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26 de noviembre de 2019

Perú: 3 millones 100 mil peruanos sufren hambre

En los últimos tres años no se ha logrado disminuir las cifras de las personas que pasan hambre; al contrario, los números se han incrementado.


El último informe elaborado en noviembre de 2019 por diversas organizaciones internacionales incluida la FAO, denominado “Panorama de la seguridad alimentaria y nutrición en América Latina y el Caribe 2019”, reveló que en Perú 3 millones 100 mil personas sufren de hambre, es decir, cerca del 10% de la población.

La tendencia sobre la subalimentación en el país no ha sido positiva. Al contrario, se ha incrementado en los últimos tres años. Así, entre el período 2013 - 2015 y 2016 - 2018, el hambre pasó de afectar a 9,2% de la población, a 9,7%.

Este panorama también llevó a la FAO a precisar los avances que se han hecho en el país para reducir los niveles de inseguridad alimentaria. En ese sentido, según su informe, si bien Perú cuenta con la Ley de Promoción de Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes, publicada en 2013, “ha vetado” la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada en 2015.

Según explica el organismo, las personas que experimentan inseguridad alimentaria moderada se enfrentan a incertidumbres en cuanto a su capacidad para obtener alimentos, y se han visto obligadas a aceptar menos calidad o cantidad en los alimentos que consumen.


27 de noviembre de 2018

Hacer cinco comidas al día para adelgazar y otros mitos que nos hemos creído pero que la ciencia desmonta

¿De qué mitos estamos hablando?

Hacer cinco comidas al día

¿Comer menos veces y de forma más copiosa o hacerlo de forma espaciada y frugal? La polémica está servida. La lógica de las cinco comidas al día es aplastante: si comemos con mesura durante más veces a lo largo del día nuestro cuerpo no sufrirá por el "hambre", por lo que no se activarán los mecanismos para almacenar grasa ni nos dará por pegarnos el atracón.

Hilado así, el argumento tiene mucho sentido. Pero, ¿cuál es la realidad en todo esto? Si atendemos a la evidencia científica nos encontramos con estudios que indican que sí, que comer más veces al día está asociado a perder peso. Pero también encontramos otros que no hallan relación entre una cosa y la otra. Incluso nos podemos topar con un numeroso contingente de estudios que indican que comer más veces puede asociarse con la obesidad. Entonces, ¿quién tiene la razón?

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La respuesta no es sencilla (como nada en la nutrición). Estas conclusiones que pueden parecer dispares muestran en realidad la diversidad de factores que afectan a este tipo de estudios: la edad, el sexo, el tipo de actividad física diaria o el tipo de ingesta. Para dietistas como Juan Revenga la respuesta es que, aunque sí existe evidencia de que comer más veces al día puede ayudar a controlar el apetito eso no indica que se asocie a la pérdida de peso. Mucho más importante es lo que comemos o el ejercicio que realizamos. 

Aunque esto parece obvio, a tenor de los estudios, estos factores son cruciales a la hora de definir las comidas que debemos realizar a lo largo del día. Es esencial, opinan muchos expertos, distribuir adecuadamente los alimentos según las comidas que hagamos. Y aún más importante es ser conscientes y coherentes con estas ingestas. De nada sirve comer cinco, tres o nueve veces al día si los alimentos no son sanos.

En definitiva, ¿por qué el dicho de comer cinco comidas al día es un mito? Porque no es cierto por sí solo. Es mucho más importante qué vamos a comer que cuándo vamos a hacerlo (o más bien en cuántas veces), y no nos servirá de nada si no aprendemos a comer adecuadamente o acompañamos la dieta con ejercicio.

Comer en un plato pequeño

Uno de los trucos más cacareado para adelgazar consiste en usar un plato pequeño para servirnos la comida. Según algunos (viejos) estudios, esto sirve para reducir la cantidad de comida en el plato y para que nuestro cerebro crea que estamos ante una mayor cantidad de alimento. La premisa parece buena y la intención aún mejor.

Sin embargo, nada nos dice que esto funcione. ¿Pero no había estudios que así lo confirmaban? La ciencia tiene estas cosas, que ante una evidencia científica existe la posibilidad de contrastar y desmentirla. Y justo eso parece haber ocurrido con este "truco".

A la luz de los metaanálisis, que son revisiones más extensas y dedicadas de la literatura científica existente sobre un tema, el conjunto de investigaciones más bien apunta a que no: el plato pequeño no sirve de mucho. Estos indican que no existe una relación directa entre el uso de platos más pequeños y la pérdida de peso.

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Por tanto, insistimos, es mucho más interesante saber qué comemos; más que pensar en los recipientes en los que servimos a la hora de comer. Aun así, y a pesar de que por el momento podemos considerar esto como un mito, existen algunas voces discordantes que manifiestan la contradicción existente entre varios estudios.

Algunos van más allá y analizan las razones de estas diferencias y concluyen, como cabría esperar, que estas dependen de muchísimos factores. En la opinión de Stephen S. Holden, autor de el metaanálisis que mencionábamos unas líneas antes, es mucho más importante quién sirve la comida, o en qué circunstancias lo hace, que el propio tamaño del plato.

Tomar un vaso de agua con limón en ayunas

Existen pocos mitos más absurdos que este de tomar un vaso de agua con limón para ayudar al metabolismo. Especialmente en ayunas. Según reza, esto ayuda a "eliminar toxinas", a "mantener el pH de la sangre" y a "reforzar el sistema inmune" y no se sabe cuántas más cosas positivas.

Centrándonos en los reclamos más importantes, veamos uno a uno por qué no es cierto lo que afirman. En primer lugar, el zumo de limón, o de cualquier otro cítrico, en ayunas o no, tibio o frío o de la manera que queramos no puede ayudar a eliminar toxinas, entre otras cosas, porque nosotros no generamos toxinas.

