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18 de junio de 2019

INEI: Aumenta el número de peruanos con sobrepeso y obesidad

El 41.2% de peruanos presenta riesgo cardiovascular muy alto, de acuerdo al último reporte del INEI. ¿Qué otros problemas de salud tienen los peruanos? 


Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2018, el 37.3% de peruanos entre 15 años y más tenían sobrepeso, lo que representó un incremento de 0.4 puntos porcentuales (pp) respecto al año previo; y en el periodo 2014-2018 se elevó en 1.2 pp. 
 

La mayor incidencia de sobrepeso se registró en varones (37.5%) que en mujeres (37.1%). Además, se concentró principalmente en Tacna (40.9%) y la Provincia Constitucional del Callao (39.2%).

Asimismo, el 22.7% de personas de 15 años a más tenían obesidad, lo que representó 1.7 pp más comparado con el resultado del 2017 (21%); y en el periodo 2014-2018, se incrementó en 4.2 pp. 

En el área urbana el 25.3% de peruanos tenía obesidad en em 2018, mientras que en la zona rural llegó a 12.1%.

Riesgos


El 41.2% de peruanos de 15 años a más presentaron un riesgo cardiovascular muy alto . Este riesgo es más alto en mujeres (60.4%) que en varones (21.4%); además en personas en el área urbana (44.4%), que en el área rural (28.2%).

¿Los peruanos consumen frutas?


La encuesta del INEI revela que solo el 11% de peruanos de 15 años a más consumieron al menos cinco porciones de frutas y verduras al día . El 12.1% de las mujeres consumieron este tipo de alimentos frente a los varones (10%). 

27 de noviembre de 2018

Hacer cinco comidas al día para adelgazar y otros mitos que nos hemos creído pero que la ciencia desmonta

¿De qué mitos estamos hablando?

Hacer cinco comidas al día

¿Comer menos veces y de forma más copiosa o hacerlo de forma espaciada y frugal? La polémica está servida. La lógica de las cinco comidas al día es aplastante: si comemos con mesura durante más veces a lo largo del día nuestro cuerpo no sufrirá por el "hambre", por lo que no se activarán los mecanismos para almacenar grasa ni nos dará por pegarnos el atracón.

Hilado así, el argumento tiene mucho sentido. Pero, ¿cuál es la realidad en todo esto? Si atendemos a la evidencia científica nos encontramos con estudios que indican que sí, que comer más veces al día está asociado a perder peso. Pero también encontramos otros que no hallan relación entre una cosa y la otra. Incluso nos podemos topar con un numeroso contingente de estudios que indican que comer más veces puede asociarse con la obesidad. Entonces, ¿quién tiene la razón?

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La respuesta no es sencilla (como nada en la nutrición). Estas conclusiones que pueden parecer dispares muestran en realidad la diversidad de factores que afectan a este tipo de estudios: la edad, el sexo, el tipo de actividad física diaria o el tipo de ingesta. Para dietistas como Juan Revenga la respuesta es que, aunque sí existe evidencia de que comer más veces al día puede ayudar a controlar el apetito eso no indica que se asocie a la pérdida de peso. Mucho más importante es lo que comemos o el ejercicio que realizamos. 

Aunque esto parece obvio, a tenor de los estudios, estos factores son cruciales a la hora de definir las comidas que debemos realizar a lo largo del día. Es esencial, opinan muchos expertos, distribuir adecuadamente los alimentos según las comidas que hagamos. Y aún más importante es ser conscientes y coherentes con estas ingestas. De nada sirve comer cinco, tres o nueve veces al día si los alimentos no son sanos.

En definitiva, ¿por qué el dicho de comer cinco comidas al día es un mito? Porque no es cierto por sí solo. Es mucho más importante qué vamos a comer que cuándo vamos a hacerlo (o más bien en cuántas veces), y no nos servirá de nada si no aprendemos a comer adecuadamente o acompañamos la dieta con ejercicio.

Comer en un plato pequeño

Uno de los trucos más cacareado para adelgazar consiste en usar un plato pequeño para servirnos la comida. Según algunos (viejos) estudios, esto sirve para reducir la cantidad de comida en el plato y para que nuestro cerebro crea que estamos ante una mayor cantidad de alimento. La premisa parece buena y la intención aún mejor.

Sin embargo, nada nos dice que esto funcione. ¿Pero no había estudios que así lo confirmaban? La ciencia tiene estas cosas, que ante una evidencia científica existe la posibilidad de contrastar y desmentirla. Y justo eso parece haber ocurrido con este "truco".

A la luz de los metaanálisis, que son revisiones más extensas y dedicadas de la literatura científica existente sobre un tema, el conjunto de investigaciones más bien apunta a que no: el plato pequeño no sirve de mucho. Estos indican que no existe una relación directa entre el uso de platos más pequeños y la pérdida de peso.

Comida3

Por tanto, insistimos, es mucho más interesante saber qué comemos; más que pensar en los recipientes en los que servimos a la hora de comer. Aun así, y a pesar de que por el momento podemos considerar esto como un mito, existen algunas voces discordantes que manifiestan la contradicción existente entre varios estudios.

Algunos van más allá y analizan las razones de estas diferencias y concluyen, como cabría esperar, que estas dependen de muchísimos factores. En la opinión de Stephen S. Holden, autor de el metaanálisis que mencionábamos unas líneas antes, es mucho más importante quién sirve la comida, o en qué circunstancias lo hace, que el propio tamaño del plato.

Tomar un vaso de agua con limón en ayunas

Existen pocos mitos más absurdos que este de tomar un vaso de agua con limón para ayudar al metabolismo. Especialmente en ayunas. Según reza, esto ayuda a "eliminar toxinas", a "mantener el pH de la sangre" y a "reforzar el sistema inmune" y no se sabe cuántas más cosas positivas.

Centrándonos en los reclamos más importantes, veamos uno a uno por qué no es cierto lo que afirman. En primer lugar, el zumo de limón, o de cualquier otro cítrico, en ayunas o no, tibio o frío o de la manera que queramos no puede ayudar a eliminar toxinas, entre otras cosas, porque nosotros no generamos toxinas.

Esta palabra hace referencia a sustancias muy concretas destinadas a hacerle daño a otros organismos. En todo caso, cuando hablamos de "detoxificación" (otra palabra con más marketing que realidad) de lo que hablamos es de productos de deshecho propios de nuestro metabolismo. Y para eso no hay más tutía que expulsarlos de manera natural. Y no, no hay relación entre el limón y una mejora en su excreción.

