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11 de mayo de 2015

¿Por qué un robot no resiste ni tres horas en la central nuclear de Fukushima?



Imagen captada por un robot del interior de la central de Fukushima. REUTERS

Hace 4 años (el 11 de Marzo de 2011) una central nuclear, montada a orilla de un mar propenso a los terremotos y tsunamis, falló y sus reactores se fundieron, generando radiactividad sin control. Hace una semana se introdujo un pequeño robot en la central para ver si se podía hacer algo con los reactores. El robot falló a las 3 horas de proximidad a uno de ellos.
¿Qué es la radiactividad?
Vivimos en un intervalo de escalas de tiempo, espacio y energía muy suave y tranquilo, en nuestras vidas humanas. Estas escalas están entre las atómicas y las cósmicas y en ellas las cosas se desarrollan sin grandes aspavientos, aunque de vez en cuando seamos capaces de matarnos unos a otros en unos millones de unidades (personas).
A nivel atómico las cosas son algo más movidas: Los electrones se mueven alrededor de los núcleos atómicos a velocidades del orden de 30.000 km/s, 108 millones de kmh. Mas o menos como un Ferrari, o como uno de nuestros cazas bélicos que se pueden mover a unos 2500 kmh.   
Un electrón, si girase en órbitas alrededor del núcleo, en una órbita inestable, daría cien mil vueltas alrededor del núcleo antes de caer a la primera órbita, la estable. Si la órbita inestable correspondiese a la órbita de la Tierra, el electrón habría tardado 100.000 años en caer a la órbita estable, los años que llevamos como Homo sapiens sobre la Tierra.
Pensamos que el Sol cambiará (se enfriara, o se convertirá en supernova) en mas de los 4.500 millones de años de existencia del planeta Tierra.
La naturaleza tiene unas escalas muy, muy amplias.  La escala que nos interesa aquí en el caso presente es la de energías. El ser humano es equivalente a una bombilla de 100 watios. Consumimos unas 2.000 kilocalorias cada 24 horas y eso equivale a los 100 watios mencionados. Nuestros coches tienen potencias de entre 50 y 100 kw, y las turbinas de un superpetrolero unos 42.000 kw.
Éstas son las potencias (energía por segundo) que manejamos los seres humanos.
La gasolina (y el diesel, el keroseno, esencialmente los productos del petróleo) tienen una energía de unos 10 kwh por kilo de combustible. El gas natural, mas o menos el doble, y el carbón la mitad de este número. Recordemos, 10 kwh/kg.
Los átomos manejan otras escalas de energía.  La fisión de un kilo de plutonio genera 20 millones de kwh, la energía que gastan un millón de hogares en un día. Esa cantidad de plutonio es una bola de 5 cm de diámetro, el diámetro de una bola de jabón de esos que venden de forma esférica.
La fuerza de un ser humano normal es la que utiliza para dar un salto con ambos pies. Al saltar levantamos nuestra masa contra la gravedad. Una persona de 70 kg necesita 70 x 10 = 700 Newton de fuerza para levantarse algo del suelo. Si con el salto consigue subir todo su cuerpo medio metro ha gastado  unos 350 Joules, es decir, una diezmilésima de kwh. Las compañías eléctricas nos están cobrando el kwh a unos veinte céntimos de euro. Un salto del tipo mencionado nos costaría 20 millonésimas de euro.
Nuestras energías y las de las máquinas que utilizamos son despreciables frente a las energías que existen en el interior de los núcleos de los átomos, que adicionalmente son muy, muy, muy pequeños.
Ni siquiera el mejor robot diseñado por el ser humano es capaz de soportar las energías que están produciendo las reacciones nucleares que se mantienen activas en los reactores dañados de Fukushima: Lo que podemos hacer es minúsculo frente a esas energías.  Y no lo necesitamos.
Lea el artículo completo en:

14 de septiembre de 2013

El agua radiactiva filtrada en Fukushima puede haber alcanzado el mar

Operarios de Tepco trabajan en un río cerca de la central. | Afp

Operarios de Tepco trabajan en un río cerca de la central. | Afp
Tepco, la operadora de la central nuclear de Fukushima, informó de que ha detectado alta radiación en un desagüe que va a parar al mar junto a la central, lo que apunta a que el agua radiactiva filtrada recientemente de un tanque ha podido llegar al Pacífico.

Los técnicos de la central han detectado 220 becquereles por litro de sustancias radiactivas en muestras tomadas este pasado miércoles en uno de los pozos, situada a unos 150 metros del océano, de este sistema de desagüe. El nivel de radiación de estroncio, cesio y otras sustancias que emiten rayos beta era 12 veces superior a las muestras tomadas en ese mismo punto tan solo un día antes, según precisó la agencia Kyodo.

Un grupo de operarios lleva trabajando varios días en una parte superior de ese cauce para evitar que el agua tóxica fugada en agosto de un tanque de almacenamiento alcance el mar. Sin embargo se cree que el agua finalmente se ha filtrado a través de unos sacos de arena absorbente colocados a modo de barrera.

El mencionado tanque, usado para guardar el agua que se emplea para enfriar los reactores, perdió unas 300 toneladas de líquido altamente radiactivo. Los operarios de Tokyo Electric Power inspeccionan ahora los niveles de radiación en el desagüe y en la salida al mar para averiguar cómo se ha podido diseminar el agua filtrada.

De momento Tepco asegura que no ha detectado niveles de radiación anormales en el agua marina, a partir de muestras tomadas a unos 100 metros de la boca de drenaje.

Este último hallazgo amenaza con debilitar los argumentos defendidos por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, durante la asamblea del Comité Olímpico Internacional del pasado fin de semana en la que se eligió a Tokio para organizar los Juegos Olímpicos de 2020.

Durante su intervención, Abe defendió que la situación en la planta está completamente bajo control y que los vertidos de agua contaminada han sido "completamente aislados" en torno a un área de 0,3 kilómetros cuadrados en torno a la planta.

El accidente en la planta, ocasionado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, ha sido el peor desastre nuclear desde el de Chernóbil y sus emisiones resultantes aún mantienen evacuadas a miles personas que vivían junto a la central y han afectado a la pesca, a la agricultura y a la ganadería local.
Fuente:

21 de agosto de 2013

Fukushima: La fuga radiactiva es más grave de lo que se creía

La fuga de agua altamente radiactiva a la que se enfrenta la central nuclear de Fukushima es el peor incidente ocurrido desde que un terremoto y un tsunami provocaron en 2011 la mayor catástrofe nuclear desde Chernóbil. Lo que en un principio se clasificó como “anomalía”, según la escala internacional que mide los eventos nucleares, pasó este miércoles a ser considerado “incidente grave”. La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (ARN) reconoció además que la fuga no ha sido contenida, que se desconoce el punto exacto en el que se produjo y pidió a la gestora de la planta, Tepco, que revise los otros 350 tanques iguales que el accidentado y construidos a toda prisa en los que se almacenan ingentes cantidades de agua muy contaminada. “Si se ha producido una fuga en uno, puede suceder lo mismo en otros”, aseguró su presidente, Shunichi Tanaka, en rueda de prensa.

