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30 de mayo de 2012

Los roedores usan sus bigotes para trepar

Lirones castaños

Lirón castaño o común Muscardinus avellanarius
  • Pasan hasta el 75% de su vida durmiendo
  • Han sufrido un declive de 50% en el siglo pasado
  • Viven hasta cinco años, hibernando en pequeños nidos en el suelo
  • En verano construyen nidos en huecos en los árboles
  • Es una especie muy vulnerable a cambios en su hábitat, como la fragmentación de bosques y la introducción de algunas prácticas agrícolas
Una especie de roedor nativa del norte de Europa utiliza sus bigotes para orientar sus movimientos cuando trepa árboles, según investigadores en Inglaterra.

Moviendo los pelos de su bigote hacia arriba, hacia adelante y hacia afuera hasta 25 veces por segundo, el animal puede identificar hacia dónde se dirige.

El mismo mecanismo es utilizado por otros mamíferos como como morsas y focas.
Los bigotes funcionan como "un sentido paralelo del tacto", dijo Robyn Grant, investigadora del Laboratorio de Tacto Activo de la británica Universidad de Sheffield, ATL@S por sus siglas en inglés.

Bigotes que vibran

Grant y sus colegas estudiaron los movimientos del lirón castaño o común, Muscardinus avellanarius, un roedor que suele hibernar entre octubre y mayo.

Los lirones castaños usan sus bigotes en forma similar a como los seres humanos utilizan sus ojos, "escaneando" el entorno para reconocer el mundo que los rodea.

"Cuando se encuentran ante la superfice despareja de un tronco, hacen vibrar sus bigotes para determinar hacia dónde darán el siguiente paso. También detectan cuándo deben cambiar de rama", dijo Grant.

Los lirones son una especie amenazada en el Reino Unido. Hibernan en nidos a nivel del suelo, pero en el Opciones verano viven en las copas de los árboles.

Los roedores poseen además sensores en los folículos de los pelos del bigote, que les ayudan a localizar fuentes de comida.

Cámaras de alta velocidad

Lirón castaño o común Muscardinus avellanarius

El lirón castaño común hace vibrar los pelos en su bigotes hasta 25 veces por segundo.

Los científicos del Laboratorio de Tacto Activo están comparando la función sensorial de los bigotes en diferentes especies de animales.

El mecanismo utilizado por cada especie difiere en la frecuencia de las vibraciones o la dirección los movimientos, según Grant.

"Buscamos clasificar estas estrategias y determinar si todos los animales trepadores se sirven de mecanismos similares. También esperamos comprender mejor la evolución de estos sistemas sensoriales", señaló la investigadora.

Utilizando cámaras infrarrojas de alta velocidad, los científicos registraron el movimiento de animales nocturnos en la oscuridad, en una filmación de 500 cuadros por segundo. Los científicos analizaron luego los movimientos en cámara lenta.

En el pasado, para estudiar los movimientos de los roedores algunos investigadores cortaban los bigotes de los animales. Sin sus bigotes, los roedores no pueden caminar bien y se caen con facilidad cuando comienzan a trepar.

Fuente:



19 de marzo de 2012

La estrategia del roedor que logró sobrevivir a la era de los dinosaurios

  • Los multituberculados sobrevivieron a la extinción de hace 66 millones de años
  • La evolución de su dentadura y el aumento de su tamaño les ayudó a lograrlo
  • Finalmente, estos mamíferos se extinguieron hace 34 millones de años
Recreación de un multituberculado y un dinosaurio. | J. Swales

Recreación de un multituberculado y un dinosaurio. | J. Swales

Como tantas otras especies animales, terminaron por desaparecer aunque sus estrategias evolutivas les permitieron sobrevivir a la gran extinción que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años. Los multituberculados, un orden de mamíferos emparentado con los roedores, desarrolló una serie de características que hizo posible que vivieran 32 millones de años más que los dinosaurios.

Un estudio publicado esta semana en la revista 'Nature' sugiere que estos pequeños animales lograron adaptarse al nuevo entorno gracias a los cambios que se produjeron en su dentadura y en el tamaño de su cuerpo.

Los investigadores de la Universidad de Washington que firman este estudio creen que estos mamíferos lograron sobrevivir, en parte, porque desarrollaron numerosas protuberancias o bultos en los dientes posteriores.

