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13 de diciembre de 2020

Ocho de cada diez turistas extranjeros que llegan al Perú hacen rutas de ecoturismo

Eel 87% de los viajeros, no provenientes de Latinoamérica, realiza actividades vinculadas con la naturaleza.

 
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en el 2012 la histórica resolución de considerar el ecoturismo como “un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible”, en esa medida, se fomenta a promoverlo a través de políticas públicas, reconociendo su potencial positivo en la educación, la creación de empleos, generación de ingresos y la lucha contra la pobreza, al tiempo que fomenta la conservación y el uso sostenible de los espacios naturales.

Ostelea, Escuela de Management en Turismo, realizó un estudio sobre el ecoturismo en Perú, donde se destaca que es un destino clave para este tipo de turismo debido a que es uno de los países considerado con más biodiversidad del mundo. De acuerdo con National Geographic, el país ocupa el segundo lugar del mundo con mayor biodiversidad, solo superado por Madagascar. 

“Es interesante ver el perfil del turista que realiza actividades de naturaleza, suele tener un promedio de 37 años, residente de Latinoamérica, es hombre, soltero y con estudios universitarios. Su estancia media suele ser de 13 noches y el gasto total, sin tener en cuenta el rubro de transporte para su traslado al país, es de 1,429 dólares, estas son cifras oficiales de PROMPERÚ”, informó Pablo Díaz, Docente de Ostelea y realizador del informe. 

Más información en: El Comercio (Perú)

Lea también: 5 destinos para hacer ecoturismo en el Perú

6 de noviembre de 2017

Científicos descubren una rana gigante 'diabólica' que devoraba dinosaurios

Su mordedura poseería una fuerza de unos 2.200 newtons, equivalente a la de mamíferos depredadores como el tigre o el lobo.


Un equipo internacional encabezado por científicos de la Universidad de Adelaida (Australia) ha descubierto que una 'diabólica' rana gigantesca que habitaba en Madagascar hace 68 millones de años era capaz de comer dinosaurios.

Los investigadores estimaron que esa especie extinta, conocida como 'Beelzebufo', podría cazar y devorar pequeños ejemplares de esos reptiles debido a que su mordedura poseería una fuerza de unos 2.200 newtons, equivalente a la de mamíferos depredadores como el tigre o el lobo.

Gracias a esta característica, ese anfibio "habría sido capaz de masticar los dinosaurios pequeños o jóvenes que vivían en su medio ambiente", según ha explicado Marc Jones, investigador de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Adelaida.

Estos especialistas realizaron su descubrimiento mientras analizaban la fuerza de mordedura de varias especies de ranas cornudas carnívoras 'Ceratophrys', que hoy en día habitan en Sudamérica y aseguran que han obtenido resultados sin precedentes.

"A diferencia de la gran mayoría de ranas, que tienen mandíbulas débiles y normalmente consumen presas pequeñas, las ranas cornudas emboscan a animales tan grandes como ellas" —desde otras ranas hasta serpientes o roedores— y "sus fuertes mandíbulas desempeñan un papel esencial a la hora de agarrar una presa", asegura Jones.

Asimismo, el colectivo investigador calculó que pequeñas ranas cornudas cuya cabeza mide alrededor de 4,5 centímetros de ancho poseen una fuerza de mordedura que ronda los 30 newtons, mientras que los anuros que habitan los subtrópicos de America del Sur y tienen una testa que mide hasta 10 centímetros de anchura alcanzarían hasta 500 newtons, como otros mamíferos carnívoros de tamaño similar.

Fuente:

RT 

31 de octubre de 2016

El misterio de las 30 mujeres que colonizaron Madagascar

La isla africana fue ocupada hace tan solo 1.200 años por un grupo que recorrió más de 6.000 kilómetros para llegar.
                    La población actual de Madagascar es una mezcla afroindonesia
Madagascar es un país peculiar. No solo porque haya tenido un presidente que fue DJ o porque durante la pasada década se descubrieron 600 nuevas especies en su territorio. Esa isla gigantesca, del tamaño de la Península Ibérica, está a 416 kilómetros de África y, sin embargo, no fue colonizada hasta hace 12 siglos, y por indonesios, que tuvieron que recorrer más de 6.000 para alcanzarla. Prueba de aquella conquista improbable, además de su proximidad genética con malayos o polinesios, es el malgache, la lengua oficial del país, más parecida a las lenguas del sudeste asiático o de algunas islas del Pacífico que a cualquiera de las africanas.
Hace cuatro años, un grupo de investigadores de la Universidad Massey, en Nueva Zelanda, puso a prueba 40 millones de escenarios posibles en simulaciones informáticas para ver cuál explicaría mejor la composición genética de los habitantes de la isla en la actualidad. Investigaciones previas habían descubierto que el 30 % de los habitantes de la isla compartían la misma herencia mitocondrial, un tipo de ADN particular que solo se recibe de las madres. En una población normal, esa herencia compartida rondaría el 2%.

