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17 de febrero de 2020

La primera especie extinguida de 2020: un pez de hasta siete metros de largo

La construcción de represas bloqueó los hábitos migratorios del animal y su reproducción.


El año 2020 abre sus puertas con la confirmación alarmante de una nueva especie extinguida: el pez remo gigante chino de hasta siete metros de largo. El animal, Psephurus gladius, vivía en el río Yangtsé, el tercer más largo del mundo con más de 6.300 kilómetros y la cuna de más de 400 especies distintas. Desde 2009, el  llamado "rey de los peces de agua dulce" no da signos de vida, pero los científicos esperaron a tener pruebas más claras antes de darlo por perdido. 

Un estudio publicado recientemente en la revista Science of the Total Environment explica que la especie sufrió un claro descenso desde 1970 como resultado de una sobrepesca y la fragmentación de su hábitat. Además, en 1981, los seres humanos construyeron la presa Gezhouba, que bloqueó los hábitos migratorios de un animal que necesita nadar río arriba para reproducirse y bajar de nuevo para alimentarse. Y las fechas coinciden. Entre 1981 y 2003, se observó tan solo 201 veces a la especie —el 95,2% de los avistamientos fueron anteriores a 1995— que desde 1996 está declarada en peligro de extinción, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

En 2003 se construyó otro embalse, el de las Tres Gargantas, fue construido y empeoró la situación hasta acabar con los últimos ejemplares del pez remo que, en vano, buscaban nuevos lugares de incubación. Fue el año en el cual se confirmó el último avistamiento. El estudio de los investigadores del laboratorio de Conservación de la Biodiversidad en Agua Dulce del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de la República Popular China confirma que la especie ha desaparecido por completo y probablemente entre 2005 y 2010. Durante un análisis exhaustivo por toda la región, los expertos han identificado 322 especies de peces distintas y ninguna de ellas, "ni siquiera un solo espécimen", era un pez remo.

Lea el artículo completo en: El País (España)

11 de junio de 2019

Los chimpancés tienen cultura y está en peligro

Un macroestudio identifica 31 tradiciones que se transmiten en las sociedades de estos simios y que podrían perderse para siempre por el impacto de los humanos.


Era otoño de 1960 cuando aquella joven sin estudios observó lo impensable: un chimpancé, David Greybeard, había doblado una rama y le había quitado sus hojas para pescar termitas con ella. Cuando el hallazgo de Jane Goodall se hizo público, los titulares de los periódicos no tuvieron dudas: obligaba a replantearse lo que significa ser humano. Hacer herramientas ya no era la característica que definía al sapiens frente al resto del reino animal. Los chimpancés, tan inteligentes y adaptables, habían desarrollado esta habilidad y se la transmitían entre ellos. Conocerles mejor a ellos nos ayudaba a conocernos a nosotros mismos.

Medio siglo después, en 2011, el chimpancé Nick cogió un puñado de musgo, lo sumergió en un pozo natural y, a modo de esponja, escurrió el agua en su boca para beber. Solo tres años después más de la mitad de los miembros de la comunidad de Nick, el macho alfa, bebía agua de esta forma. También había testigos: la primatóloga Catherine Hobaiter y su equipo, que habían asistido al nacimiento de una nueva tradición cultural en Uganda, la última de estas conductas que se han conocido desde los primeros hallazgos de Goodall. Beber empapando musgo y no usando hojas a modo de cuchara es una de las técnicas, conductas o ritos que conocemos de los chimpancés. El mayor estudio que se ha realizado nunca para conocer el mundo cultural de los chimpancés, recién publicado, ha registrado en total 31 de estas manifestaciones culturales que aprenden y se transmiten entre ellos, sin que se trate de un comportamiento inscrito en sus genes.

Pero todas esas tradiciones culturales están en peligro. Podrían desaparecer, con toda su riqueza y sus importantes claves para el conocimiento de los grandes simios, pero también de la evolución humana. Esa es la principal conclusión de este ambicioso estudio, que ha llevado a los científicos a estudiar 144 comunidades de chimpancés salvajes en 15 países africanos durante nueve años. Allí donde la presión humana es mayor, se derrumba la probabilidad de que los chimpancés desarrollen y conserven una tradición cultural propia, según publican en la revista Science.

