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21 de febrero de 2020

“Morir es un alivio”: exnarcos explican por qué fracasa la guerra contra la droga

La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene? ¿Cómo se reproduce? ¿Cómo lidiar con ella? Y un nuevo enfoque para conseguirlo es preguntar a quienes la protagonizan, le damos la palabra a Karina Reyes:


33 biografías de narcotraficantes

Mi tesis doctoral se enfoca en estudiar la violencia del narcotráfico a través del análisis de historias de vida.

Entre octubre de 2014 y enero de 2015 entrevisté a 33 hombres que trabajaron en el narco. Abordamos temas como su niñez y adolescencia, alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. Con el fin de entender el impacto de estas experiencias personales en la incursión de los participantes en el narcotráfico, estudié sus narrativas desde un punto de vista discursivo.

Por las características de mi estudio, su contribución es de dos tipos. Primero, metodológicamente, entrevistar a narcos de primera fuente es algo inédito en el mundo académico. Hasta la fecha no hay otro estudio que haya recopilado más de 30 entrevistas a exmiembros del narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una perspectiva que ha sido ignorada por investigadores, funcionarios públicos y políticos: la de los perpetradores. En este sentido, el análisis de la narración de sus vidas arroja luz sobre las posibles causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que entienden el mundo. Comprender ello es clave no solo para abordar un fenómeno complejo, sino para diseñar políticas públicas y de seguridad. Hasta ahora, dichas políticas se diseñan bajo la lógica de quienes las diseñan. No sorprende, entonces, su gran fracaso.

Narcos: ni monstruos ni víctimas

Para empezar, hay que reconocer que los narcos son parte de nuestra sociedad. Están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones que todos nosotros. Uno de los principales problemas en México es que el Gobierno sistemáticamente los discrimina al reproducir el discurso binario estadounidense “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”. Este discurso, además de ser absurdo en su extrema simplicidad, opaca los múltiples matices que revelan las causas de esta violencia.

El análisis de las historias de vida de exnarcos arroja luz sobre dichos matices. Los participantes no se ven ni como víctimas ni como monstruos. Ellos no justifican su incorporación al narco como su “única opción” para sobrevivir, como muchos estudios académicos aseguran. Reconocen que entraron al narco porque, aun cuando la economía informal les permitía sobrevivir bien y mantener a sus familias, ellos querían “más”.

Karina García Reyes es profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos, University of Bristol. 



23 de enero de 2020

Hace 2.500 años ya se fumaba marihuana

Se hallan restos de cannabis en tumbas de Asia central con más potencia que las plantas silvestres.

Uno de los braseros, a la izquierda, hallados en una decena de tumbas del cementerio de Jirzankal, en la cordillera del Pamir, China.


El historiador de la Grecia clásica Heródoto de Halicarnaso escribió en sus Historias lo siguiente sobre los guerreros de la estepa: "Del mencionado cáñamo toman, pues, la semilla los escitas impuros y contaminados por algún entierro, echándola a puñados encima de las piedras penetradas del fuego, y metidos ellos allá dentro de su estufa. La semilla echada va levantando tal sahumerio y despidiendo de sí tanto vapor, que no hay estufa alguna entre los griegos que en esto le exceda. Entretanto, los escitas gritan de placer como si se bañasen en agua rosada y esta función les sirve de baño, pues jamás acostumbran bañarse". El estudio de unos braseros hallados al este de la mítica Escitia confirma ahora lo escrito hace 2.450 años por el padre de la historia.

En 2013 arqueólogos chinos desenterraron un cementerio en Jirzankal, en el extremo occidental de China. Situado a más de 3.000 metros de altura, en la meseta del Pamir, han localizado hasta ahora más de 30 tumbas. La datación por distintos medios sitúa los enterramientos entre hace 2.560 y 2.370 años. El camposanto, vinculado quizá al zoroastrismo, tiene varias particularidades: está formado por hileras de piedras blancas y negras alternadas. En las tumbas, también cubiertas de capas circulares de piedras de los dos colores, se han encontrado pequeñas arpas, abalorios de cristal y, en una decena de ellas, pequeños braseros de madera, algunos con piedras quemadas, también en blanco y negro.

