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3 de octubre de 2014

China y el edificio que funcionará solo con viento

Medirá 350 metros de altura y la electricidad generada por el viento alcanzará para todo el edificio y una parte de la ciudad en la que se construirá.


El estudio de arquitectura Decode Urbanism Office con sede en Beijing, ha diseñado un rascacielos conceptual con una fachada compuesta de miles de pequeñas turbinas eólicas que serían capaces de producir suficiente energía para abastecer a todo el edificio.

La estructura medirá 350 metros de altura, se ubicará en Taiwan, y estaría destinada a albergar departamentos de desarrollo urbano de la ciudad, que serían comercio, salas de exposiciones y museos entre otras. La fachada de la torre, inspirada en la flor del ciruelo (la flor nacional de China y Taiwán) reaccionaría a los cambios de dirección e intensidad del viento y crearía un efecto de cientos de brotes de ciruelo en la floración.

Cada cuadrícula de la fachada tendría un generador de energía eólica mecánica, que actuarían como veletas que oscilan con el viento. Cada generador tendrá su propia luz LED, que iluminará un pequeño trozo de la fachada con una intensidad que depende de la cantidad de energía producida. Esto produce un flujo pulsante de luz que viaja a través de la fachada ondulante. El color de las luces también sería ajustado para corresponder a los cambios en la temperatura y la temporada. Por la noche, los generadores de forma de diamante se iluminarían con las miles de pequeñas luces LED.

Aunque actualmente existen ya muchas estructuras que utilizan energía eólica, lo novedoso de esta torre es que la electricidad que se genera por medio del viento alcanza para toda la energía que la edificación requiere y también para abastecer a una parte de la ciudad taiwanesa de Taichung, que es en donde se construirá.

Fuente:

Veo Verde

3 de agosto de 2014

¿Podría matarnos una moneda lanzada desde un rascacielos?

Ya sabemos por qué los rascacielos no pueden ser más altos, ¿pero que pasaría si una moneda lanzada desde uno de esos gigantes nos cayera en la cabeza? Olvidémonos de los gigantes asiáticos y pensemos en un rascacielos de los de toda la vida como es el Empire State Building y en una pequeña moneda y ya que estamos en los EE.UU. tomemos un centavo.



Una leyenda urbana asegura que si nos cayera una moneda desde lo alto de un rascacielos nos mataría, pero se trata de un bulo. Es prácticamente imposible que la moneda nos pudiera matar.

Un objeto que cae desde una altura experimenta una aceleración constante durante toda su caída como efecto de la gravedad, de modo que el impacto contra el suelo sería impresionante. Pero eso no es así, la moneda también sufre una fuerza de frenado por el rozamiento contra el aire, que contrarresta la fuerza de la gravedad. 

Cuanto más rápido cae nuestra moneda, mayor será la resistencia del aire hasta un punto en que la fuerza de la gravedad y la de resistencia se igualan, consiguiendo una aceleración cero, momento en el que la moneda alcanzará su velocidad máxima y ésta se vuelve constante. Lo que se llama velocidad terminal.

La moneda al ser plana presenta mucha resistencia al aire y debido a su ligereza hay que realizar poca fuerza para compensar su peso. Se estima que alcanzará su velocidad terminal a los 15 metros de comenzar su caída, descendiendo entonces a unos constantes 40 kilómetros por hora.

¿Pero podría darse el caso de que la moneda alcanzara una velocidad mayor? Para este caso habría que crear unas condiciones ideales en laboratorio en las que no existiera ninguna fuerza que interfiriese en la caída de la moneda. En este caso el centavo alcanzaría los 335 kilómetros por hora. 

Así que si nos cae un centavo desde el Empire State y no hemos creado un túnel con unas condiciones especiales para que circule la moneda, podemos estar seguros de que no nos hará demasiado daño.

Vía | elconfidencial

Tomado de:

Xakata Ciencia

1 de agosto de 2013

¿Cómo se construyeron los gigantescos rascacielos de Nueva York?

Para construir el Empire State se emplearon 60,000 toneladas de acero. Las vigas de acero se fundían en Pittsburgh, donde se numeraban todas las piezas antes de ser trasladadas hasta Manhattan.




