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17 de febrero de 2020

La primera especie extinguida de 2020: un pez de hasta siete metros de largo

La construcción de represas bloqueó los hábitos migratorios del animal y su reproducción.


El año 2020 abre sus puertas con la confirmación alarmante de una nueva especie extinguida: el pez remo gigante chino de hasta siete metros de largo. El animal, Psephurus gladius, vivía en el río Yangtsé, el tercer más largo del mundo con más de 6.300 kilómetros y la cuna de más de 400 especies distintas. Desde 2009, el  llamado "rey de los peces de agua dulce" no da signos de vida, pero los científicos esperaron a tener pruebas más claras antes de darlo por perdido. 

Un estudio publicado recientemente en la revista Science of the Total Environment explica que la especie sufrió un claro descenso desde 1970 como resultado de una sobrepesca y la fragmentación de su hábitat. Además, en 1981, los seres humanos construyeron la presa Gezhouba, que bloqueó los hábitos migratorios de un animal que necesita nadar río arriba para reproducirse y bajar de nuevo para alimentarse. Y las fechas coinciden. Entre 1981 y 2003, se observó tan solo 201 veces a la especie —el 95,2% de los avistamientos fueron anteriores a 1995— que desde 1996 está declarada en peligro de extinción, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

En 2003 se construyó otro embalse, el de las Tres Gargantas, fue construido y empeoró la situación hasta acabar con los últimos ejemplares del pez remo que, en vano, buscaban nuevos lugares de incubación. Fue el año en el cual se confirmó el último avistamiento. El estudio de los investigadores del laboratorio de Conservación de la Biodiversidad en Agua Dulce del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de la República Popular China confirma que la especie ha desaparecido por completo y probablemente entre 2005 y 2010. Durante un análisis exhaustivo por toda la región, los expertos han identificado 322 especies de peces distintas y ninguna de ellas, "ni siquiera un solo espécimen", era un pez remo.

Lea el artículo completo en: El País (España)

21 de diciembre de 2019

Blob: no tiene cerebro, tiene múltiples sexos y desconcierta a los científicos

La ciencia tiene a su nuevo niño mimado. Se trata de un organismo unicelular que confunde a los científicos. 


Blob está cargado de contradicciones: piensa y puede resolver problemas pero no tiene cerebro, se alimenta pero no tiene boca, se mueve pero no tiene patas o extremidades.

“Está acá hace millones de años, y todavía no se sabe muy bien lo que es. No se sabe muy bien si se trata de un animal, si se trata de un hongo o si es algo entre los dos”, dijo el director del zoológico de París, donde se sumará al catálogo desde mañana sábado.

La ciencia quiere estudiarlo más sobre todo por un factor que podría tener una salida médica: si alguien lo corta a la mitad, puede cicatrizar en dos minutos su herida.

No tiene boca, ni estómago, ni ojos, ni cerebro, pero come, digiere alimentos, se mueve e incluso aprende. Las nuevas estrellas de la ciencia fascinan también por tener 720 sexos y ser casi inmortales.

Estamos hablando del organismo Blob, una curiosidad biológica unicelular que por primera vez desembarca en un zoológico, el de París.

Instalado al abrigo de la luz, el “physarum polycephalum” es una masa esponjosa, amarilla y viscosa, también conocida como “blob”, en alusión a una película de 1958 con Steve McQueen, sobre una criatura pegajosa extraterrestre que lo devora todo a su paso.

No es ni animal, ni planta ni hongo, sino un organismo primitivo, que apareció hace 500 millones de años, antes del reino animal. Durante un tiempo fue considerado un hongo, antes de unirse en los años 1990 a los mixomicetos, un grupo de protistas.

Pero posee varios núcleos, que pueden multiplicarse o dividirse a voluntad. Se pueden crear ‘blobs’ de todos los tamaños y que la ciencia no conoce ningún límite para este organismo.

Esta especie de moho puede alcanzar hasta 10 metros en laboratorio, donde se puede subdividir cortándolo, ya que los fragmentos cicatrizan en dos minutos.

Su sistema vascular complejo apasiona también a los físicos. Algunos tratan incluso de inspirarse en su fisionomía para aplicarlo al diseño de redes eléctricas y otros inventos.

A pesar de la ausencia de un sistema nervioso, es capaz de memorizar e incluso algunos dicen que es inteligente. ¿Cómo lo saben? Porque se aleja de elementos que no tolera, como la sal, y también porque puede rastrear su alimento aun en condiciones complejas.

Otra de sus particularidades es que tiene 720 sexos diferentes, hay machos hembras y sexos que la ciencia ni siquiera fue capaz de clasificar. Su reproducción sexual parecida a la del hongo.

El blob es el nuevo niño mimado de la ciencia, es inofensivo para el resto de los seres vivos y los estudios sobre lo que podemos aprender los humanos acerca de su capacidad de incidencia sobre el mundo natural y la medicina todavía están en proceso.

Fuentes: TeleDoce

20 minutos y RTVE

3 de junio de 2019

Epigenética: Por qué los hijos hereden los traumas de los padres


En 1864, cerca del final de la Guerra Civil de Estados Unidos, las condiciones en los campos de prisioneros de guerra de la Confederación estaban en su peor momento.

Hubo tal hacinamiento en algunos campamentos que los prisioneros, soldados del Ejército de la Unión del norte, tenían el espacio en metros cuadrados equivalente a una tumba. La cifra de muertes de los presos se disparó.

Para muchos de los que sobrevivieron, la desgarradora experiencia los marcó de por vida.

Cuando la guerra acabó, volvieron con problemas de salud, peores perspectivas laborales y menor esperanza de vida.

Pero el impacto de todos estos problemas no se limitó únicamente a quienes los sufrieron en primera persona.

