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13 de agosto de 2013

Conoce las cinco fases del luto...

"El duelo resulta ser un lugar que ninguno conocemos hasta que llegamos a él. Anticipamos (sabemos) que alguien cercano puede morir, pero no anticipamos más allá de unos días o semanas que le siguen a esa muerte imaginaria".

El cándido relato de duelo escrito por Joan Didion en "El año del pensamiento mágico" ofrece una experiencia poderosa de lo que es perder a un ser querido.
La gente se refiere a menudo a las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Las cinco etapas se enseñan en todo el mundo, el artista Damien Hirst creó una serie llamada DABDA (el acrónimo de las etapas en inglés) y aparecen hasta en series de humor televisión como "Los Simpsons" y "La Oficina".

Pero, ¿es cierto?

No hay un período de tiempo establecido para pasar por estas etapas pero han sido aceptadas como parte del patrón normal del duelo.

El concepto se origina en el trabajo hecho en los 60 por John Bowlby (1), el psicólogo que se volvió famoso por su trabajo sobre el apego entre bebés y padres, y Colin Murray-Parkes, quien ha escrito mucho sobre el luto.

Juntos identificaron cuatro etapas del duelo basándose en entrevistas con 22 viudas: insensibilidad, búsqueda y anhelo, desorganización y desesperanza y reorganización.

Después Elisabeth Kubler-Ross, famosa por cambiar las actitudes respecto al tratamiento de los moribundos, llevó a cabo una serie de entrevistas con enfermos terminales y formuló las cinco etapas que conocemos hoy en día para describir la experiencia de enfrentar la muerte inminente, aunque no las puso a prueba sistemáticamente.

Su atractivo fue tal que pronto las mismas cinco etapas estaban siendo usadas para describir otras reacciones emocionales, como la pena.

Al notar que se estaba usando sin que hubiera evidencia sistemática de tal patrón, investigadores de la Universidad de Yale (2) pusieron a prueba a las cinco etapas a principios de este milenio.

Emociones encontradas

Urna

Tras la pérdida de un ser querido, el anhelo, la rabia y la depresión se mezclan.

Como la lista de las cinco etapas varía un poco dependiendo de la fuente, decidieron examinar incredulidad, anhelo, rabia, depresión y aceptación.

Durante tres años recogieron información para el Estudio del Duelo de Yale. En total, 233 personas fueron entrevistadas aproximadamente seis, 11 y 19 meses después de que un ser amado (usualmente el/la esposo/a) había muerto.

Aquellos cuyos familiares habían tenido una muerte violenta o estaban sufriendo lo que se conoce como duelo complicado fueron excluidos.

El panorama resultante fue más complejo que lo que las cinco etapas dejan ver.

Los investigadores encontraron que la aceptación era la emoción más fuerte en general mientras que la incredulidad era muy baja.

La siguiente emoción en términos de intensidad era el anhelo, y la depresión era más evidente que la rabia en todas las etapas.

Además, las emociones no remplazaban una a la otra en una secuencia ordenada; el punto más alto de cualquiera de esas emociones sí llegaba en la secuencia correcta, pero una persona en la tercera fase, por ejemplo, sentía más aceptación que rabia.

Después de seis meses, los investigadores notaron que todas las emociones negativas empezaban a declinar, pero eso no quiere decir que la gente ya había superado las secuelas de la tragedia.

Es común extrañar profundamente a los muertos durante muchos años, pero la mayoría de gente lo sobrelleva.

Hay que tener en cuenta además que por razones éticas los investigadores sólo empezaban las entrevistas un mes después de la muerte del ser querido, así que no tenían datos de esas primeras semanas, que pueden incluir emociones conflictivas.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

30 de julio de 2013

¿Por qué los velorios no siempre son ocasiones de duelo?

Aunque los deudos o parientes del fallecido sientan una gran pena, la ceremonia del velorio no siempre es una experiencia dolorosa. En muchas provincias de la República Mexicana se acostumbra que los dolientes preparen tamales, mole y atole para convidar a los asistentes. Entre rezos y lágrimas se toman sorbitos de café con "piquete" o licor, que entonan el ánimo. Muchas veces se juega a las cartas o se cuentan chistes "verdes".

Estas peculiares costumbres parecieran contradecir el ánimo luctuoso que necesariamente reina en un velorio, pero en México no sucede así. Hay un viejo dicho que reza: "El muerto al hoyo y el vivo al pollo". No es que carezca de importancia el deceso de un ser querido, más bien se trata de una extraña mezcla del instinto de supervivencia y la tradición folklórica. La antigua creencia de que existe otra vida "más allá" deja esperanzados a los deudos con la idea de que pronto volverán a encontrarse.

Los velorios pueden ser ceremonias muy tristes y dolorosas, en especial si el muerto es un niño, pero aun cuando se está rezando por su alma, puede oírse la gritería de los compañeritos del fallecido que juegan en el patio.

Fuente:

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¿Por qué hay colores que se identifican con el luto?

"El cielo está negro" dice la primera línea de Enrique VI; donde se lamenta la muerte del venerado rey. Pero Shakespeare se equivocó, ya que la época del funeral de este rey fue en 1422 y por ese tiempo el blanco era el color de luto.

El color negro para expresar duelo proviene de la antigua Roma, donde las mujeres usaban vestidos negros llamados lugubrias para guardar luto a sus amantes muertos. Más tarde, un decreto imperial estableció que el blanco sería el color del duelo y así se usó por cientos de años en muchas partes de Europa, particularmente en Francia, España e Inglaterra.

En 1498, Ana de Bretaña se vistió de negro en el funeral de su esposo, Carlos VIII, y puso colgaduras negras a su escudo de armas. Fue el primer funeral en negro desde los tiempos de la antigua Roma. La viuda se veía tan hermosa que el nuevo rey, Luis XII, pidió su mano y ella llegó a ser reina de Francia por segunda vez.

Con la ayuda de los diseñadores de modas de aquellos tiempos, se impuso de nuevo la costumbre de vestir de negro durante el luto, no sin algunas excepciones. María de Escocia, tras la muerte de su marido, Lord Darnley, llevaba trajes de color blanco, por lo que era conocida como la ?Reina Blanca?. Los reyes de Francia usaban el púrpura, color que probablemente proviene de las vestiduras que los soldados romanos pusieron a Jesucristo para mofarse de él llamándolo Rey de los Judíos.

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