Lea el artículo completo en: El País (Ciencia)


9 de junio de 2019

El 2050 los seres humanos llegarán a su fin, con una "alta probabilidad"

Un nuevo y aterrador informe sobre cambio climático pone fecha de no retorno a la humanidad.


Se trata del informe científico más aterrador hasta la fecha. El nuevo análisis, llevado a cabo por un centro especializado australiano, Breakthrough National Centre for Climate Restoration, y respaldada por un ex jefe del ejército de Australia, sugiere llevar a cabo un esfuerzo "similar a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial" para evitar las catástrofes que implican este escenario; entre ellas, una "alta probabilidad de que la civilización humana llegue a su fin" en 2050 si no se toman medidas de mitigación en la próxima década.

El fin del cambio climático no es inevitable, pero la situación es cada vez más desesperada. Sin una acción inmediata y drástica, este análisis predice que para 2050, el cambio climático podría convertirse en una "amenaza existencial para la civilización humana" que nunca podrá deshacerse.

Así las cosas, este think tank australiano afirma que el resto de investigaciones publicadas hasta ahora son erróneas: los riesgos del cambio climático son, en realidad mucho, mucho, peores de lo que nadie puede imaginar.

La tesis central del artículo es que
las predicciones de los científicos del clima son demasiado limitadas. El cambio climático afectará al planeta en un futuro cercano y la crisis climática actual, dicen, es más grande y más compleja de lo que cualquier humano haya tratado antes.

Modelos climáticos generales, como el que utilizó el Panel de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) en 2018 para predecir que un aumento de la temperatura global de 2 grados centígrados podría poner en riesgo a cientos de millones de personas no tuvo en cuenta la gran complejidad de los muchos procesos geológicos interconectados de la Tierra; como tales, no logran predecir adecuadamente la escala de las posibles consecuencias. La verdad, escribieron los autores, es probablemente mucho peor de lo que cualquier modelo pueda imaginar.

¿Cómo se acabará el mundo?
 
¿Qué expectativa de futuro queda? Los autores del trabajo ofrecen un escenario particularmente sombrío que comienza con los gobiernos del mundo "ignorando cortésmente" el consejo de los científicos y la voluntad del público de descarbonizar la economía (encontrando fuentes de energía alternativas), lo que resulta en un aumento de la temperatura global de 3 ºC para el año 2050. En este punto, las capas de hielo del mundo se desvanecen; las brutales sequías matan a muchos de los árboles en la selva amazónica (eliminando una de las mayores compensaciones de carbono del mundo); y el planeta se sumerge en un circuito de retroalimentación de condiciones cada vez más calientes y más letales.
"El 35% de la superficie terrestre global y el 55% de la población mundial están sujetos a más de 20 días al año de condiciones de calor letal, más allá del umbral de la supervivencia humana", plantean los autores.

Mientras tanto, las sequías, las inundaciones y los incendios forestales devastan regularmente la tierra. Casi un tercio de la superficie terrestre del mundo se convierte en desierto. Los ecosistemas enteros colapsan, comenzando con los arrecifes de coral del planeta, la selva tropical y las capas de hielo del Ártico. Los trópicos del mundo son los más afectados por estos nuevos extremos climáticos, que destruyen la agricultura de la región y convierten a más de mil millones de personas en refugiados.
 
Este movimiento masivo de refugiados, junto con la reducción de las costas y las severas caídas en la disponibilidad de alimentos y agua, comienza a estresar el tejido de las naciones más grandes del mundo. Los conflictos armados por los recursos, tal vez que culminan en una guerra nuclear, son probables.

El resultado es un "caos absoluto" y quizás "el fin de la civilización humana global como la conocemos".

¿Cómo se púede prevenir esta catástrofe?