En apariencia y salvo las piedras quemadas, dentro de los braseros no había nada. Pero una mirada más en detalle de la superficie interior y de los guijarros descubrió la presencia de restos orgánicos y no eran de la madera. Combinando dos técnicas de análisis químico (cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas, GC-MS), los científicos pudieron estudiar 20 miligramos de polvo arrancados a los braseros y varias piedras. En todas las muestras identificaron la presencia de cannabinol (CBN), cannabidiol (CBD) y cannabiciclol (CBL), tres componentes de la marihuana.

El artículo completo en: El Páis (España) 

9 de mayo de 2019

Una bolsa de hace mil años desvela las drogas que consumían los indígenas americanos

El análisis químico de objetos encontrados en un yacimiento boliviano encuentra cocaína, benzoilecgonina, el alucinógeno bufotenina y los dos principales ingredientes de la ayahuasca


Hace alrededor de mil años, en lo que hoy es la provincia de Sur Lípez, en una región que raya los 4.000 metros de altitud en el suroeste de Bolivia, se enterró a un miembro de una cultura que tenía un gran conocimiento sobre botánica y sobre los usos psicotrópicos de algunas plantas especiales. La tumba fue profanada tiempo después y al excavarse no se encontró el cadáver al que se rindieron honores. Sin embargo, en aquel abrigo bautizado como cueva del Chileno, que había sido ocupado durante los últimos 4.000 años y tiene unas condiciones excelentes para la conservación del material orgánico, quedó preservada una bolsa de cuero llena de objetos que se pueden relacionar con el consumo de estupefacientes: dos tabletas talladas en madera para inhalar sustancias, un tubo para aspirar, dos espátulas de hueso de llama, una cinta textil para la cabeza, trozos de plantas secas y una bolsita fabricada con tres hocicos de zorro.

El análisis químico de estos artefactos, que hoy se publica en la revista PNAS, sugiere que ya entonces existía el conocimiento necesario para elaborar la ayahuasca, una bebida psicotrópica tradicional de los pueblos amazónicos de Sudamérica. Entre las sustancias detectadas en el yacimiento se encuentran sus dos principales ingredientes, la harmina, que se suele obtener de la enredadera Banesteriopsis caapi, y el arbusto Psychotria viridis, que contiene el alucinógeno DMT. En la bolsa también se encontraron restos de cocaína y benzoilecgonina, lo que sugiere que habría habido hojas de coca, y trazas de bufotenina, otro alucinógeno que se puede elaborar a partir de las semillas del árbol Anadenanthera colubrina, que se inhalarían después de machacarlas en las tabletas.


15 de enero de 2019

Islandia sabe cómo acabar con las drogas entre adolescentes, pero el resto del mundo no escucha

En los últimos 20 años, Islandia ha reducido radicalmente el consumo de tabaco, drogas y bebidas alcohólicas entre los jóvenes. ¿Cómo lo ha conseguido y por qué otros países no siguen su ejemplo?


Falta poco para las tres de una soleada tarde de viernes, y el parque Laugardalur, cerca del centro de Reikiavik, se encuentra prácticamente desierto. Pasa algún que otro adulto empujando un carrito de bebé, pero si los jardines están rodeados de bloques de pisos y casas unifamiliares, y los críos ya han salido del colegio, ¿dónde están los niños?

En mi paseo me acompañan Gudberg Jónsson, un psicólogo islandés, y Harvey Milkman, catedrático de Psicología estadounidense que da clases en la Universidad de Reikiavik durante una parte del curso. Hace 20 años, cuenta Gudberg, los adolescentes islandeses eran de los más bebedores de Europa. “El viernes por la noche no podías caminar por las calles del centro de Reikiavik porque no te sentías seguro”, añade Milkman. “Había una multitud de adolescentes emborrachándose a la vista de todos”.

Nos acercamos a un gran edificio. “Y aquí tenemos la pista de patinaje cubierta”, dice Gudberg.

Hace un par de minutos hemos pasado por dos salas dedicadas al bádminton y al pimpón. En el parque hay también una pista de atletismo, una piscina con calefacción geotérmica y, por fin, un grupo de niños a la vista jugando con entusiasmo al fútbol en un campo artificial.

