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2 de febrero de 2016

Hallan nuevas evidencias de 'lluvia' de helio en Saturno

Se trata de la primera evidencia experimental fiable válida tanto para Júpiter como Saturno.

Mediante uno de los láseres más potentes del mundo, el láser OMEGA -se trata de un láser ultra intenso- del Laboratorio de Lásers Energéticos de la Universidad de Rochester en Nueva York (EE.UU.), un equipo de físicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) en Livermore, California (EE.UU.) ha logrado la primera evidencia experimental de “lluvia” de helio en el planeta Saturno, un fenómeno en el que una mezcla de hidrógeno líquido y helio separa las gotitas de helio en la atmósfera del planeta como si se tratara de la mezcla del aceite y el agua.

Los científicos llevan teorizando acerca de la lluvia de helio en el planeta Saturno desde mediados de los 70, pero hasta ahora las evidencias experimentales habían fallado. “Es una sorpresa que esto ocurra en un régimen tan amplio de tales temperaturas y densidades. Algo estaba sucediendo con la conductividad”, explica Gilbert Collins, físico de materia extrema en el LLNL y líder del trabajo.



Para la temperatura con la que cuenta Saturno, el planeta es un 50% más brillante de lo que debería. Una forma de explicar este brillo extra sería mediante el comportamiento de su envoltura masiva de gases de hidrógeno y de helio. Debido a que las temperaturas y las presiones se elevan en el interior del planeta, estos gases se convierten en estado líquido y a niveles aún mucho más profundos, el hidrógeno ya líquido se convierte en un material eléctricamente conductor o metálico, mientras que el helio permanece mezclado.



Sin embargo, cuando las condiciones atmosféricas superan cierto umbral de presiones y temperaturas, el helio líquido cae de esta mezcla en forma de lluvia. Así, según esta teoría, las gotitas de helio líquido formarían una especie de lluvia que desataría la energía potencial gravitatoria haciendo al sexto planeta del Sistema Solar, ser más luminoso de lo que debería.



Para llegar a estos resultados, que evidenciaron que este suceso también podría encontrarse en Júpiter, los científicos necesitaron cerca de 5 años y 300 disparos de láser para esbozar esta transición de fase con temperaturas entre los 3.000 y los 20.000 º kelvin y presiones entre 30 y 300 gigapascales.



Las conclusiones, que para todos han sido “inesperadas y emocionantes”, aparecen en la revista Science y fueron presentadas en la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, California.

Fuente:

12 de octubre de 2015

La luna Encélado de Saturno alberga un gran océano de agua líquida

Ellen Stofan, unas de las responsables científicas de la NASA, cree que en tan sólo una década podrían llegar a encontrar vida fuera del Sistema Solar. Así lo manifestó hace unos meses, a la vista de los hallazgos que están haciendo en lunas de otros planetas misiones robóticas como Galileo o Cassini-Huygens, en la que participan la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).





Las observaciones y mediciones realizadas con estas naves espaciales no tripuladas están permitiendo a los científicos detectar agua en diferentes estados en estos mundos. Encélado, uno de los satélites de Saturno, se perfila como uno de los candidatos para albergar algún tipo de vida, no necesariamente como la conocemos en la Tierra. Y si ya sabían que Encélado albergaba un gran océano líquido bajo su superficie helada, un nuevo estudio publicado esta semana revela que esa masa de agua está más extendida de lo que pensaban. 


Según sostiene esta investigación, que también ha sido realizada con datos de la sonda Cassini de la NASA, ese océano líquido es global y abarcaría casi toda su superficie. Hasta ahora, y basándose en análisis previos recabados por la misma nave, los científicos pensaban que había una masa de agua con forma de lente en la región del polo sur de Encélado. Pero los datos gravitacionales recopilados durante varios sobrevuelos por esta región polar sugerían la posibilidad de que esa masa de agua subterránea fuera global. Una teoría que ahora han confirmado a través de imágenes captadas por Cassini, que entró en la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004. 

Llegar a esta conclusión «ha requerido años de observaciones y cálculos que han implicado una gran variedad de disciplinas», dice Peter Thomas, miembro del equipo de la Universidad de Cornell que se encarga de las imágenes de Cassini y autor principal de este estudio, publicado en la revista Icarus.

El artículo completo en:

El Mundo (España)


15 de octubre de 2013

Sabías que en Júpiter y Saturno "llueven" diamantes

Diamantes

No se creía que Júpiter y Saturno tuvieran atmósferas adecuadas para crear piedras preciosas, como sí ocurre en Urano y Neptuno.

Las condiciones de Júpiter y Saturno podrían provocar "lluvias de diamantes", según un estudio de la Universidad de Winsconsin-Madison, en Estados Unidos.

Los científicos determinaron que en sus atmósferas podrían generarse unas 10 millones de toneladas de esas piedras al año.
Nuevos datos de los gigantes gaseosos indican que en ellos abunda el carbono en forma de cristal deslumbrante, dicen los investigadores.

Las tormentas convierten el metano en hollín (carbono), que se endurece a medida que se precipita en pedazos de grafito y luego diamante.

Este "granizo" de diamantes se funde en algún momento en un mar líquido en los núcleos calientes de los planetas, apuntaron los investigadores en una conferencia.

Los diamantes más grandes serían probablemente alrededor de un centímetro de diámetro, "lo suficientemente grande como para ponérselos en un anillo", dijo el Dr. Kevin Baines, de la Universidad de Wisconsin-Madison y el Jet Propulsion Laboratory de la NASA.

Los resultados aún están bajo revisión de la comunidad científica, pero expertos planetarios consultados por la BBC dijeron que la posibilidad de lluvia de diamantes "no se puede descartar".

Hasta ahora se creía que Urano y Neptuno albergaban piedras preciosas, pero no se pensaba que Júpiter y Saturno tuvieran atmósferas adecuadas para producirlas.

Fuente:

BBC Ciencia

2 de agosto de 2013

La Tierra, un 'pálido punto azul' desde Saturno


Como diría Carl Sagan, nuestro planeta parece un 'pálido punto azul' dentro de la inmensidad del Cosmos. Y así es cómo la acaba de retratar la nave espacial Cassini de la NASA, al fotografiar por primera vez la Tierra desde Saturno. La agencia espacial estadounidense ha hecho pública la imagen, que se realizó el pasado 19 de julio, obtenida a unos mil millones de kilómetros de distancia.

La líder de este proyecto, Carolyn Porco, ha descrito lo vivido como "un día especial, para celebrar". Y es que era la primera vez que los habitantes del planeta sabían de antemano que la Tierra iba a ser el objetivo de una imagen desde el espacio. Según ha publicado 'The daily mail', han sido miles los astrónomos aficionados que han 'posado' para esta foto.

"Desde que avistamos la Tierra entre los anillos de Saturno en septiembre de 2006, en un mosaico que se ha convertido en una de las imágenes más bonitas de Cassini, teníamos muchas ganas de hacerlo todo de nuevo, sólo que mejor", ha señalado Porco, quien ha explicado que la NASA quería "convertir todo este evento en una oportunidad para todos en todo el mundo, para que disfruten de la singularidad de la Tierra y de la belleza de la vida en él".

En la imagen, la Tierra tiene el tamaño de "sólo un pixel" desde el punto de vista de Cassini -a 1.440 millones kilómetros de distancia-. El objetivo ha sido capturar una escena de la Tierra y los anillos de Saturno con los filtros de la cámara espacial -rojo, verde y azul- de manera que se pueda ver el color natural, o el que se pueden ver los ojos humanos, de Saturno.