Aceptando globalmente el cambio climático y poniéndonos a trabajar de inmediato como si de una emergencia vital se tratara. Según los autores del artículo, a la raza humana le queda aproximadamente una década para organizar un movimiento global para hacer la transición de la economía mundial a un sistema de cero emisiones de carbono. (Para lograr emisiones de carbono cero es necesario no emitir carbono o equilibrar las emisiones de carbono con la eliminación de carbono). El esfuerzo requerido para hacerlo "sería similar a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial", escribieron los autores.

El nuevo documento de política fue respaldado con un prólogo del almirante Chris Barrie, un jefe de defensa australiano retirado y comandante de la marina real senior que ha testificado ante el Senado australiano sobre las posibilidades devastadoras que el cambio climático representa para la seguridad nacional y el bienestar humano en general.
"La vida humana en la Tierra puede estar en vías de extinción, de la manera más horrible", explicó Barrie.

Referencia: 
 
The Breakthrough National Center for Climate Restoration: https://docs.wixstatic.com/ugd/148cb0_a1406e0143ac4c469196d3003bc1e687.pdf


7 de mayo de 2019

BBC: 4 gráficos que muestran la "alarmante" degradación de la biodiversidad del planeta


La tala de bosques, el saqueo de los mares y suelos, y la contaminación del aire y el agua están llevando al mundo natural al borde del abismo.

Este lunes, la ONU presentó un nuevo informe sobre el estado de la biodiversidad del planeta.

El estudio señala que la destrucción de la naturaleza se está dando a una velocidad nunca antes vista y nuestra necesidad de más alimentos y energía son los principales impulsores.

Un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción.

Esto es lo que sabemos sobre la salud del planeta en términos de biodiversidad, la
variedad de seres vivos en la Tierra y los ecosistemas a los que pertenecen.

1. La biodiversidad del planeta está desapareciendo rápido

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es una medida crítica de nuestro impacto en la naturaleza.

Casi 100.000 especies forman parte de este inventario de especies amenazadas. De estas, más de un cuarto están en peligro de extinción, desde los lemures de Madagascar hasta anfibios como ranas y salamandras, y plantas como coníferas y orquídeas.
Los científicos creen que la Tierra se dirige hacia un "evento de extinción masiva", el sexto en los últimos 500 millones de años.

"Ahora tenemos pruebas abrumadoras de que estamos perdiendo especies a una velocidad alarmante", le dijo a la BBC el profesor Alexandre Antonelli, director de ciencia en el jardín botánico de Londres, Kew Gardens.

Según las estimaciones, las tasas de extinción actuales son aproximadamente 1.000 veces más altas que antes de que aparecieran los humanos.

2. Pérdida de hábitat, cambio climático y contaminación, las mayores amenazas

Según un estudio reciente, si bien el cambio climático es una amenaza creciente, los principales impulsores del declive de la biodiversidad continúan siendo la pérdida de hábitat natural para obtener alimentos, combustible y madera, y la sobreexplotación de plantas y animales por parte de los humanos a través de la tala, la caza y la pesca.

La tala insostenible está contribuyendo a la disminución de la talla de los monos de Myanmar, mientras que la expansión de la agricultura está expulsando a animales como el guepardo.

"Los gobiernos se han centrado en el cambio climático mucho más que en la pérdida de biodiversidad o la degradación de la tierra", dijo a la BBC el presidente de IPBES, el profesor Bob Watson.

"Los tres son igualmente importantes".

Lea el artículo comleto en: BBC Mundo
 

23 de abril de 2019

Los humanos aceleraron la extinción de los grandes mamíferos de Sudamérica

Una investigación refuerza la teoría de que no sólo el clima acabó para siempre con la megafauna de América del Sur.
Messineo y Politis sostienen con esfuerzo el fémur del megaterio hallado en un campo de la región pampeana argentina.
Los fósiles de una escena primitiva, hallados con la precisión de una fotografía, demuestran que los seres humanos se comieron a los últimos grandes mamíferos que quedaban en América después de la última glaciación. La evidencia, que figura en un trabajo publicado por Science Advances, fue analizada por un equipo de arqueólogos argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN) junto a investigadores estadounidenses.

