Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta estudiar. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta estudiar. Mostrar todas las entradas

8 de enero de 2018

Cómo aprender más rápido, según Elon Musk, Einstein y Feynman

Cómo aprender rápido y crear reglas generales realmente útiles son francamente cuestiones difíciles de responder. Sin embargo, quizá podamos aprender algo de algunos genios.

Figuras como Albert Einstein, su colega Premio Nobel de Física Richard Feynman, y el súper empresario Elon Musk han ofrecido consejos prácticos que cualquiera puede usar para acelerar su aprendizaje en cualquier tema de su elección.



Einstein

Según Einstein, los grandes saltos mentales y la diversión van de la mano, y cuanto más puedas disfrutar aprendiendo, más rápido acumularás información en tu cerebro y lograrás avances.

En 1915, escribió el siguiente consejo para su hijo de 11 años, que intentaba dominar el piano:

Estoy muy contento de que encuentres satisfactorio tocar el piano... así que toca el piano, incluso si el maestro no te lo pide. Esa es la forma de aprender más: cuando estás haciendo algo con tanto placer que no te das cuenta de que el tiempo pasa. A veces estoy tan envuelto en mi trabajo que me olvido de la comida del mediodía.

Feynman

El legendario físico Richard Feynman ganó el Premio Nobel por su trabajo en uno de los temas que resulta más difícil para la mente humana, la mecánica cuántica. Pero su principal consejo para acelerar el aprendizaje es hacer que todo lo que estés estudiando se pueda reducir hasta que sea simple. Tan simple, de hecho, que podría explicarse a un niño de ocho años.

Cuando escribe una idea de principio a fin en un lenguaje sencillo (consejo: usar solo las palabras comunes), se obliga a comprender el concepto a un nivel más profundo y simplifica las relaciones y conexiones entre las ideas.

Musk

Elon Musk ha demostrado dominar diversas áreas de conocimientos y, sobre todo, descubrir cuáles de ellas podrían tener una oportunidad de desarrollo y de negocio. ¿Cómo aprendió tanto sobre tantos campos diferentes? Cuando alguien en Reddit AMA (Ask Me Anything) planteaba esa pregunta, Musk respondió:

La mayoría de las personas puede aprender mucho más de lo que cree (...) Es importante ver el conocimiento como una especie de árbol semántico: asegúrese de comprender los principios fundamentales, es decir, el tronco y las ramas grandes, antes de entrar en las hojas / detalles.

Lea el artículo completo en:

Xakata Ciencia

28 de julio de 2017

Max Ventilla y los ingenieros que reinventan las escuelas

La escuela Altschool ofrece un plan de estudio personalizado para cada alumno.

Siempre me ha parecido bastante irónico que los padres de la tecnología punta de los últimos decenios se muestren, para las cuestiones educativas, antitecnológicos feroces. Que Steve Jobs y demás genios de Silicon Valley hayan enviado a sus hijos a escuelas de "low technology" como las Waldorf o Montessori me parece un mensaje muy claro sobre la relación peligrosa y altamente perniciosa que puede establecerse entre los niños y la tecnología. Son ya, admitámoslo, una generación apantallada.

Pero ¿qué pasaría si invertimos la ecuación y en vez de esclavizar a los niños ante pantallas hacemos exactamente lo contrario: ponemos la tecnología al servicio de la educación para conseguir que cada alumno pueda explorar al máximo su potencial de aprendizaje? Es la filosofía que inspira a la escuela Altschool.

¿Tiene aún hoy sentido que un profesor dé la misma clase a 30 alumnos, cada uno de los cuales tiene un perfil, unas capacidades y un ritmo de trabajo diferentes? La pregunta no es baladí. No, ya no tiene ningún sentido porque hoy en día la inteligencia artificial permite personalizar la enseñanza para cada alumno. La alianza entre educadores e ingenieros es ya una realidad en escuelas como la americana Altschool, fundada por un ex de Google, Max Ventilla.