En este momento no hay jóvenes pasando la tarde en el parque, explica Gudberg, porque se encuentran en las instalaciones asistiendo a clases extraescolares o en clubs de música, danza o arte. También puede ser que hayan salido con sus padres.

Actualmente, Islandia ocupa el primer puesto de la clasificación europea en cuanto a adolescentes con un estilo de vida saludable. El porcentaje de chicos de entre 15 y 16 años que habían cogido una borrachera el mes anterior se desplomó del 42% en 1998 al 5% en 2016. El porcentaje de los que habían consumido cannabis alguna vez ha pasado del 17 al 7%, y el de fumadores diarios de cigarrillos ha caído del 23% a tan solo el 3%.

El país ha conseguido cambiar la tendencia por una vía al mismo tiempo radical y empírica, pero se ha basado en gran medida en lo que se podría denominar “sentido común forzoso”. “Es el estudio más extraordinariamente intenso y profundo sobre el estrés en la vida de los adolescentes que he visto nunca”, elogia Milkman. “Estoy muy impresionado de lo bien que funciona”.

Si se adoptase en otros países, sostiene, el modelo islandés podría ser beneficioso para el bienestar psicológico y físico general de millones de jóvenes, por no hablar de las arcas de los organismos sanitarios o de la sociedad en su conjunto. Un argumento nada desdeñable.

“Estuve en el ojo del huracán de la revolución de las drogas”, cuenta Milkman mientras tomamos un té en su apartamento de Reikiavik. A principios de la década de 1970, cuando trabajaba como residente en el Hospital Psiquiátrico Bellevue de Nueva York, “el LSD ya estaba de moda, y mucha gente fumaba marihuana. Había un gran interés en por qué la gente tomaba determinadas drogas”.

La tesis doctoral de Milkman concluía que las personas elegían la heroína o las anfetaminas dependiendo de cómo quisiesen lidiar con el estrés. Los consumidores de heroína preferían insensibilizarse, mientras que los que tomaban anfetaminas preferían enfrentarse a él activamente. Cuando su trabajo se publicó, Milkman entró a formar parte de un grupo de investigadores reclutados por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos para que respondiesen a preguntas como por qué empieza la gente a consumir drogas, por qué sigue haciéndolo, cuándo alcanza el umbral del abuso, cuándo deja de consumirlas y cuándo recae.

“Cualquier chaval de la facultad podría responder a la pregunta de por qué se empieza, y es que las drogas son fáciles de conseguir y a los jóvenes les gusta el riesgo. También está el aislamiento, y quizá algo de depresión”, señala. “Pero, ¿por qué siguen consumiendo? Así que pasé a la pregunta sobre el umbral del abuso y se hizo la luz. Entonces viví mi propia versión del “¡eureka!”. Los chicos podían estar al borde de la adicción incluso antes de tomar la droga, porque la adicción estaba en la manera en que se enfrentaban a sus problemas”.

Lea el artículo completo en: El País (España)


6 de agosto de 2018

¿El cannabis tiene los mismos efectos masticado que fumado?


Cuando se inhala fumando, la sustancia que produce los efectos psicotrópicos de esta planta, el THC (delta-9-tetrahidrocanabinol), llega rápidamente al cerebro a través del torrente sanguíneo. Así que sus efectos se sienten en pocos minutos y duran hasta horas. 

Sin embargo, cuando se consume masticándolo, la cantidad de tetrahidrocanabinol que alcanza el cerebro es menor y tarda más en hacer efecto, pues se absorbe más lentamente. En cualquiera de sus formas, estudios recientes aseguran que su consumo afecta a la memoria a corto plazo.

Y además, el cannabis (y ninguno de sus derivados) puede inyectarse. Pero existen muchas otras maneras de consumirlo; así tenemos el horneado (panecillos y galletas de marihuana), acompañado de bebidas frías, en forma de pomada o por vía rectal. Más detalles AQUÍ.