Los efectos se extendieron a los hijos y los nietos de los prisioneros, en una herencia que parecían pasar a través de la línea masculina de las familias.

Si bien los hijos y nietos no estuvieron en ningún campo de prisioneros de guerra, y pese a que no les faltó de nada durante su infancia, sufrieron tasas de mortalidad más altas que el resto de la población en general.

Al parecer, los prisioneros transmitieron parte de su trauma a sus descendientes.
Pero a diferencia de la mayoría de las enfermedades hereditarias, esto no se produjo como consecuencia de mutaciones en el código genético.

Herencia oscura

Los investigadores analizaron un tipo de herencia mucho más oscura: cómo las cosas que le pasan a alguien a lo largo de su vida pueden cambiar la forma en que se expresa su ADN, y cómo ese cambio puede transmitirse a la próxima generación.

Este es el proceso llamado científicamente epigenética, donde la legibilidad o expresión de los genes se modifica sin que se produzca un cambio en el código del ADN.

Es decir, existen pequeñas etiquetas químicas que se agregan o eliminan de nuestro ADN en respuesta a los cambios en el entorno en el que vivimos.

Estas etiquetas activan o desactivan los genes, posibilitando la adaptación a las condiciones del entorno sin causar un cambio más permanente en nuestros genomas.

El hecho de que estos cambios epigenéticos puedan transmitirse a las generaciones posteriores tendría unas implicaciones enormes.

Supone que las experiencias vividas por una persona, especialmente las traumáticas, tendrían un impacto muy real en su árbol genealógico.

Existe un número creciente de estudios que apoyan la idea de que los efectos de un trauma pueden transmitirse a las siguientes generaciones a través de la epigenética.

En los campamentos de la Confederación, estos cambios epigenéticos fueron el resultado del hacinamiento extremo, el deficiente saneamiento y la desnutrición.

Los hombres tuvieron que sobrevivir con pequeñas raciones de maíz, y muchos murieron de diarrea y escorbuto.

"En este período de inanición intensa, los hombres se volvieron esqueletos andantes", dice la autora del estudio Dora Costa, economista de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Costa y sus colegas estudiaron los expedientes médicos de casi 4.600 niños cuyos padres habían sido prisioneros de guerra y los compararon con los de más de 15.300 niños de veteranos de guerra que no habían sido capturados.

Los hijos de los primeros tenían una tasa de mortalidad un 11% más alta que los hijos de veteranos que no fueron prisioneros.

Los investigadores hallaron que otros factores, como el estado socioeconómico del padre y el trabajo y el estado civil del hijo, no podrían explicar esa mayor tasa de mortalidad.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

9 de abril de 2019

La ballena con 4 patas que vivó en el Perú

La recién descubierta ballena vivió hace aproximadamente 43 millones de años. 
 
Con cuatro patas, membranas entre los dedos y pezuñas: así era la ballena que se reconstruyó a partir de un fósil encontrado en Perú.

Los paleontólogos creen que el cuerpo de este mamífero marino, de cuatro metros de longitud, estaba adaptado para nadar y también para caminar sobre la tierra.

Con cuatro extremidades capaces de soportar su peso y una potente cola, se podría comparar a esta ballena semiacuática con una nutria o un castor.

El fósil se excavó en 2011 en unos sedimentos marinos a 1 kilómetro tierra adentro de la costa del Pacífico de Perú, en un yacimiento llamado Playa Media Luna (en Lambayeque, Perú)

El análisis de los huesos lo llevó a cabo un equipo internacional formado por paleontólogos de Perú, Francia, Italia, los Países Bajos y Bélgica liderado por el investigador Olivier Lambert, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales. 

El artículo completo en: BBC Mundo 

 

2 de diciembre de 2018

Los primeros peces se originaron en aguas marinas cerca de la costa

El lugar de origen de los primeros vertebrados ha sido siempre un tema debatido en paleontología. Las hipótesis apuntaban hasta ahora a las zonas de arrecifes, de agua dulce o incluso del océano abierto, basadas en el análisis de escasos y pequeños fragmentos fósiles. Un nuevo estudio señala que la cuna de los primeros vertebrados fueron en realidad las aguas costeras intermareales y poco profundas.

Recreación de un Bothriolepis, un placodermo acorazado que vivió principalmente en la costa.

Los primeros vertebrados en la Tierra fueron peces, y los científicos creen que aparecieron por primera vez hace unos 480 millones de años. Pero los registros fósiles son irregulares y solo se han podido identificar pequeños fragmentos. Unos 60 millones de años más tarde, hace 420 millones de años, el registro fósil muestra algo completamente diferente: una gran variedad de especies de peces en masa.

¿Pero dónde estaban realmente los peces? ¿Dónde se originaron? Un equipo de científicos, liderados por Lauren Sallan de la Universidad de Pennsylvania en EE UU, ha tratado de responder a estas cuestiones en un estudio publicado en la revista Science.

Hasta ahora la comunidad científica presumía que los primeros peces se desarrollaron en arrecifes de coral, dada la gran biodiversidad de peces que existe en la actualidad en esos ecosistemas, pero la búsqueda durante décadas en estos lugares no ha dado resultados.

El grupo de científicos analizó los fósiles de vertebrados desde el Paleozoico medio (entre hace 480 y 360 millones de años), así como los marcadores ambientales que indican sus antiguos hábitats. Con esta información los investigadores crearon una base de datos con 2.728 registros tempranos para peces con mandíbulas y sin mandíbulas. “Es un nuevo conjunto de datos realmente grande”, dice Sallan.

Los resultados indican que todos los grupos principales de vertebrados tempranos, incluidos los peces con y sin mandíbula, se originaron y diversificaron en entornos intermareales y submareales cerca de la costa, a lo largo de un período de 100 millones de años.

