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23 de noviembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (01/10): Dormir mal, tan dañino par tu cerebro como emborracharte

Estudios previos han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de depresión, obesidad, diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares 



Su cerebro necesita una mayor cantidad de tiempo para registrar lo que está percibiendo».
Una mala noche nos afecta al día siguiente de muchas maneras: olvidamos las llaves, cometemos errores en el trabajo o echamos una cabezadita en el auto.

Numerosas investigaciones han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de depresión, obesidad, diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares pero hasta ahora se sabía qué la falta de sueño modificaba nuestra capacidad cognitiva. Desde ahora ya sabemos por qué. Un trabajo que se publica en « Nature Medicine» es el primero en revelar cómo la falta de sueño interrumpe la capacidad de nuestras células cerebrales para comunicarse entre sí, lo que lleva a lapsos mentales temporales que afectan la memoria y la percepción visual.

«Hemos descubierto que privar a nuestro cuerpo del sueño necesario también limita la capacidad de las neuronas de funcionar correctamente», señala el autor principal, Itzhak Fried, de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA). «Esto explicaría de alguna manera el camino para los lapsos cognitivos que padecemos después de una ‘mala noche’ y afecta nuestra forma de percibir y reaccionar ante mundo que nos rodea».

Pero eso no es todo...


Los 6 principales efectos de la falta de sueño para el cerebro son:

1) Hace al cerebro más lento
La actividad cerebral se vuelve más lenta, y por tanto, la persona no puede pensar tan bien como lo hace normalmente. Esto ocurre porque las neuronas no pueden recargar la energía que necesitan.

2) Causa síntomas de depresión
Angustia, ansiedad y temores son más frecuentes cuando se duerme menos de 6 horas al día o más de 8 horas, de manera recurrente.

3) Afecta el hipocampo
Esta región del cerebro se asocia con los recuerdos, las emociones y el aprendizaje. De acuerdo a un estudio realizado en 2016, dormir apenas 5 horas puede afectar la forma en que se conectan las neuronas en el hipocampo, o sea, dañar la memoria.

4) Afectar el centro emocional del cerebro
¿Te sentís irritado después de una mala noche? Esto se debe a que privarse del sueño afecta el centro emocional del cerebro, y por tanto se generan reacciones desmedidas ante ciertos estímulos. Así lo demostraron científicos de la Universidad de Tel Aviv.

5) Afecta la toma de decisiones
De acuerdo a un estudio de Forbes, las personas que duermen menos por las noches toman decisiones más impulsivas y riesgosas, o al menos, la probabilidad de tomarlas aumenta en estas personas.

6) Afecta la producción de melatonina
La melatonina es la hormona que permite mantener el ciclo del sueño en condiciones óptimas. La falta de sueño afecta la producción de esta hormona, y por tanto es probable que el insomnio vuelva a generarse.

Estos efectos no solo impactan en las personas a nivel físico, sino también a nivel emocional. Por lo que el precio de dormir mal puede ser bastante alto.

¿Cómo vas a dormir esta noche? Después de conocer estos efectos, quizá sería un buen momento para reconsiderar tus hábitos de descanso y proponerte dormir más temprano esta vez.
Fuentes:

ABC

Universia

 

18 de mayo de 2015

Roncar fuerte estaría relacionado con deterioro de la memoria


Según un estudio publicado reciéntemente en la edición digital de 'Neurology', el ronquido fuerte y la apnea del sueño pueden estar relacionados con el deterioro de la memoria a una edad temprana. 

"Patrones respiratorios anormales durante el sueño, como ronquidos fuertes y apnea del sueño son comunes en las personas mayores, que afectan a alrededor del 52% de hombres y el 26% de mujeres", afirma Ricardo Osorio, autor del estudio del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York .

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron las historias clínicas de 2 470 personas entre 55 y 90 años, quienes fueron clasificados en: "sin problemas de memoria", "en primeras etapas de deterioro cognitivo leve (DCL) o "con enfermedad de alzheimer".

También se examinó a personas con problemas respiratorios del sueño no tratadas en comparación con las que no mostraban trastornos respiratorios del sueño, así como a personas sin tratamiento frente a aquellos con problemas respiratorios del sueño. Así, vieron que aquellos con problemas respiratorios del sueño fueron diagnosticadas con DCL casi 10 años antes que las que no tenían ese problema.