Más mitos sobre alimentación y dietas en: Xakata Ciencia

30 de julio de 2018

¿Beber agua ayuda a adelgazar?

Un equipo de científicos ha presentado un ensayo clínico durante el Encuentro Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS por sus siglas en inglés) que demuestra que beber dos tazas de agua antes de comer ayuda a perder peso y combatir la obesidad.

Durante 12 semanas, en ensayos con 48 individuos adultos, comprobaron que las personas sometidas a una dieta que beben agua antes de las comidas, 3 veces al día, pierden 2,25 kilos más que quienes no lo hacen. "La gente debería beber más agua y menos bebidas azucaradas; es una forma sencilla de controlar el peso", afirma Brenda Davy, investigadora de la universidad Virginia Tech (EE UU) y coautora del estudio.

Según Davy, hasta ahora la cultura popular defendía la importancia del agua para soltar los kilos que nos sobran. Pero había poca información científica que lo corroborara.

Fuente:

Muy Interesante

28 de mayo de 2018

Cuánto ejercicio deberían hacer los niños al día (y lo que recomienda Finlandia)

El sedentarismo infantil es una realidad que se agrava con el paso de los años.

Esa inactividad que se produce por el tipo de vida a la que están expuestos los menores de 17 años se refleja en las alarmantes estadísticas sobre obesidad que se vienen registrando en el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, este es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI y calcula que hay más de 42 millones de niños con sobrepeso en el planeta.
"Las comodidades de la vida moderna como andar en automóvil, ver televisión, usar el computador y jugar con consolas no aportan en nada a la práctica de actividad física", explicó la doctora Angélica Ibáñez, traumatóloga infantil de la clínica de medicina deportiva MEDS en Chile.

Acá en Reino Unido, un reciente estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine relevó que hay un marcado declive en el tiempo que los niños y adolescentes dedican a hacer ejercicio y que esa caída se comienza a producir desde los 7 años.

La OMS recomienda que entre los 5 y los 17 años se debería dedicar "como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa".

Que si bien en su mayoría deberían ser ejercicio "aeróbico", también convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, "actividades que refuercen, en particular, los músculos y huesos".

"Los beneficios de la actividad física saltan a la vista al haber una unidad de cuerpo y mente", destacó la doctora Ibañez, agregando que hay que tratar de ignorar las excusas que se buscan para no dedicar tiempo a la actividad física.

Caso finlandés

Si bien los 60 minutos es un mínimo recomendando, en Finlandia consideran que incluso hay que ir mucho más allá.

Los niños finlandeses son reconocidos por estar entre los que están más en forma en Europa y una de las razones se debe a que el país nórdico fue uno de los pioneros en la formación en los años 40 de clínicas infantiles enfocadas principalmente en el desarrollo físico y balance nutricional.

El artículo completo en:

BBC Mundo

19 de abril de 2018

Perú es el tercer país de Latinoamérica con más casos de sobrepeso y obesidad

Este artículo apareció en Peru21 el día 11 de octubre del 2017

La Asociación Peruana para el Estudio de la Obesidad y Arteriosclerosis alertó que en el país ya se diagnostica niños y adolescentes con obesidad, hipertensión, colesterol alto y diabetes. 


La obesidad en niños y adolescentes en el mundo está aumentando en forma alarmante y lamentablemente el Perú no es ajeno a esa realidad. En el país, en los últimos 30 años, se triplicaron los casos de sobrepeso y obesidad como consecuencia del sedentarismo y la alimentación poco saludable, aseveró Rosa Pando, presidenta de la Asociación Peruana de Estudio de la Obesidad y Ateroesclerosis (APOA)

Al recordarse hoy el Día Mundial de la Obesidad, la experta señaló que, debido a la alta incidencia de casos, el Perú es actualmente el tercer país de Latinoamérica con más casos de sobrepeso y obesidad, después de México y Chile. Además, advirtió que, si no se toman medidas correctivas, en 10 años el 25% de los adultos peruanos tendrá serios problemas de obesidad.

Pando alertó que en el país ya se está diagnosticando niños y adolescentes con obesidad, hipertensión, colesterol alto y diabetes, principalmente por el consumo de alimentos ricos en calorías y en grasas saturadas.

Según la Encuesta Nacional de Hogares, del INEI, la prevalencia de la obesidad entre los niños peruanos de 5 y 9 años es de 14.8%, mientras que entre los menores de 5 años llega al 9.3% y entre los adolescentes, a 7.5%. 

Jaime Pajuelo, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, refirió –en el VIII Curso Internacional Obesidad, Enfermedad Cardiometabólica y Nutrición– que en los últimos 40 años la obesidad entre los escolares casi se ha cuadriplicado, pues pasó de 4% a 14.8%.
 

Más gasto por obesidad

Pando señaló, asimismo, que la atención de enfermedades no transmisibles causadas por la obesidad, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y hepáticas, depresión y muchos tipos de cáncer, le costarán al Perú unos 2,578 millones de dólares para el año 2025.

“El costo acumulativo de no tratar la obesidad del 2017 al 2025 se estima en 18,476 millones de dólares. Sin embargo, si se trata la obesidad y se reduce su prevalencia en solo 5% el país solo invertiría 1,474 millones de dólares y evitaría muchas de las consecuencias mencionadas”, puntualizó. 

Por ello, la especialista insistió en tratar la obesidad tempranamente, y dijo que para eso sería oportuno que las aseguradoras incluyan programas preventivos específicos para así evitar esta condición antes de que se desarrollen enfermedades asociadas.

“Los seguros cubren hipertensión y diabetes, pero la obesidad específicamente no y, por eso, cada persona debe encargarse de su autocuidado, pero se podría hacer más si desde el gobierno y desde las aseguradoras se previene esta condición en lugar de tratarla en su fase complicada”, remarcó. 

Más información en:


Perú, niveles de sobrepeso y obesidad: problema de salud pública

Este artículo apareció en el diario peruano La República el día 20 de junio de 2017

Preocupante. Incidencia en menores de 9 años se duplicó en solo 6 años. El 18,3% de mayores de 15 años son considerados obesos. El consumo de alimentos ultraprocesados y comida rápida creció en 107% y 256% en la última década.


