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3 de febrero de 2014

El pingüino emperador se muda en busca de más hielo

El pingüino emperador ('Aptenodytes forsteri') mide más de un metro.
Un pingüino emperador ('Aptenodytes forsteri') en la Antártida.BAS


Adaptarse o morir. El pingüino emperador (Aptenodytes forsteri) parece tener clara esta máxima de la naturaleza y no duda en modificar sus costumbres ante los cambios en su entorno. Así lo ha observado un equipo de científicos que monitoriza sus pasos durante el gélido invierno antártico utilizando las imágenes recabadas por satélites.

Según recogen en un estudio publicado en la revista PLOS ONE, varias colonias de pingüino emperador, una especie que sólo vive en la Antártida, reaccionaron ante el retraso en la congelación del suelo marino (en el que habitualmente pasan la temporada de reproducción y cría) desplazándose a plataformas de hielo glacial de difícil acceso para ellos.

Hasta ahora, se consideraba que la inmensa mayoría de estos animales vivían en el hielo marino, como mostraban 44 de las 46 colonias de emperador localizadas. Las dos comunidades restantes eran de pequeño tamaño (con 250 y 2.900 parejas respectivamente): una de ellas vivía en un lago helado mientras que la otra había elegido una roca. Se estima que la población media de una colonia ronda las 5.500 parejas.


Un adulto mantiene caliente a su retoño.

Para sorpresa de los científicos, no parece que los 30 metros de altura que tuvieron que escalar para llegar al acantilado glacial (unas formaciones que pueden alcanzar los 60 metros) fueran un obstáculo insalvable para estas aves, que no pueden volar y superan el metro de altura. Y es que, aunque el emperador es un excelente buceador capaz de sumergirse a más de 500 metros de profundidad para buscar alimento, es poco ágil cuando se mueve por tierra.

De hecho, tienen fama de ser bastante torpes cuando están fuera del agua, donde cazan la comida con la que alimentan a sus retoños.

Se reproducen en invierno

«El emperador es la especie más grande de pingüino, y también es la que, de media, se sitúa más al sur durante su temporada de reproducción. Pero lo que realmente les hace únicos es que se reproducen durante el invierno antártico y no lo hacen en tierra firme, sino en el hielo marino», explica a EL MUNDO Peter Fretwell, investigador de la British Antarctic Survey (BAS) y autor principal de este estudio realizado conjuntamente con la Australian Antarctic Division y la Universidad de California, en San Diego.


Una colonia de pingüinos emperador en la Antártida

Mientras otras especies de pingüinos aprovechan el verano (entre diciembre y marzo aproximadamente) para reproducirse, el emperador prefiere el invierno. Habitualmente es en abril cuando llegan a estas zonas cubiertas por hielo marino que suelen permanecer congeladas hasta diciembre, cuando a los polluelos ya les han crecido sus propias plumas. Su vulnerabilidad ante el aumento de las temperaturas es, por tanto, grande, pues si el hielo se fractura demasido pronto durante la estación de reproducción se traduce en una alta mortalidad entre los recién nacidos de la colonia.

Tras poner un único huevo, la hembra se marcha enseguida para cazar durante varios meses. Mientras tanto, el macho mantiene caliente el huevo, sujetándolo sobre sus patas y abrigándolo con sus plumas. Una tarea que le deja exhausto y le hace perder mucho peso. Cuando regresan las hembras para tomar el relevo, son ellos los que se van hacia mar abierto para cazar peces, crustácoes y cefalópodos y recuperar peso.

Menos meses de hielo

En concreto, las imágenes por satélite analizadas permitieron localizar en plataformas glaciales a cuatro colonias de pingüinos emperador durante la temporada de reproducción y cría de 2011 y en 2012. Esta especie acostumbra a pasar este periodo sobre hielo marino. Pero en esos dos años, la capa helada se formó un mes más tarde de lo que es habitual en el este de la Antártida.

Los científicos creen que ésta fue la razón por la que se trasladó al menos una de las colonias, compuesta por 6.470 parejas. Tras permanecer en la misma zona de hielo marino durante los inviernos de 2008, 2009 y 2010, en 2011 fue localizada a una distancia de 15 kilómetros al sur de su hogar habitual y encima de un acantilado de hielo. Un lugar al que regresaron en 2012.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia (España)

19 de septiembre de 2013

¿Por qué no se congelan las patas de los pingüinos?




Si un humano no se protege convenientemente del helado clima del polo, no tardarán en aparecer los primeros síntomas de congelación. Comenzará por los extremos, las puntas de los dedos y de los pies, y después se extenderá por el resto del cuerpo.

Pero el pingüino no se congela, al pingüino no se le congelan las patas a pesar de caminar sobre el mismo hielo.

¿Cómo lo hace?

Si su sangre caliente fluyera a las patas y, a su regreso al cuerpo volviera fría, en poco tiempo la pérdida de calor a través de las patas sería tanta que, no sólo las patas, sino también el pingüino completo se congelaría.

Pero el pingüino posee un ingenioso mecanismo de intercambio de calor que soluciona el problema. Las arterias que llevan sangre caliente a las patas están rodeadas por las venas que las devuelven fría. Así que la sangre fría que retorna de las patas por las venas recoge calor de la sangre caliente que baja por las arterias.
La sangre de las arterias enfriada de esta manera es adecuada para las patas, ya que éstas tienen muchos tendones pero pocos músculos y los tendones pueden funcionar adecuadamente estando fríos al contrario que los músculos.

Y gracias a este proceso de intercambio de calor, el cuerpo del pingüino se mantiene caliente y sus patas no se congelan.

Fuente:

Saber Curioso

12 de junio de 2012

Salen a la luz las "depravadas" costumbres sexuales de los pingüinos

Más de un siglo después de su elaboración, sale a la luz una descripción de las inusuales actividades sexuales de los pingüinos, escrita durante la expedición del Capitán Scott a la Antártida.

Pingüinos adelia

Los pingüinos adelia, o Adelaida, viven en la Antártida.

Un artículo sobre los pingüinos adelia realizado por el oficial médico del Capitán Scott, George Levick, devela prácticas homosexuales, intentos de aparearse con crías y hasta con hembras muertas por parte de lo que él describió como "machos depravados".
 Las descripciones eran tan escandalosas que quedaron ocultas. Pero ahora los científicos entienden por qué el explorador conseideró depravados aquellos comportamientos.

El Museo de Historia Natural de Londres acaba de publicar una versión completa del estudio inédito.

Levick, un ávido biólogo, era el oficial médico en la malograda expedición del capitán Scott "Terra Nova" al Polo Sur en 1910.

Fue un pionero en el estudio de los pingüinos y la primera persona en pasar una temporada de cría con toda una colonia en el remoto Cabo Adare.

En griego

El explorador tomó nota de muchos detalles de la vida de los pingüinos adelia, pero algunas de las actividades de estos animales eran demasiado explícitas para la sensibilidad de estilo eduardiano del doctor.

Según consta en el artículo, el científico quedó escandalizado por lo que describió como actos sexuales "depravados" de machos "vándalos" que se apareaban con hembras muertas.

Tan horrorizado quedó que describió las "pervertidas" actividades en griego para que les resultaran inaccesibles al lector medio.

A su regreso a Reino Unido, Levick intentó publicar un documento titulado "La historia natural de los pingüinos adelia", pero de acuerdo con Douglas Russell, especialista en huevos y los nidos del Museo de Historia Natural, era demasiado fuerte para la época.