El artículo completo en : Agencia SINC


20 de noviembre de 2018

Joven de 24 años inició la limpieza del océano más grande del mundo

Boyan Slat es el joven de 24 años detrás del ambicioso plan de limpiar el basurero entre California y Hawai.


San Francisco.- Los ingenieros se lanzaron al mar el sábado 08 de setiembre de 2018 para desplegar un dispositivo de recolección de basura para acorralar la basura de plástico que flota entre California y Hawai en un intento de limpiar el mayor basurero del mundo en el corazón del Océano Pacífico.

La pluma flotante de 2,000 pies (600 metros) de largo estaba siendo remolcada desde San Francisco hasta el Great Pacific Garbage Patch, una isla de basura del doble del tamaño de Texas.

El sistema fue creado por The Ocean Cleanup, una organización fundada por Boyan Slat, un innovador de origen holandés de 24 años que se apasionó por la limpieza de los océanos cuando fue a bucear a los 16 años en el mar Mediterráneo y vio más plástico bolsas de pescado.

"El plástico es realmente persistente y no desaparece por sí solo y el momento de actuar es ahora", dijo Slat, agregando que los investigadores de su organización descubrieron que el plástico se remonta a los años 60 y 70 flotando en el parche.

La barrera flotante, en forma de U hecha de plástico y con una pantalla de 3 pies de profundidad, pretende actuar como una línea de costa, atrapando algunos de los 1,8 billones de piezas de plástico que los científicos estiman están girando en ese giro pero permitiendo que la vida marina nade con seguridad debajo de ella.


Equipado con luces de energía solar, cámaras, sensores y antenas satelitales, el sistema de limpieza comunicará su posición en todo momento, permitiendo que un buque de apoyo recoja el plástico recogido cada pocos meses y lo transporte a tierra firme donde será reciclado, dijo Lama.

Se espera que los contenedores llenos de redes de pesca, botellas de plástico, cestos de ropa y otros desperdicios plásticos recogidos por el sistema que se despliega el sábado vuelvan a la tierra dentro de un año, dijo.

Slat dijo que él y su equipo prestarán mucha atención a si el sistema funciona de manera eficiente y resiste las duras condiciones oceánicas, incluidas las enormes olas. Dijo que estaba deseando que un barco cargado de plástico volviera a puerto.

"Todavía tenemos que probar la tecnología ... que nos permitirá ampliar una flota de sistemas", dijo.

Ocean Cleanup, que recaudó $35 millones en donaciones para financiar el proyecto, incluido el director ejecutivo de Salesforce.com, Marc Benioff, y el cofundador de PayPal, Peter Thiel, desplegará 60 barreras de flotación libre en el Océano Pacífico para 2020.

Las barreras flotantes están hechas para resistir las duras condiciones climáticas y el desgaste constante. Permanecerán en el agua durante dos décadas y en ese momento recogerán el 90 por ciento de la basura en el parche, agregó.


George Leonard, científico en jefe de Ocean Conservancy, un grupo de defensa del medio ambiente sin fines de lucro, dijo que es escéptico. Slat puede lograr ese objetivo porque incluso si la basura plástica se puede sacar del océano, cada año se derrama mucho más.

Leonard dijo que 9 millones de toneladas (8 millones de toneladas métricas) de desechos de plástico ingresan al océano anualmente y que una solución debe incluir un enfoque múltiple, que incluye impedir que el plástico llegue al océano y más educación para que las personas reduzcan el consumo de contenedores de plástico de un solo uso.

"Si no impide que los plásticos fluyan hacia el océano, será una tarea de Sísifo", dijo Leonard, citando el mito griego de una tarea que nunca se completó. Agregó que el 15 de septiembre, alrededor de 1 millón de voluntarios de todo el mundo recogerán basura de playas y canales como parte de la Limpieza Costera Internacional anual de Ocean Conservancy. El año pasado, los voluntarios recogieron unas 10.000 toneladas de plásticos en todo el mundo durante más de dos horas, dijo.

Leonard también expresó su preocupación de que los animales marinos y la vida silvestre podrían enredarse con la red que colgará debajo de la superficie. Dijo que espera que el grupo de Slat sea transparente con sus datos y comparta información con el público sobre lo que sucede con el primer despliegue.

El sistema actuará como un "bote grande que permanece inmóvil en el agua" y tendrá una pantalla y no una red para que no haya nada con lo que la vida marina se enrede. Como una medida de precaución adicional, se desplegará un bote con biólogos marinos experimentados para asegurarse de que el dispositivo no dañe la vida silvestre, dijo Slat.

"Soy el primero en reconocer que esto nunca ha sucedido antes y que es importante recoger plástico en la tierra y cerrar los grifos del plástico que ingresa al océano, pero también creo que la humanidad puede hacer más de una cosa a la vez para abordar este problema ", dijo Slat.

Tomado de: DEBATE

20 de octubre de 2018

¿Los virus son inmortales?