Sus resultados, publicados en la revista Proceedings of the Royal Society, consideraban probable la llegada hace 1.200 años de un grupo de colonos entre los que habría 30 mujeres. Esta estimación coincidiría con cálculos previos que sugieren que la población malgache actual, de algo más de 22 millones de habitantes, surgió a partir de un grupo pequeño que se multiplicó con rapidez. Los autores también aventuraban que la ocupación indonesia de la isla no era parte de un gran plan de conquista sino que fue llevada a cabo por una pequeña partida humana, similar a la que durante la misma época colonizó Nueva Zelanda. Massey planteaba incluso que se tratase de un grupo de refugiados desviados de su ruta por una tormenta y llevados por las corrientes marinas hasta Madagascar. Eso explicaría la presencia de mujeres, normalmente ausentes en los barcos mercantes.
Esta semana, un equipo internacional de científicos ha anunciado el descubrimiento de nuevas evidencias con las que reconstruir la llegada de aquellos pueblos lejanos a Madagascar. En un artículo publicado en la revista PNAS, identifican restos de cultivos encontrados en yacimientos arqueológicos como arroz o un tipo de judías asiáticas. Estas serían, según los autores, las primeras pruebas de la colonización de la isla desde el sudeste asiático.

Su análisis, que incluyó casi 2.500 especies vegetales obtenidas en 18 yacimientos de Madagascar, sus islas vecinas y la costa este de África, trató de diferenciar si las plantas eran de origen africano o habían llegado de algún otro sitio, y observaron que la primera opción era más frecuente en terreno continental o en las islas cercanas. En Madagascar, sin embargo, se detectaron cultivos asiáticos que debieron ser introducidos entre hace 1.000 y 1.200 años. Ese alimento, que trajeron con ellos en aquel viaje, planificado o no, está ayudando a los científicos a reconstruir la odisea de las treinta mujeres que llegaron desde el este para colonizar (junto a los hombres que las acompañaron) la mayor isla de África.

Fuente:

El País (España)

 

20 de marzo de 2012

La fauna de Madagascar llegó a la isla a bordo de troncos o islas vegetales

Un especie de lemur de Madagascar. | E.M.

Un especie de lemur de Madagascar. | E.M.

La isla de Madagascar se separó del continente africano hace unos 130 millones de años y de la India hace entre 65 y 80 millones de años, tras la desmembración del supercontinente Gondwana. Una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desvelado que la mayor parte de la fauna malgache llegó a la isla a través de repetidas dispersiones oceánicas después de la separación del continente. El artículo aparece publicado en el último número de la revista 'PNAS'.

El equipo de investigadores reconstruyó la historia de colonización de Madagascar mediante la secuenciación de varios genes nucleares de los principales grupos de vertebrados de Madagascar y de las especies más próximas de África, Asia y Sudamérica. Después, para datar los periodos de divergencia, aplicaron el llamado 'reloj molecular', que permite estimar el tiempo evolutivo a partir del número de diferencias entre dos secuencias de ADN.

"Los resultados muestran que el origen de la mayor parte de los grupos malgaches es relativamente reciente, geológicamente hablando, y que colonizaron la isla por dispersión oceánica, principalmente desde África. Lo más probable es que fuertes ciclones arrastrasen hasta tierra firme grandes troncos o pequeñas islas flotantes de vegetación con los que serían los primeros colonizadores", explica el investigador del CSIC David Vieites, del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

No pudo ser por la bajada del nivel del mar

Según los expertos, los colonizadores tuvieron que desplazarse necesariamente atravesando el océano. El Canal de Mozambique que separa Madagascar de África, tiene una profundidad de casi 3.000 metros, demasiados para que una bajada del nivel del mar hubiese permitido la dispersión por tierra.

