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8 de enero de 2013

El kilogramo oficial tiene "sobrepeso"



El kilogramo original

El kilogramo original, que rige la masa de un kilo, está guardado en las afueras de París.

Los excesos de las fiestas provocan que no sean pocos los que deciden, como propósito para el nuevo año, perder esos kilos de más acumulados tras incontables comidas y familiares.

Pero, ¿qué pasaría si no hubiese que hacer ninguna dieta y que, aún con los kilos de más, conservásemos -en los números- el mismo peso?

Pues eso es precisamente lo que, según los científicos, ocurrió con el cilindro que determina lo que es oficialmente un kilogramo: podría haber "engordado" y pesar más de 1.000 gramos.

Científicos británicos comprobaron que una de las réplicas de este cilindro pesa más de un kilo, de lo que se deduce que el que se encuentra en París podría también tener sobrepeso.

El kilogramo es la única de las siete unidades comprendidas en el Sistema Internacional de Unidades que se define en función de un objeto: el patrón de platino iridio fabricado en Londres y conservado en Francia en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, según sus siglas en francés).

Este estándar fue establecido por la BIPM en 1889, durante la Conferencia General de Pesos y Medidas. Del original se reprodujeron 40 réplicas, que fueron distribuidas por todo el mundo y que son comparados con el original cada 50 años.

Pequeñas diferencias

Según afirma en un comunicado la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, los profesores Peter Cumson y Naoko Sano usaron una avanzada técnica para analizar la superficie de uno de los cilindros "hermanos" del de París y encontraron que el kilogramo original podría haber aumentado de masa en poco menos de 100 microgramos.
"La masa es una unidad tan fundamental que incluso un pequeño cambio es significativo y el impacto de tal variación a escala global es enorme"

Peter Cumson, de la Universidad de Newcastle

Los estudios se realizaron sobre la copia 18 del kilogramo original, que fue la enviada desde París a Reino Unido.

"Realmente no importa lo que pese siempre y cuando todos nos refiramos al mismo estándar; el problema son las pequeñas diferencias. El kilogramo original y sus 40 réplicas distribuidas por el mundo están creciendo a distintos ritmos, diferenciándose unas de otras", asegura Cumson en el comunicado.

"Pero estamos hablando tan solo de unos gramos –menos de 100 microgramos-, así que lamentablemente no podemos quitarnos un par de kilos y fingir que los excesos de Navidad nunca ocurrieron", añade.

Bronceado para adelgazar

Pero las diferencias, aunque mínimas, son significativas.

"La masa es una unidad tan fundamental que incluso un pequeño cambio es importante y el impacto de tal variación a escala global es enorme", dice Cumson.

"Lo que hemos hecho en la universidad es darle a esta superficie una especie de bronceado. Exponiendo la superficie de los cilindros a una mezcla de rayos ultravioleta de onda larga (UVA) y ozono hemos podido quitar la contaminación y potencialmente devolverle al prototipo su peso original".

Varios institutos de medición del mundo entero trabajan para encontrar una alternativa a este ejemplar que no esté basada en una pieza de metal.

Otras opciones



El kilogramo se define en función de un objeto y los expertos piensan ahora en definirlo tomando como base la mecánica cuántica.

Muchos científicos apuestan por una opción: la constante de Planck, una constante física -que recibe su nombre de Max Planck, su descubridor- y que juega un papel fundamental en la teoría de la mecánica cuántica. clic Haga clic aquí para ver la definición.

Diversas investigaciones en marcha han establecido una conexión entre la masa y la constante de Planck.

La idea es que cuando exista una conclusión unánime acerca de esta cuestión se pueda poner en marcha una nueva definición de la unidad métrica de peso.

"Se ha logrado un consenso internacional que apunta a que en el futuro cercano el kilogramo debe de ser redefinido en base a un valor fijo que parte de la constante de Planck. Aunque nuestros experimentos están progresando, es demasiado pronto para poner en marcha una nueva definición de kilogramo", explica Michael Stock, físico del BIPM.