Las cuadrillas de obreros trabajaban a gran altura, sobre las calles de Manhattan, de acuerdo con una rutina establecida. Cada vez que una enorme grúa elevaba las vigas de acero que formaban la estructura del Empire State Building, un obrero calentaba los remaches en un horno portátil, hasta ponerlos al rojo vivo; luego los sacaba con unas tenazas y se los pasaba a su compañero, precariamente instalado en el borde de la nada. El compañero lograba alcanzarlos unas veces sí y otras no. El segundo hombre introducía el remache en su correspondiente agujero. Otro lo sujetaba firmemente con una pesada barra de acero y un cuarto hombre lo introducía con un martillo de aire comprimido.

Para construir el Empire State se emplearon 60.000 toneladas de acero. Las vigas de acero se fundían en Pittsburgh, donde se numeraban todas las piezas antes de ser trasladadas hasta Manhattan. Como apenas había espacio para almacenar el material en el lugar de las obras, se estableció un riguroso plan de trabajo, con horarios muy ajustados, a fin de supervisar el ritmo de las obras y garantizar la máxima puntualidad en las entregas.

Fuente:

Selecciones
 

2 de enero de 2013

¿Se puede llegar al cielo con una torre de Lego?



Simulación de una torre de Lego

¿Es científicamente posible construir un rascacielos hecho de ladrillos de Lego?

Los niños no son los únicos a los que les gusta construir torres con bloques de Lego, el popular juego con ladrillos de colores.

Internet se ha plagado recientemente de aficionados que discuten qué tan alta puede ser una torre de Lego, cuántos ladrillos se necesitarían para crear una construcción tan alta que acabara rompiendo el ladrillo de la base. ¿Quiere saber la respuesta?

El departamento de Ingeniería de la Open University de Reino Unido intentó dar con la solución a pedido de la BBC.

Ian Johnston, experto en matemáticas aplicadas, confiaba encontrar la respuesta en internet, pero pronto se dio cuenta de que en la red sólo había especulación. Al fin y al cabo no mucha gente tiene acceso a una máquina de pruebas hidráulicas.

Experimento con bloques de Lego

La fuerza máxima que puede soportar un bloque es de 432 kg

Cuando los científicos colocan el ladrillo de 2x2 de Lego en la bandeja inferior de la máquina, se ve vulnerable.

Con un cilindro hidráulico haciendo presión y otra bandeja sobre el ladrillo que mide la fuerza que se ejerce, la pregunta es cuánto va a aguantar.

Poco a poco se va aumentando la carga sobre el bloque. Primero se aplican 3.500 newtons (N) de fuerza, el equivalente a poner 350 kg sobre el bloque.

Luego suben a 4.000 N... y el bloque se derrite como si fuera un pedazo de queso camembert caliente.

Bloque de Lego derretido

Así queda un bloque de Lego al aplicar demasiada fuerza sobre él

"El material ya no es capaz de resistir más. Tenemos lo que se llama un fallo plástico, el bloque se sigue deformando incluso aunque no aumente la carga", dice Johnston.

Más alta que una montaña

Entonces, ¿cuántos ladrillos habría que colocar, uno encima del otro, para que ocurriera lo mismo?

La fuerza máxima que puede soportar un bloque de Lego es de una media de 4.240 N, o 432 kg. Si divides eso entre la masa de un ladrillo, que es de 1.152g, entonces tienes como resultado los bloques que podría soportar una sóla pieza: 375.000.

O lo que es lo mismo... una torre de 3,5 km.

Comparativo con bloques de Lego

"Eso es más alto que la montaña más elevada de España y es significativamente más alta que el Monte Olimpo de Grecia, o la altura típica a la que la gente esquía en los Alpes", dice Jonhston.

Ahora bien, ¿es realmente posible construir una torre de Lego tan alta?

"No hay manera de que eso ocurra", dice Johnston. "Mucho antes de que se rompiera el ladrillo base, la estructura fallaría por sí misma, se deformaría y caería. Además hay que recordar que tendríamos que ser muy cuidadosos de colocar cada pieza de manera equilibrada", asegura el experto.

"Me encantaría conocer a un constructor de Lego que pudiera levantar una torre de 3,5km con tanta precisión", bromea.

¿Alguien se atreve?

Sólo hay 13 constructores certificados oficialmente por Lego en todo el mundo.
"Si intentas poner bloques de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre"

Ed Diment, constructor

Cue Duncan Titmarsh y Ed Diment son los únicos de Reino Unido.

Ellos fueron los autores de un árbol de Navidad de 12,2 metros construido en la estación de tren de St Pancras el año pasado, además de un calendario de Adviento de 5m x 3m en Convent Garden.

Pero no creen que pudieran asumir el reto de una torre tan alta.

"Si intentas poner ladrillos de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre", dice Ed Diment.

