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26 de diciembre de 2019

Cambio climático: los 9 puntos de no retorno que ponen en peligro a la humanidad

Hace ya dos décadas que el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) advirtió sobre la existencia de puntos críticos o "puntos de no retorno" que podrían ser devastadores.

Esos puntos de inflexión, como la destrucción de la Amazonia o la pérdida del hielo en Groenlandia, son umbrales que una vez superados desatarían cambios irreversibles, con una dinámica destructiva propia que ya no se puede frenar.

Son además fenómenos interconectados, por lo que uno de ellos puede generar una cascada de eventos que se suceden como fichas de dominó.

El IPCC señalaba que esos puntos de no retorno podrían alcanzarse si la temperatura del planeta aumentaba cinco grados centígrados respecto a los niveles preindustriales (año 1780).

Pero los científicos afirman, según un artículo publicado en noviembre de 2019 en Nature, que no solo los nueve de los puntos de no retorno identificados por el IPCC pueden superarse con solo un aumento de la temperatura de entre 1 y 2 grados centígrados

También señalan que esos nueve puntos críticos ya están "activos".

¿Cuáles son los 9 puntos de no retorno activos?

Los nueve puntos críticos o zonas de riesgo se consideran activos porque están mostrando evidencia de cambio, en muchos casos acelerado, en la dirección equivocada, además estos nueve puntos están interconectados.

La lista incluye: el hielo marino del Ártico,el permafrost o capa del suelo permanentemente congelada, el sistema de circulación de corrientes del Atlántico, la selva amazónica, los corales de aguas cálidas, el hielo en el oeste de la Antártica y en partes del este del mismo continente.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo
 

11 de diciembre de 2018

¿Por qué el reggae fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado al género musical reggae como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La música nacida en Jamaica se suma así a otras como el tango, el flamenco, el fado , la rumba cubana, el merengue, los mariachis y la ópera china. 

“Su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del patrimonio cultural”, describió la Unesco para explicar la declaración del reggae como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

De esta manera, la música nacida en Jamaica y que alcanzó fama mundial gracias a artistas legendarios como Bob Marley, se suma así a otras como el tango de Argentina y Uruguay, el flamenco español, el fado portugués, la rumba cubana, el merengue de República Dominicana, los mariachis mexicanos y la ópera china.

La Unesco anunció la decisión en su reunión de Port Luis, la capital de Mauricio, donde examina esta semana varias candidaturas para su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. “Es un día histórico”, celebró la ministra de Cultura de Jamaica, Olivia Grange, que viajó para la ocasión.

“El reggae conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música —vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa— y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana”, explicó la Unesco.

La organización de la ONU recuerda que ese género musical surgió de una “amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos: caribeños, latinoamericanos y norteamericanos”. En todos los niveles del sistema educativo del país, agrega, “está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de infancia hasta las universidades”.

Recuerda también que, aunque al principio fue una expresión musical de comunidades marginadas, con el tiempo fue “abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión”.

El reggae se desarrolló en los años sesenta a partir del ska y del rocksteady, e integró influencias del soul y del rythm and blues estadounidenses. Este estilo musical caribeño se popularizó rápidamente en Estados Unidos y el Reino Unido, gracias a los numerosos inmigrantes jamaicanos llegados después de la II Guerra Mundial, publica El País.

A menudo se reivindicó como la música de los oprimidos, abordando temas sociales y políticos, la prisión y las desigualdades. El reggae es indisociable del movimiento espiritual rastafari, que sacraliza al emperador etíope Hailé Selassié y promueve el uso de la marihuana.

En 1968, la canción “Do the Reggay” de Toots and the Maytals fue la primera en utilizar el nombre reggae, un ritmo que luego cosechó un enorme éxito mundial gracias a los grandes clásicos de Bob Marley y su grupo The Wailers, entre ellos como “No Woman, No Cry”, “Stir It Up” o “I Shot the Sheriff”.

