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16 de octubre de 2007

Mitos sobre los alimentos (I)

Kati Konersman -

Todo hemos escuchado historias acerca del valor de los alimentos. Hemos oído que algunos nos dan la fuerza de Superman, que otros ayudan a que no se caiga el cabello, etc. Los mitos de los alimentos son persistentes porque cuentan con la fuerza de la tradición y se alimentan de la nostalgia por las voces, los olores y los sabores de la infancia.

Tampoco podemos decir que son del todo falsos, están elaborados con partes iguales de fantasía, creencias y cultura. Pero, aunque parezcan inofensivos, pueden ser peligrosos en materia de alimentación porque se vinculan directamente con la salud.

Le cabe a la ciencia ir revisando estas creencias para ubicarlas en su lugar, porque ya desde la antigua civilización china se equipara alimentación con remedios: "La salud y la enfermedad —decían— entran por la boca".

Hoy se sabe que sin sopa hubiésemos crecido igual de sanos, que no es importante en toda dieta el plato de fideos y que un vaso de jugo de toronja puede engordar más que comer una plátano si éste es enorme; pero también se sabe que toda dieta saludable dependerá de cada persona, de si se es hombre o mujer y del momento de la vida en que se encuentre.

Aquí revisaremos algunos mitos a la luz de los más recientes investigaciones de la ciencia.



1) El apio y las nueces son afrodisiacos. No está comprobado. Numerosas culturas de la antigüedad creyeron ver la causa del deseo sexual en las propiedades de ciertas plantas, frutas secas y raíces que tenían formas similares a los genitales masculinos. De todos modos, hoy se sabe que las frutas secas contienen vitamina E —denominada vitamina de la fecundidad— que a pesar de no ser afrodisiaca actúa como estimulante del sistema reproductor: su falta puede producir esterilidad y problemas para llevar adelante la gestación, tal como se comprobó en animales de laboratorio.

2) Un jugo de toronja en ayunas quema las grasas. No, pero ayuda a eliminarlas. Cualquier fruta cítrica que tenga fibras (kiwi, guayaba, limón, toronja o naranja) ayuda a que la vesícula funcione mejor, y elimine las grasas a través del intestino.

3) Las frituras producen acné. No está comprobado, aunque algunos dermatólogos asocian la aparición del acné con el consumo de frituras, chocolates y carnes con grasa.

4) El jamón crudo es más nutritivo que el cocido. En parte sí, porque es exclusivamente carne de cerdo tratada con sal. Al jamón cocido se le agregan aditivos, como harina que, al hervirlo, absorben más agua aumentando el peso del producto.




5) La manzana limpia los dientes.

La manzana no puede reemplazar la pasta dental, pero al contener poco azúcar no favorece la formación de los microorganismos que provocan las caries.

6) El aceite es más saludable que la manteca. Sí, porque al ser de origen vegetal los aceites no tienen colesterol. La grasa de la manteca, en cambio, es de origen animal y por tanto contiene colesterol.

7) Las aceitunas están prohibidas en las dietas para bajar de peso. No. Contrariamente a lo que se piensa, las aceitunas pueden usarse como equivalentes. Por ejemplo: en lugar de usar en la ensalada una cucharada de aceite (que equivale a calorías) pueden comerse 18 aceitunas. Incluso para quienes quieren limitar el consumo de sal, ya hay aceitunas bajas en sodio.



8) El helado es digestivo. Desde tiempos remotos se sabe que los cítricos, y en especial el limón, son colesistokinéticos (es decir, que ayudan a una mejor función vesicular). Así, un helado de limón después de las comidas ayuda a que la vesícula trabaje mejor.

Pero los otros helados no aportan ningún beneficio digestivo y, en algunos casos, hasta pueden perturbarlo.

9) Los productos light no engordan. No necesariamente. Light o diet significa que el producto está reducido en alguno de sus componentes: grasas, azúcares o sales, lo cual no siempre indica que aporten menos calorías. De cualquier forma, por más light que sea el producto, si se consume en abundancia, engorda.

10) Comer zanahorias mejora la visión. Sí. La zanahoria, junto con las verduras de hoja, la nectarina y el durazno son ricos en vitamina A. Hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce menor visión en la noche (nictalopía).




11) El aguacate engorda las piernas. Ningún alimento puede actuar específicamente sobre alguna zona del cuerpo.

12) No es bueno cenar carne. Las carnes y/ o frituras producen una digestión lenta (de tres a cuatro horas), que perturba el descanso y provoca cansancio y embotamiento por las mañanas. Lo mejor es comer frugalmente por las noches. De allí el refrán: "Desayunar como reyes, almorzar como príncipes y cenar como mendigos".

13) Después de un atracón, un día de ayuno. No. Es mejor hacer por lo menos cuatro comidas, pero más livianas. El cuerpo recibirá así dosis equilibradas de carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas, y se encontrará en mejores condiciones metabólicas para quemar grasa. Esta es también la mejor forma de no sentir hambre y evitar las tentaciones.

14) La remolacha o betabel engorda porque tiene mucho azúcar. No. El mito se basa en equipararla con la "remolacha azucarera", que no es la comestible. Pero la remolacha sólo contiene 10 gramos de azúcar por cada tres onzas, igual que la calabaza y la zanahoria.

15) Una manzana por día aleja al médico. Sí, porque disminuye los niveles de colesterol sanguíneo y aporta potasio, vitaminas C y E. También, aumenta las defensas del organismo.

Si tiene preguntas, sugerencias o comentarios para la autora de esta columna, escriba a: szamoska@usc.edu.

Fuente:

La Opinión Digital
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