Cuando los investigadores examinaron solo a quienes desarrollaron Alzheimer o DCL durante el estudio, aquellos con problemas respiratorios del sueño desarrollaron DCL a una edad promedio de 77 años, en comparación con un promedio de 90 años para los que no sufren problemas respiratorios del sueño. Entre ese grupo, los que padecían problemas respiratorios del sueño también desarrollaron la enfermedad de Alzheimer cinco años antes que los de sin trastornos, a una edad media de 83 años frente a 88 años.

Por otro lado, la investigación halló que aquellos que trataron sus problemas respiratorios del sueño con una máquina de presión positiva contínua en la vía aérea fueron diagnosticados con DCL unos 10 años más tarde que las personas cuyos problemas no fueron tratados, o sea a los 82 años en lugar de los 72.

"La edad de inicio del DCL para las personas cuyos problemas de respiración fueron tratados era casi igual a la de las personas sin ningún problema de respiración", dice Osorio. "Tenemos que examinar si el uso de CPAP podría ayudar a prevenir o retrasar los problemas de memoria y de pensamiento", agregó.

"Estos hallazgos se hicieron en un estudio observacional y, como tal, no indican una relación de causa y efecto. Ahora estamos centrando nuestra investigación sobre el tratamiento con CPAP y el declive de la memoria y el pensamiento durante décadas, así como específicamente en los marcadores de la muerte y el deterioro de las células cerebrales", concluye Osorio.

Tomado de:

RPP 

19 de enero de 2015

El sueño: la clave para que los bebés aprendan más...



Bebés
Las averiguaciones ayudan a explicar por qué los bebés pasan la mayor parte de su tiempo durmiendo.

La clave para el aprendizaje en los primeros años de vida es una larga siesta, dicen los científicos.
Los ensayos con 216 bebés de hasta 12 meses de edad indicaron que eran incapaces de recordar informaciones nuevas si no duermen largo rato después de recibirlas.
El equipo de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, sugirió que el mejor momento para aprender puede ser justo antes de dormir, y destacó la importancia de la lectura a la hora de acostarse.
Los expertos dijeron que el sueño puede ser mucho más importante en los primeros años que en otras edades.
Los bebés pasan más tiempo durmiendo que en cualquier otro momento de la vida adulta.
Sin embargo, los investigadores dijeron que "sorprendentemente, poco se sabe" sobre el papel del sueño en el primer año de vida.

Aprende, duerme, repite

Los científicos enseñaron a los bebés de seis a 12 meses de edad tres nuevas tareas que implicaban jugar con títeres.
La mitad de los bebés durmió en las cuatro horas despues del aprendizaje, mientras que el resto o bien no tenía sueño o dormía la siesta por menos de 30 minutos.
Al día siguiente, se alentaba a los bebés a repetir lo que les habían enseñado.
El artículo completo en:

3 de julio de 2014

Explican cómo el buen dormir mejora el aprendizaje

Científicos en China y EE.UU. dicen haber identificado el mecanismo por el que una buena noche de sueño mejora el aprendizaje y la memoria.

Usaron tecnología de microscopio avanzada para ver las sinapsis, conexiones entre células del cerebro, que se forman durante el sueño.
El estudio, publicado en la revista Science, muestra que incluso un profundo entrenamiento no reemplaza la falta de sueño.

En el trabajo los científicos de la escuela de medicina de la New York University y de la Peking University consistió en entrenar a ratones para ejecutar una tarea que no conocían.

Luego miraron a través de un microscopio el cerebro de los ratones vivos para ver qué pasaba cuando dormían o cuando se les impedía dormir.

Su estudio mostró que los que durmieron formaron muchas más conexiones entre las neuronas; aprendían más según el estudio.

Y al interrumpir fases específicas del sueño los investigadores demostraron que la etapa profunda del sueño era necesaria para la formación de recuerdos.

Durante esa etapa el cerebro "reproducía" la actividad experimentada por el ratón mientras había estado despierto.

También se comparó el desempeño de ratones que entrenaron durante una hora seguida por un período durmiendo con otros que entrenaron durante tres pero a los que no se los dejó dormir.

La diferencia fue notable: los que durmieron tuvieron un mejor desempeño y su cerebro formó más conexiones nuevas.

Fuente:

BBC Ciencia
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