Cada mañana los alumnos de esta escuela llegan con una "playlist educativa diferente". Funciona con una inteligencia artificial cuyo algoritmo observa qué ha trabajado el alumno el día anterior con el objetivo de proponerle al día siguiente un programa que no sea repetitivo y que esté adaptado a sus necesidades y a lo que desean aprender. Las playlist son elaboradas con la colaboración de los profesores, que cada día entran en el software sus observaciones sobre cada alumno para «alimentar» el programa.

Para la escuela es importante el avance académico de cada alumno pero también el crecimiento en valores no propiamente académicos como la perseverancia, la capacidad de trabajar en equipo o la proactividad. Son estas características personales y no sólo los conocimientos académicos lo que permitirá a los niños triunfar en el mundo del futuro, según Ventilla.

La primera escuela Altschool fue inaugurada en 2013 y hoy en día se trata ya de una red de 7 escuelas implantadas en la bahía de San Francisco, Palo Alto y Nueva York. En la web de la escuela se lee que la tecnología y el conocimiento están transformando la sociedad a un ritmo acelerado. Y que por lo tanto ya es hora de que aceleremos también nosotros nuestra concepción del aprendizaje.

Ventilla explica en un vídeo que el modelo educativo tradicional, hijo del siglo XIX, promovía una educación masificada porque se necesitaban trabajadores en masa. La escuela clásica convierte a los niños en ordenadores, por así decirlo, pero los ordenadores ya existen y por lo tanto no aporta ningún valor añadido hacer este mismo trabajo. El nuevo sistema educativo disruptivo que él intenta implantar busca adaptarse a las nuevas necesidades del siglo XXI y formar hombres y mujeres con conocimientos pero, sobre todo, con competencias y habilidades personales que les abran las puertas del éxito profesional.

Acabo como empecé, con mi sorpresa agradable por el interés de los ingenieros por renovar el sistema escolar pasado de moda. Me parecería más «lógico» si la iniciativa viniera de políticos, académicos, pedagogos o de padres de familia, pero ¿de los ingenieros? ¿Es una escuela como la Altschool realmente la escuela del futuro? El futuro, y sólo él, nos lo dirá.

Fuente:

E l País (España)

5 de abril de 2014

Las actuales técnicas para enseñar hábitos de estudio están quedando obsoletas

Estudiar siempre en el mismo escritorio, mantenerlo ordenado y sin ningún estímulo externo es la máxima que le han repetido a niños y jóvenes. La promesa es que esa práctica los convertiría en buenos estudiantes. Sin embargo, todo eso podría quedar en el olvido.

Según un artículo de The New York Times, una serie de estudios han destruido las antiguas reglas para adquirir buenos hábitos de estudio.

Robert A. Bjork, psicólogo de la Universidad de California, asegura que cuando el ambiente donde se estudia cambia, "la información se enriquece y el proceso de olvido se hace más lento".

Junto a un equipo de expertos separó en dos a un grupo de alumnos. Los primeros estudiaron dos días seguidos en el mismo espacio, mientras que los segundos cambiaron de locación. Luego, midieron los conocimientos de ambos grupos. Sorprendentemente, los que cambiaron de lugar de estudio tuvieron un mejor aprendizaje.

Validar científicamente las creencias populares sobre educación es clave, opina la doctora Valeria Rojas. "Es común que a los niños con déficit atencional se les pida que estén quietos y tranquilos en su silla, pero una investigación reciente descubrió que estos pequeños se concentran más cuando se mueven", comenta. Por eso, recomienda no inhibir a un niño cuando agita la pierna o el lápiz mientras estudia.

Constanza Garcés, psicopedagoga, asegura que los niños de hoy están acostumbrados a tener más estímulos. "Es difícil pedirles que estén una hora y media sentados realizando una sola actividad, sin distracciones".

Otra de las investigaciones citadas por The New York Times comprobó que estudiar un mismo tipo de ejercicios matemáticos es menos eficiente que estudiar varios temas intercalados. De biología pasar a geografía, por ejemplo, no está mal. No agota, renueva el interés y la atención.

A raíz de esta conclusión, Garcés propone "optar por asignaturas integradas, por ejemplo, juntar razonamiento lógico con otras habilidades".