La fuga pasó desapercibida al principio, según informó la cadena de televisión japonesa NHK. El tanque que alberga el líquido contaminado carecía de indicador del nivel de agua, así que los sistemas de control no pudieron detectar la pérdida de volumen. Las inspecciones rutinarias no descubrieron el vertido hasta que los trabajadores se encontraron con los charcos de agua alrededor de uno de los recipientes cercanos al reactor número 4. Se trata de tanques construidos a toda prisa, menos robustos que los primeros, para almacenar el agua con la que se refrigeran los núcleos fundidos de los reactores. Cada día se generan 400 toneladas de este líquido cuyo nivel de radiación, 100 milisieverts por hora, equivale a cinco veces el límite anual establecido para un trabajador de una central.

Lea el artículo completo en:

El Páis Ciencia

3 de marzo de 2013

El accidente de Fukushima sí aumentó el riesgo de cáncer

Labores de descontaminación en la ciudad de Iitate, cerca de Fukushima 
Labores de descontaminación en la ciudad de Iitate, cerca de Fukushima.| David Jiménez
  • Las niñas tendrán un 70% más de riesgo de cáncer de tiroides
  • Los tumores sólidos en mujeres aumentarán un 4%
  • Para el resto de Japón y el mundo no se aprecia un incremento
A pocos días de que se cumpla el segundo aniversario del terremoto de Fukushima, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado su informe sobre los efectos que el accidente nuclear de 2011 tuvo en la población japonesa y en otras regiones del mundo. Y sus conclusiones señalan un leve aumento de los casos de cáncer en las zonas más cercanas a la central nuclear.

Concretamente, las conclusiones presentadas por la OMS hablan de un incremento del riesgo del 4% en todos los tumores sólidos (en cualquier órgano) paras las mujeres que resultaron expuestas a las dosis más altas de radiación siendo niñas; un 6% concretamente en el caso de cáncer de mama, y un 70% de incremento de riesgo de tiroides. Mientras que para los varones, el riesgo más destacado se refiere a la leucemia, con un incremento del 7% para los niños residentes cerca del área del siniestro.

Todas estas cifras se refieren en comparación con la población sana de la misma edad. Es decir, si una niña sana tiene un riesgo de cáncer de tiroides del 0,75%, las más cercanas al 'epicentro' nuclear lo verán aumentado hasta el 1,25%. Precisamente el tiroides en la infancia es uno de los órganos más susceptibles a estas secuelas, como ya ocurrió en Chernobil (Ucrania), debido a que 'capta' más que ningún otro órgano del cuerpo las partículas radiactivas.

Para la segunda zona más contaminada por la radiación, situada en la propia prefectura de Fukushima (fuera ya del primer cinturón de 20 kilómetros a la redonda), estas cifras se reducen ya a la mitad. Mientras que para las poblaciones del resto de Japón y del mundo, han añadido los especialistas, los efectos de la radiación no se han traducido en un incremento del riesgo de cáncer.

Para Eduardo Rodríguez-Farré, miembro del comité científico sobre nuevos riesgos para la salud de la Comisión Europea, dos años es un tiempo demasiado corto para valorar estos riesgos; aunque sí coincide con el informe en que el cáncer de tiroides en niños es el más susceptible de aumentar por la radiación.

"Dos años es muy poco tiempo para tener una casuística suficiente", explica a ELMUNDO.es desde Bruselas, "no hay que olvidar que estas predicciones están basadas en modelos matemáticos, y eso siempre tiene algunos sesgos. Siempre hay variables que es difícil considerar", añade.

Los trabajadores

El informe, de 200 páginas, incluye un apartado especial dedicado a los trabajadores de Tepco que permanecieron en el interior de la central nuclear en las horas posteriores a la fuga. Según la OMS, sólo un tercio de ellos tiene un riesgo de cáncer incrementado un 30% con respecto a la población general.

Además, se descarta que el accidente esté relacionado con un aumento de abortos, malformaciones congénitas u otros problemas de salud. Aunque eso sí, reconoce el fuerte impacto emocional de la catástrofe y recomienda que no se desatienda la salud mental de la población.

Respecto a los sujetos que vivían más cerca de la central, precisamente los que mayor riesgo de cáncer tienen, la OMS recomienda un estrecho seguimiento a largo plazo, con revisiones periódicas para poder detectar a tiempo cualquier tumor que pudieran desarrollar.

Presentación en Ginebra

Las conclusiones de este trabajo ('Valoración de los riesgos de salud del accidente nuclear tras el gran terremoto de Japón') han sido presentadas en la sede de la OMS en Ginebra, por la española María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente.

Neira ha estado acompañada en la rueda de prensa por Angelika Tritscher, al frente del departamento de Seguridad Alimentaria y Zoonosis, y Roy Shore, coautor del informe sobre los efectos nocivos de la radiación.

El informe es el primer intento serio por valorar a nivel global los efectos de salud de la fuga radiactiva que el terremoto y el posterior tsunami ocasionaron en la central nuclear de Fukushima.

Sus conclusiones, señala la OMS, están basadas en el actual conocimiento científico sobre lo ocurrido y han sido llevadas a cabo por expertos independientes en el terreno de la radiación, la epidemiología y la salud pública.

El ser humano recibe de forma natural, a través del ambiente, entre 2 y 3 miliSieverts (mSv) al año, mientras que un TAC abdominal puede llegar a emitir 10 mSv. Cien miliSieverts es el umbral a partir del que se considera que incrementa el riesgo de cáncer.

Según un cálculo reciente de la empresa propietaria de la central, Tepco, el coste total del accidente nuclear, incluida la operación para descontaminar la zona y la indemnización a las víctimas, podría ascender a los 100.000 millones de euros.

El desastre de aquel marzo de 2011 provocó la muerte o desaparición de más de 20.000 personas y obligó a desplazar de sus hogares a otras 86.000.
Fuente:

24 de enero de 2013

Japón: Construyen un parque eólico en alta mar

Contaminación, ahorro y ciertas obligaciones internacionales para cumplir con la reducción de los niveles máximos de contaminación llevan a las naciones a gastar grandes sumas de dinero en el desarrollo de tecnologías sanas para el medioambiente. Japón es uno de los países que hace un esfuerzo considerable por balancear la contaminación que genera su ultra concentrada urbanización, por lo que ahora se ha propuesto construir un parque eólico en alta mar para generar energía que será el más grande del mundo una vez terminado.

La urgencia vivida en Marzo de 2011 con la central nuclear de Fukushima fue un llamado de atención para el país nipón, uno de los más preparados ante emergencias y tragedias con tecnología de punta en cada rubro. Aun así, la incertidumbre vivida ante el acontecimiento los sobrepasó y los problemas que por suerte no se desencadenaron en el corto plazo tuvieron consecuencias en el largo, pues los tres reactores principales de Japón se desplomaron (54 reactores inutilizables en total) y el país insular ahora está buscando reducir su dependencia de la energía nuclear. Para esto ha buscado refugio y solución en la energía renovable, para lo que ha de construir el parque eólico en alta mar más grande del mundo. 

Se implementará un moderno sistema de marcos flotantes.  
Se implementará un moderno sistema de marcos flotantes.

Ubicado a 16 kilómetros frente a la costa de Fukushima, el plan se compone de la instalación de 143 turbinas de viento que generarán 1 gigawatt de energía una vez que estén completados en, se espera, 2020. 

Se busca que sea un record, por lo que la granja eólica nipona superará los 504 megavatios generados por las 140 turbinas de la granja Gabbard Mayor de la costa de Suffolk, Reino Unido, que es la mayor granja eólica del mundo por el momento. Incluso será superada cuando a fines de este año se pase al estuario del Támesis, donde tendrá 175 turbinas y producirá 630 megavatios de energía. Según la revista japonesa que dio el anuncio, la primera etapa del proyecto Fukushima será la construcción de una turbina de 2 megavatios, la subestación y una instalación de cable submarino. La turbina se mantendrá a 200 metros de altura y si tiene éxito, las turbinas adicionales serán construidas progresivamente con sujeción a la disponibilidad de fondos.