Desde antes de publicarse el reglamento de la Ley de Alimentación Saludable (N°30021), autoridades y expertos han explicado que dicha norma es importante para combatir dos problemas urgentes: el sobrepeso y la obesidad, cuya prevalencia se ha incrementado de forma sostenida en los últimos años.
Las voces autorizadas en la materia coinciden en que ambas condiciones ya son consideradas un problema de salud pública, lo que demanda acciones desde el Estado.

Esa es una de las razones por las que se ha criticado el mencionado reglamento, pues los parámetros de azúcar, sal y grasas que se utilizan para definir la “comida chatarra” podrían no ayudar a revertir la preocupante tendencia.

Los resultados de la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en 2016, revelan que el 35,5% de los peruanos mayores de 15 años tienen sobrepeso. En el caso de la obesidad, el indicador llega hasta el 18,3%.

Ambos problemas también tienen una creciente incidencia entre los niños. Entre 2008 y 2014, el sobrepeso y la obesidad se incrementaron en 66% en niños y niñas de cinco a nueve años de edad, de acuerdo con los datos del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (Cenan) del Instituto Nacional de Salud.

Entre 2007 y 2014, en adolescentes de 10 a 19 años, el sobrepeso pasó de 12,9% a 18,5%. En el caso de la obesidad, la incidencia era de 4,9%, pero se elevó hasta 7,5%. El incremento general en este grupo poblacional fue de 46% en solo siete años.

“El sobrepeso y la obesidad ya son un problema de salud pública. En nuestro país ni siquiera hemos terminado de vencer los problemas de malnutrición por defecto, como la desnutrición, y ya estamos con los problemas de malnutrición por exceso”, asegura Saby Mauricio Alza, decana nacional del Colegio de Nutricionistas.

Para Miguel Palacios, decano del Colegio Médico, los plazos de implementación del reglamento son excesivos, pues las empresas tendrán entre 6 y 39 meses para adaptarse a los límites permitidos de los llamados nutrientes críticos y colocar advertencias en sus etiquetas.

“Para nosotros, como médicos, nos parece que es un acto perverso permitir que se sigan vendiendo sin advertencia estos productos con alto contenido de azúcar, sal y grasas, aun sabiendo que son sustancias dañinas”, declaró.

Similar opinión tiene Magaly Herrera, decana del Colegio de Nutricionistas de Lima y Callao. “La salud pública está en riesgo hoy. Tenemos una coexistencia de niños con sobrepeso y anemia porque no se están alimentando de forma adecuada. Estos niños están expuestos a cualquier enfermedad. El Ministerio (de Salud) no está viendo este problema”, declaró la especialista.

Doris Delgado Pérez, directora de la Escuela Profesional de Nutrición de la Universidad de San Marcos, añade que en el largo plazo se puede incrementar la incidencia de enfermedades asociadas.

“La obesidad y el sobrepeso pueden aumentar la prevalencia de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Las cifras son muy altas, sin duda se trata de un problema de salud pública”, consideró.

Consumo de chatarra 

Los expertos consultados aseguran que la alimentación no saludable y la falta de actividad física son las causas principales del sobrepeso y la obesidad.

En relación con el primer punto, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que el consumo de bebidas y alimentos ultraprocesados en el Perú creció en 107% entre los años 2000 y 2013.

Según el mismo documento, en el 2000 se vendían 40.2 kg de estos productos por cada persona. Hacia el 2013, el indicador llegó hasta 83.2 kg.

Sobre el consumo de comida rápida, la OMS advierte que en el mismo plazo el Perú mostró el mayor incremento en la región (265%). En el 2000, una persona compraba este tipo de comidas 8.7 veces al año, cantidad que se elevó hasta 31.8 en el 2013.

Con este panorama, con valores poco estrictos para definir la comida chatarra, los especialistas son escépticos sobre los beneficios del reglamento. Si se mantienen las tendencias mostradas, coinciden, las consecuencias podrían afectar todo el sistema de salud nacional. 

Diferencias

Definición. Para definir el sobrepeso y la obesidad, la OMS utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), que mide la relación entre el peso y la talla de una persona.

Exceso de grasa. Cuando el IMC de un adulto es igual o superior a 25, se le considera con sobrepeso. Si llega a 30, entonces tendría obesidad.

5 de septiembre de 2017

A los microbios del estómago también les afectan los cambios de sueño

Un estudio analiza el mecanismo que conecta la absorción de grasas, la microbiota intestinal y el ritmo circadiano y que puede explicar enfermedades como la obesidad. 





Las alteraciones en el sueño gatillan la obesidad...

Cada persona tiene en su estómago más de un kilo de microorganismos, la mayoría bacterias, de 1.200 especies distintas. Esos seres han hecho de nosotros sus hogares y nos han transformado. Se sabe que esos microbios desempeñan un papel clave en la extracción de energía de los alimentos que ingerimos y que las diferencias entre los ecosistemas bacterianos de cada uno de nosotros pueden explicar por qué con una dieta similar unas personas engordan más que otras. Experimentos con ratones estériles, artificialmente desposeídos de estos microorganismos, han mostrado que acumulan menos grasa corporal que los normales.


Un artículo reciente publicado en la revista Science añade información sobre el modo en el que estos okupas determinan nuestro metabolismo, porque, además de extraer energía de la comida, también ayudan a que absorbamos las grasas que después incorporamos al organismo. Además, vinculan estos procesos con el reloj circadiano, una especie de departamento de logística del cuerpo que los sincroniza con el ciclo de los días y las noches. Un reloj bien afinado permite que el cuerpo sepa cuándo tiene que prepararse para dormir, despertarse o comer, o que la piel sepa si es de día y ha de preparar recursos para reparar los daños que le producirá el sol. Así, se ahorra energía al no tener que estar siempre alerta para desarrollar estas tareas. Cuando este reloj interno, regulado por una red de genes y proteínas que se apagan y se encienden dependiendo de las señales que reciben del entorno, se ve distorsionado por un sueño irregular, hay más riesgos de problemas como la obesidad.

Los autores del trabajo estudiaron el papel de la proteína nfil3, que desempeña una función clave en la absorción de lípidos y la acumulación de grasa corporal, y su relación con la microbiota y los ciclos circadianos. Para conocer qué combinación de efectos es necesaria para que el cuerpo absorba más o menos lípidos de la comida, el equipo, liderado por Lora Hooper, de la Universidad de Texas, realizó varios experimentos con ratones con distintos niveles de expresión de la proteína nfil3 y con presencia o ausencia de microbiota. Lo que comprobaron es que la acumulación de grasas cuando se da a los animales una dieta rica en grasa requiere tanto la expresión de NFIL3 como la presencia de los microorganismos intestinales. Como se había observado en experimentos anteriores, cuando se suprimía la microbiota de los ratones seguían delgados pese a la dieta alta en grasas.

