del campo magnético de Júpiter, así como del campo gravitacional y de la composición atmosférica, Juno nos dará valiosa información sobre cómo está compuesto el interior de Júpiter”.

Es importante entender a este gigante ya que ejerció una gran influencia en la formación del sistema solar. Júpiter se formó de la mayoría de los restos que quedaron después de que el Sol tomó su forma a partir de la nebulosa solar. Este planeta conserva el estado y la composición del material que quedó justo después de que se formó el Sol.

“Él tiene la receta secreta mediante la cual se formaron los primeros planetas de nuestro sistema solar”, dice Bolton. "Y nosotros la queremos”.

Con el lanzamiento que tuvo lugar el viernes pasado, “Júpiter se convierte en nuestro laboratorio, y Juno en nuestro instrumento, para descubrir los secretos de los gigantes gaseosos”, afirma Bolton. En realidad, lo que descubra Juno podría ser muy raro.

Fuente:

Ciencia NASA

2 de agosto de 2011

Los extraños volcanes de la cara oculta de la Luna

Nuevas imágenes de la sonda LRO desvelan un «punto caliente» que puede cambiar la historia geológica de nuestro satélite natural tal y como la conocemos.


Las poderosas cámaras del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO), una sonda de la NASA dedicada al estudio de nuestro satélite natural en órbita a tan solo 50 kilómetros de su superficie, han descubierto una extraña zona volcánica en su cara oculta. El hallazgo arroja luz por fin sobre este «punto caliente», que ya había sido detectado con anterioridad pero que hasta ahora resultaba inexplicable. Los científicos creen que esta pequeña «provincia» volcánica pudo haber sido creada por el afloramiento de magma silícico. Su inusual ubicación y la sorprendente composición de la lava pueden ofrecer nuevas pistas sobre la historia de la Luna y cambiar algunas creencias establecidas sobre su formación geológica. La investigación aparece publicada en la revista Nature Geoscience.

Extraños volcanes en la cara oculta de la Luna

NASA
Situación del «punto caliente»

El «punto caliente», que alberga una concentración del elemento radiactivo torio, es una extensión en forma de «ojo de buey» de 25 a 35 kilómetros de longitud, situada entre dos cráteres de impacto gigantescos y muy antiguos. Fue detectado por primera vez en 1998 y desde entonces se le conoce como anomalía de torio Compton-Belkovich, en honor a los nombres que reciben los cráteres.

Las observaciones recientes, realizadas por la LRO, han permitido a los científicos distinguir las rasgos de los volcanes en el centro de ese «ojo de buey». Y se trata de un vulcanismo silícico mucho más raro del que ya se conocía en la Luna. Tanto, que la existencia de esta zona volcánica obligará a los científicos a modificar algunas de sus ideas sobre la historia de la Luna, según explica Bradley Jolliff, profesor de investigación en el Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis y responsable del equipo de analizó las imágenes.

El vulcanismo lunar es muy diferente del terrestre, algo que se debe a la particular formación del satélite. La Luna, que se cree que fue creada cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó contra nuestro planeta hace 4.500 millones de años, era originalmente un mundo infernal cubierto por un océano de roca fundida de 400 kilómetros de profundidad. Pero como la Luna era pequeña y no tenía atmósfera, ese océano de magma se enfrió rápidamente, en unos 100 millones de años. Esto evitó que se formara la tectónica de placas que sí existe en nuestro planeta.

Mares y montañas

Extraños volcanes en la cara oculta de la Luna

NASA
Perspectiva del terreno volcánico

Durante ese proceso, los minerales ligeros como el feldespato cristalizaron y flotaron en la parte superior para formar las tierras altas lunares, mientras que los minerales más pesados ricos en magnesio se hundieron formando la parte exterior del manto lunar. Hace unos 3.000 ó 4.000 años, se produjo una ola de actividad volcánica y la lava basáltica salió a la superficie, llenando antiguos cráteres de impacto. Pero lo hizo de forma desigual, lo que para los científicos ha resultado un misterio. La superficie de la Luna parecía dividirse solo en dos categorías: el territorio duro de los mares y el ligero de las montañas.

Los científicos comenzaron a sospechar que las cosas no eran tan sencillas en el año 2000, cuando Joliff y sus colegas encontraron zonas geológicas distintas. Una de ellas era otro «punto caliente» inmenso, denominado Procellarum Kreep (PKT), que contenía torio y otros elementos radiactivos, como potasio y uranio. Al enfriarse el magma, estos elementos no cristalizaron y formaron bolsas entre la corteza y el manto, lo que pudo provocar un vulcanismo intensivo diferente.

Fuente:

ABC España


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