Esta palabra hace referencia a sustancias muy concretas destinadas a hacerle daño a otros organismos. En todo caso, cuando hablamos de "detoxificación" (otra palabra con más marketing que realidad) de lo que hablamos es de productos de deshecho propios de nuestro metabolismo. Y para eso no hay más tutía que expulsarlos de manera natural. Y no, no hay relación entre el limón y una mejora en su excreción.

Más mitos sobre alimentación y dietas en: Xakata Ciencia

7 de octubre de 2018

El hambre aumenta por tercer año y alcanza a 821 millones de personas

Se rompe la tendencia a la baja del número de subalimentados. En 2017, hubo 15 millones más que el año anterior, lo que supone un retroceso a niveles de hace una década.


350.000 personas están en riesgo de inseguridad alimentaria en Chad. El desplazamiento masivo de personas ha dejado más de ocho millones de personas al borde de la hambruna.

En la batalla que libra la humanidad contra el hambre, los seres humanos vamos perdiendo. En 2017, 821 millones de personas se iban a la cama cada día sin haber ingerido las calorías mínimas para su actividad diaria, son 15 millones más que el año anterior, lo que supone un retroceso a niveles de 2010. Los datos recogidos en el informe La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo de la ONU, publicado este martes, confirman que no se trata de un repunte aislado; aunque los expertos se resisten a hablar de un cambio de tendencia, ya se encadenan tres años de subida.
Los conflictos, los eventos climáticos extremos y las crisis económicas son los principales responsables de esta regresión, según el estudio elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto con otras cuatro agencias de la ONU. Las graves sequías vinculadas al fuerte fenómeno El Niño de 2015 y 2016 son especialmente culpables. Sin agua, no crecen los cultivos ni el pasto para los animales. Eso significa que, en los países altamente dependientes de la agricultura, millones de personas se quedan sin alimentos suficientes que llevarse a la boca y sin fuente de ingresos con los que adquirir comida en el mercado. La falta de precipitaciones, de hecho, causa más del 80% de los daños y pérdidas totales en la producción agrícola y ganadera.

"Si no hacemos más, los tres años de subida serán cuatro. Reducir el hambre no es una cuestión de fe, sino que depende de nuestras acciones", advierte Kostas Stamoulis, director adjunto de la FAO. Si el año pasado este organismo pedía el cese de la violencia para una mejora de la situación alimentaria mundial, esta edición se enfoca en la necesidad de mejorar la resiliencia de las personas ante los eventos climáticos extremos, es decir, fortalecer su capacidad de adaptarse, resistir y reponerse ante una adversidad.

"Piensa en un terremoto. En función de cómo de fuerte sea una casa, aguantará o colapsará. No podemos cambiar la intensidad del seísmo, pero sí la resistencia de la vivienda". Explica Stamoulis que lo mismo hay que hacer con las personas: prepararlas para lo peor. "Tenemos los conocimientos y las herramientas para ello, pero debemos ponerlos en marcha". Y hay que hacerlo "a mayor escala y de forma acelerada", añade Marco Sánchez-Cantillo, director de economía y desarrollo agrícola de la FAO. "Por ejemplo, los sistemas de alerta temprana que permiten anticipar soluciones en caso de una eventualidad se han mostrado eficientes. Hay países en los que se han implantado, pero no es generalizado", lamenta.


La mayoría de los países que afrontan crisis alimentarias relacionadas con el clima —20 de 34— son contextos de paz. Pero cuando los choques climáticos se producen en zonas en conflicto, se desencadena la tormenta humanitaria perfecta. Esto sucedió en los 14 países restantes, entre ellos, los ribereños del lago Chad (Níger, Nigeria, Camerún y Chad), donde 10,7 millones de personas necesitan ayuda para sobrevivir cada día debido a la espiral de violencia del terrorismo de Boko Haram y las sequías. "El ejemplo más claro es que el año pasado se declaró la hambruna en Sudán del Sur. Y Yemen, Somalia y el norte de Nigeria estuvieron a punto. En los cuatro hay una situación de conflicto grave y condiciones climáticas extremas y desfavorables", anota Blanca Carazo, responsable de programas y emergencias del comité español de Unicef.

Lea el artículo completo en El País (España)
  

8 de julio de 2018

Qué le ocurre realmente a tu cuerpo si dejas de comer (y cuánto tardas en morir de hambre)

Probablemente, la mayoría de los que nos leen no se pueden hacer una idea de lo que significa pasar hambre de verdad. Cuando nuestro organismo realmente siente que la inanición está activa, encienda las luces rojas y pone en marcha un plan de emergencias de hasta tres etapas críticas antes del fatal desenlace.

Desde el punto de vista médico, la inanición ocurre cuando un cuerpo no obtiene las suficientes calorías y nutrientes. Ya sea provocada por la pobreza, la hambruna, las huelgas de hambre voluntarias o algunas condiciones médicas, la fisiología del hambre sigue el mismo proceso sin importar la causa.

Lo cierto es que lo que te puedes imaginar como “morir de hambre” no es algo rápido, es más bien todo lo contrario. Morir sin ingerir un solo alimento toma su tiempo, y con ello un sufrimiento al que nuestro cuerpo trata de adaptarse paulatinamente.

Si bien nuestros cuerpos se apagan entre cinco o diez minutos después de estar sin oxígeno, o un par de días (una semana máximo) sin agua, dependiendo de las circunstancias, una persona puede durar hasta dos meses sin ningún alimento. Como decíamos, durante este tiempo el cuerpo pasa a través de tres fases metabólicas distintas para tratar desesperadamente de mantenerse con vida hasta que encuentres comida nuevamente.

La primera fase es aquella donde tu cuerpo elige la quema de glucosa. En tu estado normal (bien alimentado) tu cuerpo descompone moléculas de glucógeno para producir glucosa: el carbohidrato “amigable” que mantiene tus células bien alimentadas y funcionando. A una persona promedio generalmente le lleva unas seis horas después de alimentarse antes de que comiencen a sentir hambre.