“Lo más importante de este estudio es que ayudan a entender un mecanismo que explica la regulación de la absorción de lípidos y el papel de la microbiota en esa absorción”, explica Yolanda Sanz, investigadora del CSIC y coordinadora del proyecto europeo MyNewGut, una iniciativa financiada con 9 millones de euros por la Unión Europea para estudiar las bacterias intestinales. “Se habla mucho sobre la capacidad de la microbiota para extraer energía de la dieta, pero menos de la absorción de lípidos y en la magnitud de su efecto, y es lo que hace este trabajo”, añade.

El artículo completo en: El País (España)

9 de octubre de 2016

Caminar media hora adelgaza más que correr o ir al gimnasio

Un estudio de la London School of Economics asegura que los beneficios aumentan en el caso de mujeres de más de 50 años.


En un momento en que crece la moda de las carreras extenuantes y el pedaleo sudoroso en los cubículos de los gimnasios («spinning»), una investigación de la London School of Economics sorprende al asegurar que caminar media hora cinco días a la semana adelgaza más que correr, andar en bici o acudir al gimnasio. Las personas que caminan con frecuencia bajan una talla de ropa respecto a la media y les ayuda a prevenir el colesterol, ataques al corazón, la diabetes y la tensión alta. Además, una buena caminata levanta el ánimo. Los beneficios son especialmente patentes en mujeres mayores de 50 años de bajos ingresos económicos.

No sirve, eso sí, cualquier tipo de caminata. Hay que ir a paso ligero, hasta romper a sudar, «a un ritmo que permita hablar pero no cantar», explican los expertos. Desaconsejan no salir a andar hasta dos horas después de una comida copiosa. Por el contrario, si no se ha almorzado recomiendan tomarse antes una pieza de fruta, por ejemplo un plátano. También se debe beber agua si la marcha dura más de 30 minutos e ir de menos a más, para que los músculos vayan entrando en calor.
Como en todo Occidente, en el Reino Unido la obesidad va a más, con uno de cada cinco británicos catalogados ya como tales. La sanidad pública recomienda a los adultos que hagan al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, o moderado-intenso. Pero el 80% de la población británica no sigue esa pauta. La London School of Economics considera que el coste para el Estado de esa pasividad es de 1.400 millones de euros al año.

«La obesidad es una epidemia y la manera más barata de atajarla es que la gente camine», resume la autora de la investigación, la doctora Grace Lordan, experta en la relación entre salud y economía. A su juicio, centrarse en fomentar la actividad física es menos controvertido para el Gobierno que otras medidas, «porque no tendrá la actuación en contra de lobbys de la industria, como ocurre con otro tipo de políticas, como las tasas contra el azúcar o las medidas frente a las dietas de comida basura». Y hasta propone un lema para la campaña: «Cada paso cuenta».

La verdad es que los británicos pasos dan más bien pocos: 4.000 al día, frente a los 9.650 de los suizos y los 7.168 de los japoneses, los más longevos del mundo. Los estadounidenses tampoco son andarines: 5.000 pasos diarios. Un paseo de 30 minutos son unos 3.000 pasos y como media se recorre 2,4 kilómetros.

Según la investigación británica, que recogió datos de campo en Inglaterra desde 1999 a 2012, los hombres que caminan cinco días a la semana media hora bajan una unidad de masa corporal y las mujeres, 1,8 unidades.

El artículo completo en:

ABC

4 de septiembre de 2016

¿El ejercicio elimina la grasa abdominal?

No, salvo que se complemente con una dieta equilibrada. Según un nuevo estudio de la Universidad del País Vasco (UPV), la grasa abdominal de los adolescentes está relacionado con el porcentaje de grasa que ingieren en la dieta, independientemente de la cantidad de ejercicio físico que realicen.

Hasta ahora se pensaba que aun teniendo una dieta desequilibrada, si hacías mucho ejercicio físico lo compensabas de alguna manera” explica Idoia Labayen, investigadora principal del estudio publicado en la revista Clinical Nutrition a la agencia de noticias científicas SINC. Sin embargo, como apunta la propia científica, “en este estudio, hemos comprobado que eso no es así”.

Para llegar a esta conclusión los investigadores analizaron la grasa abdominal de 224 adolescentes mediante absorciometría dual de rayos X así como la actividad física y los hábitos dietéticos. Analizando los datos comprobaron que las dietas con mucha grasa, incluso cuando el aporte calórico total no era más alto, incrementaban el riesgo de obesidad.

Así pues, como apunta la propia Labayen, doctora en Biología y profesora titular de Nutrición y Bromatología en la Facultad de Farmacia de la UPV “a pesar de que normalmente la actividad física es un factor de prevención, en este caso en particular, no consigue contrarrestarlo. Estos resultados apuntan al aporte graso de la dieta como un factor clave de riesgo de adiposidad abdominal en los adolescentes e independiente de la actividad física”.

La acumulación de grasa en el abdomen es la más perjudicial para la salud ya que incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, etcétera.

Tomado de:

Muy Interesante

18 de junio de 2014

Casi un tercio de la población mundial tiene sobrepeso

Nauru, un estado de Micronesia, situado en el océano Pacífico central, es el país que presenta mayor índice de sobrepeso: 95% de las personas lo sufren. Si echamos un vistazo global al planeta, las cifras siguen siendo asombrosamente elevadas, y no dejan de crecer: alrededor del 30% de la población mundial, es decir, unos 2.100 millones de personas, son obesos o tienen sobrepeso.



