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5 de mayo de 2019

Los juguetes que se usaron para propagar la ideología nazi entre los niños de Alemania

En el tablero está una pequeña ciudad alemana. Hay un mercado y algunas tiendas propiedad de judíos. Los jugadores asumen el papel de policías, navegando por las vías. 


Si los dados ruedan de la "forma correcta", es posible invadir una de esas propiedades, confiscar bienes y arrestar a judíos. 

El objetivo es expulsar a la población judía y enviarla a un "Sammellager" (campo de recolección), desde donde serán deportados a Palestina. 

Quien "recolecte" seis judíos primero, vence.

Durante el régimen nazi (1933-1945), el macabro juego Juden raus!(¡Fuera judíos!) era solo uno de los muchos juguetes racistas comercializados en Alemania bajo el rótulo de"diversión para la familia", ayudando a propagar la ideología fascista, incluyendo los crímenes en masa.

Aunque no existen fuentes irrefutables, se estima que se vendieron más de un millón de unidades de Juden raus!

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

8 de noviembre de 2016

Cubetto, un robot de madera para que niños de 3 años aprendan lógica

cubetto
Y si ayer os hablamos de root, hoy seguimos con la categoría de “robots que enseñan a programar“, aunque en este caso el objetivo es llegar a las manos de los niños de unos 3 años.
Se trata de cubetto, un proyecto de la nueva startup Primo Toys que, hecho en madera, promete ayudar a enseñar la lógica de programación a los que aún no saben ni leer ni escribir.
Por 225 dólares ofrecen un kit compuesto por un robot en forma de cubo que puede moverse por un tablero usando ruedas. Existen, por otro lado, bloques con diferentes funciones, capaces de definir las acciones del robot. Solo hay que incluir los bloques en el panel de control, también de madera, para especificar si el robot debe parar, girar, avanzar… en función de los comandos ejecutados, el robot se moverá por su tablero de una u otra forma.
No es necesario el uso de apps, ni de tabletas ni de móviles, ya que el panel de control está hecho de madera, es físico, por lo que ayuda también a mejorar la coordinación de los niños.
Ya tuvieron bastante éxito en una campaña de kickstarter en 2013, tal y como recuerdan en TC, y este mismo año terminaron otra en la que consiguieron más de 1,5 millones de dólares, así como 20.000 pedidos de los que invirtieron en la misma. Ahora deben enviar el robot a más de 90 países, mientras dejan abierta la compra en su nueva web.
Tomado de:

8 de abril de 2015

El secreto de los juguetes: por qué son tan necesarios para los niños

La campaña navideña es una época de estrés para los padres, ilusión para los niños y fundadas esperanzas para el sector juguetero español, que concentra en las tres últimas semanas del año viejo y la primera del nuevo más del 40 % de sus ventas anuales. Y pese a la feroz competencia del ocio electrónico –videojuegos, aplicaciones para dispositivos móviles, gadgets adaptados al mercado infantil…–, el objeto tridimensional y manoseable de toda la vida sigue acaparando gran parte del espacio debajo del abeto. ¿De dónde surge la necesidad por acunar una muñeca, dar patadas a una pelota o vivir aventuras intergalácticas moviendo figuritas articuladas de plástico?

El filósofo holandés Johan Huizinga (1872-1945) definió al ser humano como Homo ludens por su capacidad única para jugar, pero en realidad no es un comportamiento exclusivo de nuestra especie, ni mucho menos. Numerosos animales lo practican: desde las arañas juveniles, que simulan la copulación para mejorar sus habilidades sexuales en la fase adulta, a las crías de delfines, que se divierten haciendo burbujas. Un caso especial entre los mamíferos es el de los perros, que siguen comportándose como cachorros cuando ya están en edad de procrear. Algunas personas hechas y derechas que todos conocemos comparten ese talante juguetón tardío.

Desde el punto de vista de la neurociencia, las actividades lúdicas fortalecen dos áreas de la masa gris: el cerebelo, que coordina los movimientos, y el lóbulo frontal, asociado a la toma de decisiones y el control de los impulsos. Y como se ha comprobado experimentalmente, el juguete cumple un papel clave en esos procesos de maduración, pues sirve para que los niños más pequeños aprendan la relación causa-efecto –“si empujo el cochecito, se mueve”– y ejerciten el cálculo de probabilidades mediante el ensayo-error.