"Los expertos en metrología de masas recomiendan que hasta que no haya un consenso entre los experimentos realizados en laboratorios de todo el mundo no se dé este paso", continúa el investigador.

Mientras tanto, habrá que seguir confiando en el kilogramo de París y en sus pequeñas inexactitudes.

Fuente:

BBC Ciencia

13 de noviembre de 2012

El sistema de numeración decimal: La computadora del siglo XIII

Que el sistema de numeración decimal es importante es algo que uno sabe desde chiquitito, desde siempre, pues ya cuando uno está en los primeros años del colegio le van metiendo en la cabeza la idea de que hacer paquetes de 10 es bueno. Pero yo personalmente, he sido realmente consciente de esta importancia relativamente tarde. Y es que, claro, con la edad uno va ampliando sus conocimientos en otras materias distintas a la Matemática y empieza a comprender las cosas en su situación histórica.

Situémonos por un momento en el siglo XIII, en prácticamente cualquier parte de Europa, en tu país, en tu pueblo... Hagamos el pequeño esfuerzo de concienciarnos de la poca o casi nula tecnología del momento. Hagamos el pequeño esfuerzo de pensar en la ausencia de electricidad, de agua corriente. Hagamos el pequeño esfuerzo de mentalizarnos de la dureza de enfrentarse a la difícil tarea de sobrevivir sin ninguna de las comodidades de hoy día. Además, a todas esas carencias añadámosle una más, la ausencia del sistema decimal. Imaginémonos a los ciudadanos de la época contando con números romanos, o un caso más extremo todavía, haciendo una marca en una tabla por cada unidad que se quiera contar.


Bien, pues a pesar de todo, había comercio, y había transacciones económicas. Había agricultura, y era necesario controlar las cantidades que se producían. Había ganadería, y era necesario llevar una contabilidad de los animales que se tenían. ¿Cuántas horas se perderían en hacer una simple división o una multiplicación? A día de hoy tenemos tan interiorizado que dividir un número entre otro es algo inmediato que es muy difícil que nos imaginemos vivir en un mundo en el que era prácticamente saber cuánto es 1654 entre 253. Cuesta mucho comprender la gran limitación que ello supone al desarrollo de la tecnología.


Un ejemplo concreto. Vas a comprar un terreno, y sabes que una mide 259 m de largo por 723 m de ancho. Sin embargo ves otro por el mismo precio que mide 360 m por 659 m. Como multiplicar esos grandes números era prácticamente imposible ¡NO SABRÍAS CON CUÁL QUEDARTE!


Seguramente, los primeros árabes que utilizaron el sistema decimal (copiado de los hindúes, por cierto) fueron considerados como magos, prácticamente. La ventaja de cálculo con la que contaban seguro que les reportó grandes beneficios (imagínate la que podrían haber formado en un mercado comprando y vendiendo a individuos que eran incapaces de multiplicar y dividir). Y es que el sistema decimal es maravilloso, pues permite utilizar unos sencillos métodos para realizar operaciones, mientras que los otros no.


Pensemos en el sistema unario: el número $N$ se representa por $N$ rayitas. Ya de partida este sistema presenta una clara desventaja, pues para representar el número 259 hay que hacer 259 marcas, y ello es una pérdida considerable de tiempo. Si somos capaces de hacer cuatro o cinco rayas por segundo necesitamos más o menos un minuto para escribir el número. Vamos, un atraso.

Para sumar no hay demasiado problema, pues por ejemplo para sumar 259 y 164 basta con escribir uno seguido del otro. Para restar, casi lo mismo: escribo el primer número y luego voy borrando tantas rayas como indique el segundo. Bueno, parece que no todo es malo en este sistema.

Pero ahora vamos a multiplicar, por ejemplo, 3 por 4. Es decir

multiplicado por

Para ello bastará con sustituir cada raya verde por el "número tres", o sea, escribir cuatro veces el tres.


Parece fácil pero, ¿y para multiplicar 259 por 723? Prefiero ver seguidas todas las temporadas de Arrayán antes que esa multiplicación.

