Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta genero. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta genero. Mostrar todas las entradas

1 de diciembre de 2018

Mujeres y hombres: ¿la igualdad de género permite expresar nuestras diferencias?

Un estudio publicado hoy en la revista Science defiende que cuando hombres y mujeres tienen un acceso igualitario a los recursos, las preferencias de cada género en cuestiones económicas relacionadas con el riesgo, la confianza y el altruismo difieren más. Los autores, que han analizado datos de 80.000 individuos recogidos en 76 países, consideran que el desarrollo económico permite prestar atención a las ambiciones y deseos personales.


Las preferencias personales relacionadas con el riesgo, la paciencia, la confianza y el altruismo no son iguales entre hombres y mujeres. Además, estas diferencias aumentan al mismo tiempo que lo hace el desarrollo económico y la igualdad de género de un país. Es la principal conclusión de un estudio publicado hoy en la revista Science, llevado a cabo por economistas alemanes, a partir de datos tomados de 80.000 individuos de 76 países.

Cuando alguien nos hace un favor, ¿lo devolvemos? Si nos tocaran 100.000 euros ahora mismo, ¿cuánto donaríamos a una buena causa? Si alguien nos trata mal, ¿nos vengaríamos a cualquier coste? Este tipo de cuestiones gobiernan el comportamiento humano, pero hombres y mujeres no contestan lo mismo en todos los países. Para intentar explicar estas diferencias de género, la hipótesis del rol social asegura que la separación se atenúa en lugares más desarrollados e igualitarios,  debido a que los roles de género no serían tan fuertes.

La hipótesis de los recursos asegura lo contrario. Según esta, el desarrollo personal solo alcanza su cénit en países con suficientes medios, donde sus habitantes tienen cubiertas sus necesidades básicas. Por lo tanto, las diferencias en las preferencias que muestran hombres y mujeres serían mayores en estos lugares. El estudio publicado en Science apoya esta segunda explicación.

“Los datos indican que estas diferencias de género en las preferencias personales no son iguales en los distintos países”, explica a Sinc el investigador de la Universidad de California en Berkley (EE UU) y coautor del estudio, Johannes Hermle. Esta variación “sustancial”, asegura, está “altamente asociada” con la variación en los niveles de desarrollo económico y de igualdad de género.

Lea el artículo completo en: Agencia SINC 
 

18 de septiembre de 2018

10 libros para abordar la diversidad sexual con los niños

Esta selección de cuentos infantiles lo encontré en BB Mundo

1. Rey y Rey

Una reina, desesperada por la soltería de su hijo, convoca a todas las doncellas del reino para escoger a la próxima reina. El príncipe no se dice por ninguna y cuando llega la última candidata el príncipe queda flechado...



2. La princesa Li

Li es una princesa lesbiana que vive con su padre el rey, quien intenta desposarla con un joven; sin embargo Li confiesa su amor por Beatriz. El libro presenta bellas ilustraciones para que los niños tengan una mayor comprensión.



Puedes ver las primeras páginas del libro en NUBE OCHO

La lista completa de libros AQUÍ.

Enrique y Beto, de Plaza Sésamo, salieron del closet: confirman que son pareja

El guionista aseguró que los dos personajes más míticos de la serie son gays.

La supuesta relación amorosa de Enrique y Beto, los personajes de Plaza Sésamo, fue el foco de rumores y especulaciones desde el primer momento que se emitió la serie. Ahora, el guionista confirmó lo que algunos sospechaban: eran novios.



"Cuando escribía a Epi (Enrique) y Blas (Beto), siempre pensé que eran pareja. No tenía ninguna otra manera de contextualizarlo", dijo Mark Saltzman en una entrevista a Queerty. Además, agregó que más de una persona se refirió a él y a Arnold Grassman, director de cine que fue su pareja durante 20 años, como si fueran un reflejo de Enrique y Beto.

En este sentido, aseguró que muchos de los aspectos de su relación de pareja acababan reflejados en las historias que protagonizaban las dos famosas marionetas: "Arnold, como editor de cine, era el ordenado, el organizado, como Beto. Yo era más como Enrique, el bromista. (...) El trastorno obsesivo compulsivo de Arnie creaba fricción con lo caótico que soy yo. Y esa es la dinámica de Enrique y Beto. Llevé esa dinámica a los personajes".


Plaza Sésamo se estrenó el 10 de noviembre de 1969 en la televisión pública estadounidense y marcó a muchas generaciones de personas. La relación entre Enrique y Beto fue comentada muchísimas veces a lo largo de los años. En efecto, el diario The New Yorker publicó en portada a ambos muñecos después de la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos a favor de los matrimonios homosexuales.