Atención, abstracción, memoria y representación

Petra María Pérez Alonso-Geta, catedrática de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia y miembro del Observatorio del Juego Infantil, abre aún más el abanico de los beneficios de los juguetes:  “Son un vehículo para desarrollar habilidades como la atención, la abstracción, la memoria, la representación, la simbolización o la resolución de problemas. Por eso, en todas las culturas y en todos los tiempos, los niños juegan con ellos”.

En el ámbito de la psicopedagogía, todavía se sigue a pies juntillas la clasificación  elaborada hace décadas por Jean Piaget (1896-1980). Para este influyente teórico suizo, existen tres modalidades de juguetes, acorde con la evolución mental de los infantes: hasta los dos años, sonajeros, espejos y muñecos musicales estimulan los sentidos y la motricidad; de dos a seis años, aparecen los disfraces, las cocinitas o los juegos de construcción, que promueven la memoria, el autocontrol y la imaginación; y a partir de los seis, los niños se someten a los reglamentos complejos de los deportes, juegos de mesa o actividades como la comba y la rayuela. Así se inician en el despiadado mundo de la competitividad humana.

Dada la importancia que, como ya quedó sobradamente apuntado, tienen los juguetes en el desarrollo intelectual de los cerebros más tiernos, algunos padres llegan a obsesionarse con la etiqueta educativo. Según la socióloga francesa Sandrine Vincent, es sobre todo en las familias más acomodadas y las parejas con profesiones liberales donde se aprecia la preocupación por que los más pequeños aprendan jugando, mientras delegan en los abuelos los regalos más divertidos.

Sin embargo, muchos creen que semejante dicotomía carece de sentido.“Yo suelo decir que cualquier cosa que sirva al desarrollo de las capacidades cognitivas educa”, nos explica Pérez Alonso-Geta. Catherine Tamis-LeMonda, profesora de Psicología Aplicada en la Universidad de Nueva York y autora de varios estudios sobre el aprendizaje en la infancia, también lo ha expresado con rotundidad: “Son oportunidades para jugar, explorar y socializar. Si el juguete educativo lo consigue, perfecto, pero si un objeto corriente lo hace, producirá el mismo efecto”.

Porque a menudo triunfa lo más simple, como ponía humorísticamente de manifiesto aquel famoso anuncio televisivo en el que un chaval abría un paquete y gritaba alborozado: “¡¡¡Un palo...!!!”. Otra reconocida especialista en la materia, la psicóloga Kathy Hirsh-Pasek, autora del libro Einstein nunca memorizó, aprendió jugando, aboga por ese tipo de objetos sin estructura definida, que favorecen la libertad de acción, como la clásica caja de cartón.

Un experimento muchas veces citado en la literatura académica llamaba la atención sobre el potencial de los objetos más cotidianos. Los científicos dejaron a varios niños de entre tres y cuatro años trasteando con servilletas, destornilladores –¡eran los años setenta!–, palos y clips de oficina. En otro grupo, los pequeños se limitaban a ver cómo los manejaban los adultos. Luego, al preguntarles los posibles usos de esos útiles, los primeros se mostraron mucho más ingeniosos: el contacto físico, la experimentación con sus propias manos, había despertado su tierna imaginación.


¿Juguetes sexistas?

De todos modos, si hay un fenómeno que ha intrigado a padres, educadores e investigadores en los últimos años es el de losestereotipos sexuales. Porque da la impresión de que el encasillamiento no ha hecho más que acentuarse, a diferencia de lo que ocurre en la sociedad. Por ejemplo, la socióloga Elizabeth Sweet, de la Universidad de California en Davis, lo ha denunciado en el New York Times: “Hemos hecho grandes avances hacia la equidad de género en el último medio siglo, pero el mundo de los juguetes se parece mucho más a la década de los cincuenta”. Pero ¿hay razones innatas para que las niñas asuman papeles maternales, domésticos o sociales y los niños se decanten por el movimiento, la lucha y el deporte?  

Varios estudios parecen darles la razón a quienes creen que sí existe cierta predisposición biológica. Los primatólogos han comprobado que los machos de cercopitecos verdes y macacos rhesus prefieren jugar con camiones, mientras que las hembras de estos monos se decantan por las muñecas. En 2010, una investigación publicada en la revista Current Biology señalaba que las crías de chimpancé en el Parque Nacional Kibale (Uganda) adoptaban palos espontáneamente y los trataban como si fueran bebés.  