Fuente: Futuro 89.9 FM

20 de noviembre de 2018

El genetista italiano que desmontó el concepto de raza

Luigi Luca Cavalli Sforza, autor de '¿Quiénes somos? Historia de la diversidad humana', murió, el 4 de setiembre de 2018, a los 96 años en su casa de Belluno, en el norte de Italia.

“El racismo es un antiguo flagelo de la humanidad”. Esta frase la pronunció el genetista italiano Luigi Luca Cavalli Sforza, junto a su compañera Mary-Claire King, genetista estadounidense, delante de un comité del Senado americano el 17 de febrero de 1993. No se podría sintetizar mejor el legado de este gran científico, muerto el sábado a los 96 años en su casa de Belluno, en el norte de Italia.

Cavalli Sforza, al que todo el mundo llamaba simplemente “Luca”, nació en Génova en 1922. Estudió medicina, primero en Turín, y después en Pavía, cuando su profesor de anatomía Giuseppe Levi –que también tuvo como alumnos a los tres premios Nobel Rita Levi Montalcini, Salvador Luria y Renato Dulbecco– fue expulsado de la universidad en aplicación de las leyes raciales aprobadas por el régimen fascista en 1939. Se licenció en 1944 y, sin embargo, no era la medicina su verdadera pasión. Ya había comenzado a trabajar en las relaciones sexuales de las bacterias antes de licenciarse, pero fue la mosca de la fruta, la famosa Drosophila, la que le abrió el camino hacia su verdadera pasión: la genética.

No fue fácil trabajar en esos años –entre 1943 y 1945 Italia no solo combatía una guerra mundial, sino también una sangrienta guerra civil– pero Cavalli Sforza tuvo la suerte de encontrar a Adriano Buzzati Traverso, que se convertiría años más tarde en el primer profesor de genética de Italia. Empezó a viajar entre Italia, Reino Unido, Alemania y EEUU, donde, en Stanford, en 1970 acabaron ofreciéndole una cátedra, que mantuvo más de 40 años, aún sin perder sus contactos científicos y humanos con el viejo continente.

El artículo completo en: El País (España)

8 de octubre de 2018

Por qué 2030 es la fecha límite de la humanidad para evitar una catástrofe global


La extinción total de los arrecifes de coral, diez millones de personas más expuestas a inundaciones, cada vez menos zonas aptas para el cultivo de cereales...

Una diferencia de solo medio grado de temperatura tendría consecuencias devastadoras para nuestro planeta, por lo que cada vez es más urgente limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5 grados centígrados, advirtió este lunes el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).

Y el tiempo para actuar se nos está acabando, se asegura en el último informe del IPCC, el que ha sido descrito como "un último llamado" para salvar a la Tierra de una inminente catástrofe.

De hecho, según el reporte, actualmente vamos camino a un aumento de 3 °C, muy por encima del máximo de 2 °C contemplado por los Acuerdos de París sobre cambio climático.

Un máximo que, según los científicos, parece además cada vez menos deseable. 

Para el corresponsal de temas ambientales de la BBC, Matt McGrath, la de este lunes es la advertencia más comprehensiva hasta la fecha de los riesgos del aumento de las temperaturas globales.

"A los científicos probablemente les hubiera gustado escribir en letras mayúsculas 'ACTÚEN YA, IDIOTAS', pero necesitaban decirlo con hechos y números", dijo por su parte Kaisa Kosonen, de la ONG Greenpeace, quien estuvo de observadora en las negociaciones que precedieron a la publicación del reporte.

"Y eso fue lo que hicieron", dijo del informe, titulado "Calentamiento global de 1,5 grados centígrados".

Una diferencia crucial

El estudio, que se basa en más de 6.000 referencias científicas, explica los efectos que tendría un incremento de temperaturas del 1,5 y los compara con los de una subida de 2 grados.

Ambas temperaturas están mencionadas en los Acuerdos de París, en el que la mayor parte de países del planeta se comprometieron a "mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C". 