Pero es que además hay problemas aún más sutiles. Imaginemos que me he armado de paciencia y he conseguido hacer la multiplicación anterior para calcular el área del terreno que decíamos más arriba. Ahora ya que estamos me pongo y multiplico igualmente 360 por 659. Quince años después ya he terminado y ahora quiero decidir con qué terreno me quedo. O sea, qué número es más grande. Pero pensemos que lo que tengo es un montón de montones de rayas en un sitio y otro montón en otras. Es difícil saber cuál es mayor, a no ser que las hayamos ido dibujando en fila con mucho cuidado, todas del mismo tamaño y equiespaciadas, de manera que la fila más larga será el número mayor.

En cambio, con el sistema decimal, en cinco minutos podemos tomar una decisión, pues el algoritmo usual de multiplicación funciona como por arte de magia (¡en realidad no lo es!) y nos permite operar y comparar cantidades en poco tiempo. Y esta facilidad de cálculo dio pie a esa ambición humana que consiste en adivinar el futuro a nuestro beneficio: si siembro tantas tomateras para venderlas a tal precio ganaré más que si siembro esta otra cantidad pero a este otro precio; si en vez de utilizar este material para construir este martillo en lugar de este otro puede que me ahorre tanto dinero; y más recientemente, si Movistar me ofrece un móvil "gratis" pero las llamadas me cuestan tanto es que se cree que soy tonto.


En definitiva, el sistema decimal abrió la puerta del diseño, de la planificación, y por tanto supuso una auténtica revolución en la Ciencia y la Tecnología. Tanto como en el siglo XX y XXI ha supuesto la aparición del microprocesador y los ordenadores.

Fuente:

Una razón recreativa para conocer sobre la división sintética (o método de Ruffini)

La división sintética, aquél proceso simplificado para dividir polinomios por un factor lineal para poder factorizarlas y graficarlas con efectividad. Hasta hace dos semana pensaba que ese era el único uso que tenía, hasta que en el pulguero me compré con uno de los volúmenes de Matemáticas Modernas de Dolciani de finales de la década de 1960.

Entre las páginas del texto de séptimo grado se encuentran varios temas que ahora servirían dentro del salón como método de avalúo: husos horarios, latitudes y longitudes, máquinas de funciones, números romanos, números egipcios, y los sistemas numéricos no-decimales. Con éstos útimos podemos descubrir que un caso específico del algoritmo de división sintética es usado para convertir numerales de base
n a numeros de base decimal.

Primero,
¿como convertimos un numeral de base decimal a uno no-decimal? 
  • Usted toma el numeral decimal y lo divide por la base n deseada, al estilo de escuela primaria (cociente entero y residuo). Si el residuo es mayor o igual que 10 sustituya con una letra del abecedario en mayúscula (10 = A; 11 = B; etc.)
  • El cociente entero resultante se convierte en el nuevo numeral decimal a dividir y repite el primer paso hasta que el cociente entero sea cero.
  • Fíjese en todos los residuos. Ordénelos desde el último encontrado hasta el primero. ésta secuencia será la conversión a base n del número decimal.
En términos matemáticos, utilizamos el algoritmo de división para convertir números base 10 a base n.
Ejemplo: Convierta el numeral decimal 255 a uno de base 6.

Ahora bien,
¿qué tiene que ver la división sintética en éste asunto? En el caso específico donde el término constante del factor lineal es negativo (del cual se usa su opuesto en la sustitución sintética) y los coeficientes de un polinomio son positivos, se puede utilizar como convertor de numerales base n a base decimal. A diferencia de la división sintética donde utiliza todos los totales resultantes,para esta aplicación solamente necesitaremos el último total, ya que éste es el numeral base n convertido a base 10.