Su finalización está programada para 2020.  
Su finalización está programada para 2020.

Algo muy interesante en estas noticias es comprender cómo hacen para resolver el problema de los costos, y en este caso para solucionar el gasto total de anclar las turbinas al fondo del mar, se construirán marcos flotantes de acero que se estabilizan con lastre y anclado a la plataforma de 200 metros de profundidad que rodea la costa japonesa vía líneas de amarre. Una vez esté funcionando a todo vapor (no, no usará vapor para funcionar), la intención es que suministre electricidad a la amplia red a la que dos de los reactores de Fukushima proveían. En Japón están interesados en ampliar el parque eólico en alta mar si las cosas salen como esperan, aunque los habitantes de la costa y la industria de la pesca demostraron antipatía por no saber cómo afectará esta construcción a su fuente de ingreso. Esperamos que por resolver un problema no generen otro, algo típico en las intenciones ecologistas de los descuidados.
Fuente:

8 de noviembre de 2012

El coste de Fukushima: 100.000 millones de euros

[foto de la noticia]
"Tenemos que discutir con el Gobierno para lograr un acuerdo", dijo el presidente de Tepco, Kazuhiko Shimokobe, a un periodista que le preguntó sobre el riesgo de duplicar la cantidad de 50.000 millones de euros que el grupo había previsto en un primer momento.

La Compañía Eléctrica de Tokio planea solicitar al Gobierno de Japón que asuma parte de los costes de la descontaminación radiactiva de la costa occidental. Al parecer, la compañía eléctrica incluirá la petición en el plan de gestión que presentará en las próximas horas para el periodo 2013-2014, argumentando que el coste es excesivamente elevado para una empresa privada.

Tepco apuntará que, además de los costes de limpieza, tanto en el medio ambiente como en la central nuclear de Fukuhisma-1, debe correr con la indemnización a los habitantes de la prefectura japonesa, lo que haría un total de 94.000 millones de euros.

Para llevar a cabo las tareas de descontaminación radiactiva, la compañía eléctrica abrirá una oficina en la prefectura de Fukushima y trasladará allí a más de 4.000 trabajadores.

Con el planteamiento actual, el Gobierno de Japón financiaría los gastos de Tepco para garantizar la recuperación de Fukushima y la compensación a los damnificados, pero después repercutiría el coste a la compañía eléctrica.

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El Mundo Ciencia

7 de noviembre de 2012

El apagón nuclear alemán ya genera beneficios económicos y medioambientales

El desastre de Fukushima no provocó la decisión de Alemania de abandonar la energía nuclear, sólo aceleró un proceso que estaba en marcha desde hacía al menos una década, según varios expertos. Los germanos han conseguido desligar su crecimiento económico del suministro energético y la dependencia atómica.

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Central de Biblis, cerrada en 2011 tras el accidente de Fukushima / Bigod

Cuando la canciller alemana, Angela Merkel, anunció el cierre de ocho centrales nucleares y la revisión del resto, sólo habían pasado cuatro días del accidente de Fukushima, sucedido el 11 de marzo de 2011. Aún se desconocían las dimensiones del desastre y muchos vieron en el apagón nuclear germano una decisión precipitada, cuando no una “estupidez” de los políticos, como titularía la revista Forbes. Sin embargo, los alemanes son demasiado serios y lo que menos hay en el adiós de Alemania a la energía nuclear es precipitación. 

Llevaban tres décadas preparándose para un abandono que ya les está dando beneficios económicos y medioambientales.
En una serie especial, el Bulletin of Atomic Scientists (BoAS) ha reunido a una serie de expertos para analizar el desmantelamiento de las centrales nucleares alemanas y su impacto sobre la economía y la vida de los alemanes. Según el plan anunciado por Merkel, aprobado por el parlamento federal alemán en julio de 2011, a las ocho plantas cerradas se le irán añadiendo las otras nueve que siguen operativas de forma paulatina. Para 2022, Alemania ya no tendrá energía nuclear. Otras fuentes, en especial las renovables, tendrán que tomar el relevo. Y esa transición tendrá que hacerse sin poner en peligro la economía del país.

“La decisión alemana de conseguir un futuro sin nucleares fue de todo menos precipitada e irreflexiva”, escribe el editor del BoAS, John Mecklin, en la presentación de los cinco artículos que forman esta edición especial. La decisión de Merkel, una pronuclear en el pasado reciente, bebe en realidad de un poso histórico que nace con las primeras movilizaciones contra la instalación de centrales nucleares en los años 70 y se realimenta con Chernóbil. Fukushima sólo da la puntilla a un cadáver andante. Mucho antes del tsunami que golpeó las centrales japonesas, en Alemania había consenso político y social contra lo nuclear.


Mapa nuclear de Alemania1Ampliar

Este es el mapa nuclear alemán a agosto de 2011: Un total de 15 centrales desmanteladas, varias de ellas en territorio de la antigua RDA (en verde), otras ocho paralizadas (en amarillo) y las nueve restantes dejarán de funcionar en 2022. / Bundesamt für Strahlenschutz

Ya en 2002, gobernando una coalición de socialdemócratas y verdes, se aprobó una ley que incluía la prohibición de construir nuevas centrales y limitar la producción eléctrica de las existentes. Con el cambio de gobierno, en 2005, los conservadores no cambian la legislación. A lo más que llegó Merkel fue a ampliar la vida útil de los reactores, medida que anuló tras Fukushima. Hoy, el 90% de la población germana es favorable al apagón nuclear.

De hecho, el gobierno de Merkel aprobó la energiewende, un ambicioso plan para pasar toda la economía alemana a una estructura energética baja en emisiones y sin usar la energía nuclear. Como destaca el profesor de la Universidad Libre de Berlín, Lutz Mez, “la energiewende ha desligado el crecimiento económico del suministro energético”. Alemania es de los pocos países industrializados que ha reducido sus emisiones. Sus necesidades de energía primaria han pasado de 14.905 petajulios (unidad para medir energía) en 1990 a 13.374 en 2011. En ese mismo periodo, las emisiones de CO2 han pasado de 1.042 millones de toneladas a 800 millones de toneladas.

El desmantelamiento nuclear no afecta al crecimiento económico


¿Ha perjudicado esta reducción del consumo energético a la economía alemana? En absoluto. El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania fue de 1,8 billones de euros en 1990. En 2011 ya era de 2,44 billones de euros, un aumento del 36%. Y todo eso, con una reducción de la energía de origen nuclear, que ha pasado del 11,2% hace 22 años, al 8,8% del año pasado. De hecho, aunque el consumo de electricidad ha aumentado, las centrales nucleares han reducido a la mitad sus aportaciones hasta el 17,6%. Una cuarta parte de la electricidad del primer semestre de 2012 ya procedía de energías renovables.
Porque esa es otra de las singularidades del apagón nuclear: su vinculación a la lucha contra el cambio climático. Alemania, cuarta potencia económica y sexto emisor de CO2, se ha propuesto para 2020 reducir sus emisiones en un 40% con respecto al nivel de 1990. Y, para 2050, están confiados en bajarlas hasta el 95%.