"Es una teoría interesante, pero imposible de realizar", añade.

Como bien es sabido, la realidad de vez en cuando decepciona.

Fuente:

BBC Ciencia 

24 de septiembre de 2012

MIT desarrolla un sistema para trazar mapas del interior de edificios a tiempo real

Cuando Google presentó hace casi un año Google Maps 6.0 para Android, uno de los detalles que más me llamaron la atención fue la navegación por el interior de edificios; una funcionalidad acotada a un reducido grupo de edificios singulares pero en constante ampliación gracias al crowdsourcing (puesto que Google animaba a los comercios a enviar los datos de sus establecimientos). La geolocalización en el interior es algo que hemos visto hasta la saciedad en cine y televisión (en películas de espías sobre todo) pero que, realmente, no está tan extendido como se podría pensar puesto que no siempre existe información cartográfica disponible. Con la idea de trazar un mapa a tiempo real del interior de un edificio y, por ejemplo, ubicar a los miembros de un equipo de bomberos, el MIT ha desarrollado un impresionante chaleco capaz de levantar un plano con la planta de un edificio y enviar, a tiempo real, imágenes del entorno y la posición de la persona que lleva el sistema.



Este sistema, que parece sacado de alguna entrega de Mission Impossible o de alguna película de la saga de James Bond, consiste en un chaleco que lleva adosado un Kinect de Microsoft (que es el que se encarga de captar las imágenes o obtener información relativa a la profundidad) y un dispositivo de medición por láser (un telémetro) que se encarga de realizar el trazado de las paredes (en base a las reflexiones del haz láser sobre las paredes). La idea es captar toda la información del entorno (en un arco de 270 grados) y transmitirla, de manera inalámbrica, a un ordenador que se encarga de dibujar el mapa a tiempo real y, además, localizar al usuario que está haciendo las labores de sensor.

Si bien el sistema es un prototipo, la idea del MIT es que éste pueda evolucionar para convertirse en un componente básico con el que dotar a cualquier equipo de emergencia, aunque teniendo en cuenta que el proyecto está siendo financiado por la Oficina de Investigación Naval de la Marina de Estados Unidos y por la Fuerza Aérea, seguramente también pueda tener una vertiente militar para equipar a las tropas.

De hecho, para poder captar toda la información posible sobre los desplazamientos del portador del sistema, el equipo del MIT ha añadido acelerómetros y giróscopos para detectar cualquier tipo de movimiento y corregir las medidas del láser (si la persona que lleva el sistema se inclina). Para detectar que el portador ha cambiado de piso (subió o bajó de una planta a otra) incluyeron un barómetro para detectar cualquier tipo de cambio de presión en el aire y, por las pruebas realizadas, parece que el método funciona bastante bien.


¿Y qué papel juega Kinect en este sistema? Además de usarse las cámaras para captar imágenes que se envíen al centro de control, el sistema de Microsoft se utiliza para detectar los contornos de los objetos y combinar esta información junto a la del telémetro para enviar cientos de datos al sistema de procesamiento y así generar a tiempo real la recreación del entorno y trazar el mapa.

Vale la pena echar un vistazo al funcionamiento del prototipo y cómo se combinan los datos de los distintos sensores para trazar el mapa del interior del edificio por el que se desplaza el sujeto que está realizando las pruebas y, por ejemplo, al volver a pasar por una zona determinada observar cómo el mapa se actualiza si, por ejemplo, el trazado se realizó sin demasiado detalle. Un sistema de estas características tiene bastantes posibilidades, sobre todo en equipos de emergencia, aunque, por ahora, además de perfeccionar sus funciones, el MIT se centrará en la miniaturización para que todo el sistema no tenga un tamaño mayor al de una taza de café (actualmente tiene la envergadura de una tableta de unas 10 pulgadas).

Imágenes: MIT

Fuente:

7 de mayo de 2012

Ciudades más verdes gracias a los jardines verticales

  • ¿Por qué no cambiar el hormigón y los ladrillos por jardines verticales? ¿Qué hace falta para hermanar las ciudades con la naturaleza?
  • El inventor y gran experto en 'muros verdes' nos lo explica.
Alcen la vista: probablemente, estén rodeados por montañas de ladrillos y ejércitos de hormigón y cemento. Por eso llama tanto la atención andar por el madrileño paseo del Prado y toparse con el inmenso muro vegetal que flanquea el Caixa Forum de Madrid, la cascada verde del edificio Planeta de Barcelona o los vergeles urbanos que ponen color y vida a monótonas y grises ciudades.