Según parece, hasta los tres o cuatro años, niños y niñas comparten a menudo los juguetes, pero a partir de esa edad empiezan a separarse. El fenómeno es más acusado con los chicos, que se enfrentan a la estigmatización cuando sus compañeros los pillan con algún objeto supuestamente femenino.

Pero la cultura está precisamente para emanciparnos del rígido reparto de papeles que fijó la evolución en los genes de nuestros antepasados. Por eso, en varios países están surgiendo iniciativas ciudadanas contra el sesgo sexista en los juguetes. Una de las más activas es la asociación británica Let Toys Be Toys, que convenció a doce grandes distribuidores –entre ellos, Toys ‘R’ Us y Marks & Spencer– para que ordenaran sus artículos por intereses o temas, no en las categorías niños/niñas.  

Antes, en 2011, la neurocientífica Laura Nelson consiguió que la célebre juguetería Hamleys, en Londres, aboliera la misma distinción por géneros en sus plantas. En España también hay ejemplos de movilizaciones en esta línea, como la Campaña del Juego y el Juguete No Sexista y No Violento, promovida anualmente por el Instituto Andaluz de la Mujer.

El caso es que, objetivamente, los estereotipos no han perdido vigencia en lo que llevamos de siglo XXI. Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, analizaron 595 anuncios televisivos entre las campañas navideñas de 2009 y 2011 y llegaron a la conclusión de que, predominantemente,inducían “al aprendizaje de valores como diversión y competición, riesgo y agresividad para el caso de los chicos, y de belleza y apariencia, el cuidado de los otros o la atención del hogar en el caso de las niñas”. 

Y es que, aparte de inculcar los valores igualitarios, el intercambio de roles acarrea indudables beneficios psicológicos: mientras que los juegos de construcción aumentan el interés de las chicas por la tecnología y la ingeniería, cocinar favorece la vena creativa de los chavales, por ejemplo.

Otro motivo de preocupación contemporánea es la eclosión de las pantallas táctiles. Dejando al margen la censurable práctica de algunos padres comodones, que dejan los smartphones a sus hijos como una especie de sonajero virtual para que los dejen tranquilos, los especialistas están divididos sobre sus ventajas o inconvenientes con respecto al juguete convencional.

Algunos, como el psicólogo uruguayo Roberto Balaguer, creen que los dispositivos móviles están “más cerca de la simulación” y que sus videojuegos ayudan a “manejar grandes flujos de información, a lidiar con el error y la equivocación de una manera más sana, a perder”. Otros, aunque reconocen que todavía es un campo incipiente de investigación, sospechan que no favorecen precisamente la dimensión social del individuo y pueden producir problemas de comportamiento, sobre todo en los menores de tres años. Rahil Briggs, psicóloga infantil en el Montefiore Medical Center de Nueva York, incluso ha llegado a plantear que retrasan la adquisición del lenguaje.

Es verdad que hay aplicaciones muy interactivas y gratificantes, pero a menudo tabletas y móviles se convierten en una suerte de teles portátiles para ver dibujos. De los padres depende fomentar un buen uso, porque no se puede –ni conviene– poner puertas a la tecnología.

Fuente:

24 de septiembre de 2014

TROBO, un robot de juguete creado para interesar a los niños pequeños por la ciencia y las matemáticas



Hoy os damos a conocer un proyecto que actualmente busca financiación en Kickstarter. Se trata de TROBO, un robot de juguete diseñado con el objetivo de que niños de corta edad puedan aprender matemáticas, ingeniería, ciencia y tecnología de una forma de lo más entretenida, consiguiendo que se interesen por estos temas desde pequeños. Para ello, el robot se encarga de contar historias con el objetivo de que los niños obtengan respuestas a todas sus preguntas. La razón es que sus desarrolladores (dos ingenierios y padres de familia) se han dado cuenta de que los niños retienen mejor la información si esta es contada en forma de historias. TROBO está ideado para que sea capaz de responder a la enorme cantidad de preguntas que todos los niños de entre 2 y 7 años se hacen a diario: ¿cómo vuelan los pájaros?, ¿qué es un rayo?, ¿qué es Internet?