“A diferencia de otros muchos países, donde hay una gran división sobre si el apoyo a las renovables tiene sentido desde un punto de vista económico, en Alemania hay un relativamente gran acuerdo sobre su papel crítico en el futuro del país”, razona Miranda Schreurs, también de la Universidad Libre de Berlín. Precisamente, una de las razones del consenso político de los alemanes sobre el apagón nuclear es que ha venido generando una industria alternativa muy pujante. El sector eólico, por ejemplo, daba trabajo a 27.000 personas (entre directos e indirectos) en 2000. Cuando Fukushima, trabajaban 370.000 sólo en la eólica.

Bueno para el medio ambiente, bueno para la economía, pero también bueno para el bolsillo de los alemanes. En el último de los trabajos publicados por el BoAS, el investigador del Instituto de Ecología Aplicada y uno de los miembros del Grupo de Expertos del Energy Roadmap 2050 de la Comisión Europea, Felix Matthes, analiza los diferentes escenarios de precios finales de la electricidad en una Alemania sin nucleares. En el escenario más probable, el recibo de la luz podría subir unos cinco euros por megavatio-hora durante algunos años alrededor de 2022, fecha en la que se apagará la última central nuclear alemana. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no suba el precio. También estima que el impacto negativo del cierre de todas las centrales en favor de las renovables sobre el PIB podría suponer el 0,3% en los años anteriores a 2030. Muy poco, si se compara con los riesgos de otro Fukushima.

Fuente:

24 de septiembre de 2012

Una veintena de centrales nucleares está en zonas con riesgo de tsunamis

(Vídeo: SINC)

En el estudio, que se ha publicado en la revista 'Natural Hazards', los investigadores trazaron un mapa de las zonas geográficas con mayor riesgo de grandes tsunamis en el mundo. Basándose en estos datos, se han identificado 23 centrales nucleares –incluida Fukushima I– con 74 reactores en áreas de alto riesgo. De ellas, 13 centrales con 29 reactores están activas; otras cuatro, que ahora cuentan con 20 reactores, se están expandiendo con nueve más; y hay siete nuevas centrales en construcción con 16 reactores.

"Se trata de la primera visión de la distribución mundial de centrales nucleares civiles situadas en primera línea de costa y expuestas a tsunamis", asegura José Manuel Rodríguez-Llanes, coautor del estudio e investigador en el Centro de investigación en Epidemiología de Desastres (CRED, por sus siglas en inglés) de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Los autores se basaron en el registro histórico, arqueológico y geológico, además del instrumental para establecer el riesgo de tsunamis.

A pesar de que el riesgo de estos desastres naturales amenaza a prácticamente toda la costa oeste del continente americano, la costa atlántica hispano-portuguesa y norte africana, el Mediterráneo oriental y zonas de Oceanía, es sobre todo en el sur y sureste asiático donde la amenaza es mayor por la presencia de centrales atómicas.

Para Debarati Guha-Sapir, también coautora del estudio e investigadora en el CRED, "el impacto de los desastres naturales se está agravando, debido a su creciente interacción con instalaciones tecnológicas".

El impacto en China

Unos 27 de los 64 reactores nucleares que en la actualidad están en construcción en el mundo se encuentran en China, lo que demuestra la inversión masiva en poder nuclear del gigante asiático. "Pero más importante aún es el hecho de que 19 –dos de ellos en Taiwán– de los 27 reactores se están construyendo en zonas identificadas como peligrosas", afirman los autores en el estudio.

En el caso de Japón, que en marzo de 2011 sufrió las consecuencias del mayor tsunami de su historia, son siete las centrales que están en riesgo con 19 reactores, de los que uno está en la actualidad en construcción. Corea del Sur está ahora expandiendo dos centrales con cinco reactores en riesgo. India (dos reactores) y Pakistán (un reactor) también podrían sufrir las consecuencias de un tsunami en sus centrales.
"El emplazamiento de instalaciones nucleares no sólo tiene implicaciones para los países que las alojan sino que también compete a los territorios que podrían verse afectados en caso de fuga radioactiva", subraya Joaquín Rodríguez-Vidal, autor principal e investigador en el departamento de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva.

Según el trabajo, se deberían aprender lecciones del accidente de Fukushima. Para los autores, la prevención y los estudios científicos previos son las mejores herramientas para evitar este tipo de desastres. "Pero desde el tsunami de 2004 en el océano Índico no se han tomado medidas políticas efectivas", advierten los investigadores.

La crisis de Fukushima ocurrió en un país muy desarrollado, con uno de los más altos estándares de conocimiento científico e infraestructura tecnológica. "De haber ocurrido en un país menos equipado para gestionar las consecuencias de la catástrofe, el impacto hubiese sido mucho más serio para el mundo", certifican los expertos.

Por ello, el profesor Rodríguez-Vidal aconseja elaborar análisis más locales, que consideren el efecto-sitio en cada central nuclear, y determinar la adecuación de las instalaciones que se han identificado en este estudio.

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22 de agosto de 2012

Detectan peces en Fukushima con una radiación que supera hasta 380 veces lo permitido

Peces exhibidos para la venta en el mercado en Tokio tras la crisis nuclear. | Efe
Peces exhibidos para la venta en el mercado en Tokio tras la crisis nuclear.
TEPCO, operadora de la maltrecha central de Fukushima, epicentro de la crisis nuclear en Japón, ha detectado peces con un nivel de cesio radiactivo hasta 380 veces mayor al límite permitido para su consumo, según informa la cadena NHK. Tokyo Electric Power (TEPCO) detectó un pescado de roca con 38.000 becquereles de cesio radiactivo por kilo, el mayor índice de contaminación informado hasta la fecha, capturado el pasado 1 de agosto en aguas de Minamisoma, ciudad que se encuentra a 25 kilómetros de la central.

La operadora recogió, desde mediados de julio hasta primeros de agosto, muestras de hasta 20 peces y mariscos en cinco localizaciones de la costa y en un radio aproximado de 20 kilómetros en torno a la dañada planta nuclear de Fukushima.

TEPCO detalló que ha encontrado también índices superiores a los permitidos de cesio radiactivo en otras 9 muestras de peces y mariscos, detalló NHK. El anuncio de TEPCO se produce después de que en junio se retomara parcialmente la actividad pesquera en la provincia de Fukushima, y diversas cooperativas comenzaran a vender sus capturas en supermercados para evaluar la respuesta del mercado.

Además, a primeros de agosto el pulpo de Fukushima regresó a la subasta de la lonja de Tsukiji en Tokio, el mercado de pescado más grande del mundo, después de que los pescadores de esta provincia del noreste nipón comprobaran que el producto es seguro y no contenía trazas de radiactividad.

La partida de pulpos subastada fue capturada el 30 de julio en la ciudad de Soma, a unos 40 kilómetros al norte de la planta de Fukushima Daiichi, y todas las cajas contaron con certificados que garantizan que el género no contiene sustancias radiactivas.

Tras detectar el pescado contaminado, TEPCO ha asegurado que continuará los análisis de la zona hasta finales de septiembre, con especial atención a los especímenes de roca, el marisco y la arena en el fondo marino.

Los pescadores de muchas zonas del noreste de Japón tuvieron que dejar de faenar tras el paso del devastador tsunami y el inicio de la crisis nuclear en marzo de 2011, debido a la pérdida de equipos e infraestructuras básicas y a la suspensión de su actividad por los vertidos radiactivos de la central. El accidente en la planta de Fukushima, el peor desde el de Chernóbil en 1986, mantiene desplazadas a más de 52.000 personas y ha afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.