¿Por qué? ¿Por qué no aprovechar tanto muro con jardines verticales? Sus ventajas están demostradas: bajan la temperatura, generan oxígeno, filtran toneladas de gases nocivos, reducen la contaminación sonora... Y son espacios vivos, cambiantes y bellos, que nos acercan a una naturaleza añorada y lejana.

"En España nos hemos empeñado en hacer las cosas mal -explica Ignacio Solano, creador de Paisajismo Urbano, una exitosa empresa que está proyectando jardines verticales por medio mundo-. Queremos trabajar lo mínimo y ganar lo máximo, y eso se ha trasladado a la arquitectura. Es absurdo forrar un edificio de mármol, con el coste ecológico y económico que eso tiene, cuando podríamos cubrirlo con jardines".

Sería, además de más barato y bonito, más sencillo. Los  jardines verticales, que nacieron hace más de 2.500 años en Babilonia, han sido perfeccionados durante las últimas décadas gracias al cultivo hidropónico. El proceso no es difícil: se adosa una estructura muy ligera a la pared, se rellena con un material inorgánico que sustente las raíces, se plantan los distintos tipos de especies y, a través de un riego automático, se alimentan con agua y nutrientes, que además son reutilizados al ser un sistema cerrado.

El proceso, entonces, no es difícil. Sí lo es hacerlo bien: apostar por las plantas correctas según la luz y la temperatura que tendrán que soportar. Estudiar la simbiosis entre raíces, hongos o bacterias. "No es solo una cuestión estética -explica Solano-, sino combinar muchas cosas. Leer qué sucede, qué puede suceder. Un trabajo multidisciplinar en el que se combinan la botánica, la biología y la arquitectura".

¿El coste? Inferior al que están sospechando. Lo más caro es el equipo técnico, la sala de máquinas que hace que todo funcione y que es el mismo para un jardín de 14 metros cuadrados que para uno de 140: unos cuantos miles de euros. Luego están los materiales, las plantas... Los costes se reducen cuanto mayor sea el jardín. Uno de 50 m2 puede salir por unos 22.000 euros; uno de 100  m2, por 35.000. Depende de dónde se haga. De quién lo haga. Como todo.

Lo curioso: el del CaixaForum (460 m2, 15.000 plantas, 250 especies) costó unos 250.000 euros. Menos de lo que cuesta cualquiera de las miles de rotondas que salpican nuestro país. Nadie va a visitar ni se detiene a contemplar una rotonda, pero sí un jardín vertical, que además de revalorizar una ciudad hace lo mismo con un edificio, un restaurante, una oficina. O cualquier otra cosa sin precio, porque hacer más verde el entorno también revaloriza la vida.

No hace falta disponer de decenas de metros cuadrados libres en casa para gozar de un jardín vertical: en los últimos tiempos, distintas empresas ofrecen incluso pequeños tiestos para colgar de esta forma. Flowerbox, que se autodenomina "inventor del cuadro vegetal", ofrece plantas de varios tamaños (de 15 centímetros a 2 metros de altura) a partir de 15 euros.
 
Patrick Blanc: Pionero y gran experto en jardines verticales 
¿Cómo afronta cada proyecto?
Todos son distintos: ayer estaba en Japón, querían un jardín en una estación de tren. Hoy, en París, me han consultado para hacer otro sobre unas piedras volcánicas. Hace años, casi todos mis clientes eran arquitectos que querían mejorar el diseño de sus obras. Ahora se buscan ideas más globales, de más tamaño. 


¿Hay más demanda que antes?
Sí, incluso con la crisis. Tengo proyectos en Australia, Miami, Bali... Más de 15. Y no solo yo: hay mucha gente que me copia en el mundo. Para cosas simples prefieren llamarlos a ellos, pero para proyectos más conceptuales siguen llamándome a mí. 


¿No es muy caro? 
¡No! El precio depende, mucho, del lugar donde se trabaje. Por dibujar el proyecto y los materiales inorgánicos no suelo cobrar más de mil euros el metro cuadrado. Por las plantas y la irrigación, entre mil y dos mil euros. En total: unos tres o cuatro mil euros, pero en Australia puede costar hasta ocho mil el metro. 

¿Cómo se le ocurrió esto?
Probé con jardines normales, luego experimenté con filtros biológicos, combiné nutrientes con plantas en un acuario y empecé a hacer jardines verticales en mi casa... Varios amigos me pidieron que también los hiciera en las suyas, y en 1986 mostré mi primer trabajo en público en París, en un museo tecnológico.