La evolución de su dentadura les permitió ampliar su dieta y alimentarse de una mayor variedad de plantas. En concreto, podían comer angiospermas (plantas con flores), que eran muy abundantes en aquella época.

Los animales carnívoros, señalan los autores, tienen una dentadura relativamente simple. La comida se descompone con facilidad, por lo que no necesitan que sea muy sofisticada. Sin embargo, la de los herbívoros es más compleja para permitirles triturar las plantas de las que se alimentan.

Aumentaron su tamaño

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores examinaron fósiles de dientes de 41 especies de multituberculados procedentes de colecciones de todo el mundo. Utilizaron un láser y un escáner (tomografía computarizada, TC) para obtener imágenes en tres dimensiones a muy alta resolución. Combinando estas imágenes con un software de información geográfica sobre los lugares en los que habían vivido, pudieron analizar la forma de los dientes. Las dentaduras más complejas, señalan, presentaban muchos bultos.

Evolución de la dentadura. | G. Wilson

Evolución de la dentadura. | G. Wilson

La ilustración de la izquierda muestra cómo su dentadura evolucionó de forma paulatina, de una estructura muy simple (imagen superior) hacia otras más complejas. La dentadura situada abajo (d) corresponde al de un multituberculado que vivió hace unos 66 millones de años, cuando se extinguieron los dinosaurios.

Los paleontólogos explican que hace 170 millones de años, los multituberculados tenían el tamaño de un ratón. Las plantas angiospermas comenzaron a aparecer hace 140 millones de años. A partir de entonces el cuerpo de estos mamíferos fue creciendo paulatinamente, hasta alcanzar el tamaño de un castor.

Cuando los dinosaurios se extinguieron, hace 66 millones de años, los multituberculados siguieron expandiéndose, logrando estar presentes en buena parte del Hemisferio Norte. Sin embargo, paulatinamente, otros mamíferos, sobre todo primates, roedores y ungulados (mamíferos placentarios) también fueron consiguiendo ventajas evolutivas y convirtiéndose en competencia para los multituberculados, pues se alimentaban de la misma comida. Finalmente, estos pequeños roedores acabaron por extinguirse hace unos 34 millones de años, según calculan los paleontólogos.

Fuente:

El Mundo Ciencia

12 de octubre de 2011

Los roedores más antiguos de Sudamérica

Diente de un roedor sudamericano de hace 41 milloenes de años.|Proceedings of Royal Society.

Diente de un roedor sudamericano de hace 41 milloenes de años.|Proceedings of Royal Society.

Caminar por el río Ucayala, que forma parte de la cuenca del Amazonas, en Perú, puede deparar sorpresas inesperadas. Ha sido allí donde un equipo de paleontólogos encontraron un buen número de fósiles de un roedor que tiene, al menos, 41 millones de años de edad, lo que hace de la especie la más antigua de América del Sur y retrasa en 10 millones de años la aparición de estos mamíferos en este continente.

El análisis de los dientes sirvió para determinar que se trataba de ratas y ratones, por cuyos tamaños se les ha relacionado con roedores africanos, lo que confirmaría que su origen está en el continente negro, según aseguran los investigadores en la revista 'Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences', donde han publicado el hallazgo.

El equipo de Darin Croft, profesor en la Case Western Reserve University (EE.UU.) y firmante del trabajo, señala que su descubrimiento apoya la hipótesis de que los roedores llegaron a América por el norte y se extendieron hacia el sur.

En concreto, los fósiles corresponden al suborden 'Caviomorpha', un grupo que incluye a especies actuales, como los conejillos de Indias, las chinchillas, y los puercos espines de nuevo mundo. Hasta ahora, los fósiles más antiguos conocidos eran de hace 32 millones de años (se encontraron en el centro de Chile) y 30 millones (en Argentina).

Su estudio conjunto revela que su expansión no fue hacia el norte, como se pensaba hace dos décadas y también hace retroceder en el tiempo su llegada a América.

Fue Pedro-Olivier Antonio, paleontólogo en la Universidad de Montpellier (Francia), quien pidió a Croft que se uniera al equipo de científicos que desde 2008 recorrían la región buscando fósiles, siguiendo la descripción del área que un profesor de Harvard, Bernhard Kummel, hizo en 1948. Kummel ya entonces mencionaba que había fósiles en la cuenca del Ucayali, pero nadie lo había investigado.