Para demostrarlo vamos a revertir el numeral base seis del caso anterior a un numeral decimal:



Para aquellos que no han conocido la división sintética, les proveo una explicación del algoritmo de división sintética del caso expuesto arriba:

  • Colocamos en el recuadro la base del numeral y al lado cada uno de los dígitos que componen dicho numeral.
  • Inmediatamente bajamos el primer dígito
  • Colocamos el producto del primer dígito y la base n debajo del segundo dígito.
  • Sume el segundo dígito y el producto.
  • El total generado se vuelve a multiplicar por la base y el producto se coloca debajo del próximo dígito y los suma.
  • Repita el paso anterior hasta que llegue al último dígito. El último total será la conversión a base 10.
 ¿Por qué ocurre ésto? Sencillamente éste caso específico de la división sintética es un casi un proceso inverso al algoritmo de división, inclusive en las operaciones que usa:
  • En el algoritmo de división, se divide, se resta y se separan los residuos, del último dígito numeral base n al primero
  • En el caso aplicativo de la división sintética, del primer dígito numeral base n al último, se juntan los residuos en la suma y se multiplica.
¿Y ésto, tiene alguna utilidad? En parte si. Recuerdo que hace unos meses atrás estaba dándole tutorías a un grupo de estudiantes de secundaria que tomaban clases de electrónica y una de las destrezas era poder convertir números decimales a numerales binarios, octales y hexadecimales. Como ya estaban al nivel de Álgebra II, mostrale éstos métodos hubiese sido bastante beneficioso, de haberlo conocido a tiempo.

Fuente:


El método de Ruffni tambén se puede aplicar a las matrices... vea el blog Series Divergentes: "De la división sintética al álgebra lineal"

4 de noviembre de 2012

Matemática: Historia del sistema métrico decimal

Conocer Ciencia TV

Hace un parde años realizamos un programa de televisión sobre el sistema métrico decimal. Y muchos colegas, en los últimos días me pidan que vuelva a publicar dicha presentación.

Y bien. Empezamos por la historia del sistema métrico decimal, que tiene sus raíces en una revolución:la Revolución Francesa. Además brindamos una idea geneal de lo que son las magnitudes.

Los dejo con power point de dicho programa:


Esta presentación se inspiró en uno de loos maravillosos libros de divulgación de Isaac Asimov (con datos acualizados al 2010, incluyendo muchísimos datos curiosos).

Leonardo Sánchez Coello
conocerciencia@gmail.com

Bonus:

Los dejo con un par de videos sobre dicho programa:




Conocer Ciencia: ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

7 de junio de 2011

Uno de los primeros científicos europeos fue un Papa

A pesar de la idea oscura y tenebrosa que todos tenemos de la Edad Media, con su Inquisición o la Peste, lo cierto es que en esta época también hubo vislumbres de genio y ciencia. Por ejemplo, se inventó el botón, las gafas o los espejos. Y alrededor del año 1000, incluso nació el que sería tal vez el primer científico europeo.

Un científico que, además, acabó siendo Papa.

Su nombre fue Gerberto de Aurillac. Antes de convertirse en el Papa Silvestre II, Aurillac viajó a España y tuvo acceso a la gran biblioteca del califa Abderramán III, donde aprendió mucha ciencia árabe, especialmente matemáticas y astronomía.

En 969 viajó a Roma acompañando, en una peregrinación, a su protector el conde Borrell II, lo que le permitió conocer al entonces papa Juan XIII y al emperador Otón I, quien le nombró tutor de su hijo, el futuro Otón II. Tras la muerte de Gregorio V, el 18 de febrero de 999, Gerberto de Aurillac fue nombrado papa y consagrado el 2 de abril con el nombre de Silvestre II.

Enseguida destacó él mismo como inventor de ábacos, planetarios, instrumentos musicales y varios relojes, además de realizar multitud de investigaciones, lo que le mereció ser acusado de brujo y de nigromante. Para otros contemporáneos, sin embargo, fue “luz de la Iglesia y la esperanza de su siglo”. Uno de sus logros más trascendentales para la historia fue la introducción en la Europa cristiana del número cero y de las cifras árabes (en realidad indias, ya que se inventaron en la India), así como el sistema decimal que otros estudiosos perfeccionarían posteriormente.