Para utilizar a TROBO, es necesario contar con un iPad o iPhone con iOS 7 instalado. Gracias a la aplicación para iOS, los niños podrán crear un avatar personalizado que aparecerá en las historias contadas por el robot, en la pantalla del dispositivo. Por el momento, sus desarrolladores ofrecen cinco historias distintas, aunque han anunciado que posteriormente podrán descargarse nuevas historias. TROBO, que conocerá el nombre del niño, está pensado para crear un vínculo entre el robot y el niño, por lo que su diseño ha sido ideado teniendo en cuenta que sea agradable para los más pequeños. Una de las características más interesantes para todos aquellos que tengan más de un hijo es que permitirá crear varios perfiles de niños diferentes.

Por el momento, a pesar de que únicamente está pensado para funcionar con iOS, sus desarrolladores han afirmado que si consiguen la cifra de 100.000 dólares, desarrollarán una versión compatible con dispositivos Android. Para dar vida a TROBO necesitan 60.000 dólares, de los que a falta de 16 días, ya han conseguido cerca de 30.000. El dispositivo estará listo en aproximadamente un año, y por el momento, como oferta especial por ayudar a financiarlo, puede ser adquirido por 50 dólares. Sin duda, un juguete interesante para todos los padres que quieran que sus hijos se interesen por el mundo que les rodea.

Tomado de:

Whats news

Más información (en ingés):

TROBO

15 de julio de 2014

Kibo, el robot que enseña a niños a programar


Un gadget que ayuda a diversos procesos de aprendizaje en edad temprana.

El aprendizaje de programación a una edad temprana se ha convertido en uno de los retos para las personas dedicadas a la enseñanza. Los ingenieros en Boston Device Development y la startup educacional KinderLab Robotics ayudaron a la creación de un gadget para despertar ese tipo de habilidades en niños de 4 a 7 años de edad.


Kibo es un robot que puede ser programado con sencillas tareas por medio del uso de bloques de madera con códigos de barras escaneables. Esto permite que no se tenga que utilizar ningún tipo de app o dispositivo móvil como interfaz complementaria, lo que ayuda a centrar la atención de los niños en el mismo robot. Además, Kibo puede ser personalizado y decorado para reafirmar el apego de los jóvenes programadores con su robot.

Procesos de diseño, funciones de ejecución y resolución de problemas son los hábitos que los desarrolladores de Kibo pretenden fomentar en aquellos que utilicen el dispositivo.

Programas hechos de bloques de madera son material tangible, por lo que se pueden compartir fácilmente. Los programas pueden ser comentados y cotejados en un círculo social. Bloques de programación de madera son, naturalmente, familiares y cómodos para los niños, ya que elementos manipulables se utilizan en las aulas de primera infancia para enseñar formas, tamaño y colores.
Este robot diseñado originalmente por la profesora Marina Umaschi Bers de la Universidad de Tufts en Boston consiguió recientemente su meta de financiación en la plataforma Kickstarter. Se planea su venta y distribución para finales de este año.

Fuente:

Fayer Wayer

19 de mayo de 2014

Experimentos con péndulos (III)

Vamos a abrir este post con Rossini y su famos obertura de Guillermo Tell:





Como pueden ver la ciencia y el arte pueden ir, y muy bien, de la mano... Los péndulos también pueden bailar K-Pop, véalo aquí.

Más experimentos con péndulos...

Ya hicimos una primera y una segunda parte sobre experimentos con péndulos. En esta oportunidad les vamos a mostrar más variantes que se pueden hacer con estos sencillos pero magníficos instrumentos.

1. Péndulos que dibujan en la arena

Una variante del péndulo artista, pero esta vez nuestro péndulo trazará diseños sobre arena. Les dejo dos videos:







2. El péndulo fosforescente

Es una variante del péndulo que baila la opertura de Rossini. En esta ocasión se coloca a los pesos que cuelgan pintura fosforecente. El resultado es espectacular!!!




3. Doble péndulo

Esta vez le colocamos un segundo péndulo a otro péndulo.




El primer péndulo, el más grande, se mueve de manera predecible, es decir, con oscilaciones normales. Pero el segundo péndulo se mueve de manera caótica, aquí una representación por computadora de este caos...