Valeria Rojas recuerda la importancia de no realizar sesiones "maratónicas" de estudio. "En vez de estudiar por muchas horas una sola materia, es preferible hacerlo por poco tiempo y de manera espaciada. Pero también se sabe que el niño retiene el 90% de lo aprendido si repasa la materia después del colegio. Esto incluso puede ser más potente", agrega. Eso sí, antes de entrar al colegio, la mente ya puede comenzar a entrenarse para aprender más fácilmente.

Según la doctora Rojas inculcar el hábito de la lectoescritura es clave, ya que "no lo trae el cerebro de forma innata (como el habla) y debe aprenderse. Por eso, los especialistas debemos orientar a los padres para que este proceso adquirido se realice de la mejor forma".

Para ello propone enseñarles desde preescolar una forma lúdica de entender la lectura, leyéndoles cuentos o mostrándoles libros con dibujos.

Para promover una buena enseñanza, Garcés también plantea formar comunidades de estudio entre los niños.

"Hay una tendencia a catalogar el mal rendimiento escolar como déficit atencional, siendo que hay otros factores que inciden en esto. El más importante son los malos hábitos en el hogar: la falta de sueño y el abuso de las pantallas les quita tiempo para dedicarse a otras actividades", sostiene.

Tomado de Río Negro On Line

Sicólogos identifican los mejores hábitos de estudio

Algunos hábitos o estrategias de estudio facilitan el aprendizaje, en cambio otros son una pérdida de tiempo y esfuerzo. Para  saber cuáles son los verdaderamente efectivos la revista Scientific American hizo esa sistematización revisando más de 700 artículos científicos para encontrar las 10 estrategias de estudio más frecuentes y evaluar su efectividad.  (Psychologists Identify the Best Ways to Study por John Dunlosky , Katherine A. Rawson , Elizabeth J. Marsh , Mitchell J. Nathan and Daniel T. Willingham; 29/10/2013)  

Los dos ganadores son las auto-pruebas y el estudio distribuido en el tiempo. En menor medida aunque también efectivos son el interrogatorio de re-elaboración, la auto explicación y el estudio alternativo. Veamos.

1. La auto- prueba: se trata de evaluarse entre pares o uno mismo con pruebas diseñadas por uno mismo, fuera de clase. Se puede usar tarjetas de vocabulario (físicos o digitales) o responder a las preguntas del final de un capítulo que aparecen en el libro. Cientos de experimentos muestran que la auto- prueba mejora el aprendizaje y la retención.  En uno de ellos se pidió a los universitarios que memoricen palabras por pares, la mitad de las cuales fueron objeto de estas auto-pruebas. Una semana más tarde los estudiantes recordaban 35% de las palabras auto-practicadas, comparado con el 4% de las que no estaban incluidas en la lista.

En otra demostración se le presentó a los estudiantes palabras traducidas del Swahili al Inglés, seguido de una revisión convencional del vocabulario y oro grupo hacía las auto pruebas. Los  primeros recordaron 36% de los ítems en cambio los de las auto pruebas recordaron 80%.

La teoría detrás de esto es que la auto práctica voluntaria hace disparar mecanismos mentales de búsqueda y procesamiento de información que se instalan en la memoria de largo plazo que activan diversas actividades relacionadas, formando múltiples patrones de memorización que hacen que sea más fácil acceder a esa información.

2.  Estudio distribuido en el tiempo: es mejor que el tradicional estudio masivo de última hora que suele producir un efecto de blanqueo o taponeo mental en el momento del examen.  En cambio, la distribución del material de aprendizaje a través del tiempo es mucho más eficaz.

Hay estudios que muestran que acumular aprendizajes a lo largo de 30 días produce performances muy superiores a las del estudio concentrado del día anterior al examen. Para recordar algo por una semana, los episodios de estudio deben estar separados por 12 a 24 horas;  para recordar algo por 5 años, los episodios de aprendizaje deben estar espaciados de 6 a 12 meses. Estos espaciamientos de largo plazo son ideales para retener los conceptos fundamentales requeridos para conformar una base para abordar conocimientos posteriores.