Y es que, hasta ahora, se pensaba que al mantener el calentamiento por debajo de 2 grados este siglo se podrían manejar los cambios que sufrirá el planeta. 

Pero según el nuevo informe, ir más allá de los 1,5 grados es poner en riesgo la habitabilidad de la Tierra.

"Limitar el calentamiento a 1,5 grados conlleva muchos beneficios en comparación con limitarlo a 2 grados. Esto reduciría el impacto del cambio climático de maneras muy importantes", explicó el profesor Jim Skea, copresidente del IPCC.

Pero, según el IPCC, este límite podría superarse en tan sólo 12 años.

Consecuencias devastadoras

El IPCC proyecta que un aumento de la temperatura global de 2 grados acabaría con todos los arrecifes de coral

Mientras que un incremento de 1,5 los reducirá entre un 70% y un 90%, dos grados los extinguirían casi por completo.

Otra diferencia importante es que el nivel del mar aumentaría 10 centímetros más al pasar de 1,5 a 2 grados. Puede parecer poco, pero esta diferencia implica que diez millones de personas más estarían expuestas a inundaciones. 

También tendría un impacto significativo en la temperatura y acidez del océano, y en la capacidad de cultivar cultivos como el arroz, el maíz y el trigo.

Y el IPCC afirma que limitar el calentamiento a 1,5 frente a los 2 grados supondría reducir el número de personas expuestas a los riesgos climáticos y la pobreza en varios cientos de millones. 

También limitará la prevalencia de enfermedades como el dengue y la malaria.

Por lo pronto, las emisiones de gases de efecto invernadero ya han elevado aproximadamente un grado centígrado la temperatura global respecto a los niveles preindustriales. 

"Ya estamos en la zona de peligro", explica Kaisa Kosonen, de Greenpeace.

"Ambos polos se están derritiendo a un ritmo acelerado; árboles antiguos que han estado allí durante cientos de años están muriendo repentinamente y acabamos de tener un verano en que gran parte del mundo estaba en llamas".

¿Qué se puede hacer a nivel individual?

Y el reporte también incluye medidas que se pueden tomar a nivel individual.
Estas incluyen:
  • Comprar menos carne, leche, queso y mantequilla y más alimentos de temporada producidos localmente (además de desperdiciar menos comida).
  • Conducir automóviles eléctricos y caminar o usar la bicicleta para desplazamientos cortos
  • Tomar trenes y buses en lugar de aviones
  • Recurrir a videoconferencias en lugar de viajar por razones de trabajo
  • Secar la ropa al sol en lugar de utilizar secadoras
  • Aislar mejor las casas para reducir la dependencia de calefacción y/o acondicionadores de aire
  • Exigir una baja huella de carbono en todos los productos de consumo
"Uno puede creer que no puede controlar el uso que se la da a la tierra, pero uno sí puede decidir qué come y eso determina el uso de la tierra", explicó la Dra. Debra Roberts, la otra copresidente del IPCC.

"Podemos elegir como nos movilizamos dentro de las ciudades, garantizar que elegimos a gobernantes que le apuestan al transporte público", ejemplificó Roberts.


El artículo completo  aquí: 

BBC: 2030, fecha límite para la humanidad

Más información en;:

CNÑ: 2030, año de la catástrofe climática

FayerWayer: en el 2040 habrán menos alimentos para la humanidad

El País: debemois tomar medidas drásticas contra el cambio climático

7 de octubre de 2018

El hambre aumenta por tercer año y alcanza a 821 millones de personas

Se rompe la tendencia a la baja del número de subalimentados. En 2017, hubo 15 millones más que el año anterior, lo que supone un retroceso a niveles de hace una década.


350.000 personas están en riesgo de inseguridad alimentaria en Chad. El desplazamiento masivo de personas ha dejado más de ocho millones de personas al borde de la hambruna.