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El Mundo Ciencia

14 de agosto de 2012

La radiactividad produce 'malformaciones severas' en las mariposas de Fukushima

Mariposa con malformaciones en las alas. | EM
Mariposa con malformaciones en las alas. | EM
 
La exposición al material radiactivo liberado al medio ambiente tras el accidente de la central de Fukushima podría haber causado "malformaciones severas" en las mariposas de Japón, según un estudio.

Los científicos han demostrado que existe un aumento de las mutaciones en los genes que contienen información para el desarollo de las patas, las antenas y la forma de las alas en mariposas recogidas tras el accidente nuclear de 2011 en Fukushima (Japón).

Según el estudio, publicado en la revista científica 'Scientific Reports', el vínculo entre las mutaciones y el material radiactivo ha sido demostrado por una serie de experimentos que se han realizado en el laboratorio.

Resultados inesperados

Dos meses después del accidente nuclear de la central nuclear de Fukushima en marzo de 2011, un equipo de investigadores japoneses recogió 144 adultos de la mariposa 'Zizeeria maha' en 10 lugares diferentes de Japón, incluyendo el área de Fukushima.

Los investigadores compararon las mutaciones encontradas en las mariposas recogidas en los diferentes lugares y encontraron que las áreas con mayor radiación albergabaneran mariposas con las alas mucho más pequeñas y los ojos irregularmente desarrollados.

"Siempre se ha creído que los insectos son muy resistentes a la radiación", asegura el investigador principal, Joji Otaki, de la Universidad de Ryukyu de Okinawa (Japón) a la BBC. "En ese sentido, nuestros resultados han sido inesperados", dijo.

El equipo del profesor Otaki comenzó a criar estas mariposas en el laboratorio, situado a 1.750 kilómetros de distancia del accidente, donde la radiación proveniente de Fukushima no podía ser detectada.

Acumuladas en la segunda generación

Durante la cría de estas mariposas, los investigadores comenzaron a notar una serie de anomalías que no se habían visto en la anterior generación, recogida en Fukushima. Por ejemplo, detectaron malformaciones en las anteas de los insectos, un órgano que utilizan para explorar su ambiente y buscar pareja.

Seis meses más tarde, volvieron a capturar de nuevo adultos en los 10 sitios anteriores y encontraron que los individuos de la zona de Fukushima tenían una tasa de mutación más del doble que la de las mariposas capturadas poco después del accidente.

El equipo llegó a la conclusión de que esta mayor tasa de mutación proviene del consumo de alimentos contaminados, pero también de las mutaciones heredadas de los padres a través del material genético que se transmite a la siguiente generación, incluso cuando estas mutaciones no eran evidentes en la anterior generación.

Fuente:

El Mundo Ciencia

BBC Ciencia

23 de julio de 2012

Japón ignoró los peligros nucleares que provocaron la tragedia de Fukushima


El reactor número 4 de la central de Fukushima. | EL MUNDO
El reactor número 4 de la central de Fukushima. | EL MUNDO

El Gobierno japonés y la compañía energética Tepco ignoraron los peligros que supone la energía nuclear y que provocaron el trágico accidente de Fukushima en marzo de 2011, según ha concluido el informe final del Gobierno sobre el desastre.

"El principal problema derivó del hecho de que las empresas de energía, incluyendo Tepco, y el Gobierno no percibieron la gravedad del peligro, porque creyeron en el mito de la seguridad nuclear, en cuyo nombre un grave accidente puede ocurrir en nuestro país", explicaron los miembros de la comisión de investigación nombrada por el Ejecutivo nipón.

Los autores, entre los que hay ingenieros, investigadores y juristas, han remitido un informe de 450 páginas tras entrevistar a 722 personas implicadas antes, durante o después del acidente, entre los que figura el primer ministro en el momento de la catástrofe, Naoto Kan.

Tras un informe anterior pedido por el Parlamento, el texto de este lunes utiliza términos muy graves contra la empresa Tepco y contra los órganos reguladores públicos.

Culpó a Tepco de "una gestión deficitaria de la crisis, una estructura organizativa inadecuada durante las situaciones de emergencia y una insuficiente capacidad del personal en caso de accidente grave".

Dieciséis meses después del comienzo de la catástrofe, las emisiones radiactivas son mucho más bajas que a mediados de marzo de 2011 y los sistemas de refrigeración con circuito cerrado podrían ser sustituidos en los reactores.

Pero el peligro no se puede descartar por completo, las instalaciones quedan frágiles después de las explosiones que afectaron a los edificios. Además, terremotos frecuentes seguirán sacudiendo la zona de Fukushima.

Tepco obstaculizó la resolución del accidente

El informe también acusa a Tepco de obstaculizar la identificación de "las causas del accidente", lo que impide a la industria nuclear japonesa sacar las conclusiones apropiadas.

TEPCO sigue afirmando que el poder de la magnitud del terremoto y el tsunami en el noreste habría superado todas las expectativas y por lo tanto no habría sido previsto.

El informe también critica la intervención directa del ex primer ministro, Naoto Kan, en la gestión operativa del accidente: "Su intervención directa ha hecho más daño que bien, ya que habría podido confundir la situación, impedir tomar decisiones importantes y dar lugar a juicios erróneos".

Otro informe oficial, encargado por el Parlamento y publicado el 5 de julio, ya había criticado la actitud de las autoridades, afirmando que era "un desastre creado por el hombre" y no sólo causado por el terremoto y el tsunami.

 Las autoridades y Tepco no sólo no tomaron medidas suficientes para evitar el accidente, pero además su gestión de la catástrofe dejó mucho que desear, afirma este informe del Gobierno.

Fuente:

El Mundo Ciencia

5 de julio de 2012

El 'desastre' de Fukushima fue 'causado por el hombre que lo pudo prever y evitar'

Altos niveles de radiación en un pueblo cerca de Fukushima. | EL MUNDO
          Altos niveles de radiación en un pueblo cerca de Fukushima. | EL MUNDO
  • 'TEPCO falló en su deber de proteger la vida de las personas'
  • El informe ha sido elaborado por diez intelectuales y expertos privados
  • Cerca de 80.000 personas siguen evacuadas a 20 kilómetros

El accidente nuclear de Fukushima fue "un tremendo desastre provocado por el hombre que podría haber previsto y evitado" y no fue causado únicamente por el devastador terremoto y el tsunami que se produjo el 11 de marzo de 2011 en el noreste de Japón, ha concluido la comisión de investigación ordenado por el Parlamento.

"Está claro que este accidente es un desastre provocado por el hombre. Los gobiernos pasado y el actual, los reguladores y al compañía Tokyo Electric Power (TEPCO) fallaron en su deber de proteger la vida de las personas y la sociedad", afirma el informe de 641 páginas, muy crítico con el Ejecutivo del anterior primer ministro, Naoto Kan.

"Creemos que las causas fundamentales son los sistemas de organización y regulación que se basan en una lógica defectuosa en sus decisiones y acciones, y no un problema de un individuo en particular", añade el informe

Además, asegura que una multitud de errores y negligencias sobre las medias de seguridad salieron de la planta . "Aunque provocado por el terremoto, el posterior accidente en la planta de Fukushima Daiichi no puede ser considerado como un desastre natural", ha explicado el presidente de la comisión, creada en mayo del año pasado.