Cassini ha aprovechado su privilegiada posición en un acontecimiento también muy especial: un eclipse total de Sol que se podrá ver desde el planeta de los anillos. Es la segunda vez en los últimos 9 años que la nave presencia este hecho. "Las imágenes de cualquier cuerpo planetario cerca del Sol se deben hacer cuando la estrella está completamente bloqueada", han explicado los expertos, que han indicado que, tales oportunidades, "son raras" durante el recorrido orbital de Cassini.
Tomado de:

21 de marzo de 2013

Un gas misterioso en Titán

La luna Titán, orbitando el planeta Saturno. | NASA

La luna Titán, orbitando el planeta Saturno. | NASA
El análisis de los datos obtenidos por la misión espacial Cassini en dos sobrevuelos realizados en 2007 ha dado lugar a un sorprendente hallazgo: en la alta atmósfera de Titán, entre los 600 y los 1.250 kilómetros de altura, existe un gas oculto hasta la fecha cuya presencia se manifiesta por una intensa radiación en el infrarrojo cercano cuando el satélite está iluminado.

El descubrimiento, que se publicará en la revista Geophysical Research Letters, lo han logrado conjuntamente investigadores del CNR de Italia y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Gracias a la misión Cassini (NASA/ESA), en activo desde 2004, la atmósfera de Titán se encuentra bien caracterizada (98,4% nitrógeno, 1,6% metano, 0,1-0,2% hidrógeno y pequeñas cantidades de otros compuestos), de modo que el hallazgo de un componente atmosférico no catalogado anteriormente ha constituido una sorpresa.

"Se conocen bien los principales gases de la alta atmósfera de Titán y ninguno de ellos es capaz de generar una emisión tan intensa como la encontrada", señala Manuel López-Puertas, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) participante en el estudio.

Según explica en un comunicado el IAA, el hallazgo ha sido posible gracias a los datos del espectrógrafo VIMS, a bordo de Cassini. "Una molécula de gas, por ejemplo de metano, puede absorber la luz solar, excitarse y, posteriormente, emitir la luz en una longitud de onda característica de dicha molécula. Así, analizando las emisiones de una atmósfera, de la de Titán en este caso, identificamos los compuestos presentes", ilustra el investigador.

La detección de esta nueva especie ha sido, no obstante, muy difícil, ya que su señal se hallaba oculta bajo la fuerte emisión precisamente del metano, uno de los compuestos mayoritarios de esta atmósfera. Gracias a un sofisticado modelo de excitación vibracional del metano, realizado previamente por los investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, pudo aislarse la huella de este misterioso gas, situada en la parte infrarroja del espectro, a 3,28 micras.

Señal muy intensa

La emisión de ese compuesto sin identificar, que produce una señal muy intensa, se halla presente durante el las horas diurnas de Titán desde los 600 hasta los 1.250 kilómetros de su superficie, con un pico especialmente intenso a los 950 kilómetros. El hecho de que se desvanezca de noche indica que debe tratarse de un compuesto que se excita bajo condiciones de iluminación solar o bien es destruido durante la noche lo que, junto a su clara firma espectral, acota el número de potenciales candidatos.

Tras descartar una serie de compuestos, los investigadores han aislado aquellos que mejor se ajustan a la señal: "La forma espectral de la emisión nos hace pensar que puede deberse a los hidrocarburos aromáticos poli-cíclicos (PAHs) o, quizás, a los compuestos aromáticos heterocíclicos (HACs), es decir, compuestos formados por cadenas de benceno con, quizás, algún átomo de carbono reemplazado por uno de nitrógeno. Sin embargo, cómo estos compuestos pueden producir una emisión tan intensa como la del metano constituye, a día de hoy, un misterio", concluye López-Puertas (IAA-CSIC).

Con una densa atmósfera y un ciclo de metano similar al hidrológico terrestre (con nubes, lluvia y líquido en superficie) caracterizado por una bajísima temperatura -unos 180 grados bajo cero en superficie-, se cree que Titán presenta unas condiciones similares a las que pudo tener la Tierra primigenia antes de la aparición de la vida.

Sin embargo, y a pesar de su evidente interés, no se obtuvo información en profundidad sobre Titán hasta 2004, año en que la misión Cassini (NASA/ESA) pudo no solo atravesar su anaranjada atmósfera y cartografiar su superficie mediante radar sino, además, enviar una sonda que aterrizó sobre ella, la sonda Huygens.
Fuente:

11 de noviembre de 2012

Encuentran a la “Estrella de la Muerte” oculta cerca de Saturno

SW

Me encantaría poder decir “El imperio viene a saldar cuentas con George Lucas” pero no es así. La sonda espacial Cassini tomó una foto de una de las lunas más pequeñas de Saturno cuando pasaba cerca de este planeta. La luna en cuestión tiene un gran parecido con la Estrella de la Muerte que ya todos conocemos.

En las fotografías tomadas por la sonda se alcanza a observar un cuerpo de 396 kilómetros de ancho que posee un enorme cráter en una de sus caras, cráter que se asemeja mucho al súper láser que utiliza la estación espacial para destruir planetas.

Como dato geek, la primer Estrella de la muerte tenía un diámetro de 161km mientras que la segunda, teóricamente, tuvo un diámetro de 900km.



Fuente:

14 de junio de 2012

Titán podría tener lagos tropicales de metano

Investigadores de  EEUU y Brasil han analizado el espectro infrarrojo de la luz solar que refleja Titán, una de las lunas de Saturno, y los resultados revelan la existencia de lagos de metano cerca de su zona ecuatorial. Hasta ahora se pensaba que este elemento solo existía en forma líquida en las regiones polares.
Mosaico del lugar donde la sonda Huygens alunizó en Titán

Mosaico del lugar donde la sonda Huygens alunizó en Titán. Imagen: ESA/NASA/JPL/Universidad de Arizona/USGS.

Titán es una de las lunas de Saturno y al igual que la Tierra tiene nubes, ríos y lagos, pero de metano. Hasta ahora se conocía la existencia de lagos de este elemento en las regiones polares del satélite, pero la investigadora Caitlin Griffith de la Universidad de Arizona (EEUU) y su equipo han encontrado indicios de metano líquido en zonas próximas al ecuador “de al menos un metro de profundidad”, explica a SINC la científica.

La investigación se ha centrado en analizar el espectro infrarrojo de la luz solar que refleja Titán. “Como  la atmósfera de este satélite es hasta 10 veces más gruesa que la de la Tierra es difícil ver nada si nos fijamos solo en la luz visible”, aclara Griffith.

Según la experta, “de la misma manera que los satélites terrestres reconocen los océanos por su color azul, en las imágenes que recibimos de Titán observamos una zona oscura uniforme que se corresponde con un gran lago de metano líquido y toda una serie de estanques más pequeños y menos profundos”.

Los modelos de circulación de metano aceptados hasta ahora indicaban que los lagos no son estables a latitudes tropicales, “por lo que no esperábamos para nada encontrarlos –destaca Griffith–. Cualquier líquido en una superficie cercana al ecuador de Titán se evapora y es transportado durante varios años hasta los lagos polares”.

Los autores proponen en el estudio, que publica esta semana Nature, que estas acumulaciones no se pueden haber formado a partir de precipitaciones, sino que serían alimentadas por fuentes subterráneas de metano líquido. “En esencia, son oasis”, afirma Griffith.

Posible vida en Titán

Titán es uno de los candidatos del sistema solar que podría albergar algún tipo de organismo, aunque “todavía no se ha detectado jamás vida extraterrestre por lo que no sabemos exactamente qué buscar”, señala Griffith.

La vida que conocemos está basada en la química orgánica, en la que el carbono desempeña un papel esencial en la composición y las reacciones de las moléculas. “En este sentido Titán es muy parecido a la Tierra, con una química orgánica muy evolucionada”, apunta la investigadora.