"Él presentó un extraordinario relato gráfico de la conducta sexual de los pingüinos de Adelia, pero el mundo académico de la era post-eduardiana lo halló un poco difícil depublicar", señala Russell.

La sección de la conducta sexual no se incluyó en el documento oficial, pero el encargado de conservación de la zoología del museo, Sidney Harmer, decidió distribuir cien copias de la versión completa entre un selecto grupo de científicos.

¿Necrofilia?

Según Russell, en aquel momento no había conocimientos científicos para explicar lo que Levick describió como necrofilia.

"Lo que ocurre entre los pingüinos no es de ninguna manera comparable a la necrofilia en el contexto humano", dice Russell. "Lo que ocurre es que los machos ven a las hembras en esa posición y les causa una reacción sexual.

"No saben distinguir entre las hembras vivas que están esperando a la colonia, y las que están muertas desde el año anterior, que están en la misma posición", explica.

Sólo dos de cien ejemplares originales de Levick sobrevivieron. Russell y sus colegas han publicado una reinterpretación de los descubrimientos del explorador en la revista Polar Records.

Artículo

Avergonzado, el explorador escribió las partes más escandalosas en griego.

Russell cuenta que descubrió una de las copias por accidente.

"Justo estaba mirando el archivo de George Murray Levick cuando moví unos papeles y encontré debajo de ellos este trabajo extraordinario que lleva por título 'Los hábitos sexuales de los pingüinos Adelie, no publicar´" en letras grandes y negras.

"Está lleno de descripciones de casos de coacción, abuso sexual de los polluelos, sexo no procreativo, y termina con un relato de lo que él considera conducta homosexual. Es fascinante".

El informe y las notas escritas a mano por Levick se exhiben en el Museo de Historia Natural de Londres por primera vez.

Russell cree que muestran a un hombre que luchó para entender los pingüinos tal como son.

"Él estaba completamente escandalizado. En cierta medida, cayó en la misma trampa que una gran cantidad de personas que ven a los pingüinos como personas pequeñas. No lo son. Son aves y deben ser interpretadas como tales".

Fuente:

BBC Ciencia 

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15 de abril de 2012

Buenas noticias: En la Antártida hay el doble de pingüinos emperadores de lo que se pensaba

Pingüinos emperadores.

Un grupo de científicos utilizó imágenes por satélite para descubrir que en la Antártida hay el doble de pingüinos emperadores de lo que se pensaba.

El equipo internacional, liderado por el británico Peter Fretwell, estimó que su número asciende a 600.000.

Es la primera vez que se usan imágenes satelitales para contar el número de miembros de una especie y los investigadores dijeron que la técnica servirá para seguir de cerca el el efecto del cambio climático en los pingüinos.

Fretwell le dijo a la BBC que esperan usar la misma técnica para hacer seguimiento de otras especies, en especial aquellas que ofrezcan un fuerte contraste de color con el medio que los rodea.

clic Lea: Científicos localizan una colonia de pingüinos siguiendo sus excrementos

Fuente:

BBC Ciencia

29 de febrero de 2012

Reconstruyen el fósil de un pingüino prehistórico gigante

Ilustración que muestra a dos pingüinos y un delfín de hace 25 millones de años. | Chris Gaskin / Otago University

Ilustración que muestra a dos pingüinos y un delfín de hace 25 millones de años. | Chris Gaskin / Otago University

Después de 35 años, se ha logrado completar la reconstrucción de un fósil gigante de pingüino, ofreciendo a los investigadores nueva información sobre la diversidad de los pingüinos prehistóricos. Los huesos fueron recogidos en 1977 por el doctor Ewan Fordyce, paleontólogo de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. En 2009 y 2011, el doctor Dan Ksepka, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y el doctor Paul Brinkman, viajaron a Nueva Zelanda para ayudar en la reconstrucción del fósil de pingüino; y ahora, han publicado sus hallazgos en el 'Journal of Vertebrate Paleontology'.

Los investigadores apodaron Kairuku al pingüino, una palabra maorí que se traduce como "buzo que regresa con comida". Ksepka se interesó en el fósil porque su forma corporal es diferente a la de todos los pingüinos conocidos, tanto vivos como extintos. Además, el investigador también estaba interesado en la diversidad de las especies de pingüinos que vivían en lo que hoy es Nueva Zelanda, durante el período Oligoceno, que tuvo lugar hace, aproximadamente, 25 millones de años.

Según Ksepka, "Nueva Zelanda fue un lugar ideal para los pingüinos en términos de alimentos y seguridad. La mayor parte de la isla estaba bajo el agua en ese momento, dejando masas rocosas aisladas que mantenían a los pingüinos a salvo de los depredadores, y les proporcionaban comida abundante". Kairuku fue una de las, al menos, cinco especies diferentes de pingüinos que vivieron en Nueva Zelanda durante el mismo período -esta diversidad de especies fue lo que hizo difícil la reconstrucción.

Otago University

Otago University

Uno de los fósiles usados para la reconstrucción

"Kairuku era un ave elegante para los estándares de los pingüinos, con un cuerpo delgado y aletas largas, pero patas cortas y gruesas", explica Ksepka. Los investigadores realizaron la reconstrucción a partir de dos fósiles de Kairuku, por separado, utilizando el esqueleto de un pingüino rey actual, como modelo. El resultado fue un pájaro alto, de pico y aletas alargados - sin duda, la mayor de las cinco especies que eran comunes en la zona durante el Oligoceno.

Nueva Zelanda contiene fósiles excepcionales, que dan pistas importantes sobre la historia de los pingüinos y otras criaturas marinas. Ksepka espera que la reconstrucción de Kairuku dé a otros paleontólogos más información acerca de otros fósiles en la misma zona, así como un mejor conocimiento sobre las especies de pingüinos gigantes.

Fuente:

El Mundo Ciencia



7 de noviembre de 2011

Cuatro cosas que el capitán Scott descubrió en Antártica (y una que lo descubrió a él)


Campamento del capitán Scott en la montaña Buckley

Hace un siglo, el capitán Scott y su equipo iniciaron una fatídica carrera para ser los primeros en llegar al Polo Sur. Aunque no lo lograron, su viaje a esa misteriosa tierra de hielo rindió fruto.

La expedición es mejor conocida por su fracaso. No sólo un rival noruego le ganó al capitán Robert Scott en su carrera al Polo Sur, sino que su equipo de cinco hombres murió en el viaje de regreso.

En la tienda de campaña donde se encontraron sus cuerpos congelados había 16kg de fósiles, un diario meteorológico, notas de cuentas, y rollos de películas tomadas por el propio Scott.

Tienda de campaña de Scott en 1913

El grupo de cinco hombres murió en marzo de 1912 a 17 kilómetros del depósito de suministros.

Los moribundos exploradores pensaron que esto era muy valioso para echarlo por la borda, aunque viajar más ligeros de carga pudo haber sido determinante en su lucha entre la vida y la muerte tras semanas de viaje en temperaturas de -37ºC.

La expedición de Scott tenía un doble propósito: alcanzar el polo para el Imperio Británico y explorar y documentar esta gran tierra del sur.