Fuente:

Clarín (Argentina)

28 de mayo de 2018

Personajes: Anandi Gopal Joshi, la primera hindú en ser médica

Vivió solo 21 años pero es un referente mundial en la lucha contra las trabas de la sociedad india del siglo XIX para que las mujeres pudieran acceder a estudios sanitarios.

Anandi Gopal Joshi, también conocida como Anandibai Gopalrao Joshi, fue la primera médica india y también la primera mujer del sur de Asia en lograr un título occidental en medicina en 1886. También fue la primera mujer hindú en pisar suelo estadounidense y en recibir allí una educación profesional y graduarse en ciencias médicas.

Su vida es un ejemplo de superación sin límites y de lucha contra la adversidad. Rompió barreras, consiguió su sueño de ser médica y se convirtió en un ejemplo para la sociedad india a raíz de descubrir su vocación a través de una desgracia familiar. Su legado continúa vigente hoy y su reconocimiento llega hasta la Vía Láctea, ya que un cráter de Venus lleva su nombre. Solo su corta vida, al morir antes de cumplir 22 años, impidió que su trabajo como médica fuese tan reconocido como las vicisitudes que pasó hasta lograrlo.

Yamuna Joshi, su verdadero nombre, nació tal día como hoy de hace 153 años, el 31 marzo de 1865, en el seno de una familia rica brahmán hindú en la ciudad de Kalyan, en el estado indio de Maharashtra. Como era la costumbre en la India del siglo XIX, Anandi Gopal Joshi se casó siendo una niña, a la edad de nueve años con un viudo 20 años mayor llamado Gopalrao Joshi. Su nombre fue cambiado después del matrimonio y pasó de Yamuna a Anandi. Su esposo, que trabajaba como empleado de correos, siempre fue partidario de la educación de las mujeres y uno de los motivos por los que se casó con ella fue para educarla y que después siguiera sus estudios.

Gopalrao comenzó a enseñar a Anandi Gopal Joshi a leer y a hablar en inglés. Si bien el sánscrito era la lengua común hablada entre los brahmanes, Anandi demostró ser una excelente estudiante y aprendió rápidamente, interesándose por el inglés gracias a su esposo. Cuando solo tenía 14 años dio a luz a su primer hijo, pero el niño sobrevivió solo 10 días debido a la falta de atención médica. Esta tragedia fue la que inspiró su vocación médica y la impulsó a querer estudiar la carrera de medicina.

Tal fue su interés, que su marido intentó conseguir su admisión en numerosas universidades de Estados Unidos, pero la mayoría de ellas exigía que su pareja Anandi Gopal Joshi se convirtiera al cristianismo desde su religión ortodoxa brahmana. Sin embargo, una mujer, Theodicia Carpenter de Roselle, se enteró de su historia en New Jersey, ya que se publicó en la revista ‘Missionary Review’ y le imprsionó tanto el deseo de Anandi por estudiar medicina como el apoyo de Gopalrao para lo que hiciera realidad, así que comenzaron a intercambiarse cartas.

Lea el artículo completo en:

El País

28 de junio de 2017

Documental Nat GeoLa Revolución del Género (completo)

Saludos


Sin duda el tema del género y de la trasnsexualidad es uno de los temas de actualidad, hoy en día, en casi todos los medios de comunicación saltan al tapete las discusiones sobre sexo, sexualidad y género. Y existe mucha confusión con respectos a estos temas, y a esto se le debe sumar que son temas que no acostumbran tocar en las familias y escuelas. Y es un principio de este blog tratar los temnas difíciles d emanera sencilla.


Y existen también sectores conservadores que salen al frente a  atacar lo que ellos consideran aberraciones sexuales, desconociendo, ignorando, pisoteando los aspectos históricos, antropológicos y científicos que posee el tema del género. Muchas veces cegados por el odio, por que nos asusta o incomoda aquello que, supuestamente, es difeente o distinto a nostros. Y muchas veces estos seres llevan su odio a otros sectores; ya sea con direccionamientos religiosos, ideológicos o p{oticos (o con todos los direccionamientos anteriores). Nuestro blog no lleva odio, más bien entrega ciencia y conocimiento para comprender mejor el mundo en que vivimos.


