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6 de diciembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (04/10): Meditar

Después de meditar, tu cerebro no es el mismo. 


La demostración más poderosa de que es así la presentó en 2011 Sara Lazar, investigadora del Hospital General de Massachusetts (EE UU). Usando resonancia magnética para escanear la cabeza de 16 pacientes, Lazar demostró que bastaban ocho semanas practicando media hora de meditación mindfulness al día para aumentar la densidad de la materia gris en el hipocampo, un área con forma de caballito de mar asociada al aprendizaje y al estrés. 

La materia gris también crecía en áreas cerebrales asociadas a la autoconciencia, la compasión y la introspección, a la vez que disminuía en la amígdala, una estructura con forma de almendra con un papel clave en la ansiedad y el estrés. Estos cambios cerebrales explicarían por qué la meditación con atención plena, actualmente tan en boga, es sumamente eficaz para combatir el estrés.

Pero el tan mentado mindfulness no es tan positivo como parece, ampliaremso en nuevo post.

31 de enero de 2018

¿Por qué no soy Iron Man?

Cuando Stan Lee y Jack Kirby dieron vida a Iron Man por primera vez, allá por 1963, poco podrían imaginarse que ese empresario, un ser corriente como cualquiera de los que andamos por estas calles, pudiera ser el comienzo del transhumanismo, una corriente que pasaría de la ciencia ficción a la teoría y, poco a poco, a la misma realidad. 


Tony Stark posee un nodo que proporciona energía a su armadura y evita que la metralla llegue a su corazón; los humanos de hoy poseemos marcapasos conectados y exoesqueletos que nos ayudan a recuperar la movilidad en caso de discapacidad. Su extraordinaria fuerza puede lograrse también con esos mismos dispositivos, solo que desarrollados para el ejército. Y el uso de una fuente persistente de energía para mantenernos con vida no parece una idea muy lejana en el tiempo, conforme se vayan creando baterías más duraderas y estables.

Quizás siga sonando a ciencia ficción, pero el transhumanismo está impregnando muchos de los avances que vemos en nuestras vidas. Esta corriente de pensamiento, expandida a partir de finales de los 60, aboga por mejorar las capacidades humanas por medio de la tecnología, un propósito tan noble como peligroso y que está mostrándose ya en sus fases más incipientes. Para muestra sirva el caso de Chris Dancy, el hombre "más conectado del mundo". Este cuarentón decidió hace ya diez años que fusionaría lo máximo posible la tecnología actual a su cuerpo, conectando tantos dispositivos como fuera posible, desde relojes inteligentes hasta gafas que están sincronizadas con las bombillas de su casa. Un paraíso del Internet de las Cosas -más de una decena de sensores pesan sobre Dancy- que controla desde sus constantes vitales hasta sus patrones de alimentación. Un Iron Man de andar por casa, pero puede que el inicio de algo más.

Más lejos quedan otros de los retos más ambiciosos del transhumanismo, aquellos que dejan a este superhéroe a la altura del betún. La crionización no deja de ser una falacia científica, mientras que la singularidad sigue siendo un sueño en el eterno imaginario común de la inmortalidad, para lo que debemos superar la naturaleza misma de nuestros cuerpos. Hoy decimos esto, pero si Tony Stark pudo anticipar muchos de los avances que hoy disfrutamos, quién sabe si de estas mentes locas -recluidas en lugares como la Universidad de la Singularidad de la NASA y Google- podrá salir una nueva especie de humanos en la que la carne se entremezcle con la tecnología hasta hacerse un solo indisoluble.

