El proyecto ganador del concurso de History Channel, Nutri H, unas
galletas capaces de reducir la anemia infantil con solo 30 días de
consumo, ya están disponibles para la venta al público en general. Julio Garay, creador del proyecto, pretende llegar a todas las
bodegas y quioscos escolares con la finalidad de alimentar a los niños
con este producto capaz de hacer subir en tres o cuatro puntos el nivel
de hemoglobina de quien lo consume, según indica. El ingeniero, explicó a la Agencia Andina, que la dosis para
aliviar la anemia debe ser un paquete de galletas antes del almuerzo
durante un mes, mientras que los adultos deben consumir dos paquetes. Asimismo, advirtió que no se debe acompañar con leche o infusiones,
pues estas bebidas bloquean la absorción del hierro. «Lo que se debe
tomar es una bebida cítrica como un vaso de jugo de naranja porque su
vitamina C ayuda a fijar los nutrientes».
Puntos de venta
De acuerdo a una publicación en Twitter, existen cuatro puntos de distribución para la venta de las galletas Nutri H. Estos son:
LIMA SUR: Jr. Cártago Mz. D lote 12 (frente al Parque Nazareno) San Juan de Miraflores
LIMA NORTE: Feria ecológica de Plaza Norte (frente al Banco Falabella)
LIMA ESTE: Ecoferia Verde Aventura, Zona ‘Oasis’ (tercer nivel) Mall Santa Anita
AYACUCHO: Plazoleta María Parado de Bellido #112 (frente al ex penal
Se denomina Permeasystem, y es económico y de beneficio social.
Miguel Núñez, estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad
Continental de Huancayo, en la región Junín, diseñó un sistema de
drenaje ecológico que es una ingeniosa alternativa para evitar las
inundaciones en ciudades donde se registran lluvias intensas .
El drenaje, denominado
Permeasystem, que a su vez es económico y de beneficio social, es un
innovador proyecto que tiene como propósito eliminar los charcos e
inundaciones en las pistas por efecto del desborde de los inadecuados
desagües de urbes del centro y sur del país ante las fuertes
precipitaciones.
“El sistema tradicional de
drenaje capta el agua de las lluvias y la conduce a los desagües
domiciliarios, que por la gran cantidad de precipitación colapsan y
rebasan, y toda esa agua con residuos fecales, bacterias y demás fluye
por las pistas, lo cual contamina a transeúntes que muchas veces
resultan salpicados”, manifestó Miguel Núñez.
Explicó
que Permeasystem está compuesto por concreto permeable reforzado con
una geocelda de plástico reciclado, diseñado en un patrón hexagonal
regular inspirado en los panales de abejas y en las mallas de los arcos
de fútbol; esta forma le permite distribuir las cargas equitativamente
hacia todos lados, con lo cual aumenta la resistencia y durabilidad del
concreto.
“Las pistas trabajan a
flexocompresión: pasa un carro y estas se flexionan y se comprimen a la
vez; esos esfuerzos al ser verticales se distribuyen hacia todos los
lados y hacen que el concreto trabaje en conjunto y no en un solo
punto”, precisó.
Para su aplicación se
identifican las zonas críticas donde se acumula el agua pluvial y allí
se implementa el sistema haciendo un corte en las pistas. “No es que
vayamos a construir una pista completa, porque eso resultaría caro y,
por un tema de gestión, complicado”, refirió.
¿Cómo innova una máquina? Desde una perspectiva teórica, la creatividad y la innovación son procesos de búsqueda y combinación. Empezamos con un trozo de conocimiento y lo conectamos con otro trozo para crear algo nuevo y útil. En principio, esto también es algo que puede ser hecho por máquinas.
De hecho, son excelentes almacenando, procesando y haciendo conexiones
entre datos. Las maquinas producen innovaciones usando métodos generativos. Pero ¿cómo ocurre eso exactamente? Hay diferentes estrategias, pero lo que es tecnología de punta se llama "red generativa antagónica".
Por
ejemplo, piensa en una máquina que debe crear un retrato nuevo de una
persona. Las redes generativas antagónicas abordan esa tarea creativa
con la combinación de dos tareas secundarias.