Además, aunque TEPCO sostuvo que la central estaba preparada para seísmos y los reactores no sufrieron daños por el terremoto de 9 grados, sino por el tsunami posterior, el informe señala que no se puede descartar que el reactor 1 sí sufriera daños por el seísmo.

El informe ha sido elaborado por diez intelectuales y expertos del sector privado, que han entrevistado a 1.167 personas para aclarar las causas de la crisis nuclear.

Los expertos afirman que el accidente nuclear de Fukushima, que quedará "grabado en la historia", sorprendió a las centrales atómicas japonesas sin las medidas de protección adecuadas, y recuerda que la crisis "no ha acabado".

Un informe anterior, por encargo de TEPCO, absolvió a la compañía eléctrica de toda responsabilidad, afirmando que la fuerza del terremoto y el tsunami superó todas las expectativas "Suena a excusa para eludir su responsabilidad", asegura la comisión en su informe.

Los seis reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi resultaron muy dañados después de que el terremoto y posterior tsunami que golpeó a los sistemas de refrigeración de los reactores, dando lugar a fusiones y a la liberación de radiactividad.

Decenas de miles de personas fueron evacuadas de la zona de exclusión alrededor de la planta nuclear, mientras que los trabajadores lucharon para que los reactores se mantuvieran bajo control.

Cerca de 80.000 personas siguen evacuadas en un radio de 20 kilómetros en torno a la maltrecha central de Daiichi a causa de la radiactividad, mientras que en el interior de las instalaciones miles de operarios trabajan para evitar filtraciones y retirar el combustible nuclear.

Se calcula que la delicada operación de sacar el combustible de los reactores dañados y desmantelarlos puede llevar unas cuatro décadas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

12 de marzo de 2012

Fukushima un año después, ¿en qué se parece a Chernóbil?


Chernobyl

Más de 60 personas murieron por el accidente nuclear de Chernóbil. En Japón no se registran muertos por radioactividad.

¡El nuevo Chernóbil! ¡El Chernóbil japonés! ¡Chernóbil 25 años después! La comparación estaba ahí, hace un año, esperando, disponible para cualquiera que hablara, escribiera o informara de Fukushima.

Cuando el terremoto del 11 de marzo de 2011 le dio a Japón su primer golpe, seguido luego por otro en forma de tsunami, más de 16.000 personas murieron en las prefecturas de Fukushima, Miyagi e Iwate, 6.000 fueron heridas y unas 3.200 desaparecieron. Pero la catástrofe aún no estaba satisfecha; faltaba la crisis en una central nuclear cuyos sistemas fueron dañados durante ese 11 de marzo.

Desde el 26 de abril de 1986, cuando una prueba rutinaria en el suministro eléctrico culminó con una serie de explosiones del reactor número cuatro de la planta nuclear ucraniana, toda mala noticia vinculada a la energía atómica invocaba el fantasma de Chernóbil.

clic Lea: Limpiando Fukushima con herramientas de jardinería

Pero Fukushima no era un accidente más, era un accidente nivel 7, el mayor nivel en la escala, escala que solo había sido trepada hasta los más alto por la tragedia de Ucrania. El paralelismo estaba servido, pero las diferencias también.

"Las coincidencias terminan en el hecho de que son dos accidentes en centrales nucleares que tuvieron un impacto en el exterior, por lo que obligaron a activar dispositivos de protección para proteger a los ciudadanos", le dice a BBC Mundo Juan Carlos Lentijo, director técnico de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear español (CSN).

Lentijo, quien visitó Fukushima como líder de la misión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) a cargo de supervisar las labores de limpieza y rehabilitación, cree que son más las diferencias que las similitudes, comenzando por el origen de ambos accidentes y sus consecuencias.

"En Chernóbil hubo una explosión, o lo que nosotros llamamos una 'excursión de potencia', liberación de energía espontánea que terminó expulsando todo el cóctel de materiales que hay dentro del reactor. En Fukushima, por otra parte, colapsaron los sistemas de refrigeración pero fue una degradación que tomó horas, días. No se producen explosiones nucleares, son liberados materiales volátiles pero no todo lo que contenía el reactor".

clic Vea imágenes de Fukushima y las zonas afectadas por el tsunami un año después

¿Cómo se ven los accidentes?

Para el jefe científico de Greenpeace en Reino Unido, las coincidencias son más de una.

"Las dos regiones todavía tienen una zona de evacuación, ambas poblaciones locales posiblemente tengan que vivir en otra parte por mucho tiempo, los dos accidentes dejaron un legado de desconfianza en las autoridades y causaron una revisión global de las actitudes hacia la energía nuclear", le dijo a BBC Mundo el doctor Doug Parr.

Pero el doctor Parr también encuentra una característica no compartida por Chernóbil y Fukushima: "Ambos accidentes mostraron que la regulación y administración de la energía nuclear son problemáticas, pero creo que la diferencia estaría en la habilidad de los países para lidiar con grandes movimientos de población".

El número de evacuados en Japón no ha sido determinado con exactitud pero se cuentan en decenas de miles. En 1986, en Ucrania, unas 115.000 personas fueron evacuadas de las zonas aledañas al reactor y, después de 1986, unas 220.000 personas de Ucrania, Bielorrusia y la Federación Rusa fueron reubicadas.

Tsunami en Japón

El tsunami que siguió al terremoto grado 9 en la escala de Richter barrió con comunidades en tres prefecturas.

Mientras la zona de evacuación alrededor de Chernóbil fue de 30 kilómetros, la de la planta de Fukushima Daiichi fue de 20 kms. En Japón se estableció una zona de evacuación voluntaria entre los 20 y los 30 km., pero cinco comunidades más allá de la zona de evacuación obligatoria igual tuvieron que dejar sus hogares.

El jefe científico de Greenpeace cree que otra diferencia puede encontrarse en cómo la gente percibe ambos accidentes.

"En el caso de Chernóbil, se puede pensar en un accidente aleatorio, causado por un equipo mal mantenido en una Unión Soviética que se desintegraba. No se puede aplicar la misma percepción a Fukushima, que tuvo lugar en una democracia moderna, desarrollada y tecnológicamente avanzada"

"Pero a pesar de todo esto", continúa Parr, "se falló en evaluar correctamente las advertencias sobre los peligros de terremotos y tsunamis. Esto cuestiona de forma más profunda la seguridad nuclear y demuestra el alto costo que un accidente de esta naturaleza inflige al país afectado".

Consultados por BBC Mundo, expertos del OIEA respondieron que "debido a la complejidad del tema, todavía es muy temprano para trazar una comparación definitiva" entre ambos accidentes, pero señalaron que en términos de radioactividad, Chernóbil emanó 6.618.000 terabecquerels (la cantidad de radioactividad se expresa en becquerels, que corresponden a una transformación nuclear por segundo), mientras que la planta japonesa emitió 370.000.

Como suele ocurrir con las cifras, más cuando son tan desparejas, más aún cuando la unidad de medida es tan desconocida para un público en general, lo importante es preguntarse qué significan estos números.

Lecciones del pasado

El accidente de Chernóbil involucró a un solo reactor de los cuatro con los que contaba la planta; Fukushima debió lidiar con problemas en tres de los seis que tenía, más los inconvenientes en las piscinas de combustible nuclear, pero en plena crisis doce meses atrás, las autoridades japonesas dejaron claro que a diferencia de lo ocurrido en Ucrania, todas las vasijas de sus reactores, encargadas de contener las barras de combustible nuclear, habían permanecido intactas.