En tres viajes, entre 2008 y 2010, el grupo de Antoine encontró fósiles cuando el nivel del agua estaba más bajo. Un estudio geológico demostró que había capas de roca, incluida la que contenía los fósiles, que habían sido empujadas hacia arriba por movimientos internos, formando un arco, de forma que las que antes estuvieron horizontales ahora se detectaban casi verticales. Así que, en lugar de excavar en busca del pasado, los científicos se encontraban el sedimento fósil navegando por el río. Siguiendo la corriente, era un viaje a tiempos remotos.

El recorrido se topó con ceniza entre partículas de limo, en una extensión de 47 metros, que determinaron que tenía unos 41 millones de años, utilizando técnicas de datación con argón. Es una fecha que coincide con la de estudios genéticos que se han hecho a roedores vivos en África y Sudamérica y que demostrarían que su origen es común.

Viaje en una balsa vegetal

Los roedores, según este trabajo, habrían viajado hasta Sudamérica en un momento climático óptimo, a mediados del Eoceno. Por entonces, según creen otros investigadores, un roedor africano habría logrado cruzar el océano en una balsa vegetal y habría llegado hasta el nordeste de Brasil en una o dos semanas.

Nunca podrá saberse si existió ese valiente, pero sí que los dientes son muy similares entre los roedores de las dos orillas del Atlántico. Y que comían semillas y plantas blandas, como los pequeños roedores actuales.

Pero además de los roedores, de los géneros 'Eobranisamys' y 'Eospina', se encontraron otros mamíferos, como marsupiales, armadillos y ungulados. Parecen estar relacionados con especies de hace entre 45 y 35 millones de años encontrados en otras zonas del continente, pero están demasiado fragmentados como para confirmar si son las mismas.

Mientras que el sur de Patagonia se ha investigado mucho, en el resto de Sudamérica hay pocos yacimientos de mamíferos, por lo que Croft cree que el futuro podría deparar muchas sorpresas, aunque no serán mucho más antiguas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

3 de agosto de 2011

Científicos de Alaska descubren cómo hacer que las ardillas hibernen

Científicos de Alaska dijeron el martes que descubrieron cómo hacer que las ardillas hibernen, un proceso que podría ser utilizado para preservar la función cerebral en los humanos que sufren accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.


El estudio lo realiza la Universidad de Alaska (Cortesía)

Washington.- Científicos de Alaska dijeron el martes que descubrieron cómo hacer que las ardillas hibernen, un proceso que podría ser utilizado para preservar la función cerebral en los humanos que sufren accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.

Pero la técnica funcionó sólo en ardillas que fueron despertadas por los investigadores durante la temporada de hibernación, no fuera de los horarios normales de hibernación, indicó el estudio publicado en la revista especializada The Journal of Neuroscience.

Investigadores de la Universidad de Alaska en Fairbanks estudiaron a las ardillas terrestres árticas, dándoles una sustancia similar a la cafeína para despertarlas de su hibernación, reseñó AFP.

Otra sustancia les fue suministrada en distintos momentos del año para ver si podía estimular partes del cerebro que impulsan una molécula llamada adenosina a adherirse a los receptores, causando así la somnolencia.

"Cuando una ardilla comienza a hibernar y cuando uno se siente somnoliento es debido a que las moléculas de adenosina se han unido a receptores en el cerebro", dijo Tulasi Jinka, autor principal del estudio.

La adenosina enlentece la actividad de las células nerviosas. Los animales que hibernan experimentan temperaturas corporales muy bajas y toman poco oxígeno, pero no sufren daño cerebral.

Si los científicos pudieran dominar este proceso en humanos, serían capaces de prevenir daños causados por traumas graves, cuando la gente deja de respirar o sufre un repentino ataque al corazón.

Pero para eso queda un largo camino por recorrer.

Los investigadores fueron capaces de despertar a una ardilla durante su hibernación y luego conseguir que se volviera a dormir. Sin embargo, cuando trataron de inducir a la hibernación fuera de la temporada regular, sólo lo lograron en dos de seis ardillas durante la temprana temporada de hibernación, pero no en el verano, cuando las ardillas no hibernan.

Los investigadores no tienen certeza de qué hace que el cerebro se vuelva lo suficientemente sensible a la adenosina como para permitir entrar en un estado de hibernación cuando la temporada es la correcta.