Este objetivo está reflejado en una respuesta registrada en el Congreso Internacional de Geografía de 1895, en el que se definió la Antártica con "la gran pieza de exploración geográfica por ser asumida", que podría resultar en "una adición al conocimiento de casi todas las ramas de la ciencia".

A finales del siglo XIX, la Antártica era un espacio largo y blanco en el mapa. Nadie estaba seguro si se trataba de un continente o una colección de islas de hielo.

Scott lideró primero una expedición a la región en 1901, y regresó una década más tarde con un equipo de jóvenes y hambrientos expertos, que por primera vez incluía a un fotógrafo profesional, y que debían recoger tesoros ocultos de especímenes, información y observaciones para ser analizados a la vuelta.

Sólo unos poco de su equipo de 38 hombres zarparon hacia el Polo en ese último viaje fatal. Los otros continuaron su investigación en los alrededores del campamento base y más allá.

Recuperados los restos para responder las interrogantes de entonces, estos descubrimientos continúan aclarando las preguntas científicas de nuestros días.

Aquí hay cuatro de esos descubrimientos claves (además del Polo), y uno que los descubrió a ellos.

1. Huevos de pingüinos Emperador

Pingüino emperador llevado por uno del equipo de Scott.

El equipo pasó meses observando colonias de pingüinos exploradores.

De los 2.000 especímenes de animales recolectados por Scott y su equipo, 400 de los cuales eran nuevos descubrimientos, la joya de la corona fue un trío de huevos de pingüinos Emperador.

Se esperaba que esto ofreciera la tan esperada prueba de la teoría de la evolución de Darwin.

En esa época, se creía que un embrión pasaba por todas las etapas de la evolución de su especie mientras se desarrollaba.

Los eduardianos (de la época del reinado de Eduardo VII) asumían que los pingüinos Emperador eran las aves más primitivas del planeta. Ellos esperaban que los embriones en esos huevos mostraran la relación entre dinosaurios y aves.

Estos pingüinos se habían visto antes, pero no con sus huevos.

"Era la gran búsqueda biológica de esos días", dice el historiador David Wilson, cuyo tío abuelo, Edward Wilson, fue un naturalista de Scott. "Ellos recogieron los huevos, y todas las teorías resultaron ser incorrectas".

Las pieles de pingüinos recolectadas fueron usadas 50 años más tarde como un control de especímenes para probar que el pesticida DDT había llegado a la aparentemente inmaculada Antártica.

"El programa científico era tan largo que básicamente fundó la ciencia moderna polar", explica Wilson. "Así que ofrece la base de datos de casi cualquier estudio".

2. El fósil del eslabón perdido

Fósil de Glossopteris

Este fósil sirvió de prueba para la teoría de que los continentes formaban parte de una sola masa prehistórica.

El fósil descubierto junto al cuerpo de Scott era la planta Glossopteris indica, un árbol extinto parecido a la haya de hace 250 millones de años.

En el viaje de regreso del Polo Sur, se detuvieron a explorar una morrena bajo la montaña Buckley.

Este no fue un desvío al azar. A pesar de que la comida escaseaba y luchaban contra el inclemente clima, los científicos exploradores tenían en mente un objetivo específico.

Una nueva teoría hablaba sobre una Antártica alguna vez unida a un supercontinente ancestral llamado Gondwanaland (ahora conocido como Gondwana) y que tenía un clima lo suficientemente tibio como para que crecieran árboles.

Era una teoría convincente. Todo lo que necesitaba era una pieza de evidencia clave.

Así que cuando Scott y compañía encontraron este fósil, igual a otros descubiertos en Australia, África y Sudamérica, fue como descubrir la pieza perdida del rompecabezas de la Tierra, pues indicaba que estas regiones formaban parte de la misma masa prehistórica.

"El descubrimiento de ese espécimen fue fundamental", señala Wilson. "Nos ayudó a cambiar nuestro entendimiento geológico del planeta".

3. Vida salvaje en acción

Además de especímenes, dibujos y fotografías, el Terra Nova regresó con imágenes nunca antes vistas de criaturas polares en acción.

Era la primera vez que una cámara de película se usaba para hacer un descubrimiento en el estudio de la biología. También fijó el estándar para expediciones futuras y documentales de vida salvaje.

"Scott creía que la cámara podía alcanzar logros importantes hasta entonces no conseguidos en la exploración científica", dijo Wilson, autor de The Lost Photographs del Capitán Scott (Las fotografías perdidas del capitán Scott).

El fotógrafo expedicionario Herbert Ponting capturó las formas y texturas del hielo, y filmó los ciclos y comportamientos de los pequeños y desconocidos habitantes de la región.

Por ejemplo, con la filmación de focas de Weddell abriendo huecos en el hielo con sus caninos, Ponting echó al traste las teorías existentes sobre cómo estos animales creaban agujeros para respirar.

Y cuando filmaba a ballenas asesinas cazando en grupos, Ponting casi se convirtió en su almuerzo.

El hielo bajo él cedió y empezó a separarse cuando las ballenas lanzaron un ataque coordinado para lanzarlo al mar.

4. Sistema de clima extraño

Foto de expedición del capitán Robert Scott.

Foto de la expedición polar de Scott, los ponies también perecieron.

En una época del año en que las temperaturas son relativamente templadas (-28ºC), los cinco hombres del capitán Scott perecieron durante una extendida ola de frío que hizo que el mercurio de los termómetros bajaran a -40ºC.

La detallada previsión del tiempo realizada para el viaje al polo por el meteorólogo George C Simpson no mostró señales de este desafortunado cambio climatológico.

Globo meteorológico de Simpson

Simpson con un globo meteorológico.

En un último mensaje al público británico, Scott escribió: "Nadie en el mundo habría esperado las temperaturas y superficies que hemos encontrado en esta época del año. Está claro que estas circunstancias se producen súbitamente, y nuestro naufragio se debe ciertamente a esta súbita llegada de clima severo".

¿Una inesperada y rara desgracia o el pronóstico simplemente falló?

Lo primero, dice Susan Solomon, experta en ciencia atmosférica. El meticuloso análisis de los datos del clima de Simpson habrían sido correctos en casi cualquier otro año, pero 1912 fue uno en que el invierno antártico empezó muy fuerte y temprano.

Su investigación contribuyó mucho al entendimiento de no sólo el clima antártico, sino de cómo las corrientes de vientos más altas interactúan en el hemisferio sur.

5. Legado de hongos

Incluso el refugio de 100 años de Scott esconde un nuevo descubrimiento. Uno que lo encontró a él, al contrario de los anteriores.

Durante el trabajo de restauración, se encontraron tres nuevas especies de hongo de madera dándose un festín con la histórica choza y sus contenidos.

Nuevas especies de hongos

Hongos en uno de los objetos recaudados de la expedición de Scott.

Los restauradores llamaron al paleontólogo de plantas Robert Blanchette, de la Universidad de Minnesota, quien en un principio asumió que el hongo había llegado con visitantes o materiales importados.

"Pero nuestra secuencia de ADN, usada para identificar el hongo, determinó que existen especies presentes en la cabaña que no se habían visto antes y no son similares a otras especies", comenta Blanchette.

Otras pruebas encontraron el mismo tipo de hongo en la región del mar de Ross y en la península antártica, en el lado opuesto del continente, así como en otros refugios históricos.

El experto considera que tiene sentido encontrar nuevas especies en la cabaña de Scott.