No hay consenso en la comunidad científica sobre si los virus son o no organismos vivos.
Los virus plantean un problema a los biólogos porque no tienen células, por lo que no forman parte de ninguno de los tres grupos principales de seres vivos.
Responder a esta pregunta no es trivial puesto que no hay consenso en la comunidad científica sobre si los virus son o no organismos vivos. En ocasiones se habla de ellos como estructuras al límite de la vida. Pero vayamos a lo que sí son con toda seguridad: agentes infecciosos que necesitan de un organismo vivo para multiplicarse, es decir, parásitos. No son células pero infectan a todo tipo de organismos vivos: animales, plantas, hongos, bacterias y protozoos, ¡hasta se han encontrado parasitando a otros virus! Son tan pequeños –100 nanómetros de media o lo que es lo mismo, una milésima parte del grosor de un cabello- que no pueden observarse con el microscopio óptico, solo cuando se inventó el microscopio electrónico, en 1931, que es capaz de ver objetos minúsculos, pudimos tener una imagen de ellos. Al observar al microscopio electrónico los virus extraídos de un organismo infectado se pudo comprobar que aparecían múltiples partículas. Cada una de esas partículas víricas era extraordinariamente sencilla, estaba formada por una cubierta hecha de proteína y llamada cápside en cuyo interior se protege el material genético que puede ser ADN o ARN. En algunos tipos de virus las partículas tienen también un envoltorio lipídico, es decir formado por lo que normalmente llamamos grasas, que roban de las membranas de las células que infectan.
1) El virus de la gripe se une a una célula epitelial diana. 2) La célula engulle el virus mediante endocitosis. 3) Se libera el contenido del virus. El ARN vírico se introduce en el núcleo, donde la polimerasa de ARN lo replica. 4) El ARN mensajero (ARNm) del virus sirve para fabricar proteínas víricas. 5) Se fabrican nuevas partículas víricas y se liberan al líquido extracelular. La célula, que no muere en el proceso, sigue fabricando nuevos virus.
Un virus puede existir como ente individual pero en cuanto entra en un organismo vivo, si es competente para multiplicarse, o como decimos los biólogos para replicarse, lo hará en muy poco tiempo creando múltiples copias de sí mismo. Así que cuando en ciencia nos referimos a un virus que infecta un organismo no hablamos de una sola de esas partículas sino de una población de partículas. Sobre si son o no inmortales la respuesta no es obvia. Para ser mortal -o inmortal en este caso- un organismo debe, primero, estar vivo y, tal como decía antes, no está del todo claro que los virus lo estén. Es verdad que los virus tienen estructura genética, evolucionan por selección natural y se reproducen creando réplicas, aunque no idénticas, de sí mismos pero no están compuestos de células y, según la teoría celular, esas son las estructuras básicas de la vida así que sin ellas no podría considerarse que un virus sea un ser vivo. Hay otro argumento más en contra de considerarlos seres vivos, los virus no tienen metabolismo propio, necesitan las células de los organismos que infectan para replicarse.

Pero volvamos sobre la cuestión inicial. Una partícula de virus tiene una existencia muy corta fuera de un ser vivo pero cuando entra en un hospedador empieza a replicarse a un ritmo fortísimo. Sabemos, por ejemplo, que en un individuo infectado por el virus del VIH o de la hepatitis C puede haber entre 10.000 millones y 100.000 millones de virus. Su vida media es de 6 a 24 horas pero como se replican tan rápido esas poblaciones enormes están en continua renovación. Y eso quiere decir que nunca estamos hablando de un solo virus sino de poblaciones de virus en equilibrio que en virología se conocen con el nombre de cuasiespecies víricas. Así que la respuesta a la pregunta de si son inmortales es que si estamos hablando de un solo virus o partícula vírica, por supuesto que no es inmortal, está claro que desaparece. Pero dado que realmente no podemos hablar de un solo virus sino de una población de virus esa sí podría no desaparecer nunca si a la muerte de su hospedador se hubiera transmitido ya a otro huésped. No será exactamente la misma entidad porque se replica en copias que no son idénticas pero a menos que evolucione tanto como para convertirse en otro virus diferente seguirá siendo el mismo virus. En mi opinión no hay nada inmortal pero lo más cercano a la inmortalidad sería ese conjunto de mutantes que sin parar de replicarse van poco a poco cambiando en el tiempo para seguir manteniéndose ellos mismos y en condiciones óptimas podrían perdurar indefinidamente. Ello sucedería hasta el momento en que no tuvieran ningún ser vivo al que parasitar, entonces desaparecerían.

10 de octubre de 2018

Insectos: las biofactorías del futuro

Con un millón de especies descritas, los insectos son la clase animal más diversa y numerosa que puebla la Tierra. Desde hace miles de años, los consumimos como alimento y los utilizamos para obtener productos cotidianos como la miel o la seda. También han sido claves en el avance de algunas disciplinas, por ejemplo la agricultura intensiva usa abejorros como polinizadores y la genética se ha servido de la mosca del vinagre durante décadas para estudiar el ADN. Sus cortos ciclos de vida, rápidos intervalos generacionales y la posibilidad de ser cultivados en grandes cantidades hacen que los insectos sean sumamente atractivos para el mundo de la investigación. ¿Su último uso?: convertirlos en biofactorías en las que elaborar distintos tipos de proteínas. Transformarlos en productores de vacunas, reactivos de diagnóstico o moléculas con actividad terapéutica. Aunque pueda parecer ciencia ficción, esta tecnología ha llegado para quedarse.

Hoy en día, la mayoría de proteínas con usos farmacéuticos se fabrican en complicados y costosos biorreactores —máquinas donde se cultivan células para fabricar vacunas y otros tratamientos. Sin embargo los insectos son una alternativa más barata y rápida para obtener esas mismas moléculas: las larvas de algunos lepidópteros —mariposas como el gusano de la seda (Bombyx mori) o la oruga de la col (Trichoplusia ni)— son la clave. El mayor defecto de estas dos especies, ser potenciales plagas, se ha convertido en su virtud más valorada, pues también hace que sean capaces de producir proteínas de interés a gran escala. El proceso es más sencillo de lo que podría imaginarse, según explica a OpenMind José Ángel Martínez Escribano, fundador y director científico de Algenex, empresa española pionera en la obtención de proteínas mediante crisálidas de oruga de la col: “Modificamos genéticamente un virus al que insertamos el gen necesario para que produzca la proteína que nos interesa. Después, infectamos la larva del insecto con ese virus, que se multiplica en sus células, como hace el virus de la gripe cuando nos contagiamos. Así, al cabo de 3 o 4 días tenemos acumulado una gran cantidad de la proteína de interés dentro de la larva y podemos extraerla”.