Y sorprendió a todo el mundo.
¡No le interesó a nadie! Y es una pena, porque era muy bueno. Pero en 1994 hice una exposición y le encantó a la gente: era lo mismo, pero fue recibido con más entusiasmo. Aunque me daba un poco igual: no veía esto como un negocio, y tuve ese tiempo para estudiar e investigar.  


¿Por qué gustan sus jardines?
Porque, al encontrarte con uno de ellos, sientes que estás ante un ecosistema natural. En un jardín normal está demasiado presente la huella humana: en cambio, aquí la sensación es distinta, te evoca algo más salvaje.


¿Cómo serán las ciudades?
Más y más verdes. Aunque no sea fácil, los arquitectos piensan cada vez más en la ecología, porque no hay otra elección: más de la mitad de la población mundial, y somos 7.000 millones, vive ya en las ciudades. La gente valora cada vez más, gracias a Internet o la tele, la diversidad natural y es más sensible a la creencia de que tenemos que regresar de alguna manera a la naturaleza. Estoy convencido de que los jardines verticales no son una simple moda, sino que serán habituales en la ciudad del futuro.


Fuente:

20 Minutos


23 de marzo de 2012

Patentan un sistema de módulos para muros vegetales que ahorra agua

La Universidad de Almería ha patentado un sistema de pared vegetal basado en módulos independientes de cultivo hidropónico –sin necesidad de suelo agrícola- que incorporan su propio sistema de riego y recogida de drenajes. Su ventaja radica en que, al regarse de manera individual, cada módulo recibe sólo el agua que necesita, evitando tanto el exceso como el déficit de humedad. Además, con el sistema de drenaje, el agua es recuperada y reutilizada por lo que se ahorran recursos hídricos.


Muro vegetal

Muro vegetal. Imagen: Fundación Descubre.

La invención, denominada “Estructura tridimensional de cubierta vegetal sostenible”, ha sido desarrollada en colaboración con la empresa Buresinnova, especializada en arquitectura vegetal, y ya está siendo utilizada, por ejemplo, para cubrir de plantas fachadas o cubiertas de edificios y muros en jardines.

“Se trata de módulos herméticamente cerrados e independientes que tienen en la parte superior entradas de gotero y en la inferior las salidas de drenaje. Ésta se incorpora, a su vez, a la red general de riego con lo cual se recupera todo el agua sobrante”, explica Miguel Urrestarazu, responsable del departamento de Producción Vegetal de la Universidad de Almería.

Al tratarse de compartimentos estancos, el agua no se pierde por la parte interior de la cubierta vegetal. De esta forma, se evitan vertidos al medio así como la propagación de plagas y enfermedades a través de las diferentes secciones de la pared.

“Este concepto de aislamiento con el que trabajamos permite retirar una unidad sin que el resto del conjunto se vea afectado. Las unidades que hay en el mercado forman una corriente continua por lo que si hay un problema en la que está colocada arriba se pasa a la que está abajo”, añade el profesor Urrestarazu.

Cada módulo es un recipiente cerrado, elaborado con plástico reciclado y reciclable, con una medida estándar, 60 por 40 centímetros, cuya repetición formará el muro vegetal deseado.

Un sistema sostenible

El sistema, diseñado bajo criterios de sostenibilidad, emplea la energía fotovoltaica para su funcionamiento y desinfección del agua sobrante. La composición del sustrato incluye materiales ecológicos como la fibra de coco y otros igualmente reciclados. Por otra parte, los elementos de fertirriego y drenaje se encuentra en la parte trasera del conjunto para evitar que sean manipulados, sustraídos u objeto de vandalismo en lugares públicos.

Desde un punto de vista ornamental, el sistema permite elegir plantas con necesidades hídricas diferentes de manera que puedan convivir, por ejemplo, ejemplares tan diversos como los helechos con plantas aromáticas como el tomillo o el romero. No obstante, el profesor Urrestarazu señala que, antes de su selección, “se hace un estudio previo de las necesidades de la planta y su adaptación a la climatología del lugar donde se va a instalar de manera que primen los valores ecológicos”.

La patente, que aprovecha la experiencia de la Universidad de Almería en técnicas de cultivo hidropónico hortofrutícola para aplicarla al campo de la arquitectura, se enmarca dentro de una tendencia conocida como naturación urbana. Su objetivo es transformar las ciudades en espacios sostenibles instalando techos verdes y jardines vegetales en fachadas e interiores de edificios.