"El objetivo de la expedición era estudiar todas las cosas nuevas de este único ecosistema. Estoy seguro de que este hongo, descubierto 100 años más tarde, habría sido de gran interés para los biólogos y otros científicos del último viaje de Scott".

Fuente:

BBC Ciencia

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19 de julio de 2011

Así "vuelan" los pingüinos

Especial: Seres vivos

¿Sabía que los pingüinos pueden volar? No literalmente, pero un grupo de científicos ha demostrado que los pingüinos se impulsan fuera del agua como si fueran proyectiles. Vea el video en este enlace.


Esta capacidad de "volar", aunque sea por un breve instante, es una estrategia vital para escapar de los depredadores como las focas leopardo o las orcas.

Esta técnica, que consiste en envolver el cuerpo con una capa de burbujas de aire, curiosamente es un método similar al que idearon los ingenieros para acelerar el movimiento de barcos y torpedos en el agua, aunque mejorado.

Otro aspecto interesante es que los científicos lograron este descubrimiento al analizar en detalle las imágenes del programa "Planet Blue" (Planeta Azul), una famosa serie de la BBC sobre la vida en los océanos.

Es inverosímil que los pingüinos vuelen

Si lo pensamos bien, es casi inverosímil que los pingüinos puedan volar debido a sus características físicas. Estas aves son anchas y cuentan con unas aletas que son fantásticas para nadar, pero inútiles para el vuelo.

Los científicos estudiaron a los pingüinos imperiales, pero otras muchas especies utilizan la misma técnica para salir del agua y alcanzar rocas o plataformas de hielo que de otra manera sería imposible acceder a ellas.

Un pingüino emperador a la hora de salir del agua

Para poder salir disparadas, los pingüinos envuelven sus cuerpos con burbujas de aire

Las especies más pequeñas, como los pingüinos Adelia, pueden saltar hasta 3 metros fuera del agua y aterrizar en peñascos sin ninguna lesión. Especies más grandes alcanzan alturas de 20 a 45 cm, que es suficiente para que puedan alcanzar las plataformas de hielo y escapar así de sus perseguidores.

Por mucho tiempo esta capacidad de "volar" había desconcertado a los biólogos. Sabían que las aves dejaban una estela de burbujas al nadar hacia la superficie, pero no sabían de dónde provenían.

Hace cinco años, el profesor Roger Hughes de la Universidad de Bangor en Gwynedd y su colega John Davenport, del University College Cork, decidieron investigarlo seriamente.

Con la ayuda del estudiante de doctorado, Marc Acortar y del profesor Poul Larsen, de la Universidad Técnica Danesa en Lyngby, analizaron las imágenes que obtuvieron de la BBC y crearon un modelo básico biomecánico de las velocidades y ángulos que los pingüinos emperador utilizan al salir del agua.

Una técnica que supera a los ingenieros

Uno de los descubrimientos más interesantes es que las burbujas de aire no salen de los pulmones de las aves a través del pico, sino de las plumas. Los investigadores también se dieron cuenta de que estas burbujas de aire forman una "capa" en torno a los cuerpos de las aves que los impulsan a salir como cohetes hacia la superficie a una velocidad de 19 kilómetros por hora.

Los pingüinos salen disparados del agua

Gracias a esta técnica los pingüinos logran huir de sus depredadores.

Para crear esta capa de burbujas los pingüinos tienen un gran control sobre su plumaje. Antes de sumergirse en el agua, levantan sus plumas para llenarlas de aire. Cuando deciden salir disparados, los pájaros bajan sus plumas y nadan verticalmente hacia arriba tan rápido como pueden, de manera que el aire en el plumaje se expande.

Fundamentalmente, esta capa de pequeñas burbujas de aire actúa como un lubricante, reduciendo drásticamente la fricción, permitiendo que los pingüinos lleguen a velocidades de despegue.

Este efecto de aislamiento de aire lo utilizan desde hace mucho los ingenieros y arquitectos navales. Sin embargo, nunca se pensó que este proceso fuera utilizado por los animales, según explicó a la BBC el profesor Davenport.

Por si fuera poco, la naturaleza supera a los arquitectos navales, que no pudieron perfeccionar esta técnica debido a que las mismas burbujas, al entrar en contacto conla hélice del barco o torpedo, producen también un importante efecto de desaceleración. Las aletas de un pingüino, que son el equivalente a la hélice, quedan fuera de la capa de burbujas por lo que no ninguna reducción en su velocidad.

Fuente:

BBC Ciencia

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22 de junio de 2011

Avistan un pingüino emperador en Nueva Zelanda por primera vez en 40 años

[foto de la noticia]

Un pingüino emperador, que vive en el hielo de la Antártida, fue avistado en las costas de Nueva Zelanda por primera vez en más de 40 años, según han informado los medios locales.

El joven ejemplar, que parece estar en buena salud, fue visto el lunes deambulando en las costas de Kapiti, al norte de Wellington, a unos 3.000 kilómetros de su hogar habitual, informó la agencia local NZPA.

La última vez que una de estas aves acuáticas apareció en Nueva Zelanda fue en la playa Oreti, en el sur de la Isla del Sur, en 1967.

"A veces animales poco usuales que vienen de la Antártida visitan nuestras costas, pero no sabemos realmente por qué lo hacen", dijo el portavoz del ministerio de Conservación neozelandés, Peter Simpson.

Las autoridades han recomendado a los habitantes de la zona que no molesten al majestuoso pingüino para que pronto se lance al mar para regresar a su hogar.

El emperador es el más grande de los pingüinos con más de un metro de altura y 30 kilogramos de peso, y puede sumergirse por más de diez minutos llegando a profundidades de hasta 450 metros.

Esta ave se caracteriza por una mancha amarilla a cada lado del cuello que le llega al pecho blanco que contrasta con su plumaje negro.

Los pingüino emperador han inspirado documentales como 'El viaje del emperador' y películas de animación como 'Happy Feet. Rompiendo el hielo'.

Fuente:

El Mundo Ciencia

30 de mayo de 2011

Estudio revela que isla antártica tiene mayor biodiversidad que Galápagos

Se trata de las islas Georgias del Sur, que cuentan con unas 1.500 especies.


Un equipo de investigadores del British Antarctic Survey realizó el primer mega estudio de los animales marinos que habitan en la isla subantártica de Georgia del Sur y descubrió que no sólo es la región más rica en biodiversidad del océano austral, sino que es incluso superior a islas tropicales, como Galápagos, reconocida por su ecosistema único.

La investigación, que incluyó 25 mil reportes desde la época victoriana, revela la existencia de cerca de 1.500 especies en las aguas alrededor de este archipiélago ubicado al sur del Océano Atlántico, que hoy está bajo administración británica, pero que Argentina reclama como propio. "La biodiversidad de Georgia del Sur supera a la de sus rivales más cercanos, como las islas Galápagos, en Ecuador, en cuanto al número de especies que habitan sus costas", dice el autor principal del estudio, Oliver Hogg, quien agrega que durante "la temporada de cría alberga la mayor densidad de masa de los mamíferos marinos en la Tierra".

Un dato que ratifica Anelio Aguayo, experto en mamíferos marinos del Instituto Antártico Chileno, quien afirma que en los alrededores de la isla se registran las mayores concentraciones de mamíferos marinos -ballenas, delfines, cachalotes, etc.- del océano austral, debido a la gran productividad de fito y zooplancton que hay en la zona, así como la más grande colonia de lobo fino antártico del mundo, con unos cuatro millones de ejemplares.

