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5 de febrero de 2012

El lugar más frío del universo

No esta en la luna, donde la temperatura llega a alcanzar -233 grados centígrados. Ni siquiera se encuentra en el interior de la Nebulosa Boomerang, ubicada en la constelación de Centauro, a 5.000 años luz de distancia de la Tierra. Con una temperatura de -272ºC, esta nebulosase encuentra apenas un grado por encima del cero absoluto.

Nebulosa Boomerang. En 1995, utilizando el telescopio Submilimétrico del Observatorio Europeo del Sur, se descubrió que su temperatura es de tan sólo 1 K la más fría fuera de un laboratorio.
Aunque no lo creas, las más bajas temperaturas del universo se pueden observar aquí en nuestro planeta tierra.

El récord de la temperatura más baja, se logró en el laboratorio del premio Nóbel Wolfgang Ketterle que tiene en el MIT. La temperatura alcanzada fue de 810 milmillonésimas de grado por encima del cero absoluto (273 grados centígrados bajo cero), lo mas cerca posible de la temperatura teórica más baja posible.

Wolfgang Ketterle en su laboratorio del MIT.
En esa situación extrema de ultrafrío, los átomos se coordinan como si fueran uno solo. Los átomos congelados, están todo lo quieto que permiten las leyes de la mecánica cuántica.

Hace que la interacción entre ellos sea muy débil, y se ve por ejemplo cómo les afecta la gravedad: se caen como si fueran una roca, algo que no se suele ver a escala atómica.

Pero siguen siendo un gas, y eso es lo que los hace tan fascinantes. Se comportan como sólidos, pero no lo son. La segunda propiedad es que los átomos son coherentes, forman una única onda, igual que la luz en los láseres.

Un intrigante estado de la materia a mínimas temperaturas que es capaz de frenar la luz haciendo que viaje a tan solo unos pocos metros por segundo.

A tales temperaturas, los átomos no pueden ser mantenidos en contenedores físicos porque se pegarían a sus paredes. Tampoco existe ningún contenedor conocido que pueda enfriarse tanto. Por eso se utilizan imanes, cuyos campos magnéticos permiten contener la nube gaseosa sin tocarla.

Tomado de:

Meridianos

1 de diciembre de 2010

Los halos de la nebulosa del Anillo


Nebulosa del Anillo en Lira CAHA/RECTA/DSA/OAUV - V. Peris, J. Harvey, J. L. Lamadrid, S. Mazlin, A. Guijarro.

El astrónomo Rafael Bachiller nos desvela e interpreta las imágenes más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo.

Esta imagen reciente de la Nebulosa del Anillo en la constelación de la Lira nos revela, mediante una combinación de datos ópticos e infrarrojos, unos extensos halos debidos a las eyecciones sucesivas de una estrella que explotó hace unos 3.000 años. La espectacular imagen ha sido obtenida en el Centro Astronómico Hispano Alemán de Calar Alto (CAHA por sus siglas en inglés), tras más de 18 horas de tiempo de exposición en el telescopio de 1,23 metros y de 3 horas en el gran telescopio de 3,5 metros.

Un anillo cósmico

La nebulosa del Anillo es una de las más densas de las muchas nebulosas planetarias conocidas en la Vía Láctea. Situada a una distancia de unos 2.300 años-luz, en la constelación de la Lira, al sur de la brillante estrella Vega, el Anillo (también conocido como NGC6720, Messier 57, o simplemente M57) tiene una característica estructura oval. Posiblemente se trata de un gran cilindro o barril con el eje de simetría cercano a la línea de mirada. El diámetro del anillo más intenso tiene una longitud próxima al año-luz. Pero en esta imagen ultraprofunda, que combina datos ópticos e infrarrojos, es posible ver unos halos mucho más extensos. En particular, los diferentes tonos violetas de la imagen representan la emisión infrarroja del hidrógeno molecular.
Tanto las capas más interiores como los halos están constituidos por violentas eyecciones de un gas, mezclado con pequeñas partículas de material sólido, que se expanden a velocidades de hasta 100.000 kilómetros por hora.

Lea el artículo completo en:

29 de julio de 2010

Embriones planetarios en Orión

Discos protoplanetarios observados por Hubble en Orión. | NASA/ESA/L.RICCI 
Discos protoplanetarios observados por Hubble en Orión. | NASA/ESA/L.RICCI
El astrónomo Rafael Bachiller nos desvela e interpreta las imágenes más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo.

El telescopio espacial Hubble ha realizado un censo de discos protoplanetarios (o proplyds) en la nebulosa de Orión, la región de formación estelar próxima más rica y espectacular. Esta imagen muestra una galería con algunos de los detectados más recientemente. Las pequeñas nubes de gas y polvo que rodean a estrellas jóvenes son embriones de sistemas planetarios, su estudio permite comprender cómo se formó y cómo ha evolucionado nuestro sistema solar. 
 
El irresistible poder de la gravedad

El espacio interestelar está poblado por grandes nubes compuestas esencialmente de hidrógeno gaseoso. Las regiones más inestables de tales nubes pueden hacerse más densas debido a la acción gravitatoria, y algunas de estas regiones pueden llegar a desplomarse sobre sí mismas (por no poder soportar su propio peso) dando lugar a la formación de estrellas.

Modelo de sistema protoplanetario. | NASA
Modelo de sistema protoplanetario. | NASA

La formación de una estrella es un complicado proceso físico mediante el que se genera un disco rotante de gas en torno a la protoestrella. La acreción de materia interestelar que alimenta a la estrella nueva se realiza a través de este disco que, a su vez, es capaz de originar unos espectaculares chorros de materia (flujos bipolares) que pueden propagarse por el espacio a distancias que pueden alcanzar varios años luz.