4. La bola de demolición (y algunos juguetes didácticos)...

Las bolas de demolición (o wrecking balls) se usan para demoler viejos edificios, ello nos da una idea el gran poder que puede encerrar un péndulo. En este video podemos ver el poder de una bola de demolición.

Se pueden hacer juguetes isnpirados en las bolas de demolición, para los más pequeños de la casa:




Otra manera de emplear un péndulo, o algo así, es jugando ping pong con una migo... ¡y con un péndulo! Aquí te explican cómo:


 

También  se puede construir, y jugar con, un péndulo de Foucault. Este video te enseña una demostración... ¡me imagino que uno debe de terminar bien mareado!





Y, claro está, los de GEOMAG, también sacaron sus juguetes con péndulos.

A esto le llaman un péndulo de torsión, es decir con una liga o con una cinta elástica que se hace girar... ¡y a divertirse!






A esto le llaman un péndulo lineal, se hace con imanes, creo yo...



Y también tenemos el péndulo invertido... ¿cómo?... ¿y cómo se come eso? Es alucinante, sólo vean el video... ¡y no vayan a gritar muy fuerte!


Sí. Decididamente estos juegos son con imanes. Más detalles en la web oficila de GEOMAG.

Y los de LEGO no se podían quedar atrás y nos ofrecen este reloj de péndulo...




Y este es su mini reloj de péndulo... más variantes aquí.



5. El péndulo martillo

Se creó un péndulo con un martillo grande, y luego se le adicionaron martillos más pequeños. Y se creó, finalmente, esto.  A estas creaciones se les conoce con el nombre de esculturas kíneticas (o arte en movimiento).:




Otra variante del péndulo que baila al ritmo de Rossini es este: con tuercas de diversas longitues anudadas con hilo de pescar... ¡alucinante!




6. Todavía hay más... péndulos 3D

Tres péndulos se superponen. A ver si lo entienden...





Y eso es todo amigos...

¡Hasta pronto!

Leonardo Sánchez Coello
leonardo.sanchez.coello@gmail.com

12 de diciembre de 2013

Panofsky: el hombre que fabricaba premios Nobel

Te diré algo sobre mi carrera, nunca fue deliberada, me resulta gracioso cuando hablo con mis hijos y están muy preocupados por el futuro y el “¿qué deberíamos hacer?” y yo siempre fui de un sitio a otro de forma natural, sin planearlo, sin pensar acerca de lo que significaba. [...] No recuerdo ningún momento en mi vida en el que tomara la decisión de convertirme en físico, o en un determinado tipo de físico [...]. En primer lugar, decidí cursar asignaturas técnicas porque traté de imaginar como podía salir adelante a pesar de mi clara incapacidad para escribir cualquier documento en inglés. Simplemente me divertía.
Wolfgang K.H. Panofsky
Wolfgang K. H. Panofsky, Pief para los amigos, nació en Berlín en el año 1919. Hijo de dos licenciados en Historia del Arte, pasó su niñez y adolescencia en Hamburgo, donde su padre tenía un puesto de profesor en la universidad. La formación que recibían en la familia era totalmente dirigida a las letras, pero un juguete cambiaría su vida.

marklin

Pequeño set de piezas Märklin de la década de 1910.

Con su gigantesco set de piezas Märklin, Wolfgang y sus hermanos construían toda clase de objetos. Llegaron a hacer una máquina que, tras introducir una moneda, servía cigarrillos y chocolatinas. Su padre agradeció enormemente el dispositivo, ya que siempre se quedaba sin cigarrillos en mitad de los seminarios de arte que impartía en casa.

La inventiva del joven Panofsky llegó al punto de poner su vida en peligro. Cuando visitaban Berlín, los enchufes funcionaban a 220V en lugar de los 120V de Hamburgo. El joven Pief fabricó un divisor de tensión casero para poder hacer funcionar los motores de su set Märklin en ambos lugares. Años más tarde Panofsky se dio cuenta de lo peligroso que era el dispositivo que había fabricado, pero por suerte nunca hubo un accidente.

La familia Panofsky no era religiosa, pero el hecho de ser judíos provocó que su padre fuera despedido de su puesto como profesor en la Universidad de Hamburgo. La Alemania nazi comenzaba su época de terror y la familia decidió emigrar al completo a EEUU. Era el año 1934.