Eso, sin contar con la gran cantidad y diversidad de especies de focas y pingüinos, que a juicio del experto chileno transforman, sin duda, esta zona en una especie de Galápagos, pero antártico.

La investigación, que saldrá publicada en la revista PLoS ONE, no sólo reporta mamíferos marinos, sino también una gama de especies, entre los que se cuentan erizos de mar, gusanos que nadan libremente, peces, arañas y crustáceos. La mayoría son raros y no existen en ningún otro lugar del planeta.

Aguayo recuerda que a principios de siglo los ingleses sobreexplotaron las especies de la zona -instalaron allí plantas balleneras-, y que que hoy estas se han recuperado gracias a que las islas están protegidas. Esa protección convierte a Georgia del Sur en un laboratorio natural para medir el impacto del cambio climático en su biodiversidad, dice el experto chileno.

Una mirada que comparten los investigadores británicos, quienes dicen que este trabajo será vital para saber qué especies podrían ser más vulnerables. De hecho, mediciones oceanográficas cerca del archipiélago realizadas entre 1925 y2006 revelan un aumento de la temperatura del agua entre 0,9°C y 2,3°C en los primeros 100 metros de la columna de agua, que son niveles de calentamiento mayores a los reportados en otras partes del hemisferio sur. "Esta es la primera vez que alguien traza la biodiversidad de un pequeño archipiélago en el océano austral. Si queremos entender cómo estos animales responden a los cambios en el futuro, un estudio como este es un punto de partida realmente importante", dijo Hogg.

Tomado de:

Nuestro Mar

13 de abril de 2011

Cae población de pingüinos en la Antártica

El número de pingüinos barbijo está disminuyendo vertiginosamente.

Varias especies de pingüinos que habitan en el oeste de la Antártica están en declive como consecuencia de una disminución de su principal alimento, sugiere un estudio realizado por científicos estadounidenses.

Los investigadores analizaron datos recogidos durante 30 años y concluyeron que el número de pingüinos barbijo y Adelaida ha estado disminuyendo desde 1986.

La razón principal para su disminución es la también reducción del krill de la Antártica (Euphausia superba), uno de los crustáceos más abundantes del planeta y que constituyen la principal fuente de alimentación de los pingüinos.

Los investigadores citaron el calentamiento de las aguas, menos cobertura de hielo en la Antártica y el aumento en las poblaciones de ballenas y focas, como principales causas de la reducción del krill.

Estos hallazgos aparecen en la publicación de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU..

El krill antártico es una criatura parecida al camarón, que alcanzan una longitud de unos 6 cm y sus cantidades llegan a ser de unas 30.000 criaturas en un metro cúbico de agua de mar.

También es una de las especies clave en los ecosistemas de los alrededor de la Antártica, ya que es la presa dominante de casi todos los vertebrados en la región, no solo de los pingüinos.

Cambio de teorías

Una serie de factores se combinan para cambiar el medio ambiente de la zona, aseguran en su artículo los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y de la Institución Scripps de Oceanografía.

"En el oeste de la Península Antártica y el adyacente mar de Escocia abundaba la vida silvestre, mucha de la cual ha sido casi borrada por los seres humanos", aseguran los científicos.

"Esta región es también una de las áreas de más rápido calentamiento del planeta, con aumentos de entre 5- 6º Celcius en las temperaturas medias del aire durante el invierno, y con la asociada disminución de la cubierta de hielo marino", agregan.

Tras analizar los datos recogidos durante 30 años, así como los recientes censos en las poblaciones de pingüinos, los investigadores pudieron desafiar una idea científica conocida como la "hipótesis del hielo marino", acerca de cómo los ecosistemas de la región están cambiando.

"Esa hipótesis sugiere que las reducciones del hielo marino en invierno han conducido directamente a la disminución de las especies que prefieren el hielo dada la disminución de su hábitat, mientras que las poblaciones que evitan el hielo se habrían incrementado", explicaron.

Sin embargo, los resultados mostraron que, desde mediados de 1980, se había producido un descenso tanto en especies amantes de hielo, - como los pingüinos Adelaida-, así como en los pingüinos barbijo, que huyen del hielo, con ambas poblaciones reduciéndose hasta en un 50%.

Nuevas hipótesis

Krill

El krill antártico es una criatura parecida al camarón, que alcanzan una longitud de unos 6 cm.

Como resultado, los investigadores favorecen una hipótesis "más sólida", de que el número de pingüinos está vinculado a los cambios en la abundancia de su principal fuente de alimento: el krill.

"Al vincular el comportamiento en el aumento de pingüinos con las fluctuaciones en la biomasa de krill se explica por qué las poblaciones de pingüinos Adelaida y barbijo aumentaron después de que sus competidores (lobos marinos, ballenas y algunos peces) fueran casi exterminados en los siglos XIX hasta mediados del XX, como resultado de la pesca".

El equipo dijo que se estimaba que había en la región unas 150 millones de toneladas de krill luego de que la era global de la caza empobreció la población mundial de ballenas.

Durante este período, los datos muestran que hubo un aumento en el número de barbijos y Adelaida en cinco veces entre los años 1930 y 1970.

Pero ahora estas poblaciones están disminuyendo vertiginosamente.

"Nuestra hipótesis es que la cantidad de krill a disposición de los pingüinos ha disminuido debido a la creciente competencia de ballenas y la recuperación de las poblaciones de foca, así como los cambios provocados por el clima que han alterado el ecosistema de manera significativa durante las últimos dos a tres décadas", señalan los especialistas.

Los investigadores de EE.UU. concluyeron que el número de pingüinos y la abundancia de krill es probable que siga disminuyendo si la tendencia al calentamiento en la región continúa.

Fuente:

BBC Ciencia

1 de octubre de 2010

Perú: Descubren fósil de pingüino gigante en Paracas


Un equipo de investigadores halló restos de un pingüino de 1,50 metros que habitaba en el Perú hace unos 36 millones de años, y también descubrieron plumas fosilizadas que muestran que en ese entonces esta ave no voladora estaba moteada de marrón rojizo y gris.

El informe aparece el jueves en la revista Science. El análisis del fósil condujo a un nuevo descubrimiento sobre los pingüinos modernos, lo que a su vez plantea interrogantes acerca de cómo desarrollaron sus plumas para convertirse en eximios nadadores.

Ilustración del pinguino cortesía de Katie Browne

Reconstrucción animada de Katie Browne del fósil del pingüino Pedro.

Los restos fósiles de un pingüino gigante que vivió hace 36 millones de años acaban de ser descubiertos en Perú.

Los científicos afirman que el descubrimiento realizado en la Reserva Nacional de Paracas muestra que el plumaje estaba presente al principio de la evolución del pingüino.

Las plumas del animal de entonces eran de color marrón y gris, según afirmó el equipo de investigadores en una publicación aparecida en la revista Science, y su aspecto sería muy distinto del esmoquín negro que caracteriza a estos animales en la actualidad.

El ejemplar encontrado alcanzaba los 1,5 metros y era hasta dos veces más alto que el pingüino emperador, el más grande de las especies que sobreviven en la actualidad.

Los científicos bautizaron a este ejemplar con el nombre de pingüino Pedro, en honor a un personaje escamoso aparecido en una serie de televisión colombiana.