En el disco que queda rotando en torno a la estrella joven, la materia se aglomera a su vez para formar planetas, satélites, asteroides, cometas y todos los pequeños cuerpos que pueblan un sistema planetario. 

Orión, cuna de estrellas

La nebulosa de Orión es uno de los objetos más bellos y espectaculares del Hemisferio Norte. Situada a una distancia de unos 1500 años luz, ésta es la región más cercana a la Tierra en la que se encuentran estrellas masivas en formación. Algunas de las nubes están iluminadas por las estrellas jóvenes que se encuentran en la región y aparecen como nebulosas de brillantes colores, mientras que otras aparecen como nubes oscuras que recortan sus siluetas contra el fondo luminoso.

Nebulosa de Orión. | NASA/ESA/HST
Nebulosa de Orión. | NASA/ESA/HST

Toda la región ha sido objeto de una exploración muy minuciosa y las observaciones han revelado que las nubes de Orión están formando en torno al millar de nuevas estrellas de diferentes masas y luminosidades y que se encuentran en diferentes etapas de su evolución temprana.

Entre este millar de estrellas jóvenes, las observaciones del telescopio espacial Hubble han contabilizado más de un centenar que están rodeadas por pequeños discos de gas y polvo. Algunos discos están iluminados desde el exterior y aparecen como brillantes nubecillas con su estrella en el interior. La principal fuente de iluminación en la zona es una gran estrella joven de 40 masas solares, 250.000 veces más luminosa que el Sol, denominada Theta 1 Orionis C. Los vientos y la radiación de esta gran estrella hacen que algunos de los discos protoplanetarios desarrollen estructuras cometarias que se extienden en sentido radial desde la estrella.

Un grupo de proplyps. | NASA/ESA/HST
Un grupo de proplyps. | NASA/ESA/HST

Los discos menos iluminados aparecen como pequeñas franjas negras. Los que están orientados de canto hacia nosotros bloquean la luz de la protoestrella interior, y en algunos casos es preciso realizar observaciones en el infrarrojo para llegar a observar tales estrellas.

Los discos son tan pequeños que ni siquiera el telescopio espacial Hubble es capaz de estudiar su estructura interna. Las propiedades del gas que los constituyen puede ser bien estudiado mediante técnicas de radioastronomía. En particular, se espera que el gran interferómetro ALMA de ondas milimétricas actualmente en construcción en el desierto de Atacama (Chile) revele los parámetros físicos y la composición química de estos fascinantes discos protoplanetarios.

También interesante

  • La nebulosa de Orión fue estudiada por varios astrónomos en los siglos XVI y XVII. Las jóvenes estrellas del Trapecio fueron descritas por primera vez por Galileo en 1617, mientras que la nebulosa fue incluida por Charles Messier en su catálogo del año 1774 con el número 42, razón por la que se sigue conociendo como M42.
  • La gran estrella Theta 1 Orionis C deberá acabar sus días, dentro de unos cuantos millones de años, en la forma de una gran supernova. Toda la nebulosa de Orión será afectada y dispersada por el efecto de la explosión.
  • Unas teorías que están basadas en la famosa hipótesis nebular que fue postulada por Laplace en 1796 en su famosa obra Exposition du Système du monde.

Tomado de:

26 de febrero de 2009

Nueva fotografía del Ojo de Dios

¿Qué es el Ojo de Dios?

Su nombre real es Nebulosa de la Hélice, también conocida como Nebuolosa Hélix o NGC7293. Es una nebulosa planetaria en la constelación de Acuario a unos 700 años luz de distancia. Es una de las nebulosas planetarias más próximas a la Tierra y fue descubierta por Karl Ludwig Harding antes de 1824. Observe en este video la formación de esta nebulosa.



Esta nebulosa (palabra que deriva de la palabra nube) está formada por los gases que expulsa una estrella, similar a nuestro Sol, pero que se encuentra en fase de agonía. Es decir es una estrella de tipo enana blanca que se está enfriará y enfriará hasta perder toda su energía térmica, La estrella se encuentra en el centro de la nebulosa. La edad de la nebulosa es de 10 600 años.




La impresionante imagen fue tomada desde el Observatorio de La Silla, en Chile. Su nombre real es Nebulosa de la Hélice y se puede ver vagamente por aficionados mediante pequeños telescopios. Lo cierto es que los astrónomos fotografiaron desde el Espacio la impresionante imagen celestial considerada como El Ojo de Dios.

Tiene una pupila azul sobre fondo blanco, rodeadas por los párpados de color carne - por eso el nombre. El Ojo es tan grande que la luz tarda en cruzarlo aproximadamente 2 años y medio, según publica hoy el portal The Sun.

El objeto es en realidad un depósito de gas y polvo soplado por una estrella hace 700 años luz en la constelación de Acuario. Se llama la Nebulosa de la Hélice, se puede ver vagamente por aficionados mediante pequeños telescopios.

La foto fue tomada con un telescopio gigante en el Observatorio Europeo del Sur en una montaña en La Silla, en Chile.

Los expertos dicen que nuestro sistema solar tendrá un destino similar cinco mil millones de años a partir de ahora.

Otra nebulosa famosa, y espectacular es la NGC 5761 de la constelación del Aguila y no se queda atrás la NGC 6537 llamada también Araña Roja. Puede acceder a la lista completa de nebulosas planetarias en este enlace.

Tambíen pueden observar estas nebulosas en el siguiente video:




Los dejo con este paneo de la NGC7293.



Hasta la próxima.

Leonardo Sánchez Coello
conocerciencia@yahoo.

Fuentes:

InfoBAE.com

El País

Terra Perú

La República
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