A pesar de que en las películas y los programas de televisión, la gente aparece cada vez más delgada, la gente común no deja de engordar (lo cual debería hacernos reflexionar acerca del poder de influencia de los medios de comunicación en nuestros hábitos). Las alarmantes cifras las ha arrojado un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto para la Métrica y Evaluación Sanitaria (IHME) de la Universidad de Washington, que ha sido publicado en la revista The Lancet

Según Christopher Murray, líder del estudio, las tasas de sobrepeso (IMC mayor o igual a 25) y obesidad (IMC igual o superior a 30) han aumentado en ambos sexos, y la obesidad y el sobrepeso en niños y adolescentes se ha incrementado un 50% desde 1980:

La obesidad es un problema que afecta a personas de todas las edades e ingresos, en todas partes; en las últimas tres décadas, ningún país ha logrado reducir las tasas de obesidad, y aumentará de manera constante a medida que suban los ingresos en los países en desarrollo, a menos que se tomen medidas urgentes para hacer frente a esta crisis de salud pública.
En España, más de la mitad de los habitantes son obesos o tienen sobrepeso.
Vía | El Heraldo

Tomado de:

Xakata Ciencia

25 de mayo de 2014

El síndrome de alimentación nocturna "es real"


Hombre comiendo en la noche

Hay gente que se levanta por la noche con un hambre insaciable a pesar de haber cenado. Es posible que tenga el síndrome de alimentación nocturna.

Ahora, científicos del instituto de estudios biológicos Salk, en California, Estados Unidos, descubrieron un par de genes encargados de sincronizar los horarios de comida con el reloj biológico.
Cuando hay una mutación de estos genes, puede ocasionar lo que se conoce como síndrome de alimentación nocturna.

Este trastorno altera las horas de comida, lo que hace que la persona ingiera alimento de más y aumente de peso.

En el estudio, hecho en ratones y publicado en la revista especializada Cell Reports, se demostró como estos animales con mutaciones genéticas humanas sufrieron alteraciones en los patrones de comida, lo que les ocasionó un sobrepeso. 

"En realidad no esperábamos que podríamos separar el ciclo de sueño y el de alimentación, especialmente con una mutación simple", dice Satchidananda Panda, autor jefe del estudio y profesor asociado de Salk.

"Esto abre las puertas a un motón de preguntas sobre cómo se regulan estos ciclos".

Se estima que entre el 1% y el 2% de la población sufre de este síndrome, que recientemente fue clasificado como un trastorno de la alimentación. Uno de los síntomas es despertarse en la noche y no poder volver a la cama sin comer algo primero.

Mutaciones creadas

Con frecuencia los que padecen este trastorno eligen alimentos con un alto contenido calórico y poco saludable, lo que lleva al sobrepeso y algunas veces obesidad.

Mujer comiendo en la noche

Las personas con este trastorno suelen elegir alimentos con un alto contenido calórico.

"Durante mucho tiempo las personas desestimaron el síndrome de alimentación nocturna por no considerarlo real", cuenta Panda.

"Estos resultados en ratones sugieren que, de hecho, puede haber bases genéticas para el síndrome".

Los ratones del experimento tenían una versión humana del gen del reloj biológico. Cuando este gen fue silenciado, los animales comieron cuando en realidad deberían estar durmiendo.

Las mutaciones en el gen del reloj biológico implicaron trastornos en el sueño, lo que también hizo que los roedores durmieran más.

Los expertos piensan que los genes del sueño y la alimentación trabajan juntos para mantener estos dos ciclos sincronizados.

Una falla en cualquiera de los dos puede ocasionar interrupciones en los patrones de sueño y alimentación.

Sin embargo, los investigadores no han hecho pruebas para determinar si los humanos con este trastorno tienen la mutación genética que crearon en estos roedores de laboratorio.

Fuente:

BBC Ciencia

23 de agosto de 2013

¿Desayunar mucho ayuda a perder peso?

Según un estudio publicado a principios de año en la revista Nutrition Journal, las personas comen lo mismo a la hora del almuerzo y cenan la misma cantidad independientemente de si han tomado un desayuno normal o copioso (400 kilocalorías por encima de lo normal). Eso implica que, en el balance final, se consumen muchas más calorías a lo largo del día, desmintiendo la idea popular de que tras un desayuno abundante se reduce la ingesta calórica.

Lo que sí ayuda a perder peso es elegir determinados alimentos para comenzar el día. Daniela Jakubowicz,del Hospital de Clinicas, en Caracas (Venezuela), ha demostrado que en una dieta de pérdida de peso conviene incluir en el desayuno abundantes carbohidratos (pan, cereales...) y proteínas (huevos, carne, atún...).

Por el contrario, saltarse el desayuno reduce la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje en la jornada matutina, además de que sin desayunar tendemos a consumir una dieta menos equilibrada durante el resto del día, con más grasas y azúcares, lo que nos predispone a sufrir obesidad.

Fuente:

Muy Interesante

8 de agosto de 2013

Perú: Primer lugar mundial en puntos de venta de comida chatarra

Por Diego García Sayán


Malas noticias. Gordos mal alimentados, rebosantes grasas saturadas en la comida rápida, gaseosas llenas de azúcar y toneladas de carbohidratos. El Perú tiene una muy lamentable primera posición nada menos que en la proliferación de puntos de venta de comida chatarra.

Como lo revela un informe publicado hace poco en The Economist (27/7/13), ocupa en eso un poco honroso primer lugar. México no se queda atrás: el país con el mayor porcentaje de niños obesos en el continente.

La pobreza latinoamericana de hoy no se destaca tanto por no comer, sino por comer mal. Es donde hay más gente con sobrepeso según un reciente informe de la FAO. Y con ello, una población más vulnerable a la hipertensión, la diabetes y el cáncer, enfermedades que hoy matan más que el hambre. Diversas investigaciones son concluyentes en que la velocidad con la que la comida chatarra ha penetrado en la población latinoamericana tiene en la publicidad un factor crucial. Especialmente la que se dirige a la infancia, en la que tiene un directo y enorme impacto en patrones de consumo y en la subsecuente obesidad.

En una reciente investigación en la Universidad Javeriana de Bogotá —sobre una realidad muy parecida a la del Perú— se identificó que, en el horario infantil, el 96,43% de los mensajes publicitarios eran sobre alimentos procesados. Semejante proporción se verificó en México. Resultado: En los últimos cinco años en Colombia aumentó en 25,9% el sobrepeso y la obesidad infantil. Palabras más, palabras menos, la situación se repite en los demás países.

Frente a este ataque a la salud pública, felizmente algo se viene haciendo. En los países nórdicos desde la década del noventa esta materia se empezó a regular. Los pasos dados en América Latina son más recientes pero, por cierto, relevantes. Incluido el Perú, siete países cuentan ya con importantes regulaciones. En ese contexto, es importante el paso dado por el Perú, el pasado mayo con la ley de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como la “ley de la comida chatarra”. Ciertamente perfectible pero apunta a lo esencial.