En la batalla que libra la humanidad contra el hambre, los seres humanos vamos perdiendo. En 2017, 821 millones de personas se iban a la cama cada día sin haber ingerido las calorías mínimas para su actividad diaria, son 15 millones más que el año anterior, lo que supone un retroceso a niveles de 2010. Los datos recogidos en el informe La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo de la ONU, publicado este martes, confirman que no se trata de un repunte aislado; aunque los expertos se resisten a hablar de un cambio de tendencia, ya se encadenan tres años de subida.
Los conflictos, los eventos climáticos extremos y las crisis económicas son los principales responsables de esta regresión, según el estudio elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto con otras cuatro agencias de la ONU. Las graves sequías vinculadas al fuerte fenómeno El Niño de 2015 y 2016 son especialmente culpables. Sin agua, no crecen los cultivos ni el pasto para los animales. Eso significa que, en los países altamente dependientes de la agricultura, millones de personas se quedan sin alimentos suficientes que llevarse a la boca y sin fuente de ingresos con los que adquirir comida en el mercado. La falta de precipitaciones, de hecho, causa más del 80% de los daños y pérdidas totales en la producción agrícola y ganadera.

"Si no hacemos más, los tres años de subida serán cuatro. Reducir el hambre no es una cuestión de fe, sino que depende de nuestras acciones", advierte Kostas Stamoulis, director adjunto de la FAO. Si el año pasado este organismo pedía el cese de la violencia para una mejora de la situación alimentaria mundial, esta edición se enfoca en la necesidad de mejorar la resiliencia de las personas ante los eventos climáticos extremos, es decir, fortalecer su capacidad de adaptarse, resistir y reponerse ante una adversidad.

"Piensa en un terremoto. En función de cómo de fuerte sea una casa, aguantará o colapsará. No podemos cambiar la intensidad del seísmo, pero sí la resistencia de la vivienda". Explica Stamoulis que lo mismo hay que hacer con las personas: prepararlas para lo peor. "Tenemos los conocimientos y las herramientas para ello, pero debemos ponerlos en marcha". Y hay que hacerlo "a mayor escala y de forma acelerada", añade Marco Sánchez-Cantillo, director de economía y desarrollo agrícola de la FAO. "Por ejemplo, los sistemas de alerta temprana que permiten anticipar soluciones en caso de una eventualidad se han mostrado eficientes. Hay países en los que se han implantado, pero no es generalizado", lamenta.


La mayoría de los países que afrontan crisis alimentarias relacionadas con el clima —20 de 34— son contextos de paz. Pero cuando los choques climáticos se producen en zonas en conflicto, se desencadena la tormenta humanitaria perfecta. Esto sucedió en los 14 países restantes, entre ellos, los ribereños del lago Chad (Níger, Nigeria, Camerún y Chad), donde 10,7 millones de personas necesitan ayuda para sobrevivir cada día debido a la espiral de violencia del terrorismo de Boko Haram y las sequías. "El ejemplo más claro es que el año pasado se declaró la hambruna en Sudán del Sur. Y Yemen, Somalia y el norte de Nigeria estuvieron a punto. En los cuatro hay una situación de conflicto grave y condiciones climáticas extremas y desfavorables", anota Blanca Carazo, responsable de programas y emergencias del comité español de Unicef.

Lea el artículo completo en El País (España)
  

17 de octubre de 2017

Tres capítulos de la Revolución de Octubre, cien años después

La Revolución Rusa encabezada por los bolcheviques es un proceso que la izquierda todavía no termina de procesar. En El Ciudadano conversamos con el historiador Luis Thielemann y desempolvamos textos de Eric Hobsbwam para resumir los tres capítulos más relevantes de cómo los trabajadores pudieron soñar con construir un Estado que les representara y no les enviase a morir a la guerra.


“Dicen que los socialistas traerán la paz” escribía un soldado austro-húngaro que luchaba en la Primera Guerra Mundial, en una carta enviada a su familia en 1918. Exhausto y sin convicciones sobre la nación por la que era forzado a luchar, arriesgar su vida y matar; la Revolución de Octubre era su esperanza de que la brutalidad de la guerra podría acabarse algún día.