Su próximo paso es probar el proceso en las ratas, cuyos sistemas son más similares a los humanos.

"Comprender las cualidades neuroprotectoras de los animales que hibernan pueden llevar al desarrollo de un medicamento o tratamiento para salvar la vida de la gente después de un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón", dijo Kelly Drew, autora y profesora en el Instituto de Biología Ártica de la Universidad de Alaska en Fairbanks.

Fuente:

El Universal

8 de diciembre de 2010

Menos biodiversidad, más enfermedades


El estudio advierte sobre la necesidad de proteger las regiones ricas en biodiversidad, para evitar el aumento de la transmisión de enfermedades infecciosas.

La pérdida de biodiversidad aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas entre los seres humanos.

Ésta es la conclusión de una investigación realizada en Estados Unidos que analizó cerca de 25 estudios diferentes llevados a cabo en los últimos cinco años.

"Esto se debe a que las especies que tienden a desaparecer primero –cuando comienza a verse afectada la biodiversidad- son aquellas que son más efectivas en reducir los índices de transmisión de enfermedades", le dijo a BBC Mundo Felicia Keesing del Bard College de Nueva York y autora principal del estudio.

"Mientras que las que sobreviven", añade, "suelen ser aquellas que aumentan la transmisión".

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la velocidad a la que se están extinguiendo las especies hoy día es entre 100 y 1.000 veces superior si se la compara con la época en que la Tierra no estaba habitada por seres humanos.

Sin embargo, hasta ahora, los científicos no habían logrado establecer una relación clara entre la pérdida de especies y el contagio de enfermedades.

Además de dejar en evidencia el vínculo entre ambos fenómenos, el estudio también pone de relieve la función que cumplen los ecosistemas en proteger la salud de la población.

Ratón vs. zarigüella

Para ilustrar la teoría, Keesing utilizó -entre varios ejemplos- el caso de la enfermedad de Lyme, o Borreliosis, una enfermedad infecciosa que presenta síntomas parecidos a la gripe y que si no se trata de forma adecuada puede afectar el cerebro, el sistema nervioso, los ojos, las articulaciones y el corazón.

"Si tienes un bosque diverso, habrá muchos animales de los que se puede alimentar la garrapata que transmite el mal. Algunos animales pasan la enfermedad a la garrapata y otros no".
El ratón de pies blancos que habita el este de América del Norte, por ejemplo, es uno de los animales más populares que "hospeda" a la bacteria que causa la borreliosis y las garrapatas que la transmite. En cambio, las comadrejas de Virginia (que en varios países se conoce como zarigüeyas, tlacuaches, mucas o chuchas) no suelen ser refugio para esta bacteria y matan a la gran mayoría de garrapatas que intentan alimentarse de ellos.

El problema es que "cuando se trata de un bosque con poca biodiversidad, la especie predominante es el ratón y no la comadreja", dice Keesing.

Teorias

A esta altura, la pregunta que surge es por qué desaparecen primero las especies que no transmiten las enfermedades.

"Esa es la pregunta del millón de dólares", responde la investigadora.

Aunque todavía no han dado con una respuesta, los científicos sugieren que puede ser porque las bacterias o los virus podrían haberse adaptado a vivir en los animales que dominan un hábitat.
Especies como los ratones, que tienen la capacidad de adaptarse a los ambientes degradados, son más abundantes.

En cambio las comadrejas, que son más grandes y viven por más tiempo que un ratón, son más selectivas a la hora de elegir su hábitat, y si el bosque se degrada, tienden a desaparecer primero que los ratones.

Otra posibilidad es que las especies acostumbradas a vivir en ambientes degradados "inviertan menos en la clase de inumunidad que les permita defenderse de los agentes patógenos", explica la investigadora.

"Lo interesante es que no se trata de algo abstracto, ni que ocurre en un lugar lejano", dice Keesing, "los efectos son claros y pueden notarse incluso si la pérdida de biodiversidad tiene lugar en un bosque pequeño, cercano a un conjunto de casas".

Tomado de:

26 de octubre de 2010

El experimento que quiso demostrar que las ratas pensaban

Una vez se llevó a cabo un experimento para demostrar que las ratas pensaban. Y no, no se trataban de ratas hermanas de Algernon, el roedor superdotado de Flores para Algernon. Tampoco eran parientes de los roedores que eran dueños del universo en Guía del autoestopista galáctico. Y menos aún una mutación de Mickey Mouse.