Fuente:

El Mundo Ciencia

18 de mayo de 2015

Siete alternativas para hacer crecer nuevas células en el cerebro (y volvernos más inteligentes)

Hace algunos años se creía que el cerebro era un sistema relativamente estático —nuestras conexiones neurales podían desligarse y nuestras neuronas destruirse pero no transformarse, regenerarse o formar nuevas conexiones sinápticas. Esta creencia hizo que muchos creciéramos bajo un extraño paradigma en el que se nos decía que debíamos de atesorar nuestras neuronas —porque jamás podríamos recobrarlas— y en este sentido ingerir drogas era un acto severo, contranatural, digno de la más abyecta estupidez. Bajo esta impronta uno incluso podía experimentar una nostalgia por neuronas perdidas, una especie de efecto de miembro fantasma entre los tallos neurales de flores decapitadas.
Evidentemente el daño cerebral es una realidad —pero es una realidad dinámica y reversible. Por suerte para aquellos que exploraron quizás un poco demasiado las dimensiones psiconáuticas, también es una realidad la neuroplasticidad —la capacidad de transformarse estructuralmente que tiene el cerebro adulto—, y la neurogénesis —la capacidad que tiene el cerebro adulto de regenerar células o generar nuevas neuronas. El cerebro se comporta como un sistema abierto (por no decir holístico) que puede ser cincelado lo mismo por estímulos químicos que por estímulos emocionales o meméticos  y nuestras neuronas, particularmente las del hipocampo y la zona subventricular, son como salamandras que transmutan en el fuego electroquímico de la sinapsis.
Investigación científica reciente muestra que la neurogenésis y la neuroplasticidad podrían tener un papel importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así como ser un factor vital en la reducción del estrés y en el tratamiento de la depresión. Un estudio incluso sugiere que nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la plasticidad  —por el movimiento dinámico de nuestras neuroconexiones—– más que por la química.
Emerge un nuevo paradigma, un nuevo mapa —y el mapa no es el territorio porque el territorio se está moviendo siempre. La neuroplasticidad sugiere que las conexiones individuales en el cerebro están siempre recreándose, según cómo se usan. En inglés se dice “neurons that fire together, wire together”/”neurons that fire apart, wire apart” (las neuronas que disparan al mismo tiempo se conectan entre sí, las que disparan o se encienden por separado conectan aparte). Esto significa que constantemente están emergiendo nuevas relaciones sinápticas, nuevos mapas corticales —colectivos que desempeñan funciones específicas pero que pueden estar separados. La sinfonía cerebral actúa de manera global, continentes aparentemente inconexos llegan a sincronizarse para ejecutar operaciones complejas al unísono.
La capacidad neuroplástica del cerebro puede ejemplificarse en el desarrollo de la capacidad de ecolocación que algunas personas ciegas logran recableando su cerebro. Resonancias magnéticas muestran que estas personas adaptan áreas de procesamiento visual para esta nueva habilidad de ecolocación, en la que intervienen áreas de procesamiento auditivo.
De la neuroplasticidad y de la neurogénesis surge la posibilidad de tomar control de los procesos neurales y, como si nuestro cerebro fuera una etérea plastilina, esculpir estados mentales de diseño. Según Michael Merzenich, uno de los pioneros en el campo de la neuroplasticidad, los ejercicios mentales pueden ser tan útiles como las drogas para tratar padecimientos tan severos como la esquizofrenia (pero, ¿quizás la gimnasia mental podría curar no sólo enfermedades del cerebro sino de todo el organismo?). De este nuevo acercamiento se atisba toda una gama de posibilidades: la dirección de orquestas neurales, el self-hacking, la reingeniería de neuronas y la manipulación de mapas corticiales para el aumento de funciones específicas o, por supuesto, para la sanación de daño cerebral —así que nunca es demasiado tarde para hacer de tus neuronas, especialmente de los astrocitos, vitales en la neurogénesis, nuevas y brillantes constelaciones en tu propio firmamento.
1. Ejercicio físico
Un estudio realizado por el Dr. Kwok Fai So de la Universidad de Hong Kong mostró un correlación entre personas que solían correr frecuentemente y la neurogenésis. “Investigación ha demostrado que el ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y la cognición y también se ha demostrado que un déficit en la neurogénesis adulta puede resultar en una depresión”. El estrés, especialmente la depresión, llegan a encoger el hipocampo —una de las zonas en la que ocurre la neurogénesis. Científicos creen que existe una relación entre el ejercicio, y en general aquello que reduce el estrés, con la neurogénesis.
 2. Meditación
Uno de los líderes en el campo de la investigación neurocientífica de la meditación, el Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, ha estudiado lo que llama “la respuesta de relajación”, la cual induce una serie de cambio bioquímicos en el cerebro. Benson sugiere que la meditación renera células cerebrales, reduciendo de esta manera el estrés.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oregon indica que la técnica de meditación conocida com IBMT (entrenamiento integral de mente cuerpo) puede facilitar la neurogenésis.
3. Comida /Antocianinas
Consumir antocianinas, pigmentos hidrosolubles que pueden encontrarse en las zarzamoras, arándanos, frambuesas y hasta en el vino, parece tener propiedades neuroregenerativas. Comer este tipo de moras silvestres es recomendado para prevenir el Alzheimer y podría tener un efecto positivo en la función del hipocampo.
Otros alimentos que se cree podrían fomentar la nuerogénesis son los alimentos ricos en Omega-3 o fitonutrientes como la oroxilina.
4. Reducción de calorías /ayuno
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science muestra que la restricción de calorías produce estados favorables para la neurogénesis: ratas a dieta desarrollaron nuevas neuronas en el hipocampo.
Diferentes tradiciones, particularmente en Oriente, hablan sobre la importancia de celebrar ayunos con cierta regularidad para restaurar las funciones corporales y cognitivas. Es posible que una ciencia del ayuno pueda llevar a la neurogénesis.
5. Tener (mucho) sexo
Como hemos visto la neurogénesis —y en general la salud— está ligada a la reducción del estrés y a promoción de la relajación —la salud es tranquilidad en movimiento. Evidentemente uno de los actos que mayor reduce el estrés —en diversas capas— es el sexo.
Un estudio científico realizado por la doctora Benedetta Leunemuestra que mientras el estrés reduce la neurogénesis adulta y restringe la arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación tiene el efecto opuesto, promoviendo la generación de nuevas células cerebrales. Explica Leuner:
Ratas adultas fueron expuestas a una hembra sexualmente receptiva una vez (aguda) o una vez diariamente por 14 días (crónica) y se midieron sus niveles de circulación glucorticoide [...]. Los resultados mostraron que experiencias sexuales agudas incrementaron los niveles de circulación corticoide y el número de neuronas en el hipocampo. La experiencia sexual crónica dejó de producir un incremento en los niveles corticoides pero continuó promoviendo la neurogénesis y estimuló el crecimiento de la espinas dendríticas y la arquitectura dendrítica. La experiencia sexual crónica también redujo el comportamiento relacionado con la ansiedad.
6.  Fotoestimulación /casco de luz infrarroja
Uno de los campos de investigación más interesantes pero menos probados es el de la estimulación de ciertas zonas cerebrales a través de la luz o el magnetismo.  Las populares máquinas de luz y sonido —LEDs programados a cierta frecuencia para emular ondas cerebrales y sonidos binaurales— llegan a generar estados similares a la meditación, por lo cual podrían también inducir estados de neurogénesis. El incipiente campo de la medicina biomagnética, basada en los pares magnéticos descubiertos por el Dr. Isaac Goiz, es un novedoso tratamiento para diferentes enfermedades, incluyendo la depresión, y quizás podría estimular las células del cerebro a regenerarse.
Un casco desarrollado por  el Dr. Gordon Dougal, de la empresa Virulite, asegura revertir la demencia senil, regenerando neuronas  a través de la estimulación de luz infrraroja.