Lo positivo es que en nuestro siglo ya se empiece a hablar sobre este tema sin tabúes; pero aun existe mucha ignorancia (y, sobretodo, mucha mala intención) al tratar de estos téminos. Por ello, ver el siguiente documental (muy bien producido y documentado por National Geographic), reflexionarlo, compartirlo, es una manera de compender, de conocer y de ser más y mejores personas, y de llegar a una profunda comprensión y unión con todos los seres humanos. 


De eso se trata, de entender mejor la sexualidad, la transexualidad y el género, sin dogmas religiosos ni direccionamientos políticos, sin apasinamientos o sentimentalismos subjetivos; sino, desde una perspectiva científica, ese ha sido siempre el objetivo de este blog.

Les dejo con el documental:

3 de julio de 2015

Maltrato a los hombres, ¿una realidad que se padece en silencio?

A propósito de este tuit que está sacando roncha a las feministas radicales:





En Europa Press encontré este tema sobre el maltrato que reciben los varones por parte de las mujeres, en el artículo se explica las rrazones por las cuales los hombre no denuncian el maltrato que reciben por parte de las féminas, podríamos citar: a) falta de apoyos jurídicos, b) falta de recursos para el hombre maltratado, c) problemas de credibilidad, d) miedo al ridículo, entre otros.

Les dejo el enlace:


Europa Press






27 de junio de 2014

Varones y mujeres: Las matemáticas de la desigualdad


Glass-ceiling-640x640

Este texto es una ampliación de la charla divulgativa del mismo título dada por la autora. La charla y el coloquio posterior pueden encontrarse aquí
Eva Ferreira 

Si analizamos el mundo laboral y cómo están representados los grupos de población nos encontramos con diferencias. En particular, si analizamos hombres y mujeres vemos que las mujeres tienen un salario medio menor, en parte debido a que ocupan puestos de menor remuneración que los hombres. Una pregunta natural es ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones? ¿Discriminación?, ¿Diferencia en aptitudes?, ¿Diferencias en las preferencias laborales? 

Las respuestas nos aportan razones para avalar argumentos a favor y en contra de políticas proactivas para la igualdad laboral entre mujeres y hombres. En resumen tenemos dos tipos de argumentos, que se ponen de manifiesto cuando aparecen propuestas de regulación. 

Argumento a favor.- El sistema discrimina a las mujeres, la brecha salarial y la baja representación en puestos altos es consecuencia de ello y por tanto debemos regular para neutralizar esta discriminación. 

Argumento en contra.- El mercado laboral es eficiente, se contrata a los mejores, la ley no es discriminatoria y la brecha proviene de diferencias en las preferencias y, como consecuencia, en las elecciones laborales que realizan mujeres y hombres. Regular conllevaría una pérdida de eficiencia. 

De forma muy simplificada la idea del argumento a favor es: Si hombres y mujeres son iguales y encontramos diferencias es porque hay discriminación. Y la idea del argumento en contra es: Como no hay impedimentos para que una persona compita por el puesto que quiera, las diferencias que encontramos se deben a comportamientos diferentes entre hombres y mujeres. 

En ciertos foros, atribuir las desigualdades a la discriminación o a la tardía incorporación de la mujer en el mercado laboral se entiende como una exageración. En el año 2014 se entiende que las diferencias de oportunidades son muy pequeñas y que, de haber algo de discriminación, tiene un efecto muy reducido. Por ello, el argumento principal que prevalece en contra de la regulación es que la igualdad efectiva es una cuestión de tiempo y que las desigualdades que se mantengan serán reflejo de que somos diferentes

Vale, me diréis, todo esto ya lo sabemos, pero ¿Qué herramientas nos aportan las matemáticas para pensar en este problema? 

El mundo es muy complicado y probablemente las situaciones no sean limpias. Seguramente necesitemos muchas variables para explicar las realidades que encontramos, pero es muy importante ser capaz de encontrar qué efecto neto tiene cada una de las posibles razones.