El artículo completo en:

Gizmodo

25 de agosto de 2016

Cómo el gobierno colonial británico dejó morir de hambre a un millón de indios

Conocer Ciencia Historia

La historia de la Humanidad está repleta de páginas negras, oscuras donde los seres humnaos sacan a relucir su peor lado y hace que, nosotros ya en la actualidad, nos avergoncemos... a continuación la historia de la hambruna de Orissa...

Este ha sido un verano (2016) difícil en India.

Una sequía y un calor abrasador han afectado a 330 millones de personas en todo el país, una cantidad increíble.

Pero este verano también marca el 150 aniversario de un evento climático mucho más terrible y catastrófico: la hambruna de Orissa de 1866.

Hoy en día casi nadie está enterado de esta hambruna. Escasamente se menciona, aún en los tomos más extensos de historia india.

Habrá pocas, tal vez ni una sola conmemoración solemne. Sin embargo, la hambruna de Orissa mató a más de un millón de personas en el este de India.

En la región peor afectada, el estado de Orissa, una de cada tres personas murieron, una tasa de mortandad mucho más impactante que la que resultó de la gran hambruna irlandesa, causada por una peste que afectó los cultivos de papa y devastó a ese país.

La hambruna de Orissa también se convirtió en un importante momento coyuntural en el desarrollo político de India, estimulando discusiones nacionalistas sobre la pobreza india. Algunas tenues memorias de estos debates resuenan todavía en medio de los operativos de asistencia a los afectados por la actual sequía.


"Ninguna asistencia era la mejor asistencia"

Aunque la hambruna no era un evento desconocido en el subcontinente asiático, sí aumentó en frecuencia y mortalidad con la llegada del gobierno colonial británico.

La Compañía Británica de las Indias Orientales contribuyó a la destrucción de las otrora robustas industrias textiles indias, forzando cada vez más gente hacia la agricultura. 

Esto, a su vez, hizo que la economía de India fuera más dependiente de los caprichos de los vientos monzones estacionales.

Hace 150 años, tal como es el caso con la actual sequía, el primer mal augurio llegó en la forma de un débil monzón.

"Tememos que ya no se puede esconder que estamos al borde de un período de escasez generalizada", anunció The Englishman, un diario de Calcuta, a finales de 1865. 

La prensa india y británica publicaban reportajes del incremento de los precios, la reducción de las reservas de granoy la desesperación de los campesinos que ya no podían pagar por el arroz.

No obstante, nada de esto logró que el gobierno colonial tomara acción. A mediados del siglo 19, la creencia económica establecida era que la intervención del gobierno en hambrunas era innecesaria y hasta dañina.

Se pensaba que el mercado restablecería el equilibrio necesario. Cualquier número excesivo de muertes, de acuerdo a los principios económicos de Thomas Robert Malthus, era la respuesta de la naturaleza a la sobrepoblación. 

El artículo completo en la:

BBC

28 de junio de 2015

Vichama: El pueblo que sobrevivió a la hambruna

Relieves hallados en la milenaria ciudadela de Huaura evidencian cómo el fenómeno de El Niño afectó a esta civilización.


Al descubrirlas, los arqueólogos pensaron que estas figuras representaban a unos danzantes. Hoy se sabe que, en realidad, eran niños famélicos debido a la falta de comida que azotó el valle hace miles de años, durante una sequía por el cambio en la temperatura del mar (Foto Juan Ponce / El Comercio)

Cada vez hay más pruebas de que el milenario pueblo de Vichamapadeció de hambre, por la llegada de un intenso fenómeno de El Niño ocurrido hace 3.800 años. El resultado fue que sus campos de cultivo dejaron de producir y sus pobladores comenzaron a morir. 
La historia fue perennizada en uno de los murales del templo principal del sitio arqueológico de Vichama, en Végueta, en Huaura. El sitio fue uno de los últimos pueblos habitados de Caral –la civilización más antigua de América– y es el que mejor ilustra los efectos del cambio climático de hace casi cuatro milenios. 
Las excavaciones permitieron desenterrar 34 relieves. De ellos, el año pasado solo se había encontrado una hilera de niños famélicos danzando con los estómagos vacíos. Para los arqueólogos, era una clara alusión a la escasez: no había qué comer. 
Hoy se ha logrado desenterrar a otros personajes que aportan más pruebas. Esta vez se hallaron adultos en estado cadavérico: aparecían con los ojos hundidos y las costillas expuestas. Se retrata a la muerte. 
Para Ruth Shady, la directora de la Zona Arqueológica de Caral (ZAC), la representación es “un mensaje para el mundo” de cómo un pueblo enfrentó y sobrevivió al cambio climático.   
MAR BENDITO
A diferencia de Caral, Vichama supo sobreponerse a los tiempos difíciles. El arqueólogo Pedro Vargas, responsable de las excavaciones, afirma que, según los estudios, este pueblo siguió siendo ocupado después de que Caral quedara deshabitada. Lo lograron gracias a los recursos del mar. En las excavaciones se hallaron restos de peces y moluscos que los ayudaron a aplacar el hambre. 
Para Vargas, la otra evidencia la encontraron en el último templo levantado sobre el edificio principal de Vichama. Se trata de un sapo con manos humanas y sobre este aparece un rayo. “En la ideología andina, el sapo simboliza la fertilidad, el agua, la humedad. Su presencia indica que llegó el tiempo de bonanza y que las lluvias volvieron”, sostiene Vargas.
Hay otros indicios de que se intentaba aplacar la furia de la naturaleza. Con el tiempo, los templos nuevos que eran construidos sobre los antiguos cambiaron de dirección. Antes los hacían con sus fachadas mirando hacia el norte, es decir, hacia la capital de Caral. Después, los construyeron mirando hacia el este, o sea, hacia el valle, hacia sus chacras. No está claro por qué, pero parece ser una respuesta de los pobladores de Vichama para menguar los días más difíciles que les tocó vivir.
Fuente:

25 de mayo de 2014

El síndrome de alimentación nocturna "es real"


Hombre comiendo en la noche

Hay gente que se levanta por la noche con un hambre insaciable a pesar de haber cenado. Es posible que tenga el síndrome de alimentación nocturna.