Fuente:

Agencia SINC

6 de febrero de 2012

La Torre Eiffel japonesa


¿Una torre Eiffel japonesa?

Bueno, no se llama así. Su nombre es Nihon Denpa To (torre japonesa de ondas eléctricas), se la conoce popularmente como Tokyo Tower y, eso sé, fue diseñada a semejanza de la Torre Eiffel de París, a la que supera en altura.

La construcción de esta gran antena metálica blanca y naranja —que funciona como antena de transmisión de señales analógicas y digitales— finalizó en 1958, alcanzando una altura de 333 metros.

La Tokyo Tower está en el distrito de Minato, relativamente cerca del núcleo de la ciudad, y desde su observatorio superior, situado a unos 250 metros, se puede comprobar que las tonalidades de la ciudad no son solamente grises, también se puede ver el azul del mar, el verde de los jardines del Palacio Imperial y del Santuario Meiji. Y en ocasiones favorables, hasta el blanco de la nieve de la cima del monte Fuji.

En Japón se ha emitido tanto en televisión analógica como digital terrestre con ayuda de la torre, pero la tendencia es dejar la primera en beneficio de la segunda. La Torre de Tokio no es adecuada para la emisión de señal en digital, pues su altura es escasa para que este tipo de señales de altas frecuencias lleguen con claridad a lugares rodeados por bosques o edificios muy altos.

Por ello se empezó la construcción de una nueva torre en julio de 2008. Esta torre —conocida como Nueva Torre de Tokyo, aunque su nombre oficial es Tokyo Sky Tree— es una torre con forma de trípode que alcanza una altura de 610 metros y que tiene prevista su inauguración para mayo de 2012.

Fuente:

Saber Curioso

23 de enero de 2012

Reciclaje creativo: el templo del millón de botellas



Los que os tomáis el reciclaje muy en serio quizá deberíais peregrinar al templo budista de Wat Pa Maha Chedi Kaew . Este templo se halla a unos 600 kilómetros al noroeste de Bangkok, en la provincia de Sisaket. Los lugareños llaman al templo budista con la abreviatura Wat Kuan Lad, que significa Templo del millón de botellas. Y es lo que parece, un templo construido con botellas vacías.

La idea se remonta a 1984. Los creativos budistas constructores del templo, tras mucha meditación, se dieron cuenta de que levantarlo con botellas les reportaría toda suerte de beneficios. A saber: que la construcción sería barata, pues sólo haría falta reciclar botellas a tutiplén; que los edificios serían, gracias a la transparencia caleidoscópica de las botellas, muy luminosos y vistosos, como si todas las paredes estuvieran construidas con las cristaleras emplomadas de una catedral; y que obtendrían un gran plus económico a raíz del turismo que generaría un templo tan original. Así que se pusieron manos a la obra.

En poco tiempo, los monjes recolectaron botellas que eran donaciones llegadas de todos los rincones del país. Hasta que sumaron un millón y medio de envases. Muchas de estas botellas fueron de cerveza, aunque para el budismo es pecado tomar alcohol: las Heineken son verdes, las Chang son marrones. Todo un ejemplo de reciclaje en mitad de la selva tailandesa. Cuantas más botellas consigamos, más edificios montaremos, aseguró el abad Kataboonyo.

Absolutamente todas las estancias del templo fueron levantadas entonces con botellas unidas entre sí con cemento, incluidas una torre de agua y hasta baños para los turistas. Gracias a la transparencia de las botellas, la limpieza es muy sencilla. Por aprovechar, también aprovecharon los tapones de las botellas, que fueron empleados para crear murales y mosaicos. Un templo que literalmente ha sido construido con basura reciclada que bien podría estar en un vertedero. Un templo ecológico, low-cost y de diseño llamativo, sobre todo cuando brilla el sol.

La idea puede parecer nueva, pero se tiene constancia de la construcción de muros de botellas en diferentes países del mundo desde al menos 1907, y cada vez podemos encontrar más ejemplos, como la cúpula de botellas recicladas del techo del Centro de Tecnología Alternativa (CAT) en Machynlleth, País de Gales, que recuerda al cuerpo de un puercoespín.

Fuente:

Xakata Ciencia

19 de diciembre de 2011

Desvelan el misterio del origen de Stonehenge

Monumento de Stonehenge, cerca de Amesbury (Inglaterra). | ELMUNDO.es

Monumento de Stonehenge, cerca de Amesbury (Inglaterra).