Los tres siguientes hábitos, como dije al inicio, tienen menos eficacia pero aún tienen utilidad.
3. Interrogatorio de re-elaboración: los niños por su propia naturaleza buscan explicaciones para entender el mundo que los rodea. Hay muchas evidencias que la reiteración de las preguntas sobe el  “por qué” de las cosas  facilita el aprendizaje por la re-elaboración continua de sus conocimientos. Los alumnos producen explicaciones de hechos  como  "¿Qué sentido tiene que... ? " o " ¿Por qué es cierto esto… ?" y eso ayuda a consolidar los aprendizajes.

4. Auto- Explicación: se estimula a los estudiantes para que generen explicaciones de lo que aprenden  produciendo una revisión mental con preguntas como "¿Qué nueva información te proporciona esto "  o “¿Cómo se relaciona esto con lo que ya sabes". Esto refuerza el aprendizaje.

5. Estudio alternado entre varios temas: a contrapelo de lo que diría el sentido común de que es   preferible estudiar cada materia en bloque de principio a fin, antes de pasar a la siguiente, las  investigaciones demuestran los beneficios de una práctica intercalada, en donde los estudiantes alternan una variedad de tipos de información o problemas sin quedarse atascados en cada uno de ellos. Esta alternancia “desintoxica la mente” y abre espacios para regresar a los temas después de destrabar la saturación producida por la acumulación de contenidos y estrés de aprendizaje  relacionados a un mismo tema.

Artículos afines:
  
Creencias equivocadas sobre hábitos de estudio 

Tomado de:

Leon Trahtemberg

4 de febrero de 2013

Tendencias: Diseñan cómo será el aula del futuro

Un escritorio multi-touch y multi-usuario integran el aula del futuro por la ventaja que presenta para aprender asignaturas como las matemáticas. Además, los alumnos pueden trabajar de forma colaborativa y el profesor tiene la capacidad de prestar más apoyo individual o por grupos, según han comprobado desde la Universidad de Durham.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Durham (Reino Unido) ha diseñado cómo sería el aula del futuro. Se trata de un escritorio multi-touch y multi-usuario con el que se pueden mejorar las habilidades de aprendizaje en matemáticas. El hallazgo ha sido realizado a través del proyecto SynergyNet de tres años de duración en el que se ha trabajado con más de 400 alumnos de edades comprendidas entre los 8 y 10 años de edad y en el que se ha puesto de manifiesto que el aprendizaje colaborativo contribuye a aumentar la fluidez y la flexibilidad en las matemáticas. Además, también se ha demostrado que un sistema interactivo inteligente es más ventajoso que el papel para hacer matemáticas porque los alumnos pueden comprender mejor los conceptos matemáticos. [Ver cursos de Matemáticas]

A través de este estudio con este tipo de escritorios igualmente se ha demostrado que los niños son capaces de trabajar juntos en nuevas formas de resolver y responder las preguntas y problemas con soluciones innovadoras. Asimismo, al ver lo que sus amigos están haciendo, son capaces de hacer actividades en grupo, generándose nuevas formas de trabajo en clase.



  El trabajo con este tipo de aula, que también podría ser de utilidad para otras asignaturas según los investigadores, puso también de manifiesto que los niños que trabajaron con este sistema presentaban una mayor flexibilidad y fluidez matemática frente a los niños que estaban estudiando la asignatura utilizando el papel y que sólo mejoraban la flexibilidad.

Además, durante el estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista Learning and Instruction, igualmente se apreció que en el 45% de los estudiantes que utilizaron NumberNet se incrementó el número de expresiones matemáticas singulares creadas frente al 16% de los que usaron el papel.

Para la investigación, el equipo de la Universidad de Durham diseñó un software y pupitres que reconocen varios toques en el escritorio haciendo uso de sistemas de visión que ven la luz infrarroja con el fin de poder integrar un sistema colaborativo de escritorios en el que estos escritorios con la superficie multi-touch son el eje central de la clase creada.