Ahora, científicos del instituto de estudios biológicos Salk, en California, Estados Unidos, descubrieron un par de genes encargados de sincronizar los horarios de comida con el reloj biológico.
Cuando hay una mutación de estos genes, puede ocasionar lo que se conoce como síndrome de alimentación nocturna.

Este trastorno altera las horas de comida, lo que hace que la persona ingiera alimento de más y aumente de peso.

En el estudio, hecho en ratones y publicado en la revista especializada Cell Reports, se demostró como estos animales con mutaciones genéticas humanas sufrieron alteraciones en los patrones de comida, lo que les ocasionó un sobrepeso. 

"En realidad no esperábamos que podríamos separar el ciclo de sueño y el de alimentación, especialmente con una mutación simple", dice Satchidananda Panda, autor jefe del estudio y profesor asociado de Salk.

"Esto abre las puertas a un motón de preguntas sobre cómo se regulan estos ciclos".

Se estima que entre el 1% y el 2% de la población sufre de este síndrome, que recientemente fue clasificado como un trastorno de la alimentación. Uno de los síntomas es despertarse en la noche y no poder volver a la cama sin comer algo primero.

Mutaciones creadas

Con frecuencia los que padecen este trastorno eligen alimentos con un alto contenido calórico y poco saludable, lo que lleva al sobrepeso y algunas veces obesidad.

Mujer comiendo en la noche

Las personas con este trastorno suelen elegir alimentos con un alto contenido calórico.

"Durante mucho tiempo las personas desestimaron el síndrome de alimentación nocturna por no considerarlo real", cuenta Panda.

"Estos resultados en ratones sugieren que, de hecho, puede haber bases genéticas para el síndrome".

Los ratones del experimento tenían una versión humana del gen del reloj biológico. Cuando este gen fue silenciado, los animales comieron cuando en realidad deberían estar durmiendo.

Las mutaciones en el gen del reloj biológico implicaron trastornos en el sueño, lo que también hizo que los roedores durmieran más.

Los expertos piensan que los genes del sueño y la alimentación trabajan juntos para mantener estos dos ciclos sincronizados.

Una falla en cualquiera de los dos puede ocasionar interrupciones en los patrones de sueño y alimentación.

Sin embargo, los investigadores no han hecho pruebas para determinar si los humanos con este trastorno tienen la mutación genética que crearon en estos roedores de laboratorio.

Fuente:

BBC Ciencia

16 de enero de 2014

Europa: En nuevo mapa de pobreza del Viejo Continente

Después de leer este artículo de la BBC le será áun más fácil comprender porque un gran sector del mundo que ama la Libertad salió a bailar y beber a las calles cuando murió Margaret Thatcher

Retrocedamos treinta y cinco años en el tiempo y encontraremos a esta dama desmantelando el Estado deBienestar Inglés para entregárselo al gran capital. Poco después Ronald Reagan, en los EE.UU., seguiría sus pasos. Producto de esta "unión" (Thatcher-Reagan) nacería Gorvachov y la caída del Muro.

Otras perlas de la Thatcher: destruyó el 20% de las industrias loicales inglesas, provocó tres millones de desempleados con sus polk´piticas de "ajustes", destruyó sindicatos y privatizó todo lo que pudo. 

De esta manera nació el neoliberalismo que luego se expandiría a casi todos los rincones de Europa y del Planeta Tierra. Si Europa ahora vive en estado de misería, y una miseria que se agrava día a día porque no se vislumbran salidas, es por las reformas que iniciara la Thatcher.

Es fácil para muchos aplaudir el neoliberalismo y las reformas económicas cuando se tiene un empleo más o menos estable e ingresos decentes para sobrevivir; pero no hay nada que festejar si uno se encuentra en la otra orilla. Lea:

Mujer

Las medidas de austeridad han creado un nuevo mapa de pobreza.

A más de cinco años del comienzo de la gran recesión del siglo XXI, Europa exhibe un nuevo mapa de la pobreza.

En la eurozona, Grecia vive “al borde de una catástrofe humanitaria”, España tiene tres millones de personas que sobreviven con ingresos mensuales de menos de 307 euros (US$417), las cifras oficiales de Portugal colocan a un 18% de la población por debajo de la línea de la pobreza, y en países fundadores del proyecto paneuropeo como Italia, el número de pobres se duplicó entre 2007 y 2012.
La situación va más allá de la llamada periferia. En Alemania casi ocho millones de personas sobreviven con unos 450 euros (US$611) mensuales de salario y, por fuera del euro, en Reino Unido, los bancos de alimentos, administrados por organizaciones caritativas, se han multiplicado por 20.

Los datos de la agencia de estadísticas europea, Eurostat, o del Banco Mundial, coinciden con los de ONGs que luchan contra la pobreza como Oxfam.

“Hay un nuevo mapa de la pobreza como consecuencia de las medidas de austeridad. Desde el aumento del desempleo hasta el desalojo y el desmantelamiento del Estado de Bienestar están contribuyendo a este nuevo panorama”, señaló a BBC Mundo la directora de Oxfam Internacional, Natalia Alonso.

¿Qué es ser pobre en Europa?

La pobreza se mide en términos absolutos y relativos. En el primer caso se trata de una virtual incapacidad de supervivencia. En el segundo es relativa al ingreso promedio y las expectativas de una época (no tener heladera o electricidad o agua corriente, etc.) que puede ser diferente en Europa que en América Latina, a principios del siglo XX o del XXI.

Protestas en España

En España tres millones de personas sobreviven con menos de 307 euros mensuales.

En Reino Unido la ONG Trussell Trust suministra dos semanas de alimentación de emergencia en más de 400 bancos de alimentos.