Lea el artículo completo en: Open Mind

7 de octubre de 2018

La acidificación de los océanos: el enemigo silencioso de la vida


Investigadores de la Universidad de Cardiff temen que la acidificación de los océanos podría alcanzar niveles sin precedentes en futuro próximo.

Oceanógrafos británicos advierten que la emisión continuada de dióxido de carbono puede derivar en un nuevo peligro para los océanos y organismos vivos, según se desprende de un estudio publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters.

En concreto, los investigadores de la Universidad de Cardiff estiman que la acidificación de los océanos podría alcanzar niveles sin precedentes en un futuro próximo. Según Sindia Sosdian, coautora del estudio, las condiciones oceánicas en los próximos años cambiarán mucho y "serán distintas de las que han conocido los ecosistemas marinos durante 14 millones de años".

Según el estudio, una tercera parte de CO2 liberada mediante la combustión de carbón, petróleo y gas se disuelve en los océanos, lo que amenaza la vida marina. El agua ácida ha comenzado poco a poco a disolver conchas y caparazones de organismos marinos en determinados lugares.

Los científicos advierten que, de momento, el pH (medida de acidez o alcalinidad de una disolución) del agua en el Océano mundial es de UN 8.1, pudiendo disminuir a menos de 7.8 en 2100. El descenso de solo el 0,1 pH representa un 25% de aumento de acidez, según los investigadores.

Además, si no disminuyen las emisiones de CO2, al final de este siglo la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzará 930 partes por millón. Asimismo, actualmente la concentración de CO2 es de unas 400 partes por millón.

Tomado de: RT

25 de junio de 2018

La creencia de que un año humano equivale a siete de perro es falsa


Existe la creencia popular de que un año de vida en los perros equivale a siete humanos en términos de envejecimiento. A menudo hasta establecemos comparaciones sobre la edad de nuestros amigos peludos en base a esta equivalencia. La realidad, sin embargo, es bien distinta.

Los perros alcanzan la madurez sexual al año de vida. Si el mito fuera cierto, los seres humanos ya seríamos capaces de reproducirnos a los siete años, lo que no es para nada cierto. Eso por no mencionar que si fuera así, los seres humanos viviríamos unos 150 años de media.

La realidad es que los perros envejecen de manera muy diferente a nosotros. En el primer año de vida, un perro madura muchísimo más rápido que una persona. A partir de ahí, todo depende de la raza y sobre todo del tamaño del animal. Los perros pequeños maduran mucho más rápido al principio de sus vidas, pero después su envejecimiento se ralentiza y tienden a vivir más años que las razas grandes. Priceonomics ofrece esta tabla como referencia:


Como se aprecia en la tabla, un perro pequeño de 8 años tiene unos 48 si expresamos su edad en términos humanos. Sin embargo uno grande ya tiene 64. Esta medición es puramente indicativa, y en ningún caso puede servir como medida de la salud del animal. Hay perros que desafían las estadísticas viviendo muy por encima de la esperanza de vida que su tamaño y peso les adjudica.


¿Por qué seguimos confiando en la idea de que un año de persona equivalen a siete de perro? Es un misterio. Una inscripción de la Abadía de Wensminster que data de nada menos que 1268 establece una paridad de 9 a 1. En el siglo XVII se creía que la paridad era de 10 a 1. En algún momento de la década de los 50 surgió la idea de que la paridad era de 1 a 7, probablemente como una reducción de que la esperanza de un ser humano era de 70 años y la de un perro de 10. Se cree que pudo surgir como algún tipo de slogan o campaña de marketing, pero no existe constancia de ello. [Priceonomics vía Science Insider]

Tomado de:

Gizmodo

24 de junio de 2018

Logran, por primera vez, transferir la memoria de un ser vivo a otro

Científicos lograron que animales no entrenados se comportaran como los sí entrenados al inyectarles una fracción de material genético.

Un equipo de investigadores norteamericanos ha logrado, por primera vez, transferir la memoria de un ser viviente a otro. El trabajo arroja luz sobre una de las cuestiones más intrigantes de la biología: ¿Cómo se almacenan los recuerdos?

En un artículo publicado hace apenas unos días en la revista eNeuro, un equipo dirigido por David Glanzman, de la Universidad de California, explica cómo ha conseguido llevar a cabo este intrigante experimento, para el que se utilizaron caracoles marinos de la especie Aplysia californica.

Lo primero que hicieron los investigadores fue «entrenar» a varios de estos moluscos para que exhibieran un reflejo defensivo cuando sus colas eran estimuladas por una suave corriente eléctrica. Un segundo grupo de caracoles, no entrenados, no mostraba ese reflejo.

Más tarde, y una vez firmemente establecido el reflejo defensivo, los caracoles «entrenados» fueron sacrificados para extirparles los ganglios abdominales. Acto seguido, los científicos extrajeron el ARN de las muestras y las inyectaron en los caracoles no entrenados y que, por tanto, no exhibían la misma reacción ante la corriente eléctrica.

El resultado fue que los caracoles que recibieron el nuevo ARN mostraron los mismos actos reflejos como respuesta a la estimulación eléctrica, y ello a pesar de no haber recibido ningún entrenamiento.

Tras la pista del engrama

Estos resultados son importantes porque proporcionan pistas sobre la naturaleza de lo que se conoce como el «engrama», una palabra que funciona de forma parecida al término «materia oscura», ya que denota algo que se sabe que existe pero de lo que poco o nada se conoce.

Engrama, en efecto, es la palabra que los científicos utilizan para referirse a la estructura cerebral que almacena físicamente la memoria a largo plazo, una especie de «disco duro» capaz de almacenar datos (como los de las computadoras), pero que hasta la fecha nadie ha conseguido localizar de forma concluyente.