En esta entrada nos centraremos en el efecto neto de la discriminación. Más que de discriminación, que indica una intención activa en contra, pensemos en un cierto sesgo en contra de las mujeres. Esto significa que como sociedad vemos menos mujeres capacitadas, o las vemos menos capaces, de las que realmente hay. Que hay un cierto sesgo en el sistema no parece estar en discusión. En todo caso, la existencia de un sesgo por género en la sociedad la avalan los resultados de encuestas directas a la población (en Europa el 21% de la población considera que las mujeres no tienen las mismas habilidades que los varones para puestos de responsabilidad, Eurobarómetro 2014), estudios elaborados a partir de experimentos ([1] demuestran cómo universidades de prestigio infravaloran CV femeninos frente a masculinos), o estudios realizados con datos reales que han permitido comparar procesos de selección conociendo el sexo de las personas candidatas y sin conocerlo. Así en [2] los autores muestran que la introducción de audiciones ciegas en los 70 y 80 en las orquestas de USA incrementó en un 50% la probabilidad de que las mujeres candidatas pasaran las rondas de selección 

Para entender el efecto neto del sesgo pensemos en una situación muy sencilla, en un mundo donde hay el mismo número de hombres y mujeres, con las mismas habilidades, que se presentan para un determinado tipo de puesto o para formar parte de un equipo de trabajo. Sin sesgo, lo esperado es que la proporción (p) de mujeres elegida sea p=0.5. Por supuesto, esto no sería así en todos los casos, pero sí lo sería en media. 

Es decir, el valor esperado de la proporción de mujeres en un determinado proceso de selección con estas características será E(p)=0.5

Sin embargo, si estamos de acuerdo en que la historia importa y que las cosas no cambian de un día para otro, pongámosle dinámica a este proceso. Así, si t es el tiempo, modelizamos la proporción de mujeres como un valor que va cambiando con el tiempo, de forma que 

p_{t}=\left( 1-a\right) p_{t-1}+0.5a

Es decir, la proporción de mujeres es una combinación de la proporción de mujeres en el pasado (p_{t-1} ) y la proporción de mujeres capacitadas para ocupar ese puesto. Así, si el valor de es muy pequeño, la dinámica de este proceso tendrá mucha inercia (dependerá mucho de su pasado). Por el otro lado, si el valor de es muy grande, habrá poca inercia y la dependencia del pasado es más débil. Esta dinámica refleja el hecho de que los porcentajes de representación por género no cambian drásticamente, bien por esta inercia a la hora de seleccionar nuevas personas, bien por el hecho de que normalmente los cambios son parciales (no se cambian todos los puestos a la vez).

En cualquier caso, si calculamos el límite de este proceso, obtenemos que el valor es 

\lim_{t\rightarrow \infty }p_{t}=0.5

siempre que a > 0. Es decir, aunque el proceso tenga mucha inercia, siempre que esta no sea total, efectivamente la igualdad es cuestión de tiempo. Si las condiciones iniciales han sido muy desfavorables a las mujeres, deberán pasar muchos años si el valor de a es muy pequeño, pero el límite es el porcentaje igualitario. 

Veamos ahora qué sucede si hay sesgo. Pensemos ahora en que, en términos agregados, seleccionamos un porcentaje menor de mujeres que el que realmente resultaría de la visión anterior. Esto lo modelizamos de forma que 

p= d((1 - a)pt-1 0.5a), 0 ≤ d ≤ 1

El valor de d nos indica qué porcentaje de mujeres vemos de entre las que se perciben como candidatas. Si el valor es 1, se perciben todas (ningún sesgo). Si el valor es 0, no se elegirá ninguna mujer (sesgo total). Valores intermedios nos proporcionan situaciones intermedias.

La pregunta ahora es, ¿qué sucederá en el largo plazo?. Hemos visto antes que si no hay sesgo, el efecto de la inercia desaparece en el largo plazo. 

¿Qué pasa si, por ejemplo el factor del sesgo es d=0.8?? (Este es un valor alto cercano al uno de la igualdad, que se refleja en una discriminación minoritaria del 20%, ¿acorde quizá con los datos en Europa?)
La intuición nos lleva a hacer el cálculo lineal

\lim_{t\rightarrow \infty }p_{t}=0.5\times d=0.4

Es decir, donde antes llegábamos al 50%, ahora, por culpa del sesgo, llegaremos únicamente al 40%.
 
Pero lo que sucede es que, cuando hay sesgo, el factor inercia adquiere un papel relevante, incluso en el largo plazo. El valor límite se puede calcular y su expresión es 

\lim_{t\rightarrow \infty }p_{t}=\frac{0.5a\cdot d}{1-d\left( 1-a\right)} 

grafico gara

La gráfica muestra cómo el efecto combinado del sesgo y de la inercia es altamente no lineal. Así, si la inercia es grande (recuadro verde, valor de =0.1), incluso con un sesgo moderado de 0.8, la representación femenina no llegaría ni al 15%.