En 2011-2012, unas 128.697 personas recurrieron a estos bancos. En 2012-2013 la cifra casi se triplicó: 346.992.

“Es gente que tiene que elegir entre comer y prender la calefacción. Gente que come una vez al día. Padres que apenas comen para alimentar a sus hijos. Muchas veces uno se olvida lo fácil que es caer en esa situación. Pérdida de empleo, una cuenta muy alta de electricidad, una reducción de los beneficios sociales, dramas familiares y una persona se queda con poco o nada. A esto se suman salarios bajísimos, empleos temporales o de medio tiempo que hace que la gente entre y salga de situaciones de extrema necesidad”, señaló a BBC Mundo Chris Mould, director de la Trussel Trust.

En Reino Unido se ha acuñado el término “pobreza energética” (fuel poverty) para un creciente porcentaje de la población que sobrevive el eterno y durísimo invierno británico sin calefacción, porque no pueden hacer frente a las cuentas. 

Geraldine Pool, diagnosticada con depresión, divorciada, con un hijo y sin trabajo es una de las personas que no pueden prender la calefacción este invierno y han recurrido a los vales de los bancos de comida del Trussell Trust.

“Con el vale me dieron carne y pescado envasado, pasta, azúcar, leche, té. Eso me ayudó a sobrevivir por un tiempo. Pero no puedo prender la calefacción: no podría pagar las cuentas. No tengo agua caliente, así que para bañarme tengo que calentar el agua y asearme como puedo”, señaló a BBC Mundo

Fuente:

BBC Economía

27 de septiembre de 2013

FAO denuncia desperdicio anual de 1.300 millones de toneladas de alimentos

Papas recién cosechadas en las manos de un agricultor

La FAO dijo que los consumidores compran en exceso y reaccionan en forma exagerada a la fecha de caducidad.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, dijo que 1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente y esto es intolerable en un mundo en el que 870 millones de personas pasan hambre.

Las pérdidas por desperdicios de alimentos, sin contar pescados, alcanzan anualmente US$750 millones, según el informe.

Los alimentos producidos pero no consumidos utilizan un volumen de agua equivalente al caudal anual del Volga y son responsables de añadir 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta, señala la FAO en su informe divulgado este miércoles.

El director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, urgió a agricultores y pescadores, procesadores de alimentos y supermercados, gobiernos y consumidores "a hacer cambios para evitar en primer lugar que ocurra el desperdicio y reciclar cuando no podamos impedirlo".

"No podemos permitir que un tercio de todos los alimentos que producimos se pierda o desperdicie debido a prácticas inadecuadas, cuando 870 millones de personas pasan hambre todos los días", agregó Da Silva.

La FAO también divulgó un manual con recomendaciones concretas para reducir la pérdida. La organización afirmó que "los consumidores no logran planificar sus compras, compran en exceso, o reaccionan exageradamente a las fechas de caducidad y consumo preferente de los productos".

Por otra parte, "las normas estéticas y de calidad llevan a los minoristas a rechazar grandes cantidades de alimentos perfectamente comestibles".

El 54 % de desperdicio de alimentos en el mundo se produce en las etapas iniciales de la producción, manipulación y almacenamiento postcosecha, según el estudio de la FAO.

El 46 % restante ocurre en las etapas de procesamiento, distribución y consumo.

Fuente:

BBC Ciencia

19 de agosto de 2013

Datos sobre el hambre en el mundo

¿Qué es el hambre?

La palabra hambre proviene del latín vulgar “famen”. De allí deriva también famélico, que significa hambriento.

Con el vocablo hambre, designamos la necesidad natural de proveer al cuerpo de alimentos, producido por sustancias que operan a nivel del cerebro, en el hipotálamo; lo que sucede aproximadamente cada 4 horas.
 
No lo debemos confundir con el apetito que son deseos de comer, posiblemente algo determinado, pero es un sentimiento conciente, que no produce reacciones orgánicas, ya que no se trata de una necesidad fisiológica, sino de placer, y que puede no estar motivado por el hambre. Esto sucede cuando decimos por ejemplo: “Tengo ganas de comer un chocolate como postre”. 
El hambre requiere ser saciado con alimentación, para restaurar el equilibrio psicofísico. El hombre es un animal dotado de razón, que le permite dominar sus instintos, pero cuando esta necesidad orgánica se hace evidente y no se satisface, el hombre ya no puede controlar racionalmente el instinto de calmar su hambre y puede llegar a robar o matar para conseguir su satisfacción, ya que el alimento es una necesidad básica, sin la cual el ser vivo en general, no puede sobrevivir. La carencia de alimentación adecuada, que puede satisfacer el deseo de comer, pero no aportar los requerimientos nutricionales necesarios, origina en muchos casos la desnutrición, o sub nutrición, que puede llegar a producir la muerte.

Según la ONU el hambre y la desnutrición afectan a 1.500.000.000 de seres humanos en el planeta (aunque estas cifras podrían ser mayores). De continuar con esta tendencia creciente tendremos que al 2100 ¡la mitad de la población mundial pasará hambre!

Cada año periodistas, escritores, profesores, investigadores, escolares y estudiantes nos piden estadísticas sobre el hambre y la desnutrición. Para responder a estas peticiones, hemos compilado una serie de datos y cifras importantes sobre el hambre en el mundo.

LOS DATOS MAS IMPORTANTES


870 millones de personas no tienen lo suficiente para comer. Esta cifra ha disminuido en 130 millones desde 1990, pero el ritmo de los avances han disminuido desde el 2008. (Lee más sobre los avances para erradicar el hambre)
   
La gran mayoría de personas con hambre (98 por ciento) vive en países en vías de desarrollo, en donde casi el 15 por ciento de la población está desnutrida.
   