En el experimento, la rata tenía que correr a lo largo de un pasillo, pasando por delante de una serie de puertas pequeñitas (escala rata), en cada una de las cuales había un símbolo diferente (por ejemplo, una cruz, un triángulo o un círculo). Las puertas permitían que la rata accediera a una estancia con comida.

Todas las puertas excepto una tenían el mismo símbolo, y todas las puertas que tenía el mismo símbolo estaban cerradas; sólo la puerta que tenía el símbolo diferente podía ser empujada y abierta para acceder a la recompensa en forma de pitanza.

La idea era que la rata aprendiera a fijarse en los símbolos, hasta aprender qué símbolos eran los que le facilitaban comida y qué símbolos no lo hacían. Sin embargo, al final de cada intento, el experimentador cambiaba los símbolos de las puertas, así que la rata tenía que empezar de nuevo.

Con este añadido, se aseguraba que la rata aprendiera una lección compleja, tal y como refiere Robin Dumbar:

Si la elección es entre un conjunto de círculos y un triángulo, elige la puerta con el triángulo; si en la siguiente prueba lo ofrecido es un conjunto de triángulos y un cuadrado, elige la puerta con el cuadrado, y así sucesivamente.

El resultado del experimento fue sorprendente: las ratas se comportaron mostrando una extraordinaria exactitud y resolviendo el problema correctamente una y otra vez. Las ratas, pues, eran capaces de aprender reglas abstractas. Lo cual demostraba que los animales no sólo eran máquinas: ¡podían pensar!

Sin duda, el experimentador hubiera recibido el Premio Nobel por su trabajo… si realmente hubiese sido tal y como fue planteado. Porque, al emitirse las grabaciones en vídeo del experimento en diferentes clases, alguien detecto algo raro por casualidad.

Al pasar la película hacia atrás a cámara lenta, se observaba que lo que estaba haciendo la rata era correr a lo largo del pasillo a gran velocidad, golpeando cada puerta con su pata trasera según pasaba delante de ella. Tan pronto como llegaba a una puerta que cedía levemente al ser golpeada, se paraba y entraba por ella.

Desafortunadamente, las imágenes de vídeo no engañaban, a pesar del optimismo con que los ojos del investigador registraron el experimento.

Los símbolos de las puertas eran por completo irrelevantes: las ratas habían encontrado otra forma de resolver el problema. (…) Un siglo de experimentos con ratas ha demostrado ampliamente a los psicólogos que éstas pueden burlar a los humanos en cualquier momento.


Fuente:

Gen Ciencia

4 de agosto de 2010

Perú: peste bubónica "no llegará a Lima"

Las autoridades de salud de Perú aseguraron a la población haberse hecho cargo de la situación y dijeron que han tomado medidas para evitar que dos brotes, de peste bubónica y de peste neumónica, se expandan
a otras ciudades incluida la capital, Lima.



Y en Conocer Ciencia acotamos: si el gobierno aprista dice que todo está bajo control es que NADA está bajo control. Es lamentable pero la sanidad nacional retrocede día a día ante la impasibilidad de las autoridades y los presupuestos exiguos o inexistentes.



Hablando con la prensa, el ministro de Salud, Oscar Ugarte, afirmó que están trabajando con la "capitanía de puertos con el fin de que mediante la fumigación u otros procedimientos se impida que la peste ingrese a grandes ciudades, como Lima, Piura, Lambayeque y Cajamarca".


"La situación está bajo control", le dijo a BBC Mundo Nadia García, de la oficina de prensa del Ministerio de Salud y añadió que entre las medidas tomadas está el envío de equipos médicos a la zona, lo que ha permitido paralizar cualquier expansión del mal, aseguró.


Hasta el momento se ha registrado un muerto y por lo menos 30 personas están infectadas, todas ellas en la región de La Libertad, a unos 800 kilómetros al norte de Lima.


Roedores


La única víctima fue un joven de 14 años, quien falleció el 26 de julio en el hospital de la localidad de Cartavio, en la región norteña.
De acuerdo con el ministro Ugarte la muerte se produjo porque "no se le hizo el diagnóstico a tiempo. Ni la propia familia lo detectó".
Según aseguraron las autoridades de salud, la peste mata a entre 30% y 60% de las personas que no reciben tratamiento.


Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

3 de junio de 2010

Hallan compuesto de la atracción sexual (... en los ratones)


Jueves, 03 de junio de 2010

Hallan compuesto de la atracción sexual (... en los ratones)

Científicos británicos descubrieron -en un estudio con ratones- la sustancia que hace que una hembra se sienta más atraída hacia un macho en particular, la sutancia se encuentra en la orina de los roedores; un olor repugnante para nostros pero sumamente exutante para las ratonas.

Inevitablemente uno se pone a pensar ¿existirá una sustancia similar en los seres humanos? Y, claro está, ¿podremos obtener dicha sustancia sin llegar a los extremos que narra la novela "El Perfume"?




Ratón

La feromona 'darcin' se encuentra en ratones pero quizás hay sustancias similares en humanos.

Y han bautizado al compuesto "darcin" en honor a Darcy, el atractivo héroe de "Orgullo y Prejuicio", la famosa novela de Jane Austen.

Tal como explican los investigadores en la revista BMC Biology, esta inusual sustancia es una feromona que se encuentra en la orina de los machos.

Y es la primera vez que se identifica a un compuesto específico capaz de "despertar" la atracción sexual de un individuo en particular.

Aunque el hallazgo fue llevado a cabo en ratones, los investigadores de la Universidad de Liverpool, en Inglaterra, creen que podría haber sustancias en humanos capaces de despertar respuestas similares ante el olor de un individuo particular.

Estudios en el pasado han demostrado que las feromonas liberan señales químicas específicas para la comunicación entre individuos de una misma especie.

Estos compuestos son capaces de provocar comportamientos específicos o desencadenar procesos fisiológicos en los individuos.

Recuerdo del olor

Las señales químicas que liberan las feromonas pueden ser detectadas tanto en aromas como sabores y algunos animales las utilizan para coordinar su comportamiento social, incluida la atracción sexual para el apareamiento.

En los ratones, se sabía que las feromonas son utilizadas para "anunciar" la ubicación del animal, o para "marcar" la posesión y dominio de un territorio

Lo que hasta ahora no se había logrado entender, sin embargo, era si existen compuestos específicos utilizados por los mamíferos para provocar respuestas específicas, como la atracción hacia un individuo en particular.

Para investigarlo, los científicos estudiaron a más de 450 ratonas hembras adultas que mantuvieron en cautiverio.

En los pruebas se colocó a las ratonas junto dos marcas aromáticas de orina, una de un macho y una de hembra, y se siguió un registro del tiempo que los animales pasaban junto a cada una de las marcas.

Ratón de laboratorio

Quizás haya una sustancia similar en los humanos.

En algunos de los experimentos las ratonas podrían "tocar" la marca aromática pero en otros sólo recibían el olor suspendido en el aire.

Los científicos descubrieron que las hembras pasaron más tiempo con los aromas de los machos y además, lograron memorizar el olor particular de ese macho.

"El contacto con la feromona darcin consistentemente duplicó el tiempo que las hembras pasaron cerca del aroma de un macho" explica la doctora Jane Hurst, quien dirigió la investigación.

"Cuando podían tocar a darcin con la nariz las hembras lograron aprender ese olor particular y subsecuentemente triplicaron el tiempo que pasaron cerca del aroma suspendido en el aire de ese mismo macho. Y no mostraron ninguna atracción hacia otros machos", agrega la investigadora.

Atracción selectiva

Según los científicos, esto revela que la proteína darcin estimula una respuesta a olores específicos no sólo por un proceso de aprendizaje sino también con la memoria.

Y esto, afirman, permite que la atracción sexual femenina sea selectiva hacia un macho en particular.

Los investigadores afirman que es la primera vez que se logra identificar a una proteína específica capaz de provocar una respuesta de atracción sexual en un vertebrado.

"Este 'efecto darcin' nos ofrece una nueva herramienta para investigar las bases neuronales de memorias específicas en el cerebro y nos da información importante sobre la regulación de la conducta en modelos de mamíferos complejos", dicen los científico.

Tal como señala la doctora Hurst "aunque darcin se encuentra sólo en esta especie, quizás hay feromonas similares capaces de estimular el aprendizaje del olor de un individuo que podrían ser la base de respuestas específicas individuales en humanos".

Fuente:

BBC Ciencia

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