Con estos hallazgos, los investigadores consideran que la enseñanza actual y la pizarra digital están de paso ante las ventajas halladas con este sistema que también permite que varios estudiantes puedan utilizarlo a la vez. Y es que según la investigadora, Emma Mercier, “el aprendizaje cooperativo funciona muy bien en la nueva clase porque los alumnos interactúan y aprenden de una manera diferente. Los niños realmente pueden disfrutar de las matemáticas que hacen de esta manera”. Además, esta clase “puede ayudar a los profesores a utilizar el aprendizaje colaborativo para mejorar la flexibilidad de sus alumnos en matemáticas”.

De acuerdo con la investigadora, el profesor juega un papel fundamental en el aula y con este sistema tiene la capacidad de enviar tareas a diferentes individuos y grupos y utilizar el sistema para una discusión en clase. Aparte, puede intervenir de forma más rápida para ayudar a un individuo cuando lo está necesitando, mientras que el grupo puede continuar con su trabajo.

Por su parte, el profesor Steve Higgins ha manifestado que “tecnología como esta tiene un potencial enorme para la enseñanza, ya que puede ayudar al profesor a gestionar y organizar el aprendizaje de los individuos y de los grupos de estudiantes para asegurarse de que todos tienen apoyo para que puedan aprender de forma efectiva”.

No obstante, esta aula presenta el inconveniente de que está lejos de algunas escuelas de todo el mundo por el coste de su puesta en marcha y por el apoyo que se precisa para que funcione.


Tomado de:

Aprende Más 

Lea en los archivos de Conocer Ciencia:

La escuela después del caos

Las nuevas tecnologías cambían la definición de aula

Llega la ciberecuela

Leonardo Sánchez Coello: "Si lo puedo explicar es porque entendí

Visisones distorsionadas de la enseñanza de la ciencia

21 de enero de 2013

De niño deportista a adolescente estudioso


Chuches, bollos y refrescos son los protagonistas de las dietas ricas en grasas insaturadas, responsables principales de la obesidad infantil. [morgueFile]

Hoy en día, se calcula que el 10 por ciento de los niños de todo el mundo en edad escolar padece sobrepeso u obesidad. Este porcentaje está en continuo aumento en muchos países y España ocupa las primeras posiciones de esta desafortunada clasificación. Los últimos datos revelan que el 45,5 por ciento de los niños españoles de entre 6 y 10 años son obesos a causa de sus hábitos alimenticios y sus estilos de vida sedentarios, entre otros factores.

En tiempos recientes, diferentes estudios han vaticinado las posibles consecuencias perjudiciales de esta enfermedad crónica no transmisible para la función cognitiva. Por otro lado, también se ha demostrado que la capacidad cardiorrespiratoria y la obesidad estarían relacionadas con la función motora, pues determinan el aumento de fuerza y potencia de un individuo, entre otras cosas. Y nuestra capacidad de controlar los movimientos del cuerpo humano en la infancia influyen en el desarrollo del lenguaje, de la lectura y del cálculo.

A fin de arrojar luz sobre la relación entre estos factores, una investigación prospectiva, publicada en la revista PNAS, ha pretendido determinar si la función motora en época infantil puede predecir el rendimiento académico en la adolescencia, a partir del estudio de la actividad física, la capacidad cardiorrespiratoria y los niveles de obesidad. Tomando en consideración los datos sobre la capacidad de controlar los músculos del cuerpo de una manera precisa y eficiente por parte de 8061 niños de 8 años, los expertos estudiaron la posible relación con el peso y la altura, el estado físico general y las calificaciones académicas de los mismos individuos una vez alcanzaron los 16 años.

Los resultados evidenciaron que la práctica regular de actividad física desde edades tempranas estaría asociada con un valor promedio alto de las evaluaciones escolares académicas; la obesidad, con un valor bajo en época adolescente. En particular, las probandas analizadas presentaban un rendimiento académico más alto en comparación a los varones adolescentes de la misma edad, los cuales mostraron niveles mayores de sobrepeso u obesidad.