23 de febrero de 2018

La cafeína no nos da súper poderes

Así que me vais a permitir que dedique este post a lo más importante que hay en mi vida, que me anima por las mañanas y me apoya en todo lo que hago: café, te quiero.
Y sé que muchos os sentiréis igual que yo porque aproximadamente el 80% de la población mundial consume cafeína todos los días. La cafeína que se encuentra en el café, esto no era muy difícil de deducir, pero también en el  (lo que la gente llama teína en verdad es cafeína), en bebidas azucaradas, o el mate.
La cafeína es la 1,3,7 trimetilxantina. Y, si os fijáis, se parece mucho a la adenosina. Esto es importante porque la adenosina, cuando se une a sus receptores, pasan cosas. Resumiendo, que hay receptores de adenosina en el cerebro.
Si la adenosina es mi mano derecha, cuando se une a su receptor, activa un mecanismo molecular "pulso un botón" que inhibe la producción de neurotranmisores como el glutamato, la serotonina, noradrenalina, o dopamina. Es decir que la adenosina es un inhibidor, y uno de sus efectos inhibitorios es que a más adenosina en ciertas zonas, más sueño vamos teniendo.
Y qué pasa con la cafeína, pues que se parece mucho a la adenosina por lo que es capaz de unirse a los receptores A1 y A2a, pero… como no es la adenosina, pero no puede apretar el botón, así que aprieta el botón no pasa nada. Y como lo tengo con cogido con una mano no lo puedo usar con la otra, si hay cafeína, la adenosina no puede llegar a este botón. En la célula tiene muchos botones pero cuanta más cafeína tomemos menos habrá libres para que la adenosina funcione, esto es lo que se llama una inhibición por competición.
Esta inhibición tiene como resultado que la cafeína reduce el efecto somnífero de la adenisina por lo que soportamos mejor el sueño y de hecho, bajo unas cantidades moderadas de cafeína, también mejora la atención, nuestro tiempo de reacción, vamos que estamos más espabilados.
Que a ver, una cantidad moderada estaría entre los 200-400 mg diarios, siendo 400 el máximo diario recomendado: unas tres tazas pero ojo, porque la cantidad cambia de un tipo de café a otro, o de su modo de preparación, por ejemplo un café normal está entre los 100-200 mg por taza, mientras que los expresos van de van de 240-720 mg. Y luego es importante lo que consideres una taza.

Aparte de en la atención, los efectos de la cafeína en otras capacidades cognitivas no están tan claros: aquí hay un poco de batiburrillo científico.
-Si hablamos de si consumir cafeína mejora un poco la memoria pues… bueno, hay estudios que dicen que sí, y otros dicen que no, y otros dicen que podría ayudar a la memoria a largo plazo porque tendría un efecto neuroprotectivo, es decir que no haría que tuviéramos mejor memoria sino que ayudaría a conservar la que tenemos. Es una posibilidad.
-Si hablamos de mejoras en la capacidad de juicio, toma de decisiones, etc. Pues aquí está menos claro, pero tiene pinta que no hace nada, o si hace, no hace gran cosa.

Osea, que tampoco está claro que beber café nos dé superpoderes.
Aunque para mí, haga o no haga gran cosa con que me quite el sueño por las mañanas me basta, eso sí, procurad siempre manteneros en las dosis recomendadas, especialmente si la cafeína os afecta mucho. Porque la cafeína elimina parcialmente la sensación de sueño, pero no cambia el hecho de que el cerebro necesita descansar adecuadamente para funcionar bien, estar sanote… y cerebro amigos míos, por muy grande que lo tengáis como yo, el cerebro hay que cuidarlo porque solo tenemos uno.

Fuente:

19 de abril de 2017

¿Qué tiene que ver el día de la bicicleta con el LSD?

La celebración del Día de la bicicleta cada 19 de abril no es lo que parece. 


Aunque el nombre de esta festividad hace referencia a ese omnipresente y ecológico modo de transporte, la fecha conmemora en realidad el aniversario de un particular "viaje" histórico en dos ruedas: el primero que realizó el químico suizo Albert Hofmann bajo los efectos del LSD, en 1943. 

Tres días antes, mientras experimentaba en la búsqueda de nuevos medicamentos, Hoffman descubrió accidentalmente la dietilamida de ácido lisérgico, más conocida como LSD. 