7. Ayahuasca/antidepresivos
Se sabe que algunos antidepresivos,  inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina,facilitan la neurogénesis. Sin embargo, producen numerosos efectos secundarios, entre ellos la falta de libido (lo cual resulta un tanto contradictorio). Una alternativa a esto parece ser la ayahuasca, el cada vez más popular brebaje medicinal psicoactivo del Amazonas, utilizado con particular efectividad en el tratamiento de adicciones pero que podría tener aplicaciones incluso en la cura de enfermedades como el cáncer.
A diferencia de los antidepresivos, la ayahuasca, una medicina que algunos llaman un psicointegrador, ofrece una experiencia integral en la que los beneficios químicos son complementados por beneficios emocionales y hasta espirituales que redondean el tratamiento y permiten una asimilación más profunda.
Estudios con personas que han tomado ayahuasca por un periodo sostenido de tiempo muestran una mayor recaptación de serotonina. Según la investigadora Jace Callaway, esto se podría deber a la tetrahidroharmina que contiene la ayahuasca. Luego de dosificarse con esta molécula por seis semanas y  realizarse una tomografía computarizada por emisión de fotones individuales, Callaway descubrió un incremento en su recapatación de serotonina, algo que disminuyó cuando la dejó de utilizar.
Otro estudio, realizado por  Stuckey y Echenhofer en el California institute of Integral Studies, mostró que la ayahusca incrementa la coherencia en la banda de ondas gamma. Según el Dr. Luis Eduardo Luna: “La coherencia es una medida de la similitud del electroencefalograma en dos sitios distintos y puede considerarse una medida de comunicación entre dos regiones del cerebro. Una hipercoherencia distribuida ampliamente parece razonable dado los intensos y sinestéticos fenómenos que suelen ocurrir durante una experiencia de toma de ayahuasca”. Esta misma alta actividad de coherencia gamma ha sido observada en monjes zen en estados profundos de meditación.
Fuente:

