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20 de julio de 2010

De cómo un joven de 17 construyó un colisionador en su garaje

Martes, 20 de julio de 2010

De cómo un joven de 17 construyó un colisionador en su garaje


Michio Kaku | Imagen: Skeptic cards

A la tierna edad de 17 años, y como proyecto de ciencias para su instituto, el popular físico y divulgador Michio Kaku construyó un colisionador de átomos en el garaje de sus padres con la intención de crear antimateria (ahí es nada). Los que somos seguidores de Kaku, le hemos leído la anécdota en más de una ocasión, la última en el prefacio de su libro “Física de lo imposible:

“Fui a la compañía Westinghouse y reuní 200 kilogramos de chatarra procedente de un transformador. Durante las navidades bobiné 35 kilómetros de cable de cobre en el campo de fútbol del instituto. Finalmente construí un betatrón de 2,5 millones de electronvoltios que consumía 6 kilovatios (toda la potencia eléctrica de mi casa) y generaba un campo magnético 20.000 veces mayor que el campo magnético de la Tierra. El objetivo era generar un haz de rayos gamma suficientemente potente para crear antimateria”.

La hazaña la explica con algo más de detalle en la introducción de su libro más conocido, Hiperespacio, donde aporta algunos datos muy interesantes. Para la construcción del betatrón pasó semanas documentándose y leyendo sobre los fundamentos de la máquina. Una vez convencido de que podía hacerlo, compró una pequeña cantidad de sodio -22, construyó una cámara de niebla y revolvió las basuras de los grandes almacenes de electrónica de la zona hasta reunir varias toneladas del material necesario.

A continuación, comenzó a construir el betatrón en el garaje y convenció a sus padres para que le ayudaran a enrollar las gigantescas bobinas que necesitaba para el experimento en el campo de fútbol del instituto. Según dice, pasaron las vacaciones de Navidad en la línea de 50 yardas, hasta enrollar 35 kilómetros de cable y poner a punto el invento.

Cuando finalmente quedó construido, el betatrón de 150 kilogramos y 6 kilovatios consumía toda la potencia eléctrica de mi casa. Cuando lo conectaba, saltaban todos los fusibles y la casa se quedaba repentinamente a oscuras. Con la casa sumida periódicamente en la oscuridad, mi madre solía darse golpes en la cabeza. (Yo imaginaba que ella probablemente se preguntaba por qué no podía tener un hijo que jugase al béisbol o al baloncesto, en lugar de construir estas enormes máquinas eléctricas en el garaje).

El resultado, como ya hemos dicho, fue una máquina que produjo “un campo magnético 20.000 veces más potente que el campo magnético de la Tierra”, y que por supuesto llamó la atención en el mundo científico. Gracias a aquel despliegue de talento e insolencia juvenil, se fijó en él el físico Edward Teller, que le consiguió una beca de cuatro años para estudiar en Harvard. Y, sobre todo, Michio Kaku pudo cumplir sus sueños.

Fuente:

Amazing

26 de mayo de 2010

Michio Kaku: "Un litro de agua de mar equivaldrá a cientos de litros de gasolina"


Miércoles, 10 de mayo de 2010

Michio Kaku: "Un litro de agua de mar equivaldrá a cientos de litros de gasolina"

El físico y divulgador demuestra como los avances tecnológicos ya conseguidos harán realidad en pocas décadas muchas de las previsiones de la ciencia ficción

Llevar los chips integrados en nuestras ropas y nuestro cuerpo. Caminar por la calle y ver impresa sobre nuestra mirada el nombre y la biografía de todas las personas con las que nos cruzamos. Teletransportar moléculas de agua al espacio exterior.

Michio Kaku, en una reciente visita a Barcelona

Michio Kaku, en una reciente visita a Barcelona / Joel Albarrán Bugié

Son algunas de las previsiones de un futuro bastante cercano que hace el prestigioso físico y divulgador Michio Kaku (California, 1947). Y no habla por hablar: todas sus afirmaciones sobre el increíble mundo de ciencia ficción en el que viviremos dentro de pocos años están basadas en avances tecnológicos que ya existen actualmente.