Fukushima

Fukushima hoy, doce meses después de la tragedia.

"En Chernóbil, la explosión liberó isótopos de vida media o corta, es decir, que tardan entre pocos minutos y 30 años en desintegrarse, junto con isótopos de vida larga, plutonios y uranios que necesitan miles de años para hacerlo", explica el director técnico de Protección Radiológica del CSN.

Aquí estaría una de las principales diferencias entre un accidente y otro, sin olvidar la extensión del área afectada: 60 kilómetros en el caso japonés, 500 kilómetros en el caso ucraniano (aunque plantas y animales fueron incluso afectados en distancias más lejanas).

Según un informe de las Naciones Unidas, el accidente en Ucrania dejó 64 muertos hasta el último registro en 2008, aunque las discusiones continúan sobre cuántos más van a o morir por haber sido afectados 25 años atrás. Fukushima, por su parte, no ha registrado ningún muerto por exposición o contaminación radioactiva.

Lea el artìculo completo en:

BBC Ciencia

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21 de diciembre de 2011

El Gobierno nipón revela su plan para desmantelar Fukushima en cuatro décadas

Especialistas analizan los datos de la radiación filtrada por Fukushima. | AP

Especialistas analizan los datos de la radiación filtrada por Fukushima. | AP

El Gobierno japonés y la operadora de la maltrecha central de Fukushima, TEPCO, revelaron hoy la "hoja de ruta" para desmantelar en un plazo de entre 30 y 40 años la planta, tras decretar hace cinco días la "parada fría" de sus reactores.

Según la agenda, el primer paso será eliminar el combustible nuclear usado de las piscinas de los reactores 1 al 4 en los dos próximos años, y retirar el combustible fundido en el interior de las unidades 1 a la 3 en el próximo decenio, informó la agencia Kyodo.

De acuerdo con el informe, las piscinas de combustible usado de los reactores del 1 al 4 contienen 3.108 "elementos combustibles", como se conoce a las estructuras que contienen las barras de combustible atómico Las unidades de la 1 a la 3 cuentan por su parte con 1.496 "elementos combustibles" en su interior, muchos de los cuales se piensa puedan estar fundidos o dañados.

En una reunión celebrada hoy entre el Gobierno y TEPCO, el ministro de Industria nipón, Yukio Edano, instó a la operadora a "incrementar" el nivel trabajo para reducir la preocupación de los cerca de 80.000 evacuados en la zona por la crisis nuclear.

Ayudas de 1 billón de yenes

Además, según el diario económico Nikkei, el Gobierno estudia entregar cerca de 1 billón de yenes (9.798 millones de euros) de las arcas públicas para ayudar a la compañía a pagar las compensaciones para afectados por la tragedia.

Desde el inicio de la crisis en la central de Fukushima el 11 de marzo, la eléctrica ha reportado pérdidas por más de 5.800 millones de euros entre abril y septiembre.

Durante este año fiscal, que concluye en marzo de 2012, TEPCO tendrá que desembolsar cerca de 1 billón de yenes (9.789 millones de euros) en indemnizaciones, y la cantidad podría aumentar a 4,5 billones de yenes (44.090 millones de euros) en los próximos dos años.

El pasado 16 de diciembre el Gobierno de Japón confirmó que los tres reactores nucleares de la central de Fukushima dañados por el tsunami de marzo habían alcanzado la "parada fría", lo que supone que se mantienen de forma estable por debajo de 100 grados centígrados, incluso en el caso de que haya una emergencia.

A pesar de haber decretado la "parada fría", será necesario desmantelar la central y concluir las labores de limpieza de la radiactividad en torno a la planta antes de dejar atrás la crisis nuclear, la peor en los últimos 25 años.

Fuente:

El Mundo Ciencia

Universidad planea utilizar monos con GPS para medir radioactividad en Fukushima

Es inconcebible, en la tierra de la más alta tecnología se piensa en emplear a simios para medir niveles de radioactividad... y nosotros en "Conocer Ciencia" nos preguntamos ¿por qué no se utilizan microrrobots para estas tareas?

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Como consecuencia de la explosión de la planta nuclear de Fukushima, existen extensas zonas de terrenos en torno a la planta de las que no se sabe el estado actual de contaminación en el que se encuentran.

Es por esta razón que en la Universidad de Fukushima han ideado un proyecto con el que esperan recolectar información en terreno sobre las reales condiciones de contaminación existentes en los alrededores de la planta, para lo cual se encuentran “entrenando” a un grupo de valientes monos para que midan la radiactividad.

La idea de los investigadores es dotar a estos animalitos de equipos GPS y medidores de radiactividad, para que sean ellos los encargados de medir el nivel de contaminación presente en algunas zonas cercanas a la planta.

Hasta ahora las únicas mediciones existentes han sido tomadas desde helicópteros que han sobrevolado algunas zonas cercanas a la planta, por lo que no sirven para tener una idea clara respecto al nivel de contaminación en el que se encuentran.

El proyecto contempla iniciar las mediciones en el borde de la llamada “zona de exclusión” (Minamisoma), en donde soltarán a los monos para que recorran los bosques y durante dos meses envíen los datos que vayan recolectando (la información se envía en forma automática).

Una vez concluido el plazo definido para realizar el estudio en terreno, los monos quedarán liberados de sus obligaciones y podrán seguir viviendo en las zonas en donde fueron desplegados.

Link: Wild monkeys to measure radiation levels in Fukushima (The Telegraph)

Fuente:

FayerWayer

20 de octubre de 2011

Los héroes de Fukushima reciben el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011




  • Toyohiko Tomioka, en el centro, junto al resto de héroes de Fukushima, en Oviedo. | Reuters

    Toyohiko Tomioka, en el centro, junto al resto de héroes de Fukushima, en Oviedo. | Reuters

    La lucha contra la crisis nuclear en Fukushima, provocada tras el tsunami que hace seis meses dejó en Japón más de 15.800 muertos y casi 4.000 desaparecidos -según los últimos recuentos-, se personifica en Oviedo estos días a través de los testimonios de dos policías, otro par de militares y un jefe de bomberos que entraron, junto a otras 200 personas, en el perímetro que tuvo al mundo en vilo durante varios días de marzo.

    Lejos de considerarse "Héroes de Fukushima", como les define el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011, Toyohiko Tomioka, máximo responsable de bomberos al mano de las operaciones para tratar de enfriar los reactores en aquellos primeros momentos de lucha contra la radiación, explica que "parte de la cultura de Japón, es que cuanto más terrible es la situación, más da uno de sí mismo para los demás. Es la mentalidad japonesa. Ante una situación de catástrofe como esa, nadie pretende ser salvado sólo".

    Más allá de los operarios de la central donde se provocó la mayor alarma nuclear desde Chernobil y de la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad, hubo familiares de alguno de los "liquidadores" o "samuráis nucleares" -aquellos que participan de alguna manera en zona de fuerte radiación en luchar contra la crisis- que criticaron que participaran también personas sin preparación.

    Tomioka juega al rugby. "Cuando mi equipo gana nadie se atribuye lo que ha hecho o conseguido por sí mismo. Siempre es el conjunto", dice. Y traslada esta idea a la reacción del pueblo japonés. A él le tocó entrar en un coche blindado contra radiación en la central para decidir donde pondrían las estructuras para disparar los chorros de agua con los que enfriar el reactor dos. Un vehículo que por su blindaje tenía una visibilidad muy limitada. Tal es así que, "aunque estaba prohibido", tuvo que salir del vehículo para identificar el punto adecuado.