A finales del periodo Cretácico se produjo una extinción masiva en todo el planeta. Según este estudio, sólo dos grupos de las especies vertebrados que vivían entonces en Madagascar sobrevivieron a esa ola de extinciones: unas tortugas de agua dulce y las iguanas. El resto de la fauna presente en la isla llegó a ella a con posterioridad cruzando el océano en varios periodos.

"Gran parte de las colonizaciones más antiguas se produjeron desde Asia y África, si bien las más recientes, que ocurrieron en los últimos 30 millones de años, son todas de origen africano. Uno de los factores que pudieron influir en este hecho es la proximidad, ya que a pesar de haberse separado antes, Madagascar permaneció relativamente cerca de África, mientras La India se alejaba rápidamente, cuyo choque con Asia formó la cordillera del Himalaya", añade Vieites.

Según este estudio, la diversificación posterior dentro de la isla se vio favorecida por la existencia de selvas húmedas, que permitieron que los grupos adaptados a ese hábitat se diversificaran hasta convertir Madagascar en uno de los puntos calientes de biodiversidad mundial. En la actualidad, esta isla alberga una fauna y una vegetación únicas, tanto por su elevado número de especies endémicas como por la gran biodiversidad que alberga. A pesar de todo, señala el investigador del CSIC, el futuro de la Biodiversidad de Madagascar es incierto. "Los humanos llevamos tan sólo 2.000 años en la isla y ya ha desaparecido el 90% de la superficie original de sus hábitats naturales. Es necesario parar la destrucción de la selva y gestionarla adecuadamente para que no se pierda esta diversidad en breve", concluye.

El Mundo Ciencia

7 de junio de 2011

En los últimos 10 años WWF descubre 600 nuevas especies en Madagascar

Lemur

Lemur

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Durante la última década los científicos han descubierto más de 615 nuevas especies en Madagascar. La isla cuenta con una inmensa riqueza natural, el 70% de las especies que allí habitan son únicas en el mundo. Madagascar, que forma parte de los ‘Lugares Pioritarios’ para WWF, se enfrenta a graves amenazas ambientales, entre la que sobresale la creciente deforestación. En el Año Internacional de los Bosques la organización lucha para recuperar el hábitat degradado de miles de especies en todo el mundo.

WWF publica hoy el informe La Isla del Tesoro: Nueva biodiversidad en Madagascar. El documento recopila una década de descubrimientos en la que queda patente el enorme patrimonio natural de la cuarta isla más grande del mundo. Desafortunadamente, también es un alarmante recordatorio de las amenazas que sufre este frágil paraíso.

Los descubrimientos abarcan 40 mamíferos, 69 anfibios, 61 reptiles, 42 invertebrados y 385 plantas. Aún así, estos hábitats tan especiales, que no encontramos en ningún otro lugar del planeta, corren el riesgo de desaparecer muy pronto. Los expertos estiman que la isla ha perdido ya el 90% de su cubierta forestal original.

La espectacular Palmera Tahina (Tahina spectabilis) ha sido uno de los descubrimientos más emocionantes. Se trata de una palmera gigante, que florece sólo una vez en la vez en la vida. Tras dar su fruto, la palmera muere.

Los animales más representativos y reconocibles mundialmente de esta gran isla son sin duda sus famosos lemures. El lemur ratón de Berthe (Microcebus berthae) ha sido uno de los descubrimientos más emocionantes para los científicos. Con tan sólo 30 gramos de peso, este pequeño lemur de color marrón rojizo, que se asemeja a uno de los personajes de la taquillera película de animación Madagascar (Dreamworks, 2005), es el primate más pequeño del mundo.

Tomado de:

WWF España

21 de enero de 2010

La fauna llegó a Madagascar en balsas naturales


Jueves, 21 de enero de 2010

La fauna llegó a Madagascar en balsas naturales

Según estudio en 'Nature'

Madagascar

Madagascar, oficialmente República de Madagascar, es una nación insular situada en el Océano Índico, frente la costa sudeste del continente africano, a la altura de Mozambique. Además es la isla más grande de África y la cuarta más grande del mundo. Está separada del continente africano por el canal de Mozambique.

Hay que destacar que antiguamente la isla se encontraba unida al continente africano, del cual se separó, lo que ha hecho que el aislamiento originado a raíz de la separación sea la causa de la conservación en su territorio de multitud de especies únicas en el mundo. Así, alberga el 58% de las especies de animales y plantas del mundo (del cual más del 80% son endémicas de Madagascar). De las más notables son los lemures que son una infraorden de primates, el fossa carnívoro, tres familias endémicas de aves y seis especies endémicas de baobabs. En efecto, se encuentra dentro de la lista de países megadiversos.