Lea el artículo completo en:

8 de enero de 2013

Cambiando la regla y el compás por piezas de mecano para construir distintos tipos de números

Se acerca el período navideño y con él la tradicional costumbre de los regalos. Aunque es posible que actualmente ya no sea tan popular, en otra época el mecano era uno de los juegos estrella en las cartas que los niños enviaban a los Reyes Magos. Todos hemos jugado alguna vez con este popular juego que consiste en ensamblar tiras metálicas mediante tornillos y tuercas.

Combinando estas tiras se pueden conseguir formas y mecanismos muy diversos, desde simples figuras a complejas y elaboradas construcciones.


 
Tiras de Mecano, junto a otros tipos de piezas (imagen tomada de aquí.)

Pero aquí hablamos de matemáticas, y eso es lo que vamos a hacer. Vamos a explorar una faceta muy diferente y menos conocida de este juego de construcción muy relacionada con las matemáticas.

En este blog hemos hablado en bastantes ocasiones sobre las construcciones con regla y compás (por ejemplo en I, II, III, IV, V y VI). Bien, pues lo que vamos a hacer en esta entrada es cambiar la regla y el compás por piezas de mecano. Es decir, vamos a analizar qué tipo de construcciones relacionadas con regla y compás pueden realizarse con las tiras metálicas de un mecano. Por ejemplo, ¿qué números se pueden construir? ¿Podremos construir un polígono regular? ¿Y bisecar un ángulo? ¿Y trisecarlo? No perdáis detalle, nos esperan muchas sorpresas relacionadas con este tema en lo que será una serie de artículos dedicados al mismo.

Antes de nada vamos a introducir algunas cuestiones relacionadas con las piezas que vamos a utilizar y la manera que vamos a tener de trabajar. Como hemos dicho, usaremos solamente las tiras típicas del mecano, que constan de un cierto número de agujeros, donde consideraremos que están situados números enteros, y que se pueden unir unas con otras mediante un tornillo.

Supondremos que estas piezas solamente no tienen dos dimensiones, por lo que para nosotros tendrán altura cero, para no tener problemas a la hora de poner varias piezas unidas en el mismo agujero. Evidentemente esto no es verdad en el mundo real, y por eso mismo las construcciones más elegantes serán las que eviten esta circunstancia.

Construcción de los números racionales

Las tiras, como hemos dicho, tienen una longitud entera, ya que los agujeros están espaciados una cantidad entera. Aunque esto en principio podría parecer una restricción, en realidad no es así. Podemos construir fácilmente otras tiras de longitud racional (no entera). Así como los números racionales surgen como extensión de los números enteros para expresar cantidades de la forma R={p \over q}, con p,q \in \mathbb{Z}.

Para lograrlo, solamente hay que utilizar la semejanza de triángulos. Como se puede observar en la figura siguiente, podemos crear una tira de longitud racional p+ {qr \over d}. Ya que p,q,r y d pueden elegirse libremente, podemos crear cualquier número racional sin limitación.


Lea el artículo completo en:

Gaussianos

2 de enero de 2013

Padre transforma viejo panel de televisión en “nave espacial”

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¿Te imaginas despertar en tu propia nave espacial? El sueño de todo niño es lo que cumple cada mañana el pequeño Finn, de tan solo cinco años, quien tiene en su habitación un antiguo panel de televisión que le permite hacer volar su imaginación. La obra existe gracias a Jeremiah Gorman, su orgulloso padre.

El panel de la nave se hizo a partir de una mesa de mezclas de video Grass Valley, que fue recogido por un amigo de Gorman detrás de una estación de televisión local. A pesar del tamaño, no fue impedimento para ajustarlo dentro de la habitación con algo de imaginación.

Debido a la antigüedad del aparato, Gorman decidió hacer unas pequeñas modificaciones, agregando unos medidores en zonas dañadas o en blanco, también iluminó partes de la habitación para que fueran manejadas por el panel cuando el niño quisiera. A pesar de todo, la mayoría de las piezas tenían buena movilidad.

Si pudieras elegir algo especial que tener en tu habitación ¿qué sería?

Más fotografías en:

FayerWayer

¿Se puede llegar al cielo con una torre de Lego?



Simulación de una torre de Lego

¿Es científicamente posible construir un rascacielos hecho de ladrillos de Lego?