24 de agosto de 2014

¿Puede la meditación cambiar nuestro cerebro?

Mujer meditando

Sí. Y esos cambios pueden ser tanto al corto plazo, durante la meditación misma, como al largo plazo, tras años de practicarla.
Todas las formas de meditación incluyen entrenar la atención. La meditación "abierta" implica prestarle la misma atención a todo, sin juzgar o distraerse.

La meditación "cerrada" o "concentrativa" conlleva prestarle atención intensa y fija a una sola cosa, como a la respiración, a un sonido o a un sentimiento.

En línea con esto, los escáneres de cerebro muestran un incremento de la actividad en partes de la corteza frontal asociadas con control atencional y con otras áreas, dependiendo del tipo de meditación.

Las respuestas emocionales también resultan afectadas y hay registro de un incremento de la actividad en los circuitos subyacentes a las emociones positivas y al control de emociones.

Estudiar los efectos al largo plazo es más difícil, ya que los resultados deben medirse tras años de meditación y la gente que aprende a meditar y persevera en ello es distinta a la gente que lo hace en un contexto de corto plazo.

Con todo, los datos sugieren que la meditación a largo plazo muestra más actividad coherente a través de distintas áreas del cerebro y que éste envejece más lento.

Fuente:

BBC Ciencia

20 de mayo de 2013

Tres cosas que cambian en tu cerebro cuando meditas

Empatía. Cuando meditamos aumenta de manera notable la actividad neuronal en áreas del cerebro implicadas en la empatía, es decir, en la capacidad de ponernos en el lugar de los demás. Concretamente, científicos de la Universidad de Emory usaron resonancia magnética para estudiar el cerebro de personas que meditaban y comprobaron que, en comparación con quienes no lo hacían, tenían más activas las neuronas de la corteza dorsomedial prefrontal y el giro frontal inferior, dos estructuras que participan en el reconocimiento del estado emocional de las personas que nos rodean.

Aprendizaje. Según recogía hace poco un artículo de la revista Mindfulness, investigadores de la Universidad George Mason (EE UU) han demostrado que practicar meditación antes de clase ayuda a que los estudiantes universitarios se concentren mejor y retengan mejor los contenidos que imparte el profesor, por lo que recomiendan meditar durante 6 minutos antes de entrar al aula.

