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8 de octubre de 2019

¿Por qué el cielo se ve azul? Y cómo John Tyndall lo descubrirlo


A lo largo de la historia, a muchos los científicos les ha motivado la aspiración de comprender cómo funciona la naturaleza. 

En su forma más pura, se trata solo de eso: el deseo de entender, sin tener en cuenta cuán útiles o rentables puedan ser los descubrimientos.

Ese enfoque de la ciencia se llama "investigación impulsada por la curiosidad" o "investigación sin límites".

Uno de los mejores ejemplos de los practicantes de esta forma pura de descubrimiento es el físico irlandés John Tyndall (1820-1893).


Además de ser un erudito, Tyndall también era un romántico


Era un entusiasta montañista y pasaba mucho tiempo en los Alpes. A menudo hacía una pausa al atardecer pues las puestas de Sol alpinas y su magnífica gama de colores lo dejaban extasiado.

Fue por eso que se propuso comprenderlas y, con ello, logró inspirar a generaciones de científicos a realizar investigaciones fundamentales. 

La razón de la belleza

Su ilimitada curiosidad y su interés por la naturaleza lo llevaron a explorar una amplia gama de temas y a hacer muchos descubrimientos clave para la ciencia. 

Fue él, por ejemplo, quien demostró por primera vez que los gases en la atmósfera absorben calor en grados muy diferentes, descubriendo así la base molecular del efecto invernadero.

Para encontrar respuestas a sus diversas preguntas, inventó experimentos para los que construyó varios aparatos, algunos muy sofisticados, que requerían, además, de una profunda comprensión teórica y una tremenda destreza.

Pero cuando quiso saber por qué el cielo se ve azul en el día y rojo al atardecer, los instrumentos que usó fueron sencillos. 

Armó un simple tubo de vidrio para simular el cielo y usó una luz blanca en un extremo para simular la luz del Sol. 

Descubrió que cuando llenaba gradualmente el tubo de humo, el haz de luz parecía ser azul desde un costado pero rojo desde el otro extremo. 

A este tubo de Tyndal, hecho de una aleación de cobre, hierro, vidrio y cera, lo llaman "aparato cielo azul" en la Royal Institution donde está expuesto.

Se dio cuenta de que el color del cielo es el resultado de la luz del Sol dispersándose por las partículas en la atmósfera superior, en lo que ahora se conoce como el 'efecto Tyndall'

Otro de sus aparatos fue aún más simple.

"El cielo en una caja"

Sr trataba de un tanque de vidrio lleno de agua, al que le agregaba unas gotas de leche. 

Lo que hacía la leche era introducir algunas partículas en el líquido.

Una vez lista la sencilla receta, Tyndall encendió una luz blanca al lado de un extremo del tanque.
Inmediatamente vio que el tanque se iluminaba con diferentes colores

A Tyndall le fascinaba el experimento. En su estilo típicamente poético, lo describió como "el cielo en una caja". 

Y es que a un lado del tanque, la solución era azul. Pero a medida que viajaba hacia el otro lado, se iba tornando más amarilla, hasta volverse naranja, como el atardecer. 

Arcoíris

Tyndall sabía que la luz blanca está hecha de todos los colores del arcoíris. Y pensó que la explicación de ese fenómeno que tanto lo cautivaba era que la luz azul tenía una mayor probabilidad de rebotar y dispersar las partículas de leche en el agua.

Ahora sabemos que esto se debe a que la luz azul tiene una longitud de onda más corta que los otros colores de luz visible. Eso significa que la luz azul es la primera en dispersarse por todo el líquido.

Es por eso que la parte más cercana a la fuente de luz se ve azul. Y es por eso que el cielo es azul: porque la luz azul del Sol tiene una mayor probabilidad de dispersarse en la atmósfera.
Pero el tanque también explica los colores del atardecer. 

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo
 

26 de marzo de 2019

G, el diminuto número sin el que la vida no existiría

Es un número que Newton descubrió, Cavendish valoró y Einstein entendió. 
 
6,67 x 10-¹¹ o 0,000000000067 es un número diminuto pero sin él, la vida, el Universo y todo simplemente no existiría. 