El clima contra la depredación humana es (ahora se sabe) una falsa controversia científica respecto a la extinción de los megamamíferos en Sudamérica y en el Mundo. Las sucesivas evidencias han enfatizado una causa sobre la otra, pero en conjunto reflejan que ambas fueron determinantes en la desaparición de los grandes animales del Pleistoceno.

Se trata de un proceso que en América se inició en el deshielo y que el apetito humano probablemente sólo aceleró. “El clima jugó un rol también. Se extinguieron grandes animales en el mundo, no solamente acá aunque se extinguieron más en Sudamérica, también lo hicieron en Norteamérica y Europa. Entonces la discusión es: el clima y algo más. Este algo más creemos que son los seres humanos”, aclara el director de la investigación Gustavo Politis, sentado en su oficina del área de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA), a pocos kilómetros del sitio del hallazgo. Sin embargo, agrega una advertencia para quienes cargan las culpas sobre los seres humanos. “En Sudamérica hay al menos 30 especies de megamamíferos que se han extinguido. Las que han sido cazadas son 5, 6 no más. No se puede explicar toda la extinción por la acción del hombre”. La caza no es el único daño que podríamos haber hecho en el pasado. “También puede haber pasado que los seres humanos hayan hecho disrupciones en el ambiente como la introducción de nuevos parásitos o quemazones en los campos. Si el fuego produjo quemazón en poblaciones de animales con bajas tasas de reproducción, había un clima desfavorable y encima aparecieron seres humanos que los depredaron, los extinguieron” concluye Politis.

 

1 de febrero de 2019

El delfín rosado del Amazonas está cerca de la extinción

El delfín rosado del Amazonas es uno de los animales más interesantes y hermosos que encontrarás en libertad. Y ahora, está en peligro. 


El delfín rosado es una interesante especie; que, de hecho, no está tan relacionada con los delfines comunes como podría pensarse, aunque definitivamente se parecen. Estos viven en ríos y pertenecen a la familia Platanistoidea, mientras que los delfines comunes de mar pertenecen a la Delphinidae. 

Esta es una de las cinco especies de delfines de río; y de hecho, son los machos adultos los que llegan a adquirir ese color rosa pastel que tanto los caracteriza. Sí, son bonitos, pero como casi todos los animales bonitos, ahora podrían desaparecer.

El delfín rosa en peligro de extinción

Según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza; luego de haber estado fuera de la lista por 10 largos años, los delfines rosados han vuelto a estar en peligro de extinción.

Y es que estudios han identificado que la población de delfines en Brasil y Colombia está disminuyendo peligrosamente. Si las cosas siguen así, en 50 años ya no existirá la mitad de estos delfines.

Pero, ¿por qué se están extinguiendo? El problema, como suele ser, es la deforestación y el deterioro de su hábitat natural. La amazonia está desapareciendo poco a poco, y con ella cientos de especies que viven ahí. 

Se espera que con esta noticia los gobiernos relacionados incluyan en su agenda la protección de estos delfines; con ayuda de programas para evitar su desaparición, así como la deforestación de la selva del Amazonas.

Fuente:

FayerWayer

11 de diciembre de 2018

Cuando la Tierra se volvió líquida: cómo fue el colosal impacto que acabó con los dinosaurios

Es difícil imaginar cómo miles de millones de toneladas de roca pueden de pronto salpicar como un líquido, pero es exactamente lo que ocurrió cuando un asteroide impactó la Tierra hace 66 millones de años.

Así lo aseguran científicos en Estados Unidos que lograron reconstruir en forma detallada cada paso del evento colosal que acabó con los dinosaurios.

Muestras obtenidas del cráter del impacto permitieron concluir que las rocas sufrieron un proceso de "fluidización".

En otras palabras, el material pulverizado comenzó a comportarse como una sustancia similar al agua.

Cráter de 200 kilómetros

Modelos informáticos permitieron determinar qué sucedería si un objeto de piedra de 12 km de ancho proveniente del espacio impactara la superficie de la Tierra.

Inicialmente se crearía en forma casi instantánea un espacio cóncavo de unos 30 km de profundidad y 100 km de ancho.

La inestabilidad del terreno causaría posteriormente el colapso hacia adentro de los márgenes del cráter. Y ese colapso generaría a su vez una reacción de rebote desde el fondo del cráter hasta alturas superiores al Himalaya.