Emperador del agua

El pájaro se llama en realidad Inkaycu paracasensis, o emperador del agua de Paraca, y deambuló en la Tierra durante el período de finales del Eoceno.

Tenía un pico largo y recto y mucho más largo que el de sus parientes actuales.

Uno de los descubrimientos más sorprendentes es el buen estado de conservación de sus plumas y las escamas de sus patas.

"Antes de encontrar este fósil no teníamos ninguna muestra de cómo eran las plumas, los colores o la estructura y la forma de las aletas de los antiguos pingüinos" , declaró Julia Clarke, una palentóloga de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, y autora principal del estudio.

"Teníamos muchas dudas y ésta es nuestra primera oportunidad de comenzar a contestarlas".

La investigadora explicó a la BBC que el fósil muestra cómo los principales rasgos físicos evolucionaron a lo largo de millones de años, pero el color de las plumas de los pingüinos cambiaron de tono de rojo amarronado y gris a negro de forma bastante reciente.

La particular forma de las aletas y las plumas es lo que los convierte en unos nadadores tan excepcionales.

Vuelos acuáticos

Durante sus vuelos acuáticos y en el proceso de buceo estos pájaros son capaces de generar fuerzas a propulsoras en un entorno que es 800 veces más denso y 70 más viscoso que el aire.

Pingüino

Los pingüinos de hace 36 millones de años eran muy distintos a los de ahora.

"Una cosa que es interesante sobre los pingüinos es cuán profundo bucean depende del tamaño de su cuerpo", afirma Clarke.

"Cuanto más pesado es más profundo bucea. Si eso fuese cierto para todos los pingüinos, la profundidad lograda por estos gigantes habría sido asombrosa".

Para tener una idea del color de las plumas del pingüino que murió hace tanto tiempo, el equipo examinó las melanosomas -estructuras microscópicas celulares en el fósil, cuyo tamaño, forma y disposición determinan los colores de las plumas del pájaro.

"El conocimiento del color de los organismos extintos puede revelar pistas sobre su comportamiento y su medio", explica el coautor del estudio, Jakob Vinther, de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.

"Pero lo más interesante, creo que es simplemente genial poder observar el color de un organismo extinto tan extraordinario, como este gigante fósil".

Los investigadores afirma que, junto a otros recientes descubrimientos en ese área, es una muestra de la gran diversidad de especies de pingüino gigante que habitó en el Eoceno en las bajas latitudes de Perú.

"Hay un gran potencial para nuevos descubrimientos que pueden cambiar nuestra visión de la evolución no sólo del pingüino sino también de otros marinos vertebrados".

Hallazgo fortuito

Un golpe de suerte ayudó a los paleontólogos a hallar las plumas en la Reserva de Paracas, ubicada en el departamento de Ica, al sur de Lima. Un estudiante del equipo de excavación del Museo de Historia Natural de Lima descubrió la pata del fósil y notó que tenía escamas, evidencia de tejido blanco que rara vez se preserva.

“Nos entusiasmamos notablemente”, dijo la paleontóloga Julia Clarke, de la Universidad de Texas en Austin, que dirigió el equipo. “Avanzando con extrema lentitud” descubrieron las plumas fosilizadas.

En la superficie tienen la forma de las de los pingüinos modernos, dijo Clarke, pero un examen más minucioso muestra una gran diferencia. La forma exterior se desarrolló antes de ciertos cambios microscópicos que pueden haber desempeñado un papel en la habilidad del animal bajo el agua.

Los fósiles carece de pigmento. Pero en las plumas pueden haber quedado bolsones microscópicos llamados melanosomas que en vida del animal contenían pigmentos, y la forma de esos melanosomas corresponde a colores diferentes. De modo que los investigadores compararon un catálogo de melanosomas de aves vivientes con los de los fósiles.

La gran sorpresa es que los pingüinos modernos tienen grandes melanosomas arracimados como uvas, al contrario que cualquier otra ave conocida, mientras que los melanosomas más pequeños del pingüino gigante extinto se parece al de las otras aves modernas, dijo Clarke.

Fuentes:

El Comercio (Perú)

Terra Perú

BBC Ciencia

15 de diciembre de 2009

Desde la Antártida: Entre pingüinos

Martes, 15 de diciembre de 2009

Desde la Antártida: Entre pingüinos


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La colonia de adelias de la Isla Torgersen es un espectáculo inolvidable. Cientos de estridentes gargantas chillan con fuerza operática, mientras sus dueños baten al aire pares de aletas que parecen caucho. Desde lejos, la masa de cuerpos me recuerda el piso de linóleo de una cafetería no muy bien mantenida donde huele a guano.

Es difícil venir a la Antártida y no hablar de los pingüinos. Ningún otro animal personifica el espíritu de lucha de la vida enfrentada a los elementos como el pingüino adelia (Pygoselis adeliae). Esta pequeña criatura de sangre caliente sobrevive sólo porque está supremamente adaptada, sabiendo lo que es importante, y haciendo lo que es necesario, siempre con una cantidad alucinante de energía.

Esto es especialmente importante para su vida en el océano. Allí, en medio de bloques de hielo que pesan toneladas y que se mueven en todas direcciones, los adelia deben capturar su presa, el krill. Para hacerlo tienen que sumergirse constantemente, buceando hasta 150 metros, en inmersiones que duran entre 2 y 6 minutos. Todo esto, frente al espectro de su mayor enemigo marino, la foca leopardo, que no tiene otro pensamiento en su mente que comérselos.

Los adelias saben que mientras estén en el océano todas las cartas están en su contra. Si no es en el mar, bajo los dientes de la foca, es en el momento en que saltan a tierra, empujados contra las rocas por olas violentas o bloques de hielo afilados como escalpelos. Cuando llegan a tierra están de mal genio, estresados. Y sólo cuando se sacuden el agua y se alisan las plumas, estimulando las glándulas que las mantienen engrasadas e impermeables, termina su transformación de animal marino a terrestre.

Su ciclo anual incluye un período premigratorio de alimentación y engorde, la migración en primavera hacia la colonia, la anidación, el nacimiento de los polluelos, la emigración de la colonia en el otoño, otro período de alimentación y engorde, y luego la muda del plumaje. Esta etapa es especialmente importante para las aves porque el plumaje es la primera defensa contra el agua fría. Además les permite moverse con menos esfuerzo y rapidez en el agua.

Los pingüinos polares tienen el plumaje más denso de todas las aves: hasta 46 de ellas por centímetro cuadrado. A medida que la pluma nueva crece, empuja el tallo de la pluma vieja hacia adentro, de tal manera que nunca hay una grieta que deje piel descubierta. Es como si nunca se quitaran el abrigo.

La situación de los adelia del Archipiélago Palmer es precaria. Según el biólogo Bill Fraser, están condenados a desaparecer. Su existencia está atada al hielo porque allí es donde se reproduce el krill, y allí es donde pueden descansar y ponerse a salvo de las focas. Con el calentamiento de las aguas polares, el hielo marino se forma mucho más tarde en el año, y se forma cada vez más hacia el sur, donde los días son más cortos y oscuros. Para ver el krill, los adelia deben tener al menos un poco de luz. Y para que el krill se reproduzca, necesita el plancton vegetal, que también depende de la luz. Por eso los adelia no pueden migrar hacia el sur a lo largo de la Península Antártica. Y por eso la evolución les ha dotado de un deseo irresistible de reproducirse, que les llega con la primavera, para que los polluelos tengan suficiente alimento. El calentamiento también produce más nevadas durante el verano (por la humedad que se forma en la atmósfera). Y al derretirse la nieve, el agua inunda los nidos de los adelias, matando los polluelos y los huevos.