Del total de personas con hambre en el mundo, alrededor de 563 millones viven en Asia y Oceanía, pero la tendencia es a la baja. (Mira el mapa del hambre para ver los países más afectados)
   
Las mujeres constituyen un poco más de la mitad de la población mundial, pero representan más del 60% de las personas con hambre en el mundo. (Lee más datos sobre las mujeres y el hambre)
 
La desnutrición contribuye con la muerte de 2,6 millones de niños menores de 5 años, un tercio del total global. (Lee algunas soluciones al hambre)
   
En los países en desarrollo, uno de cada seis niños—casi 100 millones—tiene bajo peso.

Uno de cada cuatro niños en el mundo tiene retardo en el crecimiento. En los países en desarrollo la proporción puede aumentar a uno de cada tres. 

El 80% de los niños con retraso en el crecimiento viven en 20 países.

Unos 66 millones de niños van a la escuela primaria con hambre en los países en vías de desarrollo, de los cuales 23 millones están en África. 

El PMA estima que se necesitan más de 3 mil millones de dólares al año para llevar alimentos a 66 millones de niños en edad escolar que sufren hambre. (Ver fotos del programa de alimentación escolar)


Fuentes:
1. Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo, FAO,2012)
2. Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo, FAO,2012)
3. Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo, 2012)
4. Fortalecimiento de la labor a todos los niveles para fomentar el crecimiento económico sostenido que favorezca a los pobres, ECOSOC,2007)
5. Niveles y tendencias de la mortalidad infantil, UNICEF, 2011)
6. Observatorio de la Salud Mundial, OMS, 2011)
7. Prevalencia y tendencias de la desnutrición crónica entre niños pre-escolares, Salud y Nutrición Pública,2012)
8. Desnutrición materno-infantil: acción efectiva a nivel nacional, The Lancet, 2008)
9. Dos minutos para aprender sobre alimentación escolar, PMA, 2012)
10. Dos minutos para aprender sobre alimentación escolar, PMA, 2012)

Tomado de:

Programa Mundial de Alimentos

19 de marzo de 2013

Las 21 peores cosas que las personas se han hecho unas a otras

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Después de todas las consideraciones que os aduje en la primera entrega de este artículo, a continuación tenéis las 21 peores cosas que los seres humanos se han hecho entre sí, ordenadas de mayor a menor:


  • 1. Rebelión de An Lushan. Siglo VIII. 36.000.000 de víctimas (429.000.000 de víctimas equivalente a mediados del siglo XX).
  • 2. La conquista de los mongoles. XIII. 40.000.000 – 278.000.000.
  • 3. Comercio de esclavos en Oriente Medio. VII-XIX. 19.000.000 – 132.000.000.
  • 4. Caída de la Dinastía Ming. XVII. 25.000.000 – 112.000.000.
  • 5. Caída de Roma. III-V. 8.000.000 – 105.000.000.
  • 6. Timur Lenk (Tamerlán). XIV-XV- 17.000.000 – 100.000.000.
  • 7. Aniquilación de los indios americanos. XV-XIX. 20.000.000 – 92.000.000.
  • 8. Comercio de esclavos por el Atlántico. XV-XIX. 18.000.000 – 83.000.000.
  • 9. Segunda Guerra Mundial. XX. 55.000.000 – 55.000.000.
  • 10. Rebelión Taiping. XIX. 20.000.000 – 40.000.000.
  • 11. Mao Tse-tung (sobre todo, hambruna provocada por el gobierno). XX. 40.000.000 – 40.000.000.
  • 12. India británica (sobre todo, hambruna evitable). XIX. 17.000.000 – 35.000.000
  • 13. Guerra de los Treinta Años. XVII. 7.000.000 – 32.000.000.
  • 14. Período tumultuoso de Rusia. XVI-XVII. 5.000.000 – 23.000.000.
  • 15. Josef Stalin. XX. 20.000.000 – 20.000.000
  • 16. Primera Guerra Mundial. XX. 15.000.000 – 15.000.000
  • 17. Guerra francesas de religión. XVI. 3.000.000 – 14.000.000
  • 18. Estado libre del Congo. XIX-XX. 8.000.000 – 12.000.000
  • 19. Guerras Napoleónicas. XIX. 4.000.000 – 11.000.000
  • 20. Guerra Civil rusa. XX. 9.000.000 – 9.000.000
  • 21. Guerra Civil china. XX. 3.000.000 – 3.000.000

  • Podéis leer las consideraciones de este listado aquí. Y, si bien existen otros estudios que sugieren posiciones distintas, dichos estudios no tienen en cuenta la llamada “miopía histórica”, es decir: que resulta más difícil cuantificar víctimas anteriores al siglo XX.
    Tal y como ha señalado James Payne, cualquier estudio que afirme demostrar un incremento de las guerras con el tiempo sin aplicar factores correctores para la miopía histórica sólo demuestra que “la agencia Associated Press es una fuente de información más exhaustiva sobre batallas del mundo que los monjes del siglo XVI”.

    Tomado de aquí y de aquí

    30 de enero de 2013

    La leptina o la molécula de la saciedad

    El descubrimiento abre una nueva era en la investigación del sobrepeso y la obesidad




    Los galardonados con los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento 2012, Douglas Coleman y Jeffrey M Friedman han abierto durante su carreta científica nuevos paradigmas en la etiología de la obesidad a raíz del descubrimiento de la leptina y sus mecanismos de acción. Como todo descubrimiento científico, no fue un momento aislado de “Eureka” sino la labor continuada de generaciones de científicos, cuyas observaciones, dedicación e ingenio han allanado el camino para aquellos que han recogido su testigo y, apoyados por tecnologías cada vez mas sofisticadas y potentes, han llevado el conocimiento a cumbres cada vez mas elevadas. 

    La historia de la leptina, o mejor dicho, de la existencia de un mecanismo que regulaba el apetito de una manera biológica a través de un factor circulante en la sangre, se remonta a los años 50 de la mano de investigadores como Gordon C. Kennedy del Instituto Nacional para Investigación Medica de Londres y de Romaine Hervey de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, utilizando modelos experimentales. Fue unos años mas tarde en la mitad de los sesenta cuando uno de los galardonados, Douglas Coleman, al otro lado del Atlántico, se hace eco del trabajo de estos investigadores y añade a la ecuación del descubrimiento la inmensa riqueza genética de modelos animales presentes en el Jackson Laboratory en Bar Harbor, Maine.