La primera parte es
el generador, que produce nuevas imágenes a partir de una distribución
aleatoria de píxeles. La segunda parte es el discriminador, que le dice
al generador qué tanto se aproximó a producir un retrato que parezca
auténtico. ¿Cómo hace el discriminador para saber cómo se ven los
humanos? Pues bien, se le alimenta con muchos ejemplos de retratos de
personas reales antes de empezar la tarea. En base a la información del discriminador, el generador mejora su algoritmo y sugiere un nuevo retrato. Este
proceso se repite una y otra vez hasta que el discriminador decide que
el retrato se aproxima a los ejemplos que tiene en su memoria. Este
proceso da como resultado un retrato que se parece muchísimo a un humano
real. La "chispa humana" Pero, aunque las máquinas puedan innovar en base adatos, eso no
quiere decir que vayan a hacer sombra a la creatividad humana en breve. La
innovación es un proceso de resolución de problemas. Esto es, para que
una innovación exista, hay que combinar los problemas con las
soluciones. Los humanos pueden ir en cualquiera de las
direcciones: pueden empezar con un problema y resolverlo, o pueden
partir de una solución y tratar de buscar nuevos problemas en torno a
esta.
Un ejemplo de este último tipo de innovación es el Post-it (el papelito rectangular para escribir notas con adhesivo en una de las esquinas). Un
ingeniero desarrolló un pegamento que no era muy fuerte y lo dejó en su
escritorio. Y un colega se dio cuenta de que esa era precisamente la
solución que evitaría que se cayeran las notas que añadía a su partitura
durante sus ensayos corales. Al utilizar datos y código para formular problemas explícitos, la inteligencia artificial también puede ofrecer soluciones. Sin embargo, identificar un problema es más difícil para las máquinas, ya que estos no suelen estar incluidos en los datos a partir de los cuales innovan las máquinas. Es más, la innovación suele estar basada en las necesidades que ni siquiera sabíamos que teníamos. Pensemos en el walkman. Aun cuando ningún consumidor manifestó el deseo de escuchar música mientras caminaba, esta innovación fue un gran éxito. Así
como es difícil formular ese tipo de necesidades latentes, también es
improbable que entren a formar parte de los archivos de datos que las
máquinas necesitan para inventar. Los humanos y las máquinas se nutren de distintas materias primas para innovar. Mientras
las personas se basan en toda una vida de experiencias para generar
ideas, las máquinas se limitan a hacerlo usando los datos con las que
las alimentamos. Estas últimas puede, pues, generar innumerables innovaciones, versiones nuevas en base a datos que van recibiendo. Pero es poco probable que los inventos revolucionarios vengan de las máquinas, pues estos suelen crearse generalmente al relacionar campos distintos y desconectados. Un ejemplo de ello es el snowboard, que combina el mundo del surf con el esquí. Lea el artículo completo en: BBC Mundo
Alex Beard (Reino Unido) era maestro en una escuela en el sur de Londres hasta que, después de un tiempo de sentirse estancado en su oficio como profesor, decidió partir en búsqueda de nuevas alternativas.
¿Cuáles son los peores errores que se están cometiendo en educación estos días? Creo que el
mayor error, que estamos cometiendo actualmente, es: las escuelas se quedaron
en el pasado y, bajo estos métodos caducos, nos pasamos 12 años dentro
de las aulas, por lo que es muy difícil cambiar nuestras ideas sobre
cómo debe ser la escuela. El segundo reto que afronta la
educación de hoy es que no sabe con claridad en qué debe enfocarse, en
qué debe centrarse teniendo en cuenta el futuro. Cuando me veo de nuevo
en un aula de clases, me veo como un profesor que entrena a los niños
para que superen un examen. Para que saquen una nota aceptable,
que es lo que necesitan, si hablamos en términos prácticos, para pasar
de grado en el colegio. Y eso no tiene nada que ver con formar profesionales del futuro… Exactamente,
los estamos entrenando para empleos y oficios que en el futuro van a
poder hacer los robots. Me queda claro que no los estoy preparando para
nada de lo que viene. Y el error que estamos cometiendo es que ponemos
mucha de esa culpa en los maestros. Lo que creo que debemos hacer
es convertir al maestro o maestra en una de las personas más
importantes de la sociedad. Porque al final son ellos los que van a
moldear nuestra creatividad, nuestra cohesión social, los que van a