Las horas que he pasado observando a estos pequeños ciudadanos del hielo se disuelven como minutos. Ellos me han sabido aceptar tan noblemente día tras día, a veces con curiosidad, a veces con indiferencia, a veces recordándome mi lugar cuando me acerco demasiado, a veces acercándose a degustar la nieve justo al lado de mis botas...

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Hasta ahora nadie había pensado que los pingüinos pudieran estar en problemas. Pero en realidad se están convirtiendo en el nuevo emblema de los devastadores efectos del cambio climático. Los adelia, en particular, son la especie mejor estudiada, gracias a la cercanía de la estación de investigaciones Palmer. Los expertos calculan que en todo el continente antártico existen 2 millones y medio de parejas de adelias, pero predicen que, si las temperaturas globales suben 2ºC, el impacto sobre los pingüinos polares (adelias y emperadores) que viven más al norte de los 70 grados latitud sur, es decir la mitad de todos los pingüinos antárticos, será absolutamente devastador.

Es muy probable que estos inofensivos centinelas de los hielos que me miran con sus ojos maquillados de blanco aquí en la Isla Torgersen desaparezcan por completo y para siempre en unos cuantos años. Es difícil acoger esta idea sin sentir una profunda tristeza.

Los pingüinos son los animales más antropomorfos. Todo el mundo se identifica con ellos. ¿Por qué respondemos con tanta emotividad a un pingüino? Quizás porque se sostienen sobre dos patas y caminan erguidos como la gente. Para nosotros son como pequeños humanoides: una convención de meseros, diez mil monjas, una guardería de bebés gorditos con abrigos para el invierno. Son una caricatura de la vida humana. Les gusta la compañía, pero pelean con sus vecinos. Les regalan a sus novias piedras bonitas para el nido, pero también tienen infidelidades, y se divorcian, y se vuelven a casar. Son padres afectivos y ambos ayudan a sacar adelante a los hijos. Viven en colonias que parecen ciudades, están plagados de pandillas de adolescentes, y siempre andan contoneándose a toda carrera, como si tuvieran cosas importantísimas qué hacer.

Los pingüinos adornan los envoltorios de helados, tarjetas de cumpleaños, calendarios, libros y muchos otros atractivos productos. Todo el mundo sabe cómo es un pingüino, pero a la vez hay muchos malentendidos. Son aves, no mamíferos ni peces. Tienen plumas, no pelo. Y no viven en el Polo Sur (que está a 800 kilómetros del mar más cercano y a casi 10.000 pies de altura). Tampoco viven con esquimales ni osos polares, que habitan en el Ártico. Sólo cuatro especies de pingüinos viven en la Península Antártida, el resto vive al sur de Áffrica, Argentina, las Galápagos y otras islas.

Son divertidamente torpes en tierra, pero vuelan en el agua, con una agilidad increíble. Y están entre los mejores buzos del reino animal. Sus plumas están dispuestas como las tejas de un tejado, y son tan espesas que impermeabilizan a su dueño. Y por inimaginable que parezca, padres e hijos se reconocen por su tono de voz en medio de la algarabía de una colonia.

Por lo general existe un limbo entre nosotros y los animales. Ellos nos temen y mantienen las distancias. Pero los pingüinos están entre los pocos animales que cruzan esa frontera. Es como si nos vieran como pingüinos también, tal vez de una especie rarísima. Después de todo, nos sostenemos sobre dos patas, nos movemos en grupos, hablamos todo el tiempo, y nuestros niños se contonean como ellos.

En pocos días me embarco nuevamente en el Laurence M Gould para regresar a Chile y al calor de mis playas en Miami. Trato de imaginar a Torgersen sin sus 3.000 pingüinos. Sería un trozo de roca volcánica silenciosa, excepto por el suave crujir cristalino del hielo contra las rocas, y el ocasional grito de un skúa.

Tomado de Muy Interesante, de aquí y de aquí.

10 de diciembre de 2009

¿A dónde van los pingüinos?


Jueves, 10 de diciembre de 2009

¿A dónde han ido los pingüinos?

El pingüino Adelia

El Pingüino adelia (Pygoscelis adeliae) es, junto con el pingüino emperador, una de las dos únicas especies de pingüinos que viven en el continente antártico, propiamente. Esta especie es común a lo largo de toda la costa antártica e islas cercanas. En 1830, el explorador francés Dumont D'Urville lo bautizó en honor a su esposa, Adélie. La Isla Ross alberga una colonia de aproximadamente medio millón de pingüinos adelia.

Este pingüino tiene de 60 a 70 cm de longitud y alrededor de 4 kg de peso. Su rasgo distintivo es el anillo circular blanco que rodea el ojo y las plumas en la base del pico. Estas largas plumas ocultan la mayor parte del pico rojo. La cola es un poco más larga que las de otros pingüinos.

Más datos en Wikipedia...





5 de diciembre. Kristen Gorman y Jen Blum salen todos los días temprano y regresan a eso de las 10 de la noche. Están entre las personas que más duro trabajan en la estación. Pero ¡qué trabajo!: pasan la jornada entre pingüinos y cormorane, petreles y skúas (esas aves que parecen enormes gaviotas pardas). Los cuentan, los marcan, los miden, los pesan. Estudian exactamente lo que comen los padres y los bebés, cuándo y dónde. Estudian el esfuerzo que les cuesta a las aves conseguir su alimento (el krill), la dinámica de sus poblaciones, lo que sucede en el nido. Quién muere, cómo y por qué. Quién se come a quién y cómo encaja todo esto con el calentamiento global, pues es una cadena firmemente “apretujada”, y todo, absolutamente todo, afecta a lo demás.

“Las poblaciones de pingüinos adelia en el área del Archipiélago Palmer, en la Península Antártica, están menguando”, dice Kristen. “Porque esta es una especie que depende del hielo marino para muchas cosas. Por ejemplo, necesitan los témpanos y las extensas capas de hielo que cubren el mar para descansar sobre ellas. Y necesitan ese hielo para atrapar el krill que pone sus huevos debajo”. Con menos hielo cubriendo el agua, los pingüinos tienen que nadar más lejos para conseguirlo.

En cambio, los pinguinos gentoo (los que tienen el pico anarajado) necesitan las aguas abiertas para atrapar su propio alimento. Ellos deben nadar a toda prisa y dar saltitos sobre el agua, mientras acumulan impulso para ir rozando la superficie con los picos abiertos. Entonces estos gentoo, a los cuales no les gusta el hielo, han estado estableciéndose en esta área cada vez mas. Y los adelia, han estado decreciendo.

¿A dónde van los adelias? Nadie lo sabe aun con certeza. Es posible que simplemente estén desapareciendo de la península. Hace una década había muchos. Sólo en la isla Torgersen vivían 10.000 parejas; ahora quedan alrededor de 3.000. ¿Habrán migrado hacia otros lugares? No parece muy viable. Lo cierto es que no todas las islas ni las áreas costeras de la península al sur del Archipiélago Palmer son un entorno fácil para los adelias. O bien son sumamente escarpadas, o no tienen las condiciones de alimento adecuadas.