Esos movimientos gigantescos en determinado momento se estabilizarían, y lo que permanecería sería un cráter de unos 200 km de ancho y 1 km de profundidad.
Ése cráter es precisamente el que se encuentra ahora enterrado bajo sedimentos en el Golfo de México, cerca del puerto de Chicxulub.

Como en la Luna

El modelo se llama "modelo de colapso dinámico de formación de un cráter" y el impacto que describe sólo es posible si las rocas, por un período breve, pierden su solidez y fluyen sin fricción.

El nuevo estudio presenta pruebas de ese proceso de fluidización, que se basan en material por la perforación de rocas en un anillo de colinas en el centro de la depresión de Chicxulub.

"Lo que encontramos al examinar el tubo de material de roca es que ésta se había fragmentado", dijo a la BBC Ulrich Riller, investigador de la Universidad de Hamburgo, en Alemania.

El artículo completo en: BBC Mundo


3 de diciembre de 2018

¿Qué especies dominarían la Tierra si los humanos nos extinguiéramos?

Ni la prevalencia ni la abundancia ni la diversidad son esenciales para ser la forma de vida dominante.


En un futuro postapocalíptico, ¿qué pasaría con la vida si los humanos desapareciéramos? Al fin y al cabo, es probable que la especie humana se extinga mucho antes de que el sol se convierta en una gigantesca bola roja y acabe con todos los seres vivos sobre la faz de la Tierra.

Suponiendo que no acabemos antes con los demás seres vivos (algo poco probable a pesar de nuestra tendencia a hacer desaparecer especies), la historia nos dice que habrá cambios fundamentales una vez que los humanos dejemos de ser la especie animal dominante del planeta.

Así que, si pudiésemos dar un salto en el tiempo hasta unos 50 millones de años después de nuestra desaparición, ¿qué encontraríamos? ¿Qué animal o grupo de animales nos relevarían como especie dominante? ¿Nace un Planeta de los simios como el de las películas? ¿O dominarán la Tierra los delfines, las ratas, los tardígrados, las cucarachas, los cerdos o las hormigas?

Esta pregunta ha dado lugar a muchas especulaciones, y numerosos escritores han hecho listas de especies candidatas. Sin embargo, antes de hacer conjeturas, debemos explicar a qué nos referimos con especies dominantes.

Limitémonos al reino animal

Se podría decir que la era actual es la era de las flores. Sin embargo, al visualizar el futuro nadie se imagina a Audrey 2 de La tienda de los horrores (aunque los trífidos de la ficción tuvieran rasgos característicos de los animales, tales como un comportamiento depredador y la habilidad de moverse).

Limitémonos pues al reino animal, más por razones prácticas que filosóficas. Según ciertos criterios, el mundo siempre ha estado dominado por bacterias, a pesar de que la “era de las bacterias” acabó hace unos 1.200 millones de años. Pero no fue porque las bacterias dejasen de existir o porque disminuyese su predominio, sino porque tendemos a dar más importancia a los grandes organismos multicelulares que vinieron después.

Según algunos cálculos, cuatro de cada cinco animales son nematodos (gusanos cilíndricos). Así que, con estos ejemplos, queda claro que ni la prevalencia, ni la abundancia, ni la diversidad son esenciales para ser la forma de vida dominante. En cambio, nuestra tendencia es pensar en organismos grandes y carismáticos.

Los mansos heredarán la Tierra

Hay un indiscutible grado de narcisismo en cómo los humanos designamos a las especies dominantes, al igual que una tendencia a otorgar este título a nuestros parientes cercanos. El Planeta de los simios imagina que nuestros parientes primates podrían desarrollar el habla y adoptar nuestra tecnología si les diéramos el tiempo y el espacio suficientes.

Pero es poco probable que las sociedades primates no humanas hereden nuestro dominio sobre la Tierra ya que, probablemente, los simios se extinguirán antes que nosotros. Ya somos el único homínido vivo que no está en peligro de extinción.

Lea el aertículo completo en: El Páis (España) 

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