Recientemente se han descubierto evidencias de que en la atmósfera de Titán existen aminoácidos y otras moléculas complejas de carbono, “los ladrillos de la vida que conocemos”, recuerda Griffith, que subraya la importancia de seguir investigando: “Como estos aminoácidos se crean a partir de los átomos de metano, es importante que estudiemos dónde se origina y cómo se comporta este elemento”.

Referencia bibliográfica:
Griffith C.A.; Lora J.M.; Turner J.; Penteado P.F.; Brown R.H.; Tomasko M.G.; Doose L.;  See. “Possible tropical lakes on Titan from observations of dark terrain”. Nature 486: 237-239, junio de 2012. DOI:10.1038/nature11165.

Fuente:

Agencia SINC

29 de abril de 2012

Imágenes de la Ciencia y de la Naturaleza: La luna OVNI



Pan es el más interno de los más de 50 satélites de Saturno. Descubierto en 1990 y con apenas 20 km de diámetro, presenta una extraña forma de nuez, con un anillo ecuatorial que parece originarse de las partículas barridas del anillo en cuyo interior orbita.



Y es que Pan se sitúa en la División de Encke del anillo A de Saturno. Hasta ahora no había podido ser fotografiada en detalle, pero los últimos datos de la sonda Cassini de la NASA han permitido recrear infográficamente su peculiar aspecto.


Pan en la División de Enke (zona negra del centro de la imagen)

Pan en la División de Encke (zona negra del centro de la imagen)

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20 de abril de 2012

Un lago efímero 'africano' en la luna Titán de Saturno


El Ontario Lacus, a la izquierda, y el de Etosha a la derecha. | ESA
El Ontario Lacus, a la izquierda, y el de Etosha a la derecha. | ESA
La luna Titán de Saturno lleva casi 400 años bajo observación desde la Tierra, desde que Christian Huygens la descubrió a mediados del siglo XVII. Ahora, un satélite de la NASA, la sonda Cassini-Huygens, ha enviado a la Tierra imágenes de un lago que se parece como una gota de agua a otro que se encuentra en Namibia,al sur de África; concretamente en el Parque Nacional de Etosha.

Este Ontario Lacus, como el africano, es efímero: se llena estacionalmente, pero si bien el terrestre lo hace de agua, el del satélite lo hace de hidrocarburos. Los expertos de la NASA señalan que es el lago más grande del hemisferio meridional de esta luna y se localiza en una depresión muy baja, como el de Etosha, en una llanura rodeada de pequeñas montañas.

Un nuevo estudio de los datos enviados por la sonda ha revelado que tanto el relieve como las condiciones climáticas en la región también son similares a las de regiones semiáridas como el norte del país africano.

Hasta ahora se pensaba que el Ontario Lacus siempre estaba lleno de metano, etano y propano. Pero, según el trabajo publicado en 'Icaro Journal', no es así.

Thomas Cornet, de la Universidad de Nantes (Francia), ha combinado datos de las imágenes con los de espectroscopios y de un radar para concluir que hay canales grabados en el fondo del lago, en su zona sur. Estos canales eran visibles entre diciembre de 2007 y enero de 2010. "Pensamos que el piso del lago está más expuesto en esta zona por temporadas", apunta Cornet.

Cassini también ha demostrado que hay sedimentos en torno al Ontario Lacus que indican que el nivel líquido ha sido más alto en el pasado, como ocurre con los lagos efímeros en la Tierra.

Marcas de sedimentos

El gemelo en este planeta, el de Etosha, es un lago salado cuyo fondo se cubre de una fina capa de agua durante la estación de las lluvias debido a la subida del acuífero. Luego, cuando la evaporación hace desaparecer ese agua, quedan unos sedimentos que se pueden observar como marcas a diferentes niveles, que indican hasta donde llegó el agua. Cornet y sus colegas aseguran que así ocurre también en el Ontario Lacus, pero con los hidrocarburos, cuyos niveles suben y bajan antes de desaparecer.

Titán es el único mundo que se conoce que tiene líquidos estables en su superficie. Si en la Tierra el ciclo es de agua, allí se produce con hidrocarburos, cuyos componentes básicos son el hidrógeno, el carbón y el nitrógeno, que van y vienen a su atmósfera.

En esta luna de Saturno, una investigación reciente señalaba que puede haber moléculas prebióticas: el agua líquida que aparece en el satélite cuando impacta un meteorito contra su superficie helada o su criovulcanismo puede permanecer en este estado durante cientos o miles de años, tiempo más que suficiente para dar lugar a moléculas orgánicas complejas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

5 de marzo de 2012

Encuentran Oxígeno en un satélite de Saturno


La sonda Cassini de la NASA ha captado iones de oxígeno molecular alrededor de Dione, una luna helada de Saturno, lo que confirma la presencia de una atmósfera muy tenue.

Los iones de oxígeno son muy escasos (uno por cada 11 centímetros cúbicos), mostrando que Dione tiene una atmósfera neutra extremadamente delgada.

La detección de esta atmósfera tenue, conocida como exosfera, se describe en un reciente número de la revista Geophysical Research Letters.

Ahora sabemos que Dione, al igual que los anillos de Saturno y su luna Rhea, es una fuente de moléculas de oxígeno

Indicó Robert Tokar, un miembro de la misión Cassini en el Laboratorio Nacional de Los Álamos.

Varios cuerpos sólidos del sistema solar, incluyendo la Tierra, Venus, Marte, Saturno, la luna, etc, tienen atmósferas. Sin embargo, tienden a ser más densas que lo que se ha encontrado alrededor de Dione.

Los científicos de Cassini detectaron una exosfera alrededor de la luna Rhea de Saturno en 2010, muy similar a Dione. La densidad de oxígeno en la superficie de Dione y Rea es de alrededor de 5 billones de veces menos densa que la atmósfera de la Tierra.

Los científicos no creían que Dione, por su pequeño tamaño, pudiera tener una atmósfera. El nuevo descubrimiento convierte este pequeño satélite en un objeto de estudio mucho más que interesante.

La sonda Cassini, lanzada en 1997, es una misión en la que participan la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana cuyo objetivo es estudiar los cambios climáticos en Saturno y en sus lunas.

Vía | NASA

Tomado de:

Xakata Ciencia

21 de noviembre de 2011

La sonda Cassini documenta el desarrollo de una tormenta gigante en Saturno

Evolución de la tormenta desde diciembre de 2010 a agosto de 2011. | NASA

Evolución de la tormenta desde diciembre de 2010 a agosto de 2011. | NASA

  • Se trata de la mayor tormenta detectada por una nave interplanetaria
  • Se extendió en un área de 15.000 km. en la cara norte durante 200 días
  • La misión de Cassini, que iba a terminar en 2008, se prolongará hasta 2017

La sonda 'Cassini' captó desde su nacimiento y siguió la evolución de una tormenta gigante que se extendió en un área de 15.000 kilómetros en la cara norte de Saturno durante 200 días, cuyas imágenes difundió este viernes la NASA.

En las imágenes se puede observar una pequeña mancha que aparece el 5 de diciembre de 2010 y que se va haciendo grande hasta que se convierte en una gigantesca tempestad, que para finales de enero de 2011 da la vuelta a todo el planeta.

Se trata de la tormenta más grande detectada en las últimas dos décadas en Saturno y las más grande observada nunca desde una nave interplanetaria.

El mismo día que las cámaras de alta resolución de 'Cassini' capturaron las primeras imágenes de la tormenta, la radio de la sonda y el instrumento de ondas de plasma detectaron la actividad eléctrica de la tormenta, revelando que era una tormenta convectiva.