Esa Revolución, que cumple cien años, es por muchos considerada como el hito más relevante del Siglo XX. Y es que no sucedió de modo aislado ni surgió de la nada. Las burguesías nacionales de las principales potencias industriales a nivel mundial estaban, a comienzo del siglo, en una desatada carrera armamentista con el objeto de asegurar mercados consumidores de su excesiva producción. Tal voracidad desató un caos planetario sin punto de referencia en la historia de la humanidad.

Las fuerzas conjuradas por las guerras mundiales (tanto la de 1914-1918, como la de 1939-1945) involucraron a todas las economías nacionales. La presión por producir alimento para la población empobrecida y para los soldados en la guerra; la rápida expansión de la industria de las armas; la muerte, la brutalidad y el terror; fueron sostenidas masivamente por los trabajadores de tales economías. En toda Europa, las principales industrias militares serán el centro neurálgico de la lucha contra la guerra y por la paz.

El historiador inglés, Eric Hobsbawm, señala en su virtuoso texto “Historia del Siglo XX” el peso que cargaban los Estados que participaron de las guerras y compara el suceso con el impacto de la Revolución Francesa en el Siglo XIX:
“El peso de la guerra total del Siglo XX sobre los estados y las poblaciones involucrados en ella fue tan abrumador que los llevó al borde del abismo… La humanidad necesitaba una alternativa que ya existía en 1914… Parecía que sólo hacía falta una señal para sustituir el capitalismo por el socialismo… Fue la revolución rusa -o, más exactamente la revolución bolchevique-  de octubre de 1917 la que lanzó esa señal al mundo, convirtiéndose así en un acontecimiento tan crucial para la historia de este siglo como lo fuera la revolución francesa de 1789 para el devenir del Siglo XIX”.
Siendo la guerra una situación mundial, también tendrá esa impronta la resistencia a ella. La Revolución Rusa de 1917, encabezada por los bolcheviques y conducidos estos por Lenin, tendrá un impacto esperanzador para el mundo y se planteará sí misma como una revolución cuya subsistencia dependerá de que efectivamente escale a nivel mundial. 

El artículo completo en:

El Confidencial (Chile)

16 de agosto de 2017

Las humanidades son el futuro de la economía digital y la tecnología

A los estudiantes universitarios de Humanidades se les plantea siempre la misma pregunta. La escuchan tan a menudo –y en boca de tanta gente– que sus títulos deberían llevarla impresa. Esa pregunta, que plantean amigos, asesores y familiares, es: "¿Qué piensas hacer con tu licenciatura?". Sin embargo, bien podría ser esta otra: "¿Para qué sirven las letras?".


Según tres nuevos libros, la respuesta es: "Para bastantes cosas". Desde Silicon Valley hasta el Pentágono, la gente empieza a darse cuenta de que para abordar con eficacia los mayores desafíos de la sociedad y la tecnología necesitamos pensar de manera crítica en su contexto e implicaciones humanas, algo para lo que precisamente están bien preparados los titulados "de letras". Puede llamarlo, en alusión a la película dirigida por Jeff Kanew, la venganza de los empollones del cine, la historia y la filosofía.

En The Fuzzy and the Techie, el inversor de capital riesgo Scott Hartley apunta a la "falsa dicotomía" entre las humanidades y las ciencias. Algunos líderes industriales proclaman a los cuatro vientos que estudiar cualquier cosa que no pertenezca a uno de los campos CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) supone un error si se quiere conseguir un puesto de trabajo dentro de la economía digital. Para muestra, una de las sentencias emitidas por el cofundador de Sun Microsystems, Vinod Khosla: "Tan solo una parte muy pequeña de lo que se enseña en el área de Humanidades hoy es relevante para el futuro".

Hartley cree que esta mentalidad "solo CTIM" se equivoca por completo. El principal problema es que anima a los alumnos a que sustituyan la visión vocacional de su educación por pensar solo en términos de los trabajos para los que se preparan. Pero las barreras de entrada para los puestos técnicos se están reduciendo también. Muchas tareas que antes requerían una formación especializada se pueden realizar ya con una serie de herramientas sencillas e internet. Por ejemplo, un programador novato puede lograr que un proyecto arranque a partir de paquetes de código de GitHub y ayuda de Stack Overflow.