    Sin embargo la identificación de los modelos genéticos no era el final del camino ya que la tecnología de esa década no permitió ni la identificación del factor o factores, ni de los genes involucrados. Para llegar a este punto hubo que esperar casi 20 años hasta 1986, en que la curiosidad de Jeffrey Friedman, entonces un recién iniciado joven científico en la Universidad de Rockefeller en Nueva York, se unió a los desarrollos tecnológicos de la genética impensables dos o tres décadas antes. Esto le permitió en 1994 poner por fin nombre a esa molécula involucrada con la saciedad y la obesidad que hoy conocemos como leptina y a la apertura de una nueva era en la investigación de ese problema tan aparente y acuciante en nuestros días, como es el sobrepeso y la obesidad. En 1995, otra parte del puzle se completa con la identificación del receptor de la leptina por parte de Louis A. Tartaglia científico en Millennium Pharmaceutical Incorporated, en Cambridge, USA, de una manera casi simultánea con Friedman.

    En 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos

    Durante casi cuatro décadas todos estos avances fueron basados en estudios en roedores, pero un descubrimiento tan crucial debía inmediatamente ser investigado en humanos para lo cual “la ciencia cruzó el Atlántico” de nuevo y fue en el laboratorio de Sadaf Farooqi y Stephen O'Rahilly en el Hospital Addenbrooke de Cambridge, Reino Unido, donde en 1997 se identificó que el gen de la leptina era responsable de obesidades extremadamente mórbidas en humanos, como resultado, como era de esperar de un apetito insaciable. Gracias a estos descubrimientos, la percepción de la obesidad cambia y se convierte en algo genético y por lo tanto biológico. Además el tejido adiposo deja de ser un mero depósito pasivo de grasa para convertirse en un órgano activo y generador de hormonas que conectaban a este tejido con el cerebro y gracias a esta comunicación se controlaba el apetito y los hábitos de los sujetos humanos, abriendo así nuevas vías predictivas, preventivas y terapéuticas para la obesidad y poniendo el control del apetito como elemento crucial en la lucha contra la obesidad.

    Por supuesto todavía tenemos un largo camino por recorrer, la evidencia está en la calle. Científicos como Coleman y Friedman han inspirado ya a muchos otros a recoger ese testigo y utilizar el conocimiento que ellos han construido para ascender un escalón mas gracias a nuevos conceptos y a nuevas tecnologías tanto genéticas y bioquímicas como de imagen cerebral, que permitirán conocer más en profundidad qué es lo que nos mueve a comer lo que comemos y cuando lo hacemos y así ser capaces de hacer nuestro el mensaje de esa inscripción, puesta por los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos: “nosce te ipsum” (conócete a ti mismo) y de esta manera alcanzar y mantener la salud óptima en cada una de las etapas de nuestra vida.

    José Mª Ordovás es director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (EEUU), profesor de Nutrición y Genética, director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA) e investigador colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (Madrid).

    Fuente:

    El País Ciencia

    11 de enero de 2013

    ¿Cuánto tiempo aguanta una persona sin comer?


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    Poco tiempo atrás vimos cuán importante era el sueño para la salud del organismo cuando contestamos la pregunta sobre cuánto tiempo puede estar una persona sin dormir, ¿recuerdas? Hoy intentaremos contestar a una interrogante similar relacionada con otra de las necesidades básicas y vitales para todo ser humano, ¿alguna vez te preguntaste cuánto tiempo aguanta una persona sin comer?

    Sabemos que a lo largo de la historia, por desgracia, por convicción y por diversas razones más, muchas personas han estado días y días sin alimentarse. Ya sea por extrema pobreza, como consecuencia secundaria de conflictos bélicos o para defender algún ideal en una huelga de hambre, millones de personas han perdido la vida, a lo largo de la historia, luego de estar sin comer durante determinados períodos de tiempo.

    No obstante, en casos excepcionales, muchos otros han sobrevivido durante extensos periodos sin ingerir prácticamente nada. Veamos qué dicen los expertos al respecto, cuánto es ese período y cómo reacciona el cuerpo ante la falta de alimentación.

    La resistencia humana en casos extremos

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    En las noticias internacionales uno cada tanto puede encontrarse con información sorprendente relacionada con la cuestión. Por ejemplo, en el 2012, Rita Chrétien, una mujer canadiense de 59 años que se encontraba de viaje hacia Las Vegas, se perdió tras una falla en su sistema GPS y quedó atascada en la nieve, junto a su camioneta en el medio de la nada. Cuando la encontraron, 48 días después, la mujer estaba prácticamente muerta y había perdido casi 15 kilogramos luego de estar prácticamente 7 semanas alimentándose únicamente de una mezcla de escasos frutos secos, caramelos y agua de un arroyo. 

    Un caso similar ocurrió en Suecia, donde Peter Skyllberg de 44 años quedó atrapado en una zona desierta sobre las gélidas tierras del norte, dentro de su auto y a una temperatura de -30° C. Cuando el hombre perdió el control del vehículo quedó atascado y cubierto de nieve. Al encontrarlo, los rescatistas se encontraron con que Peter había sobrevivido durante 2 meses enteros comiendo tan solo nieve y hielo.

    Entre muchísimos otros casos excepcionales, quizás los dos más fácilmente reconocibles son los del ilusionista norteamericano David Blaine, quien pasó 44 días en un cubo de cristal sin comer en el año 2003 o el de Mahatma Gandhi, quien estuvo 21 días sin alimentarse, solamente bebiendo pequeños sorbos de agua. Todos estos casos, una y otra vez, han llevado a los científicos a preguntarse hasta dónde llegan las capacidades del ser humano y sobre todo, por supuesto, cuánto tiempo se puede estar sin comida

    ¿Cuánto se puede sobrevivir sin comida?