El gentilicio de Madagascar es malgache (no madagascarense), y el idioma nacional es el malgache, aunque también se habla el francés y el inglés. Capital: Antananarivo (1 400 000 habotantes. Población total: 17 500 000 habitantes.

Lémures, una especie endémica de Madagascar. |AP

Lémures, una especie endémica de Madagascar. |AP

  • Las corrientes oceánicas del pasado la arrastraron hacia la isla
  • Los investigadores creen que los animales viajaban en hibernación

El modo en el que mamíferos como los lémures, los zorros o las mangostas rayadas llegaron a la isla de Madagascar siempre ha sido un misterio, dado que este pedazo de tierra se desprendió del continente africano hace más de 120 millones de años. Dos investigadores de las universidades de Purdue (en Indiana, EEUU) y de Hong Kong están convencidos de que lo hicieron a bordo de balsas naturales que les llevaron mar adentro.

Matthew Huber y Jason Ali han llegado a esta conclusión, que publican esta semana en 'Nature', mediante una simulación informática sobre cómo debieron ser las corrientes oceánicas en el Canal de Mozambique en el pasado, las mismas que les dirigieron hasta la gran isla en poco tiempo, dado que debieron ayunar durante el viaje.

La teoría de la fauna marinera no es nueva. Desde 1915 ha sido planteada por los científicos, aunque hay otros que piensan que los animales llegaron a Madagascar por un puente de tierra que la unía con el continente y que después desapareció.

El hecho de que primates, roedores y otras especies fueron a bordo de ramas de árboles o matas de vegetación, implica que hicieron el largo viaje en un estado de hibernación en el que gastaban poca energía, como los osos en invierno.

Pruebas físicas

Los investigadores se apoyan en un trabajo publicado en 1940, por el paleontólogo George Gaylord Simpson, que pensaba que la colonización se produjo en un largo periodo geológico. Una vez que los 'nómadas' llegaban al nuevo mundo, la cuarta isla más grande del planeta, sus descendientes evolucionaron de formas distintas, algunas muy extrañas. "Ahora hemos probado que el argumento de Simpson es creíble desde el punto de vista físico", señala Huber.

Madagascar se encuentra a unos 460 kilómetros de distancia de Mozambique, en la costa este africana. Su aislamiento y la gran variedad de su terreno (hoy prácticamente deforestado) lo ha convertido en un laboratorio vivo muy apreciado por los investigadores para estudiar el impacto de la geografía en los procesos evolutivos.

De hecho, tiene el mayor número de especies endémicas (únicas), después de Australia. Sólo de lémures hay más de 70 distintas y el 90% del resto de los mamíferos, anfibios y reptiles son únicos en sus 587.000 kilómetros cuadrados.

Se sabe que la población animal llegó mucho después de la separación, hace unos 65 millones de años, pero la teoría de las balsas siempre ha sido muy debatida porque las actuales corrientes y vientos predominantes en la zona llevan hacia el sudoeste, lejos de la isla.

También se sabe que allí no hay grandes animales, como jirafas o elefantes, sino especies pequeñas, como lémures, roedores o mangostas que aparecieron en ocasionales oleadas de inmigración más que en una llegada paulatina y mezclada.

Ali observó que la tectónica de placas hacía muy difícil que hubiera habido un puente de tierra, pero que las corrientes superficiales podían haber cambiado. Por ello contactó con Huber, un paleoclimatólogo de la Universidad de Purdue experto en corrientes oceánicas. Huber es capaz de saber cómo eran éstas cuando el planeta era mucho más caliente.

El profesor podía demostrar que hace entre 20 millones y 60 millones de años, cuando los científicos han determinado a los antepasados de animales actuales llegaron a Madagascar, las corrientes fluyeron hacia la isla. Su modelo demostró que, además, eran lo suficientemente fuertes como para que la fauna llegara antes de morir de sed y hambre. Si, además, iban entumecidos o hibernación, las posibilidades eran mayores.

Su ordenador incluso señaló las áreas de ciclones tropicales, capaces de arrastrar árboles al océano. "Todas las pruebas indican que el océano pudo llevar balsas con animales hasta Madagascar en el Eoceno", apuntan los autores.

Ali cree que el estudio también ayudará a entender el movimiento de especies animales en otras partes del planeta en un momento en el que las masas continentales iban a la deriva.

