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17 de septiembre de 2018

El cóctel Domínguez, el origen del cóctel Molotov


El cóctel molotov es una bomba incendiaria que en su versión más extendida -últimamente urbana- se compone de un trapo o pedazo de tela que, a modo de mecha, se coloca en la boca de una botella con productos inflamables; se enciende la tela y se lanza. Al romperse el cristal, el contenido se esparce a la vez que entra en contacto con la llama y se incendia.

El origen de su nombre se debe a Viacheslav Mijáilovich Skryabin -más conocido por Molotov, martillo-, el ministro de Asuntos Exteriores soviético que en 1939 firmó con su homólogo alemán, Ribbentrop, el pacto de no agresión en el que se repartían Polonia y daba el pistoletazo de salida de la Segunda Guerra Mundial. En noviembre de 1939, los soviéticos invadieron Finlandia (Guerra de Invierno). Stalin y Molotov pensaron que ante la superioridad numérica y bélica del Ejérctio Rojo los finlandeses poco o nada podrían oponer y que antes de fin de año habrían conquistado todo el país… craso error, la resitencia finesa consiguir aguantar todo el invierno, hasta marzo de 1940. Molotov, el Joseph Goebbels soviético, un maestro de la información/desinformación, declaró en varios comunicados radiofónicos que los soviéticos no lanzaban bombas sino paquetes con alimentos para la población finesa. Los finlandeses, que ante la superioridad de los soviéticos utilizaban lo que podían -como las bombas incendiarias en botellas-, decidieron contestar con humor a aquellos estúpidos comunicados:
Si ellos ponen la comida, nosotros ponemos la bebida (los cócteles molotov).
Desde aquel momento, a este tipo de bomba incendiaria se le denomina cóctel Molotov. Pero no fueron los finlandeses los primeros en utilizarlo… sino los españoles. En concreto, las tropas franquistas contra los tanques soviéticos T-26 y T-28 proporcionados a los republicanos por la Unión Soviética. Pero si seguimos buscando, encontraremos otra bomba incendiaria de las mismas características utilizada en Motril (Granada) en 1831… el cóctel Domínguez o cóctel Josef. En julio de 1831, aparecía esta noticia en la Gaceta de Madrid:
Entre las aguas de Calahonda y Adra [playas de Motril] alcanzó el falucho [embarcación de vela] español guardacosta nombrado Josef a una barca contrabandista. Luego que estuvo cerca de ella preguntó por su procedencia, fue contestado por dos carronadas [pieza de artillería naval corta], y siguiendo el fuego por una y otra parte se llegó a emprender el abordaje. En este estado el patrón del falucho arrojó varios frascos de fuego al contrabandista, de manera que la tripulación de este tuvo que arrojarse al mar, de donde fueron sacados 18 hombres entre quemados y heridos. Otros 8 individuos fueron después encontrados a bordo de la barca contrabandista, en la que había 2 carronadas de a 12 y varios efectos de contrabando. En el falucho ha salido gravemente herido el teniente de carabineros don Manuel José Domínguez, comandante de los que iban en aquel, y también lo han sido el contramaestre y dos marineros.

Fuente: Historias de la Historia

22 de mayo de 2013

Abejas entrenadas para detectar minas y explosivos

abeja

Durante la Guerra Yugoslava en la década de los noventa (de donde se crearon Serbia, Croacia, Bosnia, Eslovenia, Montenegro y Macedonia) se plantaron alrededor de 90,000 minas terrestres en lo que hoy es el territorio de Croacia y alrededor de 2,500 personas han muerto por causa de ellas. A pesar de que se han hecho importantes esfuerzos para liberar a la población de este peligro la realidad es que aún quedan muchas minas enterradas y peor aún que siguen activas. Aquí es donde las abejas entran en acción.

Científicos croatas han utilizado con mucho éxito a las abejas obreras para detectar minas terrestres. Esto funciona liberando un enjambre que olfatea las minas y se posa sobre ellas para luego encontrar dicho enjambre con una cámara térmica.

Gracias a su impresionante olfato, las abejas entrenadas han sido utilizadas para encontrar explosivos, drogas, uranio, detectar mujeres embarazadas y aparentemente, incluso detectar cáncer. Otra de las ventajas de las abejas es que ellas no activan las minas cuando se posan sobre ellas, salvando la vida no solo de humanos, sino también de los perros entrenados para encontrar explosivos.

Es por todo esto que el gobierno croata está decidido a demostrarle al mundo que las abejas son mejores rastreadoras que los caninos y buscan ponerlas en sus aeropuertos a que detecten diversos olores. El problema es que si bien, hay estudios que han demostrado que las abejas son excelentes para rastrear aromas, ellas solo son capaces de reconocer un solo aroma a la vez, lo que obligaría a las autoridades a tener diferentes enjambres entrenados para detectar diferentes olores.
En el siguiente video se muestra el método con el que una empresa británica entrena a sus abejas para combatir el terrorismo y ciertas enfermedades.



Tomado de.

FayerWayer
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