Eso es porque ese número dicta la fuerza de gravedad, esa atracción constante que toda materia ejerce sobre el resto de materia, que es sorprendentemente ubicua pero también increíblemente débil. 

Su potencia se cuantifica con la llamada constante gravitacional, un número conocido sencillamente como G

Y si quieres experimentar su debilidad sólo tienes que levantar los brazos horizontalmente.

Toda la fuerza de la masa de la Tierra hala tus brazos hacia abajo. No obstante, no te cuesta mucho esfuerzo vencerla. 

O piensa en esto.

Piensa que un pequeño imán puede pegarse a la puerta de tu nevera y hasta sostener otras cosas mientras que resiste la fuerza de la gravedad con sólo la del magnetismo.

Sin palabras

Fue debido a su extremada pequeñez que, tras descubrir la Ley de Gravitación Universal, Isaac Newton incluyó G en su ecuación pero no lo pudo calcular. 

Pero un siglo más tarde, un inglés llamado Henry Cavendish se planteó el reto de determinar el valor de G y, por ende, la fuerza de la gravedad. 

Cavendish era un hombre adinerado del Londres del siglo XVIII, un poco excéntrico y quizás triste, pues no tenía muchos amigos. 

No hablaba casi con nadie, ni siquiera con las doncellas que trabajaban en su casa, pues su timidez le impedía hablar con mujeres. Les tenía que dejar mensajes en la mesa del hall para comunicarles cosas como qué le apetecía almorzar.

Así que dedicó toda su vida a la ciencia, sin que ningún otro interés lo distrajera. 

Para encontrar el valor exacto de G, construyó un aparato.

"El aparato es muy simple. Consiste de un brazo de madera de 6 pies de longitud hecho de manera que sea fuerte pero liviano. El brazo está suspendido en posición horizontal con un delgado cable de seda de 40 pulgadas, y de cada extremo cuelga una esfera de plomo de unas dos pulgadas de diámetro.

"Todo está encerrado en una caja de madera, para defenderlo del viento". 


Cerca de las dos bolas que Cavendish menciona, puso otras dos esferas estacionarias, para que hubiera una atracción que retorciera el aparato y la fibra de seda. Añadió un espejo de manera que el movimiento se reflejara en la pared, para verlo mejor.

Esa desviación era proporcional a la fuerza de la atracción gravitacional entre las bolas grandes estacionarias y las pequeñas. 

El problema es que estas últimas se podían mover con cualquier vibración, algo que Cavendish tuvo en cuenta.

"Resuelto a prevenir errores, decidí poner el aparato en una habitación que permaneciera constantemente cerrada y observarlo desde afuera con un telescopio". 

Con todo ese cuidado, encontró la respuesta... ese diminuto número con el que empezamos:

G = 6,67 x 10-¹¹ Nm²/kg²

Al verlo escrito así, a quienes no somos expertos, ya no nos parece tan sencillo, así que le preguntamos al astrofísico y escritor de ciencia Marcus Chown cómo se define G.

"Su definición exacta es la fuerza gravitacional entre dos masas de 2 kilogramos que están a un metro de distancia". 

"Como es una fuerza tan fantásticamente pequeña sólo tiene un efecto apreciable a escala planetaria: cuando la masa es grande".

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

14 de noviembre de 2018

Escolares que usan gusanos para reducir plástico viajarán a Emiratos Árabes

Jóvenes ganadores de feria escolar Eureka participarán en certamen científico.


Un pequeño gusano que habita en el tronco de las Achupallas, plantas de la familia de las puyas que creceN en climas muy fríos, podría contribuir a descontaminar el ambiente de tanto polietileno de baja densidad o, mejor dicho, de las bolsas plásticas.

Una investigación sobre el gusano de Achupalla en la biodegradación de este tipo de plásticos se alzó hoy con el triunfo en la Feria Escolar Nacional de Ciencia y Tecnología Eureka 2018 que organiza el Concytec.