En Europa se decía “¿A qué viene esta moda de escribir las cantidades con signos árabes? ¡Eso es cosa del diablo! Las cifras romanas son cristianas y hace siglos que se usan en la Iglesia, mientras que las arábigas vienen de infieles y no se pueden aceptar”.

También difundió el astrolabio, de origen árabe. Fabricó una nueva versión del monocordio, un instrumento musical consistente en una caja de resonancia sobre la cual se tensaba una cuerda de longitud variable con la que se medían las vibraciones sonoras y los intervalos musicales. Estos cálculos le permitieron clasificar las distancias entre las diferentes notas en lo que luego se ha llamado, tonos y semitonos.También se le atribuye la introducción del péndulo y la invención de un reloj de ruedas dentadas.

Silvestre II, además, fue el precursor de una especie de sistema taquigráfico o criptográfico (porque su serie de símbolos no podían ser leídas por profanos), inspirado en una escritura abreviada que recuperó de los antiguos sabios romanos. Se le conocía como apuntes tironjanos.

Tal era su capacidad como científico, que sus colegas acudían a él para solventar problemas científicos incluso cuando ya había sido nombrado Papa.

Además, con el cambio del milenio (como sucedió hace unos años cuando llegamos al año 2000), hubo mucha gente que propagó miedos y terrores, Apocalipsis y cosas semejantes. Habladurías que Silvestre II se encargó de apaciguar.

Al misterioso Papa del Año 1000, se le acusó de tener un pacto con el diablo y de inspirarse en obras de autores herejes. Algunos historiadores románticos del siglo XIX presentaron el cambio de milenio, que coincidió con su papado, como un tiempo de oscurantismo, de guerras, de epidemias y de terror. Insistieron en sus contactos con el mundo árabe, ya que se presume que durante sus estudios de matemáticas en Barcelona bajo la protección del conde Borrell, mantuvo contacto con sabios musulmanes que le iniciaron en los conocimientos mágicos y místicos, y en sus pactos con el diablo.

Silvestre II no fue el único religioso que, además, era un científico. Alberto Magno, Guillermo de Occam, Roger Bacon, Nicolás de Oresme, Nicolás de Cusa… todos ellos fuente de inspiración para Umberto Eco para crear el Fray Guillermo de Barkerville, el protagonista de El nombre de la rosa, como ya os expliqué en Los fundamentalistas religiosos tienen menos sentido del humor.

Tomado de:

Xacata Ciencia

13 de marzo de 2010

Nueva unidad para el ahorro de energía

Sábado, 13 de marzo de 2010

Nueva unidad para el ahorro de energía

Lo que no se puede medir, no se puede modificar.

Seguramente esa es la razón por la que un grupo de científicos ha propuesto la creación de una nueva unidad para medir el ahorro de energía en honor a Arthur Rosenfeld.


En la foto, el Dr. Rosenfeld en el Lawrence Berkeley National Laboratory en 1973.

De la misma manera que los físicos franceses Marie y Pierre Curie inventaron el curie, una unidad de radioactividad o el renombrado inventor Nikola Tesla nos dejó el tesla, que mide un campo magnético, Rosenfeld, a quien llaman el padrino de la eficiencia energética, ha propuesto una unidad para medir el ahorro energético.

Continuando con la tradición de poner los nombres de los investigadores involucrados en el descubrimiento o difusión de un determinado principio científico, un grupo de científicos ha propuesto hoy en un artículo de Environmental Research Letters la definición de Rosenfeld de ahorro eléctrico. La unidad se define como tres mil millones de kwh año, la cantidad que se necesita para reemplazar una central térmica de carbón de 500 MW.

¿Prosperará dicha propuesta?

Vía :: NY Times | Berkeley Lab

Fuente:

Ison 21

17 de febrero de 2010

Poema para recordar los decimales de Pi


Miércoles, 17 de febrero de 2010

Poema para recordar los decimales de Pi


Poesía y matemáticas nunca han estado reñidas. De hecho, muchas ecuaciones matemáticas pueden considerarse pura poesía.