Los investigadores concluyen que una actividad motora deficiente en los primeros años escolares puede contribuir a una trayectoria académica caracterizada por el bajo rendimiento, favoreciendo la expresión de los efectos negativos asociados a la obesidad y la inactividad física.

Más información en PNAS.


Tomado de:

Investigación y Ciencia

4 de octubre de 2012

¿Cuál es el país más "educado" del mundo?

estudios-longevidadEl país del mundo donde viven más personas que han recibido educación universitaria es Canadá, según un estudio llevado a cabo por la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED) y dado a conocer en el informe “Education at a Glance 2012”. En concreto, en este país el 51% de los ciudadanos ha cursado estudios de Grado. Le siguen Israel (46%) y Japón (45%). El el top-ten se encuentran también Estados Unidos (42%), Nueva Zelanda (41%), Corea del Sur (40%), Reino Unido, Finlandia, Australia e Irlanda, en este orden. En España el porcentaje de personas con estudios universitarios es del 31%, por debajo de la media de los países miembros de la OCED.

En cuanto a la proporción de estudiantes que inician sus estudios de secundaria y los terminan, el porcentaje más alto le corresponde a Corea, con un 95%, y el más bajo a Islandia, con un 44%. En España en torno al 80% lo logran, una cifra que comparte con Reino Unido, Finlandia y Francia. En estos tres casos, un alto porcentaje de estudiantes invierte al menos 2 años más de lo previsto según el programa educativo para completar sus estudios.

Y además…

30 de agosto de 2012

¿Existe alguna bebida que mejore la memoria?

cafe-azucarEl , una simple copa de vino y el zumo de manzana, según prueban diferentes estudios, pueden estimular nuestra memoria. Incluso los refrescos (bebidas gaseosas) se han revelado recientemente como aliados de la buena memoria.

Según afirma Leigh Riby, de la Universidad de Glasgow Caledonian, en Escocia, consumir una o dos latas de bebida carbonatada puede mejorar la capacidad de retener información hasta un 20 por ciento. La clave, asegura, está en su contenido en glucosa. “Yo animo a todos mis estudiantes a que consuman una bebida energética antes de las clases, porque les ayuda a aprender más”, confiesa Riby.

Fuente:


Y además…
 

22 de agosto de 2012

Si el estudio te quita el sueño puedes salir reprobado

Una joven repasa sus apuntes antes del examen de Selectividad. | Conchitina
Una joven repasa sus apuntes antes del examen de Selectividad.
  • No sólo no ayuda sino que no dormir empeora los resultados académicos
Entre libros y apuntes, cafeína en mano y ojeras. A muchos estudiantes se les reconoce porque sus bienvenidas a los meses de julio y septiembre son una constante de noches mal dormidas, datos, nombres y fórmulas en la cabeza con los que enfrentarse a los últimos exámenes del curso.

Da igual los años que pasen. Seguramente todos sepan lo que es quedarse las noches de antes en vela por preparar estos exámenes, todos ellos con la vana pero presente ilusión de que estudiando de forma intensiva los días de antes, incluso la noche antes, se tienen los conocimientos más frescos.

Sin ánimo de darles una mala noticia, las evidencias científicas demuestran todo lo contrario. Los últimos en echar por tierra esta 'teoría' ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de California (Los Ángeles, EEUU). Según el análisis que publican en 'Child Development', quitarse horas de sueño para estudiar más no sólo no fija los conocimientos, sino que aumentan las posibilidades de terminar con problemas académicos al día siguiente.

Largas noches

Para subrayar esta afirmación, los investigadores siguieron durante 14 días próximos a las fechas de exámenes a 535 estudiantes de distintos cursos de Secundaria de Los Ángeles para analizar, mediante preguntas y tests, el tiempo que dormían, las horas que estudiaban, cuándo lo hacían y su rendimiento académico, sus hábitos de estudio y sus resultados.