En resumen, el efecto neto del sesgo se ve ampliado de forma drástica cuando hay mucha inercia. Este 

simple resultado ya nos avisa de que, mientras haya sesgo en la población, la igualdad no sólo no es cuestión de tiempo, sino que su efecto puede ser enorme, mucho mayor de lo que intuitivamente pensaríamos.

Referencias:

[1] Corinne A. Moss-Racusina, John F. Dovidio, Victoria L. Brescoll, Mark J. Grahama, and Jo 
Handelsmana. “Science faculty’s subtle gender biases favor male students.“Psychological and Cognitive Sciences , 2012.
[2] Goldin, Claudia and Cecilia Rouse. 2000. “Orchestrating Impartiality: The Impact of Blind Auditions on Female Musicians.”American Economic Review 90(4): 715-741
[3] Ferreira, Eva and Espinosa M. Paz (2014) “Glass ceiling effects” Working paper presented in 17th World Congress of the International Economic Association, Jordan 2014
 
Sobre la autora:

Eva Ferreira es catedrática de economía aplicada y profesora de estadística en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UPV/EHU

Fuente:

Cultura Cientìfica

2 de abril de 2013

¿Y si las diferencias de género se deben a la prosperidad y no a la “opresión”?

Los hombres y las mujeres no son de distintos planetas, pero algunas diferencias evolutivas en los rasgos de la personalidad ayudan a explicar por qué seguimos teniendo preferencias diferentes. Paradójicamente, últimos estudios muestran que las condiciones de la sociedad moderna están haciendo que la brecha de género en la personalidad se incremente.


Harald Eia

Harald Eia

En 2010 la televisión noruega emitió Hjernevask (“Lavado de cerebro”) una impresionante serie de siete documentales que cubrían diferentes aspectos del debate entre naturaleza y cultura, entre ellos la “paradoja de la igualdad de género”. Gracias a un estilo televisivamente desenfadado (similar al español “Salvados”, para entendernos), pero apoyándose en sólidas críticas científicas, la serie dirigida por el cómico Harald Eia consiguió alimentar la controversia pública y según algunas informaciones incluso podría haber contribuido a que el Instituto Nórdico de Género (NIKK) atravesara por un periodo de incertidumbre financiera.

¿Por qué en el país más igualitario de la tierra, según el Global Gender Gap Report, todavía hay un 90% de ingenieros, o un 90% de enfermeras? Quizás las políticas igualitarias y la mentalidad social no han progresado lo suficiente, o quizás es que las expectativas igualitarias extremas no se fundamentan en una teoría sólida de la naturaleza humana y de las diferencias sexuales.

Quizás las diferencias en las elecciones profesionales no se deban a las políticas, sino a diferencias naturales de la personalidad. Existe ya una considerable acumulación de evidencias que apuntan a que las diferencias en aversión al riesgo y rasgos de personalidad como la ansiedad o la neurosis pueden detectarse en la infancia, se mantienen estables en la vida adulta y son capaces de predecir diferencias en el comportamiento de los sexos en aspectos tan variados como la salud, las conductas relacionadas con el ocio y las preferencias laborales.

"Lavado de cerebro" (2010)

“Lavado de cerebro” (2010)

Como explican Schmitt y sus colegas (2008), estas diferencias sin embargo no son uniformes y varían mucho de cultura en cultura. Sorprendentemente, sin embargo, lo que se ha averiguado es que las diferencias en los rasgos de personalidad son mayores, no menores, en las sociedades prósperas, saludables, menos opresivamente patriarcales y más igualitarias. Si este hallazgo es realmente sólido, es difícil imaginar una contribución más decisiva en las ciencias sociales al debate sobre las diferencias de género.
Tanto en los datos de auto-informes y procedentes de otros, las culturas asiáticas y africanas generalmente muestran las diferencias de sexo más pequeñas, mientras que las culturas europeas y norteamericanas, en las cuales los standard de vida y de equidad de género son por lo general mayores, muestran las mayores diferencias (McRae et al., 2005). Con la mejora en la riqueza nacional y en la igualdad de los sexos, parece que las diferencias entre hombres y mujeres en rasgos de personalidad no disminuyen. Por el contrario, las diferencias se hacen considerablemente más grandes.
Estas son la principales conclusiones que ratifica un trabajo publicado por David Schmitt y sus compañeros en Journal of Personality and Social Psychology (2008), basado en una base de datos recolectados en 55 países diferentes, incluyendo culturas europeas y no europeas, modernas y tradicionales, occidentales y orientales.