Los investigadores son William Aguilar Páucar del quinto año de secundaria y Johan Suclli Machacca, del segundo año, del colegio Daniel Estrada Pérez del Cusco, quienes asesorados por el profesor de Comunicaciones, Dante Guzmán Farfán,  lograron determinar la utilidad de ese invertebrado en ese propósito.

Fue William Aguilar, quien, llevado por una innata curiosidad de investigador, llegó a dar con este gusano que habita la Achupalla que crece en la comunidad de Llachi, del distrito de Ccatca, provincia cusqueña de Quispicanchis, sobre los 4,000 metros sobre el nivel del mar. Las hojas de estas plantas ayudan a la alimentación de los cuyes. 

"Probamos hasta con cinco gusanos, algunos de tierra y otros de plantas y finalmente dimos con este que come el plástico de las bolsas que se venden en los mercados", contó Aguilar a la Agencia Andina.

El experimento funcionó con bolsas de plástico de color rojo, verde, amarillo y blanco, mas no con los plásticos transparentes porque, al parecer, el animalito distingue los colores.

Gracias a la ayuda de una profesora de química de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, los dos jóvenes estudiantes practicaron a las heces del gusano la prueba de espectrocopía infrarroja, lográndose determinar que estas no contenían plástico, es decir que lo había degradado.

"Lo que nos resta saber es en qué otra sustancia lo ha convertido o si en su interior tiene bacterias que consumen el plástico", dijo Johan Suclli, el investigador más joven, quien reveló que este estudio lo iniciaron en el mes de julio último.

William Aguilar no es nuevo en este terreno. El año pasado representó al Perú en un certamen de ciencia en la ciudad de México. Su estudio en esa oportunidad fue sobre el gusano Huaytampo que habita en el Cusco y que puede producir una seda aún de mayor calidad que la china.

Ahora a ambos estudiantes, futuros ingenieros, y a su profesor asesor los espera la ciudad de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes, donde participarán en la Expo Ciencia internacional  Milset 2019, donde participarán delegaciones de  América, Europa, África y Asia.
 
 
 

25 de octubre de 2018

Kinesiogramas: Cómo el efecto Colin crea la ilusión de movimiento

Bienvenidos a un nuevo post de "Conocer Ciencia": ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante... 

En esta ocasión os enseñare a crear una ilusión óptica animada que con una impresora y teniendo el papel indicado a continuación cualquiera puede hacerla en casa. Esta ilusión óptica recibe el nombre de kinesiograma. 
El kinesiograma es como un especie de efecto estroboscópico. En cada plantilla tenemos varias imágenes montadas en un mismo plano, intercaladas de tal forma que aplicando el filtro se mostrará una imagen ocultando las demás, y al mover el filtro se irán mostrando por orden una tras otra, creando sensación de movimiento. El kinesiograma también se conoce como escanimación, kinetic key o Efecto Colin Ord.


animada

ilusión


Lo primero que tenemos que hacer es comprar papel para transparencias tamaño A4 muy importante que sea el que la marca de la impresora recomienda para evitar problemas
óptica



Imprimimos esta plantilla en papel de transparencias , esta es la que se desliza sobre el dibujo en una hoja de papel normal
hazlo tu mismo



Después imprimimos en el mismo tamaño (no variar el tamaño o no funcionara) todas estas plantillas , no es necesario imprimir en papel de transparencia estas se imprimen en papel normal A4 .


Crea tu propia ilusión óptica animada

animada





ilusión






óptica





hazlo tu mismo






Crea tu propia ilusión óptica animada





animada






ilusión





óptica

hazlo tu mismo

Crea tu propia ilusión óptica animada






animada





ilusión






óptica

hazlo tu mismo


Y ahora solo tenemos que deslizar la plantilla de papel de transparencias por encima de cualquier otra de las plantillas en papel normal y crearemos el efecto de animación


Fuente:


Taringa

7 de septiembre de 2018

Fractales con latas de gaseosa


Encontré este post en Variable de Mates

1-Fractales

Un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica, fragmentada o aparentemente irregular, se repite a diferentes escala. A continuación veremos un fractal particular el triangulo de Sierpinski.

2-Triangulo de Sierpinski



El matemático polaco Waclaw Sierpinski introdujo este fractal en 1919.