También sucede a la inversa: algunos poemas pueden estar al servicio de las matemáticas.

Éste es el caso del que escribió el ingeniero Frederic Massallé Guarné para ayudar a memorizar los decimales del número Pi:


Vas a leer, y jamás desprecia
el rimado ardid, muy fácil memorial
indicando función diametral
que "pi" -del alfabeto- llamó Grecia
al darnos pura luz, que aparecía
con la fecunda Geometría.

El número de letras de cada palabra indica el número decimal que sigue en la secuencia de decimales de Pi. Veamos:

Vas a leer, y jamás desprecia
3 1 4 1 5 9

el rimado ardid, muy fácil memorial
2 6 5 3 5 8

indicando función diametral
9 7 9

que "pi" -del alfabeto- llamó* Grecia
3 2 3 8 4 6

al darnos pura luz, que aparecía
2 6 4 3 3 8

con la fecunda Geometría.
3 2 7 9

El resultado es:

3,141592653589793238462643383279

¿Por qué el poema termina aquí?

La explicación, seguramente, está en que los siguientes** decimales son 0288...

Hueso duro de roer el 0, problema "que ni la poesía logra superar".


* Nótese que el autor utiliza la doble ele "ll" como letra del alfabeto. Por si acaso, Elcastellano.org responde a la duda:
"El alfabeto castellano tiene veintinueve letras: a, b, c, ch, d, e, f, g, h, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z. En los diccionarios, no obstante, en cumplimiento de estándares internacionales, la ch y la ll –cuarta y decimocuarta letras del alfabeto– se agrupan dentro de la c y de la l, respectivamente."

También en wikipedia explican: "durante los siglos XIX y XX se ordenaron separadamente de C y L, aunque la práctica se abandonó en 1994 para homogeneizar el sistema con otras lenguas".


** Según Pi con 16 000 decimales, la secuencia correcta es 3.1415926535 8979323846 2643383279 50288…

El 5 en color rojo no figura en el texto original. Sirva el presente apunte como fe de erratas.

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Bibliografía:
• Claudi Alsina; El club de la hipotenusa. Ariel, Madrid 2008.

Tomado de:

Desequilibrios

18 de abril de 2007

El Proyecto del Megapenique
Ciencia fascinante, ciencia divertida les entrega este experimento maravilloso...

Hay una página por ahí que ya tiene unos cuantos años, Kokogiac , en la que podemos encontrar este megapenny project . Se trata de ver cuánto ocupan cantidades crecientes de peniques.

Empecemos con un único penique (un centavo o céntimo de dólar):

1pen_A.gif
1 penique

No impresiona nada, ¿verdad? Veamos ahora cuánto ocupan 16 centavos:

16pen2_A.gif
o bien:
16pen_A.gif
16 peniques

Todavía es poco impresionante. Puestos uno al lado de otro alcanzan 30 centímetros (aprox.), y uno encima de otro alcanzan una altura de dos centímetros y medio (una pulgada). Sigamos añadiendo peniques:

thousand_cube_A.jpg
1000 peniques (1 kilopenique o 103)

Aunque sólo valen 10 dólares, 1000 peniques ya pesan casi tres kilos. Pero queremos más:

50000cube_A.gif
50.000 peniques
50.000 peniques ocupan un pie cúbico, que es un cubo de aproximadamente 33 centímetros de lado. Dupliquemos, dupliquemos:
2x50000cube_A.jpg
100.000 peniques

Pero está claro que si sólo duplicamos vamos a ir muy despacio. Empecemos a movernos en escalas de 10:
one_mill_A.jpg
1 millón de peniques (un megapenique o 106)

Saludemos a nuestro dummy CPI, al que en la página original llaman Graham. CPIito (Se admiten y se piden nombres alternativos en los comentarios) mide 1,75 y pesa, pongamos, 85 kilos, es decir, 35 veces menos que el millón de centavos. Sigamos escalando por las potencias de 10:

ten_mill_A.jpg
10 millones de peniques (107)