El autor del libro de divulgación "La física de lo imposible. ¿Podremos ser invisibles, viajar en el tiempo y teletransportarnos?", que ha visitado Barcelona con motivo del Bdigital Global Congress, asegura que en unos 20 años se producirá "el cruce" entre el coste del petróleo y la energía solar y las leyes de la oferta y la demanda revolucionarán el mercado energético. En el 2050, el agua de mar que alimenta los procesos de fusión nuclear será cientos de veces más poderosa de lo que es actualmente la gasolina.

-¿Vivimos ya en un mundo de ciencia ficción?
-Lo haremos. La potencia de los ordenadores se dobla cada 18 meses. Hoy tu teléfono ya es más potente que el ordenador de la NASA que llevó a dos hombres a la luna. ¡Ese es el poder que hay en tu teléfono móvil! Esta evolución continuará durante 10 o 15 años más, así que en el año 2020 algunos chips costarán un penique. Serán más baratos que el papel y estarán en todos lados: dentro de tu cuerpo, en tu ropa… en todas partes.

-¿Para qué querremos tantos chips?
-Si hoy sufres un accidente de coche, te puedes morir. Pero mañana tus ropas serán inteligentes y medirán tu ritmo cardíaco, mandarán una señal con tu localización a la ambulancia y enviarán también tu historial médico mientras estés inconsciente. Así que en el futuro nunca morirás solo.

-¿Dónde más llevaremos chips?
-Internet estará integrado en tus lentillas: parpadearás y estarás conectado. ¿Qué quieres ver una película? Parpadeas y ya la ves.

-¿Cuándo sucederá esto?
-Las gafas con Internet ya existen y las lentillas tardarán unos 5 o 10 años. Estas gafas también reconocerán la cara de la mayoría de las personas, así que dirán quien eres y cuál es tu biografía.

-La realidad aumentada ya permite hacer algo muy parecido a través del móvil.
-Exactamente. Y también incluirán subtítulos. Si hablas en chino o japonés, los subtítulos aparecerán mientras hablas. Los ordenadores ya pueden transcribir el habla a la misma velocidad en que se emite. Estoy hablando de ahora. La realidad aumentada permitirá también que los turistas que ahora van a Roma y sólo ven las ruinas del Imperio Romano, puedan ver toda su antigua gloria resucitada en sus lentillas.

-¿Seremos ciborgs?
-¡No! [Ríe]. Seguiremos siendo gente normal. Las máquinas pueden hacer cada vez más cosas pero, no reemplazaremos nuestro cuerpo con máquinas. Reemplazaremos el cuerpo con órganos cultivados en laboratorios. Hoy ya podría coger unas cuantas células de tu piel y hacer crecer cientos de acres de ella. También se puede hacer con huesos, nariz, oreja, cartílagos, válvulas del corazón, venas, la vejiga… En unos pocos años, quizás en cinco, crearemos los primeros hígados. Y después vendrá el páncreas, así que podremos curar la diabetes.

-¿Entonces viviremos más años?
-Probablemente sí.

-¿Cuántos?
-Ahora estamos descubriendo los genes que controlan el proceso de envejecimiento. Todavía no podemos detener el proceso, pero ya hemos localizados los genes que lo generan. En el futuro todos tendremos un CDrom con nuestros genes en su interior. Al principio secuenciar a un ser humano costaba 3.000 millones de dólares. Ahora cuesta 50.000 dólares, en algunos años más serán 1.000 y más adelante sólo 100.

-¿El médico podrá teletransportarse hasta mi casa?
-[Ríe] Bueno, ahora podemos teletransportar átomos de cesio y de rubidio. Esto es algo que hoy ya se puede hacer. Quizás en 10 años podamos hacerlo incluso con una molécula de agua o de dióxido de carbono. Más adelante quizás podamos ir todavía más allá y lograrlo con una secuencia de ADN. Pero un cuerpo entero es demasiado.

-¿No sucederá?
- No sucederá mientras vivamos. Pero sí que podemos teletransportar átomos.

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La Vanguardia
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