"Esperábamos como conclusión demostrar que no se conseguía mejorar significativamente los resultados de los exámenes, pero lo que nos ha sorprendido es que por cada noche en vela o con insuficientes horas de sueño por estudiar más tiempo se consigue el efecto contrario, los resultados en los exámenes, así como en la comprensión de la materia que se imparte en las clases es peor", afirma Andrew J. Fuligni, profesor de Psiquiatría y Ciencias Bioconductales del Instituto de Neurociencia y Comportamiento Humano de la Universidad de Los Ángeles.

Para los psicólogos, estos resultados vienen a apoyar una vez más la lucha contra las leyendas urbanas. "Muchos estudiantes creen que con cafeína y una semana durmiendo poco y estudiando mucho conseguirán buenos resultados, pero lo cierto es que, aunque puede haber sus excepciones, en la mayoría de las ocasiones sus resultados son peores estudiando de forma intensiva en vez de extensiva", afirma a ELMUNDO.es José Antonio Portellanos Pérez, doctor en Psicología y profesor del departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid.

"¿Para qué nos sirve dormir?", se pregunta este especialista. "Dormir nos sirve tanto para la recuperación fisiológica del cuerpo como, sobre todo, para mantener el equilibrio de nuestro cerebro. La falta de sueño daña más al cerebro que al cuerpo. Es una exigencia del cerebro", explica.

Precisamente, como actividad mental, Portellanos asegura que uno de los beneficios del sueño es que consolida el aprendizaje del día "ordenando y guardando la información". Por ello, "cuando se restan horas de sueño por el estudio, al cerebro no le da tiempo a procesar y organizar esta información por lo que se produce el olvido", comenta.

Además, este doctor explica el porqué de ese lapsus que muchos estudiantes sufren en pruebas que ya tendrían que saber: "Aunque de manera directa la falta de sueño no influye en lo que ya se sabe, en el aprendizaje consolidado, sí es cierto que cuando no se duerme de forma más o menos continuada, unido a los nervios del examen, se producen lapsus o bloqueos. La información que se está asimilando en los últimos días, directamente se pierde", explica.

Y todo ello sin contar con los trastornos de conducta producto de una falta de descanso adecuando. "Todos necesitamos dormir entre siete u ocho horas, sin este respiro a nuestro cerebro y nuestro cuerpo es normal que se produzcan situaciones de irascibilidad, irritación, etc, ya que no hemos recuperado ese equilibrio de nuestro cerebro. Esto se acentúa en periodos de estrés como son los exámenes", añade el doctor Portellanos.

¿Alondras o búhos?

En el estudio, el profesor Fuligni pone el acento en la falta de sueño también producto de la excesiva carga en la agenda de chavales de 12 años en adelante, por lo que recomienda "que estos jóvenes consigan unos hábitos para que sus horas de sueño no se vean afectadas por el estudio, ya sea mejorando la efectividad de las horas electivas o restando el tiempo de otras actividades extracadémicas, los amigos o las nuevas tecnologías", recalca.

A este respecto, tanto José Antonio Portellanos como Andrés González Bellido, presidente de la Sección de Psicología de la Educación del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, recuerdan que "falta enseñar a estudiar". Para ambos, aunque existen técnicas de estudio, los adolescentes han de aprender a "estudiar de forma constante, repasando y descansando lo suficiente".

"Darse la paliza a estudiar la semana antes es una locura que produce efectos académicos negativos", insiste este especialista. "Como mucho, lo que sí se puede hacer, ya que su eficacia está comprobada, es estudiar unas horas antes de irse a la cama y luego dormir siempre las horas necesarias (entre siete y ocho), con esto se asimila mejor la información", subraya González Bellido.

Pero ¿entonces no existen las personas diurnas y nocturnas? "Existen personas cuyos biorritmos naturales marcan que su mejor horario para estudiar es entrada la tarde, los llamados 'búhos'; aunque la mayoría de las personas son 'alondras', aquellos cuyo pico de rendimiento se desarrolla en las mañanas", afirma González Bellido. "Cada persona tiene que descubrir a qué grupo pertenece y planificarse en función de ello. 