3-Construcción por iteración

Dibujamos un triangulo equilatero de lado unidad(iteración n=0). Seguimos encontrando el punto medio de cada lado y construimos un triángulo invertido (iteración n=1),el lado del triángulo será 1/2 de la unidad.

Resultado de imagen de triangulo de sierpinski construir
  • Ahora (iteración n=2) repetimos el proceso con cada uno de los tres triángulos de lado 1/2 que nos quedan. Aparecen tres triángulos invertidos de lado 1/4.

Iteración 3

Paso o iteración 3: Repetimos lo mismo en cada uno de los triángulos equiláteros sombreados obteniendo la figura siguiente...

http://sabrinamatematica.blogspot.com.es/2013/04/triangulo-de-sierpinski.html

Podemos deducir:
  • 1 triángulo de 3 latas
• 1 triángulo de 9 latas (formado por 3 triángulos de 3 latas)
• 1 de 27 latas (formado por 3 triángulos de 9 latas)
• 1 de 81 latas (formado por 3 triángulos de 27 latas)


• 1 de 243 latas (formado por 3 triángulos de 81 latas)
• 1 de 729 latas (formado por 3 triángulos de 243 latas)

4-Es una sucesión

Escribe el número de latas que necesitaré empezando por 3, ……
La sucesione pueden ser aritméticas si siempre se suma un número o geométricas si siempre se multiplica, ¿esta sucesi´on será aritmética o geométrica?

5-Calculo de las latas que necesitaremos

Resultado de imagen de triangulo de sierpinski con latas

¿Aceptas el reto? 

Hasta la próxima amigos 

Lic. Leonardo Sánchez Coello 
leonardo.sanchez.coello@gmail.com

16 de agosto de 2018

Guía para construir sistemas caseros de riego por goteo

CREA UN SISTEMA DE RIEGO CASERO

1- Sistema de riego por cordón o tela de algodón:

Un método de riego casero es el del cordón o tira de tela. En este caso, una tira de tela empapada de agua sale del recipiente o botella que contiene el agua y se introduce en la tierra de la planta a regar, actuando como una “pajita para beber” para el vegetal.




2- Sistema de riego por gotero casero con tornillos
Un segundo método de riego sería el de gotero casero y consistiría en rellenar una botella con agua, cerrar bien con un tapón y aplicarle un pequeño orificio con la ayuda de una aguja. La botella se colocaría directamente boca abajo sobre la tierra de la planta, o bien colgando del revés encima de ella.

Dependiendo del tamaño del orificio las botellas se vaciarían a mayor o menor velocidad, por lo que habría que hacer un poco de pruebas para asegurarnos que no dejamos a la planta con poca agua o, por el contrario, la inundamos. Hay quien realiza el orificio con un tornillo y deja el propio tornillo como dosificador.



Lea el artículo completo en:

Agro Alimentando

25 de junio de 2018

La teoría de la relatividad general de Einstein acaba de probarse con enorme éxito en una galaxia


Sería difícil exagerar cuán resiliente es la teoría de la relatividad general. En su historia de más de cien años ha logrado predecir cosas mucho más allá de la capacidad para realizar experimentos de la década de 1910, y sigue aguantando cada nueva prueba que los científicos le arrojan.

Esta vez, un grupo de investigadores le dio la vuelta a un experimento típico. A menudo, los científicos miran cuánto dobla un objeto el tejido del espacio en sí para determinar su masa. Un nuevo experimento invierte esa idea, utilizando una masa ya calculada para ver si las predicciones de la relatividad general se mantienen. Spoiler: se mantienen. Pero, curiosamente, el hallazgo podría meter en problemas a los físicos que esperaban resolver otros misterios del universo.

Que la masa puede deformar la forma del espacio en sí es una parte fundamental de la relatividad general. Los científicos lo han observado repetidas veces al estudiar cómo los objetos pesados ​​en el espacio, como los cúmulos de galaxias, deforman la luz que pasa a su alrededor. Detectaron esto por primera vez durante un eclipse solar de 1919, en el cual el sol eclipsado parecía haber cambiado ligeramente la posición de la estrella del fondo, y continúan detectando el fenómeno a día de hoy. Ahora saben que los objetos pesados ​​pueden deformar tanto la luz que las estrellas y galaxias que están más al fondo aparecen como un anillo en el cielo.