Muertes prematuras y discapacidades pueden ser enfrentadas ahora con esta herramienta importante. Que no supone “prohibiciones” a la venta o a la publicidad sino regulaciones orientadas a proteger, esencialmente, a la infancia. Evitando la venta de comida chatarra en los colegios o prohibiendo, eso sí, anuncios “que incentiven el consumo inmoderado de alimentos y bebidas no alcohólicas con grasas trans, alto contenido de azúcar, sodio y grasas saturadas”. La ley también fomenta la actividad física y la implementación en los colegios de comedores o quioscos con alimentos naturales.

Pero junto con algo tan noble siempre hay y habrá quienes por sus propios intereses se oponen a estas regulaciones. En dos países han logrado ciertos “bloqueos” constitucionales y en otro relajar los límites de azúcar y grasas en la reglamentación. En nuestro medio algo así podría intentarse y eso no debería sorprender. 

Lo alucinante es que, siempre listo para intervenir en asuntos políticos y adoptar las posturas más atrabiliarias, hasta el cardenal metió su cuchara. Quejándose de que “a las personas se les imponga que pueden o no consumir” y que eso debería corresponder solo a “los padres de familia”. Curiosa lógica (porque la ley, además, no “impone” qué comer). El Estado sí debe actuar cuando está de por medio un interés público. Lo hace, por ejemplo, para proteger a la infancia de la pornografía, de accidentes de tránsito o de la contaminación ambiental. ¿O le dejamos eso solo a los padres de familia mejor?

El paso dado en el Perú, por eso, es muy importante. Pero, “el diablo está en los detalles”. La clave está ahora en el reglamento a dictarse próximamente. Que, entre otras cosas, debe especificar los parámetros técnicos sobre contenido de azúcar, sodio y grasas saturadas. No debería quedar otra ruta que ceñirse a los estándares internacionales de la Organización Mundial de la Salud. A los que manufacturan y venden estos productos les toca adaptarse a las nuevas circunstancias, como ya lo han hecho con buenos resultados en la mayoría de los países europeos en los últimos 20 años.



Fuente:

La Mula (Perú)

Gestión (Perú)

19 de marzo de 2013

Cinco cosas (científicamente probadas) que deberías saber sobre los padres





Dormir cerca. Los padres que duermen cerca de sus hijos tienen niveles de testosterona más bajos que quienes no descansan cada noche cerca de ellos, según revelaba un reciente estudio de la Universidad de Notre Dame (Francia) publicado en la revista PLOS One. Según los investigadores, este descenso de los niveles de la hormona masculina por excelencia hace que un padre sea más receptivo a las demandas de sus hijos. 


Más parecido, más unidos. La teoría de la evolución de Charles Darwin predecía que los hombres cuidan más de sus hijos cuando se asemejan a ellos. Un estudio francés publicado en la revista Animal Behaviour hace unos años confirmaba que, en efecto, el interés paterno y la dedicación de un padre hacia sus hijos se ven influenciadas por las similitudes genéticas que existen entre ambos. Los experimentos que lo demuestran se llevaron a cabo en Senegal. 

Ojo con los michelines paternos. Que el padre de un niño sea obeso puede producir alteraciones en la expresión de los genes (epigenéticas) en la siguiente generación que aumentan en sus hijos el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer, sobre todo de colon y de ovario, tal y como concluía un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke (EE UU) publicado el mes pasado en la revista BMC Medicine.

Buenos recuerdos. Los hijos que conservan recuerdos afectivos de la infancia de su padre son emocionalmente más estables a la hora de afrontar el estrés cotidiano. Es la conclusión a la que llegaban Melanie Mallers y sus colegas de la Universidad estatal de California tras estudiar a casi 900 adultos y relacionar su respuesta ante discusiones, desacuerdos, tensiones laborales o familiares, etc. Con sus recuerdos de la infancia.

Padre rico, hijo rico. Los hijos de padres con altos ingresos tambiénn suelen tener mayores ingresos que la media. Pero no es por el dinero del padre, según un estudio publicado en Journal of Political Economy, sino por otros rasgos heredados o aprendidos de su progenitor, fundamentalmente cognitivos: inteligencia, ética en el trabajo, etc.

Fuente:

Muy Interesante 

30 de enero de 2013

La leptina o la molécula de la saciedad

El descubrimiento abre una nueva era en la investigación del sobrepeso y la obesidad




Los galardonados con los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2012, Douglas Coleman y Jeffrey M Friedman han abierto durante su carreta científica nuevos paradigmas en la etiología de la obesidad a raíz del descubrimiento de la leptina y sus mecanismos de acción. Como todo descubrimiento científico, no fue un momento aislado de “Eureka” sino la labor continuada de generaciones de científicos, cuyas observaciones, dedicación e ingenio han allanado el camino para aquellos que han recogido su testigo y, apoyados por tecnologías cada vez mas sofisticadas y potentes, han llevado el conocimiento a cumbres cada vez mas elevadas. 

La historia de la leptina, o mejor dicho, de la existencia de un mecanismo que regulaba el apetito de una manera biológica a través de un factor circulante en la sangre, se remonta a los años 50 de la mano de investigadores como Gordon C. Kennedy del Instituto Nacional para Investigación Medica de Londres y de Romaine Hervey de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, utilizando modelos experimentales. Fue unos años mas tarde en la mitad de los sesenta cuando uno de los galardonados, Douglas Coleman, al otro lado del Atlántico, se hace eco del trabajo de estos investigadores y añade a la ecuación del descubrimiento la inmensa riqueza genética de modelos animales presentes en el Jackson Laboratory en Bar Harbor, Maine.

Sin embargo la identificación de los modelos genéticos no era el final del camino ya que la tecnología de esa década no permitió ni la identificación del factor o factores, ni de los genes involucrados. Para llegar a este punto hubo que esperar casi 20 años hasta 1986, en que la curiosidad de Jeffrey Friedman, entonces un recién iniciado joven científico en la Universidad de Rockefeller en Nueva York, se unió a los desarrollos tecnológicos de la genética impensables dos o tres décadas antes. Esto le permitió en 1994 poner por fin nombre a esa molécula involucrada con la saciedad y la obesidad que hoy conocemos como leptina y a la apertura de una nueva era en la investigación de ese problema tan aparente y acuciante en nuestros días, como es el sobrepeso y la obesidad. En 1995, otra parte del puzle se completa con la identificación del receptor de la leptina por parte de Louis A. Tartaglia científico en Millennium Pharmaceutical Incorporated, en Cambridge, USA, de una manera casi simultánea con Friedman.