La teoría más aceptada por los neurocientíficos es que la memoria a largo plazo está codificada en las sinapsis, las interfaces funcionales a través de las que las neuronas intercambian señales eléctricas o químicas.

El experimento de Glanzman y sus colegas, sin embargo, apunta a una posibilidad muy diferente. La memoria, en realidad, se almacena en el interior de los cuerpos celulares de las propias neuronas. Lo cual plantea la posibilidad de que el ARN tenga un papel importante en la formación de la memoria, una idea ya apuntada en otros estudios y que los nuevos experimentos con caracoles parecen respaldar.

En su artículo, Glanzman y su equipo afirman que sus resultados suscitan muchas nuevas preguntas sobre la forma en que la memoria se almacena y sobre la auténtica naturaleza del engrama. Pero dejan claro que la forma de almacenamiento no tiene que ver con las sinapsis, como se pensaba hasta ahora.

Fuente:

ABC (Ciencia)

27 de abril de 2018

España: ¿Cómo cuidar el mar desde dentro?

El sector pesquero se moviliza por la salud de las aguas y traza un plan contra la contaminación marina.

Si usted fuera una tortuga, tendría un 60% de posibilidades de enredarse en una anilla de plástico y perder una de sus patas. Ese es el porcentaje de estos animales que llegan maltrechos a uno de los centros de recuperación de fauna silvestre más activos de España. El dato lo ofrece Raquel Orts, directora general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), e ilustra el alarmante problema de salud que padece el medio acuático y sus habitantes.

"La diversidad de efectos de las basuras marinas sobre organismos y ecosistemas es equivalente a la diversidad de los residuos que encontramos en el mar", amplía Orts. "Se han documentado impactos por ingestión y enredo en invertebrados, peces de todas las tallas, aves, tortugas, y hasta grandes cetáceos". Causas que en España amenazan a 77 especies de peces y en el mundo cerca de 8.000, según estima la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los expertos llevan tiempo advirtiéndolo: el mar se ha convertido en un "enorme cubo de basura", y sus habitantes merman al mismo ritmo que proliferan los desperdicios, que en apenas 30 años, según la Fundación Ellen MacArthur, superarán en número a las criaturas oceánicas. A esta película de terror ambiental asisten en primera fila los pescadores, un colectivo para el que la salud del medio es vital, como han manifestado en muchas ocasiones. Por ello, con la economía circular como telón de fondo –el paso del usar-tirar a la renovación de los desechos– y las estrategias marinas que marca Bruselas en el horizonte, el sector mueve ficha por la salud del mar. Y lo hace desde dentro.

El artículo completo en:

El País (España)

26 de abril de 2018

La actitud relajada de los perezosos... y por qué te conviene imitarlos

A primera vista el estilo de vida de los perezosos es la antítesis misma de todo lo que valoramos.

La vida moderna es rauda y centrada en encontrar nuevas maneras de incluir más actividades en cada segundo de nuestra existencia. 

La pereza es uno de los pecados capitales y estar ocupado es una honra. Pero ¿cuál es la mejor estrategia?

"¿Por qué quieres moverte? Y si quieres hacerlo ¿por qué tienes que hacerlo con rapidez? Entre más rápido te mueves, más alto es el costo", señala Rory Wilson, profesor de Zoología en la Universidad de Swansea, Inglaterra. 

"La energía es muy importante para los animales. Si la quieres conservar, cuanto más lentamente te muevas, mejor".

En ese sentido, no hay duda que el animal más eficiente es el perezoso: oficialmente son los mamíferos más lentos del planeta. 

Y su forma de vida indolente y poco convencional los ha hecho prósperos: constituyen un tercio de la biomasa de mamíferos en las selvas tropicales y han estado presentes en ellas unos 64 millones de años, sobreviviendo animales mucho más llamativos como los tigres de dientes de sable. 

Sólo dos de las seis especies que existen en la actualidad están en peligro de extinción.
Entonces ¿deberíamos ser menos como los guepardos y más como los perezosos? 

El secreto de su éxito

"Evolucionaron para ser extremadamente lentos", señala Nisha Owen, del programa de conservación EDGE of existence de la Sociedad Zoológica de Londres. 

"Lo asombroso es que su metabolismo es menos de la mitad de rápido que el de otros mamíferos, de manera que pueden ser extremadamente lentos para conservar energía. Pero la ventaja principal es que así se evaden a los depredadores".
Nótese que dijo "evaden" no "escapan".

"Viven en las copas de los árboles, moviéndose muy sigilosamente, de manera que no atraen la atención ni de los depredadores que están en los árboles ni los que vuelan por los cielos", explica Owen. 

Sus fibras musculares son 15 veces más pausadas que las de un gato, así que físicamente son incapaces de moverse de forma veloz. 

El artículo completo en:

BBC Ciencia

10 de abril de 2018

Describen cómo las células del pez cebra regeneran el corazón tras un infarto

  • Sus células cardiacas tienen un alto grado de plasticidad para reparar un daño

  • Los cardiomiocitos internos contribuyen a regenerar las paredes del corazón

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y la Universidad de Berna (Suiza) han descubierto un mecanismo que ayuda a las células cardiacas del pez cebra a regenerar el corazón después de un infarto, un hallazgo que podría tener implicaciones en el abordaje de esta enfermedad en humanos.

Tras un infarto agudo de miocardio el corazón humano pierde millones de cardiomiocitos, las células que componen el músculo cardiaco, según explican los autores de este trabajo, cuyos resultados publica la revista Nature Communications.

Pero algunos animales, como el pez cebra, tienen una alta capacidad regenerativa y logran recuperarse tras un daño cardiaco con nuevos cardiomiocitos, lo que hace que se hayan convertido en un modelo muy usado en investigación como "inspiración para el desarrollo de futuras terapias regenerativas", ha explicado Héctor Sánchez-Iranzo, uno de los autores del estudio.