Duró días

Cassini detectó que la fase activa de la tormenta terminó a finales de junio, pero las nubes turbulentas que generó permanecen todavía en la atmósfera actual.

La tormenta, que tuvo un periodo de actividad de 200 días, batió récords y superó una tormenta anterior detectada en 1903, que permaneció durante 150 días.

"La tormenta de Saturno se parecía más a un volcán que a un sistema climático terrestre", señaló Andrew Ingersoll, miembro del equipo de imágenes de Cassini en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena.

La presión se acumula durante años

"La presión se acumula durante muchos años antes de la tormenta estalla. El misterio es que no hay rocas para resistir a la presión para retrasar la erupción durante tantos años", explicó en un comunicado difundido por la NASA.

La sonda Cassini, que orbita Saturno, es un proyecto conjunto de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana (ASI).

'Cassini' fue lanzada al espacio en octubre de 1997 junto con la sonda Huygens de la ESA. La nave llegó a las inmediaciones de Saturno en 2004 para iniciar el estudio de Titán, la luna mayor del planeta.

Desde entonces los 12 instrumentos de 'Cassini' han estado transmitiendo información del sistema de Saturno durante casi seis años, pese a que se suponía que debía concluir su actividad a finales de 2008.

El año pasado, la NASA decidió prolongar su misión hasta 2017, lo que permitirá a los científicos estudiar los cambios climáticos en el planeta y en sus lunas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

8 de septiembre de 2011

No es un dibujo: Es una foto real de Saturno

Especial: Astronomía

Conocer Ciencia: Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

Si nadie nos advierte que esta es una foto verdadera, perfectamente pasa como una ilustración de Saturno hecha en el computador de la casa (no la mía, por cierto). Pero en definitiva es una imagen registrada por la sonda espacial Cassini, que pasó por la sombra del planeta anillado durante unas doce horas mientras miraba hacia atrás hacia el sol eclipsado.

El lado oscuro pareciera estar iluminado por la propia luz que es reflectada desde su sistema de anillos, explica la NASA. Luego los anillos parecen más oscuros frente a Saturno, pero levemente más brillantes en la medida en que se alejan del planeta, dispersando la luz y exagerando el color registrado. De hecho, los anillos aparecen tan iluminados que se descubrieron nuevos.

Y si notan una mancha o un puntito a la izquierda de Saturno, luego del grupo de anillos más brillantes, somos nosotros: La Tierra.

Pueden pinchar en la foto para ver la imagen en su enorme tamaño original.

Link: This is a Real Picture of Saturn (Geekosystem)


Fuente:

Fayer Wayer

26 de julio de 2011

Investigación de la ESA: Tormenta sobre Saturno

Encélado descarga vapor de agua sobre Saturno.|ESA

Encélado descarga vapor de agua sobre Saturesno.|ESA

El observatorio espacial 'Herschel', de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha logrado captar una gran tormenta de vapor de agua que la luna Encélado ha descargado sobre su planeta, Saturno. El hallazgo desvela un misterio que durante 14 años había traído de cabeza a los astrónomos, que no sabían explicarse el origen del agua que hay en la capa superior de la atmósfera del planeta de los anillos.

Encélado sería, a tenor de este descubrimiento, la única luna del Sistema Solar en la que se ha detectado que puede influir en la composición química de su planeta, algo que, desde luego, no ocurre con la Luna de la Tierra.

Gracias al 'Herschel' se ha detectado que expele unos 250 kilogramos de vapor de agua por segundo, en un gran número de chorros de propulsión que salen desde su polo sur, una región conocida como 'Tiger Stripes', o 'las rayas del tigre', debido a las marcas que se observan en su superficie. El agua va formando un anillo de vapor en torno al planeta anillado. En total, la tormenta tiene una anchura de 10 veces el radio de Saturno, aunque sólo en el equivalente a un radio es realmente densa.

La luna Encélado, un satélite que fue descubierto en 1789 por William Herschel, se mueve alrededor de su planeta a una distancia de unos cuatro radios. A pesar del enorme tamaño de la tormenta, hasta ahora había escapado a la observación de los astrónomos porque el vapor de agua es transparente a la luz visible y por ello han sido necesario utilizar instrumentos que detectan longitudes de onda infrarrojas, como los que lleva a bordo 'Herschel'.

Modelo informático

Aunque se sabía desde hace mucho que la atmósfera de Saturno tiene vapor de agua en sus capas profundas, fue en 1997 cuando se supo que también lo había en la más externa, aunque se desconocía la razón. Gracias a modelos de ordenador se ha demostrado que entre el 3% y el 5% del agua que expele Encélado acaba sobre Saturno. "No hay analogía a este comportamiento en la Tierra", ha asegurado Paul Hartogh, del Instituto Max Planck de Alemania, que ha colaborado en los resultados. "No hay cantidades importantes de agua que lleguen a nuestra atmósfera desde el espacio", concluye el científico.

El 95% restante de ese agua se pierde en el Universo, se congela en los anillos o cae sobre las otras lunas de Saturno. Sin embargo, lo poco que llega es suficiente no sólo para que haya agua, sino también otros compuestos adicionales, como el dióxido de carbono. Además, ese agua puede llegar a los niveles inferiores de la atmosfera, aunque se condensa allí en nubes tan pequeñas que no se pueden observar.

El 'Herschel', que fue lanzado al espacio en 2009, también fue el observatorio que descubrió vapor de agua en la atmósfera saturnina. Más adelante, la misión conjunta de la NASA y la ESA Cassini/Huygens localizó los chorros de propulsión en Encélado.

Fuente:

El Mundo Ciencia

14 de julio de 2011

Neptuno completa su primera órbita desde que fue descubierto hace 165 años

Cuatro planos de Neptuno tomados por el Hubble, el telescopio de la NASA.| NASA

Cuatro planos de Neptuno tomados por el Hubble, el telescopio de la NASA.| NASA

Neptuno, el planeta gaseoso por excelencia y el más distante del Sistema Solar, completó el Martes la primera órbita de su historia desde que fue descubierto, hace 165 años.

A modo de homenaje, la NASA ha publicado unas fotografías captadas por el telescopio espacial 'Hubble' en interválos de cuatro horas en las que se pueden apreciar los tonos azulados y verdes de este planeta, que prácticamente fue descubierto por casualidad. Las imágenes ofrecen una imagen completa del planeta que cumple así su primera órbita alrededor del Sol desde su descubrimiento.

En realidad, fueron las investigaciones sobre Urano en el siglo XVIII, el séptimo planeta del Sistema Solar y el que se creía hasta entonces el último, las que condujeron a pensar que podría haber otro planeta aún más lejano, recordó la NASA en un ejercicio de memoria.

Descubrimiento de Herschel

El astrónomo británico William Herschel y su hermana Caroline descubrieron Urano en 1781, ampliando así las fronteras del Sistema Solar. Sin embargo, poco después, se dieron cuenta de que su órbita no funcionaba tal y como predecían las leyes de Kepler y de Newton.

En 1821, mientras estudiaba Urano, el astrónomo francés Alexis Bouvard consideró que cabía la posibilidad que otro planeta estuviese ejerciendo algún tipo de atracción y alterando su movimiento. No obstante, los primeros cálculos aún tardarían veinte años en llegar.

El francés Urbain Le Verrier y el británico John Couch Adams, ambos matemáticos y astrónomos, predijeron de forma independiente el lugar en el que supuestamente se encontraba ese misterioso planeta calculando cómo afectaría la gravedad de un hipotético objeto al campo de Urano.