En 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos

Durante casi cuatro décadas todos estos avances fueron basados en estudios en roedores, pero un descubrimiento tan crucial debía inmediatamente ser investigado en humanos para lo cual “la ciencia cruzó el Atlántico” de nuevo y fue en el laboratorio de Sadaf Farooqi y Stephen O'Rahilly en el Hospital Addenbrooke de Cambridge, Reino Unido, donde en 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos, como resultado, como era de esperar de un apetito insaciable. Gracias a estos descubrimientos, la percepción de la obesidad cambia y se convierte en algo genético y por lo tanto biológico. Además el tejido adiposo deja de ser un mero depósito pasivo de grasa para convertirse en un órgano activo y generador de hormonas que conectaban a este tejido con el cerebro y gracias a esta comunicación se controlaba el apetito y los hábitos de los sujetos humanos, abriendo así nuevas vías predictivas, preventivas y terapéuticas para la obesidad y poniendo el control del apetito como elemento crucial en la lucha contra la obesidad.

Por supuesto todavía tenemos un largo camino por recorrer, la evidencia está en la calle. Científicos como Coleman y Friedman han inspirado ya a muchos otros a recoger ese testigo y utilizar el conocimiento que ellos han construido para ascender un escalón mas gracias a nuevos conceptos y a nuevas tecnologías tanto genéticas y bioquímicas como de imagen cerebral, que permitirán conocer más en profundidad qué es lo que nos mueve a comer lo que comemos y cuando lo hacemos y así ser capaces de hacer nuestro el mensaje de esa inscripción, puesta por los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos: “nosce te ipsum” (conócete a ti mismo) y de esta manera alcanzar y mantener la salud óptima en cada una de las etapas de nuestra vida.

José Mª Ordovás es director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (EEUU), profesor de Nutrición y Genética, director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA) e investigador colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (Madrid).

Fuente:

El País Ciencia

21 de enero de 2013

De niño deportista a adolescente estudioso


Chuches, bollos y refrescos son los protagonistas de las dietas ricas en grasas insaturadas, responsables principales de la obesidad infantil. [morgueFile]

Hoy en día, se calcula que el 10 por ciento de los niños de todo el mundo en edad escolar padece sobrepeso u obesidad. Este porcentaje está en continuo aumento en muchos países y España ocupa las primeras posiciones de esta desafortunada clasificación. Los últimos datos revelan que el 45,5 por ciento de los niños españoles de entre 6 y 10 años son obesos a causa de sus hábitos alimenticios y sus estilos de vida sedentarios, entre otros factores.

En tiempos recientes, diferentes estudios han vaticinado las posibles consecuencias perjudiciales de esta enfermedad crónica no transmisible para la función cognitiva. Por otro lado, también se ha demostrado que la capacidad cardiorrespiratoria y la obesidad estarían relacionadas con la función motora, pues determinan el aumento de fuerza y potencia de un individuo, entre otras cosas. Y nuestra capacidad de controlar los movimientos del cuerpo humano en la infancia influyen en el desarrollo del lenguaje, de la lectura y del cálculo.

A fin de arrojar luz sobre la relación entre estos factores, una investigación prospectiva, publicada en la revista PNAS, ha pretendido determinar si la función motora en época infantil puede predecir el rendimiento académico en la adolescencia, a partir del estudio de la actividad física, la capacidad cardiorrespiratoria y los niveles de obesidad. Tomando en consideración los datos sobre la capacidad de controlar los músculos del cuerpo de una manera precisa y eficiente por parte de 8061 niños de 8 años, los expertos estudiaron la posible relación con el peso y la altura, el estado físico general y las calificaciones académicas de los mismos individuos una vez alcanzaron los 16 años.

Los resultados evidenciaron que la práctica regular de actividad física desde edades tempranas estaría asociada con un valor promedio alto de las evaluaciones escolares académicas; la obesidad, con un valor bajo en época adolescente. En particular, las probandas analizadas presentaban un rendimiento académico más alto en comparación a los varones adolescentes de la misma edad, los cuales mostraron niveles mayores de sobrepeso u obesidad.

Los investigadores concluyen que una actividad motora deficiente en los primeros años escolares puede contribuir a una trayectoria académica caracterizada por el bajo rendimiento, favoreciendo la expresión de los efectos negativos asociados a la obesidad y la inactividad física.

Más información en PNAS.


Tomado de:

Investigación y Ciencia

9 de enero de 2013

Dime en qué supermercado compras y te diré si eres obeso

 supermercadoLas ofertas de los supermercados fomentan la obesidad, al menos en Estados Unidos. Es la conclusión a la que han llegado científicos de la Universidad de Washington tras analizar exhaustivamente los datos recopilados por el Estudio sobre Obesidad de Seattle. Dividiendo los supermercados en tres grupos según el precio medio de un centenar de productos alimentarios, los investigadores detectaron que el establecimiento donde hacemos la compra diaria (o semanal) influye de forma drástica en los índices de obesidad. En un artículo publicado en la revista American Journal of Publich Health, los autores del estudio revelan que el exceso de peso afecta a un 9% de los que compran en supermercados de precios altos en comparación con un 27% de obesos (uno de cada cuatro) entre los clientes de las tiendas con constantes ofertas.

Para combatir la epidemia de obesidad, concluyen los investigadores, la estrategia de precios y descuentos debería hacer que la comida saludable fuera más barata que la que contiene exceso de grasas y azúcares, al contrario de lo que sucede ahora.


Fuente:

Muy Interesante

¿Cuál es el coste económico de la obesidad?

 sobrepeso-sexoSegún el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), los estudios internacionales sobre los costes económicos de la obesidad y el sobrepeso han demostrado que suponen entre un 2% y un 7% del total del gasto sanitario. En Francia, por ejemplo, el coste directo de enfermedades asociadas a la obesidad (incluyendo gastos de asistencia sanitaria personal, cuidados hospitalarios, servicios médicos y medicamentos para enfermedades con una relación demostrada con la obesidad) asciende a un 2% del total de los gastos sanitarios. En los Países Bajos, la proporción del total de gastos de medicina general atribuibles a la obesidad y al exceso de peso es aproximadamente de un 3-4%. Y en Inglaterra, el coste anual de la obesidad y su tratamiento es de aproximadamente 500 millones de libras.