Conexiones. La meditación aumenta la plasticidad neuronal y mejora la coordinación entre las células del cerebro, según un reciente estudio publicado en la revista PLOS One basado en resonancia magnética cerebral con espectroscopia, una técnica que permite medir sustancias químicas en una determinada región del cerebro. Los autores del trabajo identificaron un incremento significativo de la conectividad a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que comunican ciertas estructuras profundas, como el tálamo, con la corteza parietal superior izquierda, la parte del cerebro que controla la consciencia de uno mismo. Además, los experimentos revelaron que el mioinositol está aumentado en el cíngulo posterior de los meditadores. Este cambio neuroquímico podría ayudar a regular la respuesta inmune y reducir la ansiedad y la depresión, según los investigadores.

Fuente:

Muy Interesante

10 de octubre de 2012

Tres cosas que aumentan el tamaño de tu cerebro

pensativaLa neurociencia ha demostrado recientemente que el tamaño del cerebro está relacionado con ciertos hábitos y habilidades como los siguientes:

Ejercicio aeróbico. De acuerdo con un estudio estadounidense publicado el año pasado en la revista PNAS, el ejercicio físico moderado en adultos de edad avanzada aumenta el tamaño del hipocampo, una región cerebral con forma de caballito de mar que se encarga de la formación de nuevos recuerdos. Este aumento repercute sobre todo, según los autores, en una mejora de la memoria espacial.

Meditación. La meditación aumenta el tamaño del cerebro, tal y como demostraba un estudio del laboratorio de neuroimagen de la Universidad de California en Los Ángeles (EE UU). Concretamente, las personas que meditan tiene más volumen de neuronas en el hipocampo y en áreas como el tálamo y la corteza orbitofrontal, ligadas a la regulación de las emociones.

Amistad. Los seres humanos necesitamos usar una serie de habilidades cognitivas para conservar cierto número de amigos, por ejemplo ser capaz de adivinar lo que otra persona está pensando, tener desarrollada la empatía o ser buen conversador. Eso explicaría por qué las personas con mayor número de amigos tienen una región del cerebro llamada corteza orbital prefrontal de un tamaño superior a la media de la población, tal y como publicaban investigadores de las Universidades de Oxford, Liverpool y Manchester en la revista Proceedings of the Royal Society B.

Fuente:

24 de noviembre de 2011

¿La meditación es buena para la salud?

Brain

Según un estudio de imágenes cerebrales realizado por investigadores de la Universidad de Yale, los meditadores experimentados parecen ser capaces de “desactivar” ciertas áreas del cerebro en diversas situaciones, por ejemplo, el área relacionada con soñar despierto, el autismo o la esquizofrenia.

Según Judson A. Brewer, profesor de psiaquiatría y autor principal de este estudio publicado en noviembre en Proceedings of the National Academy of Sciences, la capacidad de meditación está relacionada con aumentos en el nivel de felicidad. La comprensión de cómo funciona la meditación puede ayudar a la investigación de una serie de enfermedades:

“Se ha demostrado que la meditación es capaz de ayudar en múltiples problemas de salud, tales como, ayudar a las personas a dejar de fumar, lidiar con el cáncer e incluso prevenir la psoriasis”, afirmó Brewer.

El equipo de Yale realizó una serie de resonancia magnéticos en varios sujetos: aquellos con experiencia en la meditación y en otros sin ella, mientras realizaban tres técnicas diferentes de meditación. En su estudio descubrieron que los meditadores experimentados disminuyeron la actividad de su cerebro en un área del cerebro conocida como “red de modo por defecto”, la cual está implicada en los lapsos de atención y diferentes trastornos como el déficit de atención, la ansiedad o el trastorno de hiperactividad. La disminución de la actividad en esta red, se ha observó en aquellos individuos con experiencia en la meditación, independientemente del ejercicio que estuvieran realizando.

“La capacidad de las personas para meditar y mantenerse concentrada ha sido parte de las prácticas filosóficas y contemplativas desde hace miles de años”, dijo Brewer. “Por el contrario, las características de muchas enfermedades mentales constituyen una preocupación por su propia causa, una condición que la meditación parece afectar. Esto nos brinda una pista sobre cómo podrían trabajar clínicamente los mecanismos neuronales”.