A fines del 2008 realizamos un programa de televisión sobre Herschel y el "planeta adicional". Esta es la presentación de la primera parte:



Uno de los mayores hallazgos astronómicos

Le Verrier, que entonces era el director del Observatorio de París, envió una nota al astrónomo alemán Johann Gottfried Galle. En ella describía la posible localización del objeto. Tras dos días de observación, el 23 de septiembre de 1846, Galle logró identificar a Neptuno como un planeta. Estaba a menos de un grado de la posición que habían calculado Adams y Le Verrier.

La NASA asegura que el descubrimiento fue considerado uno de los mayores hallazgos astronómicos desde la teoría de la gravedad de Newton y contribuyó a entender mejor el Universo.

No obstante, Galle no fue el primero en ver Neptuno: en diciembre de 1612 el astrónomo Galileo Galilei tuvo el privilegio de dar con él mientras observaba Júpiter y sus lunas. Sin embargo, según revelan sus notas en las que apuntó la exacta posición de Neptuno, Galilei confundió el planeta gaseoso con una estrella.

'Ampliación' del Sistema Solar

El descubrimiento de Neptuno dobló el tamaño del Sistema Solar conocido, ya que el planeta se encuentra a 4.500 millones de kilómetros del Sol, treinta veces más lejos que La Tierra.

Su bautismo también fue objeto de disputa entre los científicos ya que querían dar sus propios nombres al nuevo planeta. La comunidad científica se decantó por Neptuno, el dios romano del mar, un nombre mitológico en consonancia con el resto de planetas.

Vea la seguna parte del especial de Conocer Ciencia sobre el "Plnatea Adicional" o el planeta que fue descubierto por casualidad:



Conocer Ciencia: Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

Con información de:

El Mundo Ciencia

Lea en los archivos de Conocer Ciencia:

5 cosas que no sabías de Neptuno

10 hechos extremos del Sistema Solar

La historia del Sistema Solar

8 de julio de 2011

La gigantesca 'mancha blanca' de Saturno

La tormenta, fotografiada por 'Cassini' el 24 de diciembre.| NASA

La tormenta, fotografiada por 'Cassini' el 24 de diciembre.| NASA

  • Su descubrimiento tuvo lugar a principios de diciembre por aficionados
  • En dos semanas formó una cola de 300.000 kilómetros de largo
  • Es importante para el conocimiento de las atmósferas planetarias

Astrónomos españoles, junto con colegas franceses y de otros países, han descubierto en Saturno una tormenta gigantesca, que han bautizado como la Gran Mancha Blanca, que sólo se produce en el planeta cada 29 años y medio terrestres, que es lo que equivale a uno saturnino.

La tormenta, que aún puede verse, fue detectada el pasado 5 de diciembre por telescopios de astrónomos aficionados de Japón, que fueron los primeros en dar la alarma. Inmediatamente, los científicos comprobaron que también había sido registrada por el satélite espacial 'Cassini', que orbita el planeta desde el año 2004, y también por el telescopio almeriense en Calar Alto.

En este vecino del Sistema Solar no son raras las tormentas, pero si las que alcanzan estas dimensiones. Empezó siendo un pequeño punto blanco en el hemisferio norte y acabó alcanzando los 10.000 kilómetros en una semana. A los 15 días su diámetro era similar al de la Tierra y tenía una cola de nubes que alcanzaba los 300.000 kilómetros.

El rápido aumento del brillo se acompañó con una actividad eléctrica muy abundante, que quedó registrada por 'Cassini'. Por sus características, los investigadores concluyen que se trató de una tormenta causada por la condensación de amoníaco y vapor de agua que durante dos meses se movió como un chorro de propulsión y aún hoy es visible, aunque mucho más tenue.

El primer firmante del hallazgo en la revista 'Nature' es el catedrático de Física español Agustín Sánchez Lavega, de la Universidad del País Vasco, junto con colegas de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, Oxford y varios observatorios.

Gases calientes

La 'Gran Mancha Blanca' es el quinto fenómeno de este tipo que ha podido observarse desde 1903, cuando las lentes de los telescopios comenzaron a hacerlos visibles, pero en esta ocasión se ha producido nueve años antes de lo que se esperaba, por razones desconocidas.

Los astrónomos aún no saben cómo se disparan estas enormes tormentas a 250 kilómetros de profundidad de la atmósfera de Saturno, dado que la luz del Sol, que está a 1.500 millones de kilómetros (10 veces más lejos que la Tierra) llega ya muy débil. En el artículo, los investigadores afirman que esta tormenta podría confirmar un modelo que tenían previamente, y que requiere que los vientos se extiendan con profundidad hasta las nubes de vapor agua, donde no llega la luz.

"Ha habido una irrupción de la columna de gases calientes que asciende en un chorro y forma las nubes blancas, pero sin modificar los vientos que soplan en los paralelos del planeta. Eso quiere decir que son vientos profundos originados por el calor interno de Saturno que llegan a las nubes", señalan los autores.

Sánchez Lavega, uno de los mayores expertos en el Sistema Solar, explica a ELMUNDO.es que "para los astrónomos, la atmósfera de otros planetas es como un laboratorio natural en el que contrastar lo que ocurre en la nuestra, conocer mejor fenómenos como la gota fría o las tormentas violentes en los trópicos, y por ello este hallazgo es muy interesante".

Rafael Bachiller, director del Observatorio Astrofísico Nacional, añade que, además, aporta conocimiento sobre fenómenos, como la existencia de vientos profundos, que podrían ser similares a los de Júpiter "lo que apunta a un mecanismo que podría ser general en planetas gigantes gaseosos", de los que, hay que recordar, se han encontrado muchos orbitando otras estrellas, es decir, exoplanetas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de julio de 2011

La historia del Sistema Solar o de cómo Saturno salvo la Tierra

¿Es nuestro Sistema Solar una rareza? Hasta hace quince años pensábamos que debía ser la norma, uno más del montón. Mundos rocosos cerca del Sol y gigantes gaseosos con satélites de hielo en órbitas alejadas. Un patrón totalmente lógico, ¿qué otra disposición podría tener un sistema planetario? Pero en 1995 comenzamos a descubrir nuevos mundos alrededor de otras estrellas y pronto nos dimos cuenta que, como suele suceder en la historia de la ciencia, las cosas son más complicadas de lo que uno pudiera esperar a primera vista. La mayoría de los exoplanetas descubiertos eran "júpiteres calientes", es decir, gigantes gaseosos que orbitan sus estrellas a muy poca distancia. A tan poca que durante algún tiempo se pensó que su existencia era imposible.


¿Es nuestro Sistema Solar único? (NASA).

De repente tuvimos que cambiar nuestra visión sobre los mecanismos de formación planetaria. La mayor parte de teorías indicaban que los planetas del Sistema Solar se habían formado en sus posiciones actuales hace 4500 millones de años y que desde entonces apenas habían modificado sus órbitas. Por supuesto, era de sentido común pensar que lo mismo habría ocurrido en otros sistemas estelares. Pero la simple existencia de los júpiteres calientes contradecía esta hipótesis tan simplista. Puesto que los gigantes gaseosos no se pueden formar tan cerca de sus estrellas, debían existir mecanismos que los acercasen progresivamente.