sentar las bases que lleven a crear una economía fuerte y sostenible. Debemos
esforzarnos por darles autonomía y fortalecer su profesionalismo, en
vez de culparlos porque las generaciones más jóvenes no dan la talla. En ese sentido, ¿qué habilidades deben enseñar los maestros en las aulas para afrontar el futuro? Creo
que los niños requieren tres cosas. La primera es aprender a pensar,
pero de una manera acorde a los retos del futuro. Deben pensar de forma
crítica sobre el mundo, sobre el rol que quieren ejercer a partir de un
conocimiento profundo de ellos mismos. Lo segundo es aprender a
actuar, pero especialmente cómo ser unas personas creativas. Ahora
estamos afrontando retos inmensos en cuestiones ambientales, el aumento
de la desigualdad, un escenario donde los trabajos actuales serán
reemplazados por máquinas… Así que allí vamos a necesitar que los niños
desarrollen a fondo su creatividad. Y eso significa que los niños
no solo deben aprender a ser creativos, sino también a trabajar, con la
ayuda de las nuevas tecnologías, en conjunto con otras personas. Y lo tercero, aplicar esa creatividad en la resolución de problemas
que afronta el mundo moderno. Para cuidarse a ellos mismos y a las
personas que los rodean. Mientras la sociedad se polariza cada
vez más, los estudiantes necesitan desarrollar su inteligencia emocional
(a modo de una competencia transversal) para ser capaces de conectar y sentir empatía con otras personas, ya
sean de su comunidad o a nivel global. Pero sobre todo que
aprendan a comprender su propio desarrollo emocional, para que sean
capaces de manejar su bienestar en un mundo en el que cada día es más
difícil vivir. Hay un tema que está presente en su libro "Nuevas formas de aprender", el papel de la educación en ayudar a buscar "el sentido en las cosas que estamos haciendo". Y una de las cosas que los científicos cognitivos han encontrado es que
hay una jerarquía en nuestras experiencias cuyos resultados nos llevan a
aprender. Si insistimos en repetir y memorizar, entonces vas a retener
una cierta cantidad de conocimiento y vas a aprender en alguna medida. Pero,
pero si las cosas que estás aprendiendo te causan una reacción
emocional - o sea, te hacen sentir entusiasmado, triste, confundido, te
estremecen y así- es posible que retengas más conocimiento que a través
de la memorización. Lo más importante de eso es que tanto los investigadores como los
psicólogos han llegado a la misma conclusión: que si ese aprendizaje
tiene un sentido para los estudiantes, es entonces cuando realmente
ocurre. ¿Y qué significa que el aprendizaje tenga sentido? Por
lo tanto, es posible que te interese el cambio climático, que te
importe la creciente desigualdad dentro de la sociedad y si puedes
aplicar el aprendizaje que se está llevando a cabo en el aula a intentar
resolver problemas relacionados con esos temas que a ti te importan,
entonces encontrarás significado en el aprendizaje y en la aplicación de
ese aprendizaje. El libro habla de
la conexión entre el aprendizaje, la tecnología y la inteligencia
artificial ¿es posible que el ser profesor pueda ser considerado una
profesión obsoleta en el futuro? Veía cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y el surgimiento del big data
estaban tomándolo todo alrededor y, de un momento a otro, mi principal
interés fue saber cómo esas nuevas tecnologías, entre las que se cuenta
la inteligencia artificial, se aplicaban en el campo de la docencia. Si
realmente las nuevas tecnologías podían transformar el modo en que
aprendemos. Por eso, si la premisa era que los robots nos iban a
quitar nuestro trabajo, mi primer destino fue Silicon Valley. Y allí vi por primera vez a
un robot profesor. Y no era un androide que estaba de frente a un salón
de clases: era, en cambio, un software de inteligencia artificial dentro de un ambiente de aprendizaje por internet. ¿Cómo funcionaba eso? Ellos tenían un
laboratorio de enseñanza donde había un profesor y unos diez niños de 5
años, cada uno frente a un computador, con audífonos. Todos los niños
estaban callados, concentrados en su computadora, donde había programas
diseñados para ayudarles con su aprendizaje de lengua o con la solución
de problemas matemáticos. Lo interesante allí era que mientras el
programa ayudaba a los estudiantes, a la vez "aprendía" con los datos
que obtenía en cada sesión cuáles eran las debilidades y fortalezas de
esos niños y automáticamente adaptaba esa experiencia para la siguiente