El verano es un buen momento para hacer este experimento. Si estudias mejor por la mañana, la idea sería acostarse antes para levantarse temprano, si es a la inversa y ya está iniciado el curso, hay que planificarse las tardes y ser constante estudiando todos los días para no bajar nunca del umbral de las seis-siete horas de sueño. Yo siempre recuerdo que el curso se se empieza a aprobar desde el momento en que comienza", asegura.

Es más, los psicólogos llegan a afirmar que es mejor no estudiar los dos días antes del examen. "El día anterior al examen es mejor repasar algo, pero de forma leve, no estudiar. El hacerlo supone aumentar nuestra ansiedad, genera un bloqueo mental y no se consigue el objetivo de aprender lo que no sabemos", aseguran.

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de octubre de 2011

El alumnado de primaria que duerme menos de nueve horas no rinde

Especial: Educación

Un estudio conjunto de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad Ramón Llull ha investigado la relación entre las horas y los hábitos de sueño, y el rendimiento académico de los niños de seis y siete años. Los expertos señalan que dormir menos de nueve horas, acostarse tarde y de forma irregular afecta a sus competencias académicas generales.


alumnos

Un 69% de los estudiantes (de primaria) regresan a casa tres o más días a la semana después de las 9 de la noche o se acuestan al menos cuatro días semanales después de las 11 de la noche. Imagen: SINC.

“La mayoría de niños duerme menos horas que las recomendables para su desarrollo intelectual, lo que se ve agravado porque el déficit de sueño no es recuperable. Este es el primer estudio con muestra española que comprueba el efecto de la pérdida de horas de sueño y los malos hábitos en el rendimiento académico de escolares de educación primaria”, declara a SINC Ramón Cladellas, investigador de la Facultad de Psicología en la UAB.

"Los alumnos que duermen 8 o 9 horas tienen peor rendimiento que los que duermen de 9 a 11 horas"

Los autores del estudio, que publica la revista Cultura y Educación, evaluaron a un total de 142 alumnos de primaria (65 niñas y 77 niños) procedentes de diversos centros escolares y sin alteraciones patológicas que afectan al sueño. A través de un cuestionario presentado a los padres, los investigadores recogieron sus hábitos y horas de sueño nocturno y, paralelamente, valoraron una serie de competencias académicas: comunicativas, metodológicas, transversales y específicas.

“Si bien el conjunto de la muestra duerme cerca de 8 horas, el hábito de sueño nos indica que un 69% de los estudiantes regresan a casa tres o más días a la semana después de las 9 de la noche o se acuestan al menos cuatro días semanales después de las 11 de la noche. Asimismo, los alumnos que duermen 8 o 9 horas tienen peor rendimiento que los que duermen de 9 a 11 horas”, apuntan los expertos.

“Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, consideramos que dormir más de 9 horas y tener una adecuada rutina diaria favorece el rendimiento académico”, añade Cladellas.

El déficit de horas de sueño y los malos hábitos produjeron efectos negativos especialmente en las competencias más genéricas (comunicativas, metodológicas y transversales), fundamentales para el rendimiento académico. No obstante, en las competencias específicas, más relacionadas con aspectos cognitivos como memoria, aprendizaje y motivación, el efecto es menor y se ven alteradas sobre todo por pautas de sueño irregulares.

“De ese modo, la falta de horas distorsiona el rendimiento de los niños en el conocimiento lingüístico, en las reglas gramaticales y ortográficas, así como aspectos claves en la organización y compresión de textos, por citar algunos ejemplos. Son competencias básicas, de manera que si el alumno, debido a una falta de sueño desarrolla problemas en este aspecto, puede repercutir en todas las materias”, explica Cladellas.

Los autores concluyen que mantener una higiene de sueño adecuada a esta edad contribuye al desarrollo cognitivo positivo y sugieren el desarrollo de programas de prevención al respecto que empiecen por concienciar a los padres y maestros.

“Hoy en día existe una amplia preocupación porque los niños están muy pegados a la televisión, a las máquinas, a los videojuegos, pero no se le da la misma importancia a que tengan el hábito de irse a la cama siempre a la misma hora”, concluye Cladellas.

Fuente:Enlace

Agencia SINC

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0