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de julio de 2008

Especial: Sexo - El camaleón que se muere por tener sexo exceso

El camaleón que se muere por tener sexo en exceso

Imagen de un macho de adulto de la especie 'Furcifer labordi'. (Foto: PNAS)
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Imagen de un macho de adulto de la especie 'Furcifer labordi'. (Foto: PNAS)

MADRID.- Del huevo a la acción y luego al descanso eterno. Así es el ciclo vital de la especie 'Furcifer labordi', un diminuto camaleón de Madagascar que pasa dos terceras partes de su vida dentro de su huevo y que sale sólo para disfrutar de un pequeño periodo de 'sexo violento' y luego morir, incluso antes de que sus descendientes vean la luz.

La asombrosa forma de vida de este animal ha sido desvelada por primera vez por los investigadores en un estudio publicado por la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America' (PNAS). Este lagarto es uno de los camaleones más pequeños que se conocen: los machos miden 9 centímetros de largo, mientras que las hembras alcanzan sólo los 7 centímetros.

"Pensé que era realmente extraño que sólo podíamos encontrar a ejemplares adultos de esta especie", explica Kris Karsten de la Universidad del Estado de Oklahoma en Stillwater, EE.UU. Tras algunas semanas observando a lagartos en su hábitat natural, el investigador notó que todos los adultos morían.

Durante más de cuatro años, Karsten y sus colegas marcaron a 400 camaleones y siguieron a siete de ellos con etiquetas de radio para estudiar su modelo de crecimiento y sus comportamientos.

Los científicos descubrieron que los animales, que salen de sus huevos a comienzos de noviembre cuando inician las lluvias, se convierten en adultos en un periodo de tan sólo siete semanas, y que todos mueren sin excepción hacia abril, justo antes del comienzo del aumento del clima seco. Alrededor de este tiempo, los animales pierden la mayor parte de su fuerza, incluso cayendo de los árboles sin ninguna razón particular.

Justo antes de morir, las hembras producen aproximadamente una docena de huevos de unos 12 milímetros de largo. Estos incuban en la tierra durante ocho meses y eclosionan en noviembre, momento en el que el ciclo comienza otra vez.

Esta historia de vida es común en plantas e invertebrados, pero de las aproximadamente 28,000 especies de vertebrados de cuatro extremidades solamente 20, incluyendo otros lagartos y algunos marsupiales, tienen ciclos de vida anuales.

¿Demasiado sexo?

Los científicos creen que puede ser el exceso de sexo lo que acaba con la vida de estos lagartos en un periodo de entre cuatro a cinco meses. En experimentos que aún se encuentran en su fase inicial, el equipo ha descubierto que la etapa de noviazgo puede resultar un comportamiento de acoplamiento algo aventurado para los 'Furcifer labordi'.

"Los machos de esta especie luchan con ferocidad en combates que suelen ser bastantes violentos, al igual que su comportamiento sexual", afirma Karsten.

La estación seca en Madagascar es tan fuerte que muchas especies de camaleones de la zona hibernan para ahorrar energía. Sin embargo, el 'Furcifer labordi' parece morir en esa época.

Heinz Grillitsch del Museo de Historia Natural en Viena, Austria, explica que cuando ambientes difíciles tanto físicos como sociales conducen a altos índices de mortalidad en adultos, esto puede hacer que una especie ponga toda su energía en un esfuerzo únicamente reproductivo. Grillitsch asegura que esta estrategia puede ser mucho más común entre los camaleones de lo que antes se pensaba.

"Muchas hembras pierden dos terceras partes de su peso corporal una vez ponen los huevos, convirtiéndose en un bolso de piel y huesos por lo que mueren poco después", afirma Grillitsch.

Ahora, los científicos quieren averiguar por qué el 'Furcifer labordi' muere en vez de hibernar. Karsten piensa que los camaleones pueden tener altos niveles de andrógenos, una clase de hormonas sexuales, o ser particularmente sensibles a ellas. Esto podría explicar su comportamiento agresivo de acoplamiento y su relativamente temprana muerte.

Los animales con altos niveles de andrógenos gastan mucha energía y pueden suprimir sus sistemas inmunológicos, por lo que sus ciclos de vida son más cortos.

Fuente:

El Mundo - Ciencia & Ecología

6 de diciembre de 2007

África sufre lo que contaminan otros.