Vía | Yale University

Fuente:

Xakata Ciencia

20 de octubre de 2009

La meditación nos protege del envejecimiento cerebral


Martes, 20 de octubre de 2009

Personajes. Vicente Simon

"La meditación nos protege del envejecimiento cerebral"

Vicente Simón es Catedrático de Psicobiología de la Universidad de Valencia. Hace una década, mientras leía textos de filosofía oriental, decidió aprender la práctica de la meditación. E inevitablemente se interesó por entender cómo afectaba esa práctica a nuestro cerebro. En la actualidad es uno de los principales expertos en la neurobiología del mindfulness o atención plena, una técnica basada en la meditación budista que, según los últimos estudios científicos, puede modificar el cerebro.


Pregunta. La meditación ha irrumpido con fuerza en occidente...
Respuesta.
La verdad es que tanto el estudio de la neurobiología cerebral como de la aplicación clínica de mindfulness se encuentran ahora en un periodo de crecimiento explosivo. Estamos asistiendo a un incremento exponencial del interés por estos temas, yo creo que porque la humanidad intuye, de alguna manera, que está en riesgo real de "autodestruirse" y busca la orientación de lo que se ha llamado desde siempre la “sabiduría perenne”.

P: ¿Qué cambia en nuestro cerebro cuando practicamos atención plena o mindfulness?
R:
Aunque estamos muy lejos de comprender todo lo que pasa en el cerebro durante la práctica, recientemente se ha publicado una investigación que arroja bastante luz sobre la actividad cerebral en la meditación. Cuando no está ocupada en una tarea concreta, nuestra mente tiende a implicarse en procesos narrativos, en los que relaciona el pasado con el futuro y construye la entelequia del "self" personal. Esta actividad se produce en redes neuronales localizadas en las zonas mediales de la corteza prefrontal, que son zonas con una actividad muy intensa en los humanos modernos que nos diferencian de otras especies.

P: Demasiado ajetreo neuronal…
R: Podríamos decir que ese ajetreado quehacer cerebral se encuentra al servicio de la supervivencia humana. Tratamos de construir modelos del futuro basándonos en nuestras experiencias del pasado. Procuramos preveer lo que va a suceder, a fin de poder planificar mejor nuestra conducta e incrementar así nuestras posibilidades de subsistir y de prosperar. El problema es que, cuando esta función se activa demasiado, vivimos constantemente en el futuro, siendo presas del temor o del deseo. Vivimos para lo que ha de pasar (que es algo ilusorio) y comenzamos a dejar de vivir en la realidad de lo que pasa. Sin embargo, cuando dedicamos nuestra atención a lo que está sucediendo en el momento presente, decrece la actividad de estas zonas mediales de la corteza prefrontal y entran en juego circuitos nerviosos situados más lateralmente en el cerebro. Son instantes en los que, en lugar de vagar por los cerros de Úbeda, nuestra mente se centra en lo que estamos viviendo en ese momento.

P: Y para que todo eso se convierta en un hábito hay que entrenarse mentalmente.
R: Así es. Al entrenarnos en mindfulness, es decir, al hacer meditación, lo que hacemos fundamentalmente es abandonar la actividad de esa mente errante, también llamada “mente de mono” porque nuestra mente, igual que un mono brinca de rama en rama, va “saltando” de tema en tema. Entonces concentramos nuestra atención en lo que está sucediendo en el presente, bien en nuestro cuerpo, bien en el mundo exterior. Dejamos de rumiar sobre el pasado y de preocuparnos acerca del futuro. Eso es bueno porque, en lugar de activar continuamente los circuitos de la supervivencia, ponemos también en marcha los circuitos de la felicidad.