Y sin embargo, Kristen y Jen hallaron una colonia casi inaccesible en la Isla Charcot, hace unos meses. Este fue un gran descubrimiento. Porque Charcot tiene unas costas difíciles. Esa topografía para un pinguino es casi como ir a los Andes para un humano. Y no obstante ahí están, en las alturas, teniendo que bajar al mar constantemente para volver a subir a cuidar del nido. ¿Qué atractivo le encuentran? “Nada menos que el atractivo de la comida en gran abundancia”, dice Jen. “La topografía submarina y la geología de Charcot son semejantes a las de las costas chilena y peruana: tiene paredes casi verticales que descienden hasta el fondo formando cañones submarinos”, dice Fulana. “Esto hace que el agua fría y densa del fondo, que está cargada de nutrientes, pueda subir a la superficie para enriquecerlo todo. Es lo mismo que sucede en Charcot, y en otras islas antárticas parecidas, pero en menor escala que en la costa sudamericana, naturalmente”.

El descubrimiento no habría podido realizarse sin la interacción de diversos instrumentos y disciplinas científicas, pues la geología submarina de las islas y la cantidad de plancton vegetal que hay en ellas la descubrieron los robots gliders. Y a su vez los robots tuvieron que seguir a los pinguinos. “Los pinguinos se comen el krill, pero este a su vez se come al plancton vegetal” dice Kristen.

En enero, ambos equipos de biólogos explorarán Charcot nuevamente. “Para mí es difícil creer que fuimos la primeras en pararnos en esas costas de Charcot”, dice Jen. Pero así es la Antártida: aún hay espacio para el descubrimiento y la exploración.

Fuente:

Muy Interesante

5 de febrero de 2009

Perú planea crear una reserva para salvar a los pingüinos de Humboldt

Lima, 5 feb (EFE).- Pingüinos cerca de la línea ecuatorial: aunque parezca increíble, estas aves identificadas con los fríos polares viven en las costas de Perú, donde el gobierno planea crear una gran reserva para evitar su extinción.

"Perú es un país casi tropical situado cerca de los cero grados de la línea ecuatorial y es difícil pensar que animales que son originarios del Polo Sur estén en latitudes cercanas al ecuador", dijo a Efe Miguel Lleellish, especialista en biodiversidad del gubernamental Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena).

Gracias a la corriente antártica, se puede apreciar en algunos puntos del litoral peruano y ecuatoriano, tanto en invierno como en el verano austral, algunas colonias de pingüinos, un animal que ha sido considerado como vulnerable o en vías de extinción por convenios internacionales, así como por los gobiernos de Chile y Perú.

En Chile, donde está vigente desde 1995 una moratoria de 30 años para la caza y captura de pingüinos y se han protegido las cuatro colonias más importantes de esta ave, existen unos 11.000 ejemplares.

Pero en Perú el número de pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti) - que forma parte del conjunto de aves guaneras (cuyos excrementos o guano son aprovechados para la agricultura)-, es de sólo 4.390 ejemplares, de acuerdo a un censo de Inrena realizado en 2006.

La mayoría de la población de estas aves se encuentra en el departamento de Ica, al sur de Lima, en una zona que incluye a la Reserva Nacional de Paracas.

El 39 por ciento de la población total vive en San Juan de Marcona (Ica), territorio que será incluido en la nueva reserva.

A dos kilómetros de las costas de Marcona "se encuentra el mayor afloramiento marino del mundo, compuesto por nutrientes y praderas de algas, lo que permite la presencia de importantes cardúmenes (bancos) de anchoveta y otras especies pelágicas que sirven a su vez de alimento de aves y mamíferos", explicó recientemente la ecóloga Patricia Majluf al diario peruano "El Comercio".

Si bien el número de estas aves que pesan cerca de 3 kilos y llegan a medir hasta 72 centímetros de altura casi se ha duplicado entre 2004 y 2006, aún corren el riesgo de desaparecer.

Su principal enemigo no son los fenómenos naturales como la corriente de El Niño, que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas, sino el hombre.

"La población se ha venido reduciendo cada vez más por las actividades de extracción de guano, la interacción con la pesca artesanal y la expansión de los asentamientos humanos en la costa de Perú", explicó Lleellish.

Y es que entre 300 y 500 pingüinos mueren cada año en las redes de pescadores.

Otra amenaza es la extracción del guano, que fue el "oro blanco" peruano a finales del siglo XIX y que hasta la fecha provoca una reducción del hábitat de los pingüinos que anidan en las denominadas islas guaneras.

Por ello, el Inrena y otros defensores del medioambiente han propuesto que se declare como reserva guanera una zona de más de 120.000 hectáreas, compuesta por 23 islas y 11 puntas.

La iniciativa "está a punto de ser aprobada" por el Ejecutivo de Perú, acotó Lleellish, quien señaló que la medida es "imprescindible" y además, pondría al país en "el liderazgo regional respecto a la conservación de áreas marinas costeras".

Agregó que la creación de la reserva no se contradice con los intereses económicos de los sectores pesqueros o mineros, que explotan recursos en la costa y mar de Perú.

"El mundo moderno permite convivir con los diferentes sectores", recalcó el funcionario al recordar que la empresa privada, entre ellas la minera Antamina tiene en marcha programas para la protección de los pingüinos de Humboldt.

Pero lo más importante es crear en Perú una conciencia ambiental en los hijos de los pescadores artesanales y en la población en general para que no arrojen plásticos ni metales a los ríos que desembocan en el mar, recordó el ecólogo.

Rocío Otoya

Fuente:

Yahoo Noticias

El Comercio - Perú



Más noticias:

El pingüino emperador podría extinguirse en 2100 por el deshielo de la Antártida

'Casan' a dos pingüinos gays en un zoo de China

22 de septiembre de 2007

"Marcha" de pingüinos en Internet.



La llegada de los pingüinos Magallanes a la provincia argentina de Chubut, está siendo transmitida en vivo y de forma ininterrumpida durante 72 horas en la redLa llegada de los pingüinos Magallanes a la mayor colonia de su especie en el mundo, situada en la sureña provincia argentina de Chubut, está siendo transmitida en vivo y de forma ininterrumpida durante 72 horas por internet, en lo que se llama la Vigilia de los pingüinos.

El evento comenzó este viernes a las 8.00 horas locales (13.00 hora peninsular española) y finalizará este domingo a las 20.00 horas (23.00 hora peninsular española.

Los primeros en llegar a las costas de Chubut son los pingüinos machos, que empiezan a limpiar el mismo nido utilizado por la familia el año anterior, y unos días más tarde llegan las hembras.

Se espera la llegada de más de 200.000 parejas de pingüinos Magallanes al Área Natural de Punta Combo, provenientes de las costas de Brasil, donde estas aves pasan el invierno.

Esta iniciativa virtual de visualizar su llegada en directo e ininterrumpidamente está organizada por la Subsecretaría de Información Pública de Chubut y la empresa argentina Lupa, especializada en turismo virtual. "Actualmente más de 13 millones de personas por día buscan la palabra Patagonia en internet, un dato que sin duda muestra la magnitud en el mundo de estos recursos naturales y de ahí la importancia de usar la moderna tecnología para amplificar ese interés", afirmó Agustín Pallotti, director de Lupa.

Fuente:

El País


El Mundo
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