El artículo completo:

Gizmodo

31 de marzo de 2018

Cómo puedes tener más suerte: cuatro claves según la ciencia

La suerte es una cuestión de actitud: ¿qué estás dispuesto a hacer hoy para que te sonría?

Ni tocar madera o cruzar los dedos funciona. Si quieres tener más suerte, la ciencia ha descubierto cómo conseguirlo. Al menos, esa es la conclusión de Richard Wiseman, profesor de la Universidad de Hertfordshire en Reino Unido. 

Su investigación comenzó con una sencilla pregunta: ¿cómo es posible que haya personas que estén en el lugar adecuado en el mejor momento para que les ocurran cosas positivas y otras, sin embargo, parece que arrastran la mala suerte a sus espaldas? Wiseman, como buen científico social, quiso encontrar la respuesta y para ello realizó varios experimentos. 

Pidió a un grupo de voluntarios que se clasificaran conforme a su nivel de suerte y que participaran en distintas pruebas. Una de ellas era un experimento muy sencillo: tenían que contar el número de imágenes que veían en un periódico. En mitad del mismo, y sin que los participantes lo supieran a priori, dejó un mensaje fácil de leer que decía: “Dígale al investigador que ha visto esto y gane 250 libras". Las personas que consideraban que tenían suerte, paraban de contar y leían en voz alta el mensaje del periódico para cobrar el dinero. Así de fácil. Sin embargo, aquellas que previamente se habían considerado como poco afortunadas, se ponían tensas y llegaban incluso a no decir nada. Aquel resultado le inspiró la idea central para su investigación: la suerte es una cuestión de actitud. "La mayoría de la gente simplemente no está abierta a lo que le rodea", dice Wiseman. Es más, a su juicio, solo el 10% de nuestra existencia es aleatoria, el 90% restante se define por cómo afrontemos lo que no ocurre. Por tanto, estas son buenas noticias. Si queremos tener más suerte, tenemos que comenzar con nosotros mismos, con pensar de un modo más amable.

Así pues, veamos qué cuatro claves nos sugiere Wiseman para sentirnos más afortunados (y ojo, que suerte es diferente de azar; el azar sería que nos tocara la lotería, algo en lo que nuestro único margen de maniobra es comprar un décimo. La suerte es un concepto mucho más amplio):

Primero, ábrete a nuevas experiencias. Si buscas tener el control de todo al milímetro, se te escaparán cosas que se salen de tu objetivo inicial y que pueden ser muy positivas. Vivir de un modo más relajado no solo es bueno para la salud, sino también para la suerte.

Segundo, identifica tus corazonadas y préstales más atención. En nuestro sistema digestivo hay más de 100 millones de neuronas que nos dan pistas sobre lo que no vemos a priori de manera consciente y que nos aportan información muy relevante para tomar decisiones acertadas.

Tercero, confía en que lo que te puede ocurrir es positivo. Por supuesto, es una interpretación, pero ayuda. Sabemos que se vive mejor confiando en que estando siempre a la defensiva. Y parece que de este modo también se entrena la suerte.

Y cuarto, convierte las malas experiencias en positivas. Aprender de los errores con optimismo o imaginar que podría haber sido mucho peor nos alivia y nos hace relativizar los fallos.

Como vemos, la suerte es una percepción, depende de lo que hagamos y de cómo nos narramos lo que nos sucede. Por eso, se puede entrenar, como sugerían Fernando Trías de Bes y Alex Rovira en su libro La Buena Suerte, y como hicieron los participantes que asistieron a la Escuela de la Suerte que inauguró Wiseman en el Reino Unido. Escribieron un libro sobre todo lo bueno que les estaba ocurriendo y, pasado un tiempo, se sintieron mucho más afortunados. Así pues, como es una cuestión de actitud, ¿qué estás dispuesto a hacer hoy para mejorar tu suerte?

Fuente:

El País (España)

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