sesión. Así que al final se ofrecía un trabajo casi personalizado
de aprendizaje, a la vez que estos datos se pasaban a los profesores,
que contaban así con más información sobre cada uno de sus estudiantes. Este
es un ejemplo de lo que ha ocurrido: la inteligencia artificial no ha
sobrepasado a los maestros, sino que se ha convertido en una herramienta
útil, en un complemento muy necesario. Otro ejemplo: en 2013, un
estudio de la Oxford Martin School reveló que había 700 profesiones que
podrían ser reemplazadas por robots en el futuro, pero ninguno de los
trabajos relacionados con la docencia -o sea, maestro de primaria,
preescolar, profesor bachillerato e incluso universitario- iban camino a
desaparecer. Y es verdad. Y eso ocurre porque enseñar es el proceso
humano definitivo. ¿Y no hay riesgos en esas convivencias con los datos y la inteligencia artificial? Aunque
haya inteligencia artificial o robots, la educación depende de la
interacción humana. Aprendemos de manera natural, pero nacemos para
aprender en sociedad. Nosotros conocemos las cosas de otras personas. Y
en el futuro, vamos ver muchos avances tecnológicos, pero van a ser
incorporados y utilizados por los maestros. El gran riesgo es que
esa inteligencia artificial logre ser mejor que los peores maestros en
algunas zonas del mundo. Y el riesgo existe porque la inteligencia
artificial es barata. Y tal vez no sea la mejor educación que un maestro
pueda dar, pero al menos va ser más barata. Y eso es un gran peligro. Pero
esa es mi versión pesimista del futuro. Yo creo que podemos evitarla si
invertimos más en los maestros, en su formación, que dé como resultado
profesores más expertos y mucho más capaces de manejar adecuadamente las
herramientas tecnológicas. Pero hablando de eso, varias veces has dicho que los profesores son bastante reacios a aceptar esas nuevas maneras de enseñar, ¿por qué ocurre esto y cómo se puede resolver? Creo que, en primer lugar, la enseñanza va ser el trabajo más importante del siglo XXI. Estamos viviendo una era en la que los recursos de la Tierra se están agotando, nos estamos quedando sin nada. Y
lo único que es ilimitado, el único recurso ilimitado que tenemos, es
la inteligencia humana, el ingenio humano, nuestra capacidad para
resolver problemas. Los maestros son los que cultivan ese potencial
humano. ¿Cuál crees que son los principales desafíos que enfrenta la educación en América Latina? El
principal es el tema de la inequidad. Creo que el sistema educativo en
América Latina es significativamente desigual en el mayor nivel con
relación al de los niveles más bajos. Hay unos colegios
excelentes, pero la gran mayoría de ellos solo son accesibles para el
sector pudiente de la sociedad. Y al mirar hacia el otro lado del
espectro, tienes unas escuelas que realmente están luchando por
sobrevivir. Esa desigualdad es mucho más evidente entre centros
urbanos y zonas rurales. El otro gran
desafío creo que es el acceso a la educación misma para muchos niños. Ya
ni hablar de educación de calidad: hay lugares donde los niños solo
tienen acceso a cinco años de colegio, no más. Y el tercer punto,
creo que el más crítico, son los maestros. Que es el mayor desafío
también alrededor del mundo. Hay que resolver los problemas de
formación, pero no solo eso, sino de capacitación, de fomento de la
vocación y de que no dejen el oficio por otros trabajos mejor pagos. Muchas de las escuelas en América Latina tienen un cariz
religioso o confesional, ¿eso no es un obstáculo para un proceso de
aprendizaje óptimo? Bueno, creo que hay dos elementos que son fundamentales en el trabajo que realiza la escuela hoy en día. Por
un lado, ayuda a los estudiantes a entender quiénes son como
ciudadanos, como miembros de una comunidad. Y transmite los valores de
esa comunidad. Y por otro lado, está el objetivo de formar
personas creativas y comprometidas con la sociedad y que deseen acceder a
la mayor cantidad de conocimiento posible. Los colegios
religiosos, en la mayoría de los casos, hacen muy bien lo primero, pero
el error en el que no pueden caer estos colegios es el de limitar la
ejecución de proyectos educativos excitantes que ayuden a desarrollar
las habilidades necesarias para afrontar el siglo XXI. La entrevista completa en: BBC Mundo
En “Hungarian Folk Art” (premio del
público en Agar Art Contest), Zita Pöstényi utilizó una mezcla
cromogénica que permitió que las bacterias aparecieran en diferentes
colores.