Pronto se propuso una explicación a este fenómeno, conocido como migración planetaria. Los planetas no nacen de la nada, sino que surgen a partir del material sobrante de la formación de su estrella, material que recibe el nombre de disco protoplanetario. Pero explicar el nacimiento de planetas en este disco no es nada sencillo. Hasta la fecha se han propuesto dos modelos contradictorios. El primero, denominado "acreción de núcleo" (core accretion), supone que los planetas se forman lentamente mediante la unión de pequeños cuerpos llamados planetesimales. Una vez adquieren una masa considerable, los futuros gigantes gaseosos empiezan a retener los gases del disco hasta alcanzar su masa final en un proceso que dura varios millones de años. El otro modelo, llamado "inestabilidad de disco" (disc inestability) presupone que el disco protoplanetario se divide en pequeñas zonas que colapsan a su vez para formar planetas de manera muy parecida a como se forman las estrellas. Este modelo predice la formación de planetas gigantes y enanas marrones en poco más de mil años. Tradicionalmente, el modelo de acreción de núcleo ha sido el favorito para explicar la creación de planetas rocosos como la Tierra o gigantes de hielo como Neptuno, prefiriéndose la inestabilidad de disco para dar cuenta de Júpiter o Saturno. Sin embargo, esta división dista de estar nada clara y cada vez más científicos invocan el modelo de acreción de núcleo para explicar la existencia de planetas de la masa de Júpiter, siempre y cuando no se hayan formado muy lejos (más de 50 UA) del Sol.


Representación artística de un júpiter caliente (ESO).

Una vez los planetas están en su sitio, la migración planetaria dará comienzo y seguirán una trayectoria en espiral hacia su estrella por culpa de dos mecanismos diferentes. El primero se llama migración de Tipo I y es el más intuitivo. El gas y el polvo del disco "frenan" el movimiento del planeta y, como resultado, éste tiende a orbitar cada vez más cerca (en realidad el fenómeno es mucho más complejo, ya que hay que tener en cuenta la interacción gravitatoria con el disco, los efectos de las ondas de densidad, turbulencias, etc., pero el concepto de "frenado" nos sirve para hacernos una idea). La migración de Tipo II, por contra, es más sutil y surge al tener en cuenta la interacción gravitatoria de un planeta gigante ya formado. En este caso, el planeta orbitará su estrella en una zona del disco relativamente "limpia", pero la interacción gravitatoria con las zonas interior y exterior del disco provocarán que se vaya acercando a la estrella a medida que el disco interior desaparece por la acción de la presión de radiación de la luz y los vientos estelares de la estrella. La migración de Tipo II es mucho más lenta que la de Tipo I y suele ser la preferida para explicar la presencia de júpiteres calientes en otras estrellas.


Migración planetaria (Nature).

Y aquí está el quid de la cuestión. ¿Por qué Júpiter no terminó cerca del Sol destruyendo todos los planetas rocosos -incluida la Tierra- a su paso? Por ahora nadie lo sabe con seguridad, pero todo apunta a que la explicación está en Saturno. Efectivamente, se cree que nuestro gigante anillado nació mucho más lejos del Sol de lo que está ahora. Después de formarse, los mecanismos de migración de Tipo I acercaron la órbita de Saturno hacia el Sol más rápidamente que Júpiter debido a su menor masa. Una vez que su distancia orbital llegó a ser el doble que la de Júpiter, los dos planetas entraron en lo que se conoce como resonancia 2/3. Es decir, por cada tres vueltas de Júpiter alrededor del Sol, Saturno daba dos. El resultado fue que la interacción gravitatoria de Saturno evitó que Júpiter continuase descendiendo hacia el Sol, salvando en el proceso los planetas del Sistema Solar interior.

O lo que es lo mismo, debemos nuestra existencia a Saturno. No es de extrañar que sea el planeta favorito de muchos.


Gracias a Saturno estás leyendo este blog (NASA).

Pero no debemos pensar que sólo hace falta tener un planeta como Saturno para evitar que un sistema estelar sea pasto de los terroríficos júpiteres calientes. Lo cierto es que nadie sabe con exactitud por qué Saturno se acercó al Sol mucho más rápidamente que Júpiter, pero la mayoría de expertos está de acuerdo en que los procesos de formación de los dos gigantes gaseosos tuvieron que ser bastante diferentes. En concreto, Saturno tuvo que crecer mucho más lentamente que su hermano mayor. O lo que es lo mismo, en otros sistemas planetarios donde los gigantes gaseosos hayan sufrido procesos de formación similares, el resultado final seguiría siendo una estrella con uno o dos júpiteres calientes.

Por otro lado, los modelos de resonancia sugieren que el material del disco protoplanetario exterior debería ser recogido (acretado) por Saturno al caer hacia la estrella. Aquí tenemos otro enigma, ya que entonces Saturno debería haber terminado siendo más grande que Júpiter. La explicación más plausible es que ambos planetas terminaron de formarse justo cuando el disco protoplanetario estaba en proceso de disipación. Primero se habría formado Júpiter, seguido de Saturno, Urano y Neptuno. Si Júpiter y Saturno se hubiesen formado antes, la interacción con el disco habría causado una migración hasta el Sistema Solar interior -a semejanza del sistema GJ876- o el encuentro y posterior expulsión de uno de los dos planetas al exterior del sistema.

Seguro que te habrás encontrado en alguna ocasión con la "hipótesis de la Tierra rara". Según esta teoría, los planetas como la Tierra deben ser muy poco abundantes en el Universo puesto que se necesita toda una serie de coincidencias cósmicas para explicar la existencia de nuestro planeta. Por ejemplo, si Júpiter no fuese tan masivo, los cometas y asteroides habrían impactado contra la Tierra con mucha mayor frecuencia, impidiendo la aparición de la vida. Pues bien, hora sabemos además que otro elemento importante para tener un Sistema Solar como el nuestro es la existencia de un mundo similar a Saturno.

En todo caso, la resonancia entre Júpiter y Saturno no sólo explica que se detuviesen los procesos de migración planetaria. Existen evidencias que sugieren que ambos planetas gigantes se volvieron a alejar con el tiempo hasta ocupar sus órbitas actuales, "empujando" a Urano y Neptuno hacia el exterior del Sistema Solar en el proceso.


Evolución de la distancia de los planetas según dos modelos de formación del Sistema Solar. El modelo de la derecha es el favorito actualmente. De acuerdo con el mismo, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno se formaron más cerca del Sol. Júìter y Saturno migraron hacia el interior, pero luego volvieron a alejarse, arrastrándose en el proceso a Urano y Neptuno (Morbidelli).


Variación del perihelio y el afelio de los planetas exteriores con el tiempo (Morbidelli).

Estos mecanismos migratorios deben ser comunes en otros sistemas planetarios, pero probablemente en muchos de ellos el resultado final ha sido muy distinto. En efecto, si los cuatro planetas gigantes del Sistema Solar hubiesen entrado en resonancia mutua, la excentricidad de las órbitas habría variado violentamente con el tiempo, provocando encuentros cercanos entre los planetas. Finalmente, todos los planetas gigantes excepto Júpiter habrían sido expulsados del Sistema Solar y éste permanecería con una órbita fuertemente excéntrica. Precisamente, este patrón es el que observamos actualmente en muchos sistemas exoplanetarios.

Y no es que estas carambolas planetarias no afectasen a la Tierra. Al contrario. Todo el Sistema Solar interior está repleto de pruebas que apuntan a que algo terrible ocurrió hace 3900 millones de años. Los impactos de asteroides y cometas aumentaron dramáticamente durante un periodo de 20 o 200 millones de años, dejando enormes cicatrices en la Luna y en todos los planetas rocosos con excepción de la Tierra, donde la erosión ha borrado las huellas de este cataclismo. Este episodio de violencia inaudita se denomina el Bombardeo Tardío (Late Heavy Bombardment, LHB). Hasta hace poco se interpretaba como los últimos coletazos de la formación planetaria, pero ahora parece que fue resultado directo del periodo de inestabilidad en las órbitas planetarias que estuvo a punto de desintegrar nuestro Sistema Solar. Según esta nueva teoría, la mayoría de cometas y asteroides del LHB procederían de zonas exteriores a la órbita de Neptuno, lo que hoy en día se conoce como el Cinturón de Kuiper.