Sequías e inundaciones amenazan el continente que menos ensucia el planeta.

LALI CAMBRA - Ciudad del Cabo - 05/12/2007 -



El calentamiento global puede castigar con especial dureza a los países del Cuerno de África, precisamente los que menos contaminan, según se relata en este segundo capítulo de la serie iniciada con motivo de la cumbre de Bali.

Madagascar ha padecido seis ciclones este año. Hace unos meses, el África ecuatorial de este a oeste, sufría inundaciones. Las olas del Índico cada vez lamen más costa keniana y los pescadores temen que un día sus casas desaparecerán engullidas por las olas. El lago Chad se seca, los pescadores se han hecho agricultores y donde antes se cobraban piezas de más de un metro, ahora se plantan hortalizas. Los campesinos de Suráfrica, Lesoto, Suazilandia o Zimbabue miran al cielo con desconfianza: llevan tres sequías en una década, cuando antes la relación era de una cada diez años. En el cuerno de África, la comida llega en forma de ayuda humanitaria y los pastores nómadas no tienen con qué alimentar a sus rebaños. Se desconoce hasta qué punto es atribuible al cambio climático, pero sí se sabe que África, el continente que menos ha contribuido al calentamiento del planeta, es el que más va a sufrirlo.

"El estado de Tejas, con 23 millones de personas, emite más CO2 que los 720 millones de residentes en el África subsahariana", reza el informe sobre África del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas. "Si los pobres del mundo consumieran la misma energía que Estados Unidos o Canadá, se necesitarían nueve planetas para lidiar con la contaminación". Mientras, los pescadores de Ngomeni, un pueblo a cien kilómetros al norte de Mombasa, Kenia, han reconstruido sus casas dos veces en un año porque los niveles del mar siguen subiendo. Poniendo puertas al viento, construyen diques con basura, ya que no disponen de nada mejor.

Los niveles del mar, de acuerdo con el Panel Intergubernamental, crecerán en el Índico, aunque preocupan más los países del Atlántico: Senegal, Gambia, Costa de Marfil o Nigeria, en cuyas costas vive gran parte de la población, que se convertirán en refugiados internos. Por otro lado, se esperan mayores sequías en los países del Cuerno de África. Algo que ya ocurre, y "afecta a millones de agricultores cuya supervivencia depende de la llegada de las lluvias. Son la mayoría de los campesinos", explica Richard Lee, portavoz del Programa Mundial de Alimentos. "Además de hacerlos más vulnerables, con el cambio climático habrá más desastres naturales, como ciclones e inundaciones. Ya los estamos viendo".

"El cambio climático tiene mayor impacto en África porque se produce en países pobres, sin opciones para cambiar de actividad económica", explica Mark Tadross, ingeniero ambiental de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), quien participa en un estudio para prever el cambio climático, algo vital para que el campesino sepa si puede esperar agua o no, y sustituir los cultivos de maíz, dependientes de la lluvia, por los de sorgo o mijo, más resistentes". En Lesoto, que afronta la peor sequía en treinta años, se ha dejado el tractor a un lado y las semillas se plantan en pequeños cubículos con tierra, que retienen la escasa lluvia. En el continente africano, el aumento de las temperaturas puede suponer un mayor número de infectados por malaria, ya que el mosquito que la transmite podrá sobrevivir a mayor altura o por más tiempo. La escasez de agua potable por falta de lluvias o inundaciones hará aumentar los casos de cólera, disentería o diarreas, la primera causa de mortalidad infantil en la región. Y no hay que olvidar que la competencia por recursos escasos, como el agua, puede exacerbar conflictos entre nómadas y agricultores.

El cambio climático no sólo afecta a los humanos. La corriente de Benguela (en la zona del Atlántico de Suráfrica, Namibia y Angola), según científicos consultados, está cambiando. Muy fría, plagada de nutrientes, era un paraíso para las especies marinas. Ahora las sardinas, por ejemplo, están dirigiéndose hacia el Índico y se desconocen las consecuencias que esto va a tener para la supervivencia de pájaros marinos únicos, o pingüinos y focas. Y para la industria pesquera de la zona, incluida la española, que opera en el caladero de Namibia. El cambio climático en los animales, que también deberán competir por un agua escasa, y en el paisaje, tendrá además repercusiones en la esperanza blanca del continente: el turismo.

Aún así, China o India han recibido más ayudas para luchar contra los efectos del cambio climático que África.

Fuente:

El País (España)
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