Este nuevo club de artistas científicos son galardonados en el
concurso que organiza la Sociedad Americana de Microbiología: el Agar Art Contest,
que premia desde 2015 las mejores obras creadas con microbios vivos que
crecen sobre agar —una sustancia similar a la gelatina y rebosante de
nutrientes. En esta rompedora disciplina los microbios (que sirven de pintura) se plantan sobre agar (que sirve de lienzo),
con la particularidad de que les sirve de alimento, para crecer en
colonias que dan forma a la idea que tenía el artista en la cabeza. Esto
ocurre en incubadoras que mantienen a las bacterias calientes y
dispuestas a multiplicarse.
“Seemingly Simple Elegance” de Arwa Hadid, retrata un pez Koi nadando sobre una flor de loto.
La técnica
Este arte vivo es particular desde casi cualquier punto de vista:
podría ser letal, por ejemplo, si el artista se infecta con alguna
bacteria especialmente patológica; pero es en el color donde radica gran
parte de su belleza. Los microbios pueden presentar coloración de forma
natural, como la bacteria Serratia marcescens (de un rojo intenso que parece salido de La habitación roja de Matisse), o ser modificados genéticamente para que expresen un cierto tono, como la levadura Saccharomyces cerevisiae (que tras incorporar genes de violaceína se transforma en una elegante pintura viva color violeta). Como las distintas bacterias crecen a diferente velocidad y
temperatura, el resultado final solo se verá al acabar del proceso:
dependerá de la combinación elegida para pintar y de la pericia para
programar y controlar las condiciones de las incubadoras en las que
crecen los microbios (esta habilidad equivale al uso del pincel en la pintura clásica). Lea el artículo completo en: OpenMind
La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene? ¿Cómo se reproduce? ¿Cómo lidiar con ella? Y un nuevo enfoque para conseguirlo es preguntar a quienes la protagonizan, le damos la palabra a Karina Reyes:
33 biografías de narcotraficantes Mi tesis doctoral se enfoca en estudiar la violencia del narcotráfico a través del análisis de historias de vida. Entre octubre de 2014 y enero de 2015 entrevisté a 33 hombres que
trabajaron en el narco. Abordamos temas como su niñez y adolescencia,
alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. Con
el fin de entender el impacto de estas experiencias personales en la
incursión de los participantes en el narcotráfico, estudié sus
narrativas desde un punto de vista discursivo.
Por las características de mi estudio, su contribución es de dos
tipos. Primero, metodológicamente, entrevistar a narcos de primera
fuente es algo inédito en el mundo académico. Hasta la fecha no hay otro
estudio que haya recopilado más de 30 entrevistas a exmiembros del
narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una
perspectiva que ha sido ignorada por investigadores, funcionarios
públicos y políticos: la de los perpetradores. En este sentido, el
análisis de la narración de sus vidas arroja luz sobre las posibles
causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que
entienden el mundo. Comprender ello es clave no solo para abordar un
fenómeno complejo, sino para diseñar políticas públicas y de seguridad.
Hasta ahora, dichas políticas se diseñan bajo la lógica de quienes las
diseñan. No sorprende, entonces, su gran fracaso. Narcos: ni monstruos ni víctimas Para empezar, hay que reconocer que los narcos son parte de nuestra
sociedad. Están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones
que todos nosotros. Uno de los principales problemas en México es que el
Gobierno sistemáticamente los discrimina al reproducir el discurso
binario estadounidense “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”. Este
discurso, además de ser absurdo en su extrema simplicidad, opaca los
múltiples matices que revelan las causas de esta violencia. El análisis de las historias de vida de exnarcos arroja luz sobre
dichos matices. Los participantes no se ven ni como víctimas ni como
monstruos. Ellos no justifican su incorporación al narco como su “única
opción” para sobrevivir, como muchos estudios académicos aseguran.
Reconocen que entraron al narco porque, aun cuando la economía informal
les permitía sobrevivir bien y mantener a sus familias, ellos querían
“más”.
Karina García Reyes
es profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones
Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos,
University of Bristol.
Los árboles parecen tener la clave para indicar la existencia de
yacimientos de minerales preciosos. Siguiendo la presencia de estas
partículas en las hojas, los científicos han conseguido mostrar cómo
estos metales son transportados desde el subsuelo a través las raíces,
dejando entrever cómo este hallazgo puede transformar la industria
minera.