P: Entonces, ¿nuestro cerebro es “moldeable”, puede cambiar?
R: Por supuesto. No hay ninguna duda de que incluso el cerebro adulto posee una considerable capacidad de adaptación. Si yo, por ejemplo, comenzara ahora a jugar al golf, o a aprender chino, ciertas zonas de mi cerebro se modificarían para crear el sustrato neuronal necesario para llevar a cabo esas actividades. Desde luego, serían zonas muy diferentes en cada uno de las dos tareas y, probablemente, no llegaría a alcanzar mucha maestría en ninguna de esas disciplinas. Respecto a la meditación, hay un trabajo muy interesante del equipo de Sara Lazar que, utilizando técnicas de resonancia magnética, demuestra que la práctica de la meditación incrementa el grosor de ciertas zonas cerebrales relacionadas con la atención, el procesamiento sensorial y la interocepción. Otro aspecto muy interesante de ese trabajo es que presenta indicios de que la meditación es capaz de contrarrestar el adelgazamiento que sufren, con la edad, ciertas zonas cerebrales. Es decir, que la meditación nos protegería de algunas consecuencias del envejecimiento cerebral.

P: ¿Y cómo ayuda el mindfulness a combatir la depresión o la ansiedad?
R: En el caso de la depresión, sabemos que la meditación puede disminuir la frecuencia de las recaídas en nuevos episodios depresivos. Al parecer, esto sucede porque, al meditar, pasamos menos tiempo dedicados a pensamientos negativos y cavilando sobre nuestras preocupaciones. De hecho, el tratamiento y prevención del estrés es el tema que originó, históricamente, la aplicación de mindfulness a la práctica clínica. Fue Jon Kabat-Zinn quien utilizó una combinación de meditación y de yoga para aliviar el sufrimiento de pacientes crónicamente estresados, bien por razones médicas (como el dolor de espalda, el cáncer, las cardiopatías y otras patologías crónicas), bien por razones psicológicas, por estar sometidos a situaciones estresantes de larga duración y padecer ansiedad, depresión o insomnio. También se ha demostrado que la práctica de mindfulness contribuye a reducir la ansiedad, ya que activa las zonas cerebrales responsables de la modulación del miedo.

P: Sorprendente...
R: Y hay más. Meditar facilita la aparición de estados de ánimo positivos, pues incrementa la actividad del hemisferio cerebral izquierdo. Los ejercicios de mindfulness aumentan la capacidad de empatía y de comunicación, facilitando así las relaciones interpersonales. También incrementa la auto-comprensión, haciendo posible que interpretemos mejor el sentido de la propia vida. Todos estos factores contribuyen a disminuir el estrés y a que nos sintamos más dueños de las situaciones que vivimos y, en general, de nuestras vidas.

P: El próximo día 31 de octubre imparte un seminario para profesionales de la salud en Madrid, organizado en colaboración con el Centro Wellmind. ¿Qué va a contarle a los asistentes?
R:
Trataré es de comunicarles mi entusiasmo por la práctica de mindfulness y transmitirles las enormes posibilidades que ofrece vivir la vida de una forma diferente a cómo habitualmente lo hacemos. La práctica de mindfulness nos descubre un mundo nuevo, que no es otro que aquel en el que ya vivimos, pero visto desde una perspectiva radicalmente distinta. Se trata de acceder a un estado de conciencia diferente. En nuestras vidas, la actividad turbulenta de nuestras mentes hiperactivas no nos deja distinguir con claridad lo que es importante y lo que es accesorio y, en general, andamos persiguiendo objetivos que nos crean todavía más problemas y tensiones de las que ya tenemos. Al apaciguar la mente, vamos descubriendo lo que realmente importa y acabamos intuyendo cuál es el camino que conduce a la verdadera felicidad.

Fuente:

Muy Interesante

9 de octubre de 2009

10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

Sábado, 10 de octubre de 2009

Día Mundial de la Salud Mental

¿Qué es la salud mental?

Salud mental o "estado mental" es la manera como se conoce, en términos generales, el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural lo que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Se dice "salud mental" como analogía de lo que se conoce como "salud o estado físico", pero en lo referente a la salud mental indudablemente existen dimensiones más complejas que el funcionamiento orgánico y físico del individuo.