Durante ese proceso las células que componen el músculo cardiaco de estos peces se dividen para renovar el tejido lesionado, pero se desconoce en gran medida si todas las células contribuyen de la misma manera a la reconstrucción del músculo cardiaco.

La plasticidad celular, esa capacidad de las células de convertirse en otros tipos de células, es un proceso que se observa frecuentemente durante el desarrollo, pero nunca se ha observado durante la regeneración en un animal adulto.

Acción regeneradora de los cardiomiocitos

Por ello, en este caso los autores estudiaron dos tipos de cardiomiocitos, unos localizados en la parte más interna del corazón, las trabéculas, y otros en el exterior.

Durante el proceso de regeneración se ha asumido por norma que cada tipo celular da lugar al mismo tipo celular. Pero en la investigación del CNIC se muestra que, durante el proceso de regeneración del corazón, los cardiomiocitos trabeculares también contribuyen a la regeneración de las paredes del corazón.

En concreto, concluyen los investigadores, "indican que hay un alto grado de plasticidad en los cardiomiocitos del pez cebra y que, además, existen distintas formas de reconstruir un corazón dañado".
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6 de noviembre de 2017

Silvia Ribeiro: estamos frente a una reforma agraria al revés

La investigadora Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas, sostiene que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo de agrotóxicos.

Seis multinacionales gigantes se reparten el mercado de semillas.

La amenaza que implica la fusión de las grandes empresas (como Bayer-Monsanto), el rol de la ciencia al servicio de las compañías, el peligro de los nuevos transgénicos y la necesidad de más agricultura campesina-indígena. Algunos de los temas que trabaja desde hace treinta años Silvia Ribeiro, una de las mayores investigadoras latinoamericanas sobre el agronegocio. Y una definición de los países de la región: “Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas”.

Investigadora del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración), Ribeiro fue una de las disertantes en el Encuentro Intercontinental Madre Tierra, una sola salud, organizado en Rosario por la materia Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas. 

–¿Cómo evalúa la situación del agro en la región?
–América latina está dividida en dos en la situación agrícola. Está la república unida de la soja (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil) y el resto. Hay que recordar que luego de 20 años de transgénicos, sólo diez países tienen el 90 por ciento de la producción. Quiere decir que los transgénicos nunca llegaron a ser el fenómeno omnipresente que nos quieren hacer creer.

–¿Cuáles son las características de estos países dominados por el modelo transgénico?
–La estructura agrícola ha sufrido un proceso de concentración corporativa y de reforma agraria al revés, concentró la tierra en menos manos. A eso hay que sumarle las enfermedades provocadas por los agrotóxicos. Un dato elocuente es que Argentina y Brasil tienen el 21 por ciento del consumo global de agrotóxicos. Si Monsanto-Bayer quieren poner condiciones inaceptables, las va a poder poner por el nivel de vulnerabilidad altísimo del país al depender de esas compañías. Han perdido soberanía por su dependencia extrema a un puñado de empresas biotecnológicas. El resto de América Latina se parece más a la media mundial. La mayor parte de alimentos la siguen produciendo los pequeños agricultores urbanos, campesinos, la pesca artesanal. El 70 por ciento del mundo se alimenta mediante la agricultura familiar y hay que profundizar ese camino.

–¿Cómo es el proceso de “megafusiones” de las empresas transgénicas?    
–Una referencia es que hace veinte años Monsanto no tenía semillas y hoy es la más grande del mundo. Hace treinta años había más de 7000 empresas de semillas. Y ahora Monsanto tiene el 25 por ciento del mercado de todo tipo de semillas. Lo que ha pasado es que en 20 años se han dado más de 200 fusiones. Que terminan en lo que llamamos las seis gigantes genéticos. Son Monsanto, Syngenta, Dupont, Dow, Basf y Bayer. Estas empresas dominan el mercado mundial de semillas. Y todas son productoras de venenos. Primero concentran el mercado y luego comienzan las megafusiones. Monsanto-Bayer, Syngenta-ChenChina, Dow-Dupont controlan más del 60 por ciento del mercado total de semillas (no solo transgénicas) y el 71 por ciento del mercado de agrotóxicos. Cifras descabelladas. Ninguna oficina antimonopolio debiera aprobar esas fusiones.

–¿Cuál es el riesgo?
–Controlan precio, innovación e impacta en las políticas agrícolas. Países que están con un alto grado de agricultura industrial, como Argentina, pasan a estar en situación de vulnerabilidad. Incluso en términos de soberanía. Estas empresas tienen un poder de negociación que es mucho más que de negociación, es de imposición sobre un país, incluso con leyes a medida.

–Empresas y medios están con una campaña sobre los “nuevos transgénicos”. Ustedes remarcan críticas.
–Le llaman edición genómica. Cuenta con una gran maniobra de propaganda para no pasar por ninguna ley de bioseguridad.

El atículo completo en:

Página 12

Adiós a los insectos de tu infancia

Cada vez hay menos saltamontes, grillos, abejas y mariposas porque muchas de estas especies, que polinizan el 84% de las plantas que sirven de alimento, están amenazadas.

¿Hace cuánto que no ves un saltamontes en tu paseo dominical por el campo, escuchas a los grillos desde el porche o ves una luciérnaga en una caminata nocturna por un camino rural? La sensación de estar perdiendo esta fauna que tantas generaciones asocian con su infancia, es más que eso, es una realidad. Y lo que es peor, junto a estos animales van desapareciendo, además, elementos básicos para el sustento de numerosos ecosistemas de los que dependemos todos los seres vivos.

“No solo es una sensación popular, es algo que percibimos todos los entomólogos que salimos a hacer trabajos de campo y a investigar; el descenso del número de individuos de prácticamente todos los insectos es brutal”. Lo confirma Juan José Presa, catedrático de Zoología de la Universidad de Murcia y coautor de uno de los muchos informes y estudios recientes que ponen cifras a la disminución de artrópodos.