La expulsión de Neptuno hacia el exterior del Sistema Solar fue una de las causas del Bombardeo Tardío (Nature).

Además, el movimiento de los planetas gigantes explicaría porque Marte es tan pequeño. Si Júpiter se formó más cerca de su posición actual y luego migró aún más adentro del Sistema Solar interior hasta alcanzar 1,5 UA, las perturbaciones gravitatorias impedirían que el planeta rojo aumentase su masa como predicen los modelos de formación con órbitas estáticas. Si esta hipótesis es correcta, el cinturón de asteroides tuvo que ser parcialmente destruido durante la primera migración interna de Júpiter, para volverse a formar una vez el planeta gaseoso llegó a su distancia actual. Si esta teoría fuese cierta, la parte exterior del cinturón debería estar formada por cuerpos con alto contenido en hielos que se crearon a una distancia superior a la órbita de Júpiter (asteroides de tipo C), mientras que la parte interior la compondrían los asteroides rocosos y metálicos de tipo S. Y precisamente, esto es lo que observamos en la actualidad. De paso, este escenario explicaría por qué los asteroides de tipo C del cinturón son tan similares a los cometas que se encuentran a mayores distancias del Sol.


El movimiento de planetas a lo largo del tiempo a movido los asteroides y cometas del Sistema Solar (Morbidelli).

Como vemos la historia del Sistema Solar dista de ser simple, aunque para desentrañarla hemos tenido que descubrir primero cientos de planetas extrasolares. ¿Es nuestro Sistema Solar un bicho raro? No lo sabemos con certeza, pero lo que es seguro es que no es uno más del montón.


Referencias:


Tomado de:

Blog Eureka

28 de marzo de 2011

Extrañas señales de radio en Saturno desconciertan a los astrónomos

La nave Cassini de la NASA encontró recientemente que las señales de ondas de radio naturales procedentes del planeta gigante difieren en los hemisferios norte y sur, una división que puede afectar a cómo miden los científicos la duración del día de Saturno. Pero las rarezas no terminan aquí, dicen los investigadores.

Las variaciones en la señal – que están controladas por la rotación del planeta – también cambian drásticamente con el tiempo, aparentemente en sincronía con las estaciones de Saturno.

Saturno por Hubble


“Estos datos van a mostrarnos cómo de extraño es Saturno”, dice en un comunicado Don Gurnett de la Universidad de Iowa, que lidera el equipo de instrumentos de ondas de radio y plasma de Cassini, . “Creíamos comprender estos patrones en las ondas de radio de los gigantes gaseosos, dado que en Júpiter fue muy directo. Sin Cassini permaneciendo allí tanto tiempo, los científicos no habrían comprendido que las emisiones de radio de Saturno son muy distintas”.

Saturno se hace más extraño

Saturno emite ondas de radio naturales conocidas como Radiación Kilométrica de Saturno, o SKR, para abreviar. Aunque estas ondas son inaudibles para los oídos humanos, para Cassini suenan como estallidos de una sirena de alerta aérea y varían con cada rotación del planeta.

Los científicos de Cassini han convertido las emisiones de ondas de radio variantes de Saturno al rango de audio humano.

Las observaciones de este tipo de patrones de ondas en Júpiter permitieron a los científicos medir la tasa de rotación del planeta, pero en Saturno la situación ha resultado ser mucho más compleja, dicen los investigadores.

Cuando la nave Voyager de la NASA visitó Saturno a principios de la década de 1980, las emisiones SKR del planeta indicaban que la duración del día en Saturno era de unas 10,66 horas. Pero más tarde, otra nave – incluyendo las sondas Ulysses y Cassini de NASA-Agencia Espacial Europea – encontraron que los estallidos de radio variaba– de segundos a minutos.

Otras observaciones de Cassini demostraron que las emisiones SKR ni siquiera eran una sola. En realidad son un dúo – pero los dos “cantantes” del planeta están desincronizados.

Las ondas de radio que emanan del polo norte de Saturno tienen un periodo de alrededor de 10,6 horas, mientras que las que proceden del polo sur se repiten cada 10,8 horas, dicen los investigadores.

Entonces la situación se hizo aún más extraña.

En diciembre, Gurnett y su equipo publicaron un artículo usando datos de Cassini para demostrar que los periodos SKR norte y sur se intercambiaron en marzo de 2010. Es decir, el periodo sur decreció constantemente y el norte se incrementó, con los dos convergiendo a alrededor de 10,67 horas el pasado marzo.

Esto sucedió siete meses después del equinoccio de primavera de agosto de 2009 en Saturno, cuando el Sol brillaba directamente sobre el ecuador del planeta. Desde el cruce, el patrón ha continuado con el periodo de las emisiones SKR del sur decrementándose y las del norte aumentando, dicen los investigadores.

Revisión de las señales de Saturno

Ver el extraño cruce de ondas de radio llevó a los científicos de Cassini a revisar las observaciones de anteriores visitas de Cassini. Encontraron patrones similares en los datos de Voyager de 1980, así como de observaciones de Ulysses tomadas entre 1993 y 2000.

En ambos casos, las variaciones en la emisión de radio diferían de un hemisferio al otro. Y en ambos casos, el extraño comportamiento de las ondas de radio llegó a menos de un año de los equinoccios de Saturno, dicen los investigadores.

Pero, ¿qué está pasando? Los científicos de Cassini no creen que las diferencias en los periodos de las ondas de radio tengan que ver con que los hemisferios de Saturno roten a ritmos distintos en realidad.

Es más probable que los cambios en la señal estén provocados por variaciones en los vientos de gran altura en los hemisferios norte y sur, dicen los investigadores. El comportamiento de la magnetosfera de Saturno – la burbuja magnética que rodea todo el planeta – también es probable que esté teniendo un impacto, añade.

En un estudio distinto, los investigadores usaron observaciones del Telescopio Espacial Hubble de la NASA para encontrar auroras en el norte y sur – espectáculos de luz causados por la interacción del viento solar con el campo magnético de Saturno – oscilando arriba y abajo en latitud dentro de un patrón que encajaba con las variaciones SKR, dicen los investigadores.

Y otro estudio demostró que el campo magnético de Saturno por encima de los polos del planeta variaba en el tiempo con las auroras y las emisiones de ondas de radio.

“La lluvia de electrones en la atmósfera que produce las auroras también produce las emisiones de radio y afecta al campo magnético, por lo que los científicos creen que todas estas variaciones que vemos están relacionadas con la cambiante influencia del Sol sobre el planeta”, dice Stanley Cowley de la Universidad de Leicester, científico de Cassini y coautor de dos recientes artículos sobre el campo magnético de Saturno.

La nave Cassini de la NASA se lanzó en 1996 y llegó a Saturno en 2004. También llevaba a bordo el aterrizador Huygens de la Agencia Espacial Europea, el cual aterrizó en Titán, la luna de Saturno, poco después de su llegada a la órbita del planeta anillado.

La nave completó su misión primaria de explorar Saturno, sus anillos y lunas en 2008. Desde entonces, la misión Cassini a Saturno se ha extendido dos veces, la más reciente hasta 2017.

Fuente:

Ciencia Kanija

24 de febrero de 2011

La definición de la vida: El debate aún gira alrededor del arsénico

La vida en la Tierra está compuesta por un puñado de elementos esenciales de la tabla periódica. Recientemente, un grupo de investigadores afirmó que esta lista de ingredientes debería ampliarse, al haber encontrado una bacteria que, presumiblemente, intercambia fósforo por el venenoso arsénico.