Según El Austral: El “Día Mundial de la Salud Mental” se celebra todos los 10 de octubre y fue instaurado el año 1992 por iniciativa de la Federación Mundial de Salud Mental con el objetivo de sensibilizar a la comunidad sobre esta materia, además de abogar por la no discriminación de personas que padezcan alguna enfermedad de este tipo.

Algunos datos de la OMS:


  • 450 millones de personas experimentan problemas mentales o neurológicos en el mundo.

  • nEstos desórdenes constituyen 5 de las 10 principales causas de discapacidad.

  • nCrean un impacto social y económico importante en los individuos, familias y gobiernos.

  • nLa depresión clínica será la 2da causa de discapacidad en el mundo para el año 2020 y en países en desarrollo será la primera causa.

  • nLas personas con trastornos mentales sufren de discriminación, estigma y están proclives a sufrir violaciones en sus derechos humanos.

  • La pobreza interactúa en forma importante con la salud mental en un círculo vicios

Más detalles aquí y aquí...

Muy Intersante publicó esta interesante nota, ocho supersugerencias con sus respectivos ochos superenlaces:
Hoy, sábado 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. De los avances de la neurociencia publicados en MUY Interesante a lo largo de 2009, extraemos 8 consejos útiles para mantener una mens sana. ¡Toma nota!

1. Evita la obesidad
Un estudio realizado por Paul Thompson, investigador de la Universidad de California, apunta a que la obesidad puede reducir el tamaño del cerebro en los ancianos, haciéndolos más vulnerables a la demencia.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/46-salud/8000-iel-exceso-de-grasa-encoge-el-cerebro

2. Lee a Kafka
Leer a Franz Kafka, por ejemplo la historia de Un médico rural, estimula nuestras neuronas y “nos incita a aprender nuevos patrones cerebrales, a desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje”, según un reciente estudio de la Universidad British Columbia y la Universidad de California.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/8073-leer-a-kafka-estimula-el-cerebro

3. Mejor en pareja
Estar casado o vivir en pareja reduce el riesgo de sufrir demencia y Alzheimer al envejecer en un 50 por ciento, según revela un estudio realizado por científicos suizos y finlandeses y publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/7428-vivir-en-pareja-reduce-el-riesgo-de-demencia-

4. Entrénate para la multitarea

La capacidad de hacer varias cosas a la vez de forma eficiente está “limitada por la velocidad a la que nuestra corteza prefrontal procesa la información”, asegura Paul E. Duz, investigador de la Universidad de Vanderbilt y coautor del estudio. La buena noticia es que esa capacidad se puede entrenar.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/7581-entrenate-para-la-multitarea

5. Apaga la televisión
Investigadores de la Universidad de Pensilvania han comprobado que ver la televisión antes de dormir suele generar deudas de sueño, que aumentan el riesgo de caer enfermos.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/7316-la-ciencia-del-sueno

6. Medita
Si queremos desarrollar músculos más grandes y huesos más fuertes existen cientos de ejercicios y suplementos dietéticos que nos ayudan a lograr nuestro objetivo. ¿Pero qué sucede si lo que pretendemos es aumentar el tamaño de nuestro cerebro? Científicos de la Universidad de California (UCLA) demostraron la pasada primavera que también es posible recurriendo a la meditación.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/46-salud/7194-iquieres-que-tu-cerebro-crezca-medita

7. Únete a un grupo

Un equipo de futbol, un club de lectura, una banda de rock,... Formar parte de un grupo social puede reducir el riesgo de sufrir infarto y demencia, según demostraban hace poco investigadores de las universidades australianas de Exeter y Queensland.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/8062-mas-vale-en-grupo-que-solo

8. Haz garabatos
Llenar un papel de garabatos no es una pérdida de tiempo ni una distracción. Muy al contrario, favorece la concentración mental y estimula la memoria, según un estudio de la Universidad de Plymouth publicado en la revista Applied Cognitive Psychology.
www.muyinteresante.es/index.php/salud/46-salud/6510-garabatear-ayuda-a-pensar

Fuente:


Revista Muy Interesante

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