Los niños no son los únicos a los que les gusta construir torres con bloques de Lego, el popular juego con ladrillos de colores.

Internet se ha plagado recientemente de aficionados que discuten qué tan alta puede ser una torre de Lego, cuántos ladrillos se necesitarían para crear una construcción tan alta que acabara rompiendo el ladrillo de la base. ¿Quiere saber la respuesta?

El departamento de Ingeniería de la Open University de Reino Unido intentó dar con la solución a pedido de la BBC.

Ian Johnston, experto en matemáticas aplicadas, confiaba encontrar la respuesta en internet, pero pronto se dio cuenta de que en la red sólo había especulación. Al fin y al cabo no mucha gente tiene acceso a una máquina de pruebas hidráulicas.

Experimento con bloques de Lego

La fuerza máxima que puede soportar un bloque es de 432 kg

Cuando los científicos colocan el ladrillo de 2x2 de Lego en la bandeja inferior de la máquina, se ve vulnerable.

Con un cilindro hidráulico haciendo presión y otra bandeja sobre el ladrillo que mide la fuerza que se ejerce, la pregunta es cuánto va a aguantar.

Poco a poco se va aumentando la carga sobre el bloque. Primero se aplican 3.500 newtons (N) de fuerza, el equivalente a poner 350 kg sobre el bloque.

Luego suben a 4.000 N... y el bloque se derrite como si fuera un pedazo de queso camembert caliente.

Bloque de Lego derretido

Así queda un bloque de Lego al aplicar demasiada fuerza sobre él

"El material ya no es capaz de resistir más. Tenemos lo que se llama un fallo plástico, el bloque se sigue deformando incluso aunque no aumente la carga", dice Johnston.

Más alta que una montaña

Entonces, ¿cuántos ladrillos habría que colocar, uno encima del otro, para que ocurriera lo mismo?

La fuerza máxima que puede soportar un bloque de Lego es de una media de 4.240 N, o 432 kg. Si divides eso entre la masa de un ladrillo, que es de 1.152g, entonces tienes como resultado los bloques que podría soportar una sóla pieza: 375.000.

O lo que es lo mismo... una torre de 3,5 km.

Comparativo con bloques de Lego

"Eso es más alto que la montaña más elevada de España y es significativamente más alta que el Monte Olimpo de Grecia, o la altura típica a la que la gente esquía en los Alpes", dice Jonhston.

Ahora bien, ¿es realmente posible construir una torre de Lego tan alta?

"No hay manera de que eso ocurra", dice Johnston. "Mucho antes de que se rompiera el ladrillo base, la estructura fallaría por sí misma, se deformaría y caería. Además hay que recordar que tendríamos que ser muy cuidadosos de colocar cada pieza de manera equilibrada", asegura el experto.

"Me encantaría conocer a un constructor de Lego que pudiera levantar una torre de 3,5km con tanta precisión", bromea.

¿Alguien se atreve?

Sólo hay 13 constructores certificados oficialmente por Lego en todo el mundo.
"Si intentas poner bloques de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre"

Ed Diment, constructor

Cue Duncan Titmarsh y Ed Diment son los únicos de Reino Unido.

Ellos fueron los autores de un árbol de Navidad de 12,2 metros construido en la estación de tren de St Pancras el año pasado, además de un calendario de Adviento de 5m x 3m en Convent Garden.

Pero no creen que pudieran asumir el reto de una torre tan alta.

"Si intentas poner ladrillos de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre", dice Ed Diment.

"Es una teoría interesante, pero imposible de realizar", añade.

Como bien es sabido, la realidad de vez en cuando decepciona.

Fuente:

BBC Ciencia 

21 de noviembre de 2012

Atoms: Un juego de piezas de contrucción ¡para hacer cosas que hacen cosas!


Las piezas de construcción de Atoms —que son ‘compatibles’ con las piezas de Lego— tienen electrónica, sensores de luz y movimiento, emisores infrarrojos, luces, mecanismos articulados y motores que pueden controlarse manualmente mediante otras piezas que tienen acelerómetros o a través del teléfono móvil, vía Bluetooth.



Por cierto que la historia Michael Rosenblatt —quien ha ideado el juguete— recuerda mucho a la historia de la novela Microsiervos; aunque Rosenblatt en lugar de dejar Microsoft para hacer un juego de piezas de construcción en versión virtual dejó Apple para hacer un juego de piezas de construcción en el MundoReal™.