Un equipo de investigadores asegura saber con certeza el origen exacto de algunas de las piedras de Stonehenge, un monumento megalítico de la Edad del Bronce situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire (Inglaterra).

Durante mucho tiempo se ha sospechado que procedían de las rocas de las llamadas colinas de Preseli. Ahora, una investigación del Museo Nacional País de Gales y de la Universidad de Leicester, publicada en la web de la BBC, ha localizado su fuente a 70 metros de Craig Rhos-y-felin, cerca de Pont Saeson. El director del Museo, Richard Bevin, cree que este hallazgo ayudará a averiguar cómo se movieron las piedras desde Wiltshire.

Durante nueve meses, Bevins y Rob Ixer, del centro de Leicester, recogieron e identificaron muestras de afloramientos de roca en Pembrokeshire en su intento por localizar el origen de las piedras con las que se construyó el monumento, que es Patrimonio de la Humanidad. Analizando su contenido mineral y las texturas de las rocas, lo que se conoce como petrografía, comprobaron que el 99% de las muestras se emparejaban a rocas de Pembrokeshire.

Son rocas volcánicas, riolitas, que según ambos expertos se diferencian de las que hay en otros afloramientos del sur de Gales y que se encuentran en unos centenares de metros cuadrados exclusivamente. Dado que incluso hay diferencias en distancias de hasta 10 metros, incluso han podido precisar la zona exacta de Rhos-y-felin de donde fueron extraídas.

Rob Ixer declaraba a BBC que es "inesperado y emocionante" encontrar la fuente de cualquier roca arqueológica. "Si seguimos perseverando, llegaremos a conocer el origen de la mayoría de estas rocas", augura.

Una vez conocido el origen, los arqueólogos tendrán que averiguar cómo las piedras llegaron desde Pembrokeshire a Stonehenge. Durante mucho tiempo, los expertos se han preguntado cómo fue este transporte entre los años 3.000 y 1.600 a. de C. Se pensaba que las grandes losas fueron movidas en balsas, a través del río Avon y el canal de Bristol.

El problema es que Pont Saeson está al norte del Preseli, a cierta distancia de estos cauces de agua, lo que complica esta hipótesis. Una alternativa es que la naturaleza fue la que acercó las rocas a Stonehenge, debido a la trayectoria de un glaciar de la Edad de Hielo, pero no hay otras rocas en esa región de Gales con ese mismo origen, lo que elimina también esa opción.

En abril de 2000 se hizo una prueba real, intentando trasladar una piedra gigante desde País de Gales a Salisbury por tierra y mar, en un viaje de 386 kilómetros, utilizando sólo la fuerza muscular y la tecnología de los humanos de hace 5.000 años. La piedra acabó hundida en el estuario de Milford Haven.

Fuente:

El Mundo Ciencia

18 de octubre de 2011

Del rascacielos al rascasuelos

La firma mexicana BNKR Arquitectura ha encontrado la solución para aumentar el espacio destinado a viviendas en las ciudades sin afectar al paisaje urbano: una pirámide invertida de 300 metros de profundidad llamada earthscraper, que se podría traducir al castellano como “rascasuelos”. “Es el antagonista de los rascacielos”, aseguran desde BNKR, y añaden que este tipo de construcciones permitiría conservar las plazas de las ciudades y los edificios históricos a la vez que proporciona nuevos espacios para viviendas y oficinas. Para que la iluminación no sea un problema, el edificio estaría cubierto por un techo de cristal transparente, que dejaría entrar la luz a un “patio central”, con jardines y árboles, hacia donde asomarían las ventanas de los locales y viviendas.

Los arquitectos han propuesto emplazar el primer rascasuelos, con 65 pisos y espacio para miles de personas, bajo el Zócalo del Distrito Federal de México, una de las plazas más grandes del mundo. Los primeros diez pisos estarán destinados un museo y centro cultural dedicado a las culturas maya y azteca.

Fuente:

Muy Interesante

28 de abril de 2011

Edificios "esponja" para limpiar el aire podrían ser el futuro

Los edificios podrían funcionar como árboles que absorban el smog.

¿Cómo limpiar el smog de nuestras ciudades?Un equipo de científicos españoles dice tener una solución: convertir a los edificios en "esponjas" que absorban la contaminación.

La forma de lograrlo, dicen, es mediante el uso de una "cerámica que purifica el aire".

La cerámica está compuesta por una sustancia llamada OFFNOx, creada por un equipo de ingenieros del Instituto de Tecnología Química de la Universidad Politécnica de Valencia.