Si queremos preparar al alumnado para resolver problemas humanos a gran escala, sostiene Hartley, hemos de animarles a ampliar, y no a limitar, su educación e interés. Hartley enumera una larga lista de líderes tecnológicos que tienen licenciaturas de letras. Para mencionar a tan solo unos pocos: Stewart Butterfield de Slack, Filosofía; Jack Ma de Alibaba, Filología inglesa; Susan Wojcicki de YouTube, Historia y Literatura; Brian Chesky de Airbnb, Bellas Artes. Por supuesto, explica Hartley, necesitamos expertos técnicos, pero también personas que entiendan los por qués y cómos del comportamiento humano.

Lo que importa ahora no son las capacidades que tenga una persona, sino cómo piense esa persona. ¿Puede plantear las preguntas correctas? ¿Sabe cuál es el problema que se intenta resolver? Hartley aboga por una verdadera educación de "artes liberales", una que incluya tanto ciencias "duras" como materias más "blandas". Una experiencia educativa bien equilibrada, afirma, abre a las personas nuevas oportunidades y les ayuda a desarrollar productos que respondan a necesidades humanas reales.

El contexto humano también es el enfoque de Cents and Sensibility, escrito por el profesor de humanidades de la Universidad Northwestern (EEUU) Gary Saul Morson y el profesor de economía Morton Schapiro, del mismo centro. Los autores sostienen que cuando un modelo económico se queda corto se debe a la falta de entendimiento humano. La economía tiende a ignorar tres cosas: el efecto de la cultura sobre la toma de decisiones, la utilidad de la historia para explicar las acciones de la gente y las consideraciones éticas. Las personas no existen en un vacío. Tratarlas así es tanto reduccionista como potencialmente perjudicial.

Buscar lo humano, buscar el detalle

La solución de Morson y Schapiro es la literatura. Sugieren que los economistas podrían mejorar su conocimiento sobre lo humano a partir de la lectura de las obras de grandes novelistas, quienes tienen una visión sobre las personas más profunda que muchos científicos sociales. Mientras los economistas tienden a tratar a las personas como abstracciones, los novelistas profundizan en los detalles. Para ilustrar este argumento, Morson y Schapiro preguntan: ¿cuándo ha logrado un modelo o caso de estudio científico describir a una persona de manera igual de viva que describió Tolstói a Anna Karénina?

Las novelas también nos pueden ayudar a desarrollar nuestra empatía. Las historias, después de todo, nos meten en las vidas de los personajes, obligándonos a ver el mundo como lo hacen otras personas. (Morson y Schapiro añaden que aunque muchos campos de estudio forman para empatizar, solo la literatura ofrece la oportunidad de practicarlo).

Sensemaking: The Power of Humanities in the Age of the Algorithm, escrito por el consultor de estrategia Christian Madsbjerg, recoge el planteamiento de Morson y Schapiro y lo lleva de vuelta a Hartley. Madsbjerg argumenta que a menos que las empresas se tomen la molestia de entender a los seres humanos que se esconden detrás de sus conjuntos de datos, se arriesgan a perder por completo el mercado en los que operan. Defiende que el conocimiento cultural profundo que necesitan los negocios no surge de investigaciones de mercado impulsadas por datos, sino del estudio empujado por humanos de textos, idiomas y personas.