74 años después esta droga psicodélica semisintética se conoce más popularmente como ácido, es ilegal y se utiliza principalmente con fines recreativos. 

Pero todo empezó con un incierto viaje en bicicleta por Basilea, en Suiza.

"Imágenes fantásticas, formas extraordinarias "

Mientras trabajaba para la compañía farmacéutica Sandoz, Hofmann estaba tratando de estabilizar el ácido lisérgico, un derivado de la ergotamina, un componente químico que se obtiene a partir de un hongo que crece en el centeno y que se utilizaba en una medicina para tratar la migraña. 

Desde 1938 el químico empezó a mezclar el ácido lisérgico con otras moléculas orgánicas y ese mismo año acabó sintetizando por primera vez el componente dietilamida de ácido lisérgico -25 (LSD)

Pero no fue hasta cinco años después, cuando accidentalmente Hofmann se expuso a él en el laboratorio. 

Se sintió mareado y tuvo alucinaciones. En sus propias palabras, sintió "una remarcable inquietud combinada con un ligero mareo", según un video explicativo producido por la American Chemical Society

Vio "imágenes fantásticas, formas extraordinarias con intensos juegos de color caleidoscópico", describió el químico. 

Así que tres días después, el 19 de abril de 1943, decidió probar intencionadamente los efectos de la sustancia. 

Según las notas del químico, a las 16:20 tomó una dosis de LSD y 40 minutos después registró que empezaba a experimentar "un mareo incipiente, ansiedad, distorsiones visuales, síntomas de parálisis y deseo de reír".

Esa fue su última entrada del día. 

Como se empezó a sentir raro Hofmann decidió volver antes a casa, pero debido a las restricciones de la segunda guerra mundial para la movilidad en coche Hofmann tuvo que hacerlo en bicicleta, no sin antes pedirle a su asistente de laboratorio que lo acompañara, probablemente ante la incertidumbre de lo que podría pasar.

Ese memorable viaje de regreso, literal y figurado, es el que se recuerda cada 19 de abril con el Día de la bicicleta. 


El artículo completo en:

BBC 

24 de julio de 2016

La "moda" de esnifar chocolate

Un buen pedazo de chocolate para levantar el ánimo. Nada especial.

Ahora, molido en polvo y para ser aspirado en vez de saboreado, cambia un poco el panorama. 

El polvo de cacao se ha vuelto una alternativa argumentada como "sana" para aquellos que buscan irse de fiesta sin utilizar drogas duras. 

Y se ha vuelto la última moda de los eventos alternativos en Europa.

El origen de la moda

La moda nació de uno de los principales chocolateros del mundo, el belga Dominique Persoone quien en 2007 diseñó un aparato para aspirar chocolate como comúnmente se aspiran drogas duras como la cocaína. 

Desde entonces ha vendido más de 25.000 unidades de la máquina, según datos de su empresa The Chocolate Line.

Esta viene con una mezcla para aspirar a la que el chocolatero llegó después de varios intentos.
Comenzó a probar aspirar cacao puro, pero no era suficientemente fuerte. Entonces lo mezcló con ají, pero era muy doloroso aspirarlo.
Finalmente llegó a una mezcla en polvo de cacao con menta y jengibre, la que se pone en el aparato, con dos cucharas que se sostienen cerca de la nariz y al apretar un botón lanzan el polvo por el orificio nasal.

"La menta y el jengibre activan tu nariz. De ahí el sabor de ellos baja, y el chocolate se queda en el cerebro", ha explicado Persoone en diversas entrevistas.

Efecto euforia

El cacao provoca una inyección de endorfinas al sistema circulatorio, que puede derivar en euforia.
También contiene altas cantidades de magnesio, lo que relaja los músculos y flavonoides, que mejoran la circulación y la función cognitiva, según un estudio publicado por la Revista Estadounidense de Nutrición Clínica.

Otro estudio publicado en abril asegura que el chocolate amargo mejora el rendimiento durante el ejercicio al volver a sus consumidores más rápidos y efectivos en una tarea física.

Pero, ¿es peligroso aspirar cacao?

El artículo completo en:

BBC 
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