Construccionismo social Vs Psicología evolucionista

Hasta el momento, la explicación favorita de los científicos sociales, donde el construccionismo social es un modelo dominante, es que las diferencias de sexo a través de las culturas se deben a los roles sociales. Según el modelo de roles sociales, las diferencias de sexo resultan de la exposición a los roles de socialización, “un proceso en el que la cultura define los modos apropiados de pensar, sentir y comportarse para hombres y mujeres”, en consecuencia, se espera que a medida que las sociedades se vuelven más igualitarias y “progresistas”, las diferencias de sexo en la personalidad disminuyan.

Este modelo realmente tiene un tortuoso trabajo que hacer para explicar que la prosperidad y la igualdad sean responsables de más, no de menos diferencias de personalidad entre hombres y mujeres.

Quizás la explicación radica en la evolución de las diferencias sexuales, no en los roles sociales y en el papel de la socialización exclusivamente. Según este punto de vista, se esperan diferencias entre hombres y mujeres “en dominios en los que se hayan enfrentado con problemas adaptativos diferentes a lo largo de la historia evolutiva”. En particular, se piensa desde Trivers en que las diferencias en los niveles de inversión parental son justamente las responsables de que los hombres estén más dispuestos a tomar riesgos o a buscar posiciones de dominio social, mientras que las mujeres tienden a ser naturalmente más cautelosas y a estar más preocupadas por el cuidado de los niños.

De vuelta a la sabana

Para intentar explicar estas diferencias adaptativas, los psicólogos evolucionistas parten de la llamada “teoría del desajuste evolutivo” o “hipótesis de la sabana”. Según esta aproximación, las diferencias en la variación de los rasgos de personalidad a través de las culturas se debería “al grado de desajuste entre las condiciones medioambientales modernas y aquellas en las que evolucionaron los primeros humanos, es decir, en los entornos de los cazadores recolectores”. La hipótesis de la sabana predice que “cuando los entornos contemporáneos son diferentes a los entornos de los cazadores-recolectores, el desarrollo de las diferencias psicológicas innatas puede ser obstruído”.

A primera vista, los entornos contemporáneos nos parecen bastante alejados del ambiente adaptativo ancestral, en comparación con los entornos anteriores a la modernidad que normalmente consideramos “tradicionales”. Pero esta impresión puede ser errónea. Las sociedades contemporáneas podrían estar de hecho más próximas al paisaje adaptativo ancestral que las sociedades agrícolas típicas de los últimos miles de años. Psicológicamente hablando, las sociedades modernas podrían estar mandándonos de vuelta a la sabana:
De acuerdo con la hipótesis curvilineal de la variación cultural (Schmitt, 2005), los modernos estados-nación podrían estar psicológicamente más próximos a las culturas de cazadores y recolectores que las culturas agrícolas o pastorales menos desarrolladas. Las culturas agrícolas y pastorales, con disparidades enormes en la distribución de recursos, aislamiento familiar y relativa desigualdad de género, podría representar la mayor desviación psicológica de nuestro pasado como cazadores y recolectores.
Esta hipótesis “curvilineal” sería consistente con el hallazgo de que la personalidad de los sexos diverge a medida que una sociedad es más próspera y políticamente igualitaria. En sociedades donde la vida es más difícil, “donde la longevidad es amenazada por una pobre salud, o donde las personas sufren de estrecheces económicas, el desarrollo de los rasgos propios de la personalidad está más restringido”, mientras que, como apunta Christina Hoff Sommers, allí donde hay más ocasiones para el desarrollo, la “riqueza, la libertad y la educación dan poder a los hombres y las mujeres para que sean lo que son”. Paradójicamente, una pareja de la igualitaria Noruega tendría hoy más probabilidades de desarrollar rasgos de personalidad diferentes que una pareja que viva en una sociedad patriarcal africana.

Tomado de:

La Tercera Cultiura

15 de agosto de 2012

¿Los hombres prefieren el fútbol a las mujeres?

Nada de eso, según afirma haber demostrado un equipo de científicos de la Universidad de Bristol (Reino Unido). Trabajando con seguidores del equipo Newcastle United, expertos en Psicología Biológica comprobaron que los aficionados al fútbol se sentían más estresados si se rompía ante ellos una fotografía de sus compañeras sentimentales o esposas que si se hacía lo con retratos de los jugadores de su equipo.

Midiendo sus niveles de estrés han podido cuantificar que los hombres adoran cinco veces más a sus parejas que a sus equipos de fútbol, por muy forofos que sean del deporte rey, según los resultados de los que se hace eco el periódico The Daily Telegraph.

Fuente:

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0