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    Más allá del hecho de que, obviamente, es imposible realizar un estudio adecuado, detallado y conciso sobre cuánto tiempo puede estar sin comer un ser humano (lo cual carecería de cualquier tipo de ética), datos como los que proveen esta clase de noticias han llevado a los científicos a suponer que una persona puede estar 2 meses sin alimentarse como máximo. El caso del sueco Peter fue el más extremo y sorprendente de todos, nunca antes se había visto algo de tal magnitud y en semejantes circunstancias.

    De acuerdo al doctor Mike Stroud (profesor de medicina y nutrición de la Universidad de Southampton), se trata de algo en los límites de lo posible, pero aún así, no insostenible. El profesor Stroud sostiene que el hombre es capaz de sobrevivir aproximádamente 60 días sin alimento, no más. Otro dato que avala su postulado es que éste es el lapso en el que quienes han realizado huelgas de hambre en prisión, tienden a morir, a pesar de que ellos están en condiciones de mayor comodidad. Stroud también ha mencionado un caso ocurrido en una prisión de Irlanda del Norte en 1981, cuando el republicano Bobby Sands murió luego de 66 días de huelga de hambre en la prisión de Maze.

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    Una de las formas en las que este período puede tener sus excepciones refiere a la forma en la que el metabolismo de cada persona disminuye para conservar la energía corporal. El Dr. Stroud señala que el cuerpo humano en reposo, sin hacer absolutamente nada, produce alrededor de 100 vatios de calor corporal, lo que podría hacer funcionar una bombilla de luz. Sin embargo, bajo estas circunstancias, el cuerpo comenzará a producir menos y menos calor, para mantener la temperatura. Ahí es donde un cuerpo más pesado tendría más de una ventaja.

    Por otro lado también hay quienes sostienen que el cuerpo es capaz de moderar la cantidad de calorías que necesita cuando se enfrenta a períodos de hambruna. Cuando el cuerpo deja de recibir alimentos, tiene que vivir de la glucosa ya almacenada en el organismo. Cuando se acaba la glucosa, entonces se pasa a la grasa, convirtiéndose en una fuente de energía secundaria de cuerpos cetónicos. Cuando se acaba la grasa, se pasa a las proteínas recicladas del sistema y finalmente a los músculos, para así conseguir energías. Ésto último es considerablemente peligroso para el cuerpo, pues se empieza a perder importantes reservas de tejido.

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    Todo esto ocurre en el correr de 60 días. Por último, los científicos no descartan el hecho de que la mente y los aspectos psicológicos de cada persona jueguen un rol fundamental en la cuestión, siendo determinantes al momento de sobrevivir sin alimentarse. La concentración, el ímpetu por la supervivencia y la esperanza pueden hacer la diferencia.

    Sin lugar a dudas es un tópico sumamente interesante en el cual aún queda mucho por ahondar. ¿Qué te parece? ¿Conoces algún otro caso como estos? ¿Cuánto supones tu que se puede estar sin alimentos?

    Fuente:

    Ojo Científico

    25 de noviembre de 2012

    49 millones de latinoamericanos con hambre

    La FAO informó que la cifra significa que el 8.3% de la población de la región no ingiere las calorías diarias para llevar una vida sana. Precisó el número es inferior en 2% al trienio anterior, pero pone en el debate el menor ritmo de reducción de la desigualdad y la crisis económica.

    Unas 49 millones de personas han pasado hambre en América Latina y el Caribe entre 2010 y 2012, cifra que aunque es un 2% inferior al trienio previo pone de relieve un menor ritmo de reducción por mala distribución de la riqueza y los efectos de la crisis externa, dijo un organismo de la ONU.
     
    Cuarenta y nueve millones de personas padecen hambre en América Latina y el Caribe, pero no por falta de alimentos sino porque carecen de dinero para comprarlos, dijo el jueves un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

    Los países con mayor hambruna son Haití, con una prevalencia del 44,5%; Guatemala, con 30,4; Paraguay, 25,5%; Bolivia, 24,1% y Nicaragua, 20,1%. Los únicos países que han erradicado el hambre son Chile, Cuba, Uruguay y Venezuela, según el informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2012, presentado en Santiago por el oficial jefe regional de la Fao, Adoniram Sánchez.

    El crecimiento económico en los 33 países de la región no ha reducido la vulnerabilidad que afecta a una parte importante de la población latinoamericana, que incluye a 174 millones de pobres, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.

    La FAO recordó que América Latina registró entre el 2011 y este año tasas de crecimiento superiores a las de la Unión Europea y Estados Unidos, cuando se registró un alza en los precios de los alimentos y materias primas.

    “No obstante, América Latina y el Caribe aún muestra niveles de desigualdad muy altos en relación con otras regiones del mundo”, según el documento.

    Sólo nueve de los 33 países de la región tienen una tasa de prevalencia del hambre menor al 5% y en 16 naciones la tasa supera el 10%.

    Según la FAO, en los últimos seis años, apenas un millón de personas dejó de padecer hambre. La cifra se eleva a 16 millones de latinoamericanos que ya no pasan hambre si la actual situación se compara con la de los años 1990-1992, cuando había 65 millones de hambrientos.

    El documento también abordó el problema de la obesidad. Precisó que en 2010 el sobrepeso y la obesidad en menores de 5 años afectaba a más de dos millones de niños en Sudamérica, un millón en Centro América y unos 300.000 en el Caribe.

    Otra cara de la seguridad alimentaria es el sobrepeso, según FAO, que afirmó que en la mayor parte de los países la obesidad adulta sobrepasa el 20%, y que es bastante superior en México, donde abarca a un 33%; luego vienen Venezuela, con 31%; Argentina y Chile con 29%. El récord lo ostenta San Cristóbal y Nieves, con 40,9%.


    Fuente:

    Diario Las Américas

    Gestion.pe 

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