Otros científicos se muestran escépticos, pero aún así consideran la idea de cambiar las reglas del libro de la bioquímica.

El cuerpo humano contiene alrededor de 60 elementos, pero sólo un tercio de ellos se consideran necesarios para la supervivencia. Mirando a través de todas las especies, los elementos más fundamentales son el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre, ya que estos forman las moléculas básicas de la vida terrestre: ADN, proteínas e hidratos de carbono.

Por esto es por lo que el pequeño microbio GFAJ-1, ha causado tanto revuelo. Fue aislado del Lago Mono, rico en arsénico, de California por Felisa Wolfe-Simon, del Instituto de Astrobiología de la NASA, y sus colegas. En un reciente artículo de la revista Science, los investigadores informaron de que GFAJ-1 parece que puede construir su ADN y proteínas con arsénico en zonas en las que, por lo general, tiene fósforo.

El arsénico se encuentra justo debajo del fósforo en la tabla periódica, debido a que sus composiciones químicas son similares. Pero esta es exactamente la razón por la que el arsénico es tan mortal: sustituye al fósforo en las reacciones químicas, pero los compuestos de arsénico resultantes son un pobre sustituto.

La afirmación sobre GFAJ-1 “parece ser incompatible con 150 años de comprensión de la química del arsénico”, dice William Rufus-Bains de la Rufus Scientific en Cambridge, Reino Unido y el MIT.

Muchos científicos, al igual que Bains, sostienen que GFAJ-1 sobrevive en condiciones ricas en arsénico secuestrando el elemento en algún lugar de su célula. No creen que haya suficientes elementos de juicio aún para decir si la bacteria está en realidad codificando sus genes en ADN unido por arsénico.

“El ADN de arsénico es excepcional, por lo que exige pruebas excepcionales”, dice Steve Benner de la Fundación para la Evolución Molecular Aplicada.

Sin embargo, Benner y Bains no son inmunes a la idea de una vida escrita con una fórmula química diferente. Simplemente creen que es probable que ocurra en un mundo completamente diferente.

La bioquímica en Titán

Benner, por su parte, ha tratado de fabricar ADN de arsénico en el laboratorio, pero sin suerte. Culpa al hecho de que los ésteres de arsénico se rompen mil billones de veces más rápido que los ésteres de fósforo. (Estos ésteres son necesarios para la columna vertebral del ADN.)

Sin embargo, esto no descarta completamente el papel del arsénico en la biología. En la luna Titán de Saturno, donde las temperaturas rondan los -180 grados Celsius, el arsénico podría hacer una buena sustitución.

“Las moléculas que contienen fósforo serían muy estables en Titán”, dice Benner. “La reactividad del arsénico, en este caso, se convierte en una virtud.”

Titán tiene otras propiedades que lo convierten en un interesante banco de pruebas para las teorías alternativas sobre la vida. Dirk Schulze-Makuch de la Universidad Estatal de Washington ha considerado los lagos de metano y etano líquido que salpican el paisaje de Titán.

“Podemos preguntarnos: ¿qué podría vivir allí?” dice Schulze-Makuch. “¿Cómo de diferente puede ser la vida?”

El metano a menudo ha sido considerado como un posible sustituto para el agua como líquido para mantener la vida. Las grandes moléculas complejas a menudo se desintegran en el agua, pero eso es un problema menor en el metano y otros solventes hidrocarburos, explica Schulze-Makuch. Otra diferencia es que el carbono podría no ser el único elemento a elegir.

“El silicio funciona muy bien con el metano”, comenta Schulze-Makuch.

El silicio se encuentra por debajo del carbono en la tabla periódica, por lo que puede formar muchas de las mismas estructuras moleculares complejas por las que es famoso el carbono.

El silicio es el segundo elemento más abundante en la corteza de la Tierra (superando en número a los átomos de carbono en un factor de 1000), y sin embargo ninguno de nuestros vecinos son formas de vida basadas en el silicio. La razón es que el silicio normalmente forma óxidos de silicio en el agua, y con el tiempo estos óxidos se convierten en roca, que es un callejón sin salida para la bioquímica del silicio.

Sin embargo, en un paisaje frío donde el agua se congela, se pueden imaginar análogos de silicio de nuestros productos bioquímicos surgiendo a partir de una sopa primordial de metano o nitrógeno líquido. Bains está actualmente estudiando esta posibilidad.

Extremos de habitabilidad

Todo esto es terreno conocido para los fans de Star Trek. En el episodio de 1967 “Devil in the Dark”, el Dr. Spock se hace amigo de una forma de vida basada en silicio llamada Horta.

Un intento aún anterior de imaginar los límites de la bioquímica alienígena fue la novela de 1953 de ciencia ficción Iceworld de Hal Clement, en la que un planeta súper-caliente alberga vida que respira azufre gaseoso y bebe cloruro de cobre.

Ahora tenemos la prueba de que existen planetas súper-calientes como éste y son, tal vez, muy comunes. El primer exoplaneta rocoso confirmado, Kepler 10b, orbita tan cerca de su estrella madre que las temperaturas de la superficie se estima que se elevan por encima de 1000 grados Celsius, lo suficiente como para fundir el hierro.

“¿Es razonable buscar vida en el lado diurno de Kepler 10b?”, pregunta Bains. Él no cree que lo sea, pero evaluar la vida en ambientes aparentemente imposibles puede ayudar a los astrobiólogos a reducir su búsqueda.

“Si gente como yo puede gastar unas cuantas personas-año tratando de averiguar si es imposible o no la vida en Plutón, y ahorrar a los astrónomos observacionales años de trabajo y cientos de millones de dólares a la NASA en nuevos satélites que la busquen, parece un esfuerzo que vale la pena hacer”, comenta Bains.

Remodelando la cubierta de la química

Además del silicio, también se han considerado otros intercambios de elementos. Una combinación de nitrógeno y el fósforo pueden formar un conjunto diverso de moléculas de cadena larga y, por lo tanto, podrían reemplazar al carbono en, por ejemplo, un planeta con una atmósfera de amoniaco. El boro, también tiene propiedades similares a las del carbono, pero hay relativamente poco de este elemento ligero en el universo.

El papel del oxígeno en la química orgánica podría ser llenado por el cloro o el azufre. De hecho, algunos microbios se sabe que reemplazan de vez en cuando un de oxígeno de su ADN con azufre. Lo que es aún más común es que el propio azufre pierda su lugar por el selenio en algunas proteínas en particular.

Sin embargo, Bains y Schulze-Makuch hacen hincapié en que el intercambio que los científicos han observado en la biología de la Tierra sólo es ocasional. Ninguno de estos organismos podría sobrevivir a una sustitución completa. Como cuestión de hecho, los experimentos han demostrado que la sustitución del hidrógeno por su isótopo el deuterio enfermaría a un microbio e incluso mataría a un animal más grande. Esto es algo sorprendente, ya que el deuterio tiene esencialmente las mismas propiedades químicas que el hidrógeno.

“Cualquier intercambio de elementos tiene que venir acompañado de cambios importantes en todo lo demás”, dice Benner.

Así que si vas a soñar con su hipotética bioquímica, tienes que empezar de cero y demostrar cómo pueden unirse los ingredientes elementales para hacer un conjunto diverso de moléculas grandes con las que la evolución pueda jugar.

“Debemos tener la mente muy abierta dado que sólo conocemos un tipo de vida”, señala Schulze-Makuch. “No vamos a sacar nada fuera de la lista todavía”.


Autor: Michael Schirber
Fecha Original: 18 de febrero de 2011
Enlace Original


Fuente:

Ciencia Kanija
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