Dicho estudio, de principios de año y surgido de la colaboración entre la Unión Europea y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), destaca que casi un tercio de las especies de ortópteros evaluadas (saltamontes, grillos y chicharras, entre otros) están amenazadas, algunas en peligro de extinción.

Wolfgang Wägele, director del Instituto Leibniz de Biodiversidad Animal (Alemania) habla, junto a otros colegas, en Science del “fenómeno parabrisas”, por el cual los conductores pasan menos tiempo limpiando sus coches de la miríada de insectos que antes morían estrellados contra cualquier punto de la carrocería. Los investigadores citados en el artículo son conscientes del descenso generalizado, a pesar de reconocer, como el resto de la comunidad científica, que es muy difícil establecer datos más precisos del declive de las poblaciones por la variedad de especies, distribución y número de individuos.

En Science se cita el caso de la Sociedad Entomológica de Krefeld, en Alemania, cuyas visitas al campo han constatado que la biomasa de insectos que queda atrapada en sus diferentes métodos de captura ha disminuido un 80% desde 1989. Presa lo lleva al terreno de sus observaciones de campo en la provincia de Pontevedra: “Antes conseguíamos atraer a infinidad de mariposas nocturnas con las trampas de luz, ahora entran muy pocas”.

“Aproximadamente tres cuartas partes de las especies de mariposas en Cataluña, y esto puede ser extrapolable al resto de España, están en declive y esto es incontestable”. Constantin Stefanescu, del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals y el Museu de Ciències Naturals de Granollers (Barcelona), llega a esta conclusión tras más de dos décadas de trabajos de campo y estudiar junto a otros investigadores a 66 de las 200 especies presentes en Cataluña. “La reducción es alarmante y aumenta cada año. Asustan, además, los datos de 2015 y 2016, los más bajos desde 1994”, apostilla Stefanescu.

El artículo completo en:

El País (España)

10 de julio de 2017

Hallan reserva de agua bajo el punto más caliente de la Tierra

El hidrólogo iraní Amir Aqa Kuchack y su equipo encontraron un sistema de vida compuesto por insectos, reptiles, zorros y aves migratorias.

Científicos iraníes hallaron una gran reserva de agua subterránea debajo del desierto de Lut, en el sureste de Irán, considerado el punto más  caliente de la Tierra.

La Universidad de California en Irvine (UCI) informó que el hidrólogo iraní Amir Aqa Kuchack y su equipo encontraron un reservorio de agua en el desierto de Lut, en Irán.

La revista en línea de la UCI expuso que el grupo de investigadores, luego de estudiar minuciosamente el área, encontraron un sistema de vida compuesto por insectos, reptiles, zorros y aves migratorias.

La fuente resaltó que este es uno de los descubrimientos más extraordinarios llevados a cabo en este misterioso desierto, junto a los aportes suministrados por los satélites, sobre aguas profundas justo debajo de la superficie.

El medio resaltó que el equipo actualmente investiga de dónde proviene el agua y cómo contribuye al ecosistema del desierto, con el objeto de determinar cómo sobreviven las especies a la exposición a temperaturas extremas.

La UCI destacó que las temperaturas de la región alcanzan los 71 grados centígrados, por lo que parece imposible localizar alimentos. El nombre persa de este lugar es Dasht-e-Lut, que significa "el desierto del vacío". 

Esta región y su paisaje han sido utilizados en varias películas y ha sido anfitrión de varias competencias internacionales, como el maratón internacional bautizado "Corramos", hacia el punto más caliente del planeta.

Fuente: Tele Sur

6 de diciembre de 2016

El cambio climático ya está alterando el código genético de los seres vivos


Los cambios térmicos globales provocados por el cambio climático inducido por el ser humano afectan ya a la mayoría de los aspectos de la vida en la Tierra con alteraciones en ecosistemas y en especies que incluso genera cambios genéticos, pese a que la temperatura global ha aumentado un grado centígrado en comparación con los niveles de la era preindustrial.
Así lo afirman investigadores del Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral y la Universidad de Queensland (Australia), y la Universidad de Florida (Estados Unidos), y en el que participa BirdLife International. Los científicos analizaron los procesos ecológicos clave para que haya ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres de forma saludable.
El estudio, realizado por científicos de 10 países y publicado en la revista Science, indica que el 80% de esos 94 procesos ecológicos muestran signos de estrés y de respuesta al cambio climático con modificaciones que afectan a las redes de alimentación y generan aún mayores cambios y adaptaciones entre los seres vivos.
Los impactos para los seres humanos incluyen el aumento de plagas y brotes de enfermedades, la reducción de la productividad de las pesquerías y la disminución de los rendimientos agrícolas. 
Cambios evolutivos tangibles
Lo significativo del estudio es que, junto a los cambios fácilmente observables como la floración de una planta como consecuencia de una primavera adelantada, se está produciendo una silenciosa modificación de la configuración genética de los seres vivos.
El estudio indica que algunas salamandras han reducido su tamaño alrededor de un 8% durante los últimos 50 años (un cambio similar en seres humanos equivaldría a una reducción de tamaño de 15 centímetros). Durante este mismo periodo, tres especies de aves paseriformes del noreste de Estados Unidos han disminuido la envergadura de las alas en un 4%.
Los correlimos gordos, un ave límicola que se reproduce en el Artico, tienen descendientes más pequeños, con picos más cortos, lo que afecta a sus perspectivas de crecimiento.
Lo contrario les está sucediendo a algunos mamíferos en aguas más frías, donde un clima más templado significa más comida. Por ello, la marta americana y la marmota de vientre amarillo están aumentando su tamaño.
El artículo completo en:
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