La sustancia funciona generando una reacción química con los gases que están presentes en la atmósfera.

De forma natural las plantas harían el trabajo de transformar el CO2 y otros gases de la atmósfera.

"Nuestro material es un mímico de una planta", explica a BBC Mundo el profesor Hermenegildo García.

"La idea es convertir a los edificios en árboles y a las ciudades en bosques", agrega el científico.

¿Cómo funciona?

Según sus creadores, esta solución tecnológica surgió para solucionar un problema: las ciudades europeas están sobrepasando el límite tolerable de gases contaminantes en la atmósfera.

"Lo ideal sería dejar de emitir gases de efecto invernadero usando combustibles que no contaminen, pero mientras sigamos contaminando habrá que buscar algo que limpie, así que esta tecnología puede ayudar a subsanar el daño que hacemos", explica García.

El OFFNOx es un semiconductor que transforma la energía de la luz solar o los fotones, en una energía química.

Los óxidos de nitrógeno que están en la atmósfera, -y que dañan al medio ambiente y son nocivos a la salud- son transformados en nitrato, que es inofensivo.

La sustancia se puede añadir a materiales para la construcción de edificios como cerámica o pinturas acrílicas y de exterior, y al ser expuestos a la luz solar comienza la reacción química y se va transformando el dióxido de nitrógeno.

"La cerámica es un material resistente, no se puede rayar, no se mancha y no se puede corroer, por lo que agregando este fotocatalizador la cerámica tendría una propiedad nueva, la de ir limpiando el aire", asegura a BBC Mundo el especialista de la Universidad Politécnica de Valencia.

Otra de las ventajas de este material es que, como está en una cerámica que no tiene poros, la lluvia de forma natural limpia la cerámica y el nitrato cae al suelo, usándose como nutriente para las plantas del entorno.

Limpiar el aire

Smog en Hong Kong

China es uno de los países que sufre mayores niveles de contaminación atmosférica.

Aunque los científicos aún no han probado el material en una atmósfera abierta, han logrado demostrar que funciona a nivel de laboratorio.

En el Centro Atmosférico de Valencia simularon la atmósfera con gases contaminantes en cantidades similares a las que habría en una gran ciudad.

Al exponer el material a la luz solar y usando técnicas espectroscópicas para determinar la composición atmosférica pudieron demostrar que la cantidad de óxido de nitrógeno va disminuyendo y la concentración baja a niveles casi despreciables.

"Además no se forman otros gases no deseables como ácido nítrico o ácido nitroso, pero eso es en una atmósfera ideal y cerrada", aclara el profesor García.

¿Cómo será en en la atmósfera real? Para saberlo habrá que esperar a unos ensayos que se llevan a cabo en Barcelona, pero según el científico, su invensión logrará "limpiar el aire".

Fuente:

BBC Ciencia

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10 de enero de 2011

El Empire State anunció que obtendrá toda su energía de fuentes eólicas


El Empire State anunció que obtendrá toda su energía de fuentes eólicas

Así, el famoso rascacielos de Nueva York evitará la emisión de 45 mil toneladas de CO2 al año

El emblemático rascacielos Empire State Building de Manhattan anunció hoy que obtendrá toda la electricidad que consume de fuentes eólicas, con lo que se convertirá en el mayor consumidor comercial de energías renovables en todo Nueva York.

Con esta medida, el edificio evitará la emisión de unas 45.000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivaldría a plantar 150.000 árboles en la ciudad, suprimir 40 millones de viajes en taxi o apagar las luces de prácticamente todas las casas del estado de Nueva York por una semana, según sus responsables.

Los dueños del veterano edificio, quizás el más conocido de Manhattan, detallaron hoy que han alcanzado un acuerdo de dos años con la firma Green Mountain Energy, que proveerá al inmueble con 55 millones de kilovatios hora (kwh) anuales de energía renovable, lo suficiente para cubrir su consumo eléctrico.

Se trata así del consumidor comercial de energía renovable -en este caso eólica- más importante de la ciudad, con un consumo que será el doble del de cualquier otro edificio, compañía o entidad en Nueva York .

“Combinar el uso del 100% de energía limpia con las rompedoras reformas acometidas recientemente en el edificio para que su consumo energético fuera más eficiente era un movimiento natural para nosotros”, indicó el representante de la empresa propietaria del Empire State Building, Anthony Malkin, en un comunicado.

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El Comercio Perú
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