Ya hemos superado la escala humana. Prosigamos:

hundred_mill_A.jpg
100 millones de peniques (108)

El peso de esta masa de peniques es de más de 300 toneladas. ¡Pero seguimos queriendo más!

one_bill_A.jpg
1000 millones de peniques (un gigapenique o 109)

Cada una de estas cinco pilas de centavos ocupa más o menos lo mismo que un autobús escolar:

busstack_A.jpg

Hemos llegado a un punto interesante. En norteamérica “one billion” NO, repito NO es lo mismo que uno de nuestros billones. Para los norteamericanos los nombres de las las potencias van de tres en tres, es decir, que nuestros mil millones son para ellos one billion, un billón nuestro es para ellos one trillion, mil billones nuestros son para ellos one quadrillion… Cada vez que añadimos tres ceros a un número ellos le cambian el nombre. Nosotros los cambiamos cada seis ceros. Nuestro trillón es un millón de veces más grande que un billón. Su trillion sólo es mil veces más grande que su billion. Este leve detalle es el primer escalón, el tema cero, de la calidad de un traductor científico. Si en un libro empezamos a ver que ya traduce mal los números, desesperémonos porque lo que venga detrás va a ser una horrenda traducción. Ya lo dice el dicho: si te vas a casar con un millonario, da igual que sea americano o europeo. Pero si te casas con un billonario, escógelo europeo.

Pero no nos perdamos en disquisiciones lingüísticas. Vamos con el siguiente escalón:

ten_bill_A.jpg
10.000 millones de peniques (1010)

Obseren a CPIto en la parte más cercana del campo, diminuto frente al montonazo de centavos. Pero, como decía el insigne superratón: ¡No se vayan todavía, aún hay más!
hundred_bill_A.jpg
100.000 millones de peniques (1011)

Nos estamos acercando al límite de existencias de la casa de la moneda norteamericana. ¿Cuántas monedas de centavo hay actualmente en circulación?

two_hundred_bill_A.jpg
200.000 millones de peniques

Se sabe que se han acuñado unos 300.000 millones de peniques, y se estima que se han retirado unos 100.000 millones (hay otras estimaciones, pero sólo hay dibujito para 200.000 millones, así que aceptamos el dato :) ). Pasemos al domino de la numismática-ficción:

one_trillion_A.jpg
1 billón de peniques (un terapenique o 1012)

Fíjense en CPIito, abajo a la izquierda frente al cubo. Y como se nos queda ya un poco pequeño, pongamos este cubo de un billón de peniques en comparación con cosas algo más grandes que una persona o un campo de fútbol:

trillion_bldgs_A.jpg
1 billón de peniques (II)

De izquierda a derecha: La torre Sears (~430 metros de altura), el Empire State (~370 metros de altura sin antena), nuestro cubo billonario, el obelisco de Washington y el memorial de Lincoln, además de nuestro campo de fútbol primigenio.

¿Cuántos centavos harían falta para llenar el Empire State?

emp_pennies_A.jpg
1,82 billones de peniques

¿Y cuántos harían falta para llenar la Torre Sears?

sears_pennies_A.jpg
2,62 billones de peniques

Nos queda poco para el final del viaje, pero aún nos queda calderilla virtual. ¿Vamos con los mil billones?

quadrillion_bldgs_A.jpg
1000 billones de peniques (un petapenique ;) o 1015)

Y, por último, como gran final, el trillón de peniques (que para los norteamericanos es, recordemos, one quintillion):

quintillion_bldgs_A.jpg
1 trillón de peniques (un exapenique o 1018)

Nos ha quedado un cubo de más de 8 kilómetros de altura. El monte Everest lo supera en altura sólo por 600 metros.

¿Qué pasaría si este trillón de monedas fuera un trillón de moléculas de agua? Pues que tendríamos 0,00003 mililitros de agua. Así de pequeños son los átomos, estimados lectores. Parece que en los últimos días nos ha dado por hacer escala en las escalas…

Tomado del blog:

Curioso pero inútil
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