Por otra parte, EUFIC afirma que el coste humano estimado de la obesidad es de 18 millones de días de baja y de 30.000 muertes cada año, que tienen como consecuencia que se pierdan 40.000 años de vida laboral y que la esperanza de vida disminuya en nueve años.


Fuente:

Muy interesante

19 de diciembre de 2012

Filadelfia: La ciudad que está ganando la guerra de obesidad

La solución está en que empresas que hacen negocio con la venta de comida chatarra, como McDonalds y BurguerKing, dejen de vender sus venenos a nuestros hijos. Pero esto NUNCA lo hará ningún gobierno de los EE.UU. pues para ellos el Libre Mercado está por encima de la salud de millones de niños, jóvenes y ciudadanos.

Niños del colegio Isaac Sheppard

¿Cuál será la mayor amenaza para la seguridad y bienestar de los estadounidenses en la próxima década? ¿Al-Qaeda? ¿el cambio climático?

No y no. La respuesta está en cualquier parte a donde uno vaya en Estados Unidos: se vende en todas las tiendas sin receta y se consume en cantidades extraordinariamente grandes.

Los estadounidenses se están ahogando en comida insana y están luchando con la obesidad que esa comida -y la falta de ejercicio- han provocado.
 
Y tambaleándose junto a ese problema está un sistema de salud que debe pagar decenas de miles de millones de dólares cada año para tratar las enfermedades vinculadas a esa obesidad: cardiopatías, enfermedad cerebrovascular y diabetes tipo 2.

EE.UU. es la nación industrializada más gorda del planeta.

La buena noticia es que la tendencia puede cambiarse. Para un país que no cree en la injerencia del gobierno, EE.UU. parece haber tomado muy seriamente la intervención oficial para cambiar las cosas.

En las calles que rodean al colegio Isaac Sheppard en Filadelfia hay basura tirada por todas partes, las viviendas cercanas subsidiadas por el estado están deterioradas y algunas ventanas están cubiertas con tablas.

Hay una sensación de profundo abandono. En las esquinas hay grupos de jóvenes reunidos sin propósito aparente.

El director del colegio, Jim Otto, comenta bromeando que los funcionarios del distrito escolar no visitan con mucha frecuencia el colegio. Les preocupa su seguridad física y la de sus autos.

Obeso

Filadelfia ha logrado reducir las tasas de obesidad en niños y adultos.
Dentro de los salones de clase del edificio de piedra del siglo XIX se está dando una enseñanza diferente.

Se proyecta un video mientras nueve niños -una mezcla de latinos y afroamericanos- caminan o saltan en su lugar, moviendo los brazos y estirándose en una clase de ejercicios que duran unos 15 minutos.

"Ya tratamos un club para caminar" dice Otto. "Pero nos dispararon".

Obesidad, la norma

Los niños del colegio hacen los ejercicios al menos una vez al día, algunos dos veces.
Es una iniciativa voluntaria que ha sido recibida con entusiasmo por el colegio.

"Nuestros niños quieren correr" dice el director a la BBC.

"Quieren jugar y competir. Pero eso no es práctico ni es posible. No es seguro hacerlo".

"Si no les damos la oportunidad de hacer esto aquí, esa oportunidad se habrá perdido".
"Estamos convencidos de que realmente estamos viendo una reducción en la obesidad infantil en la ciudad y creemos, aunque no lo hemos confirmado, que también estamos disminuyendo la obesidad adulta en Filadelfia"
Dr. David Shwarz

Pero quizás las lecciones de ejercicio podrán hacerse más allá de las aulas.

"Nuestra esperanza es que los niños digan a sus padres que quieren jugar a este juego o que quieren ir al parque o que pueden caminar" afirma el director.

Lo que está ocurriendo en el Isaac Sheppard es parte de un proyecto que se realiza en toda Filadelfia dirigido por el gobierno de la ciudad, "Hagamos a Philly Sana". 

En 2010 un informe del Departamento de Salud de la ciudad reveló que la obesidad se había convertido en "una norma, una crisis de salud pública" en Filadelfia, con 64% de los adultos y 57% de los niños de entre 6 y 11 años obesos o con sobrepeso.

En el norte de la ciudad, 70% de los niños eran obesos o tenían sobrepeso.

Hagamos a Philly Sana ha logrado retirar de cada colegio las máquinas para freír con aceite, las expendedoras de dulces y productos azucarados, ha construido carriles especiales en las calles para bicicletas, alentado el ejercicio en los colegios y empresas y patrocinado los frigoríficos con productos frescos y la venta de fruta en 650 tiendas en las partes más pobres de la ciudad.

Escuela de Filadelfia

Y las tasas de obesidad en la ciudad están reduciéndose. De 2006 a 2010 ha habido una disminución de 5%, con las mayores reducciones entre los niños afroamericanos y las niñas hispanas.

Una guerra muy larga

El comisionado de salud de la ciudad, el doctor Donald Schwartz, se cuida de cantar victoria.

Es muy pronto, señala, para asociar los esfuerzos de la ciudad con la reducción en las tasas de obesidad.

"Estamos convencidos de que realmente estamos viendo una reducción en la obesidad infantil en la ciudad", dice "y creemos, aunque no lo hemos confirmado, que también estamos disminuyendo la obesidad adulta en Filadelfia".

Hay límites hasta dónde puede llegar la ciudad.

Un impuesto propuesto para las bebidas azucaradas, identificadas por el departamento de salud de la ciudad como una de las principales responsables de la obesidad, fracasó.

También hay barreras estructurales. El doctor Schwarz explica que cuando la ciudad de Baltimore trató de llevar fruta fresca a sus tiendas, la medida fracasó porque el único distribuidor que empleaban las tiendas se rehusó a hacerlo.

Según el experto, las políticas nacionales producen incentivos perversos y profundamente dañinos.

Los subsidios para el maíz que se usa en el jarabe de alta fructosa -un substituto del azúcar- han provocado una reducción en el precio de los refrigerios azucarados, mientras que los precios de la fruta han aumentado.

Al abrir diversos frentes en la lucha contra la obesidad, Filadelfia podría estar comenzando a ganar la batalla. Pero el doctor Schwarz se muestra cauteloso.

"Ésta no es una batalla", indica, "es una guerra muy larga".

Fuente:

BBC Ciencia

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