Madsbjerg cita al vehículo Lincoln, la marca de gama alta de Ford y que hace tan solo unos años ocupaba una posición tan rezagada frente a BMW y Mercedes que la empresa casi detiene su producción. Los ejecutivos de Ford sabían que volverla competitiva de nuevo significaría vender más coches fuera de Estados Unidos, sobre todo en China, el próximo gran mercado de lujo. Así que empezaron a estudiar cómo experimentan, no solo conducen, los coches clientes de todo el mundo. Durante el transcurso de un año, representantes de Lincoln se dedicaron a hablar con clientes sobre su vida diaria y lo que significaba "lujo" para ellos. Gracias a ello, la compañía descubrió que en muchos países el transporte no representa la máxima prioridad de los conductores. Los coches son vistos más como espacios sociales y lugares donde recibir a los clientes. Aunque estaban bien diseñados, los Lincoln tenían que replantearse su función para responder al contexto y necesidades humanas de los clientes. Los esfuerzos de diseño posteriores dieron sus resultados: las ventas en China se triplicaron en 2016.

Donde convergen estos tres libros es en la idea de que escoger un campo de estudio es menos importante que encontrar formas de expandir nuestro pensamiento.  Es una idea de la que también se hacen eco otras publicaciones: A Practical Education, del profesor de negocios Randall Stross, y You Can Do Anything, del periodista George Anders. Los seres humanos pueden importarles a los alumnos CTIM del mismo modo que los alumnos de literatura (incluido quien escribe, que empezó la universidad para estudiar informática) pueden investigar de manera científica. Debemos evitar que el postureo interdisciplinar nos haga aferrarnos a lo que mejor conocemos. Para un martillo, todo son clavos. Porque, ¿en qué gran desventaja nos colocaríamos a nosotros mismos –y al mundo entero– si obligáramos a nuestras mentes a plantear todos los problemas de la misma manera?

Fuente:

Harvard Business Review

10 de julio de 2017

Stephen Hawking: "La humanidad debe abandonar la Tierra en los próximos 30 años"

El científico británico advirtió que la humanidad enfrenta un gran peligro si no concreta la colonización de otro planeta.





La raza humana debe comenzar a salir de la Tierra dentro de 30 años para evitar ser aniquilado por la sobrepoblación y el cambio climático, ha advertido el científico británico, Stephen Hawking, en el marco del festival STARMUS que se está celebrando en Trondheim (Noruega). 


El profesor Hawking tampoco descartó la posibilidad de que el mundo sea destruido por una lluvia de asteroides o las altas temperaturas. Advirtió que convertirse en un "perezoso cósmico" no es una opción, ya que "las amenazas son demasiado grandes y numerosas (...) No se trata de ciencia ficción, sino que está garantizado por las leyes de la física y la probabilidad", agregó.

Migración estelar

Para el científico, los seres humanos necesitan salir del planeta, ya que se está volviendo demasiado pequeña. "Nuestros recursos físicos están siendo drenados a un ritmo alarmante", comentó el astrofísico, quien aseguró, además, que es crucial establecer colonias en Marte y la Luna, transportando plantas, animales, hongos e insectos "para comenzar a crear un nuevo mundo", aseguró según el portal The Telegraph

"Hemos dado a nuestro planeta el desastroso regalo del cambio climático, el aumento de las temperaturas, la reducción de los casquetes polares, la deforestación y la diezmación de las especies animales", señaló. Luego sostuvo que cuando la humanidad enfrentó una crisis, siempre halló otro lugar donde colonizar. "Y lo hizo en 1492 cuando se descubrió el nuevo mundo, pero ahora no hay más territorio, no hay utopía a la vuelta de la esquina. Estamos agotando el espacio y los únicos lugares para irnos son otros mundos".

¿Salir de la Vía Láctea?

Afirmó que una base lunar podría establecerse dentro de 30 años y un puesto marciano dentro de 50. Pero también sugirió abandonar el Sistema Solar y aventurarse a las galaxias más cercanas. Una de ellas, por ejemplo, Alpha Centauri, donde los científicos creen que existe un planeta habitable conocido como Próxima B. "Si la humanidad va a continuar por otro millón de años, nuestro futuro está en atrevernos a ir a donde nadie ha ido antes (...) Espero lo mejor. Tengo que hacerlo. No tenemos otra opción", finalizó Hawking.

Fuente: Capital (Perú)
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