    "Yo no tuve miedo y mis compañeros tampoco. Simplemente sentí la obligación moral, como persona y como trabajador, para llevar a la práctica todo lo que he aprendido y estudiado. Teníamos que defender nuestra patria", afirma. Pero al abandonar el perímetro, tras establecer el dispositivo para comenzar a enfriar los reactores y ver cómo sus compañeros tomaban el relevo en la zona más peligrosa, Tomioka se dirigió a los medios de comunicación: "Quiero pedir perdón a nuestras familias por el sufrimiento que pasan".

    A principios de esta semana se halló plutonio fuera de los reactores en la central. Pero Tomioka no deja asomar ni una crítica a la gestión del Gobierno, ni de la compañía responsable de la central, y todo son agradecimientos ante la preocupación y la solidaridad recibida desde el extranjero: "Se está trabajando lo mejor que se puede, con presupuestos extraordinarios para limpiar terrenos, para ayudar a los damnificados"

    Fuente:

    BBC Ciencia

    18 de octubre de 2011

    ¿Qué nos dicen los bananos sobre la radiación?

    La preocupación mundial por la radiación se multiplicó tras ver los daños a la planta nuclear de Fukushima en Japón tras el terremoto y tsunami de clic marzo pasado. Esta semana se detectó otro punto en clic Tokio. Pero, ¿hay manera de traducir las complicadas medidas que usan los científicos para que podamos entender el riesgo?, se pregunta Michael Blastland, de BBC Magazine.

    Bananas

    Los bananos pueden ayudarnos a entender la radiación.

    Qué cosa peculiar, la radiación, ¿no?

    Invisible, incomprensible, perjudicial (bombas) y a la vez útil (rayos X) o incluso ambas cosas a la vez (energía nuclear). Y nos ponemos como locos si alguien quiere poner material radiactivo en nuestro patio trasero, aunque sabemos que está en todas partes.

    Sería mucho más fácil entender si nuestra exposición a los peligros de la radiación es reducida a algo como los bananos. En realidad, se puede, en cierta medida: bienvenidos a la Dosis Equivalente en Bananos o DEB.

    Los bananos son una fuente natural de isótopos radiactivos. Es cierto que no hay muchos en una banano. Pero son suficientes como para que unos cuantos racimos activen los sensores de radiación que hay en los puertos de Estados Unidos para detectar el contrabando de material nuclear, según la Iniciativa contra la Amenaza Nuclear, un centro de estudios sobre seguridad.

    La medida estándar de los efectos biológicos de la radiación es el sievert. Un sievert es una dosis gigantesca, pero una décima parte de una millonésima de un sievert -0,1 microsievert- es más o menos la dosis que se ingiere al comer un banano.

    Por lo tanto, podemos utilizar un banano como unidad básica y convertir otras exposiciones a la radiación en las correspondientes bananos. Los datos de la tabla vienen de clic aquí (en inglés). No garantizo haberlos revisado.

    Bananos y radiación

    Número de bananos

    Equivalentes a exposiciones de radiación de...

    500 millones

    Diez minutos junto al núcleo del reactor de Chernóbil tras la explosión y el derrumbe

    80 millones

    Dosis letal, incluso con tratamiento

    20 millones

    Envenenamiento por radiación grave, fatal en algunos casos

    500.000

    Dosis máxima legal anual para un obrero en la industria de la radiación en EE.UU.

    70.000

    Tomografía computarizada de tórax

    40.000

    Diez años de dosis normal, el 85% de la cual proviene de fuentes naturales

    4.000
    Mamografía
    1.000

    Dosis total aproximada recibida en el Ayuntamiento de Fukushima durante las dos semanas posteriores al accidente

    400

    Vuelo desde Londres a Nueva York

    300

    Objetivo previsto de descarga anual de una planta de energía nuclear

    200

    Radiografía de tórax

    50

    Radiografía dental

    1
    Comer una banana
    0,5
    Dormir con alguien

    Pero ¿por qué molestarse en convertir todo esto a bananos? En parte porque es de esperar que los DEB sean más amigables que los sieverts, grays, rads, rems y demás parafernalia.

    Aunque no a todos les gustan los DEB, a causa de los problemas que supone medir los cambios en el nivel de exposición a la radiación de un banano a medida que pasa por nuestro cuerpo.

    Pero creo los DEB son útiles por varias razones. En primer lugar, nos recuerdan que la radiación es un lugar común. Hay pocas cosas más comunes que un banano.

    En segundo lugar, sabemos que comer un banano no nos va a matar. Ni remotamente. No sin violencia extrema. Esto confirma una vieja teoría sobre la toxicidad: el peligro está en la dosis.

    Cantidad

    En otras palabras, la mayoría de las cosas, incluida la radiación, sólo son peligrosas en grandes cantidades. La distinción entre lo tóxico y lo seguro no es realmente una distinción de grado, sino de cantidad. Esto es válido para casi todo, desde el agua y las vitaminas hasta el arsénico.

    En tercer lugar, imagínense comer 20 millones de bananos, el equivalente a una dosis que produciría un envenenamiento por radiación grave, incluso mortal. Probablemente uno se moriría de otra cosa diferente a la radiación antes de terminar de comerselos. No intenten esto en su casa. Incluso durante una vida de 80 años, habría que comer 700 por día.

    Por lo tanto, si ponemos toda exposición a la radiación en una escala -la escala del banano- podemos ver claramente cuán grande es la escala. A dosis bajas, los bananos vienen en racimos, y luego ya vienen de a miles de millones, que corresponden a microsieverts, milisieverts y sieverts.

    Miden la radiación de un bebé en Fukushima.

    Así miden la radiación de un bebé en Fukushima.

    Por lo general, los gráficos sobre este tipo de temas usan una escala logarítmica, como con los decibeles, pero las escalas logarítmicas confunden a algunos lectores. Los bananos no tienen ese problema.

    Volviendo a los bananos, nuestro sistema no pretende trivializar el riesgo para la salud que supone la radiación. La radiación -en rigor, estamos hablando de la radiación ionizante, el tipo que puede dañar las células humanas- está lejos de ser algo trivial. El Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. ha estimado, por ejemplo, que los millones de tomografías computarizadas que se hicieron en EE.UU. sólo en 2007 pueden llegar a causar 29.000 casos de cáncer.

    Pero la forma en que medimos las cosas puede cambiar nuestra forma de pensar sobre ellas. Pensemos en la radiación de una tomografía computarizada del tórax. Si les digo que equivale a estar a unos dos kilómetros del epicentro de la bomba atómica de Hiroshima, es posible que vean el riesgo de forma diferente que si lo comparo con comer 70.000 bananos.

    Créase o no, ambas comparaciones son válidas. La exposición causada por la bomba disminuye rápidamente con la distancia. Decidan ustedes mismos qué suena peor.

    Así que, ¿les cambia algo mirar la radiación pensando en bananos? Si la respuesta es no, admito que puede deberse a lo insólito de la idea.

    Las actitudes que uno asume ante los riesgos son complicadas, emocionales, culturales y muy profundas. El miedo, por ejemplo, no es fácil de cuantificar. No es simple poner la psicología del riesgo en un gráfico.

    Los números sólo nos ayudan hasta cierto punto, incluso cuando los transformamos en algo tan cotidiano como un banano.

    Fuente:

    BBC Ciencia

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