Árboles como los eucaliptos, de raíces extensas y profundas,
pueden transportar oro desde el subsuelo hasta sus hojas, indicando así
la localización de depósitos del mineral. Crédito: Oat Phawat
La minería, una industria con miles de años de historia y fundamental
para el desarrollo económico de muchas regiones del planeta, ha
descubierto un nuevo lenguaje para entender lo que ocurre en el subsuelo
sin tener que excavar. La clave está en el suelo. Pero también en la
vegetación o en la nieve, capaces de reaccionar a los minerales que hay
bajo tierra y revelar así la presencia de yacimiento de minerales
preciosos como el oro.
De hecho, las raíces de los árboles son la mejor conexión entre lo
que ocurre en el suelo y lo que vemos en la superficie. Así lo ha
demostrado un equipo de investigadores de la agencia científica
australiana CSIRO liderado por Mel Lintern,
que partiendo de este principio llevó a cabo un estudio basándose en
las hojas de eucalipto de diversas zonas de la región de Kalgoorlie
(Australia) y otras cultivadas en invernaderos. El eucalipto crece en paisajes muy diversos y sus raíces pueden llegar hasta los 40 metros de profundidad. En 2013, la revista Nature publicaba la confirmación del origen de las pequeñas partículas de oro que había en las hojas de estos árboles. Una parte minúscula de este metal precioso se disuelve en forma de iones en el agua que las raíces absorben de la tierra. Al
ser un mineral tóxico para las plantas, estas lo atrapan en pequeños
cristales de oxalato de calcio, similares a las piedras del riñón en
humanos y mamíferos, para evitar así que interfieran en su función
celular normal.
Luego de que su emprendimiento se hiciera viral, las solicitudes de prótesis de bajo costo se multiplicaron. El ingeniero peruano Enzo Romero ha despertado el interés dentro y fuera del país, incluyendo a la multinacional Repsol.
El ingeniero mecatrónico
mostró las prótesis que fabricó junto a un equipo multidisciplinario de
la Universidad Católica del Perú en una entrevista realizada por la Agencia Andina, la cual fue comentada y compartida en sus redes sociales por el actor estadounidense Mark Hamill, quien da vida al maestro Jedi Luke Skywalker.
“Con
Repsol venimos trabajando 20 prótesis para personas en situación de
pobreza y extrema pobreza que están dentro de su zona de influencia,
específicamente en el distrito de Mi Perú (Ventanilla)”, comentó el
ingeniero.
Además de ello, las oficinas donde
Enzo y sus colegas trabajan han recibido -tras la difusión de la nota-
alrededor de 70 solicitudes de personas que desean adquirir una prótesis
y otras cinco llamadas del extranjero de pacientes que también la
requieren. Ciudadanos de México, Colombia y Chile han contactado al
cusqueño quien gustoso ha dado los pormenores de su prótesis.
Esta
prótesis, comentó Enzo, es más accesible que las que se encuentran en
el mercado, ya que traerla del extranjero puede llegar a costar hasta S/
250 000. El costo de esta prótesis qué el diseña oscila entre S/ 3,000 y
S/4,500, dependiendo de si se trata únicamente de los dedos o de toda
la mano.
La historia de la prótesis de Enzo se
remonta a cuando era un niño de 7 años. Enzo nació sin su mano derecha
y, cuando cursaba el 3 grado de primaria en el colegio nacional Valle
Sagrado de la provincia de Urubamba, en el Cusco, vio la quinta entrega
de la saga de Star Wars, El Imperio Contrataca.
“Al
final de la película, un androide le diseñó una nueva mano a Luck
Skywalker que la había perdido luego de una pelea con sables de luz.
Esta nueva mano tenía, incluso, sensibilidad. Fue allí donde me dije: yo
quiero lo mismo”, recuerda Enzo.
Su emprendimiento se llama “Dando una Mano”,
y se especializa en prótesis personalizadas de mano empleando
tecnologías de fabricación digital. “Personalizamos no solo el tamaño y
el peso si no también el encaje protésico, por ello las prótesis se
parecen mucho a la otra mano de la persona”.
Su
emprendimiento ha sido beneficiado por el programa Ideas Audaces del
Concytec y con ellos permite aplicar a los beneficios tributarios de
deducción de la Ley 30309, destinados a proyectos de investigación
científica, desarrollo tecnológico e innovación tecnológica vinculados
al giro del negocio de la empresa.
Si alguna persona desea contactar a la iniciativa “Dando una mano”, pueden darle clic a este link y tendrán toda la información respectiva.