Si es que el futuro nunca es como prometen.

Fuente:

Microsiervos

13 de agosto de 2012

Yo-yos en microgravedad



El astronauta Don Petit nos hace una demo de cómo funcionan los yo-yos en la Estación Espacial Internacional. Parecen un poco «a cámara lenta» pero en realidad todo se debe al efecto de la ingravidez.

Fuente:

15 de febrero de 2012

¿Eres indeciso? El gato de Schrödinger te dará la respuesta

Schrodinger

Siempre habrá un momento del día en el cual tengamos que tomar alguna decisión. Si aún no sabes darle el “sí” o el “no” a ese pretendiente que se te declaró en pleno San Valentín, el gato de Schrödinger te podría ayudar ante esa situación comprometedora.

ThinkGeek presenta este juguete llamado “Schrödinger’s Cat Executive Decision Maker” que emula aquel famoso experimento imaginario y que te “ayudará” a tomar decisiones. Funciona de esta manera: El gato “escuchará” lo que le digas y al abrir la puerta de la caja sabrás la respuesta. Si aparece vivo, significa que fue un “sí”, en caso de que aparezca muerto… mejor olvídalo y trata de resucitar al animal.

La caja mide 14x10x10 centímetros, funciona con dos baterías AA y se puede conseguir por USD$29,99 en la tienda de ThinkGeek. Pero si no te decides por adquirir este juguete, puedes dejar que la vieja costumbre de la moneda sea la que decida. Es más barato.




Fuente:

FayerWayer

9 de diciembre de 2011

Cuidado: Greenpeace detecta altos niveles de metales pesados en un 30% de los juguetes en China

SALUD | El estudio choca con recientes resultados de inspecciones en el país.

Un 10% supera los niveles de plomo permitidos por los estándares nacionales.

Alrededor de un 30% de los juguetes chinos estudiados por Greenpeace en una reciente investigación han mostrado altos niveles de metales pesados, que pueden ser muy perjudiciales para la salud de los niños, según un estudio publicado por la organización medioambiental.

En el estudio, presentado en Hong Kong y del que se hace eco el diario local 'South China Morning Post', se revela por ejemplo que un 10% de los juguetes investigados supera los niveles de plomo permitidos por los estándares nacionales.

Para la investigación, responsables de Greenpeace adquirieron alrededor de medio millar de juguetes en Hong Kong y otras cuatro grandes ciudades chinas (Pekín, Shanghái, Cantón y Wuhan) y los analizaron por rayos X. Los aparatos usados podían detectar seis metales (antimonio, arsénico, cadmio, cromo, plomo y mercurio) conocidos por su toxicidad y que pueden tener efectos muy perjudiciales para la salud si se hallan en cantidades excesivas.

De acuerdo con el estudio, se encontró por ejemplo que uno de los juguetes analizados tenía niveles de plomo 200 veces superiores a los permitidos por las autoridades sanitarias chinas, o 1.200 veces mayores que los estándares de EEUU.

Estos juguetes contaminados no sólo pueden afectar a niños cuando los tocan o se los llevan a la boca, "sino que pueden llegar a afectar el organismo a través del aire", aseguró al presentar el estudio la responsable de la campaña, Ada Kong Cheuk-san.

El estudio choca con recientes resultados de inspecciones en China, donde tras una serie de escándalos que afectaron a la reputación de los juguetes fabricados en el país en otros mercados se tomaron medidas más estrictas de seguridad. Así, una reciente inspección nacional de la Administración de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena este año aseguró que sólo se hallaron niveles de plomo excesivos en un juguete de 240 estudiados.

Un experto citado por el diario hongkonés señaló que las diferencias podían deberse a los distintos métodos de análisis de Greenpeace y los del Gobierno chino, estos últimos "más sofisticados" pues no sólo estudian la superficie del producto.

También reconoció que si bien las grandes productoras jugueteras mundiales prestan especial atención a la seguridad de sus productos, otras factorías del sector de menor tamaño, "debido a la presión de la competencia, buscan bajos costes de producción y son más flexibles al elegir materias primas o con sus controles de calidad".

Fuente:

El Mundo Ciencia

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